Número 492 | enero 31 de 2011 | Año 6º | ||
"La orden fue que cuando muriera alguno, no apareciera" HABLA GILBERTO VÁZQUEZ - CORONEL RETIRADOEn una entrevista desde la cárcel de Domingo Arena donde el torturador, Vázquez dijo que “no había más remedio” que recurrir a ese método de interrogación y admitió que “con algunos se nos fue la mano” Por María José Frías -¿Por qué empezó la tortura? -Era útil. Cambió la cosa porque la realidad era que al principio no se podía prender a nadie. Una vez agarramos a una mujer que tenía una pistola. Cuando llegó al juez le dijo: "Me la pusieron". Nosotros sabíamos a cara de perro de leyes militares pero no de leyes civiles. Al final, los culpables éramos nosotros. Así no podíamos hacer nada. Después se nos escaparon los tupamaros de Punta Carretas y la sensación de derrota fue total. No se podía con aquella gente, no había forma. -¿Y torturarlos los detuvo? -Claro. Cuando los empezamos a cascar y los tipos entraron a hablar, ellos nos enseñaron cómo funcionaba el MLN (Movimiento de Liberación Nacional) y dónde estaba cada uno. En un año se vinieron abajo. Pasamos de estar achicados a achicarlos a ellos. Andaban a los saltos. Agarrábamos a uno y el tipo ya llegaba al cuartel pensando: "Acá me van a hacer pelota". Entonces muchos llegaban y decían: "Vamos a hablar bien" y no precisaba mucha tortura. -Pero igual los torturaban... -Sí. Se hacía lo que hiciera falta para tener la información porque del otro lado estaba la vida de nuestros soldados y la paz de la República. Se vivía en un estado de inquietud permanente. -¿Cómo torturaban? -Nosotros antes de aplicar la tortura entera, nos dábamos unos choques eléctricos. Nos metíamos picana para ver lo que era y no es tanta cosa. Lo que pasa es que era entre nosotros. Uno sabe que no lo van a matar pero cuando es el enemigo, la cosa cambia radicalmente. Uno no va a traicionar las ideas y los compañeros por un dolorcito, pero cuando la cosa viene de que lo van a matar, cambia. Igual se ha hecho una historia negra de que además se robaba y se violaba y no era así. Nosotros no permitíamos que esas cosas pasaran. Si pasaba, iba preso. -Pero no solo se denunciaron torturas, también se denunciaron violaciones. -No. No se permitía ni reírse. Era algo doloroso, triste y lamentable. A uno torturar le pesa en la conciencia toda la vida pero no había más remedio. Terminaron en el psicólogo los torturados y los torturadores porque es llegar al último nivel de violencia. La guerra es brutal. -¿Torturadores fueron todos? ¿Esto abarcó a todas las Fuerzas Armadas? -Yo no le voy a decir quiénes, ni cómo, ni dónde pero parece que tienen listas de cientos de tipos (la Justicia). Lo que pasa es que a todos les tocaba algo que tenía que ver. De repente le tocaba estar preparando soldados, o haciendo la comida para los que iban a combatir. Es como hacer un informativo. Uno pone la cara pero atrás hay un montón de gente que colabora. La guerra es obediencia y por las buenas o las malas, el mando se impone. Cada uno hacía su parte. -¿Por qué desaparecieron gente? -Fueron casos mínimos. No se mataba a nadie. En Chile los mataban, en Argentina el sistema era hacer desaparecer. Acá está (José) Mujica presidente, el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro) senador, (Eduardo) Bonomi de ministro. Acá fueron veinte. Con algunos se nos fue la mano y otros eran tipos enfermos, que de repente llegaban y sin tocarlos, les daba un infarto. El tema fue que entre miles de tipos, alguno se quedaba. Ese desaparecía. -¿Por qué no devolvían los cuerpos? -Al principio se entregaban. Después los altos mandos nos explicaron que el país tenía un drama económico. El petróleo había subido, la carne había bajado a la mitad, lo mismo pasaba con la lana. El problema económico era tremendo y el país se salvaba por el turismo y se necesitaba dar una sensación de tranquilidad para favorecer la inversión. ¿Quién va a invertir en el Congo? Entonces, la orden fue que cuando muriera alguno, no apareciera. Eso vino de arriba. Fue por razones económicas y parecía razonable. -Usted actuó también en Argentina, ¿ahí que hizo? -Estuve allá. Yo traje a una muchacha en un avión de línea. Nos vinimos en Pluna sin ningún drama. Era Pilar Nores Montedónico. Acá la tuvimos un tiempito y la largamos. -¿Y los del primero y el segundo vuelo? -El segundo vuelo es un invento. Yo nunca supe nada. En el primero los trajimos porque allá los iban a matar. Los salvamos, no por cuestiones humanitarias sino porque para nosotros eran fuente de información importante. Nos servían, pero nos trajo terribles problemas con Argentina porque el sistema de ellos era otro. -Más allá de lo que les hicieron a los adultos, ¿por qué robaron niños? -Acá no lo hicimos. Eso fue en Argentina. -Acá se quedaron con Macarena Gelman, por ejemplo… -Eso fue una cosa rara. Cuando nosotros teníamos a un argentino, se lo dábamos a ellos porque les podía servir como fuente de información y nos traíamos a los uruguayos pero traerse a una argentina para acá, no tiene la menor lógica. -¿Y por qué lo hicieron? -Cosas que pasan en la guerra. Son daños colaterales, como cuando tiramos para matar en un lado y uno se tara o le erra y encaja un bombazo en una escuela. Son cosas que salen del objetivo militar. Nunca pude entender para qué la trajeron. -¿Dónde está ella? ¿La incluyeron en la Operación Zanahoria? -Ni idea porque yo no estaba. No lo hubiera permitido porque esas cosas no se hacían. Yo me enteré cuando ya estaba retirado y no tuvo sentido que fuera por la niña porque en el Consejo del Niño hay niños a patadas. -¿A qué atribuye que hayan terminado presos después de haber pasado veinte años sin que fueran juzgados por estos delitos? -A una venganza del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), que fueron los que tuvieron más desaparecidos en Argentina. Los tipos fueron a la guerra con la mujer y niños chicos. Encima la embarazaban y la metían en el baile, una cosa que a un militar no se le pasa por la cabeza. Mi mujer no sabe nada de nada, y mis hijos menos. Nosotros con los tupa tuvimos contacto hasta que nos metieron presos y siempre quedó claro que ellos no guardan rencor. Los tupa no hicieron denuncias, las denuncias son las del PVP y parte del PCU. -¿Usted se arrepiente de lo que pasó? -No, al contrario. Yo estoy orgulloso de haber podido participar en la salvación del país. ¿Se imagina lo que hubiera sido un Uruguay comunista en medio de la guerra fría? ¿Vio lo que pasó en Vietnam? Acá hubiera sido espantoso. Era una cuestión práctica. -Y de haber torturado y desaparecido gente, ¿tampoco se arrepiente? -No había más remedio. Lo otro era permitir que me siguieran matando los soldados y por omisión, hubiera sido cómplice. Ni muerto. Yo tengo en mi celda las fotos de los camaradas muertos y viene gente joven del Ejército y no saben quiénes son. En cambio, por los que murieron del otro lado han hecho calles y plazas y son héroes nacionales. Yo no iba a dejar que los siguieran matando aunque me tuviera que embarrar las manos hasta la manija. Me dolía en el alma y me sigue doliendo pero no había otra. Lamentablemente la vida tiene una parte de guerra, violencia y brutalidad. Cuando a uno le toca, tiene que elegir el mal menor. O los reventaba a palos o dejaba que siguieran matando a mis camaradas. Hicimos las cosas lo mejor que pudimos. Algunas cosas lamentables, las tuvimos que hacer. Fue como cuando un cirujano tiene que amputar una pierna porque con la gangrena, la persona se muere. No corta la pierna porque le guste. Había que hacerlo. Nosotros salvamos al país y estamos orgullosos. UN CONFLICTO EVITADO CON EL MLN EN 1993 El coronel (r) Gilberto Vázquez dijo a Ultimas Noticias que el contacto de los ex represores con las principales figuras del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) se mantuvo hasta que terminaron presos. Agregó que en el año 1993, ambas partes evitaron un nuevo enfrentamiento al investigar en conjunto el asesinato de Ronald Escarzella, un ex tupamaro asesinado en Rocha el 23 de abril de ese año. "Cuando pasó eso me llamó el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro) y me dijo: 'La información que tenemos es que es del lado de ustedes'. Yo le contesté que si era del lado nuestro, le rompía los dientes y le pedí que no se metieran porque si nos mataban a uno, la cosa no paraba más. Al final se arregló porque se vio que no venía del lado militar y nos evitamos un segundo enfrentamiento porque esas cosas empiezan y no se sabe cuándo paran". Aclaró que el intercambio se mantuvo con el MLN pero no con el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), a cuya "venganza" atribuyó los procesamientos de militares. "Son distintos. Los anarquistas son bravísimos", afirmó. A modo de ejemplo, aseguró que "no dejaban entrar profesionales en la organización para que no se aburguesara. Entonces lo llevan a (Sergio) Molaguero, lo atan con alambre y lo lastiman y no tenían un médico para curarlo. Lo curaba Jorge Vázquez (subsecretario del Interior) con alcohol iodado, pero no era que lo quisieran torturar. Era que no tenían médico. Los tupas tenían médicos por todos lados". MIRANDA Y CHÁVEZ SOSA APARECIERON PORQUE LA “LIMPIEZA” NO FUE “PERFECTA” -Ya está preso y no pierde nada si dice la verdad. ¿Dónde están los desaparecidos? -No están. Vino la Operación Zanahoria. A fines de 1984 se desenterraron los que había, se quemaron y se tiraron las cenizas a un arroyo, creo que en Manga. No hay nada. Lo saben en las Fuerzas Armadas, en el MLN y en el Partido Comunista. -¿Pero aparecieron los cuerpos de Miranda y Chávez Sosa? -Porque en la limpieza, alguno quedó. Como todas las cosas, nunca es perfecto. No hay más. Los reclamos son por desaparecidos en Argentina, que tenían otro sistema. Ahí desaparecían. -¿Quién ordenó la Operación Zanahoria? -La orden la dio el general Washington Varela, que era el director del Servicio de Información y era el que sabía los detalles. Ahora está muerto. Éramos amigos y en aquel momento me dijo que era una decisión política porque había gente que ya estaba muy cerca y entre los militares algunos querían seguir y volver a la democracia. Había políticos muy próximos a la gente que quería volver a la democracia. -¿Qué pidieron los políticos, según lo que le dijo Varela? -Me dijo que la idea era salir con todo limpio y el tema de los desaparecidos era el más complicado. Todavía es difícil, porque es complicado ver a la familia esperando que pueda volver un hijo. Es espantoso pero no hay más que decir. En la Operación Zanahoria se sacó todo lo que estaba enterrado y ya no hay más. -¿Usted participó personalmente en los desenterramientos? -No, porque yo estaba en Estados Unidos haciendo un curso, pero no era un secreto. Esas cosas se conversaban entre los camaradas. Yo era teniente coronel en aquella época y me pareció razonable. “TODO ESTO YA FUE NEGOCIADO CON EL GOBIERNO” -¿No ha pensado en dar alguna información de lo que se reclama para ver si puede mejorar su situación? -Es que esto ya fue negociado. Para el gobierno esto no es un tema de Justicia. Es un negocio. Al principio nos dijeron: "Si aparece algo de la Gelman (María Claudia García), el fiscal tranca las cosas, desactiva el caso y el presidente (Tabaré Vázquez) hace un discurso para decir que se da vuelta la página y esto se terminó". El tema fue que en el lugar que marcaron no estaba la Gelman y ahí volvió a empezar la cosa.No sé si estuvo en la Operación Zanahoria porque eso fue todo compartimentado. Nadie conoce los detalles y además pasó hace treinta años. La mayoría están muertos. -¿Quién les hizo la oferta desde el gobierno? ¿Quién habló con usted? -El comandante en jefe del Ejército, que al principio fue (Ángel) Bertolotti y después (Carlos) Díaz. Él me dijo: "Lo quieren preso sí o sí. Son ocho años y hay que hacerse cargo del caso Soba". Uno de los camaradas que estaba ahí, dijo: "Yo estuve en miles de operativos, ¿me tengo que hacer cargo de alguien que no se quién es?". Y además ocho años a nuestra edad, es como perpetua. Así se empezó a generar un espíritu de resistencia, que ahora florece de nuevo porque ahora no se negocia. -Usted dice que negociaron, pero los metieron presos igual… -Claro, pero con comodidades y en la Fuerza Aérea, por ejemplo, no fue nadie. Lo que pasa es que cambiaron los que hicieron el negocio. No está (el comandante Enrique) Bonelli y no está Tabaré y la cosa cambió. CONTRARIO A LA CADUCIDAD El coronel (r) Gilberto Vázquez es contrario a la Ley de Caducidad y asegura que siempre se opuso. "A mí nunca me gustó. No estaba de acuerdo. Siempre dije que si cometí errores, me tenían que juzgar porque a cada error, le corresponde una sanción". Sin embargo, está convencido que aún sin Ley de Caducidad, no debió terminar en la cárcel porque aunque admite las torturas y las desapariciones, no se siente culpable. "Creo que no merezco estar preso. Di lo mejor de mí mismo, hice lo mejor que pude, asumí responsabilidades", argumentó. Por otra parte, señaló que la realidad que viven los militares procesados por violaciones a los derechos humanos constituye "una fantasía, una payasada" porque Domingo Arena "no es una cárcel. Acá estamos como en un geriátrico". Lunes 31 de Enero de 2011 / WWW.ULTIMASNOTICIAS.COM.UY |MONTEVIDEO – MARÍA FRÍAS -U.NOTICIAS - postaporteñ@ - | ||
ES PELIGROSO PENSAR AMIGOS Es peligroso pensar, amigos… Más peligroso accionar, amigo Es sedicioso juntarse, amigos Es terrorista ocupar, amigosPor la calle Mendoza, azuzando un caballo van unos niños entre la basura trepada a un carro. Por la calle Belloni día y noche deambulan los carros y en ellos los pobres que parecen viejos con 8 o 10 años. Por Repetto, doblan carros, por Andaluz suben carros… la miseria, doblan cada esquina, rumbo a algún rancho, a algún basural… Pero los jueces, los gobernantes y la gran prensa buscan a los incitadores por la ocupación de tierra en Puntas de Manga. ¿Ironía? ¿Incapacidad? ¿Intencionalidad? ¿Crápulas? ¿Imbecilidades humanas? Nada de eso, el Poder Judicial, es el poder de una clase y la defiende. Por tanto ataca el accionar de los de abajo. Del centro de la ciudad, de los shopings de los grandes hipers y supers, de las Puntas y Estes, se trata de alejar a los pobres. A los que poseemos porte de cara, es decir a los que bajamos, con nuestras bocas desdentadas, nuestro olor a basura, con nuestros rostros y manos ásperas y sucias el nivel del país productivo prometido. Una vez más si no fuera cruel el resultado daría para burlarse de los grandes medíos de comunicación que le hicieron el trabajo, solitos a los responsables del gobierno, como administradores del sistema y por supuesto al dueño del predio. Ninguno de ellos salió a dar la cara. No fueron al lugar. Ni nadie se hizo cargo de ninguna de las demandas. El juez Miguez, conocido juez que ya proceso a militantes sociales y ya intervino en otras desocupaciones actuó presto en la defensa de la propiedad privada. Reconocemos que muy hábilmente envió a los milicos a solicitar que 20 ocupantes lo acompañasen para comunicarles la resolución judicial y los dejó detenidos. Después pidió otros 40 pero no lo logró, pero si logró cambiar el eje de los reclamos originales: en vez de un pedazo de tierra para levantar la casa, pasó a ser “o se van o quedan presos”. Desocuparon y en fin la policía “los trato bien”. Mandados y mandados. Es el país de los mandados. Ahora si el mensajero hace bien los mandados ningún problema el status quo se sostiene y nada más pa’ hacer ¿no? Se retroalimenta un pensamiento punitivo con los de abajo claramente diferenciado de las contemplaciones con los impunes y los de arriba. Los dueños de la tierra y del Uruguay, protegidos por el Poder Judicial, por el Gobierno y por la policía. Mejor dicho: los administradores locales de las multinacionales. Porque no dejan de ser peones del capital internacional y los peores sudamericanos de nuestro tiempo. Los que les abren la puerta a las garras de los dueños del mundo. Los que venden el aire, la tierra, el subsuelo. Los que aplauden la instalación de nuevas pasteras. Los que les exigen que manden mercenarios a Haití, al Congo y cumplen como buenos títeres que son. Por tanto no es casual que el estado de necesidad sea judicializado, criminalizado. En este caso la necesidad insatisfecha de vivienda predominando hizo actuar a un número de familias inusitado para Montevideo. Y debían salir a apagar el incendio. Que no cunda el pánico. Que no cunda el ejemplo. Hay que desalentar estas iniciativas. Porque marcan un camino peligro, el camino de “la toma del palacio” debe ser derrotado. Que nadie más se sume. Que no se le ocurra a nadie más imitar. La gente dijo entre otras cosas: vivimos de agregados, vivimos hacinados, no tengo casa, tengo tres niños vivimos 10 en un rancho con un solo dormitorio… este predio hace 30 años está abandonado. Pero, los fantasmas se imponen, ahora todos salen a la caza de los incitadores, “tal vez incendiaron el terreno para justificar la ocupación”. Si a alguien se le hubiese ocurrido ¿esta mal? Pregunto ¿y qué? ¿Acaso no está mal ese germen insano del hambre, del hacinamiento de la promiscuidad, de la falta de libertad? Los ocupantes también declararon que son votantes del FA y que es el gobierno que los autoriza a ocupar, porque les prometieron vivienda y no se las dieron. Ese barrio históricamente ha tenido gran extensión improductiva frente a las necesidades insatisfechas de la mayoría de sus habitantes. Ese barrio durante décadas no tuvo luz ni agua. Debíamos caminar cuadras y cuadras para tomar un ómnibus. En ese barrio en la década del 50-60 los poceros eran requeridos por los vecinos para la realización de pozos en busca de agua. Mi padre era uno de ellos. Construía hondos pozos, buscando las vetas de agua profundas a 15 o 20 metros bajo tierra y también hermosos aljibes que recogían agua dulce de los techos de lata. Hoy dicen: allí en el Montevideo rural no se puede parcelar no se puede construir, no se puede llevar el saneamiento. ¿Acaso los jerarcas de la IMM ignoran que allí viven miles de familias hace décadas en las peores condiciones y sin saneamiento? ¿Qué hubiese cambiado si esas 270 familias construían sus viviendas allí? Simplemente hubiera habido menos hacinamiento. Y eso importa. Porque el amontonamiento crea un sin fin de problemas sociales, agudiza el abandono hace promiscua la pobreza. La injusticia es peor porque esa zona aún está rodeada de quintas y terrenos baldíos donde con poco se solucionaría el tema habitacional. Para los que más tienen, para los ricos, son moneditas de cambio, con lo que se daría un alivio a la vida de muchas familias llenas de hijos. La defensa de la sacrosanta propiedad por encima de todos y todo. Por encima de los bebes colgados de las tetas de las madres, casi adolescentes frente a la Comisaría, por encima de jóvenes y viejos y también por encima de los vecinos… Ridículo sería si no observáramos el fondo de lo que se defiende con desalojarlos. Repiten: el camino no es ocupar propiedades privadas. Allí no hay servicios. No hay luz (y ves detrás de los periodistas, que desinforman, el cableado de UTE). Dicen: al frente de la ocupación estaba un hombre que tiene balas de goma en su cuerpo que estuvo preso por rapiñas etc. Más que un debate es la imposición de una idea: Vivan solo en donde hay servicios públicos ¿Cuáles servicios? Amontónense. Vivan el Montevideo rural, súfranlo pero no se apropien de los terrenos al pedo que existen desde siglos atrás improductivos. Miren que para juntarse 270 familias hay una concertación previa ¡eso es sospechoso! Todo lo que se quiera solucionar colectivamente, es peligroso. Necesitan que cada acción trasmita sumisión, orden, disciplina. Sosteniendo la desigualdad. La que perpetúe la riqueza de unos pocos y la miseria de las grandes mayorías. La acción colectiva habla de otros valores que se quieren silenciar y omitir. La construcción del nosotros va contra todas las valoraciones banales que se hacen y se revolean en los grandes medios de comunicación y que don Juan y doña María repetirán para condenar a los “usurpadores”. Aunque todos en el fondo, sepamos que en cada barrio hay casas vacías, que no sabemos a quién o quienes pertenecen o que son de fulano o mengano que tiene muchas casas o son terrenos de la IMM. El valor de la palabra, la construcción del lenguaje común, lo que en general oímos en las paradas, lo que escuchamos en la radio, lo que vemos por TV, trasciende. Se impone. Disciplina. Pero también cansa y no alcanza cuando las necesidades son las que priman y la gente toma conciencia y se anima a salirse del rebaño. Y entonces, las jaurías del poder salen todos prestos a intentar volvernos al corral. Por eso nuestra reflexión debe trascender…dicen los que han estudiado lo trascendente que son los discursos y por tanto las palabras, que ellas, las palabras, van más allá que cada uno de nosotros mismos. Que ellas caminan siglos y siglos más adelante. Que nosotros nacemos, vivimos y morimos pero ellas siguen vivas y actúan dentro de las cabezas y fomentan conductas humanas. De ahí que el sistema de dominación viva fundamentando la injusticia injustificable. Por aquello de una mentira repetida mil veces…siempre hubo ricos y pobres. Ese es el lenguaje de los de arriba que repetimos los de abajo para consolar nuestra existencia ¡y perpetuar la indignidad! Pero las palabras, de los oprimidos rebelados, también tienen su sentido de clase conciente y solidario. Las palabras pueden abrir caminos, la solidaridad puede abrir brechas en la oscuridad. Debemos hacer un esfuerzo para no reproducir el eslabón de la cadena que nos siga teniéndonos presos a preconceptos que eterniza la infelicidad. Podemos ser mejores siendo críticos. No repitiendo el mensaje del poder. Agitando ideas liberadoras. Hablando de valores solidarios que nos enaltezcan como pobres. El capitalismo actual, esta barbarie que devasta la tierra y a todo lo vivo que hay en ella, no nos vencerá si pensamos desde otro sitio. De alguna manera debemos optar por las humanas historias que hemos vivido, los mejores momentos que hemos creado socialmente, para compartir con nuestros iguales y poder avanzar. La gente no nace plancha o asesina, egoísta o generosa, la sociedad impone su impronta y por eso el trocar la manera de pensar y hacer en cada sitio que estemos es entrar a revolucionar y construir otros valores, otros seres humanos… porque de verdad hoy somos repudiables como humanidad, porque existe Ayití y Palestina sin tierra, porque existe quién se muere de sed, de desnutrición, porque existe el Barrio Borro y el Nuevo Capra y Bella Unión y Las Láminas y es porque permitimos que exista Punta del Este, Carrasco, el Conrad y la Bolsa de Londres y Nueva York… Miles de viviendas vacías, terrenos abandonados por décadas que se convierten en taperas o basurales, enormes predios de fábricas cerradas. Como esqueletos de dinosaurios podemos ver por la calle Veracierto, anclados en el tiempo a merced de algún capitalista que los comprará en un remate judicial por chirolas y que lo convertirá en un deposito de Ta-Ta, de CUTCSA, en un cementerio de autos o en un albergue automotriz donde vendrán algunos en 4X4 a elegir nuevos modelos. O en un lugar donde los carritos desfilarán llevándose lo que puedan, como hormigas, un día una chapa, otro un hierro. O donde morirá algún gurí de un balazo, porque un guardia impedirá que se lleve un ladrillo. Y las estructuras que podrían reconvertirse en proyectos laborales colectivos o complejos habitaciones dignos; como es la de Dancotex, se deterioran esperando un cierto tiempo para que algún empresario o multinacional se las lleve por monedas. No es simple suposición, que en un país con el escaso crecimiento demográfico del nuestro, el tema vivienda se puede solucionar con un mínimo de distribución de las propiedades ya existentes y no habitadas y los terrenos baldíos. Solución sin el hacinamiento que favorece la venta de droga, la basura amontonada, las enfermedades etc. En principio relevar toda vivienda vacía. Todo terreno improductivo. Chávez, lo planteó oficialmente para los damnificados por las inundaciones. Planteando que todo el que dijera acá hay una vivienda vacía el estado la expropiaba y se la entregaba al necesitado. Pero nada esperemos acá; entre la Agencia de Vivienda y todas las instituciones privadas de construcción solo habrá criminalización para el que lo intente. La impudicia de los que mantienen propiedades mientras otros nada tienen debe terminar. Somos nosotros los que debemos empezar a hacer visible estas injusticias y terminar con esperas o actos de sumisión ante los ricos. ¿Será posible una Junta Autónoma de Vecinos que ubique en cada barrio las viviendas vacías, planifique y de solución a la necesidad de un techo? Una Junta por el Nido, que cree cooperativas de Viviendas o tome las propiedades existentes; porque si las iniciativas siguen fracasando seguiremos amontonados en la miseria y con ello gestando en las ciudades el abandono. Eso debemos impedirlo. Y donde está instalada esa lógica derrotarla. ¿Estamos a tiempo? Ya hay generaciones enteras en la más absoluta lógica de la dejadez. La indolencia ante las necesidades insatisfechas es algo que ha logrado el neoliberalismo. Porque una cosa es ser pobre y otra abandonado, sumiso, entregado a esas condiciones y reproducirlo. El abandono tiene que ver con la falta de esperanza, el no sabernos poseedores de fuerzas transformadoras. Mientras la gurisa que nace en un Cantegril, crea que a lo único que puede acceder que lo único suyo es su cuerpo y tener hijos, seguirá pariendo en la miseria, sin buscar salir de ese sitio y los hijos que tendrá a los 15 o 17 años la arraigarán más a esa convicción de que siempre hubo ricos y pobres y a ella le toco ser pobre. La indolencia, no sirve. Por algo se escribió y cantó: Cielo cielito que sí, cielo del 69 con el arriba nervioso y el abajo que se mueve… ¿no? Tal vez debamos empezar por ejercer la autonomía sobre nuestras cabezas. Sobre nuestro pensamiento y nuestro sentir. La emancipación entendida como la defensa de ese espacio donde vivo, y en él los derechos que tenemos, las necesidades básicas insatisfechas de los que creamos las riquezas. Las iniciativas con metas, arraigadas a proyectos colectivos, las acciones con fundamentos sólidos nos sirven para superar las carencias. Para impedir el desvió. Para poner triunfar en los propósitos. Ahora si a las iniciativas se las deja librada a lo que salga, la derrota es cuestión de horas o días, porque ellos tienen el poder. No se llega lejos remando sin objetivos definidos, sin detenernos a medir que harán los poderosos. Ellos nos temen. Ellos sienten tambalear su tranquilidad siempre, si el abajo se mueve. Como ellos saben que crean sociedad sin derechos, ven un peligro, cuando decimos necesidad insatisfecha y nos organizamos sin esperar nada y de nadie. Temen y mucho cuando la gente sale a buscar la solución a sus problemas. Las razones están de nuestro lado. Debemos hallar las palabras y las acciones que las defiendan entre nuestros iguales convencidos por los de arriba que debemos seguir esperando a que crezca la torta. Ese es el cuento con que nos han acunado durante siglos para comérsela toda ellos. Debemos construir redes, organizaciones que defiendan los emprendimientos y los desarrollen. Debemos hallar los mecanismos de base, democráticos que nos representes y entonces actuar y triunfar. Eso ha sido y es posible. Debemos volverlo posible. Aprendiendo de los errores, autocriticándonos. No poniéndonos al margen y viéndolo como un problema de otros: los necesitados. Las tímidas resistencias convertirlas en gran resistencia. Enero 2011 IRMA LEITES - POSTA - - postaporteñ@ - | ||
Los vínculos entreel Fusna y la ESMA : LACERBEAU Mas abajo se reproduce una carta de lectores de este capitán (r), donde relata “su” verdad y sus quejas frente a un juicio que dice no ser “justo” Van , para saber de quien se habla, algunos comentarios, ya que el mismo ratifica parte de los mismos Desde setiembre de 1977 hasta 1980, Larcebeau cumplió funciones como oficial de Inteligencia del Estado Mayor del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna). Según su testimonio se desempeñó en esta dependencia desde 1972, llegando en 1977 a ser director de Inteligencia Larcebeau, es el marino que fue pieza clave entre el Fusna y ESMA, y que en ocasiones se hacía llamar “ Sebastián “, que tenía a un tal Fleming Gallo, un pibe dado vuelta, que se sabe fehacientemente que torturó a muchos desde mayo del 78 o por ahí hacia adelante. Venía de la UJC de la 11 y por informaciones cruzadas dentro del carcelaje del Fusna era uno de los predilectos de Larcebeau; el caso del este marino retirado, que al igual que Gregorio Álvarez fue procesado con prisión por "reiterados delitos de desaparición forzada", en el fallo del juez Luis Charles indica que tuvo "reiteradas actividades incluso en Argentina vinculadas a la lucha contra la subversión". . "En esta última etapa en el Fusna su actividad consistía según su versión en recabar información y datos en general, negando su participación en interrogatorios a detenidos y en procedimientos contra integrantes de los Grupos de Acción Unificadora (GAU), no obstante admitir haber viajado en alguna oportunidad a Buenos Aires, a los efectos de intercambiar información operativa", señala el fallo, y el en su carta. El juez Charles indica, en base a las declaraciones del capitán (r) de la Armada Eduardo Laffitte, que Larcebeau viajaba a Argentina en su condición de jefe de Inteligencia del Fusna, "a los efectos de la coordinación con grupos como el de la ESMA; el fallo agrega según el testimonio brindado por el almirante (r) Jorge Saravia Briazo que "había viajado posteriormente al envío del ciudadano argentino detenido en Colonia Oscar De Gregorio en compañía de un oficial del Ejército uruguayo y que está convencido de la participación en territorio argentino de Larcebeau, porque se lo dijo, Tróccoli". Al menos tres de los montoneros detenidos en Uruguay, en los operativos realizados en Montevideo y en balnearios de la Costa de Oro, fueron interrogados en el Fusna y después trasladados clandestinamente a Buenos Aires. Los tres figuran como desaparecidos. Los operativos contra los montoneros permitieron a la Inteligencia del Fusna desmantelar la estructura clandestina de los GAU (Grupos de Acción Unificadora).La acción contra los GAU comenzó con una coincidencia: uno de los montoneros capturados en Uruguay, De Gregorio, tenía una cédula de identidad uruguaya. Al allanar el domicilio de la persona a quien correspondía el documento, fue incautado material que permitió desmantelar la estructura. La represión de los GAU fue dirigida por Tróccoli, que será juzgado en Italia, alguna vez, digamos que está prófugo en Italia y por ella también fue procesado el marino uruguayo Juan Carlos Larcebeau Jorge Tróccoli, y Lacerbau, esta claramente vinculado a el , que era entonces jefe de Inteligencia, participó directamente en la captura, en los interrogatorios y en los traslados. Su presencia en la ESMA fue comprobada y se presume que también participó en alguno en los operativos de Orletti. El juez Charles indicó, en ocasión del procesamiento de Larcebeau, que es en base a las declaraciones del capitán (r) de la Armada Eduardo Laffitte, Del capitán (r) Juan C. Larcebeau Cartas al Director de Búsqueda jueves, 27 de enero de 2011 Tercera biblioteca de la Justicia uruguaya contra militares en democracia. Salgo recién a la opinión pública porque creía, como la mayoría de los orientales, que la Justicia uruguaya era independiente y justa pero ahora tengo la certeza de que esa enseñanza era mentira.
POSTA - postaporteñ@ - 2011-01-31 | ||
MANUEL TOLEDO Estimad@s solicitan información sobre una muerte en el hospital militar de Uruguay en 1978. La de MANUEL TOLEDO, que nació en el departamento de Treinta y Tres en el año 1933.Era maestro y más tarde fue docente. Militaba en el Partido Socialista siendo el Secretario General por su departamento. Militó en los arrozales sindicalizando a los obreros.Fue detenido en el año 1972. Muere en el Hospital Militar el 23 de setiembre de 1978, el certificado de defunción indica "cáncer". Su familia no tenía permiso para verlo en el hospital. En barracas del Penal tenía el Nº 907 Su hija quiere iniciar la investigación de los hechos. Necesita testigos que hayan compartido barraca en el último tiempo. Se considera que no tuvo asistencia médica. Por cualquier información: MIRTA TOLEDO mirtatole@gmail.com cel. 099-104445 A LOS QUE VENDRÁNLlegué a las ciudades en tiempos BERTOLD BRECHT . |
lunes, 31 de enero de 2011
PEONES del CAPITAL y PEORES SUDAMERICANOS
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