martes, 15 de enero de 2008

A 2 AÑOS DE LA PRIMERA OCUPACIÓN DE TIERRAS EN EL URUGUAY DEL PROGRESISMO

A DOS AÑOS DE LA PRIMERA OCUPACIÓN DE TIERRAS

CADA VES MAS LEJOS DE LAS PROMESAS ELECTORALES DE UN “ PAIS PRODUCTIVO”

REAFIRMAMOS : ¡ HABRÁ TIERRA PARA TODOS, LOS QUE LA TRABAJAN Y LUCHAN POR ELLA…!

A SEGUIR PELEANDO POR TIERRA PAL’ QUE LA TRABAJA…!

- 15 de Enero de 2006: Ocupación de tierras en Bella Unión TIERRA PARA TRABAJAR

El 15 de enero parecía un domingo de enero como tantos. Aprovechando el fresco matinal, las familias dormían, tratando de recuperarse de las fatigas de la semana y de la-noche-del-sábado.

La mayoría de la población descansaban ignorando que antes de que se alzaran las barras del día, en el lejano norte uruguayo, cerca de donde se juntan las aguas del Cuareim con el Uruguay, los peludos habían ocupado un predio del Instituto Nacional de Colonización.

Los peludos, integrantes de UTAA (Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas), SOCA (Sindicato de Obreros de CALNU, Artigas) y APAARBU (Asociación de Pequeños Agricultores y Asalariados Rurales de Bella Unión), tuvieron la osadía de ocupar 36 hectáreas, en un país con una superficie agropecuaria de 16.000.000 de hectáreas.

La reivindicación de tierra para trabajar, no es nueva en la Banda Oriental, floreció en la lucha por la independencia y se hizo bandera en 1815 con el Reglamento de Tierras, que firmó Artigas.

Hace cuarenta años esa consigna se sembró entre los trabajadores arroceros de Treinta y Tres, entre los remolacheros del litoral y los cañeros de Salto y Artigas. En todo momento los oligarcas y los imperios de turno se encargaron de perseguir y expulsar a los que reclamaban justicia. Las dictaduras que asolaron América de Sur así lo hicieron.

Después, poco a poco, lentamente, se han juntando los asalariados rurales, se han recompuesto sus organizaciones, se alzó nuevamente el reclamo de Reforma Agraria. El octavo congreso del PIT-CNT se hizo eco de esos planteos y comenzó a desarrollarse una Comisión de Reforma Agraria y Soberanía Alimentaría. Con marchas y contramarchas, con altibajos, se ha trabajado en forma permanente.

En los últimos años, son los trabajadores y fundamentalmente los asalariados rurales los que defienden al Instituto Nacional de Colonización cuando se lo ha pretendido desmantelar. Son los mismos trabajadores los que han impedido la desaparición del cultivo de caña de azúcar en Bella Unión, y hace pocos meses –con su lucha- impidieron que CALNU fuera enajenada por MAM, una multinacional azucarera.

Y siempre, en todo momento, los trabajadores reclamando tierra para trabajar, hablando y escuchando, escuchando y hablando La ocupación de tierra que se da en Bella Unión no surge por generación espontánea, de un día para otro Se fue gestando a lo largo de los años, de los meses, en las últimas semanas, en los días previos; en los surcos, en los boliches, en los locales sindicales, y hasta en esas charlas entre vecinos, sentados delante de las casas, cuando la noche da una tregua al agobiante calor del día.

De esta legítima medida de lucha de los trabajadores, que es la ocupación, se viene hablando hace meses en Bella Unión. El 15 de enero se concretó.

Ante el hecho de la ocupación, comenzaron las especulaciones de todo tipo y color. Con el paso de los días se observa, que la conducción del conflicto -con aciertos y con errores- nace de una asamblea, que se cobija a la sombra de un precario techo, sobre postes de eucalipto, allí en el campo de Colonia España.

Mirado al principio con escepticismo, hoy la medida ha concitado el respaldo de la Mesa Representativa Ampliada del PIT-CNT (por unanimidad), de la Comisión Nacional por el Agua y la Vida, de la FEUU y de múltiples organizaciones más, de todos los pelos y colores.

A un mes de la ocupación, la medida es mirada con simpatía por un sector importante de la población, la mayoría de los cuales -al igual que los peludos- votaron al Frente Amplio y al sector mayoritario dentro del mismo.

Si algunos juegan a aislar y desgastar a los ocupantes, observamos que los "peludos", haciendo honor a su apodo, se han prendido a la tierra.

Han limpiado el campo de chircas y caraguataes, han arado, han sembrado dos hectáreas de huerta, y ahora, se aprestan a ensurcar para plantar caña de azúcar, en otras diez hectáreas. Y esto, sólo, ha sido posible mediante el apoyo de la gente.

Apoyo de la gente que debe continuar y ampliarse, porque como dijo Don José “la causa de los pueblos no admite la menor demora”

Ruben Elías (Chasque Artiguista, Feb./06)

chasqueartiguista@adinet.com.uy

Compañeras y Compañeros:

Otro 15 de Enero en Bella Unión.

La llama que se encendió el 15 de Enero del 2006 sigue alumbrando el camino, el único camino posible, que sigue siendo el de la lucha.

Los compas de CAxTierra celebramos y recodamos esta fecha histórica de lucha por la tierra, en la que trabajadores y trabajadoras del norte uruguayo decidieron tomar en sus propias manos el recurso más rico y fecundo de este suelo: la tierra, que no sólo es producción, sino también nuestro territorio, nuestra cuna, cimiento de nuestras esperanzas, escenario en el que más tarde o más temprano lograremos romper las cadenas de la opresión y la explotación Nuestra Comisión nace al amparo del sacrificio de estos hombres y mujeres, porque –a no dudarlo- son ellos y todos los trabajadores de la tierra los que deben marcar el camino para que ésta sea verdaderamente nuestra y no de las multinacionales que, día a día, nos saquean nuestros recursos naturales, robando nuestra tierra y nuestra agua.

A seguir peleando, para poder apoyar a quienes en todo el Uruguay, al influjo de Colonia España y de Mandiyú, se proponen recuperar la tierra que les pertenece por derecho propio. Mientras se siga recorriendo este camino , CAxTierra seguirá siendo una caja de resonancia, humilde pero firme, siempre presente .

¡A seguir dando la pelea, a fortalecer Colonia España y a ganar la lucha de Mandiyú!!!.

Por un 15 de Enero Combativo,

¡Habrá tierra para todos!!!

¡Tierra para el que la trabaja!!!

CAxTierra – Comisión de Apoyo por Tierra – 15 de enero de 2008

Tel. de contacto: 099 053 831

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- A dos años de la primer ocupación de tierras ¿QUÉ HA PASADO CON EL PAÍS PRODUCTIVO?

Cansados de esperar pero soñando con un "país productivo con justicia social", el 15 de enero de 2006, se llevo adelante la primera ocupación de tierras en Bella Unión. ¿Qué ha pasado en este tiempo con las ocupaciones?

¿Qué ha pasado para que haya aumentado tanto la concentración y extranjerización de la tierra?

¿Qué ha pasado con el país productivo con justicia social?

Dos años después de aquella ocupación en el predio de Colonia España se asienta una Cooperativa Social integrada por trabajadores miembros de los sindicatos ocupantes. La ocupación realizada en Colonia Eduardo Acevedo por el Grupo Mandiyú, sobrevive -pese a las amenazas de desalojo que no cesan- respaldada y apoyada localmente por los gremios y sindicatos de Bella Unión.

Y como allá nadie se rinde, el mismo día que el Grupo Mandiyú, cumplía el primer aniversario de su ocupación, comenzaron a remitir leche a Salto para ser industrializada. Hoy más que nunca es necesario respaldar estas experiencias de lucha de los trabajadores y sus familias.

Los trabajadores han logrado, además, que se les otorgaran tierras para cultivar caña de azúcar en convenio con ALUR y aspiran, mediante la Comisión de Tierras que han formado, obtener para los asalariados y pequeños productores, un porcentaje de las nuevas superficies que deben ser cultivadas para llevar adelante el proyecto sucro-alcoholero.

Todo esto ha sido posible mediante la lucha y la solidaridad, nacional e internacional, así como por el esfuerzo y sacrificio de muchas y muchos. Esto, con ser mucho, no alcanza.

En estos mismos años se ha profundizado el proceso de concentración y extranjerización de la tierra y de las empresas productoras de commodities, materias primas con mínimos procesos de industrialización.

Lejos estamos del "país productivo", slogan de la campaña electoral que le permitió al Frente Amplio llegar al gobierno.

Los cambios que se observan se basan en la inversión extranjera directa (IED). Contra lo que eran los discursos de otrora en la izquierda, hoy las ventajas otorgadas por el gobierno al capital foráneo han permitido un fuerte proceso de extranjerización de los principales recursos del país.

En contrapartida, se pierde el control nacional del proceso productivo y se cuestionan aquellas decisiones estratégicas que podrían repensar el desarrollo nacional sobre bases más autónomas.

Más allá de los programas de gobierno, más allá de la acción de factores endógenos y/o exógenos, más allá de la buena o mala voluntad de los decidores, más allá de todo esto están los hechos y los hechos son tozudos.

Se observa en Uruguay, así como en la región y en resto del tercer Mundo, una suerte de “neocolonización” que atenta contra la soberanía y modifica radicalmente nuestro entorno.

En nuestro país el proceso de concentración y extranjerización de los recursos naturales, así como el traspaso de las industrias -que subsisten- a capitales extranjeros no es cosa nueva. Lo que preocupa sobremanera es el volumen de los traspasos y la aceleración de los procesos, con cifras sin precedentes.

Las Empresas Transnacionales han desembarcado en nuestro país en forma indiscriminada y se apoderan de tierras e industrias sin que nadie les ponga límite y alentadas por el equipo económico y los dirigentes empresariales. Mientras se conservan las disposiciones que benefician el saqueo del nuestro patrimonio, se legisla criminalizando la ocupación de tierras a familias en estado de necesidad. Todo, bajo el supuesto que no existe alternativas a la inversión extranjera.

La inversión extranjera no es ni un "dios" ni un "mesías", tampoco un "demonio" por sí misma, ni es la culpable del "no desarrollo" nacional.

La inversión extranjera es un recurso importante, siempre y cuando su participación no implique relegar soberanía, ni desaloje a los productores nacionales. Es imprescindible, además, que, contribuya con los objetivos nacionales preestablecidos y socialice sus procesos de investigación y desarrollo.

Es posible entonces, que la inversión extranjera tenga un lugar en una estrategia de desarrollo nacional, como también que participe del financiamiento estatal y de los costos sociales y ambientales del proceso productivo, y, que aporte a un reparto adecuado de sus beneficios asumiendo su cuota parte de responsabilidad a la hora de redistribuir las cargas en la sociedad.

No obstante, la institucionalidad actual que cobija los flujos de inversión, los tratados de protección reciproca de tales inversiones, las zonas francas y las definiciones de los gobiernos actuales no parecen ser instrumentos adecuados para esos fines.

Desde distintos sindicatos (frigoríficos, curtidores, vestimenta, etcétera), los trabajadores ya perciben que el ingreso masivo de capitales extranjeros deteriora las relaciones laborales, que se reduce el trabajo (menos cueros para procesar por exportación de materia prima) A su vez, los trabajadores del campo, ven como día tras día, se despuebla la campaña, se deterioran suelos y acuíferos, con costos de recuperación elevadísimos, afectando el patrimonio de las futuras generaciones.

Este fenómeno no es ignorado por nuestra gente.

En una reunión realizada en la localidad del Carmen, en el corazón del país, aspirantes a colonos discutían el empuje de la concentración y extranjerización de la tierra, cuestión que todos percibían, cuando una humilde paisana exclamó:

“Hay que topear, porque si no topeamos… nos quedamos sin patria”.

Las decisiones económicas se ubican cada vez más fuera del país, se trasladan ahora a los escritorios de los directivos de las transnacionales; sin embargo, el gobierno se alegra porque ingresan inversiones extranjeras.

Tales inversiones, tienen poco de estratégicas y en su mayoría nada tienen de "nuevas", pues en los casos dominantes se trata de un simple cambio de propietario de empresas existentes, generando un proceso de concentración de la propiedad que no contribuye tampoco al desarrollo de un Uruguay productivo, con justicia social y profundización democrática.

La ganancia de unos pocos predomina por sobre el interés nacional y las necesidades de la mayoría, mientras que el Estado es prescindente ante lo que denomina "negocios entre privados".

Esta "prescindencia" estatal es la esencia del neoliberalismo.

Esta nueva situación se ubica en el proceso de la expansión capitalista que comienza en los primeros años de la década de los setenta y que redefine la división internacional del trabajo asignando un papel muy específico a América Latina como proveedora de recursos naturales.

Es la "reconquista" de América.

La situación es descripta por Eduardo Galeano con meridiana claridad:

"Según la voz de mando, nuestros países deben creer en la libertad de comercio (aunque no exista), honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio)".

Esta estrategia que no surge, ni forma parte del programa del FA contradice décadas de lucha del movimiento popular y las finalidades del Uruguay productivo. No es posible construir una nueva sociedad manteniendo fundamentos del modelo neoliberal y profundizando la extranjerización económica.

No se puede ir hacia el Sur y hacia el Norte al mismo tiempo.

Gustavo Melazzi y William Yohai se preguntaban "¿Seguirán siendo sólo los extranjeros los que decidan nuestras líneas de desarrollo?

¿No habrá llegado el momento de evaluar a fondo las zonas francas, esa “extraterritorialidad” o “agujeros de soberanía”?

¿Qué beneficios les seguiremos ofreciendo, y a cambio de qué?"

Hay una correspondencia esencial entre la economía orientada a la ganancia de unos pocos, a la inhibición de la participación social y al mantenimiento de la institucionalidad que ha permitido la pervivencia centenaria del bloque de poder.

Sólo una ruptura democrática de este triángulo perverso podrá articular desarrollo orientado a: satisfacer las necesidades de la sociedad; ampliar la participación social; y crear una nueva institucionalidad que los promueva y garantice.

Hoy, a dos años de la primera ocupación de tierras y a más de cuarenta años de aquel Primer Congreso del pueblo uruguayo que constituyó un programa popular para enfrentar la expansión capitalista, ahora en su fase "neocolonial", es imprescindible reeditar tales estratégicas o -como señalaba la señora del Carmen- "… nos quedamos sin patria”.

Ruben Elías

Este artículo fue realizado con materiales del trabajo "Uruguay país productivo: La penas son de nosotros, los recursos ya no...", elaborado por Ruben Elías y Oscar Mañán, con la colaboración de Antonio Elías. El trabajo fue publicado en el libro "Derechos Humanos en el Uruguay - Informe 2007" del Servicio Paz y Justicia - Uruguay

________________________________________- 14 de Enero de 2007: Ocupación de tierras en Colonia Eduardo Acevedo COMUNICADO DEL GRUPO DE LECHEROS MANDIYÚ

Cansados y desanimados de hacer gestiones, entrevistas, cartas, entregar proyectos y al final ver que el esfuerzo es en vano; que personas adineradas se benefician de tierras del I.N.C., es que hacemos este último y casi desesperado intento de seguir viviendo del campo y en el campo.

Quizás en un tiempo ya lejos de la tierra, alguno de nosotros en los cinturones de pobreza de las ciudades, otros en el exterior, se aliviará nuestra nostalgia con la certeza: perdimos, pero hicimos hasta lo imposible.

Tantos mejores que nosotros se han ido por un tiempito y no quieren volver más.

En un país en el que apostamos por un cambio que pensábamos que sería para mejor.

Creímos que estábamos incluidos en el país productivo y nos encontramos expulsados de la tierra, donde los más humildes no son los más privilegiados.

En estas 400 hectáreas de la Colonia Eduardo Acevedo podemos reconstruir nuestro patrimonio productivo, haciendo lo que sabemos: lechería. No pedimos favores, exigimos respetar nuestro derecho al trabajo.

Grupo de Lecheros MANDIYÚ.

Bella Unión, 15 de enero de 2007

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Para comunicarse con el Grupo MANDIYÚ 099 947 323

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