viernes, 25 de enero de 2008

Cóndor, la vida italiana clandestina de un torturador uruguayo

Jorge Néstor Fernández Troccoli, uruguayo: detenido en Camerota, participó en la operación que exterminó millares de opositores de los regímenes dictatoriales latinoamericanos


por CARLO BONINI



ROMA - Cuentan que en la noche entre el 23 y el 24 de diciembre, el hombre se inclinó sobre una silla de la estación de los carabineros de marina de Camerota. Entrecerró sus viejos párpados, como quien quiere expulsar un enjambre de fantasmas y ellos le gritan inocentes, y repentinamente se vuelven cercanos. Listos, ésta vez, a asirlo para siempre. Cuentan todavía que, algunas horas después de entrar en la oficina de la cárcel de reina Coeli, ha flanqueado el lúgubre pasillo del penal en el que desde entonces está en aislamiento y encerrado repitiendo su posición de inocencia: " no les he hecho desaparecer yo. Yo no sabía. No podía saber...".
El hombre es un ciudadano uruguayo con pasaporte italiano. Se llama Jorge Néstor Fernández Troccoli. es nacido en Montevideo el 20 de marzo del 1947. Es uno de los 146 ex militares sudamericanos que hoy la historia y la justicia italiana acusan como partes de un horror contemporáneo llamado "Plan Cóndor", la máquina de exterminio que, entre el 1976 y el 1983, hizo estragos en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, asesinando a millares de opositores políticos ( 30 mil solo en Argentina ) durante las dictaduras militares del denominado "Cono Sur".
Ciento cuarenta y seis nombres. Generalmente forajidos. Algunos murieron, con Augusto José Ramón Pinochet Ugarte y Alfredo Stroessner. Algunos en los penales, como sesenta y un argentinos. Treinta y dos uruguayos. Veintidós chilenos Trece brasileños. Siete bolivianos. Siete paraguayos. Cuatro peruanos. Los arquitectos del engranaje: "Videla, Jorge Rafael, nacido en Mercedes el 2 agosto 1925, domiciliado en avenida Cabildo 639, piso 6, Buenos Aires"; "Massera Emilio Eduardo, nacido en Paraná el 19 de octubre 1925, domiciliado en Buenos Aires, avenida Libertador 2423, piso 12"; "Bordaberry Arocena Juan María, nacido en Montevideo en 1928, ultimo domicilio conocido en Libertador Lavalleja 1513 Montevideo".... Y por supuesto Jorge Néstor Fernández Troccoli. ¿Pero quien diablo es Jorge Néstor Fernández Troccoli? ¿y que hacía en marina de Camerota en la Nochebuena?
3.500 almas pueblan el municipio de marina de Camerota, provincia de Salerno. Un habitante sobre cuatro es nacido en Sudamérica de progenitores emigrados. Un enclave |latinoamericano que asoma sobre los Tirreno. También el abogado Adolfo Scarano es Troccoli de parte de madre. Conoce a Jorge hace doce años. La noche de navidad ha asumido la defensa. También él ha nacido en la otra parte del océano, en Venezuela. Es un profesional amable, de modos afables: " No le dice nada la historia del " León de Caprera "?". Corría el año 1880 y a tres se les ocurrió pensar un imposible, atravesar el atlántico sobre una gorguera de nueve metros para entregar a Giuseppe Garibaldi - el verdadero "león" - el álbum con las firmas de una legión entera de emigrantes. Los tres eran italianos. Marineros partidos para el Uruguay y nunca vueltos. Se llamaban Vincenzo Fondacaro de Moja Calabra, Bastillando Grassoni de Retablo, Pedro Troccoli de marina de Camerota. " he aquí-- dice el abogado Scarano - Pedro Troccoli es el bisabuelo de Jorge ". La empresa salió bien.
Zarpado el 3 de octubre de 1880 de Montevideo, el "león" ancló a Livorno el 9 de junio de 1881. Troccoli fue el único en resistir a la malaria lo que le valió ostentar sobre el pecho la medalla de oro del Savoia.
Troccoli se volvió en los astilleros navales a Montevideo y trajo al mundo 9 hijos. Italia, según parece, no se atravesó más en el camino de la familia. Al menos casi un siglo. Hasta la noche del 21 de diciembre de 1977.
Aquella tarde – según documentan las pruebas obtenidas por el Fiscal Adjunto de Roma, Giancarlo Capaldo, quien ha trabajado diez años-- en Buenos Aires, en un pequeño departamento de calle Lavas al 1494, Ileana Sara María García Ramos, ciudadana italiana, y su marido Edmundo Sabino Techeira, italiano como ella y como ella nacido a Montevideo, están atendiendo a la pequeña Soledad, nacida siete meses atrás. Son estudiantes y trabajadores y militan ambos en el " Gau " ( grupos de azione unido ), la resistencia sindical uruguaya. Ambos fueron reprimidos con la violencia de la dictadura militar. Son demorados en Argentina mas de un mes porque aquí allí los detuvieron antes de solicitar asilo de Naciones Unidas. Hombres armados llegan salvajemente, los arrastran por la calle. Arrancan de sus manos a Soledad ( a quién salvó el portero del edificio). Se instalan en su domicilio, donde vivirán en los dos días sucesivos, para que sirva el departamento de "ratonera", las ratoneras ( esperar la llegada de algún inconsciente amigo para hacerle sufrir el mismo destino).
Ileana y Emdundo comparten la misma violencia con Yolanda Ghelpi y su marido Julio Cesar Pallares. Italo-uruguayos como ellos. Como ellos sindicalistas. Como ellos refugiados en Buenos Aires. En espera de un bebé al que nunca se lo vio, porque dio a la luz en un campo de detención y fue robado por los militares. Desaparecen en aquélla Nochebuena de 1977. Como antes Edgardo Borelli Cattaneo y Raúl Gambaro Nuñez. Italianos de Montevideo. Sindicalistas del Gau.
Ileana; Edmundo; Yolanda; Julio; Edgardo; Raúl. nadie le verá nunca más. Transitaron en el centro de detención y tortura de Banfield. Luego, parten para "destino desconocido".
En diciembre de 1977, Jorge Néstor Troccoli de 30 años del bisabuelo Pedro ha conservado solo dos cosas. El apellido y un uniforme de marinero. Porque no trabaja en el mar, sino en Montevideo, en los calabozos de la unidad SII, los servicios de inteligencia del Fusna, el " Fusileros Navales ", la Marina de Guerra Uruguaya. Tiene el grado de teniente y, a fines del "77 es el responsable de los interrogatorios de esta unidad. Daniel Rey Piuma, en esa época Cabo de diecinueve años, ha contado de aquel agujero negro: "las torturas se infligían tanto a hombres como a mujeres. Mi misión era la de tomar las huellas digitales después de los interrogatorios. Los detenidos, hombres y mujeres, venían obligatoriamente desnudos, encapuchados y unidos a las paredes con un hilo de lana. Periódicamente llegaba un militar y los llevaba en una habitación especial. De aquella habitación he sentido que procedían gritos, llantos. He visto a las personas después de los interrogatorios. Lloraban. Frecuentemente tenían todos los dedos de las manos partidos". Luego de los interrogatorios, lo que separa la vida de la muerte es una sigla que acompaña cada nombre. "Df" – disposición final -- significa un golpe a la nuca y la sepultura en alguna fosa común, cubierto de cal viva.
El "destino desconocido" de los seis de Buenos Aires - Ileana; Edmundo; Yolanda; Julio; Edgardo; Raúl - son los calabozos del Fusna. La oficina de Jorge Néstor Troccoli. Italiano como ellos. Sus destinos son " Df ". No son los únicos. Los acuerdos que, el 25 de noviembre del 1975 , han estipulado en secreto en Chile entre las entonces siete dictaduras militares del continente ( Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, Chile, Perú ) prevén la desaparición forzada de prisioneros, y la eliminación en masa de todos los opositores políticos, que por todas partes han hallado refugio en el continente. El plan se llamaba "Cóndor". Troccoli es un de los centenares de ejecutores. Cuando no es el agujero negro de Montevideo es en Buenos Aires, en la Esma, otra carnicería clandestina. Otro punto de la red del horror.
El abogado Scarano dice: ¿" me explica que cosa podía hacer un joven teniente? ¿Desobedecer tal vez a las ordenes del gobierno de su país? Ciertamente, Troccoli mandaba aquella Unidad. Ciertamente, interrogaba a los detenidos. Pero no ha torturado nunca a nadie. Y aquellos seis de origen italiano no sabe ni quienes son. Jorge admite, que tenía unos presos acusados de terrorismo, encapuchados, sin alimentar y sin agua, es tortura. ¿es tortura tal vez?".
Troccoli la llama "política de desaparición en acuerdo con la orden del Ejecutivo Argentino de aniquilar la guerrilla ". Escribe esto con gesto doctoral en el 1998, cuando en Uruguay una ley de amnistía hace pensar a los Generales que estaban seguros. Lo hace con un pequeño libro, "La ira de Leviatán". O bien, " del método de la furia a la búsqueda de la paz". Es despedido en el '92 con el grado de Capitán. Se ha casado con una profesora de inglés. Tiene dos hijos. Frecuenta la facultad de antropología de la universidad de Montevideo, donde se especializa en Ciencia del Comportamiento Humano. En noviembre del 2002, obtiene el pasaporte italiano, en memoria del coraje del bisabuelo. De la antigua sangre de Camerota. En Italia - piensa-- todo ha comenzado y todo puede acabar. En Uruguay, el aire ha cambiado. La ley de amnistía está siendo cuestionada por nuevas normas que declaran permanente el delito de desaparición en persona y por lo tanto decreta la imprescriptibilidad.
Deja de cuestionarse y en octubre pasado hace las maletas. Un vuelo Montevideo-Malpensa. Un nuevo pasaporte italiano que enseñar a la aduana. Un tren para marina de Camerota, donde lo esperan viejos amigos. No sabe que la pequeña Soledad ha crecido. Que, acompañada de la abuela, ha pedido a la Justicia de Roma que le diga finalmente quien ha visto por última vez a su madre y su padre. Quién ha escrito cerca de su nombre: "Df". Disposición final. Navidad 1977. Navidad 2007. Hay en el medio treinta años. Y la respuesta tal vez ha llegado. Aquel hombre tiene un nombre italiano y en Roma, cuando un Tribunal luego de un nuevo examen, decida si lo deja ir o lo lleva a la cárcel, no le bastará el recuerdo de el coraje de un bisabuelo que soñaba con Garibaldi y un mundo mejor.

Fuente: "La República" de Italia - Traducción propia

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