Número 1110 | Febrero 10 de 2013 | Año IX
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AHORA COMO TRAGEDIA
Carlos Alberto Boga Una reiteración casi mecánica. Como si estuviéramos detenidos en el tiempo. O caídos del mapa. En algunos ámbitos de debate, escritos, audiciones en radios comunitarias, nos hemos extendido desde hace más de un año, sobre algo que parece no logramos observar. El efecto invernadero. Hemos colectivizado largos y profundos estudios y análisis sobre este tema, sus causas, sus efectos, las previsiones, de connotados estudiosos Observamos el mundo – ese que a veces parece que nosotros no integramos o estamos por fuera – los grandes desastres climáticos, tempestades, inundaciones, fríos por encima de la media ‘’normal’’, al igual que ‘’calores’’ sobre la media normal, y todo tipo de catástrofes ‘’naturales’’, que, como no puede ser de otra manera, afecta siempre a los pobres, los mas postergados, los desposeídos de siempre. En casi todo el mundo, con honrosas excepciones Y acá, no estamos ajenos. La realidad nos golpea como a cualquier otra nación, pueblo, país, de cualquier parte del mundo. Y enseguida surgen los: ¡¡que horrible, nunca había pasado esto!! o en otros muchísimos casos: ¡¡hace 40 años que nos están prometiendo que nos van a solucionar estos problemas que vivimos todos los años!!. En cualquiera de los casos, la causa, el origen es el mismo. La criminal producción capitalista. Esa que acumula sin cesar, esa que acumula sabiendo cuáles serán las consecuencias, pero que en definitiva, saben también, que esas consecuencias las pagarán hasta con sus vidas, los pobres, los explotados, los trabajadores. La sobreproducción de productos suntuosos y la permanente incitación a un consumismo exacerbado, sobre todo a las capas medias, provoca, entre otras cosas, una acumulación desproporcionada de gases contaminantes, que terminan afectando el ambiente, o sea, el mundo humanamente habitable. Se podría decir que el planeta está ‘’dentro de una bolsa de nylon’’ Pero….nos dicen que no desperdiciemos agua, que cerremos bien la canilla, que no tiremos envases de plástico, o bolsas, etc., etc., toda una hipocresía del cuidado ambiental que pretende responsabilizar a los pobres, sobre el ‘’cuidado del medioambiente’’. Y por ahí, nos dicen que el crecimiento y desarrollo del país se mide por la cantidad de autos 0Km, que se venden por año. ¿Tenemos idea-noción de la brutal contaminación que generan tanta cantidad de automóviles? ¿Tanta cantidad de artefactos suntuosos de una comodidad que nos dicen es desarrollo, modernidad, ‘’país de primera’’? ¿Esto es desarrollo? ¿Para quienes? ¿Quiénes disfrutan de ese ‘’desarrollo’’ y quienes pagan las consecuencias catastróficas del mismo? Los que seguimos vendiendo nuestra fuerza de trabajo, a cambio de un ‘’bienestar’’ mentiroso, hipócrita. En la primera de cambio, (económico o de la naturaleza) quedamos otra vez en un ‘’pantano’’, - literalmente.
LA HIPOCRESÍA Y LA ¿IGNORANCIA?
Hemos visto ‘’compungidos’’ a periodistas en programas de TV argentinos, sobre las consecuencias de los desastres ‘’naturales’’ y los desaguisados económicos, (devaluación expropiatoria). Y gritan, y discuten, y hablan de posibles salidas y soluciones. Siempre dentro del sistema, ‘’los argentinos todos iguales’’.¿Ningún periodista ha leído algo de su compatriota el revolucionario Che Guevara? ¿Nadie sabe cuál fue el legado ideológico-político del Che? ¿Son burros o se hacen los nabos? Eso muestran a miles y miles de argentinos y uruguayos que vemos esos ‘’debates’’ filosóficos, que parecen de gran capacidad, pero no mencionan, ni por error, algún concepto marxista sobre el capital, sus modos de producción, sus causas, sus consecuencias. ¿Trasmiten ignorancia exprofeso? ¿Qué hace un cuadro del Che Guevara en el salón de los ‘’patriotas’’ de la Casa Rosada? ¿Sabe Cristina quién fue el Che? ¿Qué pensó, dijo e hizo? Hipocresía cruel y criminal para dominar a los pueblos
DE ESTE LADO DEL RIO
No se han cansado (los gobernantes municipales) de salir a defender esa ‘’expropiación’’, porque traería a los pobladores de esta zona del departamento, las mejoras al fin tantas veces postergadas y tantas veces reclamadas por las organizaciones sociales. El pueblo costeño, se ha movilizado, ha realizado propuestas, ha protestado, se ha organizado, pero….el resultado vuelve a ser el mismo. Mas endeudamiento, mas despilfarro, mas ‘’errores’’ técnicos, en definitiva, mas retroceso. Todo bien argumentado para hacernos creer que hay avances. Lo real, lo objetivo, es que nuevamente miles y miles de vecinos pobres de la Ciudad de la Costa, han recibido ‘’otro golpe’’. Se esforzaron por pagar aumentos de hasta 1400% en la contribución inmobiliaria, y ahora, todos inundados, casas y calles desbordadas, pérdidas materiales y humanas en salud, algunas graves, otras muy graves. Cuentapropistas sin poder trabajar. Alquileres por las ‘’nubes’’. Toda una expropiación bien orquestada. Desesperación, depresión, desesperanza, angustia. Algunos se ‘’retoban’’ y cortan rutas. Otros hacen pedidos individuales de socorro. ¿Y cómo salimos de esto?
JUNTAS LOCALES AUTÓNOMAS ELECTIVAS
. Nada de eso ocurrió Recibieron el gobierno deptal., con 80 millones de dólares de déficit y hoy tienen deudas hasta el 2035 por 250 millones de dólares. Y cuando llueve, los pobres, nos llenamos de mierda, lodo, y perdemos las pocas pertenencias materiales que con tanto esfuerzo logramos. Ni que hablar que el ‘’hospitalito’’ está desbordado de niños, ya con afecciones provocadas por las inundaciones. Las casas llenas de ‘’bichos’’, arañas, ratas, moscas y mosquitos, víboras, comadrejas y otros seres vivos, que perdieron su hábitat, se metieron para adentro de las casas. El pueblo organizado. Administrando. Priorizando. Efectuando tareas, solidarias, de apoyo. Soluciones estructurales. Fiscales de los recursos económicos. Impuestos a quienes tienen, (no a quienes ‘’ganan’’ con su trabajo, distribución de tareas. Estado de asamblea permanente, dirigentes dirigidos, pueblo en lucha, resistiendo, organizando y proponiendo Este concepto lo ‘’trampearon’’. Las JLAE, fueron sustituidas por alcaldías. (Decreto de Tabaré Vázquez en 2009). Las alcaldías son nuevos organismos burocráticos que dependen de la administración central municipal, es decir, el intendente. 29 alcaldías, y decenas de cargos de particular confianza. Algunos ‘’electos’’ otros puestos a ‘’dedo’’, al servicio del gobierno. Buena oportunidad para llegar a estadios superiores como diputados o senadores, o quizá algún ministerio. Todo trucho. Sin participación de los vecinos. A espaldas del pueblo. Miles de vecinos realizaron reclamos frente a las alcaldías y las respuestas se ‘’alinearon’’, ‘’no podemos hacer nada, realizaremos un informe al intendente’’ 1. Control popular (fiscales barriales) sobre las finanzas municipales y su uso en obra pública, donde y como. 2. Expropiar los materiales de cantera y ponerlos al servicio de comisiones barriales, a costo del estado, camiones, máquinas excavadoras, y todo el equipamiento privado disponible que lucra con la desgracia. No solo es el Estado en su organismo Municipal el responsable. Es el capitalismo voraz, también el barrial, y el más grande, concentrador de riquezas por concesión de obras. 3. Alentar reuniones con propuestas concretas de ayuda solidaria. Estos son algunos puntos. Mas organización, mas conciencia, mas lucha
MG - postaporteñ@ 1110 - 2014-02-10
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RAZONANDO SOBRE EL
PLEBISCITO MINERO
Un Aporte
Más
Treinta y Tres fue la
primera ciudad en la que se lanzó la campaña y acudí con dudas, pues la
iniciativa partió del MOVUS -a cuyos miembros respeto y de quienes sigo
aprendiendo mucho-, no de la mesa de productores de la ruta 7, corazón de
la lucha anti Aratirí.Me pareció un poco extraño que una ONG se pusiera al frente de una movida tan importante, que hasta ahora los iniciadores de la resistencia no habían decidido implementar. ¿Por qué el MOVUS impulsaba el plebiscito sin el apoyo oficial y unánime de la mesa de productores de ruta 7 y sin el respaldo de la ANP? ¿Se habría dado la debida discusión respecto a la conveniencia de lanzar el plebiscito entre todos los movimientos contrarios a Aratirí? Esas preguntas me inquietaban. No obstante, la confianza en la honestidad de los integrantes del MOVUS y la probada solvencia de sus técnicos, junto al aprecio personal que siento por el colega Víctor Bacheta, me hicieron estar allí, aunque rechacé amablemente la invitación a integrar la mesa que dio la conferencia de prensa junto al Diputado Silvera, el Edil Bentos, la Directora Nacionalista Carol Aviaga y el propio Bacheta. Observé que en la mesa no había ningún productor rural de la zona de Valentines y Cerro Chato, solo había alguno en el auditorio y estaba como yo, en calidad de oyente. Cuando se hizo el lanzamiento en Montevideo noté de nuevo la ausencia de gente representativa de la primera línea de esta lucha, -los de Cerro Chato- y me pregunté: ¿Por qué no están entre las caras visibles de este movimiento? Tampoco se me escapó el detalle de que impulsando el plebiscito en Treinta y Tres apareció con mucha fuerza gente de Lacalle Pou (los nombrados Silvera, Bentos y Aviaga, además del Edil Llano que también estuvo presente en el lanzamiento. ¿Por qué tantos políticos del sector del mencionado pre candidato ahora se mostraban tan interesados en apoyar este plebiscito? ¿Habría solo razones electorales para comprometerse tanto con el tema minería? Salí de la sala del lanzamiento en Treinta y Tres no totalmente convencido pero pensando en que esta iniciativa –aún con su componente de especulación electoral, su nacimiento en una ONG y la falta de protagonismo de los directamente afectados - era una herramienta más de lucha que se sumaba a las que veníamos utilizando, y que la meta no era juntar las firmas para abril, sino instalar el tema en la agenda informativa y política para desde ahí enviar señales del crecimiento de la resistencia organizada a las multinacionales y al propio gobierno, señales complementarias con las marchas y demás movidas que se seguirían haciendo Sin embargo en las horas siguientes el tema no dejaba de darme vueltas en la cabeza. Por eso no recogí ninguna firma, a pesar de que varias personas me pidieron la papeleta. Les decía que en cualquier momento empezaba con la tarea, que estábamos en etapas preparatorias, con eso refiriéndome sin que ellos lo supieran, a la fuerte discusión interna que debía resolver dentro mío, antes de sumarme a la recolección de firmas. Pasaron los días y ya le empecé a expresar a algunas personas que querían firmar y me reclamaban la papeleta, mis dudas al respecto, dudas que a casi todos les resultaban difíciles de entender. Entre tanto consulté con otros compañeros que estaban en situación similar, se sentían incómodos pero no terminaban de decidirse. Me llevó bastante tiempo tomar una decisión. Hoy la tengo: no acompaño este plebiscito Esta decisión me resulta dolorosa como toda separación que pone cierta distancia entre compañeros. Porque sigo sintiendo compañera a la gente que conozco y está juntando firmas. No dudo que están de mi lado en la lucha, solo que no comparto esta acción en particular. Lo del interés político-partidario que percibo en los dirigentes nacionalistas que apoyan el plebiscito, no es el factor decisivo. Tampoco la ausencia de productores rurales en la cabeza del movimiento Uruguay Libre. Hay otras razones de más peso que son las determinantes
POR QUÉ NO ACOMPAÑO ESTE PLEBISCITO
Hemos afirmado desde el comienzo que el artículo 47 de la Constitución da la pauta clara respecto a emprendimientos como Aratirí que indiscutiblemente “causan daño grave al medio ambiente”. Si ahora proponemos una reforma que prohíba a texto expreso la megaminería a cielo abierto, estamos tácitamente contradiciéndonos. Estamos reconociendo que no es tan clara la Constitución como decíamos antes, ahora admitimos cierta ambigüedad que proponemos corregir. Eso nos debilita, favorece la posición de los violadores de la Constitución que aprobaron la Ley 19.126, que ahora ya no serían tan violadores porque nosotros mismos reconocemos que el texto constitucional no es tan claro como lo afirmábamos hasta ahora Por otra parte no debemos debilitar al Fiscal Enrique Viana, que presentó en octubre del año pasado un recurso de inconstitucionalidad contra la mencionada Ley Aratirí. Su lúcida y valerosa acción queda sin nuestro apoyo si salimos a reformar el artículo de la Constitución en el que él basa gran parte de su argumentación, porque estamos diciendo con esa campaña: “Viana se basa en un texto que puede ser dudoso, por eso nosotros queremos reformarlo”. Creo que no debe salir desde nosotros un cuestionamiento a los argumentos de Viana, que además personalmente creo que están muy bien fundados. Socavar la gestión del Fiscal es algo que no debemos hacer ni explícita ni implícitamente, y entiendo que es eso lo que hace este plebiscito que no fortalece la acción de Viana, la debilita Esas son razones conceptuales, pero hay una razón estratégica El artículo 331 de la carta magna prevé que cuando se presentan las firmas para promover un plebiscito de iniciativa popular, la Asamblea General Legislativa puede proponer por su parte uno o más textos alternativos de reforma, para que se sometan a votación junto con el de la iniciativa popular. ¿No han pensado en la estupenda oportunidad que sería ésta para pergeñar una reforma que tire abajo lo logrado en el 2004 cuando se puso freno a la privatización del agua? En aquella oportunidad nadie hizo campaña a favor de la privatización, pero hoy es distinto, casi todo el aparato del FA esta con la minería –la tibia excepción sería la CAPL según se sabe por ahora- y la plana mayor del PIT-CNT, también está con Aratirí. Los partidos de oposición todos firmaron su visto bueno a la megaminería en diciembre de 2011, por lo que no están contra la megaminería en general, sino contra Aratirí en particular. Si damos la chance de enredar las cosas con una o más opciones de reformas simultáneas… ¿la desaprovecharían gobierno y oposición? Si presentan otras opciones de reforma, ya no sería para la gente cuestión de votar o no una reforma, sino cuál de las reformas votar, o no votar ninguna… y eso ¿nos conviene? Por supuesto que no, pues en ese caso tendríamos más posibilidades de perder, porque perdemos si se aprueba una reforma que no sea la nuestra y perdemos si no se aprueba ninguna de las reformas propuestas, caso en el que el gobierno sale ganando igual, porque su prioridad es que no se apruebe nuestra reforma, que necesitaría la mitad más uno de los votos válidos emitidos. ¿Qué pasaría si aprovechando el barullo se aprobara una iniciativa privatizadora propuesta por el gobierno o la oposición para reformar el artículo 47? No solo entraría Aratirí por la puerta grande sino que retrocederíamos en la defensa del agua lograda en el plebiscito del 2004. Por eso creo que impulsar este plebiscito es arriesgar demasiado Hay todavía otra razón de orden sentimental: ante el más posible escenario que sería, por falta de tiempo aunque hubiera suficientes recolectores, no llegar a recoger las firmas en abril para plebiscitar la reforma en octubre, le estamos dando en bandeja los siguientes títulos a la prensa: “NO HABRÁ PLEBISCITO ECOLÓGICO, NO SE ALCANZÓ EL NÚMERO NECESARIO DE FIRMAS”, “FRACASÓ INTENTO DE PLEBISCITAR LA MINERÍA”, “LA MINERÍA A CIELO ABIERTO NO SERÁ CUESTIONADA EN PLEBISCITO”, “LA CIUDADANÍA NO ACOMPAÑÓ EN NÚMERO SUFICIENTE CAMPAÑA CONTRA ARATIRÍ”…., y así por el estilo. Imagino el placer de gente como Kreimerman, Aguerre y el propio Mujica al recibir los diarios esa mañana. Se sentirían fortalecidos y gozosos. Ellos no se merecen que les demos esa alegría que empañaría el esfuerzo desplegado por los compañeros que salieron a dejar el alma en la cancha juntando firmas, con alguna esperanza de reunir las necesarias en abril En resumen, esos son mis motivos conceptuales, estratégicos y sentimentales. Desde luego que admito la posibilidad de estar equivocado, y quedo abierto a las respuestas que consideren pertinentes quienes sientan el deseo de rebatir mis argumentos. Quiero muy especialmente trasmitirle a los compañeros que están juntando firmas mi respeto y aprecio por el esfuerzo que están haciendo y el deseo de que este asunto no nos enfrente como si fuéramos facciones opuestas. Estamos en la misma lucha, cada cual obrando a conciencia y creo que no hay lugar para poner en duda la buena intención de nadie. Me siento muy mal por no haberme puesto a pensar profundamente en este tema en el momento en que el MOVUS nos invitó a acompañarle en su iniciativa plebiscitaria. Confieso que en aquel momento no capté la importancia de opinar y dejé pasar la oportunidad de hacer este aporte y participar activamente en la discusión que no me di cuenta que era el momento en que debía darse, porque hoy ya es tarde. Sinceramente lo lamento mucho. Un fuerte abrazo para todos, desde las orillas del Olimar crecido. Febrero 9 de 2014.
Aníbal Terán Castromán
- postaporteñ@ 1110 - 2014-02-10 |
SIEMPRE HABRÁN DECIRES,..
QUE NO GUSTAN,..PORQUE EXPRESAN
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COSAS DE COMPROMISOS
No se trata de pelearnos entre nosotros en la búsqueda de una salida honrosa a este sistema político perverso. Unos apuntan a nuevos partidos, otros a plebiscitos, otros a movilizaciones sociales, otros al voto anulado, por ahora todos sin mayores resultados, porque el poder político aliado a los capitales no resulta fácil vencerlo No estamos en contra de ninguna de las opciones, antes mencionadas: por el contrario las aplaudimos mientras sea la gente quien tome la iniciativa o por lo menos sea acompañada por nuestra gente; pero entendemos que hay otros caminos, que por ahora no se vislumbran, o por lo menos no se entienden, no fáciles de encarar. Se trata de convencernos a nosotros mismos, quienes disponemos de un medio para expresarnos. Desechando las armas, violencia no aconsejada, optar por un proceso, lento, espinoso y lleno de dificultades, pero que habrá que emprender de una vez por todas. No se trata de un grupito de iluminados que arree a la gente, sino que nuestra gente sea la artífice de todo movimiento. Más que formular teorías, no siempre conducentes al logro de un objetivo, que sea de común interés para la comunidad, integrar a la comunidad en el proceso, dejando las “chacritas” que tenemos cada uno en nuestras mentes, válidas todas, si se quiere, pero no siempre integradas a nuestra gente. Todos sabemos que pasa con los plebiscitos. Los políticos son los primeros que los promueven y luego se ríen de sus resultados. Sólo tienen un poco de miedo a las movilizaciones sociales, que tratan de anularlas y es debido a la pérdida de votos posibles en las elecciones. Hacia donde voy. Apuntalemos siempre toda movilización social y toda iniciativa cuyo origen sea popular que tienda a cambiar este sistema y nunca partidaria, pero mostremos que hay otro camino posible y que sólo será posible con la gente, porque el partido de los descontentos son mayorías Nadie se de por aludido y menos aún ofendido, porque todos estamos en el mismo barco de búsqueda de una salida común de bienestar para nuestra gente; pero tratemos de no empantanarnos en nuestras ideas, en nuestras discusiones “vicentinas”, que no nos permite ver el monte porque nos paramos detrás de un árbol. La revolución se hace por dos vías: o por las armas, que no somos partidarios, o por la convicción, proceso que lleva su tiempo, porque las revoluciones no son un asunto de discusiones o enfrentamientos inútiles, sino un quehacer diario y permanente. Me permito compartir una experiencia que se realizó en las Ligas agrarias, con jóvenes y adultos campesinos que nos deja una enseñanza como procesar los caminos con la gente. Mientras se trabajaba con los jóvenes para cambiar el sistema agrario, no se desatendía a los adultos, donde existía una tradición de una cultura agraria, que parecía no tener vuelta de hoja. El tiempo les dio razón. Sin los padres y toda la familia no había proceso posible de cambio. Los resultados están ahí. Miles de cooperativas funcionando y centenares de radios al servicio del agro en el norte argentino y parte del sur paraguayo. Experiencia que nos ha enseñado que en la gente está el germen del cambio y que es posible si somos capaces de respetarla y acompañarla. De ahí que el colectivo de Punto a Punto, humilde revista barrial, sostenida ya durante 18 años, por quienes comparten sus ideas, entiende que, si queremos cambiar este sistema político perverso entregado a los capitales sólo es posible convocando a un plebiscito para cambiar esta nuestra Constitución, donde el principal actor político se la propia gente, y los partidos políticos sean servidores de la política, de modo que los políticos hagan de la política un servicio a la comunidad y no un negocio como es en la actualidad Amigos de POSTA, sepan disculpar la franqueza, pero entiendo que es el único camino que nos queda, proceso duro, espinoso, de largo alcance, pero siempre con la gente. Sembremos hoy si queremos recoger los frutos mañana
ROGELIO
- postaporteñ@ 1110 - 2014-02-10 |
UNA VEZ REFORMISTA,
SIEMPRE REFORMISTA
Dicen que dicen / que era una mina / toda dulzura/ la que murió / que fue el orgullo de un mozo taita / de fondo bueno / como era yo ¿Nos habíamos amado tanto? subtítulo Crisis y peripecias de un partido es, en muchos aspectos un libro renovador, fresco, que convida a leerlo. Basta compararlo con los acartonados materiales de W. Turiansky, los “reveladores” (hasta cierto punto) de J. Pérez, o las pesadas y lamentables tiradas de un E. Valenti, para que a las pocas páginas de iniciada su lectura se note un cambio de tono, una actitud interrogadora fértil, un reconocimiento modesto de diferencias y un esfuerzo de trabajo intelectual en serio (1) Es un libro además que rompe el silencio a que nos tiene habituados la militancia comunista. En este libro más que justificaciones, hablan los militantes, rememoran, arrojan luz sobre aspectos humanos de sus propias peripecias y vivencias. Debe por tanto ser saludado como un avance que nos aparta de la otra literatura comunista: la de los jerarcas que fueron. Tiene en cambio más de común con la nueva literatura comunista, la de los intelectuales con pasado comunista, donde también a veces se registra la nostalgia, pero donde prima el análisis con documentos o cifras y la interpretación. Pero ambos están preocupados en lo mismo y lo señalan específicamente los autores: a los comunistas los tiene más que dolidos y molestos la proficua literatura tupamara que se encuentra en las librerías y que consume el interés del público lector A nosotros nos parece una preocupación menor. Sienten que les quitan su antiguo protagonismo (del que por otra parte estaban muy orgullosos, inflados, sería la expresión justa) Ya hemos señalado en otra oportunidad, una dicotomía en las historias comunistas. Todas parecen iniciarse a partir de que Rodney Arismendi (RA en adelante) y el equipo que fue formando, tomaron las riendas del aparato partidario, orientaron o mejor dicho reorientaron la línea política y lograron éxitos electorales y crecimiento organizativo que llegan hasta el golpe de estado del 73 Antes no había historia, Eugenio Gómez no existió, la línea estalinista y sectaria no estaba, de la UGT más vale ni acordarse, los comunistas se habían puesto camisa nueva (lo decía Lenin, cuando festejaba el abandono de los tiempos de la clandestinidad forzada) y con esa camisa nueva, afrontaban el futuro. En esa historia de repente, como el malvado del tango, aparecía en el 75 la Operación Morgan y a partir de allí todo fue barranca abajo, hasta los tiempos presentes. El libro refleja bien ese ambiente de diálogo “entre camaradas” de cosas y preocupaciones comunes que no se expresan públicamente, sino en círculo cerrado, en torno a un asado, un mate, en ambiente íntimo por así decirlo El partido nació al influjo que recorrió el mundo con la revolución rusa, es hijo de las 21 condiciones leninistas, pero al momento de su surgimiento como entidad política regía ya en la URSS, Stalin y el equipo que junto a él tomó el control del Estado y del aparato partidario En 1924 esa autoridad política, en la URSS, tomo la decisión de afirmar que era posible construir totalmente el socialismo en “un solo país”. Era una barbaridad en toda la línea. Aquel certificado de nacimiento de la burocracia soviética expresaba la arrogancia conservadora y pequeñoburguesa de las altas jerarquías gubernamentales y del aparato del partido dispuestos a disfrutar de las mieles del poder. Señalaba también que la clase obrera soviética de ahora en más, no tendrían influencia en la conducción del estado soviético Como la afirmación iba en contra de todo lo establecido por los marxistas de la Primera y Segunda Internacional, el asunto tuvo su revuelo. Después vendrían cosas peores. Los sucesivos virajes de la Tercera Internacional, el predominio de enviados soviéticos en la misma, la disolución de la misma (1943) cuando convino a los intereses del estado soviético y un sinfín de cosas más Los cambios, “virajes”, de la línea internacional fueron ejecutados fielmente por todos los partidos comunistas. El uruguayo no fue una excepción. Pero además de esto, la metamorfosis con los métodos de conducción “soviéticos” que ya no eran más tales, sino en el nombre, se profundizaron. El “informe” del Secretario General, los comentarios al mismo de “la base” (generalmente laudatorios) y después del “resumen” la elaboración de las directivas que se desprendían del mismo. No se toleraban ni visiones críticas, ni siquiera ángulos distintos, peculiares de análisis, ni siquiera sobre América Latina. Lo que pasó con el peruano Mariátegui es revelador porque se realizó entre dos capitales: Buenos Aires y Montevideo como lo señaló el argentino Jorge Abelardo Ramos en un recordatorio a aquel marxista-comunista publicado por la editorial de la revista “Crisis” Cuando en el movimiento sindical, el partido comunista uruguayo quiso abrirse camino, no vaciló en aplicar la línea sectaria de crear sindicatos paralelos, de empresa, minoritarios, asociarse con los sindicatos establecidos en caso de conflicto y, llegada la huelga, abandonarla para crear problemas y fomentar la división. Que en el movimiento sindical, los comunistas “fueron unitarios de siempre” es una patraña, que no aguanta análisis histórico serio alguno. Cuando recientemente en esta página recomendábamos a Gabriel Molina (Sec. de Propaganda actual del PIT-CNT) no mentir, teníamos en mente estos discursos “unitarios” mentirosos que se remontan a la época de la UGT (2) El asunto se agudizó con la segunda gran guerra y los análisis caprichosos de la misma. Al principio “guerra interimperialista”, luego del ataque de 1941, se pasó incluso, en Uruguay, a meter carneros para cargar la carne que se despachaba por el puerto, los comunistas en el papel de esquiroles, que en Uruguay llamamos vulgarmente “rompehuelgas” Finalmente aquella línea de enfrentamiento con los explotados y asalariados cuando conviniera a los intereses internacionales de la URSS y las otras prácticas sectarias llevaron al partido a aislarse cada vez de amplias capas de la población particularmente de las capas obreras que le interesaban (3) Consignemos para dar un broche final, acerca del clima interno que cuando se le da el “golpe” a Eugenio Gómez, éste catalogó a RA y al equipo que lo realizó de “camarilla trotskista”. Después sus seguidores, pasaron a escribir en las paredes con tiza: Eugenio Gómez, vuelve. Por suerte no volvió nunca Pero todo el equipo que le dio el golpe, desde RA a muchos que después fueron dirigentes sindicales o del partido, fueron formados en esa escuela “dura” de los métodos estalinistas, y aunque aflojó la cosa con el tiempo porque el nuevo dirigente tenía una sensibilidad diferente, las grandes líneas de fundación se mantuvieron. Se manifestaron cuando la polémica chino-soviética. Conflicto en el cual los materiales que provenían de China y recibía todavía el partido comunista uruguayo, pasaron a ser guillotinados inmisericordiosamente en cierta imprenta montevideana a efecto de que esos materiales no llegaran a las bases y, los militantes que llegaron a ser influidos por aquellos puntos de vista, fueron purgados sin mayor ceremonia. En el partido comunista uruguayo, como en el de Thorez (Francia) “la solidaridad internacional se reducía a la solidaridad con la Unión Soviética” El libro que comentamos tiene como objeto la crisis final del PCU, la que se inaugura bajo la dirección de Jaime Pérez (1989-1992), pero contiene referencias a ese pasado, la nota sobre “el informe Khrushchev ” (20 congreso del PCUS) por ejemplo no tiene desperdicio, fue publicada por el diario “Acción” que lo recibió a su vez de la Embajada Soviética, pero los militantes que pidieron una aclaración se les respondió que “los delegados extranjeros invitados” al XX Congreso, lo ignoraron porque esa parte del Congreso “se realizó a puertas cerradas”. Mentirle a las bases, desde la dirección, era ya un hecho cotidiano, presente, una completa burocratización del aparato político. Con todo el esfuerzo que hacen los autores del libro, hay en él olvidos e ignorancias que deben mencionarse. La primera y más notable es la ausencia de cualquier referencia a los comunistas críticos europeos: ni Rudolf Bahro con su libro formidable “La alternativa”, ni el comunista Fernando Claudin “La crisis del movimiento comunista internacional” aparecen mencionados. Parecería que los críticos comunistas dentro de filas del movimiento no existieron nunca. La otra carencia es más notable aún. En los años que se produce el golpe de estado uruguayo y que miles son arrojados a diferentes exilios europeos, florece en Europa una corriente comunista que abarco a los principales partidos de Occidente: Francia, Italia, Inglaterra, los países escandinavos y también Portugal y España que llegan tardíamente al movimiento oprimidos y dificultados por los regímenes que prohibían a esos partidos y obligaban la lucha y la agitación a la clandestinidad. Nos referimos al eurocomunismo. Es innegable que además de las experiencias prolongadas en los países del “socialismo real” decenas de cuadros del PCU, vivieron en esos países, y la dirección que viajaba también conocía sus opiniones que se debatían ampliamente en las sociedades donde esos partidos tenían una influencia de masas indudable, una prensa libre y múltiples teóricos conocidos. Berlinguer, Marchais, Carrillo, no eran –todavía- los cadáveres políticos que fueron después. Es imposible negar el “contagio intelectual”, la toma de posiciones públicas en defensa de los “disidentes”, la agitación, la movilización y la propaganda en torno a esos temas, además de las polémicas oficiales con los órganos periodísticos soviéticos en la época de Brezhnev. Inclusive algo más, la tesis de la “democracia avanzada” que los autores atribuyen a RA, tomó muchos elementos prestados de esas concepciones. Es quizás por ese motivo que la cuestión no es comentada en el libro. Hay una correlación entre “la coexistencia pacífica”, el viraje oportunista de Palmiro Togliatti de levantar a Gramsci y reflotarlo ante los primeros pininos de la disidencia comunista europea después de 1968 (invasión de Checoslovaquia), y lo que luego será el eurocomunismo. Negarlo es muy difícil, apenas se aplique un orden cronológico elemental. Así que la “crisis” no apareció con M. Gorbachov y su perestroika y la glasnost. Estaba instalada desde hacía tiempo prolongado. Nació de aquella declaración de 1924, se arrastró a lo largo del tiempo y, finalmente maduró hasta provocar la muerte definitiva de lo que comenzó como “la primera revolución victoriosa de la clase obrera”. Y algo más, que es importante, se deterioró a tal grado que si era posible el comunismo “nacional” ruso, porque no serían posibles los comunismos “nacionales” también, de los partidos hermanos. Y en el libro que comentamos hay muchas referencias –quizás demasiadas- a esa tendencia. Lo dicen claramente varios de los entrevistados. Ambas slogans: “democracia avanzada” y la visión “nacional” de una práctica comunista sin el internacionalismo inicial, es la consecuencia del “eurocomunismo” de los 70 en el PCU. Que las reformas necesarias se habían hecho en el 53 es otra patraña, esta vez de los “ortodoxos” que derrocaron a los “reformadores” conducidos por J. Pérez. Todos estos escarceos, con apariencia de crisis, continúan con la línea inaugurada de evitar a cualquier precio una confrontación con la burguesía dependiente nacional y su garante final el imperialismo. Participan de la creencia de que en esa confrontación el proletariado y sus aliados serian derrotados. Esto es la esencia del reformismo. Con la Segunda Internacional o con la Tercera. Leer en el libro la referencia a ciertos “servilismos” (RA) o las extensas declaraciones negando el “marxismo-leninismo” y animando a la militancia a realizarlo por parte de Enrique Rodríguez, convoca más a risa que a otra cosa. En estos dirigentes creyeron a rajatablas miles de militantes. Eran endiosados (fetichizados sería la expresión marxista que corresponde). El antiguo monaguillo Enrique Rodríguez (como lo deschavó en el Parlamento, W. Ferreira Aldunate) y después “zapatero” era un oportunista de siete suelas, mentía cuando tenía que hacerlo y no se le movía un pelo. Durante la Huelga General del 73 con el argumento de sus audiciones de radio suspendidas, hacia antesala en el despacho de Bolentini, para negociar (cuestión que después se realizó efectivamente, como lo acaba de recordar desde México, un hijo Alberto Altesor). Nos tocó en cierta oportunidad de exilio, oírlo exponer y argumentar sobre “la rendija democrática” (y conviene detenerse en la expresión “rendija democrática” que entonces era una concesión a las críticas fundadas que le llovían). Recuerdo que le expresamos que las “rendijas” son orificios apropiados para instalar en ellos una guillotina para eliminar incautos. Del “eurocomunismo” que los autores evitan nombrar, sabemos todos bien el resultado final: terminaron con la influencia de masas de los partidos comunistas más poderosos de Occidente reducidos hoy a un conjunto despreciable de agrupamientos reformistas de distinto rumbo. Del mismo Frente Amplio, después del triunfo del 2004 y a través de dos administraciones estamos viendo los frutos del descontento de las bases militantes frenteamplistas. Es predecible que correrán el mismo destino que los eurocomunistas. Del PCU uruguayo, cada vez más reducido electoralmente podemos decir lo mismo. Y es que una vez que se levantan las políticas reformistas, los acuerdos con la burguesía, las claudicaciones ante el imperialismo y las multinacionales que los representan, vamos camino al desastre, a la desilusión y a la frustración. Todo ese proceso comenzó con el “parlamentarismo”, la “coexistencia pacífica” y la “posible” vía democrática impulsada por Rodney Arismendi y su equipo. Velada al principio, manejada con mucho olfato político, con contradicciones aparentes, pero perfectamente calculadas, hizo su camino de crecimiento y reclutamiento de miles de voluntades. Luego la “tiranía militar” instaurada, la “vuelta” a la democracia (de 5.000 afiliados registrados a 50.000 según algunas cifras) el número y las circunstancias de la autoimplosión en Europa del Este y la Unión Soviética hicieron el resto. notas (1) ¿Nos habíamos amado tanto? Crisis y perspectivas de un partido. 567 págs. Autores: Federico Martínez, Juan Pedro Ciganda, Fernando Olivares. Editorial La bicicleta. Dos ediciones la primera noviembre de 2012, la segunda agosto de 2013. (2) El año pasado, 2013, Gabriel Molina para conjurar crisis al seno de la actual Convención (la lucha de los gremios de la Educación y los empleados públicos) señaló “que en las buenas y en las malas los comunistas siempre habían sido unitarios”. Posteriormente al pedido de informes sobre las “viviendas obreras” (Richard Reed, de la Bebida) que puso en relieve errores sin cuento y corrupción, dentro del sindicato del metal. Ante el ataque, M. Abdala intentó articular “que esto es un ataque contra la clase obrera”. Todos viejos trucos del pasado estalinista, burocrático, antes que afrontar un debate sin arrogancias, que al final sin embargo se impuso. Esto de “estirar la cuerda, hasta el límite del rompimiento, pero evitándolo, al final” es pura táctica sindical estalinista (3) El Congreso del Pueblo precursor de la Convención Nacional de Trabajadores, que nunca fue una “central única” como se ha encargado de recordarlo Richard Reed en polémica reciente, no fue tampoco un “viaje unitario” feliz y sin dificultades. En múltiples oportunidades los sindicatos más combativos debieron enfrentarse a las políticas reformistas orientadas por la “mayoría”. La última instancia pública de esa Convención se dio en la Huelga General. De la misma se salió con dos balances: el balance “mayoritario” y el balance que hicieron los gremios combativos que firmaron “las tres F” (Salud, Bebida y Funsa). Cuando en 1983 se alumbre el PIT (Plenario Intersindical de los Trabajadores) estas diferencias de políticas y criterios estaban más que claras. Es por eso que la “nueva” Co nvención, se llama PIT-CNT. Conviene dejar las cosas siempre claras, no olvidarse de nada, y abandonar el sectarismo y la arrogancia que no es característica de la clase trabajadora uruguaya
c.e.r.
postaporteñ@ 1110 - 2014-02-10 |
De la Tortura y la Derrota
Quien recurre a esos métodos indignos para
"ganar" está perdiendo de antemano en lo moral
La historia y la decencia humanas le están dando por
anticipado su veredicto inapelable
Su "victoria" en la "cancha" es indiscutible. Pero, siguiendo con los términos futbolísticos, ellos dejaron baldados a todos los rivales y recurrieron a métodos profundamente sucios e indignos. La historia de la humanidad está llena de estas "victorias " que se transforman en derrotas morales y culturales, sin ir más lejos la que lograron los judíos sobre Jesús de Nazareth, que apareció entonces como "derrotado". Si bien las fuerzas populares cometieron excepcionalmente indignidades imperdonables, éstas pueden contarse con los dedos de una mano, y sobran algunos. Por ejemplo la muerte del peón Pascasio Báez cerca de Pan de Azúcar Pero las organizaciones del pueblo no torturaron, no violaron, no robaron bebés, no desaparecieron personas, no tuvieron mujeres y niños en cautiverio, por ejemplo, como sí lo hicieron los militares sistemáticamente en números de cuatro cifras. Están muy lejos del Artiguismo que sostienen mantener. El Artiguismo es humanismo, desde la Batalla de Las Piedras, cuando el prócer expresó su frase: "liberad los prisioneros, curad a los heridos; clemencia para los vencidos". Por el contrario la tortura, las violaciones, las desapariciones, el robo de bebés, son actividades profundamente inhumanas e indignas. La tortura no es para nada una acción lírica y prístina. Está impregnada de olores a heces y a todas las excreciones humanas y bañada por las mismas, por el sudor, las lágrimas, la sangre, y los excrementos humanos, para no hablar de los ruidos: llantos, aullidos, gritos, lamentos... Quien acepta ejecutarla está mancillado por todos estos elementos. Su derrota moral está garantizada. Como canta Benedetti: “...aquí lloramos todos. Gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos porque es mejor llorar que traicionar porque es mejor llorar que traicionarse..." Quien recurre a esos métodos indignos para "ganar" está perdiendo de antemano en lo moral La historia y la decencia humanas le están dando por anticipado su veredicto inapelable. Y la victoria moral está bien clara. Basta recorrer un poco Europa, América del Norte o Australia y preguntar cómo se recuerdan los tupamaros (tomados genéricamente) y como se conocen las fuerzas armadas de los países latinoamericanos bajo las dictaduras, pero también antes y después de ellas. Pero no precisa viajar tan lejos. El pueblo uruguayo votó mayoritariamente a quien creía un tupamaro clásico, un criollo rebelde, luchador por la liberación nacional y enemigo de la represión y la opresión "...Lo había conocido antes. Luego, los plantones al calor brutal de los días de final del verano y sus noches frescas, con los pies bien separados y las manos cruzadas detrás de la nuca, las golpizas, el fusilamiento simulado en el blanco de la ametralladora, la voz del médico del cuartel que, luego de auscultarme pronunció: “Pueden continuar.”, la colgada de un gancho en mi calabozo seguida del apretón de mis testículos,…todo esto me creó algo de bruma para algunos sucesos, cosas y personas. Pero igual recordaba a mi amigo Juan el Caciquillo. Era difícil olvidarlo jugando al fútbol en la cancha pequeña de la plaza de deportes. Jugaba fuerte pero limpio... Trasmitía tal sensación de honestidad, de limpieza, de autoestima,… Marcaba a los rivales y apoyaba con pases a los compañeros desde una posición central, la cabeza alta y el pecho levantado. Luego de salir de mi prisión, cuando me despidieron de mi trabajo por haber sido preso político, la familia de Juan, en gran parte por ayudarme económicamente, me lo confió para clases particulares. Siempre, aun en ellas pude observar su actitud de autoestima respetuosa. Nunca olvidaré el día en que llamaron a la puerta de mi casa, salí a la terraza para atender y vi un jeep militar en la puerta. Hacía ya varias semanas; muchos días e incontables minutos en que los soldados habían empezado a llevarse a militantes de izquierda del pueblo, sobre todo a los vinculados con la organización guerrillera que yo integraba y por lo cual ya había estado preso. Es increíble como uno se adapta a la angustia de poder ser llevado en cualquier momento a sufrir las peores torturas imaginables. La enfermedad de mi compañera nos impedía huir, huir…. Cuando vi al vehículo militar enfrente de mi casa, y al hermano de Juan que golpeaba y que visiblemente era quien los había llevado, no pude menos de preguntar con un gesto y mis palabras simples: “¿A mí…?” El chico contestó entonces que no, que venían a buscar a Juan. Él me vio entonces abrazar a mi compañera con quien compartíamos la zozobra de todos los minutos. “Nos salvamos,…por ahora”. http://federaciondebasespatriagrande.blogspot.com/2010/08/mi-amigo-juan-el-caciquillo-parte-ii.html Desde el principio habíamos pensado que si venían a buscar a alguien, iba a ser seguramente a mí. Yo vi el temor en sus ojos, pero lo desestimé: Juan nunca había hecho otra cosa que simpatizar con el partido de izquierda opositor al gobierno. A sus 18 años, no tenía la más mínima relación con la organización subversiva. Luego de eso ocurrió una vorágine de hechos: .... Nos llegaban de tanto en tanto los rumores de las terribles torturas sufridas por los compañeros que habían caído en el grupo de Juan. Nos enteramos de que Juan había sido ¿procesado…? Luego de años volvimos a reunirnos con Juan, ya mayor, ya casado. Poco a poco me fui enterando de su suplicio. Primero subir al camión militar y sufrir la capucha y las manos atadas por crueles alambres. De inmediato el interrogatorio. El pobre Juan tuvo la entereza de la que carecieron muchos más avezados conspiradores. Recordó el abrazo con mi compañera, el “Nos salvamos…por ahora”. Cuando le preguntaron dónde estaba cuando lo fueron a buscar contestó que estaba recibiendo clases…en lo de un profesor de derecha. El Caciquillo era consciente de que si me nombraba, me irían a buscar a mí en unos pocos minutos. Luego las preguntas en las sesiones de tortura con picana eléctrica y “submarino” o tortura de inmersión simultáneos. Los días y semanas de plantón, las golpizas tremendas. Las preguntas: “cuál es tu seudónimo en la guerrilla?, ¿quién te reclutó?, ¿cuál era tu función en la columna guerrillera? Le querían hacer firmar que pertenecía a la organización subversiva y Juan se negaba. Él se empecinaba: no era más que un simpatizante del partido de izquierda, nada tenía que ver con la guerrilla. Entonces, más se ensañaban, lo consideraban un “duro” y entonces había que lacerarlo aun más. Juan se sentía morir, quería morir, evadirse de ese tormento insufrible. En ocasiones estaba tan sin fuerzas que ni el choque eléctrico aplicado cuando tenía la cabeza en “el tacho”, lo hacía tensar y levantarse. Se quedaba con la cabeza sumergida y quería morir. Sus verdugos dudaban: unos creían que simulaba, otros que se estaba verdaderamente muriendo. Posiblemente la verdad estaba en el medio, o en las dos partes. ¿Quién puede dejar de reaccionar ante un choque eléctrico brutal en los genitales? Un buen día lo anonadan. Llevan a enfrentarlo a una pobre chica, militante de izquierda, a quien él conocía bien del pueblo. Ella parecía un pollito mojado, totalmente acobardada, apocada, era una pobre cosa inerte y sin voluntad. Ella tampoco tenía que nada que ver con la guerrilla, pero afirmó frente a los militares que lo había reclutado a Juan, que él era el encargado de preparación militar de la columna y dio como seudónimo un apodo por el que Juan era conocido por todos en su pueblo. Él se quedó mudo. No podía entender ni aceptar esta mentira. Abrumado admitió firmar todo lo que le presentaron. Cuando lo llevaron a bañarse finalmente pudo mirar su cuerpo como si fuera el de un extraño. Tenía las piernas tan hinchadas que le parecían balones de goma blanda, hematomas tremendas por todos lados, el color de su hinchada piel amoratado; dudó por momentos si podría sobrevivir en ese estado. Luego el traslado en camión, lo bajaron a patadas y empujones con la capucha puesta, a ciegas y con las manos atadas. Pero parecía casi el paraíso luego de los tormentos sufridos en el cuartel. Lo que no había habido tiempo de hacer, lo que quizás nunca hubiera ocurrido, lo lograron los militares: para sobrevivir la única opción válida era integrarse; se unió a la guerrilla a la que nunca antes había pertenecido y por cuya presunta pertenencia estaba preso y había sido torturado. Pero aún había que sobrevivir los años en el famoso Penal de Libertad. Cada día algún compañero se sumía en la enajenación o la muerte. Había que ser solidario pero tratar al mismo tiempo de salvarse, de resistir..." http://federaciondebasespatriagrande.blogspot.com/2012/10/yo-soy-rufoy-no-me-entrego-parte-final.html (Ricardo Perdomo)
EL “ABLANDE”
Seguidos, fichados y luego sin mucho riesgo capturados, los pocos hombres que aún resistían; se comenzaba entonces todo un “trabajo de ablande”. En qué consistía este “ablande”, que era toda una preparación finamente estudiada, elaborada y “enseñada”, como vimos y no por nada lo hemos analizado, aún a riesgo de ser abusivos en detalles, es que todo tiene una lógica, un sentido, un plan. Pero dejemos ahora la palabra, al Teniente Julio Cesar Cooper Alves, asilado en Suecia desde el mes de agosto de 1978; militante del 6to. Regimiento de Caballería de Montevideo, quien tiene ciertos detalles sobre el “ablande”. “Yo estaba en el cuartel. Me enteraba esporádicamente, me daba cuenta de cómo lo estaban tratando. Lo veía pasar una noche entera al aire libre, en ablandamiento. Lo veía con lesiones, atado como un perro, arrollado, sin poder levantarse ni acostarse. Pienso que le aplicaron el submarino, golpes, picana eléctrica... Pienso, no. Era así. Y alcancé a verlo después detenido en un vagón. (Vagones de carga de AFE, que se distribuyeron en varias unidades, como calabozos) -o sea que el ente autónomo, puso también su óbolo en todos los cuarteles-. Estaba encadenado y el soporte de la cadena estaba a unos 30 centímetros del piso. Estaba en cuclillas, no podía pararse, ni estirarse, mal alimentado, en ablandamiento total”. Este aporte del Teniente Cooper, picanazos más o menos, hacía el, “recibimiento”, obligatorio al desgraciado que caía en manos de los hermanos Uruguayos (del cuartel), en el entendido de que eras capturado. Si tenías o no “algo que ver” eso no les correspondía saberlo, eso, después del “ablande” En este caso el hombre del ablande se refería a Gabino Falero Montes de Oca, quien luego estuvo en una “comisión” de las que nombra Huidobro, pero como pertenecía al bando de “los malos” haciéndose “el bueno”, es decir no respetó ningún “pacto de caballeros” fugándose del mismísimo cuartel."
RICARDO FERRÉ
- postaporteñ@ 1110 - 2014-02-10 |
miércoles, 12 de febrero de 2014
1110 * Hipocresía Cruel Y Criminal Para Dominar A Los Pueblos
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