martes, 8 de marzo de 2011

Retirada con Acorde sovietico..oh..oh. No HAY que LLorar..oh Ay.!


Número 511 | marzo 7 del 2011 | Año 6º

8 de Marzo de 2011

Mengana, Sultana, esta, esa aquella...

día de TODAS

La democracia sigue en deuda con las mujeres

MESA REDONDA en AFCASMU MONTEVIDEO:


Garibaldi 2819 - 11 de Marzo - hora 19


Por el Día Internacional de la Mujer

trabajadora Debate y brindis:

¡Los y las esperamos!!!

Se proyectará una película sobre el tema

Salud Sexual y reproductiva -

Violencia Domestica -

Mujeres Trabajadoras

-nº511-postaporteña- 7/3/11-



EDITORIAL DE HORIZONTE SUR

EN LA AM 690 DEL SÁBADO

5 DE MARZO DEL AÑO 2011

Hace poco nos preguntábamos si acaso el rol de esta generación sería el de decolonizar, los antiguos procesos descolonizadores, procesos devenidos, gracias a sus desvaríos y a sus irrefrenables ansias de modernidad, en horribles procesos autoritarios que, invierten el sentido de sus propuestas originales, generan nuevas oligarquías y establecen modos más oscuros y enredados de opresión de los Pueblos. También, nos preguntábamos, con qué elementos contaba esta generación para tan compleja y hasta desmesurada empresa que, de ella demandábamos, habida cuenta de las rupturas de las memorias producidas por el Terrorismo de Estado y el travestimiento generalizado de una militancia revolucionaria devenida en meramente progresista y gerenciadora del poder político a nombre de las grandes empresas y Corporaciones Transnacionales.

Ahora, la insurgencia generalizada de los jóvenes en los países árabes, parece no solamente dar razón a nuestras anticipaciones, sino que también, amenaza con intentar responder a nuestros interrogantes. La que se alza es una población juvenil carente por edad, de las memorias propias de los antiguos revolucionarios y aún peor que ello, obligada probablemente a confundir las viejas y heroicas banderas, ahora mancilladas y con sus consignas largamente bastardeadas y fuera de época, con aquello que repudian y que los rebela. Se podría comprender en esta situación, el riesgo cierto de que no se discrimine lo suficiente ni se actúe con sutilezas. ¿Cómo podrían los jóvenes distinguir el proceso que condujera hace más de cincuenta años Gamal Abdel Nasser, deponiendo la monarquía en Egipto y nacionalizando el Canal de Suez, con sus continuadores actuales convertidos en autócratas y que exhiben además, los gestos propios de una nueva y bastarda dinastía? ¿Cómo podrían los jóvenes de nuestro país, distinguir el Peronismo de Perón, de lo que fuera la pesadilla menemista y ahora esta otra etapa de la misma saga, pero en versión progresista y modernizante, de la reina Cristina y de sus jóvenes ejecutivos de la Cámpora y del Movimiento Evita?

Un argumento que podría llegar a justificarse, particularmente porque viene de algunos jóvenes, tal vez un poco despistados pero que al no superar la treintena, carecen de experiencias anteriores a la democracia, es que habiendo en su momento confundido el menemismo con el Peronismo, les parezca el kirchnerismo un regreso a los universos de la política, un renacer de los debates y de las tensiones que luego de la etapa del duro neoliberalismo de los años noventa, les resulta promisorio, al menos un hálito renovador de la vida pública. Ahora bien, lo que podríamos aceptar de jóvenes que carecen de una experiencia anterior a las frustraciones de la democracia en los años ochenta, no se lo podemos aceptar de manera alguna a Horacio González, a Eduardo Anguita, a José Pablo Feinmann, a Horacio Verbitsky, a Jorge Coscia y a tantos otros personajes de Carta Abierta, que con su ceguera y con su intolerancia de los años setenta, aportaron a frustrar por izquierda un proceso en que se jugó la suerte de todos los argentinos de manera irremediable y que todavía estamos remontando penosamente.

Están de esta manera, expuestos los desafíos que nos preocupan en este sábado de Horizonte Sur. Impulsar un pensamiento decolonial implicaría rescatar de los olvidos de la memoria las banderas de la Liberación Nacional. Pero también, y dadas las circunstancias de los nuevos escenarios políticos, implicaría confrontar con el progresismo y con buena parte de la llamada izquierda, en materia de concepciones acerca del desarrollo y del extractivismo, del concepto de crecimiento y en especial de la necesidad y aún más que ello, de la supuesta inevitabilidad de las exportaciones, tal como ellos lo ven de una manera casi religiosa. Estos desafíos implicarían asimismo cuestionar el que transformen el concepto de Soberanía Alimentaria en una nueva ecuación importadora para abastecer el mercado interno, un mercado interno por lo demás, terriblemente centralizado, continuando la estrategia disciplinadora que estipularon los militares con los mercados centrales. Téngase en cuenta que muchísimas administraciones de pequeñas y grandes localidades en diversos países, así como movimientos sociales preocupados por la ecología, frente a los terribles riesgos de la Crisis Climática creciente y la crisis energética que se anticipa, están llevando adelante planes de reconversión de sus ciudades, en que las fuentes de energía alternativa, los mercados de cercanías, los montes frutales comunitarios y la facilidad para todo tipo de circulación de vehículos que no usan combustibles fósiles, son una agenda de prioridades máximas.

Nuestros simuladores, dan por verdades reveladas, la necesidad de extraer las riquezas del subsuelo y exportarlas para garantizar la suba del producto bruto como si un producto bruto alto significara para el Pueblo Argentino, algo más que sacrificios y alto consumo de una minaría privilegiada. Acuerdan plenamente con las corporaciones en que el rol de nuestros países sería el de producir materias primas, energías y comodities para los mercados globales. No les preocupan los costos ecológicos de estos modelos extractivos y productivistas que dejarán seguramente a las próximas generaciones con ecosistemas empobrecidos y acaso altamente contaminados, en que la sustentación se les hará sumamente difícil. Reducen en definitiva, la felicidad del pueblo y la Justicia Social a fútbol para todos y planes asistenciales. En algunos de nuestros países latinoamericanos estas tendencias del progresismo pueden ser todavía resistidas y confrontadas con la lucha política desde líneas interiores, así como desde los debates ideológicos. Es el caso de la hermana república de Bolivia. Lamentablemente, no pensamos que sea ese nuestro caso, en que las perversiones ideológicas de una militancia travestida y conversa, hacen cada vez más inhóspita la vida política que, suele vivir de confrontaciones estériles en confrontaciones más estériles todavía. Circo y vana adrenalina, tal como los polémicos rechazos a Vargas Llosa en la feria del libro.

El avance de los jóvenes ejecutivos de la Cámpora en los últimos meses y especialmente a partir de la muerte de Néstor Kirchner sobre puestos de gobierno y de diversas instituciones del Estado o del poder corporativo, expone con claridad el modo en que se instala en la Argentina el modelo del PRI mexicano sobre las antiguas tradiciones del movimiento popular. Los mismos militantes que en los años setenta se enardecían con el documental México, la revolución congelada, realizado en 1970 por Raymundo Gleyzer, más tarde ­secuestrado y desaparecido por la dictadura de 1976­, son los que ahora parecieran usar la película como un manual de procedimientos para congelar el propio movimiento popular de la Argentina. El documental de Gleyzer, nos impactaba en aquellos años con imágenes de la parafernalia priísta en la campaña presidencial de quien fuera el poderoso político, Luis Echeverría, a poco de las matanzas de estudiantes en la plaza de Tlatelolco, en octubre de 1968. Era difícil para nosotros imaginar en aquellos años de pasiones y de sueños revolucionarios, que muchos de los compañeros y camaradas, que ocupaban las butacas de los cines en que se proyectaba la Revolución Congelada, serían treinta años más tarde los protagonistas de un régimen político que pareciera que ha encumbrado de tal manera la narcopolítica que según la DEA, una tonelada de cocaína viaja promedio cada semana desde la Argentina a España…y a menos que sea descubierta y capturada en los puertos de arribo, con absoluta impunidad…

Sorprende y mucho, la falta de reacciones desde lo que resta del Peronismo, sorprende la ausencia de conciencia para comprender la gran estafa, la consumación sin mayores resistencias de tan desmesurada tergiversación histórica de las propias banderas y de los antiguos sentidos de las luchas comunes. Un sindicalismo devenido en mafia corporativa y empresarial, el creciente poder de las burocracias narcopolíticas y policiales enquistadas en los conurbanos, el quiebre ideológico y moral que significara en su momento el aceptar y justificar al menemismo y a Cavallo, son razones más que suficientes para comprender este extravío gigantesco y el reniego definitivo de la propia historia. Sin embargo, debo confesar que no bastan las razones expuestas, para tranquilizar nuestra desazón, ni alivian tampoco esa angustia que suscita el vivir sumergido en la inversión absoluta de los significados, tanto en los conceptos cuanto en los discursos. Vivimos en una nueva carpa de Alí Babá y en un nuevo y farandulezco escenario en que las fabulosas rentas de las exportaciones de soja permiten generar una burbuja y la ilusión de estar al margen de las tribulaciones que afligen al resto del planeta. En este año electoral en que, tal como se acostumbra, toda la carne se echará la asador y en que para muchos, tanto de un lado como del otro, si es que en este negocio hay unos y otros lados, todo valdrá con tal de asegurarse no quedar los próximos cuatro años colgados de un pincel y en espera de otra oportunidad, nosotros, hemos elegido soplar las brasas de las memorias y aguardar tanto como preparar, el milagro de que, como en Túnez o en Egipto, una nueva generación libertaria se rebele y se den las condiciones para una retoma del viejo proceso de Liberación Nacional. En un mundo en crisis climática y energética el horno no está para bollos, pretender mantener engañadas a las multitudes con circo y con planes, con banderas truchas y cifras y porcentajes más truchos todavía del INDEC y del producto bruto, no es una vía que asegure lo porvenir. Ese futuro mal que le pese al progresismo, habrá de ser inevitablemente del Pueblo argentino.

Jorge Eduardo Rulli


http://horizontesur.com.ar/radio/

http://www.ustream.tv/recorded/13103135


nº511-postaporteña- 7/3/11



VOLVER A LAS RAICES


Este comentario es por una nota que comentan sobre la senadora Moreira, que habla del discurso de Seregni del año 71.Y lo que pienso es que en realidad no se suicida el Frente, al Frente hay que recuperarlo a través de dos pasos fundamentales:

1°-Abrir los comités de base con nombre propio, solo FRENTE AMPLIO, con las bases , en las casas igual para hacer valer y conocer el estatuto que esta bien claro, solo FRENTE, nada de Encuentro Progresista y demás inventos raros y apoyarlo en cada lugar que se forme, los que estamos afuera porque los que están adentro y dejaron cerrar los locales , están muy preocupados por ver con cuantas cuotas pagan el ultimo celular mientras les roban como quieren lo que por lo cual murieron tantos compañeros.

2° De este modo crear otra vez el FRENTE , rompiendo de todas formas con las coordinadoras y demás centros de poder que pretendan otra línea que no sea la primaria, nada de Encuentro Progresista y Nuevas Mayorías , porque ya se vio como contaminaron y desvirtuaron esta fuerza política , pero a su vez, una vez, vuelta a funcionar los comités realmente frenteamplistas, apoyarlos fuertemente; esta herramienta ,el Internet debe usarse debidamente en este proceso , porque si no se hace algo prontamente , el país vuelve a cambiar estampitas y nada mas , hasta ahora lo que se vio no es de gente que se dice de izquierda y no es necesario profundizar en esto , me parece , por algo estamos afuera , no estamos de turistas.

Nos rompemos el pecho con Sendic y el Che Guevara y no somos capaces respetar sus ideas. Y sino dejemos todo como esta y que hagan lo que quieran con todo como lo están haciendo, pero no tendremos derecho a ni siquiera hablar.

Y como bien lo dijera el gran luchador Raúl Sendic
:"NO HAY MEJOR TEORIA REVOLUCIONARIA QUE LA QUE SURGE DE LAS REVOLUCIONES HECHAS",

y al decir de Ronny Scarzella, empleado de AGUA JANE, luchador por las cooperativas en Rocha, el primer asesinado en tiempos de democracia,....

¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!!!


José Luis -nº511-postaporteña- 7/3/11-



Uruguay:
Rechazando a

Montes del Plata,

Stora Enso


Desde el histórico momento que el gobierno del Frente Amplio llegó al poder se ha caracterizado por ser sumiso a los intereses del gran capital, a las resoluciones del BID, FMI, etc.
Incapaz de crear una economía productiva que asegure empleos seguros, estables y bien remunerados; ha llevado un discurso contradictorio a los hechos reales Días atrás el senador por el Partido Comunista del Uruguay, Eduardo Lorier, habló de la poca mano de obra que genera la industria de la celulosa, de los pocos recursos económicos que deja al país y los impactos negativos de la forestación. Hasta ahí le damos la razón ¿Recién se da cuenta, senador Lorier?
¿Porqué entonces no se levantaron las voces de su partido, cuando la construcción de Botnia?

Usted, miles de uruguayos sabemos muy bien, que anteriormente al triunfo del FA, en el 2004, dónde el entonces candidato a presidente, Tabaré Vázquez prometió no permitir la entrada de fábricas de celulosa al país, llevó al pueblo un discurso mentiroso, que luego pasó hacerse el 'común denominador' de toda su gestión
Usted, senador Lorier, al igual que Vázquez, y toda la cúpula frenteamplista, estaban en muy buen conocimiento de la firma del tratado con el BID, y su proyecto IIRSA; firmado en el 2000 por Jorge Batlle
IIRSA, busca la llamada "integración", pero no una integración para los pueblos y de los pueblos. Todo lo contrario. Una integración para apoderarse de los recursos naturales de toda América latina sin excepción
En esa llamada integración del IIRSA, lleva entre otras, a buscar préstamos del BID, para las infraestructuras necesarias para hacer posible el espolio de los pueblos. Es probable que yo no este enterada, pero le pregunto, ¿senador Lorier, Ud., y su partido levantaron al voz en contra de las zonas francas, que ha mencionado en un artículo en La Diaria? Y sobre las inversiones de los sojeros, que Ud., también nombra en el artículo, ¿levantó su voz?, o bien cuando el actual presidente Mujica, en plena campaña electoral, se reunía en Punta del Este con empresarios (que financiaron económicamente su campaña) ¿no hizo algún comentario?
Mire, Lorier, tarde para tirar 'rosas' al proyecto Montes Plata.
La instalación de esta planta, como la otorgación de tierras, son viejos proyectos, que fueron modelándose en el transcurso del tiempo, y más concretamente bajo el gobierno frenteamplista.
Como tampoco podemos pasar por alto los acuerdos de protección de inversiones y los memorándum de entendimiento impuestos por los inversores extranjeros como condición para concretar sus proyectos, de forma de garantizar inversiones rentables
Sabido es, que estas inversiones no dejan prácticamente nada al país de beneficios; pero sí, sus consecuencias se miden mucho más allá de los daños naturales, la contaminación, usos de agrotóxicos.
Sabido es, y basta visitar Fray Bentos, luego de finalizada la construcción de Botnia, los efectos colaterales han sido sociales en forma de: prostitución (adolecentes en su mayoría), aumento de la violencia doméstica, alcoholismo, drogas, etc.'
El valor agregado del cual habló el senador socialista y ex Ministro Industria, del gobierno de Tabaré Vázquez, Daniel Martínez, ¿es este?.
¡No, por supuesto que no!
El valor "agregado" son esas empresas, empresarios nacionales con los cuales el presidente Mujica se ha reunido, hace un par de semanas, pidiéndoles parar la inversión extranjera. (Monte del Plata incluido)
A lo que Mujica no se ha referido, ni tampoco el socialista Daniel Martínez, que estos empresarios, serán los que aportaran los agrotóxicos para la multinacionales, los que llevaran adelante el proyecto Monsanto de alimentos genéticamente modificados.
Y todo este gobierno corrupto lo sabe.
Las características de ambos gobiernos frenteamplistas, son la privatización de entes estatales, l es el Aeropuerto de la Laguna del Sauce, el Casino de Punta del Este, el hipódromo de Maroñas, el Aeropuerto de Carrasco, los servicios de telefonía celular, y algún otro que puedo dejar en el tintero, (llamado Reforma del Estado, implantado por el BID), la extranjerización de la tierra, e industrias altamente contaminantes.
Es bueno volver a la memoria, en un país que parece sufrir de Alzheimer.
Recuerdo, cuando en el primer viaje a Europa, el ex presidente Tabaré Vázquez, en uno de sus tantos retóricos dichos dijo: "Voy a poner a Uruguay en el mapa".

Confieso que, en esos momentos aún tenía esperanzas de algún cambio dentro de lo económico-social en el país, y pensé o mejor dicho, soñé esperanzada, que el 'paisito' al decir de Benedetti, llegaría apostar por un Uruguay Natural, de producción agrícola sostenible, (no de reforma agraria, no creo en los reyes magos), pero más justo, pensando en los pequeños y medianos productores.

Poco duró mi encanto. Terminó en el llamado (creo), punto 0 de Montevideo, y la estatua del Papa.
Pero no mintió el hombre (Vázquez), puso a Uruguay en el mapa de los megaproyectos, entre ellos, este Montes del Plata, que ya estaba en la olla cocinándose.
A quedado demostrado en África, Asia, América latina, que estas inversiones y el crecimiento económico no conducen a la reducción de la pobreza. Pero sí han demostrado que estas sociedades postcoloniales, en su mayoría arraigadas al despojo de sus recursos naturales, con sectores burgueses poderosos impuestos por sus antiguos amos imperiales, con poco o ninguna transparencia, siguen su dependencia; conmemorar el Bicentenario, es un acto vergonzoso.
¿Por qué no exigir contratos justos, para que el Estado pueda asegurar una distribución de la riqueza que contribuyan a construir un país más justo?
Uruguay está desarrollando una estrategia de país forestal, de minería, sojero
¿Por qué seguir el rol servil que históricamente estamos acostumbrados?
En la actualidad el presidente Mujica pareciera tener un período de "llamamientos"


Llamamientos Tope


Días atrás, luego que el grupo forestal Angelini-Arauco anunciara la inversión de US$1.900 junto con la sueca Enso, advirtió que hay que ponerle "un tope" a la industria de la celulosa.
Dijo también que somos un país ganadero y principalmente lechero.
Lo que sí no dijo, que las vaquitas son más ajenas que nunca; que los campos son ajenos, que los frigoríficos son ajenos, y mucho menos, que la producción ganadera y lechera está basada en la gran producción, en alimentar animales de crecimiento rápido, y por lo tanto, la producción lechera se ve afectada, como también los consumidores. El engorde, los tóxicos, las terneras menores de tres años listas para poder parir antes de tiempo, a pura hormona y penicilinas


La construcción de los remolcadores


La empresa Dique de la Armada, (propiedad de ex militares de la dictadura, impunes y millonarios) ya ha construido para Botnia y para Ancap, y bajo el mando del capitán de navío, Alejandro Leopold, jefe de los Servicios de Construcciones Navales, manifestó que la Armada 'colaborará' en todo lo que pueda, no sin dejar de recordar que el funcionamiento del Dique y Astillero está digitado por una ley muy antigua que se hace necesario adecuarla a la actualidad como forma de permitir que se pueda integrar al plan 'Uruguay Productivo' en igualdad de condiciones que los empresarios navales privados. Leopold indicó que actualmente está trabajando conjuntamente con la Corporación Nacional para el Desarrollo, para 'diseñar un marco jurídico'.
Al parecer El Clúster de Industria Naval de Uruguay ha mantenido diversos contactos con empresas que integran la sociedad Galicito, empresa Gallega, con la cual mantienen contactos desde el 2009 (Fuente Nuestro Mar)
Memoreando un poco, se recuerda al ex presidente Vázquez en Galicia, muy abrazado a los franquistas gallegos del gobierno. ¿Casualidad?


Mano de obra calificada


Eduardo Brenta, Ministro de Trabajo dijo que el gobierno está calificando uruguayos para que puedan trabajar en el proyecto Montes Plata, y que sólo permitiría un 25% de trabajadores extranjeros (El Espectador, 21 de febrero).
Esto está por verse, la experiencia con Botnia, deja que pensar. Al mismo tiempo uno se pregunta, ¿no se ha podido calificar trabajadores uruguayos desde la construcción de Botnia, cuando se sabía de estas inversiones de antemano?
¿Y el sindicato de SUNCA, no lo ha exigido?
Hablemos de la producción de energía que generará la empresa Montes Plata.
Este tema, no es nuevo para mí, ya lo veía venir desde los tiempos de Botnia. Botnia y sus conexiones con Suecia, Montes Plata-Stora Enso, y otros socios suecos que están también dentro del sistema.
Ya escribí, hace mucho, de mis sospechas con la empresa sueca de Energía Nuclear, Vattenfall, integrante también de dichos consorcios, y parte de la monarquía sueca, que a su vez, tiene grandes extensiones forestales en Brasil, donde los accionarios son los hijos del rey, es decir los principitos, denunciados hace unos tres años por arrebatar tierras a indígenas y asesinar a tres desde un helicóptero.
Pero, lo que quiero dejar dicho, ya que tanto se habla de 'industrias primas, de alta tecnología, es que Vattenfall, es una empresa reconocida y denunciada, por problemas ambientales. Si con gran maestría llevaron a Alemania todo tipo de destrucción, ¿qué garantiza no harán lo mismo Montes del Plata y Stora Enso?; son hijas de un mismo costal.
Y justamente, a esta gente la empresa estatal (por el momento) UTE comprará la energía sobrante generada.
Así del mismo modo, el gobierno progresista compra a la ex Botnia, los conteiner para convertirlos en cárceles.
Pero, como ellos dicen, Energía Limpia.
No hay que ser tan negativos tampoco. Puesto que Montes del Plata construirá viviendas. 150 en Colonia en el barrio General
Contribuyendo así a solucionar la problemática de la vivienda y eliminar los asentamientos irregulares, también buscan terrenos en Carmelo que les permita una obra similar y algunos barracones en Conchillas, para quienes trabajen en la obra que se iniciaran a mediados de año
¿No se porque me huele a desplazo?

Lidia Amelia

www.pelusaradical.blogspot.com


-nº511-postaporteña- 7/3/11-


Carnaval,

o la libertad-espectáculo

…defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y de los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres.

Mario Benedetti


Donde hay público ya hay una postura, una representación para el afuera. Los insurrectos del Mayo francés tenían esta idea: “Proscribamos los aplausos; el espectáculo está en todas partes”


Desde hace varios años, en Buenos Aires y su conurbano, y también en Montevideo, aunque en una medida menor, se ha instalado una concepción militante del carnaval. Qué digo militante: ¡heroica!

Sus más intrépidos portavoces declaran que el carnaval busca "romper con la hegemonía que ejercen los de arriba sobre los de abajo" y con “esa imposición de que solo hay que trabajar” y, además, “llama a un grito de todo lo que se está padeciendo y esto en algún momento se les viene en contra a los de arriba. Por eso, al carnaval se lo ha querido prohibir”.

Es cierto que se lo ha querido prohibir, y se lo ha prohibido, pero, ¿qué cosa no se ha prohibido a lo largo de la historia? Por ejemplo, Cronwell y los puritanos despotricaron contra las diversiones públicas y prohibieron el teatro y la ópera: Shakespeare estuvo prohibido en Inglaterra. Sin embargo, respecto del carnaval la tendencia no ha sido impedir su celebración, sino favorecerla.

En la Noche de San Juan, cómo comparten su pan


Para más datos, todas las “fiestas” en general han sido emplazadas en las sociedades más opresivas y petrificadas como válvulas de seguridad, un respiro para los de abajo ante la fatiga y la penuria sin horizontes.

Tanto es así que se pueden rastrear los antecedentes del carnaval en las más antiguas —y autocráticas— civilizaciones, como en Sumeria y en Egipto (Egipto: ¿le suena?), con referencias que se remontan a hace cinco mil años. Y fue la Iglesia Católica —que no es boba— la que de algún modo integró fiestas paganas a su celebración litúrgica mayor, la Pascua de Resurrección y la Cuaresma que la precede, fijando el carnaval en los tres días previos al Miércoles de Ceniza.

Por esa razón, en el ámbito cristiano el carnaval es un período de permisividad y cierto descontrol… organizado.

Libertad con horario


De modo que al lado de los fundamentalistas del “carnaval revolucionario” se pueden encontrar opiniones diferentes, como la de los que piensan que es el momento de autenticidad; no de ponerse la máscara, sino de sacársela, de mostrarse tal cual se es, soltarse, liberarse. Y también están los otros, los que lo toman como una oportunidad de tirar la chancleta. Y otros más, que no sin astucia recomiendan que “por cuatro días locos que vamos a vivir… ¡por cuatro días locos, te tenés que divertir!”, o que “no hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando”.

Pero lo asombroso de todos ellos es que, reconociendo en su modo de encarar el carnaval un valor superior o, al menos, apetecible, se resignan a confinarlo a unos pocos días del año, en lugar de desplegarlo a lo largo de toda su vida.

Si la perspectiva propuesta es lograr tres días de libertad contra trescientos sesenta y dos de agachar la cabeza, espérenme ahí, que voy, me suicido y vuelvo.

La zorra rica al rosal

Ya mencioné algo asombroso; aquí va algo más. Estoy pensando en esas personas de lo más humildes que tienen todo el año en la mira los días de carnaval, y le restan tiempo a sus intereses y a su descanso con el fin de obtener la caricia del aplauso de los burgueses y pequeñoburgueses (si no buscaran eso harían la fiesta puramente entre ellos). Y los burgueses y pequebús disfrutan de esa donación y terminado el carnaval, que te mueras. No, que te mueras, no; mejor, que sobrevivas hasta el próximo carnaval, así me divertís con tus cabriolas y tus coplas inofensivas. Y a ver si ponés un poquito más de energía (¿qué te pasa?: ¡parece que estuvieras desnutrido!) y también más imaginación; eso ya lo vi el año pasado.

Es el orgullo (orgullo alienado) de esos mansos: “¿Ven?: estamos en el escalón más bajo de la pirámide social, pero bien que les gusta venir a ver nuestras comparsas”.

O si van un poquito más lejos: — ¿Viste cómo se quedaron fríos cuando cantamos eso de “los gordos con sus cadenas de oro sosteniéndoles la panza”?

Sí, qué golpe duro. Desesperados, no encontraron otra salida que ir tomar champán al bar de un hotel cinco estrellas.

Carnaval Nac&Popó

En tren de optar, ya lo he insinuado, prefiero trescientos sesenta y dos días de compromiso y de autenticidad, y consagrar los tres de carnaval a bailar y darle a la pandereta. Y hacer sonar pitos y matracas, también, qué joder: descontrol total, o sea.

Lo de presentar al carnaval como una gesta casi insurreccional es propio de las mistificaciones que promueve el populismo. Para mí, es como cantarle cuatro frescas al retrato del dueño de la empresa. Si vas a organizarte, que sea para plantear los reclamos en su ámbito propio, no en el efímero y equívoco de un corso.

Pero los que padecen esta recurrente inflamación de la glándula carnestolenda tienen más argumentos. Una tal “Comunidad del Carnaval” nos alecciona que “los Carnavales convocaron a más de un millón de espectadores por año”. “Un millón” posee el mérito santificante de la magnitud, según decía Bierce. “Un millón de personas llenó la Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945”; “un millón de jóvenes peregrinaron a Luján”: y así, de millón en millón, estamos como estamos.

Tristeza não tem fim

Cada vez más, las cosas no se hacen por sí mismas, sino como espectáculo para otros o para que sean registradas por las cámaras de televisión. Cuando anunció “Deportes para Todos” la presidenta sostuvo que su “objetivo es que el pueblo vea eventos de cultura popular”. Es un compendio de ideas gratas al populismo: “deportes para todos” es que el pueblo vea en acción por TV a las elites hiperprofesionales de actividades que, como espectáculo, hace ya mucho que dejaron de ser deporte, y a esto lo llamaremos “cultura popular”.

Para mantenernos entretenidos y apartados de nuestra identidad social más profunda el populismo siempre está revolviendo en el tacho del interés falso y, parafraseando a Marcuse, de ese modo solo puede proporcionarnos, en el caso más favorable, la mejor felicidad falsa.

De eso se trata el carnaval: ¡la pucha!, el poder no solo nos ordena cuándo debemos estar con los morros metidos en la tarea, sino también cuándo divertirnos e, incluso, ser díscolos y atrevidos.

Temo que a usted lo haya empalagado toda esta jerigonza. Por eso me despido con una cortita y al pie:

El que se divierte cuando se lo ordena el calendario, en realidad no se divierte: trabaja de divertirse.


juan-del-sur.blogspot.com-

-nº511-postaporteña- 7/3/11-



“¡A redoblar, muchachos,

esta noche!…”

¡Arriba el carnaval de

los que luchan!!!

¡Abajo el carnaval de

los adulones!


El carnaval ha sido en las esquinas de barrio del capitalismo dependiente de este lado del Plata --por largas y fecundas décadas--, la más extendida y genuina expresión de cultura popular --audaz e irreverente--, en pié de aguda crítica lapidaria contra el poder político y sus abusos.

No hubo ni hay otra actividad artística que compita con “dios Momo” en participación de multitudes y espontánea y sana algarabía colectiva siempre atenta a las veleidades nada edificantes de los personajes más destacados del aparato burocrático del Estado

Aquello era pueblo en movimiento insurrecto desenfadado y pertinaz –prolijamente, cada verano --, algo así como la conspiración alegre y buyanguera de la clase trabajadora y sus artistas del asfalto “sin diploma”, sin academia y sin mercantilismo, contra la hipócrita burguesía dependiente y entreguista, que tenía su propio carnaval de promesas, mentiras e inmoralidades durante todo el resto del año.

Fundidos en la sublime acción de masas de dejar “pegada” a la corrupción y la ineptitud de gobernantes e incondicionales del poder, pueblo trabajador y carnavaleros desplegaban todo su humor clasista y “desestabilizador”, mediante la técnica más antigua y efectiva del escrache político conocido desde épocas casi legendarias de la historia: la sátira, la parodia, la puesta en ridículo del que domina y manda y en definitiva es odiado o despreciado por el pueblo.

Puede afirmarse sin temor a la equivocación, que el carnaval oriental existe –aún degradado-- gracias a la iniciativa y la acción pionera y sistemática de miles y miles de asalariados del medio siglo XX oriental, que se iban compenetrando profundamente con esta manifestación artística “subterránea”, punzante y “bizarra”, no exenta, sin embargo, de cautivante poesía semilunfarda y apenas alfabeta, a la que debemos considerar como antecedente fundamental de lo que ahora llamamos canto popular ciudadano.

Lo hacían como si el carnaval fuera algo natural al espíritu de los explotados y los oprimidos, contando muchísimas veces con la colaboración “militante” de magistrales y corrosivas plumas pertenecientes a un mundo literario de fuerte extracción proletaria y de ojo certero para ejecutar jocosamente a los poderosos soberbios e impunes en el implacable paredón de la burla popular, casi que como el sustituto artesanal de una justicia institucional ausente por indolencia cómplice, de hecho y de derecho.

Muy especialmente las murgas –integradas mayoritariamente por obreros con cierta vocación “lírica”, salidos de la esquina, las fábricas, los clubes y los boliches de barrio, que prácticamente no dormían durante un mes entero alternando interminables actuaciones nocturnas honorarias con severos madrugones para ir a trabajar-, practicaban magníficamente, y, en general, sin saberlo, la más contundente agitación, denuncia y concientización de impronta subversiva, gracias a la impactante y perdurable penetración psicológica de la técnica sencilla del escarnio cupletero, basado en la representación sarcástica y mordaz de las situaciones sociales impugnadas y ridiculizando sin miramientos a sus principales y reales “personajes”.

Pero, bien decimos, “fue”…

El carnaval actual es por cierto de una naturaleza bien distinta a aquella que en realidad hoy añoramos y reivindicamos y tiene una nueva razón de ser que en buena medida debe buscársela embrionariamente en el período dictatorial 1972 / 1985 y, luego, en los retrocesos culturales engendrados en él y desarrollados al regreso a la legalidad burguesa, llegándose hoy al punto culminante que permite sospechar, ya, desafortunadamente, su muerte inminente. O, al menos, una severa decadencia que en algún momento habrá de convertir al carnaval en algo nada más que negocio seudo-turístico, socialmente prescindible, funcional a expectativas alejadas del alma popular… o a su misma revolución.

Estrictamente hablando, el carnaval de hoy anticipa su misma antítesis como fenómeno histórico-cultural de los “de abajo”...

La dictadura –entre otras podas criminales y aberrantes-- mutiló la esencia crítica y satírica del carnaval, no tan solo sometiendo a murguistas, humoristas y parodistas, y aun a las comparsas de negros lubólos, a la censura previa de letras y guiones, sino también llegando a encarcelar e incorporar a las “listas negras” a aquellos carnavaleros que osaban desafiar tímidamente la “pretensión punitiva del Estado”, animándose a cuestionar oblicuamente al fascismo aun de la manera más pueril e inofensiva imaginable.

La “necesidad” de un lenguaje apenas atrevido y a la vez muy sutil e indirecto y la imposición de hecho de temáticas únicamente permitidas por el poder “cívico-militar”, trastocaron radicalmente el ejercicio murguero y afines, alejando de él a su principal protagonista: el simple laburante ahora desestimulado por la presión y la represión que liquidaban la libertad de expresión crítica y la alegría punzante y directa, y que, además, en el contexto general de la dictadura, significaban el repliegue del pueblo todo de un carnaval que apenas mantenía su carácter festivo, pero no permitía funcionar la “válvula de escape” del cuestionamiento burlesco que todo el mundo ansiaba escuchar y ver –“en democracia”-- después de once meses de desvergonzado ejercicio del abuso de poder de la clase dominante, invariablemente implicada en fraudes, estafas, negociados, verdaderas rapiñas e inmoralidades varias encubiertas por la cultura dominante, que contrastaban con su predicamento falaz de las “buenas costumbres” y los llamados fallutos a la “honradez” política y la honra sagrada a las “instituciones democrático-republicanas”…

Paulatinamente, desde el año 1973, el lugar del viejo murguero-proletario, fue siendo ocupado por una élite cultural más próxima a las “capas medias cultas” ideológicamente apequeñoburguesadas, al teatro y al mega espectáculo “profesional”, que al “populacho” de las típicas “carnestolendas” anuales. Fue surgiendo un “dios Momo” más refinado, más preocupado por la estética visual y la sofisticación perfeccionista coral-musical, y más impelido por las mismas circunstancias políticas a recursos intelectuales que no condecían en todo caso con las expectativas “vulgares” esperables del público clásico del tablado barrial.

En una década bestial y cruel, el carnaval se sumió en un letargo aburrido y sumiso, a pesar de brillantes destellos estéticos y magníficas exhibiciones corales y puestas en escena auxiliadas por efectos audiovisuales impresionantes y cinematográficos. Un letargo que a la luz de lo que sobrevendría luego, pareció ser el sueño que precede a la muerte, con un breve y fenomenal paréntesis de “resurrección” tardía y agónica ocurrida desde la muy relativa vuelta de los milicos a los cuarteles y hasta los comienzos de la avasallante avalancha “progresista” de los ´90.

Así fue, objetivamente, que el empobrecimiento de contenidos cuestionadores desde una óptica cabalmente popular, pareció contrastar con un cierto enriquecimiento de las formas artísticas, a tal punto que por primera en la historia, algunas murgas llegaron a ofrecer espectaculares y costosísimas actuaciones en escenarios europeos, con bastante más espectadores, obviamente, que los posibles en el empobrecido “paisito” de origen. No puede subestimarse en absoluto su valor artístico intrínseco, pero era ya el anticipo de cuánto se iría perdiendo como expresión cultural autóctona de los “de abajo”, por más que aquellas viejas murgas pre dictadura desentonaran un poco y a veces no se entendiera muy bien qué decían los improvisados y desafinados coros callejeros de laburantes que al menos se sacaban las ganas de gritar fuerte una vez al año las injusticias padecidas (ganas que a veces nos atacan a los oprimidos desde siempre, sin que en general nos animemos; todo un tema extra carnavalero: el tema del acostumbramiento a la docilidad y sus secuelas espirituales-culturales inhibitorias, por llamarle de algún modo).

Los momentos finales de la dictadura y sobre todo el primer lustro de “democracia” aggiornada y otra vez edulcorada, representaron un notable reverdecimiento del carácter burlón y viviseccionador carnavalero, volviéndose a la ridiculización de la burguesía cipaya tan corrompida como antes. Pero con una peculiaridad especial y hasta cierto punto comprensible: el humor crítico era también el llamado nada velado y entusiasta a apoyar la opción electoral “progresista”.

Este proceso de verdadera mutación cultural, tuvo también su correlato en cuanto a la desaparición de la inmensa mayoría de los múltiples escenarios públicos de barrio de antaño, generalmente armados sobre chatas de camiones o simplemente con tablas aportadas por los vecinos más “pudientes” (hubo en algunos barrios hasta dos o tres tablados montados en alguna esquina o a mitad de cuadra, bajo el farol del alumbrado público, muchas veces con actuaciones a capela, casi). El tablado venía a ser el segundo lugar de nucleamiento social después de las fábricas a las que el neoliberalismo fascista iría bajándole las cortinas hasta convertirlas en cementerios de una cierta prosperidad “nacional” que también fue apagándose junto a las voces portentosas y francas del viejo y emblemático murguero devenido ahora en desocupado crónico o changador manoseado, marginalizado y entristecido de por vida.

Nos encontramos hoy con un carnaval profesionalizado y mercantilizado a extremos impredecidos, con divas y divos más parecidos a estrellas de cine en la entrega de los Oscar, re-producidos e impostados en toda su conducta social externa, poco creíbles, poco queribles, pero sobre todo poco y casi nada comprometidos con el legado netamente popular de aquel “dios Momo” proletario y contestatario, devenido ya en dios desclasado que a la hora de la creación artística, escribe con la buena letra del que espera los favores de un poder que asegure el buen morfe, el cero kilómetro pequebú y el estrellato efímero adulado por la caterva de fanáticos más bien estupidizados que aguardan la llegada del “bus” refrigerado y desolorizado –en lugar del camión promiscuo y hediondo-- con sus pequeños dioses de voz asexuada, aspecto olímpico y broncilíneo, y, en general, re-copados y súper agradecidos con el respaldo oficial a lo que ellos mismos están contribuyendo a dinamitar junto a sus colaboradores con rango ministerial: la mejor cultura popular propiamente dicha, la que reivindica al pueblo trabajador también en sus fibras artísticas clasistas e independientes de la parafernalia politiquera al servicio de los poderosos.

Se lo mire por donde se lo mire, no hay expresión que mejor defina en general al actual carnavalero vernáculo y su pasaje por los modernosos escenarios alejados del barrio, que la de obsecuencia lisa y llana al sistema y sus gobernantes de turno, siendo tan solo una ínfima minoría los que tratan de mantener a salvo las raíces proletarias y cuestionadoras del carnaval criollo, que no exhiben grandilocuentes frases seudo-filosóficas o comprometidas, pero que no se equivocan a la hora de apuntar la sátira y el escarnio sobre quienes lo tienen merecido.

Claro que muchos dirán lo que es evidente, pero no justificante: el carnaval refleja el movimiento de la lucha de clases, traduce sus vicisitudes nerviosas y contradictorias en sátira y buen humor y, cuando corresponde, saluda también los grandes cambios históricos que representan avances para el pueblo trabajador y la misma sociedad… Pero, aún suponiendo la existencia de esos “grandes cambios”, ¿qué es lo que explica que el murguero se haya convertido en cuestionador del trabajador organizado?, ¿por qué ni siquiera lo que vemos y oímos en estas “mega carnestolendas” es satirización inteligente y sana, y sí ataque furibundo y animoso contra los que no dejan de luchar debido a que los “grandes cambios” no les abarcan o debido a que creen justamente que los “grandes cambios” pasan por cumplir la misión histórica de la clase trabajadora de emanciparse de los chupasangre y de liberar las capacidades creadoras populares hoy sofrenadas por la dominación capitalista?.

Efectivamente, el carnaval refleja todo eso y mucho más. Y lo que refleja, aunque nos duela, es que aquella consustanciación proletaria de hace medio siglo y más –en un país todavía muy distante del “progresismo”--, ha venido transformándose en apropiación desclasada de sectores sociales que actúan más parecido al legendario y tristísimo bufón del rey –alegre e ingenioso, pero alcahuete y adulón, interesadamente adulón, al fin de cuentas— que al laburante que no vive del carnaval, sino para el carnaval y que las ocho horas y todo el oprobio cotidiano suyo y de su familia, no le permiten la liviandad lameculo de subirse a un estrado para cantar rastreramente estrofas que califican a los sindicalistas y sus sindicatos en lucha, de “mafia corporativa”, “enemigos del progreso”, “trancapelotas”, etc., etc., etc.

Ese lujo, hoy, se lo pueden dar los que están jugados al acomodo “cultural”; los que invadieron un espacio de pueblo ya invadido por el fascismo, los que contrabandean obediencia y ruindad disfrazada de talento “constructivo”, los que ya ni siquiera intentan disfrazarse de proletarios y romper con su propio corsé ideológico incondicional con el poder, por sentirse ellos mismos, el poder, la cultura, la imagen del país que hay que venderle-regalarle a inversores y turistas ansiosos por conocer a un “dios Momo” que solamente conocerán cuando “los mafiosos” que luchan, vuelvan a asaltar el tablado y canten a grito pelado, vestidos con bolsas de harina, fusilando sin temblarle la voz a los viejos corruptos y a los nuevos y castos poderosos circunstancialmente aptos para comprar murguistas y murgas y afamadas y decadentes estrellas “de la cultura post modernista”, al nada bajo precio de bonitos contratos en dólares o euros, en aras de la “difusión y la popularización artística” y el “bienestar cultural del pueblo”.

Por más pueril y trasnochado que parezca, como que ha llegado la hora de ir pensando en ocupar no solamente el centro de trabajo del cual se nos escupe, la tierra de la que se nos expulsa o la ruta donde asesinos al volante aplastan a nuestros hijos, sino en re-ocupar también el territorio cultural ciudadano que nos pertenece y que nos coparon los que aplauden la venalidad y la genuflexión que no pueden ni quieren disimular letras ni letristas que, a diferencia de aquellos poetas del medio siglo carnavalero del Uruguay pre progre, no provienen del proletariado y sí del lúmpemproletariado cuyos paladares se han hecho adictos compulsivos a los dietéticos sabores de una neo-pequeñoburguesía para la que no podrá cumplirse ya aquello de la oscilación entre revolución y contrarrevolución: “su revolución” ya está hecha, hay que hacerles “su contrarrevolución” desde abajo, bien de abajo, con el boicot a sus “cidí” y sus “dividí” y el escrache cotidiano en la parada, el bondi y la vieja-nueva murga y el viejo-nuevo tablado que en cualquier lugar y con cuatro tablas locas, podemos volver a montar desde esos espacios de la miseria y el desamparo en los que las niñas y los niños casi desclasados, sienten el carnaval como cuestión de pobres y muy pronto comprenden que su vida no tiene nada que ver con las bufonadas de los buchones del rey, del presi o de la primera dama.

¡A redoblar, muchachos, esta noche, esta noche que hay que convertir en nueva alborada de pueblo trabajador y liberación cultural de los de abajo, desde todos los barrios, todas las esquinas y todos los rincones a los que jamás podrán ni querrán llegar los mil letristas del poder y los inversores, para los que “dios Momo” es sinónimo de tarjeta de crédito, “respeto por el jurado” y piel erizada por los elogios del Banco Mundial “de desarrollo” y las horribles revelaciones de un “wiki sistema” tan pero tan desagradecido por los servicios prestados, que hasta se da el lujo de difundir cibernéticamente remedos de cuplé satiricón con los que ni se atreven los que sí se atreven a criminalizar “artísticamente” a los que no han dejado ni dejarán de luchar ni transan con los que transan!.

¡A redoblar, muchachos, que el supremo acto cultural de la revolución, sigue estando donde debe estar; abajo, donde en lugar de tarjeta de crédito, apenas hay tarjeta alimenticia para pagar el boleto y comprar 200 gramos de azúcar en el almacén!


¡Arriba el carnaval de los que luchan!!!

¡Abajo el carnaval de los adulones!


Gabriel Carbajales, Santa Catalina, marzo de 2011



(unos minutos después de oír a la anti murga alcahueta que seguramente saldrá primera)

-nº511-postaporteña- 7/3/11-



Yo...PA.....saber, Nomás


Estimados compañeros:

Recibo desde hace un tiempo la valiosa información que nos mandan, a más de las opiniones de los compatriotas que viven en ajenas y lejanas tierras, lo cual valoro mucho y agradezco.

Hace pocos días, en oportunidad de cambiarme de servidor para Internet, pude ver un canal que se llama TELESUR y que nos acerca información de nuestra América Morena, como alguien la llamo, pero... no pude enterarme de nada de nuestro país, y pienso...

José Artigas fue el primero, en pensar un reparto justo de tierras...una América unida y fuerte, libre de toda dominación, sus hombres y mujeres sentaron precedentes en este continente, por ejemplo Concepción Arenal, la primera abogada mujer que tuvo esta América; quiero pensar... ¿no podemos valorar lo que supieron hacer ? ¿No importamos a nadie? ¿Vamos a seguir eternamente quejándonos que estamos entre dos grandes y que somos una cuña?

Quizás este no sea el lugar para este comentario ya que les repito que valoro mucho lo que recibo de ustedes ,pero cansa un poco que desde adentro del país nos ninguniemos siempre, que no seamos capaces ni siquiera de poner en la tele programas que sean uruguayos, che, vamos de visita y nos comentan y saben mas que nosotros de la farándula argentina , fuimos capaces de decirle NO ,en plena dictadura a los milicos cuando quisieron cambiar la constitución, orgullosos de nuestra cultura cívica, cuando estamos afuera del país somos los mejores ,adentro no nos movemos ni para reclamar que no nos sigan mintiendo mas, ¿porque no queda duda que esto no es un gobierno progresista...o estoy muy equivocada?

Les mando un fuerte abrazo y gracias por darme esta oportunidad.



Marta -nº511-postaporteña- 7/3/11-

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