POR EL RETIRO INMEDIATO DE HAITÍ DE TODAS LAS TROPAS DE OCUPACIÓN
Tropas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay, Per y Uruguay, junto a otros pases en la llamada Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), ocupan militarmente desde hace mas de siete años el territorio del hermano pueblo de Haití.
Las Naciones Unidas que han instrumentado esta ocupación, no hacen más que aceptar y continuar una invasión unilateral y arbitraria de EE.UU. y Francia, que derrocaron y secuestraron a un presidente electo democráticamente
En siete años, los pretextos invocados han sido totalmente desmentidos por los hechos. Se habló de llevar la paz, y se ha llevado la paz de cementerio.
La MINUSTAH reprime las huelgas y luchas de los trabajadores que enfrentan la terrible miseria y súper- explotación en que viven, y ha provocado mas de cien muertos.
Se habló de ayudar al pueblo haitiano, y se introdujo una epidemia de cólera que ha provocado más de seis mil muertos y más de cuarto millón de afectados.
A más de un año del terremoto, un millón de haitianos sigue sin techo. Mientras tanto, un soldado de la MINUSTAH consume lo que veinte haitianos
Se realizó una farsa electoral con los principales partidos políticos proscritos, una votación marginal y resultados digitados
Esta ocupación viola los mas elementales derechos a la soberana y de no intromisión en asuntos internos de otros pases. Violenta asimismo el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Es un verdadero atropello a los derechos humanos esenciales de la población de un país hermano, al que debemos el ejemplo y el primer impulso de libertad en nuestro continente
En vez de ella, se necesita una verdadera acción solidaria y humanitaria con el pueblo haitiano sin agresión armada ni ocupación militar, como ha quedado claro que puede hacerse en los ejemplos prestados por Cuba y Venezuela.
Por otra parte, la ocupación degrada al invasor.
La práctica consuetudinaria de abusos y violaciones por las fuerzas de ocupación, sumada al intento permanente de ocultar o minimizar los hechos, junto al despojo al pueblo haitiano de su derecho a juzgar los delitos que se comenten en su propio territorio, son coherentes con la naturaleza de la ocupación. Para decirlo más claramente: no son "errores y excesos" tampoco en este caso, son la cara verdadera de la ocupación.
Junto a los abusos aberrantes contra la población haitiana encontramos los hechos de corrupción, estímulo al sistema mercenario, y continuidad con las prácticas del pasado reciente, cuando estas mismas fuerzas militares actuaron como ejército de ocupación en nuestros propios pases.
Así, la ocupación de Haití es usada además como mecanismo de mantenimiento y adiestramiento de esos ejércitos para la invasión de nuestras propias tierras al servicio del orden imperial.
Ante el fracaso o incumplimiento de los objetivos explícitos de esta operación y la intensificación de las movilizaciones populares en Haití exigiendo el retiro inmediato de las fuerzas de ocupación, hoy Naciones Unidas busca un "retiro gradual" de la MINUSTAH acompasándolo a su relevo por un estado gendarme autóctono, a espejo de los estados gendarmes que prestan su esfuerzo al mismo orden imperial.
Ya que la MINUSTAH es también uno de los instrumentos al servicio de la recolonización de Haití, brazo armado que ampara otros instrumentos neo-coloniales como la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití (CIRH) copresidida por el ex presidente norteamericano Bill Clinton, quien acaba de ser nombrado por el nuevo presidente haitiano Joseph Michel Martelly también copresidente de una Comisión Presidencial para favorecer el Desarrollo Económico y las Inversiones. Sin duda Clinton es el Gobernador de Haití. Y es esta política de sometimiento y tutelaje que la MINUSTAH protege.
Invitamos a todas las organizaciones sociales de este continente a pronunciarnos por el inmediato retiro de todas las tropas de Haití, el respeto del principio de AUTODETERMINACIÓN del pueblo haitiano, al tiempo que se le brinde la verdadera ayuda que este requiera.
La causa de la soberana haitiana también es la causa de la dignidad de nuestros pueblos, negarnos a ser instrumentos de sostén del orden imperial que también a nosotros agobia, y con los mismos instrumentos del militarismo que ha bañado en sangre nuestro continente.
Manifestemos esta voluntad ante la nueva reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas.
COORDINADORA POR EL RETIRO DE LAS TROPAS DE HAITÍ, URUGUAY 21 de setiembre de 2011
LOS CASCOS AZULESCELESTES
El creciente involucramiento militar del gobierno uruguayo en la construcción del orden imperial. El síndrome de la mano extraña II
Rescatando al soldado rayado
Dagli amici mi guardi Dio, che dai nemici mi guardo io...
Este viejo dicho nos viene a la cabeza al enterarnos de que el embajador de Uruguay ante Naciones Unidas, José Luis Cancela, hablando por un "grupo de amigos de Haití" sacado de la galera, pide al Consejo de Seguridad que se quede un año más la MINUSTAH.
También pudimos ver al diputado Víctor Semproni explicar el criterio de la ONU: los marinos deben ser castigados por violar un reglamento interno dejando entrar a una persona no autorizada a la base. Parece ser que si hubiesen abusado de este pibe en la calle no pasaba nada.
En nota anterior señalamos que TODOS SABÍAN (los mandos militares) de los hechos de violaciones, abusos sexuales, prácticas de inducción a la prostitución, etc., en los que han estado involucrados los efectivos uruguayos. Esa quiso ser la introducción a un análisis más sistemático de este tema, en sus distintas facetas.
La llegada al país de los cinco marinos involucrados para su procesamiento y estos otros elementos nos hace quedarnos un poco más en la coyuntura.
Como en este caso es el Ministerio de Defensa quien ha presentado la denuncia penal ante la Justicia, nos parece muy importante comenzar por el INTENTO DE ENCUBRIMIENTO por parte de los mandos militares, antes de que los hechos los desbordasen. Lo que hay ahora no es una acción destinada a hacer justicia, sino al RESCATE de la institución militar, sobre quien recae la verdadera responsabilidad de los hechos.
En esto, si pueden rescatar también a estos individuos, mejor. Y si tienen que sacrificarlos, lo harán con el mínimo daño posible.
Comencemos por el encubrimiento. Para ello vayamos a las fechas.
20 DE JULIO. Ocurre la violación de un joven haitiano en la base de Port-Salud por parte de cuatro marinos uruguayos, que es filmada por UN OFICIAL de la marina. El video es exhibido con jactancia en la unidad.
Esta es la información, incluidos los nombres de algunos de los implicados, que está en el expediente de la investigación un juez haitiano que toma cartas en el asunto y lo remite a la ONU. La conclusión surge a partir de varios testimonios y del propio video. Todo esto es ampliamente conocido e innegable, HOY. 11 DE AGOSTO. Se presenta una denuncia por una organización haitiana en Port-Salut por violaciones de menores. La marina ordena una investigación interna. 12 DE AGOSTO. La investigación de la Marina concluye que todas las denuncias son falsas. El portavoz, capitán Sergio Vique dice que van a demandar a los haitianos denunciantes por difamación. 30 DE AGOSTO. Una pericia médica en el Hospital Comunitario de Port-Salut constata un desgarro de 2 mm en el ano de la víctima, mal curado por no concurrir a atención médica. 31 DE AGOSTO. Se conoce en Uruguay la existencia del video, que llegó de ONU al Ministerio de RREE y lo entrega a Defensa, este ministerio no lo obtuvo por la vía de su propia investigación interna previa pese a que salió de una unidad militar y que todo el contexto apunta a prácticas similares consuetudinarias desde mucho tiempo atrás. 5 DE SETIEMBRE . El ministerio revoca al comandante de la base naval en Port-Salut, sin hacer público su nombre.
El presidente haitiano Martelly declara que esos actos son "vejatorios y que esto subleva la conciencia nacional de los haitianos, tales actos no quedaran impunes", mientras en Uruguay el secretario de presidencia Brescia apunta a quitar a los implicados del alcance de la justicia haitiana aduciendo las pautas de extraterritorialidad de Naciones Unidas, un atropello más ya que el país “ayudado” no puede juzgar los delitos que se cometen en su propio territorio.
De todos estos hechos surge claramente el acto inicial de encubrimiento de la Armada.
La carta del "Officer Force Comander" el brasileño Ramos Baptista Pereira dice que desea "destacar la rapidez y la transparencia con que actuaron sus tropas y su gobierno para tomar medidas ejemplarizantes".
Las medidas se toman MES Y MEDIO DESPUÉS DE OCURRIDOS LOS HECHOS (que los conocían), pero UNA SEMANA después de que los descubren y la ONU los acorrala (porque está a su vez acorralada). Lo que sí fueron muy pero muy rápidos fue en autodeclararse inocentes el 12 de agosto.
Pero si faltase la confirmación para esa hipótesis, se conoce ahora un caso similar en el Congo de hace varios meses que se había mantenido oculto. Dice el presidente del Tribunal Militar que ese caso, como “no tuvo la misma repercusión pública, se hizo una investigación con un juez sumariante pero con menos ruido. Ni siquiera intervino la ONU, ni la Justicia congoleña. No se dio cuenta a la Justicia penal”.
¿Para qué, si no nos habían descubierto?
Aunque pensamos que tenemos razón, a veces los hechos nos sorprenden por la rapidez con la que confirman nuestras hipótesis. En nuestra nota anterior decíamos: “Habría que pensar que la Armada para comandante de una unidad selecciona al más reverendo pelotudo capaz de sentarse en el sillón y que le pasen un cocodrilo pintado a rayitas bajo la nariz. Como se sabe, de cosas de este tipo es más difícil no enterarse que enterarse... Es IMPOSIBLE que esas cosas existiesen sin conocimiento del mando, las personas que ingresan en cualquier unidad militar tienen que pasar retenes, hay una oficina de guardia y un oficial a cargo, etc.
Y ningún milico (con o sin galones) hace la vista gorda si no obtiene algo a cambio. Cualquiera que sepa cómo funciona realmente un cuartel lo sabe.”
Hoy se conoce el procesamiento de un sexto marino (un reverendo pelotudo, tal vez), un teniente de navío que “no participó de los hechos -dice el subsecretario de “defensa”-, sino que fue emplazado por el desempeño de su función, ya que era el responsable de la guardia de la base en Port Salut, donde tuvo lugar el incidente. Por su cargo, podría llegar a recaer sobre él cierta (sic) responsabilidad”.
Luego de estos hechos se suceden las manifestaciones de protesta en Haití, una de ellas frente a la base uruguaya en Port-Salut, reprimida con gases por la MINUSTAH. (¡Todavía se atreven a protestar, estos haitianos!)
Los ministros de defensa y relaciones exteriores de los países de UNASUR con tropas en Haití, reunidos en Montevideo plantean un "retiro progresivo", pero el único plazo del que se habla son DIEZ AÑOS.
El embajador uruguayo ante Naciones Unidas hablando en nombre de un ilustre desconocido "grupo de amigos de Haití" pide al Consejo de Seguridad que la MINUSTAH se quede un año más.
Los marinos involucrados llegan a Uruguay y son procesados por la justicia militar por falta grave de servicio y desobediencia. No se sabe aún de qué cargos penales habrá ante la justicia ordinaria.
En este caso las personas (los implicados y sus mandos) solo son INSTRUMENTOS de la política y el modelo de dominación. Los delitos de abusos y actos aberrantes son el co-producto inevitable de ese modelo, un co-producto que es FUNCIONAL (herramienta complementaria para la degradación del pueblo víctima) si se mantiene dentro de límites controlables y, en especial, no escandalosos.
Son disfuncionales cuando rompen ese límite y ponen en evidencia su núcleo duro, cuando siembran más desorden que orden. En ese punto, el castigo a los "errores y excesos" es lo funcional, siempre y cuando sea "ejemplarizante" y a las "manzanas podridas", y tenga como contracara el rescate a la institución militar y la intervención militar.
La intervención de la “justicia militar” no tiene otro cometido que intentar lavar la cara de la institución militar, y de la ocupación misma de Haití. Hay situaciones en que se impone una cierta dosis de “cómo sí”, y esta es una.
Uruguay, en la persona de la embajadora Laura Dupuy Lasserre, asumió la presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En esa sesión el canciller Luis Almagro refiriéndose a los hechos protagonizados por tropas uruguayas en Haití dice que hace falta una “educación en derechos humanos” para esos efectivos.
Al mismo tiempo se conoce la iniciativa de dos parlamentarios uruguayos, uno del PCU (Jorge Castro) y otro del MPP (Esteban Pérez) de eliminar el Liceo Militar, la Escuela Naval, y otras instituciones “educativas” militares. Dos notas consonantes y disonantes al mismo tiempo sobre el mismo tema.
Es obvio que los hechos aberrantes ocurridos en Haití no muestran precisamente una práctica de respeto de los derechos humanos por parte de las tropas invasoras, que habrían ido a “ayudar”.
También es obvio que las instituciones militares de deformación educativa, creadas para formar en la degradación del ser humano, no son ámbito propicio. Hace poco se hicieron públicas en nuestro país denuncias por torturas a cadetes de la Escuela Naval como práctica curricular de entrenamiento. Son prácticas de auto-degradación, de deshumanización de las personas para ser más funcionales a lo que de ellas será requerido en servicio. Al torturador se lo forma torturándolo.
Apoyamos decididamente la iniciativa de estos diputados frenteamplistas, por más que sea de alcance limitado. Es importante porque recorta la institución militar, que nosotros queremos erradicar de plano. Porque ataca la deformación sistemática en valores que es inherente a la condición militar, y es obvio que esta deformación no se va a corregir con algún cursito sobre derechos humanos que se pegue con cascola al programa de la carrera militar.
Apoyamos esta iniciativa también porque sería además una corrección de la estafa programática que fue el meter estas instituciones militares en el “4.5% para la educación” del gobierno de Tabaré Vázquez, complementando abusivamente el ya abultado presupuesto de “defensa” con este trasiego indecente de rubros presupuestales necesarios para otros fines.
Nos llamó la atención ver un video dominicano sobre la violación de los marinos uruguayos en Haití, en el que el locutor se pregunta asombrado por qué en Uruguay “contratan soldados pájaros”, que es como llaman en Dominicana a los homosexuales.
¡Vaya confusión, hermano! No sabemos cómo serán las cosas allá en Dominicana, pero sí sabemos cómo son en Uruguay, te lo explicamos.
Hay países en que es en la población carcelaria donde mayor concentración hay de relaciones homosexuales. No es el caso de Uruguay, ese lugar lo ocupa por lejos el ámbito cuartelero.
Pero no se trata de que los militares uruguayos sean desinhibidos, de mentalidad abierta, y que respeten las opciones sexuales de las personas. Todo lo contrario, es un ambiente furiosamente homofóbico.
Las prácticas homosexuales son allí prácticas vejatorias incorporadas, expresiones perversas de las relaciones de poder y no opciones de placer sexual.
La homosexualidad no es una patología, pero el militarismo sí. Formados así, es así que trasmiten esas prácticas allí a donde van. Estos abusos no son producto de la “abstención prolongada” ni nada por el estilo, si así fuese y si acaso se quisiese cumplir con ese reglamento de la ONU pour la galerie que prohíbe el contacto sexual con lugareños alcanzaría con licencias breves para visitar algún prostíbulo en Dominicana. Son en cambio un producto de la institución militar misma, la manifestación ostensible de la dominación de la víctima por la agresión y la degradación, que degrada a su vez al agresor.
Por eso la ONU hace la vista gorda siempre que puede.
En el caso de la compras truchas en la Armada, uno de los implicados decidió colaborar con la justicia y eso facilitó el esclarecimiento de algunos hechos. Este sería el consejo que yo le daría a estos muchachos para su defensa, a los que no interesa en absoluto sacrificar como personas: largá todo, explicá como la práctica militarista depravada te indujo a eso.
La propuesta de Castro y Pérez suscitó pintorescas respuestas en el espectro político conservador.
El diputado frenteamplista y ex-ministro de “defensa” José Bayardi se queja de que solo el 22% de los egresados sigue la carrera militar, los demás (un dato para alegrarse, sigue habiendo mucha gente normal) usa esa formación para dedicarse a profesiones civiles, como pilotos aviadores o marinos mercantes.
Pero en vez de pensar en cómo retenerlos donde no quieren quedarse (por qué será, que habrán visto allí) ¿no es más sensato destinar esos recursos a la formación directa de esas profesiones civiles en la Universidad o la UTU?
"Es como decir que el Partido Comunista debiera desaparecer por las atrocidades y los genocidios que cometió Stalin", dice Sergio Abreu. ¡Precisamente! ¿Por qué pensás que está desapareciendo?
Este “nacionalista” agrega que: "La formación militar es una opción en un país donde las Fuerzas Armadas son la columna vertebral de la defensa del interés nacional". ¡Se nota!!!
Y agrega: "No se debe tratar a las instituciones por las desviaciones de algunas personas". Claro que no, si ese fuese el caso, pero aquí es la institución la que desvía a las personas. De la defensa del interés nacional que la persona pudiera tener, a la invasión y ocupación armada del territorio de un pueblo hermano, hecha como institución, a espaldas del interés y la decisión de nuestro pueblo.
Luis Alberto Lacalle se indigna por las "terribles calumnias y agravios hacia la institución... un instituto que forma muchachos y muchachas patriotas, trabajadores, estudiosos, ordenados, disciplinados". Tabaré Viera quiere "muchos más liceos militares en todo el país para formar en valores” (!!!!!)
Por su parte el “independiente” Pablo Mieres dice que es "poco vinculante con lo que pasó en Haití... Sería una barbaridad relacionar una cosa con la otra, algo irracional", y que refleja "un encono con los militares".
Realmente, sería irracional que tuviésemos algún encono hacia quienes cometieron asesinatos, violaciones, secuestros, torturas, encarcelamientos ilegales, que dejaron una enorme deuda externa y han consumido otra deuda externa más en estos años “democráticos”, que siguen robando hasta hoy y además “defienden a la patria” exponiendo al país a la vergüenza ante el mundo.
Una explicación de nuestras diferencias es que nosotros guardamos un encono irracional. Otra es: ¿no será, muchachos, que a ustedes se les nota la marca de la gorra?
FERNANDO MOYANO
COORDINA-MOYANO - postaporteñ@ nº 627 -
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