Número
1189 | junio 21 de 2014 | Año IX
AGUANTE VIANA!!!
Acción de
juntada de firmas en
AVAAZpor el Fiscal Viana
Entre esos proyectos de un modelo depredador, extranjerizador e inconsulto mencionamos: la expansión de cultivos transgénicos, la expansión descontrolada del cultivo de soja a base de glifosato, la expansión de monocultivos de eucaliptos sobre los ecosistemas de pradera, la papelera BOTNIA-UPM, la papelera Montes del Plata, la minera a cielo abierto Aratirí (en proyecto) y otras decenas o centenas de proyectos mineros a cielo abierto que vendrán si se aprueba Aratirí, la extranjerización y concentración de la tierra y la expulsión del campesinado uruguayo asociado a todo lo anterior, ... Globalicemos la SOLIDARIDAD Gracias!!! por firmar y difundir! Ricardo Rodríguez ______________________
Estimados amigos de un Uruguay 100% orgánico,
UNIDOS denuncia la
suspensión del Fiscal Viana y apoya la junta de firmas en AVAAZ:Ministro de Educación y Cultura Ricardo Ehrlich, Fiscal de Corte Jorge Díaz: Pedimos la inmediata reposición en el cargo del Fiscal Enrique Viana Por favor colaboren con su firma solidaria en la siguiente página web: https://secure.avaaz.org/es/petition/Ministro_de_Educacion_y_Cultura_Ricardo_Ehrlich Fiscal_de_Corte_ Jorge_Diaz_ Pedimos_la_inmediata_reposicion_en_el_cargo_d/?ngMsmdb Por favor difunden este link para que logramos muchos miles de firmas. Muchas gracias por accionar, no podemos permitir la instalación de la megaminería en Uruguay. UNIDOS
GRUPO
DE APOYO EN FB
https://www.facebook.com/groups/yoapoyoalfiscalenriqueviana/
@PostaPortenia
postaporteñ@ 1189 - 2014-06-20 |
Postalinas y Chamuyos
PIDEN VOTOS
SUELTAN BOTAS
de la huelga General contra El Golpe de Estado, porque los más de 400 siguen impunes Porque a 41 años sigue habiendo:
La misma Explotación
La misma represión
La misma Impunidad
Y también La misma
resistencia
Viernes 27 de Junio 18hs Plaza Libertad
Coordinación 27 de Junio
A 41 AÑOS
Del GOLPE De ESTADO En URUGUAY
27 de Junio de 1973 - 27 de junio 2014 URUGUAYXS EN ARGENTINA por los DERECHOS HUMANOS, CONVOCAMOS A TODXS LXS COMPAÑERXS DEL CAMPO POPULAR A UNA JORNADA DE RESISTENCIA, PARA REPUDIAR LA DICTADURA CÍVICO - MILITAR QUE ASOLO NUESTRO PAÍS REMEMORAMOS LA HEROICA HUELGA GENERAL DE TODO EL PUEBLO URUGUAYO Nos manifestamos bajo las consignas: ¡NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO EN URUGUAY! ¡Basta de Impunidad en Uruguay! ! No a la criminalización de la protesta! ¡No a la BAJA de la edad de imputabilidad adolescente! Este 27 de Junio a las 19:30 Hrs. Auditorio de ATE Capital. Carlos Calvo 1380, esquina San José
41 Años de
Resistencia!!
¡La Memoria es del
Pueblo!
30.000 Compañeros detenidos, desaparecidos,
PRESENTES!!!
URUGUAYXS EN ARGENTINA POR LOS DERECHOS HUMANOS
COMENTARIO
EN TERCERÍA
p.p. aclara el punto y ofrece lo que, trabajo mediante, sería bueno tener en cada polémica: el dato de las contribuciones anteriores. Dije que lamentaba la decisión temperamental de Bruschi, primero porque se basó en datos falsos, es decir que interpretó mal. Pero además, porque sus objeciones al escrito de c.e.r. fueron muy precisas y acertadas. Como punto final, ya que es posible que Bruschi no lea próximas p.p. a menos que revise su apresurada decisión, les pido a los cumpas de p.p. que reenvíen estas líneas a Bruschi, que al fin y al cabo, debería ser uno de los principales destinatarios, sin desmerecer al “colectivo” de p.p., obviamente Luis E. Sabini Fernández
posta - postaporteñ@ 1189 - 2014-06-20
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Vamo Uruguay Carajo, Acá no se Rinde Naide
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YO, ARTIGAS
Sirio López Velasco ( lopesirio@hotmail.com) Aquella mañana el correo electrónico de mi amiga, la historiadora paraguaya Carolina Almada, me llegó junto a varios otros. Lo abrí de inmediato pues traía el sugestivo título “Encontramos lo que buscabas”. En pocas líneas decía que junto a un arqueólogo amigo y valiéndose de un detector portátil de metales, de esos que en la playa de Río de Janeiro usan para descubrir cadenas y pulseras perdidas por los turistas empujados por las olas, habían encontrado un cofre pequeño, de una aleación metálica ya corroída que todavía no sabían precisar, el que a su vez tenía dentro una vasija de barro herméticamente cerrada por una sustancia que parecía cera, y que contenía un rollo de manuscritos. El hallazgo ocurrió al tercer día de búsquedas en la chacra de San Isidro Labrador de Curuguaty, debajo de lo que suponían había sido parte de la vivienda allí antes existente. Me precisaba que me enviaba en anexo, escaneados, el conjunto de los manuscritos, que ella aún no había tenido tiempo de analizar, pues con felicidad febril preparaba la vuelta al local, junto al mismo arqueólogo, para peinar toda el área correspondiente a la vivienda, a sus alrededores y al profundo pozo de agua de las cercanías. Con los dedos trémulos le agradecí a Carolina y tras desearle suerte en la búsqueda subsecuente y prometerle y pedirle absoluto secreto momentáneo y un pronto encuentro en Asunción para comentar sólo entre los tres el fantástico hallazgo, me dispuse a abrir los anexos. Mi cabeza daba vueltas con la idea de que Artigas había vivido hasta su muerte un exilio de treinta años en Paraguay, de los cuales casi veinticinco en Curuguaty (los últimos cinco los pasará en la periferia de Asunción, donde residió los primeros cuatro meses tras su ingreso a aquel país), y nunca se había encontrado vestigios de algún Diario o Memorias escritas por él; por mi parte siempre alenté la hipótesis de que era imposible que un hombre con su trayectoria de luchas e ideas no hubiera sentido la necesidad de plasmar para la posteridad y para sí mismo algún balan ce de su accionar y vida; pero Artigas había vivido en Curuguaty confinado por el Dr. Francia, y no podría confiar en alguien del Paraguay de entonces para comunicarle sus pensamientos, por lo que hubiera resultado lógico que los enterrara en la propiedad que ocupaba en aquél recóndito rincón no lejano de la frontera brasileña; y ahora estaba allí, al alcance de un movimiento, la revelación tan esperada. Los manuscritos se iniciaban con el título “Continuación”, lo que evidenciaba el hecho de que había escritos anteriores, aún por descubrir. Parafraseo fielmente en nuestro estilo actual, pues el de la época nos resulta ampuloso y a veces de difícil comprensión, lo que consta en aquella letra menuda pero clara; Carolina ya se encargará de publicar la versión original. 5 de setiembre de 1835 –Hoy hace quince años que entré al Paraguay, y la fecha parece oportuna para madurar algunas ideas, so pena de repetirme brevemente en algunos conceptos que he vertido en escritos anteriores. Me pregunto en primer lugar por qué no me fugué de mi confinamiento, teniendo la frontera brasileña tan cerca y pudiendo costearla luego hacia el sur para volver a dar pelea en la Banda Oriental. Y me respondo que las cosas se fueron procesando por etapas. Primero esperé del Dr. Francia una ayuda material concreta en armas, provisiones y hombres, para guerrear contra los portugueses que ocupaban la Banda y se negaban a reconocer al Paraguay, al tiempo que combatía el divisionismo promovido por Sarratea, Ramírez y López; pero tras mi llegada a Asunción comprendí de inmediato que Francia no sólo me negaría esa ayuda, sino que me internaría para evitar roces con Portugal y los grupos que mandaban en las provincias del Plata; y ello se confirmó cuando, bien es verdad que proveyéndome de lo indispensable para sobrevivir, tras pocos meses me confinó en Curuguaty, aislándome de cualquier contacto que juzgase peligroso; por algo Caraguaty se encuentra a 85 leguas de Asunción. Entonces me encontré con una naturaleza ciclópea, donde los bosques selváticos só ;lo se interrumpen por pantanos o arroyos que parecen ríos, y ríos que parecen mares bravíos; pero mis muchos años de campaña me hubieran permitido sortear sin gran dificultad esas dificultades, que más que temer, admiraba. Entonces vino un segundo momento que fue madurando tras interminables charlas con Lenzina, al calor del mate compartido; empezamos a repasar algunos de los resultados de mis mayores propuestas, y las conductas de algunos hombres que tendrían que haber sido claves en su ejecución. Vimos con claridad que el federalismo había sido negado y traicionado una y otra vez, en la medida en que se impuso en la Banda la colaboración de la oligarquía latifundista y comerciante con el ocupante portugués, y a la vez había triunfado el divisionismo localista en Buenos Aires, Santa Fé, Entre Ríos, y el propio Paraguay, contaminando luego a las otras provincias (que despu és serán absorbidas por el unitarismo bonaerense). Es verdad que en los últimos tiempos me han llegado noticias de las ideas federalistas que animarían a Rosas, triunfante sobre Buenos Aires; pero no tengo los detalles necesarios para tener una opinión formada en relación a ese jefe. Ahora, en ese entretiempo la reforma más profunda que dispuse para transformar la economía y estructura social de la Banda, la reforma agraria, no pasó de magros resultados desde que, haciendo concesiones a los latifundistas, la dejé de hecho en manos del pesado burocratismo del Cabildo de Montevideo, controlado por esos mismos hacendados; se repartieron efectivamente sólo 29 campos pertenecientes a españoles ricos o malos americanos, mientras la distribución de otros 22 se enredó en la burocracia, y se crearon 11 Estancias de la Patria, que al proveer al Gobierno y Ejército, disminuían la carga de los latifundistas orientales. Más de una vez Len zina me dijo que la distribución tendría que haberla hecho yo en persona, o (como había ocurrido antes de que cediese ante el Cabildo) sólo a través de los jefes que eran entonces los más decididos, porque, insistía, esa era la única manera de que los negros como él, los indios, los gauchos pobres y las viudas fueran agraciadas con suertes de estancia capaces de proporcionarles una vida digna. Y cuando llegó la invasión portuguesa, la reforma agraria fue anulada, con el apoyo de varios de los hombres que antes decían secundarme. Hablemos pues de los hombres; las informaciones me llegaron muy esporádicamente, pero eran claras. Sólo Andresito fue fiel hasta su muerte en prisión; mi hermano Manuel Francisco murió en Montevideo, poco después de ser liberado. Rivera y Otorgués también habían sufrido la prisión en Río de Janeiro, y a pesar de que les envié todo el dinero que poseía al cruzar al Paraguay (lo llevó Francisco de los Santos, para que lo compartieran con los otros detenidos, como Lavalleja, Berdún y mi hermano), no bien salieron (de Berdún no tuve más noticias) empezaron a pisar fuera de la huella. Rivera transó con los portugueses, y después terminó ungiéndose con la presidencia de un Uruguay independie nte (o sea, separado de las otras provincias de la confederación) que nunca defendí; dicen que cuando asumió me invitó a volver a la Banda, pero ni me molesté en recibir los pliegos. Lavalleja lo precedió en ese error independentista, pero ese buen hombre nunca me entendió del todo, quizá porque a causa de su tartamudez no me pedía aclaraciones. Otorgués después de salir de prisión y en plena ocupación de la Banda, se instaló a vivir tranquilamente no lejos de Montevideo; luego se sumó decididamente a Lavalleja y su extravío, para volver a cuidar de sus intereses personales, según dicen, en los últimos años. Hace cinco años un grupo de doctores, reforzando los errores de Lavalleja y Rivera, pergeñaron una Constitución en la que no reconozco mis ideas principales y que tampoco reconocía mi lucha; un paraguayo me coment& oacute; que en la Banda los pergeñadores habían hecho circular el rumor de que me había emocionado al recibir tal mamotreto; si alguna emoción me había despertado era la de retorcerle el pescuezo a aquel bando de latifundistas, arribistas, lusófilos y/o leguleyos que habían fingido adoptar nuestra causa en uno u otro momento; y en mi mente desfilaban los nombres de Bauzá, Larrañaga, Lucas Obes, Bianqui y tantos otros. Entonces, en un tercer momento, me pregunté para qué escaparme y volver, si hombres tan duros y duchos como todos aquellos habían flaqueado de una u otra manera, abandonando nuestro ideario guía. Lenzina me desmentía, asegurando que la tierra siempre parirá buenos gauchos, con los que se puede triunfar de los hacendados y doctores traidores, y sus palabras me llevaban a pensar largas horas a orillas del monte; testimoniaban a favor de Lenzina las centenas de combatientes, en su gran mayoría indios, negros y mulatos, que me siguieron hasta la frontera paraguaya, y algunas decenas Paraguay adentro, hasta que los separaron de mí. A la sombra de los grandes árboles me veían los vecinos de Curuguaty, convencidos tal vez de que con los años se me iba yendo la razón. Pero la razón se me había aguzado y retenía las riendas de unas ganas que casi todos los días me empujab an hacia la frontera brasileña y los caminos de la vuelta a los pagos. La razón me hacía preguntarme por qué habían traicionado o claudicado aquellos hombres, y por qué el destino había reservado a Bolívar el fin que ha tenido, y a San Martín el fin que está teniendo. A la impresionante foja militar de este último debo agregar que se negó a combatirme, alegando un ataque de gota; luego asumió la presidencia de un Perú independiente y aún no me explico su casi inmediata renuncia y su exilio dorado en Francia. Me asalta la idea de que los EEUU me ofrecieron un retiro similar, pero a pesar de mi admiración por los inicios de la aventura federalista de aquella nación, pudo más mi esperanza de volver a la Banda y mi apego a nuestra tierra sureña. Con Bolívar hubiéramos podido entendernos casi completamente (cometió el desvarío de proponer una presidencia vitalicia), pero desgraciadamente nuestros tiempos no coincidieron; su idea de la gran nación suramericana, respetando las autonomías provinciales; su aspiración a la máxima felicidad posible para el mayor número; su idea de un ejército concebido como el pueblo en armas…todo ello y mucho más era un eco de mi lenguaje. Pero nuestros tiempos fueron diferentes… Y Bolívar había muerto solitario, vilipendiado y perseguido por jefes que habían estado bajo su mando. Por eso volvía la misma pregunta acerca del por qué de tales traiciones, claudicaciones o renuncias. En vez de juzgar cada caso por separado, me parece más útil para el presente y el futuro tratar de vestir la toga de los viejos filósofos y dibujar hipótesis genéricas sobre esas conductas, para que cualquiera pueda intentar descifrar en sus compañeros o subordinados indicios de las mismas, y tome las precauciones pertinentes. Por un lado están los que se venden al mejor postor, y el ímpetu revolucionario les dura sólo el tiempo durante el cual esperan gozar de los privilegios que la victoria les pueda traer; esos no siempre logran disimular su apetencia por el dinero, cuando se les prueba en ese terreno. Luego están los que aspiran al poder y la gloria, y su adic ción revolucionaria es duradera mientras vislumbren la posibilidad de conseguir y mantener al uno y la otra; a esos se los puede probar sacándoles de vez en cuando algún cargo, y disminuyéndole los elogios públicos, para ver cómo reaccionan. También existen los que las dificultades de la lucha transforman en “realistas”, y empiezan a aceptar pequeñas reformas, renunciando a los grandes objetivos; a esos se los detecta en los momentos difíciles, cuando se disponen a cualquier pacto capaz de aliviarles la vida con algún pequeño cambio. Muy cercanos a éstos son los que descreen de la humanidad, y se entregan a la fácil conclusión de que la gente es mala, o no está preparada para vivir de otra manera; a este tipo se lo puede adivinar encargándole tareas educativas, para ver cuánto resisten y cómo tratan a sus conciudadanos. Por último (pero dud o de que la lista esté completa) están los que simplemente se cansan de tanto batallar, tantos sinsabores, tanto frío o calor pasado en las noches de suelo duro o sin sueño, y tantas desilusiones con hombres o instituciones (y en algunos casos, también con mujeres, menos fieles o comprensivas de lo que se hubiera deseado). Más de una vez me pregunté si no me encajo en esa última categoría, sin descartar debilidades que me pudieran situar en parte también en alguna de las anteriores (por algo acepté títulos altisonantes y firmé con ellos diversos documentos). Pero por ahora casi de inmediato me digo que no; que aún logro trascender todas esas categorías, empecinado en mis ideales; eso sí, no sé hasta cuándo, pues nadie es de hierro (aunque sus soldados hayan dicho de Bolívar que tenía el culo de ese metal, por todo lo que había andado a ca ballo, que equivalía a varias vueltas a la Tierra). 30 de diciembre de 1835 –Mañana se va el año y los calores no me motivaron a empuñar nuevamente la pluma. En la nota anterior me referí muy brevemente a las mujeres. Recuerdo ahora primero a Isabel; yo tenía veintiséis años y ella traía en el pelo todo el perfume de España y en el cuerpo la experiencia de separada y madre de cinco hijos; renuncié provisoriamente a mis andanzas de bailarín e Isabel me dio en Soriano a Manuel, y después a María Clemencia, a María Agustina, y a María Vicenta.Pero Isabel no admitía mis andanzas y las correrías de la época me llevaron lejos. Al año de morir Isabel mi corazón no aguantó la llamada de mi prima Rafaela; en función de nuestro parentesco cercano el cura que nos casó nos conminó a mantenernos en oración por tres semanas; Rafaela ten& iacute;a el encanto de la virginidad y la fragilidad; me dio con todo sacrificio al bravo José María y a las malogradas Francisca y Petrona; pero el sacrificio le costó muy caro y fue perdiendo la razón en medio a macabras alucinaciones, que la llevaron a la tumba hace 11 años. Si recuerdo bien, en 1813 me acollaré con María Matilda, pulpera fuerte y cariñosa, que me dio a Roberto, y también con una callada guaraní misionera, de nombre Anahí, que me dio a María Escolástica. Anulado mi anterior matrimonio, hace 20 años en Purificación me uní a Melchora, que junto al entusiasmo de su lanza libertaria me trajo la fragancia de su juventud salvaje; Melchora me dio a Santiago y María; infelizmente y por motivos que aún no comprendo, se negó a seguirme al Paraguay; pero por lo que sé, Santiago ha agrupado en Concordia a su madre, a su hermana y sobrino s, y a la esposa e hijos de mi primogénito oficial, Manuel; si algo me sirve de consuelo es saber que la sangre de mi sangre se mantiene unida, como ha de ser. Y aquí en Curuguaty, hace unos diez años me uní a Clara, flor de juventud y dedicación, quien me dio a Juan Simeón. Y ella y él son el cuarto momento de la prolongación de mi estancia en Paraguay, aunque Clara y yo hemos dejado muy claro que el deber de Patria Grande siempre estaría por encima de las obligaciones hogareñas, por lo que pastaría en libertad y nunca con un cabestro que me apartara de la lid. Que se sepa que no reniego entre mis hijos al Caciquillo, nacido antes que Manuel, de madre charrúa de nombre impronunciable y que llamé Ana, de carácter cerrado y tierno en la intimidad; ni me olvido de Pedro Mónico, de cuya madre no digo el nombre por la discreción impuesta a los caballeros. Y de amores y amistades agrego sólo para mí y la posteridad, que en Curuguaty, antes de intimar con Clara, dos veces en medio de la fiebre, creí ver en la mano y el gesto de Lenzina, que solícito me frotaba compresas en la frente y en el cuerpo, la caricia amorosa de una mujer; y ese sentimiento perduró, para mi gran inquietud, tras las fiebres, llevándome a pensar que por algo los griegos formaron escuadrones de amantes, para garantizar con el amor entre hombres, la disciplina y la dedicación mutua sin fin en el combate; pero esa conducta resulta incomprensible para los curas y el común de las gente s de hoy, convencidas por el miedo engendrado por aquéllos, por lo que guardo mis palabras sólo para mí, pues Lenzina no sabe leer; a propósito, en Curuguaty más de una vez intenté convencerlo, y él siempre ha replicado invariablemente con un “…vea pa lo que a usted le ha servido!”. Inspirado en su taimada actitud ante las letras y los leguleyos, me permití responder a uno de esos mamotretos que mis enemigos “doctores” forjaron contra mi persona, con aquellas palabras tan calumniadas, pero tan claras a mi espíritu y experiencia: “mi gente no sabe leer”. Ya que he mencionado las alucinaciones y entresueños, quiero registrar que son muchas las noches curuguateñas en las que me he despertado sobresaltado, convencido de que estaba librando batalla en el Morito, cosa que no puede ser, pues lo monto sólo desde que estoy en Paraguay; y así en un caleidoscopio que no logro entender, se mezclaban otras imágenes, desde Las Piedras hasta los últimos entreveros de Misiones, antes de cruzar la frontera paraguaya; y también desfilaban mezclados los rostros de tantos amigos y aún desconocidos que había visto morir, con gesto de furia, de pavor o de simple sorpresa, como si la muerte nunca hubiera estado en sus cálculos; eso sí, cada vez que iba a ser lanceado o sableado de gravedad, me despertaba en una sentada, como si ni en sueños mi cuerpo se resignara a recibir la herida mortal que felizmente nunca me tocó padecer en la realidad. Entonc es, con voz paciente y aterciopelada, Clara me calmaba, recordándome dónde estábamos. 31 de diciembre de 1835. Como en otras ocasiones, aprovechando el fin del año, nos reunimos Clara, Simeón, Lenzina y yo, en animada velada. Por insistencia de Clara vestí una de aquellas ridículas levitas que gentilmente los paraguayos me habían regalado, para paliar la mísera vestimenta que portaba cuando arribé al país, y que no pasaba de una chaqueta roja y algunas prendas gastadas enrolladas en una mochila. Lenzina como siempre nos paseó con su acordeona por aires diversos, ya melancólicos, ya alegres, para evitar que el pensamiento se nos entristeciera con los recuerdos; le salían mejor las melodías de aire brasileño, que invariablemente pedía que acompañara con mi canto desafinado; en vano trataba de resistir, pues Clara y mi hijo me obligaban a acatar el pedido. Entonces, viendo que me sonrojaba, Clara le indicaba a Lenzina alguna música paragua ya y se embarcaba en una dulce alternancia entre el castellano y el guaraní. La miraba sin poder contener mi amor; su pelo negro como el carbón enmarcaba un rostro aceitunado que no disimulaba una cercana mezcla; sus dientes blanquísimos me recordaban la mala pasada que me había jugado algún molar; cuando cantaba en castellano sus ojos vagaban entre Simeón, Lenzina y yo; pero cuando entonaba una melodía en guaraní su mirada se dirigía atraída como por un imán hacia el monte cercano; entonces el tiempo se detenía bajo aquel cielo azul que no interrumpía ni siquiera una nube. Estábamos en plena algarabía cuando llegó el coronel Gauto (algunos le decían Guato). Ese hombre había sufrido el extraño destino de unir su vida a la mía, sin habérselo propuesto; sucede que lo habían nombrado mi amable carcelero en Curuguaty, y de vez en cuand o venía a la chacra a cerciorarse de que su presa no había volado, so pretexto de saludarme y enterarse de mi salud y mis necesidades; por mi parte, no dejaba de comparar su situación a la de aquel desdichado oficial inglés que tuvo que padecer el aislamiento de Santa Helena junto a Napoleón. Pero de inglés Gauto no tenía nada, pues era moreno al extremo, revelando una cruza entre blanco e indio o negro, que su poco vello en el pecho confirmaba. Siempre atento conmigo, no era nunca francamente amigo, pues sabía que yo, por mi situación, no podría nunca hacerle enteramente confianza. Gauto se entretuvo cantando con nosotros un rato, saboreando un trozo del asado de cordero regado a carlón y vino de la tierra que habían acompañado nuestra pequeña fiesta, y después se marchó con su escolta, ceremonioso y erguido como había llegado. Al irse y casi al descuido me dijo que de Asunción le habían comunicado que había un joven pintor deseoso de venir a retratarme. Analizando mi aspecto en aquella levita que por entonces ya me quedaba un poco grande, le dije que no veía la utilidad de aquella tarea, y le encomendé que negara la autorización solicitada.< br /> Entonces, con una reverencia militar se marchó definitivamente. Ya habíamos retomado la cantoría comentando los dichos y posturas de Gauto cuando vimos en la portera a un joven que nos hacía señas pidiendo para entrar. Salimos de debajo del ibirapitá y con un gesto del brazo le dije que pasara. El joven se aproximó lentamente; vestía unos pantalones algo anchos y una camisa cuyo modelo me era desconocido; en los pies calzaba unas alpargatas usadas, que me parecieron demasiado finas para las que había conocido. Con la mirada tímida de unos ojos claros se presentó y dijo llamarse Raúl Sendic. Le pregunté de dónde venía aquel apellido y me dijo que era de origen vasco. Luego que me hube presentado, y a mi esposa, a mi hijo y a Lenzina, lo invité a sentarse a la orilla del fuego moribundo, donde aún había carne en abundancia. Le ofrecí servirse, y mirando la damajuana que había cerca del asado dijo que agradecía pero ya había comido, y que la sed lo haría aceptar de buen gusto sólo un poco de vino. Entonces, tras saborear el contenido del vaso grande que le extendí, chasqueó la lengua y dijo algo que nos dejó alelados; afirmó que aunque yo no lo creyera, venía del futuro y estaba intentando juntar en la Banda a un grupo de guerrilleros para continuar mi gesta. Le pregunté que cómo era eso del futuro y cómo había llegado hasta mí. Dulcemente me respondió que era mejor que no entrara en detalles para no aumentar mi confusión, y que lo más importante era beber de mis ideas para llevarlas a los suyos. Dudé seriamente de que se tratase de un loco. Pero entonces me di cuenta de que para mí tampoco sería inútil rever algunos conceptos fundamentales, para situar mi propio pensamiento a esta altura de los tiempos, y me dispuse a hacerle el breve recuento solicitado. Empecé diciendo que el federalismo seguía plenamente vigente; que habría que co nversar detalladamente con Rosas y a través de él tratar de reunir en confederación a las provincias del occidente del río Uruguay; que al mismo tiempo habría que promover una actitud más confederativa del sucesor de Francia en Paraguay, y habría que incentivar la lucha republicana en Brasil, arrimándola al sistema federativo; y pensar más allá aún, apuntando hacia Chile, Bolivia, y la América del Sur entera, siguiendo la inspiración de Bolívar; y llegar hasta México. Continué afirmando que la reforma agraria debería ser retomada y profundizada, impidiendo la sobrevivencia de cualquier latifundio privado, para que la igualdad reinase en la propiedad de la tierra y en la distribución del poder económico y político; y que además de las Estancias de la Patria, habría que retomar y generalizar en la Banda la iniciativa que concebí para la creación de muchísimas chacras en torno de las villas, en un plan que me vi obligado a postergar por la presión de los hacendados; reafirmo Raúl –le dije- que el cultivo de las tierras es infinitamente más ventajoso que dos o tres estancias, que sosteniendo sólo a dos o tres propietarios, podrían sostener a cientos, y que era justo pretender el aumento de los hombres después de 100 años en los que sólo habían aumentado las bestias; y le recomendé cuidar las tierras y l as aguas, para que no se envenenen con los residuos de las curtiembres, las minas, y otros desechos y para que sigan prodigándonos con esa esplendorosa fauna y flora que hace la vida más colorida y sana. Agregué que una mayor producción nacional equilibraría el flujo entre las importaciones y las exportaciones, dejando un saldo favorable a la Banda y la confederación. En relación al comercio le recordé que si bien en otros tiempos había incentivado franquías a negociantes ingleses y norteamericanos para romper el monopolio español, siempre las restringí a las áreas portuarias, para dejarle a los criollos el espacio que pueden y deben ocupar en ese ramo, y para que no cambiásemos simplemente de dependencia. Lo mismo afirmo en relación a la banca, que debe ser nacional y capitaneada por un fuerte banco estatal, de la confederación. Insistí en la necesidad de repoblar la campaña, evitando la macrocefalia peligrosa de Montevideo, no sólo por el desbalance demográfico, sino también por las taras que el centralismo político y administrativo siempre trae, para perjuicio de los hombres de tierra adentro y de los propios capitalinos. Pero tomando nota del crecimiento irrefrenable de varias ciudades, le aconsejé que concentrara la lucha tanto en las villas como en el campo, y que en eso yo en nada podría ayudarlo, pues nunca había operado en terreno urbano; en el contexto de esa combinación de luchas, lo orienté a reunir a los indios aún agrupados o dispersos, y a hacerle justicia a esos fieles combatientes de la libertad, devolviéndoles la autonomía política en el seno del sistema; y a reunir junto a ellos a los gauchos pobres y a los trabajadores de las duras faenas rurales. Raúl me escuchaba y se veía que tomaba nota en su mente, a fa lta de papeles. Le dije que el ejército debía ser el pueblo en armas, y que reafirmaba mi idea de armar toda la gente que se pudiese, para mejor defensa del sistema; y que esa política debía extenderse a los ríos y mares, armando una poderosa marina comercial y militar de la confederación y de cada provincia en particular; Raúl agregó que ello también debía aplicarse a la fuerza aérea, en una observación que no entendí en absoluto. Le repetí mi convicción de que antes mismo de lograr la Patria Grande que vaya de la Patagonia a México (pasando por Haití, la primera tierra liberada de Indoamérica, por manos de valientes negros), nuestra voz habría de hacerse oír clara y vibrante en el concierto de naciones, sin aceptar ningún yugo, convencidos de que con la verdad no ofendemos ni tememos a nadie. Confirmé mi postura acerca de la necesaria adhesión de los curas a la causa, y la obligación de prescindir (devolviéndolos a España, si fuera preciso) de aquellos que hacen de la religión el opio del pueblo; sin ellos estaríamos mejor, aunque griten que vamos al infierno. Y siempre recuerda, Raúl, –le dije- que lo decisivo en un dirigente es que sepa mandar obedeciendo, de tal manera que su autoridad siempre cese ante la presencia soberana del pueblo. En eso estaba cuando Raúl dijo que infelizmente se le acababa el tiempo, por razones que no podría explicarme y que yo no entendería (a esa altura quedábamos sólo él, Lenzina y yo alrededor de las brasas grises); agradeció más con los ojos que con su voz de falsete y le dio la mano a Lenzina, diciéndole que Bandera se le parecía; inquirido por el parecido aclaró que se trataba de un pardo luchador que lo acompañaba en las fronteras del río Uruguay; Lenzina se satisfizo con la comparación. Cuando me dio la mano le pedí que no me retratara para los suyos, pues lo decisivo son las ideas y no las narices. Me prometió que respetaría mi deseo. Y se fue al tranco lerdo, como había llegado. Al pasar la portera, súbitamente desapareció sin dejar huella. Lenzina se persignó al son de un “¡cruz, credo!”. Yo, que había visto tanta cosa, no supe explicarme aquella. Le comenté a Lenzina que quizá, después de todo, aquel muchacho no estuviese loco. Lenzina meneó la cabeza, aún mirando hacia la portera. Y nos dedicamos a recoger y ordenar los restos del asado... Y aquí se interrumpe bruscamente el manuscrito… Dudo si publicar esta transcripción, pues con seguridad me acusarán de falsificación hasta que Carolina someta los originales al análisis de los expertos
ARTIGAS Y SUS
LEYENDAS
RICARDO AROCENA enviado por Centro Cultural Cuelgamuros La novela La Nueva Troya, del escritor francés Alejandro Dumas, provocó por estos lares una áspera controversia por algunas valoraciones que en ella se hacen de la figura y el accionar de José Artigas. Un adelanto de la obra llegó a nuestras costas en 1850, es decir a un año de la finalización de la denominada Guerra Grande, conflicto que había dividido a los orientales en dos bandos. De un lado estaban quienes defendían a la sitiada ciudad de Montevideo y que se veían a sí mismos como representantes del progreso, de la razón y de la civilización. Del otro las fuerzas sitiadoras, que nucleadas en torno al gobierno del Cerrito, sentían que encarnaban la Orientalidad y el americanismo. Es en ese marco que la polémica suscitada con la publicación del libro adquiere connotaciones evidentemente políticas, aunque también cabe señalar que por otra parte reaviva el esfuerzo que desde hacía tiempo algunos patriotas venían realizando por rescatar al Jefe de los Orientales de las tinieblas de la denominada Leyenda Negra. La descalificación, esta vez realizada en forma novelada, recibió una contundente respuesta de parte de un grupo de personalidades vinculadas al gobierno del Cerrito, entre las que habría estado el general Antonio Díaz, el Dr. Villademoros o el Dr. Eduardo Acevedo, y muy posiblemente Leandro Gómez. El documento por ellos realizado fue titulado con el nombre de "Refutación a la Nueva Troya de Alejandro Dumas" y fue publicado en el diario del campo sitiador "El defensor de la independencia americana". Influenciado por el enviado del gobierno de Montevideo en París, el general Melchor Pacheco y Obes, el escritor francés resaltaba en su obra la figura del Capitán de Blandengues Jorge Pacheco, padre del antes mencionado, en detrimento de lo realizado por Artigas, a quien en gran medida desautoriza. En referencia a los tiempos en que Pacheco y el futuro Jefe de los Orientales se enfrentaban por el tema del contrabando, el autor de El Conde de Montecristo señalaba que aquel militar "persiguió a Artigas, venciéndolo siempre donde se encontraba; pero Artigas jamás se dejaba apresar y reaparecía siempre al día siguiente de cada derrota. El hombre de la ciudad fue el primero en fatigarse de esa lucha y, como uno de aquellos antiguos romanos que sacrificaban su orgullo al bien de la patria, Pacheco fue a ofrecer al gobierno español la renuncia a sus poderes, a condición de que se nombrara a Artigas como nuevo jefe de campaña (...). "El gobierno aceptó, y, como esos bandidos romanos que después de hacer acto de sumisión ante el Papa, se pasean, luego, venerados por las ciudades donde sembraron el terror, Artigas hizo su entrada triunfal en Montevideo y reanudó las obras de exterminación en el punto de que se había escapado de las manos de su predecesor". El texto subrayado es nuestro. En la llamada "Refutación..." se responde a lo anterior en duros términos, aseverándose que nunca pudo ser Pacheco antagonista del "distinguido General Artigas, a quién, no obstante, Dumas supone derrotado muchas veces por el Capitán de Blandengues". Y se agrega que es "bien mezquina" la idea que el novelista da respecto del general Artigas, "de quien debiera hablar con más mesura, no solo en obsequio de la verdad, sino en consideración, cuando menos, al respeto con que en todos los países del mundo es debido tratar a los hombres grandes". Y refiriéndose al Jefe de los Orientales agrega que "el país fue siempre para él amado; el orden fue la religión de sus soldados y la felicidad de todos sus conciudadanos fue para él una necesidad de su existencia. En demanda de tanta justicia y de tan caros intereses, fue que acaudilló las masas de la campaña y proclamó el primero de todos, entre todos los orientales, la independencia de la Banda Oriental". Los autores del documento deslindan trayectorias puntualizando que el nombre de Jorge Pacheco por "nadie es conocido fuera del país" y que algunos ancianos patriotas lo recuerdan "con execración por las horrorosas crueldades que sobre ellos ejerció". Y más adelante ironizan diciendo que muchos "hombres todavía contemporáneos", le "conocieron demasiado", como para "reírse a carcajadas al leer tan enorme desvergüenza". Tanto el adelanto de la novela como la refutación posterior cobraron estado público en agosto de 1850, cuando el Jefe oriental vivía sus últimos días. No se puede ser demasiado severo con el escritor francés, que en todo caso no hizo más que hacerse eco de un representante de un gobierno al que su país apoyaba. Tampoco todo lo que escribió sobre Artigas fue negativo, en algunos párrafos se refiere a él como "vivo", "valiente" y "sutil", por citar algunos conceptos. Es más, procurando justificarse, Dumas llegó a comentar que la novela le había sido "dictada". Comparado con otros, el caso de Dumas fue el menos grave. Durante la gesta artiguista no faltaron los que con su pluma acompañaron lo que otros hacían con la espada, poniéndose al servicio de oscuros intereses, lo que nos debe hacer reflexionar sobre el papel no siempre positivo de la comunicación, cuando ésta se realiza al margen de cualquier principio ético. CON LA PLUMA Y CON LA ESPADA Por encargo de Pueyrredón, Director de Buenos Aires, un insignificante escriba apellidado Cavia fue quien primero se prestó a realizar la diatriba de la figura de Artigas, dando a conocer un libelo con todo tipo de acusaciones y adjetivos truculentos. Lo trató de "lobo devorador y sangriento", "azote de su patria", "oprobio del Siglo XIX", "afrenta del género humano", "origen de todos los desastres". Y podríamos seguir. Aunque comparando con lo que escribieron otros tal vez se quedó corto... Santiago Vázquez, cómplice de Sarratea, intentando descalificar la verdadera poblada que fue sin lugar a dudas la heroica "Redota", en la cual el pueblo oriental se había encolumnado atrás de su Jefe, escribiría: "como los lobos o los tigres hambrientos a la vista de la presa, así se lanzaron aquellos caudillos sobre los pueblos y campañas; la violencia, el robo, la desolación y el terror, marcaban sus pisadas; así, al volver ellos de su comisión, Artigas se vio rodeado de diez mil almas". La virulencia de las descalificaciones y la desfachatez de las falsedades solamente pueden compararse con la ferocidad con que los patriotas fueron reprimidos, desde el inicio hasta el final del denominado por los historiadores "ciclo artiguista". Por ejemplo, en los inicios de la gesta independentista, y procurando amedrentar a los patriotas, sangrientos "escuadrones de la muerte", con el nombre de "partidas tranquilizadoras", una y otra vez recorrieron poblaciones y campos sembrando el terror y la muerte, en el mismo momento en el que con falsa propaganda se procuraba desprestigiar la gesta revolucionaria. Allá por 1812, entre los "tranquilizadores" estaba un tal Larrobla, quien con total cinismo registró minuciosamente en su diario personal sus fechorías. Es así que, por ejemplo, a texto expreso confiesa que el 4 de setiembre de ese año había nombrado "(...) una escolta de diez y seis hombres a cargo del Sargento Vicente Sáez con la que hice conducir reos al patíbulo, que era un palenque de caballos, y se los pasó por las armas, habiendo después mandado quitar las cabezas para dejarlas, la primera en Cuchilla Grande (...)" Continuando con su siniestro recorrido, el día 8 decide pasar la noche del otro lado del Santa Lucía, adonde resuelve "despachar a los presos" y dejar colgada otra cabeza, en los alrededores de Paso Real, labor que continúa repitiendo los días y meses siguientes con otros detenidos. Algo que particularmente le preocupaba eran las "expresiones denigrantes contra las disposiciones del Gobierno", y es así que se ensaña con un grupo de mujeres por opinar de esa manera. Escribe al respecto que "fiadas en lo preferido de su sexo, les parece que tienen una particular libertad para expresarse de cualquier modo". Ante semejante "delito" ordena que se las "cele" y que si reinciden "procedan a su inmediata aprehensión, tratándolas como a reos del estado". El día 20 sale hacia San Ramón, advertido de que "el partido" estaba "bastante alborotado" al enterarse los que en él vivían que se retiraban los portugueses. En aquel lugar encontró necesario "disuadir a los más temibles", para "poner el mayor celo en los Tupamaros que con cualquier noticia así, frívola como de entidad, desplegaban en la campaña sus banderas". Y se podría seguir con el periplo de aquella macabra figura, que tanto nos recuerda a otras más recientes. Si el emitir "expresiones denigrantes" lo había sacado de quicio, es fácil imaginar su reacción al encontrarse con volantes revolucionarios. Uno de sus colegas, llamado José Obregón, que se desempeñó como Jefe Militar en San Carlos, al constatar que la ciudad estaba inundada de impresos llamando al combate por la independencia se preocupó expresamente de hacerse de ellos, para luego enviar las copias a Montevideo. LA LEYENDA NEGRA Culminado el ciclo artiguista, el libelo escrito por Cavia, de poca influencia en el momento de su publicación, sirvió de base a los que intentaron desvirtuar la epopeya de la Patria Vieja. Escribe al respecto el investigador José María Traibel que aquella fuente fue utilizada "por los escritores europeos, americanos y aun nacionales, que por mucho tiempo, sin pretender penetrar en los móviles del Jefe oriental, sin atender las circunstancias que rodeaban la época de su actuación, hicieron de la biografía de Artigas un catálogo de opiniones adversas". Ex amigos y enemigos se aliaron a la hora de las diatribas. Rivera trataría a Artigas de "sanguinario perseguidor", Lavalleja protestaría cuando lo quisieron comparar, diciendo que era "un agravio personal"... "un parangón que le degrada". Y el historiador argentino Vicente Fidel López comentaría: "no tenemos la menor intención de negar que execramos la persona, los hechos y la memoria de este funestísimo personaje. (...) Los caudillos provinciales que surgieron como la espuma que fermentaba de la inmundicia artiguista eran jefes de bandoleros que segregaban los territorios donde imperaban a la manera de tribus para mandar y dominar a su antojo". El porqué de tanto ensañamiento tiene mucho que ver con el temor de las clases patricias, que habían decidido borrar hasta el último recuerdo del vendaval revolucionario. El viajero francés Saint Hilaire, haciéndose eco de sus adinerados anfitriones, repetiría indignado que "a menudo un negro, un mulato, un indio, se hacía él mismo oficial y con su banda robaba a los estancieros". Y con aristocrático asco agregaba: "Bajo el gobierno de Artigas era suficiente, para sufrir toda suerte de vejaciones, ser rico, ser nacido en Europa, o ser denunciado al General (...). No quedan en el país más que peones mestizos, hombres sin principios, sin moral y sin propiedad". El subrayado es nuestro. Le faltó decir que en aquella época, increíblemente,... los "más infelices" habían sido "los más privilegiados". Esta era las razones de fondo para que las peores mentiras envolvieran un pasado demasiado cercano. Por supuesto que Artigas contó con defensores que procuraron mantener viva su memoria. Pero la ofensiva que enfrentaron fue tan aplastante, tan contundente y tan insidiosa, que costó bastante que la imagen del Jefe oriental se irguiera en toda su estatura... Pero poco a poco se fue logrando. Con la publicación por parte Juan Zorrilla de San Martín de su bellísima "Epopeya... ", y del Dr. Eduardo Acevedo de su "Alegato histórico", culmina en forma contundente el esfuerzo de rescate. En su formidable invocación Acevedo se pregunta: "¿Qué más necesita Artigas para ser considerado fundador del Pueblo Oriental, si con su sangre , su constancia, su heroísmo, su desinterés, su carácter y sus principios políticos, creó vínculos que antes no existían, entre todos los habitantes del territorio, les dio tradiciones de gloria, despertó sus sentimientos cívicos y educó el carácter nacional en la escuela de sacrificio a los intereses generales, de las altiveces de conducta y de la consecuencia a los principios republicanos, cuando todo su medio ambiente era presa del desaliento, de los temores del momento y de la falta de grandes ideales". Y concluye su obra con estas palabras: "Tal es el resultado final de la contundente prueba de este Alegato Histórico, reveladora de una tradición de glorias con rumbo a grandes destinos, de los que todavía se encuentran alejados los orientales, apresurémonos a decirlo, por efecto de factores personales de perturbación que jamás habrían llegado a actuar si Artigas hubiera salido triunfante en su gigantesca lucha de 1811 a 1820". La leyenda negra había sido desmantelada, pero otra ficción mucho más sutil, definida por Real de Azúa como "celeste", había comenzado a crecer como consecuencia de las severas "perturbaciones" a que hacía referencia Acevedo. Tenía como objetivo transformar a Artigas en "una mortaja de retórica y bronce", al decir del historiador Carlos Machado. El Uruguay independiente se había hecho de un escudo, de un himno y de una bandera, pero precisaba de un Prócer, ajeno a las luchas intestinas que lo habían agitado. Y Artigas, el Jefe de la Patria Vieja y Protector de los pueblos libres, era el hombre ideal. Pero para aquel país que se había modernizado alambrando latifundios, que se había "disciplinado", que hacía culto al concepto de "rendimiento", que de la mano del Banco de Londres, de la Bolsa de Comercio y de la Asociación Rural consolidaba un modelo agro exportador, el pensamiento revolucionario de Artigas podía resultar incómodo. Era imprescindible rescatar su figura... pero dejando en el olvido los "excesos" de la Patria Vieja. Borrados de la memoria colectiva los afanes revolucionarios, olvidadas las reivindicaciones, relegado al ostracismo el programa artiguista, sobre el Jefe oriental solamente fue quedando una leyenda vacía a la cual rendirle homenaje en ocasión de alguna efemérides, entre discursos pomposos que todo lo esconden y aplausos de ocasión. Serían nuevamente las causas populares, las que rompiendo con el Mito, sentarían al hombre que fue Artigas en renovados fogones, adonde entre el rasguear de guitarras volverían a escucharse sus siempre vigentes razones. Pero con el transcurso de los años habría quienes a la leyenda celeste la teñirían de verde. Y en la secuencia del horror un Artigas descarnado sería enterrado en oscuros mausoleos, mientras auto invocados "tenientes" lo mentaban como su inspirador. EL LLANTO DE LA SELVA Cierto "humor cultural" dominante en esta resignada posmodernidad, agazapado detrás del escepticismo, el individualismo y la falta de perspectivas, es el mejor caldo de cultivo para que prolifere el cuestionamiento sin fundamento de cualquier causa colectiva que en el pasado hiciera vibrar multitudes. Lo que impera es la renuncia a los denominados "macro relatos", a las grandes ideas, a la magia de la esperanza en futuros mejores, proponiéndose a cambio el culto a lo inmediato, a lo fugaz, a lo desechable, a la vida rápida y al consumismo. Es en este hábitat que no puede extrañar que surjan análisis seudo históricos que en alguna medida retoman los infundios de la Leyenda Negra, o "miradas" hacia el pasado artiguista, que lo cuestionan por su radicalidad, por su integridad principista, por su supuesta falta de flexibilidad, por eludir lo "políticamente correcto", o por cosas aún peores. Sobre esas "cosas peores" como ejemplo basta un botón. Una publicación bastante reciente ataca duramente a Artigas, acusándolo de "localista" y por no haber acompañado la "estrategia sudamericana de San Martín y Güemes". El análisis, que incluye en su bibliografía nada menos que al fabricador de la teoría del "fin de la historia", el nipo norteamericano Francis Fukuyama, acusa, entre otras cosas, al Jefe de los Orientales de carecer del "sentido de las proporciones históricas". A planteos como éstos se le suman el de sus enemigos de siempre, descendientes de aquellos que al decir de Ramírez "no podían ni oír hablar de Artigas", y el de los que en esta coyuntura tan particular de la humanidad apuestan al minuto de gloria criticándolo con argumentos hace largo tiempo superados. Y a ese discurso en el mejor de los casos desencantado, laxo y sin compromiso, contribuyen incluso ciertos cuartetos musicales que con el pretexto de humanizar al héroe recurren al agravio y la diatriba sustituyendo argumentos por una circunstancial sonrisa. ...En el fondo tal vez porque en estos tiempos lo único que realmente importa es ser lo suficientemente trasgresor como para hacerse notar y así poder competir para algún bien remunerado cargo público. Tal vez esté llegando el momento de rescatar las causas colectivas en general, y la de la Patria Vieja en particular, en toda su dimensión. En definitiva, esa es la razón última de estas crónicas. Pero el rescate no puede ser solamente de hombres e ideas, también deberá ser de la magia que los acompañó, surgida al calor de los sueños compartidos. Esas leyendas mágicas hablan de acontecimientos casi imposibles de comprender en estos tiempos de desencanto. Algunos con seguridad ocurrieron, otros tienen la autenticidad que les da la convicción de que realmente sucedieron, y nutren hasta el día de hoy el imaginario colectivo. Rescatamos dos de aquellos mitos, que tienen que ver con el minuto final del Jefe de la libertad: Leandro Gómez aseguraba que había muerto "rodeado apenas de algunas criaturas campesinas, que le cerraron sus secos y cansados ojos", a los que en el postrer momento "dirigió hacia el país de los orientales". Pero también se cuenta que estando Francisco Solano con su padre en la frontera paraguaya, nota que habían comenzado a llorar los urutaús, y que mirándolos le dijo a su progenitor: "debe haber muerto el viejo oriental, por el llanto de la selva"
posta - postaporteñ@ 1189 - 2014-06-20
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Asamblea abierta y movilización
en Paty:
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Comunicado-83 Aniversario de
la OSSODRE
No es casualidad que la OSSODRE haya sido creada un 20 de junio, un día después del natalicio de José Gervasio Artigas. Es así que este viernes se celebran 83 años de la Orquesta Nacional, una Orquesta Nacional que fue la primera y la más importante de América Latina y es por ello que nos sentimos con la obligación moral y artística de retomar esos logros y exigirles a nuestras autoridades que comprendan la importancia y la relevancia que tiene una orquesta sinfónica nacional para el que hacer de la cultura de un país. Quienes tenemos la suerte de formar parte de ella, nos sentimos enormemente orgullosos. De ella han participado los más prestigiosos músicos del mundo de la talla de Igor Stravinsky, P. Hindemith, Andrés Segovia, Pablo Casals, nuestros tan queridos y reconocidos mundialmente violinistas Fernando Hasaj y Amyram Ganz o la mismísima Nybia Mariño, entre otros tantos que anhelaban participar con la OSSODRE. No debemos olvidar las innumerables giras al interior por nuestro país, tarea propia de una orquesta sinfónica nacional. Se han realizado las más prestigiosas temporadas de música sinfónica, de ópera y ballet. También han sabido dirigir esta institución figuras políticas y no políticas de intachable trayectoria y que han sabido aportar al SODRE y a la cultura uruguaya elementos que serán imborrables de la memoria del Uruguay como es la Dra. Adela Reta. Por el contrario, lamentamos enormemente que las actuales autoridades no hayan sabido reconocer el prestigio y la importancia que una Orquesta Nacional de tal envergadura tiene para la cultura de un pueblo. La prueba está en que no vamos a poder disfrutar con nuestro tan querido público ningún concierto en esta fecha tan especial Hace años ya que la OSSODRE viene sufriendo los embates de políticas culturales erradas de los diferentes gobiernos de turno. No solamente a nivel salarial y administrativo, sino también artístico. Hemos sido despojados de las producciones de ballet, también se han recortado con el vago pretexto de problemas económicos, conciertos que nuestro Director Musical había programado con mucha anticipación. Sin embargo en el SODRE no han cesado los salarios que tantas veces hemos denunciado como fuera de la realidad, ni tampoco la innumerable cantidad de cargos poco productivos que han sido creados, ni menos aún el constante e incesante agravio a sus artistas por parte de estas autoridades. Quizás el constante cambio de autoridades que ha sufrido la institución en estos últimos años, sean prueba fehaciente de que las cosas en el SODRE no están del todo bien. De todas maneras, queremos compartir la felicidad que sentimos de saber que aún contamos con una Orquesta Nacional. Que aún hay esperanzas para que la cultura uruguaya no pierda a quien fuera su fiel representante a nivel internacional. Querido público, brindamos por la OSSODRE y por ustedes quienes han sido los únicos que han demostrado, desde ese 20 de junio de 1931, que una Orquesta Nacional no es solamente un gasto o un problema, sino que es una inversión al pasado, al presente y al futuro!
AFUSODRE-OSSODRE
Adherido a COFE – PIT-CNT
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DE IZQUIERDA NO TIENE NADA
“UN PAÍS QUE
VENDE TODOS LOS RECURSOS NATURALES, LA TIERRA,QUE PRÁCTICAMENTE
ENTREGAEN ZONAS FRANCAS
TODO A LOS GRANDES CAPITALES,”
Extractos Entrevista al economista
José Antonio Rocca
en ‘Mañanas de Radio’, 11 de junio de 2014 ¿Ya no son problema para este país la deuda externa ni que se nos haya llevado las multinacionales la mitad de la tierra? Rocca: Lo que creo que en definitiva lo que hay aquí es que precisamente ellos son los impulsores de esta política. Es decir que más allá del silencio electoral, pre electoral o en las internas, hubo una especie de acuerdo global en torno a que estos son los parámetros sobre los que se mueve la economía uruguaya. Porque no sólo no se discute ahora sino que este proceso de extranjerización de la tierra, este proceso de avalar las zonas francas, este proceso de traer al capital extranjero con cualquier condición y en cualquier forma, no en el marco de una estrategia sino en el marco de que la estrategia la impone ese gran capital, fue aceptado globalmente por los 4 partidos con representación parlamentaria Que yo sepa nadie discutió en su momento, que yo sepa ni siquiera en las internas de cada partido hubo discusiones serias sobre estos temas. Bueno, ni qué hablar sobre el tema de la deuda externa, la deuda pública. Ni qué hablar que este tema no iba a estar presente en lo electoral donde las discusiones que se intentan poner en el tapete son si el candidato es hombre o mujer, si es joven o viejo. Es decir, la pobreza de la discusión es tan grande que en los puntos en los cuales tienen que mostrar alguna discrepancia frente a la gente son los puntos totalmente formales, laterales si se quiere. O sea que es evadir, evitar los temas que hacen a la soberanía del país, los temas que hacen a los bienes naturales, a los recursos básicos, obviamente a la deuda, obviar al futuro que es lo que está en juego cuando se vende todo esto. Reitero un poco algo que decíamos antes de las elecciones internas, para mí el punto de corte hoy por hoy en la discusión de la economía uruguaya es la posición frente a estos grandes capitales, los que están de un lado y los que están del otro. Y todo el Partido Nacional, salvo ahora con el tema de Aratirí, alguno que buscó desmarcarse, obviamente alguno que tiene votos en Treinta y Tres o en la zona, pero globalmente estuvieron de acuerdo con todo el proyecto. Obviamente en los temas UPM, Montes del Plata hubo un acuerdo global de los 4 partidos con representación parlamentaria. Entonces, claro, la discusión es sobre si en la educación esto o aquello, sobre si en la salud, en el tema marihuana o seguridad, pero los temas que en definitiva están en la base también de esos otros problemas. ¿Por qué cómo podemos hablar de la educación? La educación no es solamente la educación formal de las escuelas y los liceos, la educación ya viene desde el ámbito familiar y barrial. Niños que se crían en un ranchito que se llueve, que no tienen un lugar para estudiar. ¿Qué rendimiento se les puede pedir en la escuela? Ninguno, obviamente. Si su ámbito familiar no es proclive a generarle inquietudes porque obviamente sus padres o su entorno lo tuvieron, en barrios donde la marginación es lo que campea. ¿Cómo se puede separar el tema educación de esas condiciones donde se están criando gran parte de los uruguayos? Un 11% de los niños con déficit nutricional, un 50% con déficit alimenticio. Esas son las cosas que no se dicen. ¿Y por qué? Tú lo nombrabas, uno de los temas claves es la soberanía alimentaria. Si tenemos un proyecto donde se exportan todos los alimentos hacia afuera, donde el tema es exportar el máximo de carne, exportar el máximo de trigo, después falta e la mesa familiar, después son caros para la población. Es decir, en cierto modo tendríamos que desear que los precios internacionales de esos productos fuera malos para que se abaraten para la mesa familiar. Que se exportara menos para que pueda haber alimento en la mesa de la gente. Pero aquí el asunto es exportar y exportar para después importar cosas muchas veces superfluas, cosas que muchas veces no hace a lo esencial de la vida de los uruguayos. Y obviamente todo este esquema de atracción de capitales en cualquier condición, todo este esquema de mirar sólo hacia afuera, todo este esquema de exportar todo va a acompañado también de todo otro esquema que hace a todo esto que es que toda la infraestructura que se crea, todos los servicios conexos, no apunta hacia el bienestar de la población sino que apuntan a la exportación de todo esto. Creo que hay un ejemplo muy claro en la última etapa, cuando se habla del ferrocarril, por ejemplo, no se habla del mismo para unir los pueblos del interior, para que los niños lleguen con mayor facilidad a la escuela, para que los parientes pueda conectarse mejor, para integrar el país. No, cuando se habla del ferrocarril se habla de un ferrocarril para exportar la madera o para exportar la soja. Es decir, cuando se habla de energía no se habla de energía para abaratarla para el pueblo, no, es para abaratarla para las grandes compañías y vender energía barata para Aratirí y demás. Entonces allí, si se destroza toda la pesca, si los pescadores artesanales de la costa se ven de un día para otro con que no tienen recursos para pescar, con que no tienen alimento, bueno, a este gobierno no le importa porque su eje es traer gas licuado para las empresas privadas. Ese es el proyecto de país y sobre eso obviamente nadie quiere discutir a fondo de estos 4 partidos que dominan el escenario parlamentario. Porque obviamente son todos cómplices, todos forman parte de este mismo aparataje. Entonces, la discusión que buscan dar o los matices que buscan entre ellos son un poco si son viejos o jóvenes, si es hombre o mujer, si están a favor de la marihuana o no, todos temas que respecto a un proyecto, a un programa de país, no hacen a mi modo de ver a lo esencial. Para mí lo esencial sigue siendo la tierra, la soberanía. La soberanía en cuanto a capacidad de decisión, porque a veces se confunde con ponerse la celeste, tirar unos cuetes cuando hacemos un gol, que obviamente también yo los grito, pero esa es la forma que asume la patria. La patria real es un poco nuestra capacidad de decisión sobre nuestros bienes, que se use la tierra para el sustento de la población, para generar las condiciones para viviendas dignas, más o menos baratas y acordes para el pueblo. En el plano de la salud, educación, música, cultura, también deporte, pero entendido no solamente el de ir a gritar a las tribunas sino para el desarrollo de la juventud, que todos los jóvenes tengan acceso también a hacer deportes. Obviamente todos esos temas no pueden estar en la agenda, porque reitero, para mí son todos cómplices de esta política Porque hay que desviar la atención, hay que discutir etiquetas, hay que discutir sobre los nabos, las zanahorias y las papas, no como productos sino como adjetivos calificativos, para evitar la discusión de los contenidos.Lo que importa son los contenidos, son las políticas reales, lo que se hace efectivamente y no tanto los adjetivos. Y en este caso un dato que se le quiere ocultar a la población o por lo menos no se discute lo suficiente, un país donde el 50% de la tierra está en manos de sociedades anónimas o cosas que no se sabe bien lo que son. Un país done el 30 y 40 son directamente capitales extranjeros, muchos de ellos sociedades financieras, AFAP’s de EE.UU. que no me acuerdo cómo se llaman, un país con una deuda de 33.000 millones de dólares más los intereses, un país que se jacta, el placer que le da al gobierno el estar endeudados hasta el 2050. Pero además lo dicen, no como una vergüenza, no como algo malo sino que ‘fíjense lo maravillosos que somos que nos endeudamos hasta el 2050’ Porque claro, entonces esto es como un móvil que se va desplazando día tras día. Y además con tasas de interés, tu fijate que mientras en el mundo se paga 0,5%, 0,25%, un 1% como tasa de interés ya brutal en Europa y EE.UU., aquí, después de tirar bombos y platillos sobre las calificadoras que le subieron un 0,01 punto en la calificación, se emite al 5% en dólares. O sea que en realidad estamos hablando de 10 veces más, es decir, lo que pagan por 10 Entonces, nos encontramos frente a una situación en la cual creo que hay un evitar discutir los temas reales, discutir los temas de fondo. Porque además, claro, también estos mismos candidatos saben que al otro día de ganar la elección, tanto Lacalle Pou como Tabaré Vázquez, que son los que supuestamente van a definir esta carrera, van a realizar un ajuste fiscal más fuerte del que ya han comenzado este año Porque ya hemos dicho, para nosotros aquí hay un ajuste fiscal encubierto que se vio ya en los ajustes salariales. Porque si se proyecta una inflación de un 5%, se ajusta sobre la base de un 5% de inflación y ya en los primeros 5 meses, para las cifras oficiales que son oficiales y oficialistas, ya en 5 meses llegamos a ese 5%, ya eso es un ajuste, es una congelación, más que una congelación, va a ser una pérdida de salario real. De repente me equivoco, ojalá, pero ya puedo adelantar que en marzo del 2015 va a haber otro ajuste quizás más fuerte que este porque obviamente, las cifras no dan para pagar los intereses de deuda y mantener estas políticas Y que además obviamente esta gente no va a tocar al gran capital porque su estrategia es no tocar al gran capital. Por el contrario, darle todo tipo de prebenda, todo este tipo de beneficio Reitero también un dato que ya hemos repetido varias veces, pero a veces sentimos la necesidad de repetirlo frente al silencio del resto de la prensa. Lorenzo en la reunión de los dirigentes de empresa dijo que la ayuda que le habían dado en el 2012, la del 2013 no la cuantificó porque todavía estaba el 2013, había sido 2.700 millones de dólares. 2.700 millones de dólares en un año. A confesión de partes se dice que ya no hay más vuelta. Y, además, ninguno de los que estaban allí sentados, que eran todos los dirigentes de empresas, le dijo, no, mire señor, lo que usted dice es exagerado, todos se callaron porque sabían que era real. Entonces, no van a tocar, obviamente, al gran capital, el pato lo va a seguir pagando el pueblo, creo que es muy claro. Obviamente, mucha gente quiere seguir teniendo ilusiones, que habla de que el gobierno actual es de izquierda, pero reitero, lo que importa es lo de adentro, lo que importa es el contenido y no la etiqueta. Ya de izquierda no tiene ni el nombre, no debiera tener ni el nombre, porque desde mi juventud izquierda es antiimperialismo y antioligarquía. Un gobierno que es proimperialista y prooligárquico, no es de izquierda. Podrá ponerse camisetas del Che, podrá ponerse lo que quiera pero un país que vende todos los recursos naturales, la tierra, que prácticamente entrega en zonas francas todo a los grandes capitales, de izquierda no tiene nada, absolutamente nada Que es la inflación Rocca: Yo siempre diferencio tres cosas, el IPC que es como el termómetro, del aumento de precio real que es lo que vemos todos los días, todos los días los productos aumentan, de la inflación en cuanto a causas, ahí hay todo tipo de teorías. En lo personal creo que es una expresión más de la lucha entre sectores económicos y en donde los más poderoso terminan imponiendo los precios, esa imposición de precios lleva a un crecimiento de los mismos, hago esta discriminación porque es un tema muy complejo que a veces se simplifica y la inflación se transforma para la gran prensa fundamentalmente, la inflación fue del cero tanto por ciento, del cinco por ciento, seis por ciento, no, del mismo modo que una persona que está enferma y tiene fiebre, una enfermedad no es una fiebre de 37,5, 38 o 39. Esa es la manifestación, el síntoma de esa enfermedad. La enfermedad real es otra cosa más de fondo que en este caso. En este caso en Uruguay el papel fundamental lo están jugando los formadores de precio, esa gran compañía que también se agrega al sistema bancario, las grandes empresas que son las que terminan fijando esos precios y muchas veces buscan distribuir la riqueza, obviamente es una manifestación más de la ganancia del capitalista a través de esa fijación de precios Deuda externa es "13 mil millones de dólares” Rocca: Sí, lo que pasa que formalmente cada vez más lo que importa es más que lo que se llama deuda externa es la deuda pública, porque la deuda pública en gran parte no se sabe quien tiene las acciones, quien tiene los instrumentos, lo que se contabiliza como deuda externa sí son 14 mil millones de dólares en este momento, lo que pasa que es un tema de cómo se contabiliza todo esto, porque se considera deuda externa a la deuda solamente, se contabiliza la deuda externa, a la deuda del sistema financiero, a la deuda que se emite en dólares, pero hay una gran parte de la deuda pública que están pesos, está en unidades indexadas y su poseedor también son capitales externos o algunos capitales que son supuestamente nacionales y en realidad giran en la órbita del gran capital, por eso creo que lo que importa hoy por hoy es la deuda pública que son 33 mil millones de dólares más los intereses a pagar, porque esa deuda pública es la deuda del estado, es la deuda que pagamos todos a través de sus intereses, a través de cuando se amortiza. Hoy por hoy creo que es el concepto que importa fundamentalmente, más allá que 14 mil millones de dólares no es tan poco, simplemente que a veces para marcar lo que implica a esos 14 mil millones de dólares, cada familia uruguaya más allá de sus deudas particulares está debiendo 14 mil dólares, vía Estado están debiendo 14 mil dólares más, muy mal noticia Es decir que se habla siempre de la versión extranjera como una fuente de gran empleo y lo que no evalúa allí es el empleo que destruye, porque por ejemplo alguien puede decir “se creó un shopping en Las Piedras, esto genera tanto empleo, en ese shopping van a trabajar tantos”, ahora cuantos comerciantes van a desaparecer como consecuencia de ese shopping, cuantos pequeños almacenes, cuantas carnicerías, cuantas pequeñas panaderías, es decir que se contabiliza el dinero que se genera pero no se contabiliza el dinero que se destruye muchas veces Hasta las relaciones sociales que se generan en esos ámbitos que a veces son centros barriales donde la gente se nuclea, habla, que sé yo, los supermercados se transforman en un lugar donde la gente va, compra, mete las cositas en la bolsa pasa por la caja y se va, o sea que también forma parte de este proceso que marcábamos de concentración, de extranjerización y normalmente también se debe agregar con concesiones de todo tipo de parte del estado, concesiones de todo tipo a veces tierra, a veces en este caso se agrega el tema del juego, el control del juego digamos, es todo un país que se viene consolidando, cada vez más dependiente, cada vez más obediente a estos estados de aporte, muchos de los textos de la audiencia eran aportes por eso me profundice en ellos porque marcaban esta dirección que estamos señalando de la economía uruguaya y en torno a la cual también hemos hecho est e libro, “Tierra Agua y Soberanía - Crónica de una entrega no anunciada”, porque cuando comenzó este gobierno no anunció de ninguna manera, Ninguna de estas entregas. Es una especie de contra revolución agraria (el libro se encuentra a la venta en CX36 (18 de Julio 1357, apto. 202) en librerías y próximamente a través de la página de Rocca y con envíos dentro de Montevideo, al interior de Uruguay y al resto del mundo. El precio de venta es de $ 200) Como que el descreimiento es cada vez mayor, lo que lograron es una especie de es lo que hay valor, no se puede hacer nada porque impulsaron un poco ese tipo de filosofía, en ese plano creo que sí. Lo que se puede cambiar o transformar la palabra cambio, en vez de vestirse de negro hay que vestirse de rojo, yo que sé, hasta la palabra cambio, la palabra transformación, hasta la palabra transformación la fueron desvalorizando. Hoy revolución es, yo que sé. Todo lo que sea lucha social, todo eso es desvalorizado y lo que se intenta imponer es todo este modelo, este proyecto de país que tiene consecuencias muy negativas, reitero una vez más, nuestra caracterización el menemismo tardío También quiero agregar que a impulso de mi yerno he hecho un sitio en Internet tratando de volcar a veces nuestras opiniones, nuestra idea es hacer una especie de periódico mensual, periódico no una hojita mensual comentando alguna noticia económica, creo que se llama josérocca.org. “La Economía a Pie” es el subtítulo que le pusimos, tratando de marcar que lo que comentamos allí es alguna noticia desde la óptica de la gente común como somos nosotros, con un lenguaje que pretende ser sencillo, por allí va un poquito lo que tratamos de hacer con eso además de volcar algunas de nuestras ideas al respecto.
La Economía
de a pie
LA NOTICIA COMENTADA
La versión oficial pretende justificar la estrategia de atracción de grandes capitales foráneos con el argumento del supuesto empleo generado, aunque el mito sobre las bondades de la IED comienza a ser cuestionado hasta por organismos históricamente poco críticos al respecto. Los datos sobre América latina difundidos por la CEPAL, en un informe de su secretaria ejecutiva, la mexicana Alicia Bárcenas, señala que las utilidades de las empresas extranjeras en la región en los últimos cuatro años llegaron a 439 mil millones de dólares, aumentando los riesgos financieros en la zona. Como contrapartida menciona que solo 5 de cada 100 nuevos empleos en la región fueron creados por estas inversiones. Si contabilizáramos la destrucción de empleos, que se generan por desplazamiento de competidores o de otras actividades, el saldo posiblemente sería negativo. La tónica de la República oriental en el marco de continuidad de políticas al servicio de grandes capitales, se reafirma con el permiso otorgado hace pocos días a la empresa de celulosa Montes del Plata para iniciar su producción en zona franca. El fomento a los monocultivos forestales, extranjerización de tierras, daño ambiental, pérdida de capacidad de decisión nacional sobre los recursos del país son algunos de los tantos costos de estos procesos. La magnitud de las concesiones del Estado a este emprendimiento excede el marco de esta nota. Exoneraciones fiscales, subsidios abiertos y encubiertos, subordinación de la construcción de obras de infraestructura a los intereses privados, forman parte del menú. Terminada la fase de construcción de la planta, la realidad quedará al desnudo. La sustitución de tambos, huertas, establecimientos ganaderos por eucalipto, a la larga, tendrá efectos negativos sobre la ocupación. Los productos desplazados generan mayor empleo no solo en el agro sino esencialmente en las cadenas de producción derivadas. El aporte fiscal es prácticamente nulo y los gastos generados al estado son cuantiosos. Otra apuesta a la contaminación de agua, destrucción de naturaleza y entrega de soberanía. El saldo será en rojo para el país.
GOTITAS DE ECONOMÍA
· La tasa de desempleo según el INE fue del 6,8% en abril de 2014. Desde el 2006, se cambió el criterio estadístico y los trabajadores en seguro de paro pasaron a contabilizarse como ocupados, lo que oscurece las comparaciones. El seguro de paro llegó en el 2013 a 35352 trabadores. · Un reciente informe realizado por G. Budiño, F.Esponda y A. Vigorito, investigadores del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, denominado Desigualdad y altos ingresos en Uruguay, tomando como fuente de datos a la DGI y BPS, revela rangos de desigualdad en los ingresos muy lejanos al optimismo que difunde habitualmente el INE. El 1% más rico de la población tiene ingresos similares al 50% más pobre. Algo así como si en la parrillada del barrio, uno de los participantes comiera por una cantidad equivalente a 50. · Oferta de ganado y frigoríficos se encuentran en un tira y afloje por los precios en un marco de incremento de poder negociador por parte de los establecimientos industrializadores en manos de grandes capitales brasileros. Asociaciones rurales históricamente defensoras del “libre mercado” comienzan a pedir ayuda al Estado. El lobo que quiere impunidad frente a los corderos, pide protección frente al tigre · El ritmo de expansión de la economía de Brasil continúa descendiendo en el primer trimestre del 2014. De acuerdo a las cifras oficiales el incremento del PBI respecto al mismo período del año anterior ronda el 1.9% y en la comparación con el último trimestre del 2013, un 0.2%. Quizás repercuta negativamente sobre las exportaciones de alimentos que Uruguay realiza al país norteño. La esperanza es que ello aumente la oferta interna y se atenué la presión sobre los aumentos de precio. · Europa, desciende la tasa de interés de referencia para su moneda. Ello implica un posible camino de devaluación del euro frente al dólar y demás divisas. En lo que atañe a sus efectos sobre la economía del Uruguay, uno de los más notorios sería que las exportaciones de Uruguay a Europa tenderán a recibir a futuro una cantidad menor de dólares por unidad vendida a esa región.
posta - postaporteñ@ 1189 - 2014-06-20
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