"Los Productores No Tienen Derecho a Oponerse al Proyecto de Aratirí "
FERNANDO PUNTIGLIANO( reportaje )
El gerente general de la minera Aratirí es doctor en ingeniería, tiene 51 años y una importante trayectoria en la industria aeroespacial en Alemania, trabajando entre otros en el proyecto del Airbus 380. Sostiene que el Uruguay Natural y el Uruguay minero no son contradictorios y que Aratirí es un pequeño escalón de otras inversiones que vendrán al país. Recuerda como muy enriquecedor su pasaje por la presidencia de la Administración Nacional de Puertos entre 2005 y 2009, pero prefiere el sector privado. Considera que para estar en el área pública hay que tener un colchón económico que aún no posee. Tiene dos hijos y es fanático de Peñarol. Se requieren tarjetas magnéticas para pasar unos molinetes e ingresar en el edificio en cuyo piso 14 tiene su oficina. Desde sus ventanas hay una vista privilegiada de la Ciudad Vieja y el puerto, lugar donde trabajó hasta agosto de 2009. Muestra un antiguo y enorme almanaque con bellísimas fotos de paisajes marinos que piensa transformar en cuadros. También se ve una careta de calavera, que un ambientalista contrario a la minería a cielo abierto le dio en Punta del Diablo. El gerente general de Aratirí habla rápido y por ello algunas personas le señalan que a veces no se entiende lo que habla. Pero sí se comprende claramente que está convencido de que la concreción de este proyecto minero a gran escala será beneficioso para Uruguay y que su politización preocupa a los inversores extranjeros.
E. Delgado / J. Aguiar de El País 24/7
- ¿Qué sabía de minería cuando comenzó a trabajar en Aratirí? - No sabía nada. -¿Y a qué atribuye que lo hayan contratado para este emprendimiento? - Lo mismo pasó cuando entré a la industria aeroespacial. No sabía nada.
Esto es una práctica muy habitual en las industrias europeas, donde lo que importa son las culturas de management (gerenciamiento). Por supuesto que algunos asocian mi elección para el cargo a que yo podía ser un nexo con el sistema político. Tengo, en efecto, mis simpatías políticas y voto, pero incluso cuando estuve en el puerto nunca acepté que viniera algún partido político a decirme lo que tenía que hacer. Esa es la forma de trabajar.
- ¿Le trae nostalgia el paisaje del puerto que se ve desde esta oficina?
- No, aunque fue una época muy enriquecedora para mí. Cuando uno cambia de área aprende mucho. Creo que los cambios son buenos. Es más, cambiaría de área de nuevo, porque tal vez la minería no sea un trabajo para toda mi vida.
- ¿Prefiere el área privada o pública?
- Yo prefiero el sector privado. Para estar en el área pública hay que tener un colchón económico, porque si no es muy difícil, y ese colchón todavía no lo tengo.
- ¿Qué responde a los grupos ecologistas que cuestionan la conveniencia de un proyecto de minería de las dimensiones de Aratirí, debido a las consecuencias ambientales?
- El tema medioambiental me parece muy bien que esté en la conciencia del pueblo uruguayo, porque también eso exige al Estado a fortalecerse y así lo ha hecho. Mucha gente contrapone el `Uruguay Natural` con el Uruguay minero y creo que esto parte del desconocimiento.
El Uruguay minero existe desde hace mucho tiempo y en volúmenes mayores de lo que la gente cree. Este proyecto, suponiendo que abarque 12.000 hectáreas (pueden ser 6.000), cubre el 4 por mil de la superficie dedicada a la actividad agropecuaria en Uruguay; o sea que el 99,6% del área dedicada a la actividad agropecuaria va a quedar como está.
En definitiva, el Uruguay agropecuario no cambia en nada. Aquellos que dicen que son contrapuestos el `Uruguay Natural` y el Uruguay minero, olvidan que los primeros países en el ranking mundial medioambiental (Suecia, Dinamarca y otros) no solo tienen minería sino que la extienden cada vez más.
Entonces, si ellos no tienen contradicción, ¿por qué habríamos de tenerlas nosotros?
- ¿Cuánta gente trabaja para el proyecto actualmente?
- Hoy son 400 familias que viven de esta actividad. El 85% de nuestros trabajadores nunca había estado formalizado y ahora la formalización permite también un monitoreo de la salud, de la familia, se pagan aportes al BPS. Tienen un salario que empieza en $ 16.150, que es bastante importante y hace presión sobre otras áreas productivas ayudando a formalizar más gente.
- Hay propietarios que residen en la zona donde están los yacimientos de hierro que se resisten a vender sus tierras. ¿Qué va a pasar?
- La obra operativa de Aratirí abarca entre 6 mil y 12 mil hectáreas. Una parte de esos campos son propiedad de la empresa, otros campos no.
En las partes estrictamente mineras hay 48 productores; en la parte intermedia hay 28. De esos 76 productores hay cinco que están en contra.
Los demás están a favor del proyecto o no se oponen, porque la renta minera es importante y les permitirá construir otro proyecto de vida. Ahora, si usted es vecino al proyecto es natural que tenga preocupación. Los motivos por los que se puede estar en contra son muchos, algunos de ellos legítimos. Hay quien dice: ` Mi familia vivió aquí 200 años y no veo por qué tengo que cambiar mi proyecto de vida`. Otro dice: `Yo vine acá a hacer mi proyecto de vida y después que está funcionando viene la minería y me parte mi proyecto a la mitad`. Son cuestiones a respetar. Pero tenemos que pensar en el bien común frente al particular.
A todos aquellos que se ven perjudicados en su proyecto de vida, tenemos que buscarles una solución. Eso es parte de la negociación entre la empresa, el Estado y el productor.
- ¿Cuál puede ser la solución?
- La solución para muchos ha sido vender.
- ¿Y los que no quieren vender?
- El Estado va a terminar de negociar, le pagará a la persona el beneficio y le va a utilizar el campo.
- ¿Así, a prepo?
- Este problema ya existió en Uruguay con las represas, por ejemplo. Mi abuelo tenía naranjales en Tacuarembó, cerca de San Gregorio y fue uno de los afectados por la represa de Rincón del Bonete.
Es parte de la realidad y se llegará a esas situaciones. El productor tiene derechos, desde luego, y para ejercerlos tiene tres opciones: una es vender la tierra a la empresa, si quiere; la otra es hacerse socio y participar del canon; la tercera es la opción de vender el padrón entero a la empresa aun en el caso de que a la empresa no le interese adquirirla porque solo necesita un trocito para explotar. Tiene derecho a ejercer cualquiera de esas opciones.
Lo que no tiene derecho es a oponerse al proyecto.
- ¿Aratirí tiene previsto cómo se va a abastecer de energía?
- La energía es un tema por demás interesante cuando pensamos en el Uruguay del 2030. Estamos teniendo una tasa de crecimiento de la economía fuerte y para sostenerla es necesario fortalecer la infraestructura: puertos, carreteras, energía, telecomunicaciones, agua. Este emprendimiento requiere de 200 megawatts.
Uruguay los tiene en condiciones climáticas normales, pero cuando hay sequía necesitamos importar energía. Este podría haber sido un proyecto que genere su propia energía, pero se entendió que la energía la tenía que poner el país y que, en lugar de una planta de energía, Aratirí debía reforzar la red eléctrica en diferentes tramos. Lo cual tiene una buena cuota de inteligencia y racionalidad. La UTE llama a una licitación de entre 300 y 500 megawatts para cubrir Aratirí y previendo un potencial crecimiento del país. Todos los uruguayos queremos que se industrialice el hierro y no que solo se exporte el hierro concentrado. -¿Cómo vamos a industrializar el hierro si no tenemos desarrollada una industria siderúrgica?
-No la tenemos. Pero un proyecto como el de Aratirí puede atraer a empresas subsidiarias o asociadas que acepten el desafío de industrializar el hierro.
Y esa industria requerirá a su vez más energía. Hoy el debate público se concentra, para mí innecesariamente, en Aratirí, cuando este es un pequeño escalón de otras inversiones que podrían venir en el futuro. Así ocurrió con la forestación, que abrió el terreno para un emprendimiento como el de Botnia.
El hierro puede atraer también otras inversiones y la polémica sobre Aratirí pasará a ser un tema del pasado; un tema que se politizó innecesariamente.
- ¿Usted considera que la politización en torno a estos grandes emprendimientos forma parte de la naturaleza de los uruguayos?
- Ese fenómeno es algo muy difícil de traducir hacia el exterior. A mí no me extraña el debate, porque los uruguayos somos fervorosos y nos encariñamos con nuestras posiciones. Hay un analista político que habla en broma, Darwin Desbocatti, y dice que a esta altura los uruguayos se están informando sobre la minería, ya no para tomar posición sino para fortalecer la posición que tenían (sonrisas)... Para los inversores extranjeros es muy preocupante esta politización. Preguntan qué está pasando y si se va a someter a plebiscito la explotación de hierro.
- ¿Lo pone nervioso a usted esta situación?
- A mí no, pero a muchos inversores sí. Tengo muchos contactos con la industria en Alemania y la excesiva politización de este tema sorprende, me llaman y preguntan por qué requiere tanta discusión una inversión que es tan normal y natural en Australia, Brasil, en Sudáfrica y también en Europa.
- Cuando vino hace poco el dueño de la empresa, Pramod Agarwal, ¿se inquietó por el debate? - Viene todos los meses, estuvo preocupado durante todo este año y particularmente en febrero, por la excesiva politización del tema y la resistencia que veía.
- Se ha dicho que la empresa está abierta a vender parte de sus acciones. ¿Ya se concretó esto, buscan un perfil particular de socio inversor?
- Es al revés. Recuerdo un titular en la primera página de El País que decía que la mitad de Aratirí está en venta, y es al revés. El señor Agarwal tiene listos los US$ 1.000 millones para largar el proyecto; los otros US$ 2.000 millones vienen de un préstamo. Ante el interés del proyecto, la demanda de hierro que hay en el mundo y la calidad del hierro que hay en Uruguay, muchas empresas quieren asociarse. Entonces Agarwal dice: yo quiero tener la mayoría accionaria del proyecto, si ustedes quieren negociar, bienvenidos al club. Por lo menos seis empresas han estado conversando con Agarwal, que no tiene apuro, porque el proyecto se está desarrollando y cuando más avanzado esté, vale más.
- ¿Cuáles son esas empresas?
- No puedo decirlo.
- ¿La idea de Agarwal es poner en funcionamiento el proyecto y estar a cargo durante lo que dure la explotación, o vender los permisos a una empresa especializada en minería?
- Hay que entender que el mundo de los negocios tiene sus cosas. Hoy las grandes empresas se compran y se venden. Todo tiene su precio. Pero para Agarwal, Uruguay tiene un valor afectivo muy particular; por supuesto no ilimitado.
- ¿Ha hablado con Agarwal sobre las versiones que circulan por Internet sobre su trayectoria, acerca de que fue investigado en Hong Kong o de los socios kazajos que fueron indagados por lavado de dinero?
- En Internet circulan informaciones sobre todos, incluso sobre mí, algunas que me sorprenden. Cuando las leo me digo: `Hay partes de mi vida que no conocía` (sonrisas)... Es claro que uno no puede poner las manos en el fuego más que por la madre, pero de todas maneras tengo una percepción muy buena sobre Pramod, sobre sus cualidades humanas. Estando en Londres me llamó un periodista y me contó algunas de estas versiones que circulan en la web. Entonces me senté con él y le dije: `Pramod, siendo siempre muy respetuoso de la vida privada de la gente, tengo que saber esto porque los periodistas me preguntan`. Él me contó los hechos y las explicaciones que me dio me parecieron razonables. Yo sigo creyendo en él. Conociendo las cosas que se han dicho en Internet de mí, ¿qué me puede extrañar lo que se diga de Pramod?
- ¿Qué se ha dicho de usted en Internet?
- Que no tengo patria y que soy un agente de la KGB.
Colapso del puerto de Montevideo llegará en 2012 y será muy severo
- ¿Mantiene aquella previsión que hizo en el año 2009, de que si no hay una segunda terminal de contenedores el puerto de Montevideo colapsará en el año 2013?
- Los números no solo están confirmando lo que dije, sino yendo más arriba. La congestión la estamos teniendo ahora, va a llegar un año antes. Todos los números lo indican y que va a ser muy severa. Hoy (por el jueves pasado) estuve en el día del portuario, escuché a Alberto Díaz, que es un gran presidente de la ANP y al ministro decir que para controlar la congestión van a tratar de utilizar el puerto de Punta Sayago. Pero hay un tema: una terminal de contenedores es un lugar donde ponerlos, muelle, grúas, y no es solamente eso y muchos de los inversores que iban a venir acá ya se fueron a otro lado, dos están en La Plata construyendo terminales de contenedores y algunos están mirando a Río Grande. Siempre está algo que yo le decía al sistema político, no piensen que las crisis nos dan aliento porque nuestras tasas de crecimiento están calculadas con crisis en el medio. La crisis del 2009 no nos dio descanso, hubo una caída en el movimiento de contenedores pero cuando uno toma plazos más largos que incluyen la crisis, la tasa de crecimiento es fácil del 10% y los números verifican eso, incluso que es del 11% tomando cinco años.
- Sin embargo sigue sin concretarse la licitación para una segunda terminal de contenedores...
- Yo respeto mucho a las autoridades, no me incumbe opinar. Hay lecciones aprendidas, hoy se demuestra que no se debió haber ido al Parlamento por eso, porque en el Parlamento la ley quedó peor y se postergó para un peor momento la subasta. Recuerdo que me preguntaron si había que hacer la subasta o no y yo dije que sí, para así se la sacan de encima, aunque lo más probable era que no se presente nadie. Es más, como ese es un nene que yo crié, me hago responsable del fracaso, que era lo más probable. Hasta último momento las empresas estuvieron considerando si se presentaban o no y si se presentaba una casi seguro que se presentaban más. Pero yo asumí el fracaso por esa licitación.
El Pais 24/7 - postaporteñ@ nº 595 - 2011-07-27
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