domingo, 7 de junio de 2015

1413* Los códigos del otro Da Vinci

Número 1413 | domin 7 junio 2015 | Año X



MINISTRO FERNÁNDEZ HUIDOBRO = AMODIO PÉREZ


o los AMODIOS SON MUCHOS 

y HAY que nombrarlos 

con nombre y apellido 



 Nuevo Round Tupa



 El código Da Vinci, del Amodio "traidor" dice o no dice verdades...??
En su  defensa el Negro Héctor Amodio Pérez culpa,acusa y se justifica  pero no muestra un poco bastante  que hay muchos parecidos a el??? O sea son hechos a imagen y semejanza de EFH

 Ya en el 2013 hubo quienes se dedicaron a ningunear, calumniar  y difamar a quienes difundieron las "cartas de Amodio"

Traidor o no, los tiene calados y si otros siguen cumpliendo con su propio código que tiene secretos que se llevarán a la tumba,  uno comienza a pensar que el  que calla otorga y que quien  con su silencio le permite al otro pensar que están aceptando lo que él te está diciendo

 Acá va lo publicado ayer en El Observador que es un texto de Amodio para decir que no lo comparen con Huidobro

Posta




Tupamaros, los otros "traidores"


Por Gabriel Pereyra


editor jefe de El Observador Junio 6, 2015


 

Fernández Huidobro insultó a quienes piden revisionismo contra los militares y recibió una andanada que vuelve a poner en tela de juicio la verdad tupamara


"Lo repetiremos para que no haya dudas, no fue sólo Amodio (Pérez) el que entregó infraestructura, armas y hombres". Así lo sostiene en su libro "Soy el Rufo y no me entrego" el hoy fallecido exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) Tupamaros Ricardo Perdomo.

Las negociaciones que tuvieron lugar entre guerrilleros y militares en el Batallón Florida en 1972, uno de los capítulos más oscuros en la historia de la organización, volvió al tape en estos días, enancado en el enojo que hay en algunos sectores de izquierda por los insultos lanzados por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, uno de los protagonistas de aquellos contactos.

Mientras que algunos destacan que las conversaciones pararon la tortura, otros aseguran que iba mucho más allá, y que había un proyecto conjunto de corte dictatorial entre soldados y guerrilleros.

Dictadura militar mediante (1973-1985) y una década de reclusión y torturas, los bandos que analizan qué está pasando hoy entre tupas y militares, se dividen.

Para unos las críticas de Fernández Huidobro a grupos revisionistas del pasado reciente responde a la lógica de "los dos demonios", los combatientes que libraron una batalla y que comparten unos códigos que el resto no puede entender.
Otros, en cambio, responden a las críticas del ministro con acusaciones que señalan aquellas conversaciones de 1972 como un acto de "traición", igual o peor, han llegado a decir, que el cometido por Héctor Amodio Pérez.
Tras más de 30 años de silencio en su exilio de España, señalado como el traidor de traidores, Amodio Pérez habló con El Observador en 2013

Su testimonio, sobre el que abunda en esta edición ,fue ignorado y puesto en tela de juicio por quienes lo colocaron en el oscuro pedestal. Pero algunos de los señalamientos de Amodio a Fernández Huidobro y compañía coinciden con los que dan tupamaros de la línea dura. Cada vez que el tema resurge, la historia oficial que la guerrilla divulgó y dejó correr por décadas, sufre un revés. Quizás porque, como decía hace 2.500 años el general chino Sun Tzu, la guerra es el arte del engaño.

"Huidobro es el nuevo Amodio (Pérez)", dijo a El Observador TV el dirigente del grupo frenteamplista Ir, Alejandro Zabala, molesto por la defensa que el ministro hace de sus subalternos.



"Quedaba escrachado"



Perdomo era considera un duro en el MLN
 "Quienes decidieron hablar con y creer en el enemigo, tienen una virtud especial, una mentalidad especial, una cierta forma de vivir, como clase, como élite y tienen además un caradurismo innegable para decidir por los demás y luego escribir para la historia, como si la armonía de opiniones fuese universal", dijo en su libro sobre Sendic
Aquellas salidas de tupamaros a encontrarse con compañeros ¿no implicaban riesgos para quienes estaban afuera y contactaban con esos presos con tratamiento especial. En su libro "Los dos demonios", el periodista Alfonso Álvaro señala: "Los contactos no orgánicos eran no orgánicos y debido a que existen varios servicios de Inteligencia, Mujica se cubría del resto o del propio grupo con el cual se contactaba, podía pasar que compañeros de los oficiales que mantenían los encuentros con los tupamaros aparecieran perseguidos por sus propios camaradas debido a los mismos seguimientos que en ese momento se estaban practicando a los mismos cabecillas del MLN"

Esta visión, controvertida por otros periodistas es compartida por Perdomo, que refiriéndose al "estilo de trabajo" de Fernández Huidobro, afirma: "Naturalmente quien era contactado por Huidobro y compañía, a la misma vez quedaba escrachado por el enemigo, las casas quemadas y las formas de trabajo precisamente verificadas, con las garantías de la práctica".
"La verdad es que para la Inteligencia Militar, aunque hubiesen sido los más estúpidos del mundo, ¡unos prisioneros como estos daban gusto!", dice Ricardo Perdomo

El también ex tupamaro Esteban Pereyra Mena, aportó en su momento su sombra de duda contra Huidobro: "En prisión me planteó la rendición y le dije 'ñato no sólo me parece que lo vos planteás es una traición; ¡vos sos un traidor!'".



El factor Amodio



En su sorpresiva aparición en 2013, dijo a El Observador: "¡Cómo será que a mí ya me decían traidor pero el que se mamaba o entraba y salía del cuartel libremente era Fernández Huidobro!".

Ante un nuevo embate contra el ministro de Defensa, al que Amodio le atribuye el papel de principal vocero de esa supuesta falsa historia cargada de leyenda, el extupamaro envió un texto que se publica en la que pide que no lo comparen con el ministro de Defensa: "El Ñato no se quebró nunca. Jamás le afectaron ni la muerte de sus compañeros ni el dolor ajeno. Maniobró siempre buscando lo mejor para él, cosa que no le critico. Yo hice lo mismo. Tengo en mi descargo que lo hice cuando ya nada podía hacer para defenderme de una acusación falsa, tan falsa que para mantenerla hubo que adaptarla en varios momentos, toda vez que los hechos la desmentían".
El expresidente José Mujica aportó lo suyo para que la historia oficial, en blanco y negro, le aparecieran los grises. Luego de que Amodio apareciera públicamente Mujica dio una versión distinta a la que atribuía al "traidor" buena parte del fracaso militar: "Hay algún otro personaje que desde el punto de vista práctico tu tanta o más importancia en la información que se entregó que Amodio. En definitiva si una criatura humana débil que se quiebra en un momento dramático y entra a colaborar con el enemigo utilizando todos sus recursos y bueno, ta, chau".

Su viejo compañero Jorge Zabalza recordó públicamente cuando el 14 de abril de 1972 dos tupamaros fueron ejecutados por la Policía y Fernández Huidobro, escondido en un berretín y herido, se entregó. "Fernández podía haber gritado 'soy el Ñato y no me entrego', como lo hicieron Ernesto Guevara, Camilo Torres, Mario Santucho, Miguel Enríquez y Raúl Sendic. Como lo hicieron cientos de mujeres y hombres en este continente azotado en los '70 por el terrorismo de Estado. En cambio eligió salvar el pellejo, pedir por el juez Echeverría y por "Campitos", aunque no podía saber a ciencia cierta si se lo iban a respetar.

Ese 14 de abril fue el cruce caminos que definió a Fernández, ese día hizo la opción que determinó el resto de su vida. La continuó desarrollando poco más tarde, al proponer la rendición incondicional del MLN en el Batallón Florida.
Cada vez que se mira al espejo o cada noche que lo desvelan los gritos de Ivette y Luis (los tupamaros ejecutados), se ve a sí mismo negando tres veces a Jesús de Nazareth, Espartaco, Tupac Amarú y Ernesto Guevara"

(n.de posta: detenido el 14 de abril de 1972, herido junto a  David Cámpora en la casa de Luis Martirena  e Ivette Giménez de Martirena en la calle Amazonas,  de Malvín  donde el matrimonio  fue muerto por las FFAA )


Aunque grupos del Frente le pidieron la renuncia, Fernández Huidobro sigue en su cargo apoyado por el presidente Vázquez. Más de un soldado de los que lo rodean le expresó su solidaridad. 
Algunos de ellos se refieren a él como “ mi general”




PASADO RECIENTE


Amodio sobre Fernández Huidobro: "No me comparen"



El extupamaro envió desde su exilio en España una nota donde vuelve a reivindicarse como víctima de una situación compleja en la que, dijo, el hoy ministro de Defensa maniobró "buscando lo mejor para él. Yo hice lo mismo"

La comparación, totalmente fuera de lugar, solo es explicable por la ignorancia de la historia. Pero de la historia real, no la que se inventaron para subirse al carro de la gloria patria.

Eleuterio Fernández Huidobro, "Oscar" o "el Ñato", fue detenido el 14 de abril de 1972. Yo lo fui el 20 de mayo del mismo año. Méndez me entregó, dos días después, las carpetas con las declaraciones suyas en que indicaba mi relación con Enrique Erro y con el coronel Montañés, del que yo ignoraba el nombre. Para mí, era Ramón. Después se dirá que quien puso a estas personas en la mira de las FF.AA. fui yo.

Cuando a principios de junio de 1972 el actual ministro fue consciente de la debacle en que él, Raúl Sendic y Julio Marenales habían precipitado al MLN, arrastrándolo a una derrota inexorable, aprovechando el desconocimiento que las FF.AA. tenían acerca de la dimensión real del MLN, se comprometió a conseguir la rendición incondicional de la cincuentena de compañeros que un día sí y otro también arriesgaban sus vidas en aras de cumplir los planes que desde antes de la gran fuga de Punta Carretas se venían gestando: el plan Tatú, el Plan del 72 y el Segundo Frente.

Por esas fechas contaba como aliados a la inmensa mayoría de los que hoy lo critican y lo acusan de traidor. Agrego que con razón. Pero no por lo que hace hoy, sino por lo que hizo entonces.

Convenció al comandante Carlos Legnani de que él era el único que podía convencer a Sendic y Marenales de la necesidad de rendirse y entregar las armas y locales que aún quedaban, bajo la promesa de detener, en lo inmediato, la tortura y al cabo de unos meses estudiar la situación legal de los detenidos que no cargaran con delitos de sangre, lista que elaboró junto con Mauricio Rosencoff y en la que por pura casualidad, ellos ocupaban los primeros lugares

Pese a que algunos lo valoran como gran estratega, no tuvo en cuenta que los que faltaban en la lista eran los que tenían esos delitos. Carlos Legnani, que mantenía una buena relación con el coronel Trabal, lo convenció a este para que el general Cristi autorizara lo que por entonces se conoció como "la tregua". Tregua que fracasó por el empecinamiento de Sendic y Marenales en imponer unas condiciones políticas y sociales que hubieran justificado el accionar del MLN. Pretendían que las FF.AAA, pusieran en práctica el programa del MLN.

Con gran consternación por su parte no logró convencer a sus compañeros que la rendición era la única carta que quedaba y estos le pusieron fin a la tregua ejecutando al entonces coronel Artigas Álvarez, no porque lo creyeran responsable de la represión, sino porque era un objetivo fácil. No supieron a quien habían ejecutado hasta que lo anunció la radio.



La tregua



Cuando la primera reunión para buscar la tregua, Wassen  (Adolfo “Nepo” Wassen)le informó que había sido él el que aportó los datos para la ubicación de la Cárcel del Pueblo. Fernández Huidobro trasladó a Sendic, en el primer encuentro que tuvieron y que Blixen narra en su biografía de Sendic con tono novelesco, ocultando que todo ese proceso era una verdadera tragedia, en el que se jugaba con la vida como si careciera de valor. Tengo que recordar que una de las vidas que estaba en juego era la mía, ya que se me acusaba por la caída de la Cárcel. Vamos a dejar las cosas como están, le dijo Sendic al Ñato y éste se lo trasladó a Wassen, quien en un rasgo de honestidad personal me comunicó que yo "era el cabeza de turco".
Como se dice en la nota publicada por El Observador, en esos momentos Sendic no estaba por aceptar la rendición. Más adelante, cuando la bronca interna en las FF.AA. por la muerte de Artigas Álvarez ya había decaído bastante, vuelve sobre el tema, también en el Florida y reanuda las salidas acompañado por Calcagno, escondidos ambos en autos que habían sido propiedad de colaboradores del MLN, para reanudar las negociaciones. Desempeñaba él el papel protagonista en la "orquesta roja" a la uruguaya. Esas negociaciones se reanudaron, pero esta vez bajo el control directo de Trabal, que puso vigilancia al Florida. Esa vigilancia tuvo como consecuencia que Trabal supiera de las reuniones en la calle Sevilla y en la casa de Elsa Dubra, a las que acudía Ferreira Aldunate, y otras en casa de Domingo Carlevaro.

Pero entonces Sendic también participaba de las negociaciones. Llegó incluso a orquestarse su detención pactada, en un simulacro de detención con tiroteo incluido, en el que la frase "soy Rufo y no me entrego" era la contraseña pactada. Pero de nada le sirvió, ya que el FUSNA no participó de esas negociaciones.

La detención de Sendic no hizo disminuir el entusiasmo de Fernández Huidobro por encontrar una salida al embrollo que él había contribuido a desarrollar. Encontró su alma gemela en Ramón Trabal, quien aspiraba a convertirse en el Velazco Alvarado criollo y juntos fraguaron el "golpe a la peruana", un "golpe bueno", para tratar de evitar el golpe que ya flotaba en el aire y al que me referiré más adelante. Se empezó a difundir la idea de que había un sector progresista en el ejército.
Trabal y Fernández Huidobro le susurraron al oído a Ferreira Aldunate que él sería la cabeza civil del golpe bueno. El País puede seguir insistiendo acerca de Wilson, pero se ha negado a publicar lo que yo le he enviado acerca de este tema. Como bien ha dicho (Adolfo) Garcé, de Wilson ha trascendido una imagen bonachona, casi angelical, y se ha ocultado la otra cara, la de un oportunista contumaz, agrego por mi parte.

Mi gran amigo Federico Fassano ya me había engañado con mi manuscrito y entre todos ellos fraguaron un manuscrito falso, que escribieron en hojillas de papel de fumar, tomando como base el auténtico, en poder de Trabal. Del falso manuscrito desaparecieron las críticas que yo hacía hacia la dirección del MLN y se borraron las referencias a Ferreira Aldunate, quien a esas alturas decía que yo me reunía con militares para destruir la democracia, cuando en realidad quien lo hacía era su socio circunstancial, don Eleuterio.

Hojillas



Jorge Marius, en su libro La tiranía de la miseria (1), describe el momento en que Juan Pablo Terra, en presencia del "gran líder blanco", le entrega las hojillas con el falso manuscrito para que él las pasara a limpio. Ese detalle hizo que durante más de un año no leyera ese libro. ¿Cómo iba a darle importancia a un libro que dice estaba escrito en hojillas de fumar si yo lo había escrito en más de sesenta carillas de papel de carta? Pues un día lo leí y pude comprobar que las versiones que han sido publicadas, todas, coinciden punto por punto entre sí. Incluso la de Mate Amargo, tan falsa como las demás, ha sido "comentada" por el don Eleuterio, como una muestra más de su bajeza moral.

Tuvo muy destacada actuación en las comisiones de los ilícitos. Cuando dijo que si le daban permiso para torturar podía conseguir información sobre los desaparecidos –muchos de los cuales lo fueron por su responsabilidad a partir de la reunión del 16 de marzo de 1972– quizás estuviera pensando en aplicar lo que aprendió en los interrogatorios a los detenidos por aquellos días. Algo que, recogiendo sus propias palabras, no le impide vivir feliz.
Mucho se ha dicho y escrito sobre su cautiverio y sobre los de los demás rehenes. Lo dije cuando la entrevista y lo reitero ahora: todos fueron tratados con infinita crueldad, paro no por su condición de tupamaros. Lo fueron por su participación en el fracasado "golpe bueno" y en las comisiones de los ilícitos.

Tras la puesta en libertad, Eleuterio Fernández Huidobro, una vez superadas las diferencias internas acerca de su comportamiento en prisión, vio necesario amoldar la historia del MLN a lo que sería su actuación futura y fue dando bandazos como mejor le convenía. Para ello, se encargó de falsificar la historia y consiguió que otros la divulgaran. Se crearon teorías acerca del militarismo y los dos demonios, se constituyeron comisiones de estudio y para evitar que alguno le pidiera responsabilidades, se encargó de que quienes habían proporcionado información, con tortura o sin ella, fueran absueltos o perdonados, a cambio, eso sí, de proporcionar elementos que mantuvieran mi condición de traidor, responsable de la derrota.

De todo esto sabe mucho Zabalza, como sabe que fueron Wolff y Marrero quienes salieron a la calle a marcar compañeros. Sigue guardándose el secreto, uno más de los tantos que conoce. 

El problema que tiene para desvelarlos es que entonces quedará patente que la tan mentada capacidad política del tándem Sendic–Huidobro forma parte de la leyenda que él tanto ayudó a construir y a mantener, mal que le pese, a través del tiempo.


Leyenda



Es precisamente ese término, leyenda, el que emplea Samuel Blixen en su artículo La metamorfosis, para referirse a la actuación de ambos. Supongo que las alabanzas vertidas están referidas al período entre 1962 y 1969, porque no puede ignorar, a estas alturas, que ambos pergeñaron, ya desde 1971, los planes que llevarán a la debacle de 1972, planes a los que me opuse y que me llevaron a renunciar al comando general de Montevideo, días antes que se decidieran las acciones del Collar, en diciembre de 1971 y que están en la génesis de las acusaciones que se me harán posteriormente.
Tengo que recomendarle a Blixen que relea Historias tupamaras y que hable con Aníbal de Lucía, para que le cuente cómo Sendic, días antes de que se concretara la segunda fuga de Punta Carretas, le consultó acerca de la elaboración de la lista de fugados, en la que me dejaba fuera, o mejor dicho, dentro, pese a que a pedido de los propios presos y luego compañeros en la fuga, yo era el responsable de su planificación.

La metamorfosis a la que Blixen hace mención también le alcanza a él.
A raíz de mis cartas de 2013, Blixen se negó a admitir que mis palabras tuvieran valor y asumió la defensa del hoy desprestigiado ministro con un empeño digno de mejor causa.

Hoy, dos años después, reconoce que el Ñato fue el gestor de las componendas referidas anteriormente. Sin embargo, sigue mintiendo en cuanto a su desarrollo y triste final, cuando él fue testigo directo de las reuniones en el Florida y formó parte del amplio grupo de presos que salían del cuartel para establecer contactos, algunos de los cuales aprovechaban las salidas para visitar los quilombos cercanos al Cementerio del Norte, guiados por el inefable capitán González, alias "El pescado".
En la referida biografía de Sendic, de 368 páginas, parecen 320 inexactitudes, unas medias verdades y otras completamente mentiras, para ensalzar su figura y al mismo tiempo las de los que lo acompañaron en su aventura, entre ellas, la de don Eleuterio. Dedica todo el capítulo 17 a exponer "mi traición", cuando el mismo texto lo desmiente.

La historia oficial del MLN es falsa y está concebida para que las responsabilidades no se dirijan hacia quienes creyeron que el momento del enfrentamiento final había llegado,destruyeron en marzo de 1972 lo poco que de organización quedaba y se pusieron al mando del llamado Segundo Frente, pretendiendo enfrentar a las FF.AA. en el interior con un puñado de hombres y mujeres calzados con alpargatas, sin armas, sin municiones, sin comida ni medicinas.

Sendic discrepó con el Ñato en el mes de junio de 1972, pero terminó por admitir sus razones, apenas un mes después, para "salvar lo que quedaba", han dicho Mujica y Marenales.

El Ñato no se quebró nunca. Jamás le afectaron ni la muerte de sus compañeros ni el dolor ajeno. Maniobró siempre buscando lo mejor para él, cosa que no le critico. Yo hice lo mismo. Tengo en mi descargo que lo hice cuando ya nada podía hacer para defenderme de una acusación falsa, tan falsa que para mantenerla hubo que adaptarla en varios momentos, toda vez que los hechos la desmentían.

En 1984, un año antes de la amnistía, Ernest Siracusa, embajador USA en Uruguay cuando el golpe de 1973, se encargó, junto a Colin Bobelis, jefe de la agencia uruguaya de la CIA, de ir preparando el fin de la dictadura, que culminará con el pacto del Club Naval (2)

En dichas reuniones se acordó la prisión de Wilson Ferreira –aceptada por él e impuesta por los militares– y dar paso a Julio María Sanguinetti y reabrir el camino cerrado doce años antes. Los EE.UU. ya no necesitaban a los viejos generales, dado que su misión estaba cumplida. A su sombra se habían impuesto en Uruguay las teorías de Milton Friedman, tal como se habían impuesto en el resto de América Latina. Los dejaron a un costado del camino y algunos todavía hoy están entre rejas.

Esa y no otra es la razón del golpe de 1973, perpetrado cuando ya el MLN estaba destruido. El MLN pudo ser la excusa para el golpe, pero no su causa.
¿Qué sentido podía tener perseguir a las organizaciones políticas y sindicales cuando el MLN ya no existía? Por otro lado, de las propias actuaciones militares se sabía que el MLN nunca contó con el apoyo de las organizaciones perseguidas, sino todo lo contrario. 

Ni qué hablar del apoyo cubano o soviético, para los que fuimos siempre un más que molesto grano en el culo.

¿Y qué sentido pudo tener la Operación Cóndor que no fuera arrasar con los últimos vestigios de resistencia, ya no armada, sino simplemente política?



El number one



Estimado Bolita (n. de r. apodo de Samuel Blixen): el Ñato siempre aspiró a ser el number one, pero sus carencias se lo impidieron. Panegiristas no le faltaron. Lo que le faltaron fueron condiciones, mientras que le sobraba ambición, sobre todo, ambición de poder. Mujica fue su alter ego, como antes lo había sido Sendic, hasta que consiguió, con su forma de ser tan aparentemente normal y campechana, inclinar la balanza para su lado. Lejos quedaron los días en que se presentó como "palito de la colmena", en los que asumió la condición de aglutinador, él, que en el MLN no había pasado de los escalones secundarios y que se comió el garrón por bocazas, de chiripa, porque el Ñato lo embalurdó, en la tregua y en los ilícitos.

Juntos o cada cual por su lado han permanecido fieles a los compromisos asumidos, allá por 1988 y 89, esos que no se firman pero que atan para toda la vida y que están detrás de sus posturas tan aparentemente incomprensibles, dadas sus trayectorias.

¿Pero es realmente así o esas actitudes responden al viejo refrán "una mano lava la otra y las dos lavan la cara" ¿O han adaptado el proverbio bíblico y lo han convertido en "ayúdame que yo te ayudaré"? Me inclino por esto último.

A propósito del monumento que el Pepe se ha sacado de la chistera y que tanto ha disgustado a María Elia, la Parda Topolansky, le mando una sugerencia: ponerle alguna incrustación de oro, del que apareció en lo de Feldman y así se cierra la reconciliación.
 Después de todo, es el oro que la Parda y su grupo nos robaron en 1970, el de las libras que dijeron que yo me había quedado y que Néstor Sclavo recuperó una noche de la chacra de Pando. A lo mejor, capaz que se reconcilian.


(1) La lectura del libro me permitió iniciar un intenso diálogo con Marius, que se ha visto plasmado en un trabajo conjunto que espero vea la luz algún día y en el que tratamos este y otros temas.

(2) El documento base para esta afirmación no será desclasificado hasta 2024. La información me fue proporcionada por quien fuera compañero sentimental de mi primo Andrés Amodio Martínez, fallecido en EE.UU. en 1987. Este hombre, agente de la CIA hasta hace pocos años, asegura que Andrés ignoró su condición de agente americano, pero que en repetidas ocasiones le habló de nuestro parentesco. Prometió enviarme un álbum de recortes de periódicos que una de sus hermanas le enviaba, cada vez que mi nombre aparecía en ellos.

 

posta - postaporteñ@ 1413 - 2015-06-07


 

montevideo-OCTAVA MARCHA:
OTRO CAMPANAZO QUE

 SONÓ FUERTE



La cara de María Delia tiene pintada una enorme mariposa. Cuando la descubro detrás de esas alas coloridas que cubren gran parte de su rostro, me da gusto reencontrarme en el punto de partida, con una compañera de ruta que hace tiempo no veía. Coincidimos en que el tema del agua convoca  y en que seguramente esta marcha será multitudinaria.

Ella no es la única que se ha pintado la cara, son numerosos los rostros que lucen dibujos brillantes a todo color

Luego llama mi atención lo que parece ser parte de la tapa de un inodoro convertida en marco para un cartel que dice FUERA MONSANTO.
Quien lo porta me explica que originalmente la tapa de inodoro tenía un mensaje dirigido a Mujica: PEPE, CUANDO TERMINES TIRÁ LA CADENA.
La gente es ingeniosa. En pocas palabras logra decir muchas cosas, como los que llevan otro cartel que dice QUIERO VOLVER A TOMAR AGUA DE LA CANILLA. 

La marcha comienza poco después de las 17:30 y la avenida 18 de julio otra vez recibe un torrente de pueblo. Tras varios años repitiendo este ritual, puedo reconocer la procedencia de cada compañero que veo:   Rocha, Paysandú, Lavalleja, Treinta y Tres, Colonia, San José, Canelones, Maldonado, Rivera.. y por supuesto, la gente de Montevideo, que es la mayoría.
Observo que enfundada en un chaleco naranja que dice ?yo si firmo contra la megaminería?, una entusiasta  marchante que camina por el centro de la calzada, le va entregando volantes a los ocupantes de los vehículos que pasan en sentido contrario.
 Todos aceptan el mensaje impreso, y varios le dan una primera ojeada. Lo que más me gusta y me sorprende,  es que hay quienes bajan el vidrio de la ventanilla y sacan la mano para agarrar esa hoja que contiene un breve resumen del motivo de esta movilización.
No me sorprende sin embargo, escuchar palabras de aliento y bocinazos de aprobación a medida que la marcha avanza. Ya estamos acostumbrados a recibir ese tipo de expresiones de parte de gente que no está marchando con nosotros pero que comparte la preocupación que nos mueve.
En el trayecto, a medida que nos vamos encontrando con amigos y conocidos que integran las filas de caminantes,  siguen los reencuentros que motivan abrazos y afectuosos apretones de manos.
 Qué bueno es ver que pasan los años y el ánimo no decae entre los más viejos. Pero aún mejor es ver cómo crece el número de jóvenes que participa de esta pueblada. Un grupo bochinchero de ellos baten bombo, redoblante y platillos entonando un cántico que dice ESTAMOS EN LA CALLE  NUEVAMENTE, PORQUE  EL AGUA ES DEL PUEBLO Y NO SE VENDE ?

Como ya es habitual la nación charrúa marca presencia haciendo sonar lonjas y caracoles. El cemento se estremece al son de los tamboriles africanos y por momentos aparece, como destapada,  la dulce melodía de una armónica. Muy cerca de mí viene alguien con un clarinete con el que ejecuta el característico llamado militar a formar filas. En la otra mano lleva un cartel reclamando que el acceso al agua es un derecho consagrado en la constitución y por tanto una de las obligaciones del estado.  

El nombre del inolvidable payador Calos Molina flamea en la bandera del Ateneo Popular del Cerro, cuyos integrantes portan un gran cartel contra el IRSA. La enorme pancarta de la confederación de pueblos costeros es llevada con cierta dificultad por unas muchachas que luchan con todas sus fuerzas cuando pasamos por las esquinas donde sopla un poco más fuerte el viento.
Desde las ventanillas de los buses asoman muchas miradas inexpresivas de gente que parece aburrida y apática. Se destacan entre esa masa de compatriotas que parecen sonámbulos, algunos ojos que brillan y se interesan en la escena que presenta 18 de julio a última hora de la tarde. En las puertas de los hoteles, pequeños grupos de asiáticos y europeos registran con sus cámaras lo que está sucediendo.

Cuando llegamos a la Plaza Independencia todos coreamos de nuevo una frase que ya habíamos repetido durante la marcha: NO SE VENDE, EL AGUA SE DEFIENDE. La lectura de la proclama es interrumpida por aplausos y gritos. Retumban en las ventanas del emblemático Palacio Salvo las voces de los lectores y de esa masa de gente que aprueba sus palabras.
Es lindo ver el pueblo uruguayo así, de pie, movilizado, convencido, bien plantado.

Terminado el acto nos volvemos a casa repasando mentalmente las imágenes recién incorporadas a nuestra memoria. Una tenue llovizna se deja caer sobre Montevideo mientras con las pantorrillas doloridas por la caminata nos vamos dispersando. La sensación que experimento podría compararse a la del encargado de hacer sonar el gong con el pesado martillo. Espero que la conciencia de muchos uruguayos despierte del sueño plácido al que los induce la maquinaria del sistema que los anestesia mientras destruye el planeta en nombre del desarrollo y la prosperidad.

Fue un golpe más de campana. 
¿Cuántos reaccionarán al escucharla?
Tal vez lo podamos ver en la próxima marcha.

 

Aníbal Terán Castromán
postaporteñ@ 1413 - 2015-06-07 



 

Trabajo potenciado y la "tesis transferencia" (1)


Rolando Astarita [Blog]
 

Por estos días volví a tener discusiones –esta vez con unos economistas mexicanos, véase aquí- sobre trabajo potenciado y plusvalías extraordinarias (puede verse en Comentarios). Es que en varios escritos, y siguiendo a Marx, he sostenido que la plusvalía extraordinaria es producto de trabajo potenciado. La idea básica es que el trabajo que aplica una tecnología superior a la que es normal en la rama, genera por unidad de tiempo más valor que el que generan las empresas con la tecnología que predomina (para simplificar, dada cierta intensidad del trabajo, y considerando los mismos tipos de trabajos simples). La cuestión, por supuesto, se relaciona con la noción de valor. Valor, según Marx, es tiempo de trabajo socialmente necesario, objetivado.

Socialmente necesario es definido por Marx como el tiempo de trabajo “requerido para producir un valor de uso cualquiera, en condiciones normales de producción, vigentes en una sociedad y el grado social medio de destreza e intensidad del trabajo” (p. 48, cap. 1., t. 1, El Capital).



Planteamiento de la cuestión


Para ver el problema, la esencia del asunto se puede explicar con un esquema muy sencillo de productores simples de mercancías (si se quiere el planteo más desarrollado, puede consultarse el capítulo 10 de El Capital; véase también aquí y aquí, por ejemplo; o Valor, mercado mundial y globalización).
Supongamos que en una rama existen 12 productores que fabrican la mercancía A. 10 de ellos emplean 10 horas de trabajo; el productor 11 emplea 8 horas de trabajo, y el 12º emplea 12 horas. Suponiendo que el valor encerrado en una hora de trabajo socialmente necesario se exprese en $10, todos venden A en $100. Aquí, el promedio aritmético de tiempo de trabajo es 10 horas. Puede verse que el productor 11 recibe el equivalente de 10 horas de trabajo, esto es, $100, habiendo empleado 8 horas; y que el productor 12 recibe el equivalente de 10 horas, habiendo empleado 12 horas de trabajo.
La cuestión es determinar qué sucede, en términos de valor, con los productores 11 y 12. Toda una serie de importantes marxistas, entre ellos Mandel, Shaikh y Carchedi, ha planteado que de hecho existe una transferencia de valor desde el productor 11 al productor 12. Esto es, el productor 12 ha generado $120 de valor, pero solo se apropia de $100, en tanto el productor 11 ha generado $80 de valor, y se apropia de $100. De manera que 11, con 8 horas de trabajo, recibe el equivalente a 10 horas de trabajo. Dado que el plus de 12 se cancela con el minus de 11, la idea de la transferencia de valor parece confirmarse: el productor menos eficiente genera más valor que el promedio de los productores, del que se apropia el más eficiente, que ha generado menos valor que el promedio. Aunque no se explica cómo ocurre esta transferencia (no es una cuestión menor), para algunos la matemática que “cierra” parece ser argumento suficiente para justificar la “tesis transferencia”.
Este enfoque se traslada entonces a las relaciones entre países: en los países en que predominan empresas con tecnologías atrasadas, generan más valor que el promedio, y lo inverso sucede en los países en que predominan las tecnologías adelantadas. Por lo tanto, existe transferencia de valor desde los primeros a los segundos. Es la tesis del intercambio desigual, un pilar para afirmar que los países atrasados son explotados

Mi interpretación es opuesta. Siguiendo la noción de Marx de valor como trabajo socialmente necesario, y volviendo al ejemplo anterior, sostengo que el productor 11, al emplear tecnología superior a la predominante, genera más valor por hora de trabajo que los 10 productores que emplean la tecnología modal; y que el productor que emplea la tecnología atrasada genera menos valor por hora de trabajo.

De manera que no hay transferencia de valor. El trabajo del 11º es potenciado (en tanto generador de valor), y el trabajo del 12º es despontenciado. Por supuesto, aquí la matemática no prueba nada. La discusión es conceptual.



Problema irresoluble para la “tesis transferencia”


Desde el punto de vista del poder explicativo, la tesis “transferencia” tiene un primer problema que ya señalé, a saber, que no explica cómo es que se opera la transferencia de valor desde el 11º al 12º. Pero veamos la cuestión ahora con un ejemplo similar al que plantea Marx cuando explica el surgimiento de la plusvalía extraordinaria; aunque esta vez presento un esquema de productores simples, parecido al anterior. Suponemos de nuevo 12 productores, que producen A, pero ahora todos tienen la misma tecnología; todos emplean 10 horas de trabajo y A se vende en $100. De manera que la demanda global de A exige que se viertan $1200 para realizar los valores correspondientes a 12 mercancías A.
Supongamos ahora que el productor 11 baja el tiempo de producción a 8 horas. Dado que el resto de los productores venden a $100, el precio predominante en el mercado es $100. El productor 11 decide vender a $100 (el precio valor del mercado), obteniendo por 8 horas de trabajo el equivalente a 10 horas de trabajo.
¿De dónde sale ahora ese plus? El enfoque “transferencia” no tiene manera de explicarlo; al interior de la rama nadie emplea tecnología con más mano de obra que el promedio. Tampoco hay por qué suponer que cambió algo en el resto de la economía.

La demanda de A sigue siendo la misma que la que existía antes de que el productor 11 cambiara la tecnología; esto es, se venden 12 productos cuyos valores se realizan con $1200 generados en las otras ramas de la economía. De la misma forma que antes no había transferencia, tampoco la hay ahora. Por lo tanto, los $1200 en mercancías A que sus productores lanzan al mercado representan valor generado en la rama. Pero luego de la innovación esos $1200 no han sido generados por 120 horas de trabajo, sino por 118. ¿Cómo es posible? La respuesta, inspirada en Marx, dice que es posible porque el productor 11º en 8 horas de trabajo individual ha generado el equivalente a 10 horas de valor (expresadas en $100).

Los defensores de la “tesis transferencia” no lo pueden creer. ¿Cómo es que 8 horas del trabajo individual equivalen a 10 horas de trabajo social? “Algo anda mal”, piensan. “Jamás puede darse que 8 sea igual a 10”, insisten. De manera que decretan que aquí también existe transferencia. No vaya a ser que se caiga el dogma (¿y se afecte el tercermundismo marxista?).

 En la rama A se produjo solo $1180 de valor, nos dice el defensor de la “tesis transferencia”. ¿Pero cómo se sostiene entonces la ley del valor trabajo? Es que las mercancías se intercambian, en promedio, a sus valores (no hemos metido la problemática del precio de producción). Pero si se dice que el productor 11 generó, con su trabajo individual de 8 horas, sólo $80 de valor, y vende su mercancía a $100 (o la intercambia por otra mercancía B que vale $100), no hay intercambio de equivalentes. Pero por esta vía no hay forma de compatibilizar la teoría del valor trabajo con el ejemplo teórico. El defensor de la “tesis de la transferencia”, al negar la posibilidad de que exista trabajo potenciado, ha caído en un impasse.


El error de fondo

El error de los defensores de la “tesis transferencia”, que les impide explicar el problema elemental planteado, consiste en que asimilan directamente el trabajo privado con el trabajo social. Por eso mismo, han borrado la especificidad de la teoría del valor de Marx, en particular su diferencia con la de Ricardo. Exhiben una concepción mecanicista, que se limita a decir “1 hora de trabajo privado siempre tiene que equivaler a 1 hora de trabajo social y por eso generar siempre 1 hora de valor”. Y por este camino se llega a verdaderos absurdos. Por ejemplo, si postulo que un productor 13 produce A en 100 horas, el mecanicista “pro-transferencia” me dirá que el productor 13 generó el equivalente a $1000 de valor que, por algún mecanismo misterioso, algunos otros se apropian. Se habría encontrado entonces una bonita manera de generar valor.

Por supuesto, la teoría del valor de Marx no discurre por esos disparates. Su idea básica es que los trabajos privados no son directamente sociales. Solo se hacen sociales mediante la venta, y por eso esta última constituye “el salto mortal” de la mercancía. Es que en la venta los trabajos privados se sancionan en tanto trabajos socialmente necesarios. Por eso, algunos trabajos privados pueden generar más o menos valor según empleen mayor o menor fuerza productiva que la que se emplea normalmente en la rama. Precisamente refiriéndose a un caso similar al que he presentado (el productor 11 que con su trabajo de 8 horas obtiene 10 horas de valor), escribe Marx:
“… parece, pues, que el plusvalor proviene de la venta, del hacer pagar más caro a los demás poseedores de mercancías, de la elevación del precio de la mercancía por encima de su valor, no de la disminución del tiempo de trabajo necesario y de la prolongación del tiempo de plustrabajo.

 Pero ésta es sólo la apariencia. Mediante la excepcional fuerza productiva que el trabajo obtiene aquí a diferencia del trabajo medio en el mismo ramo de actividad, se convierte, en relación a éste, en trabajo superior, de modo que, por ejemplo, una hora laboral suya es igual a 5/4 de una hora laboral de trabajo medio, a trabajo simple a una potencia superior. Un número menor de horas de trabajo resulta igual a un número mayor de horas del trabajo medio. Lo paga como trabajo medio y lo vende por lo que es, trabajo superior, una determinada cantidad del cual es igual a una mayor cantidad de trabajo medio” (Capital y tecnología. Manuscritos inéditos 1861-1863, pp. 38-9, México, Terra Nova, 1980; énfasis añadido).

De manera que si se aplica este enfoque (que deriva de la teoría del valor), la ley del valor trabajo, en el ejemplo que presenté, rige el intercambio y lo explica. El productor 11 de A generó $100 de valor en 8 horas de trabajo individual porque su trabajo es trabajo potenciado. Por lo tanto, cuando intercambia 1 A por 1 B (que contiene 10 horas de trabajo socialmente necesario), se cambian equivalentes en términos de valor (aunque no sean equivalentes los tiempos de trabajo privados).
 ¿Qué nos dice el defensor de la tesis transferencia a esta altura? Simplemente vuelve a asegurarnos que no puede ser que “una hora laboral sea igual a 5/4 de hora laboral de trabajo medio” (esto es, de valor). Y se consuela pensando que, en el fondo, el pobre Marx no entendió la diferencia entre trabajo abstracto y concreto, y ni siquiera su propia teoría del valor. ¿Cómo no iba a caer en el error de pensar que 1 hora de trabajo individual podía ser igual a 5/4 de hora valor?

Trabajo complejo, otra forma de trabajo potenciado

La explicación sobre cómo surge el trabajo potenciado que brinda Marx en el cap. 10 de El Capital, o en el pasaje que acabo de citar, demuestra cómo 1 hora de trabajo individual puede generar más valor que 1 hora de trabajo que emplea la tecnología media dominante. Esta es una forma entonces de trabajo potenciado, que surge por diferencia de fuerza productiva relacionada con la tecnología. Pero hay otra forma de trabajo potenciado, que es el trabajo complejo: “se considera que el trabajo más complejo es igual sólo a trabajo simple potenciado, o más bien multiplicado, de suerte que una pequeña cantidad de trabajo complejo equivale a una mayor cantidad de trabajo simple” (Marx, El Capital, pp. 54-5). Aquí la potenciación del trabajo no deriva de la tecnología, sino de la capacitación de la fuerza de trabajo (que es una fuerza productiva). Aunque el trabajo complejo no explica la plusvalía extraordinaria, es conveniente tener presente esta otra forma de trabajo potenciado.


Trabajo desponteciado

Más arriba mencioné, al pasar, el trabajo “despotenciado”, para significar el trabajo que genera menos valor social por unidad de tiempo de trabajo individual. Aclaro que Marx no utiliza este término, pero de todas maneras la idea está encerrada en el pasaje del capítulo 1 de El Capital, cuando define qué es tiempo de trabajo socialmente necesario. 
Dice que “tras la adopción en Inglaterra del tela de vapor… bastó más o menos la mitad de trabajo que antes para convertir en tela determinada cantidad de hilo. Para efectuar esa conversión, el tejedor manual inglés necesitaba emplear ahora exactamente el mismo tiempo de trabajo que antes, pero el producto de su hora individual de trabajo representaba únicamente media hora de trabajo social, y su valor disminuyó, por consiguiente, a la mitad del que antes tenía” (p. 48).
 El concepto se entiende fácilmente. De nuevo, la hora de trabajo individual no equivale necesariamente a la hora de trabajo social; en este caso, 1 hora de trabajo individual equivale a media hora de valor. 
 Todo depende de su relación con “los tiempos normales de producción” en la rama bajo consideración.


El valor es relativo


Observemos que el trabajo del innovador, en cuanto trabajo concreto, está generando más valores de uso que el trabajo de los que utilizan la tecnología media reinante. Y en cuanto trabajo abstracto, esto es, en tanto generador de valor, el gasto humano de energía actúa como energía potenciada. 
¿Por qué? Pues porque el valor es una categoría social y por lo tanto relativa. Por eso también, el tiempo de trabajo, en cuanto generador de valor, no es absoluto, sino relativo. Pensar que es siempre igual a sí mismo, inmutable y universal, es sinónimo de una concepción linealmente mecanicista, como apuntamos más arriba. La realidad es que el mismo depende de la productividad relativa al resto de las empresas de la rama.

Enfatizamos: el valor siempre es relativo. En primer lugar, es relativo a un objeto de uso o servicio. Si Juan trabajó y no generó un valor de uso, no generó valor. Pero en segundo término, es relativo al resto de los trabajos humanos aplicados en la rama. Por eso Marx, en el pasaje citado, afirma que el trabajo potenciado que genera la plusvalía extraordinaria es una fuerza productiva “excepcional”. ¿Por qué “excepcional”? 
Pues porque se destaca con respecto a la fuerza productiva que prevalece en la rama. Por eso también afirma que el trabajo que emplea esa fuerza  productiva “excepcional” se convierte, en relación al trabajo medio, en trabajo potenciado. Es potenciado solo a través de la relación con otro trabajo que utiliza menor fuerza productiva para producir la misma mercancía, y que es el trabajo normal en la rama.

 Por último, el valor también es relativo a una demanda que pueda realizar en el mercado, en tanto trabajo social, al trabajo privado.

En definitiva, siempre está en el centro de la problemática la vinculación -contradictoria- entre el trabajo  privado y el trabajo social.

En el caso de las plusvalías extraordinarias, el tiempo de trabajo privado es generador de valor en relación al tiempo de trabajo que es el normal en la rama. Esta es la razón por la cual el productor que emplea 100 horas de trabajo para producir una mercancía que en promedio se produce en 10 horas, no genera 10 veces más valor que el promedio. 
Y por qué el productor 11 de nuestro ejemplo puede trabajar 8 horas y generar valor por el equivalente a 10 horas de trabajo social.
 Todas estas cuestiones, naturalmente, escapan por completo a la rústica comprensión del mecanicista que sigue repitiendo “1 hora de trabajo privado es igual a 1 hora de trabajo social”, y así hasta el infinito. Lo extraño es que esta tontería se considere “ciencia”.


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Acomodando el culo al sillón 

“a dos velocidades”
 


Walter Cancela, embajador uruguayo ante la Unión Europea, dijo el lunes 1º que el Mercosur no se ha planteado un acuerdo “a dos velocidades” con la UE (o sea dejando de lado a Argentina por dos años) sino “de los cuatro socios, porque la UE tiene mandato para negociar con el Mercosur, no por separado”.
Al día siguiente se anunció que se lo removía de su cargo, porque sus dichos habían molestado al presidente Tabaré Vázquez, el mismo al que no molestaron los insultos del ministro de Defensa a los organismos de Derechos Humanos.

La política exterior la fija el presidente” dijo el canciller de la República, y agregó que buscarían rápidamente un sustituto porque las negociaciones empiezan ya.


Si Argentina decide no participar el resto del bloque seguirá para adelante”, dijo hace unos días el ministro de Economía, y que eso se acordó con Dilma Roussef en la reciente visita de Tabaré a Brasilia. (Decide la política internacional de Brasil, también).

Veinticuatro horas después, los mismos jerarcas dicen que no revocaron a Cancela, solamente lo “observaron”.

Al mismo tiempo, el ex presidente José Mujica dice que la solución para América Latina no vendrá del comercio con Europa, que está en “situación compleja, llena de incertidumbres...”
Para entender algo, vamos al problema de fondo.


La debilidad relativa congénita de nuestra clase dominante la hace pegarse al poder imperial de turno. Desde la burguesía colonial incipiente de Montevideo “la muy fiel y reconquistadora”, que en 1806 va a recuperar para la corona española la Buenos Aires invadida.


O la “independencia” de Uruguay en 1825-28, de espaldas al proyecto federal artiguista, por decisión de Su Majestad Británica. Y la infame Triple Alianza de 1865 para invadir y destrozar Paraguay acabando con su resistencia a la penetración imperialista.

 De regalo, esa guerra nos dejó el ejército uruguayo que se formó con un rejunte de mercenarios, y esa condición se prolonga hasta las “misiones de paz” de hoy.


Nuestra única redención posible es la integración latinoamericana


. “Uruguay no puede seguir su marcha por los carriles del Uruguay solo. Los del Uruguay insular. El Uruguay que está muerto. No tiene posibilidades de un desarrollo autónomo... ese camino está condenado a la frustración... Uruguay no puede por sí solo adquirir su independencia”. DiceCarlos Quijano, fundador y director de Marcha.


Pero ¿cuál integración? “La integración de los desarrollistas no es la nuestra” agrega Quijano. El capitalismo periférico dependiente define una competencia especial entre las burguesías coloniales de la región, una pugna por un mejor lugar de vasallaje en la estructura colonial.

El espacio que gane una lo pierde la otra, y esa competencia servil las degrada a todas en beneficio del centro imperial.


La zanahoria es buscar un desarrollo por vía capitalista para “alcanzar al Primer Mundo” en unos treinta años, aprovechando las posibles oportunidades en el comercio mundial (ahora lo llaman “país inteligente”).


Esa integración sería coordinar las ofertas para ese mercado, y aceptar por igual el capitales y los productos externos. Pero sin integración productiva, siempre tiene el límite de la competencia por llegar a los mismos objetivos por vías particularistas.


El supuesto desarrollo por imitación del camino de los países europeos y EEUU en los últimos cuatrocientos o trescientos años, es imposible”.
Lo demostraron claramente hace tiempo autores como el marxista uruguayo Vivian Trías.



Ya no es posible una acumulación primitiva por explotación de las colonias y súper-explotación del trabajo, como en la revolución industrial. Reformar la tenencia de la tierra ya no es desplazar al feudalismo, un modo de producción inferior; ahora hay que quebrar la concentración de la tierra en manos del agronegocio transnacional, imposible por simple competencia capitalista.
Hoy el excedente económico se lo lleva el imperialismo que cuenta con el monopolio financiero, potencia militar, acceso a los recursos naturales, medios de comunicación, y tecnología.


 En vez de una burguesía autónoma como en el despegue capitalista en Europa, estas son subsidiarias del capitalismo globalizado, viven en su intersticio, y no pueden ni buscan ser otra cosa.

¿Qué hace un gobierno como el del Frente Amplio? Si lo que busca es gestionar el capitalismo, asume la lógica capitalista. Sentado en el sillón, culo y cerebro se moldean.

¿Qué puede hacer un pequeño país capitalista, periferia de periferia, como Uruguay? Si salta del sartén cae en el fuego.

Cada vez que alguna crisis crea dificultades, el gobierno proclama que los capitales pueden venir aquí porque Uruguay se baja los lienzos; cada vez que algún otro gobierno de la región intenta siquiera un pequeño regateo o resistencia, acá salen de rompehuelgas a mostrar “responsabilidad”.

Y anuncian que Uruguay está “blindado” y más aun, que saldrá beneficiado por las dificultades de los vecinos. Con el gorro en la mano, buscando monedas.
Pero termina pasando lo previsible para cualquiera menos este equipo económico. Las dificultades de la región rebotan sobre Uruguay, porque esos países son mercados de Uruguay, de allí vienen muchas de las inversiones de capital, las divisas, y son socios en obras de infraestructura.


Es el dilema del prisionero. 

Si mandás en cana a tu cómplice, a lo mejor vos vas antes.


Entre servir al imperio o al sub-imperio, para algunos hay que “abrirse al mundo” a ver si así se venden servicios a los países centrales, y para otros es mejor vender en la región la idea de un puerto de aguas profundas entre todos. Todas opciones dentro del capitalismo, porque por algo están en el sillón.


Bascular entre Argentina y Brasil, en Uruguay es como venir a reinventar la rueda.


Armar lío entre ellos para ver si pescamos algo, tal vez sea pan para hoy. Seguro es hambre para mañana. Porque cualquier imperio preferirá siempre arreglar con los más grandes, más de lo que pueda sacar de esta “tierra de ningún provecho”.


Un país inteligente no merece un gobierno estúpido. No es de extrañar que en tanta vuelta en el laberinto, alguno se moleste porque otro diga una simple verdad molesta.

En estas condiciones, en el contexto inamovible del capitalismo, ¿cuál de esas "dos velocidades" es la solución? Simple, no hay solución.




FERNANDO MOYANO

- postaporteñ@ 1413 - 2015-o6-07 


 

La coyuntura actual haitiana – Charla del Dr. Camille Chalmers



en Montevideo el 2 de junio 2015



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