UY | Denuncia de presidenta de ASSE contra periodista:
nuevo caso de amenaza a la libertad de expresión
El Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (CAinfo) expresa su preocupación y rechazo ante la demanda penal que la presidenta de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Susana Muñiz, presentó contra el periodista Gabriel Pereyra con el objetivo de limitar su libertad de expresión
Esta semana, Muñiz presentó una denuncia por difamación e injurias contra el periodista Gabriel Pereyra por una columna de opinión publicada el 29 de julio en el diario El Observador.
Recurrir a la justicia para realizar demandas de este tipo, es una de las formas de hostigamiento más comunes hacia los periodistas para intentar de esta manera amedrentar su trabajo. Recodamos además que las demandas a periodistas generan un efecto de amenaza y amedrentamiento contra todo el colectivo de periodistas, por lo cual tienen un efecto de disminución del flujo informativo respecto a los temas de interés público.
Desde que CAinfo comenzó a elaborar su monitoreo de amenazas a la libertad de expresión en el ejercicio de la profesión periodística en Uruguay (2014), se han registrado 16 casos de hostigamiento judicial.
Entre 2014 y marzo de 2015, se registraron nueve casos. Desde abril de 2015 a marzo de 2016, fueron cuatro los casos. En el último informe, que va de abril de 2016 a marzo de este año, se dieron tres casos.
Como lo señala la declaración de principios sobre libertad de expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), los “funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la sociedad”.
Además, la ley uruguaya defiende el derecho a informar y opinar sobre las acciones de los funcionarios públicos. El artículo cuarto de la ley 18.515 establece que estará exento de responsabilidad penal quien “efectuare o difundiere cualquier clase de manifestación sobre asuntos de interés público, referida tanto a funcionarios públicos como a personas que, por su profesión u oficio, tengan una exposición social de relevancia”.
El monitoreo sobre las amenazas a la libertad de expresión es realizado por CAinfo, con la colaboración de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) y el apoyo de la red Intercambio para la Libertad de Expresión (IFEX). Los informes completos están disponibles en www.monitoreo.cainfo.org.uyo www.cainfo.org.uy.
CAinfo - postaporteñ@ 1804 - 2017-08-05
Venezuela / Socialismo de Burócratas o Conciencia de Clase
Rolando Astarita [Blog] 3/08/17
Todo indica que el gobierno de Maduro realizó un gigantesco fraude en las elecciones a la Asamblea Constituyente.
El anuncio de que votaron más de 8,1 millones de personas (41% del censo) es muy poco creíble. Basta recordar que en las elecciones de 2013, justo después de la muerte de Chávez, Maduro recogió 7,5 millones de votos; y en las legislativas de 2015 unos 5,6 millones. Y hoy las encuestas muestran una fuerte baja de la adhesión al gobierno con respecto a 2013 o incluso a 2015.
La misma empresa Smartmatic, encargada del voto electrónico desde hace años, dijo que el resultado fue “manipulado”, y que la diferencia entre la participación real y el resultado oficialmente anunciado es de al menos un millón de votos. Aunque no puede garantizar que sea solo de un millón.
Es un hecho que no hubo controles para impedir el voto múltiple; ni tinta indeleble para marcar el dedo de los votantes.
Pero además del fraude, el régimen ejerció una fuerte coerción sobre amplios sectores de la población para obligarlos a ir a votar. Por caso, el vicepresidente de PDVSA, Nelson Ferrer, dijo en una reunión de trabajadores que aquel que no fuera a votar debía dejar su puesto de trabajo (el video circuló en las redes). También hubo presiones en el metro de Caracas, y en las empresas básicas de Guayana, Pequiven y Banco Bicentenario, donde a los trabajadores se les exigió no solo ir a votar, sino también llevar a familiares y amigos. La ONG Provea (Programa Venezolano de Educación-Acción Derechos Humanos), de la que tomo estos datos, informa que recibió denuncias de empleados de por lo menos 21 organismos públicos.
Otros testimonios: “Froilán Barrios, del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, aseveró que el chavismo teme una baja concurrencia de su militancia en la elección, en la cual participan inscritos y no inscritos en el partido, de allí la intimidación a los empleados públicos.
Pedro Arturo Moreno, directivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, añadió que afiliados a la Federación Unitaria Nacional de Empleados Públicos se han quejado de los mensajes de texto y correos electrónicos que han recibido y en los que son instados a votar porque tienen una lista con sus nombres. (…)
Pablo Zambrano, del Movimiento de Sindicatos de Base, refirió que el acoso contra los empleados públicos, especialmente en los ministerios, es constante y se profundiza cada vez más para que los trabajadores vayan a las marchas, actos políticos y elecciones, pero la desobediencia se ha hecho sentir” (http://www.diariolasamericas.com/empleados-publicos-venezolanos-obligados-votar-elecciones-del-partido-chavista-n3189928).
El propio Maduro dijo públicamente que se tomaría lista de las personas que no fueran a votar. En Venezuela hay 2,8 millones de estatales; a lo que se suman millones de ayudas sociales.
Socialismo de burócratas o conciencia de clase y libertad
Lo cual no es casual, ya que estos militantes e intelectuales constituyen una expresión depurada de la concepción burocrática (y nacionalista) del socialismo – cualquiera sea el significado que le den a esa palabra. Esta gente está convencida de que cuando se fuerza a un obrero de PDVSA, o del metro de Caracas, a ir a votar por Maduro, se está fortaleciendo la conciencia socialista de la clase trabajadora. Incluso, alguno pensará que por esta vía el gobierno venezolano está combatiendo a peligrosos trabajadores “contrarrevolucionarios pro-imperialistas”
Por eso no ven nada esencialmente criticable en lo que hace Maduro. Han interiorizado hasta tal punto los métodos burocráticos, que los aceptan con la misma naturalidad con que decimos “hoy llueve”.
No aprendieron nada de las trágicas experiencias de los “socialismos reales”, de las colectivizaciones forzosas, de las unanimidades conseguidas en base a campos de concentración y muros de Berlín
Es una izquierda enajenada por el nacionalismo estatista, que, como siempre, gusta pensar que a la “vanguardia iluminada” le asiste la razón histórica que todo lo justifica. Todo esto con una consecuencia brutal: a los ojos de millones de explotados en el mundo, el socialismo hoy se encarna en Maduro amenazando con castigar obreros “renuentes”, en el marco de un país arrasado por el hambre y sacudido por los repetidos asesinatos de manifestantes opositores
Frente a este daño y retroceso que se inflige al socialismo, solo nos queda levantar una pequeña voz para decir que la tradición socialista que se apoya en la obra de Marx y Engels, en la experiencia de la Comuna y los consejos de obreros, soldados y campesinos de 1917, y en la resistencia libertaria y comunista al stalinismo, no tiene nada que ver con esas concepciones de los burócratas y sus apologistas. La esencia del programa del marxismo está sintetizada en la famosa frase “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
Su mensaje es que la misma gente, los explotados y humillados, tomen sus destinos en sus manos. Es un llamado a echar por tierra todas las relaciones “en que el hombre es un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (Marx, “Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel”).
Es impulsar a cada uno “a pensar, a obrar y organizar su sociedad como hombre que ha entrado en razón, para que sepa girar en torno a sí mismo y a su yo real” (ibid.).
Esta perspectiva encierra entonces una convocatoria a la más completa libertad, condición indispensable de la emancipación de las conciencias, de la negación de toda forma de alienación. A fin de prevenir críticas habituales en la izquierda superficial (del tipo “usted es un pequeño burgués que ignora las exigencias de la revolución”), preciso: no estamos defendiendo un criterio individualista, del tipo “hago lo que quiero y no me importa el mundo”. Esa, en términos de Hegel, sería la libertad vacía de contenido y arbitraria, ya que es carente de necesidad. En cambio, de lo que se trata es de reivindicar la libertad en su concepción más avanzada, esto es, como autodeterminación. Esta incluye tanto la necesidad como la acción consciente de las personas.
Es la libertad que hay cuando hago tal cosa porque la comprendo necesaria, no porque esté obligado por una autoridad ubicada por encima de mí.
Por eso el marxismo habla de “girar en torno a uno mismo y al yo real”
Es necesario reivindicar la libertad de decidir nuestro curso de acción a partir de los valores que, con plena conciencia, priorizamos. Valores que a su vez surgen de nuestra actuación en sociedad – de nuevo, es lo opuesto al individualismo “a lo Hobbes” – y de la comprensión de las necesidades que anclan en las contradicciones de esta sociedad.
Para “bajarlo a tierra”, cuando el marxismo, por ejemplo, llama a los trabajadores del mundo a unirse, apela a que sean los mismos explotados los que lleven a la práctica esa consigna. Es una convocatoria a la acción que deriva de la reflexión democráticamente articulada.
Si en cambio esa unidad obrera es imposición, si es ucase burocrático, no hay superación; es el simple recrearse de las cadenas hoy existentes. Ni siquiera sería unidad real, porque estaría vacía de contenido. Pero si esto vale para la unidad de la clase obrera, tanto más cuando nos referimos a la construcción socialista.
Por eso, pensar que el socialismo se va a reconstruir de la mano de burócratas, y de los intelectuales pro-stalinistas que los defienden, es un contrasentido.
Es imposible que avance la conciencia socialista en la clase obrera porque se obligue a los trabajadores a votar por un determinado gobierno, como acaba de ocurrir en Venezuela. Más aún, Maduro amenazando con represalias a los obreros que no quieren votarlo es la absoluta negación de la idea encerrada en “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
Es imposible salvar el abismo que me separa de estos burócratas y de los intelectuales de izquierda que los aplauden. Como he afirmado en otras entradas, estamos discutiendo los fundamentos, lo más elemental de la concepción socialista
Venezuela: respuesta a
stalinistas-nacionalistas
Como era de esperar, la nota “Socialismo de burócratas o conciencia de clase” ha suscitado fuertes reacciones por parte de los defensores del régimen de Maduro (publicada acá arriba)
Pues bien, dejando de lado los insultos a mi persona, una de las críticas que me hicieron dice que los hechos descritos en la nota - amenazas a los trabajadores, fraude electoral, miseria y hambre generalizada- no son ciertos porque los informan “los medios comunicacionales hegemónicos” y la derecha. Alternativamente, también dicen que esos hechos no pueden ser ciertos porque la derecha los utiliza para atacar al socialismo. Por último, y es lo más usual, se dice que soy funcional a la derecha. En esta nota respondo estas críticas.
“X no es cierto porque X lo dicen los medios hegemónicos y la derecha”
De la misma forma, si hoy medios occidentales informan que en Corea del Norte existen campos de concentración donde se castiga a miles de disidentes, la izquierda debería decir que esto no es así porque quienes informan sobre el asunto son de derecha. Y por esta vía podríamos seguir con cualquier otra cosa. Por caso, si el Washington Post dice que la luna es redonda, algún “revolucionario” dirá que debe de ser cuadrada.
Por supuesto, el enfoque del marxismo no tiene nada que ver con esta tontería. El punto de partida del marxismo es materialista. O sea, sostiene que existe una realidad objetiva – no es una construcción discursiva, como acostumbra a pensar el posmodernismo – sobre la que podemos tener noticia y evidencia empírica. Nótese que si esto no fuera así, no habría posibilidad de ciencia, pero tampoco de crítica social.
Para explicarlo al nivel más elemental posible: Marx no hubiera podido escribir El Capital sin los escritos de la Economía Política burguesa; sin los informes de los inspectores laborales ingleses; sin el seguimiento de las noticias de los diarios de la época; sin los reportes presentados en la legislatura inglesa; y sin, incluso, el estudio de la economía vulgar.
Jamás a Marx se le ocurrió decir “todo eso no sirve porque lo produjo la derecha o la burguesía”. Semejante posición lo hubiera llevado al solipsismo y al más estéril idealismo. Pero por eso mismo no hubiera escrito una crítica del capitalismo; apenas habría llegado a su rechazo abstracto, carente de contenido.
Menos todavía podía decir que esos hechos no eran ciertos porque los podía utilizar la derecha para atacar a la izquierda
Contra lo que dicen los subjetivistas, hay que entender que el conocimiento es social. Por eso los marxistas no partimos de cero. Somos hijos de nuestro tiempo, vivimos en las condiciones sociales y materiales heredadas, y partimos de la evidencia empírica
Esta última, además, no se da pura; siempre es el resultado de la aprehensión del mundo social y natural que nos rodea. Aprehensión que está condicionada socialmente, y no puede dejar de estarlo.
Por eso es un sinsentido pretender que los marxistas puedan hacer análisis de cualquier situación, en un país o región, prescindiendo, entre otros, de los informes “de los medios hegemónicos” y de la propia derecha. Para explicarlo a un nivel que lo entienda cualquier stalinista: si quiero escribir sobre la evolución del comercio mundial en los últimos años, no me sirve la sociedad de fomento Nac & Pop de mi barrio para recabar datos y hechos.
Necesariamente (¿se entiende por qué enfatizo el necesariamente?) deberé apelar a las estadísticas de la OMC, del Banco Mundial, del FMI, etcétera. Luego habrá que pasar los filtros, pero los datos no pueden surgir de mi cabeza (ni de la cabeza de Maduro, aunque se asesore con el pajarito dios-Chávez).
Por lo tanto, no hay forma de desconocer informes, testimonios, datos estadísticos, que son recogidos e informados por múltiples fuentes, incluidos los grandes medios de comunicación e instituciones oficiales. Otra cosa, por supuesto, es cómo pensamos críticamente esos datos e informes.
Y en este punto se aplica lo que escribí sobre las elecciones a la Constituyente venezolana: si en 2015 el gobierno obtuvo 5,6 millones de votos, y en 2017, con una situación social mucho peor, se informan 8,1 millones de votos, este último dato deberá ser, necesariamente (¿se entiende por qué necesariamente?) objeto de análisis y evaluación crítica.
Más en general, dadas ciertas hipótesis (no hay tabula rasa de la mente) parto de los datos existentes, y reflexiono sobre los mismos, así como comparo mis reflexiones con las que han hecho otros analistas (o me pregunto por la ausencia de reflexión de los que aceptan lo dado sin chistar). Y en base a ello, saco conclusiones que, por supuesto, deberán ser sometidas a escrutinio social y pasar por nuevas reflexiones críticas.
Todo esto es lo opuesto de lo que recomiendan mis críticos stalinista y su pedido de “no usar ninguna información que provenga de los grandes medios”.
“Bajada de línea”
En síntesis, la idea central es “bajar línea”. Lo cual justifica la censura, la manipulación y la mentira. De ahí la función del censor y del administrador de “la bajada de línea”. El objetivo es impedir que la gente acceda libremente a tal o cual publicación o medio, y saque sus conclusiones comparando y sopesando argumentos
Esto es intolerable para esta gente. Por eso, el censor-administrador se ubica por encima de la sociedad para decidir qué puede leer y qué no puede leer; qué puede escuchar y qué no puede escuchar.
Es el guardián, elegido por nadie, de la pureza ideológica. Dada esta relación, los trabajadores de a pie constituyen “las bases”, a las que se les “bajan” informes y discursos. Y eventualmente se “les bajan” abiertas mentiras, como los datos de participación popular en una elección manipulada. ¿Qué tiene esto de “construcción socialista”? P
ues nada. Sin embargo, a esta formalidad los intelectuales amanuenses “para todo uso” le llaman “democracia popular”. Y el burócrata, como corresponde a su naturaleza, sonríe satisfecho.
“No hay que hacerle el juego a la derecha”
Es una tradición de larga data. Si Stalin provocaba un desastre humanitario con la colectivización forzosa, había que callarse “para no hacerle el juego a la derecha”. Y decir que los millones de muertos eran creación de la propaganda imperialista. De la misma forma, si los Juicios de Moscú eran una farsa sangrienta, tampoco había que denunciarlos “para no hacerle el juego a la derecha” (ni al contrarrevolucionario Trotsky).
Si en 1953 los soviéticos aplastaban a los trabajadores berlineses, había que culpar, “en última instancia”, al imperialismo. Lo mismo cuando en 1968 los tanques del Pacto de Varsovia entraban en Checoslovaquia. Generalidades que no dejaban afuera a los singulares: si en respuesta a la invasión soviética el estudiante Jan Palach se quemaba vivo, era “porque le pagó el imperialismo” (sic, argumento de la época en el PC argentino).
Y si Castro defendió hasta sus últimos días la invasión a Checoslovaquia, miremos para otro lado, no vaya a ser “que se aproveche la derecha”. O si en los 1970 Castro amparaba a la dictadura militar argentina en los organismos internacionales, la línea oficial era no hablar del asunto para “no hay que hacerle el juego a la derecha y porque Videla es el ala progresista de la dictadura”
Siempre el mismo bendito argumento, repetido ad nauseam por dirigentes, militantes e intelectuales “compañeros de ruta”. Y así siguieron hasta el presente: si en Venezuela la gente pasa hambre, mejor no decirlo “para no hacerle el juego a la derecha”. Si en 100 días de protesta hay 120 muertos, la excusa es que “los muertos le hacen el juego a la derecha”
Si la Fiscal general dice que los muertos los provocó principalmente el Estado, habrá que decir que la Fiscal general también “le hace el juego a la derecha”, o que ella misma es “el juego de la derecha”. Si en la votación a la Constituyente hubo abstención masiva, tampoco se podrá reconocer la abstención “porque otra cosa es hacerle el juego a la derecha”.
Si en un blog se habla de las consecuencias para el socialismo de estos métodos, habrá que acusar al autor “de hacerle el juego a la derecha”, y tratar de destruirlo con insultos. El criterio está tan extendido que incluso lo encontramos en organizaciones trotskistas.
Por caso, un partido trotskista de Argentina hoy rechaza las acusaciones por corrupción a Lula “porque desprestigian a la izquierda” (sic) y “le hacen el juego a la derecha”.
Si el día de mañana se probara que un dirigente de la izquierda es un violador, siguiendo el criterio de este partido, habría que defender al violador por el solo hecho de “no desprestigiar a la izquierda”.
El criterio stalinista singularizado en trayectorias personales
Para ejemplificarlo en alguien que conozco, ex PC, intelectual “instruido en marxismo”: en 1968 defendía lo actuado por el bloque soviético en Checoslovaquia y aseguraba que Palach era un “agente de la CIA”; en 1973 votaba a Perón (que venía con Isabel, López Rega y la triple A) “porque estamos con la liberación nacional”; en 1976 defendía la posición del PC ante la dictadura (“el Partido se juega la vida de sus militantes”) y justificaba la actitud de Castro ante los crímenes de Videla; en los 1980 disculpaba la represión en Cuba a los homosexuales (“es una costumbre de los cubanos”).
Cuando la caída del muro de Berlín (¡qué disgusto, por dios!) dijo que había roto con todo tipo de burocracia. Pero al poco tiempo era partidario de Chávez y ahora defiende la represión de Maduro “porque no le hago el juego a la derecha”
En definitiva, este “revolucionario” segrega stalinismo con espontánea naturalidad.
Es casi un reflejo pavloviano, inherente a su naturaleza social-política. Por eso, la idea de que “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” le suena bonita, pero para los días de fiesta.
En el fondo, para este personaje esas cosas de la vieja literatura son “purismo” y “teoricismo abstracto”. Y así, en los próximos días votará alegremente por CFK; y luego seguirá aplaudiendo cualquier nueva brutalidad de Maduro, y despotricando contra “los agentes trotskistas funcionales a EEUU y a la ultraderecha”. Reconozcamos al menos el mérito de la consecuencia.
La pregunta clave: ¿qué resultado?
No niegan los datos que presento sobre Venezuela (salvo decir que no hay que creerlos por quien los informa).
Tampoco dicen, por ejemplo, que la idea de que “la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” es equivocada por tal o cual razón.
El debate razonado los tiene sin cuidado. Su ataque, en consecuencia, es más simple y primitivo. Como hicieron siempre los oportunistas, acusan a las ideas marxistas de ser poco realistas, y a los planteos políticos de ser demasiado “teóricos”. “Hay que hacer política efectiva, práctica”, rezongan. Como buenos nacionalistas, precisan que se trata de “práctica adecuada a la realidad latinoamericana”
Pues bien, esta política ha sido hegemónica en la izquierda latinoamericana, y sigue siéndolo.
Pero para los marxistas el criterio evaluativo fundamental de la política socialista es preguntarnos en qué medida contribuyó a elevar la conciencia y la organización independiente de la clase obrera, frente al capital y a su Estado burgués.
Por lo tanto son pertinentes las preguntas:
¿Cuál es el balance del socialismo de burócratas “a lo Venezuela”? ¿Cuál el balance del stalinismo nacionalista? ¿Qué balance se saca en términos de conciencia de clase y organización de las masas explotadas?
¿Qué resultado en términos de autoconciencia, libertad y empoderamiento de clase? Los “prácticos”, ¿pueden responder tan sencillas preguntas? Por si no la entienden, lo formulo así: ¿por qué la clase obrera venezolana no tiene arte ni parte, en tanto clase, en la actual crisis en curso?
La política de ustedes fue hegemónica en la izquierda de Venezuela.
¿Dónde están los resultados? ¿Dónde está el poder de la clase obrera venezolana en esta crisis?
¿Cuál es su manifestación de clase, independiente?
La realidad es que no tienen nada para responder. Como hicieron históricamente los stalinistas y los burócratas nacionalistas, llevaron a las masas trabajadoras al desánimo, la desorganización y la desmoralización. Y ahora, para salvar la ropa, con el mismo cinismo que exhibieron siempre después de cada derrota, pretenden culpar al marxismo y su “demasiada teoría”.
¿No les da vergüenza? ¿No tienen límites en el cinismo?
LA MANIPULACIÓN AL EXTREMO
UNOS AL SERVICIO DE LOS INTERESES RUSOS Y CHINOS Y LOS OTROS AL SERVICIO DE LOS INTERESES NORTEAMERICANOS
AMBAS TENDENCIAS SE ENCUENTRAN DE RODILLAS FRENTE AL IMPERIO DEL CAPITAL
Venezuela, al igual que el resto de América Latina ha sido una víctima permanente -desde la colonia hasta nuestros días- de los intereses más bastardos de los países con vocación imperialista
Pero dentro de ese marco, y para desgracia de nuestros pueblos, sus gobernantes han sido cómplices descarados de los procesos colonizadores, procesos colonizadores que han llevado a nuestros países, a que su gente se enfrente entre sí, sin percatarse de la manipulación en que se encuentran, por no tener la información debida, ya que la misma la ocultan con distractores que tienen su macabra orientación, que no es otra cosa que saquear nuestros recursos naturales, en ese extractivismo voraz que ahora el mundo globalizado con mayor voracidad ha traído para nuestro continente
La manipulación ha llegado a tal extremo, que la publicidad norteamericana y sus medios de “información”, han querido mostrar como héroes y víctima de la lucha por la democracia, la libertad y el desarrollo a los dirigentes de la llamada MUD y del otro lado, rusos y chinos han querido indicar que efectivamente el gobierno del socialismo del siglo XXI es la más alta expresión de una revolución popular en América Latina e incluso del mundo, cuando la realidad ha demostrado, que ambas tendencias representan y promueven el neoliberalismo como doctrina, como modo de vida y que trae como consecuencia el capitalismo salvaje que jamás haya vivido el mundo civilizado
“REALIDAD” TRAMPOSA
Los de la llamada MUD, amenazan al gobierno del PSUV con el apoyo del Ejército norteamericano, con un intervencionismo e incluso con invasión y el gobierno amenaza con el Ejército ruso-chino para rechazar la misma, como si Venezuela fuese una piñata donde el más fuerte se impondrá al más débil. Triste y lamentable posición, de quienes dicen tener la representación del pueblo que denota la conducta arrastrada que poseen frente al poder del capital
Mientras la MUD y el PSUV distraen a la población con sus falsos nacionalismos, el capital de estos países penetra hasta los tuétanos nuestra economía con las llamadas empresas mixtas que roban y saquean nuestros recursos naturales con la mirada complaciente de las cúpulas económicas, políticas y militares del país, estén en la MUD o en el gobierno
Decir, afirmar y tratar de argumentar estos juicios de valoración, es nadar contra la corriente, pues al hacerlo uno recibe cuestionamientos de ambos sectores, porque para los mismos no existe justificación alguna, pensar de otra manera. Y cuando nadamos contra la corriente, lo hacemos para decirle a nuestros compatriotas, que hay necesidad de alcanzar otro nivel en el análisis político fuera del simple comentario cotidiano envenenado por sectores interesados, donde el rumor predomina para ocultar realidades y evitar de esta manera, tener apreciaciones que nos dé un conocimiento más exacto de lo que realmente está pasando y tratar de comprender con criterio de totalidad, la geopolítica de las variables que afectan y pueden afectar la situación política venezolana
No olvidemos, que los factores que en Venezuela se disputan el poder han sido gobierno, sus partidos políticos le han robado el espacio social a la población, no practican lo que pregonan y es cuando uno se pregunta si alguna vez hemos vivido en democracia, porque esa democracia pregona la participación popular en las políticas trascendentales de la patria, el pluralismo, la libertad, el respeto mutuo, la convivencialidad, la justicia, el bien colectivo, entre otros factores de carácter axiológico y deontológico. De acuerdo a esto me repregunto: ¿hemos vivido esa democracia?
¿DEMOCRACIA?
El verbo colonialista, el predominio del mismo, aunado al complejo de inferioridad que el eurocentrismo ha sembrado en el subconsciente latinoamericano nos ha impedido reencontrarnos con nosotros mismos
Bien lo decía, nuestro Fabricio Ojeda, no se trata de cambiar un partido por otro partido, unos hombres por otros hombres o unos ladrones por otros ladrones, se trata de cambiar la estructura económica, política y jurídica para generar un nuevo modelo de sociedad, que sea producto de nuestras realidades e idiosincrasia, que nos devuelva nuestra manera de ser como venezolanos y latinoamericanos, un modelo de sociedad que en nada se parezca a las viejas y fracasadas civilizaciones, llámense capitalismo o socialismo, para poder encontrar nuestro propio camino, propuesta que sólo el pueblo organizado en todos los sentidos y en una lucha prolongada podría marcar el sendero para la emancipación definitiva.
Contra la agresión imperialista
Por una alternativa revolucionaria y socialista,frente a la derecha reaccionaria
y al gobierno chavista
Respecto a la situación de Venezuela nos parece importante señalar los siguientes puntos
- En primer lugar corresponde condenar la injerencia del imperialismo en los asuntos internos del país. El derecho de la autodeterminación de los pueblos debe ser defendido activamente ante un nuevo caso de agresión imperialista, en este caso por parte del imperialismo hegemónico, es decir el imperialismo yanqui. Es deber de todos los pueblos manifestar activamente la solidaridad con el pueblo venezolano en estos momentos.
El interés imperialista en Venezuela se explica muy simplemente, el país posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo. Como si esto fuera poco ese país es uno de los únicos nueve países del mundo que poseen reservas comprobadas de coltán, un mineral estratégico usado en la elaboración de equipamiento electrónico de punta (GPS, celulares, computadoras, etc.).
Es interesante señalar en este aspecto que el principal productor mundial de este mineral es la República del Congo, país sumido por la intervención imperialista en una guerra civil sin fin, lo que permite a las empresas multinacionales su saqueo con absoluta impunidad. El Congo es un ejemplo de cómo el imperialismo usa, cuando le es conveniente, la herramienta de someter a un país en el caos de una guerra civil para facilitar el saqueo del mismo. Además de esto, Venezuela posee importantes reservas de hierro, oro, diamante y bauxita, entre otros minerales estratégicos
La contradicción entre el imperialismo yanqui y el chavismo se da a partir de que este último puso algunos límites a la participación de empresas multinacionales en la explotación petrolera, cosa que fuera aceptada por varias petroleras entre ellas la norteamericana Chevron, que mantiene una muy beneficiosa operatoria en el país, como asociada a PDVSA, pero que fueran rechazados por otra gigante como Exxon Mobil. Esta empresa es uno de los principales agentes que actúan sobre el gobierno norteamericano para presionar a Venezuela
Esta situación se agudiza cuando el gobierno chavista profundiza sus relaciones comerciales con otras potencias imperialistas, que buscan ampliar su presencia en sectores claves de la producción latinoamericana, como son Rusia Y China
La asociación de PDVSA con capitales imperialistas rusos y chinos, así como la presencia muy importante de capitales de esos países, junto con algunos norteamericanos también por supuesto, en el comienzo de la explotación a gran escala y depredadora del Arco Minero del Orinoco, donde se encuentran los principales yacimientos de los minerales estratégicos que señalábamos al principio, constituyen otros puntos álgidos que señalan la pérdida del control absoluto de la producción estratégica de este país por parte de los capitales norteamericanos
Es decir, que la presión yanqui sobre Venezuela no solo responde a la búsqueda de instalar un gobierno que le asegure el control hegemónico de los recursos del país, sino que por sobre todo para los imperialistas norteamericanos es estratégico recuperar ese control desplazando a los capitales de las potencias imperialistas rivales, Rusia y China
Un hecho que señala lo importante de la situación para Estados unidos se dio a principios de año cuando PDVSA vendió bonos de deuda a la empresa petrolera rusa Rosneft, cuya garantía era un paquete accionario de la filial de PDVSA en EEUU, CITGO. Esta última empresa controla una red de refinerías oleoductos y estaciones de servicio en el corazón mismo de Estados Unidos y la operación de PDVSA podría terminar en una toma de control de parte de un sector estratégico de la economía de ese país por parte de capitales de una potencia imperialista rival como lo es Rusia
Lo anterior pretende ilustrar la importancia estratégica que para Estados Unidos posee Venezuela, y el por qué de la escalada de su agresión contra dicho país. Agresión que estaba encabezada hasta hace pocos meses por la OEA y por los gobiernos más atados al control directo del imperialismo norteamericano en la región. Estos gobiernos y organismos internacionales constituyen la base de apoyo diplomática para la oposición de derecha en el interior del país
A su presión diplomática se suma una intensa campaña propagandística por todos los medios de comunicación buscando generar a nivel internacional una opinión pública favorable a dicha oposición de la derecha, al establecimiento de sanciones internacionales al país y a una eventual intervención militar.
En las últimas semanas, y usando especialmente como excusa la convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte del gobierno de Maduro, la presión internacional se redobla, acompañando el aumento del accionar de la oposición de derecha al gobierno, y es el gobierno de Trump en EEUU el que asume directamente la cabeza de la campaña internacional para desestabilizar el país
Esta situación solo puede agudizarse y ya el gobierno norteamericano se dispone a desconocer al gobierno de Maduro y a darle apoyo al establecimiento de un gobierno paralelo instaurado por la oposición de derecha
El imperialismo yanqui repite varios pasos de la receta que aplicara en casos anteriores en Libia y Siria por ejemplo, con los resultados ya conocidos por todos
- En segundo lugar rechazar el intento de los partidos políticos de la derecha, que buscan, en estrecha alianza con el imperialismo yanqui, profundizar la ya grave crisis económica, social y política que vive el país. El objetivo de estas fuerzas combinadas, la del imperialismo y la de los representantes políticos directos de la gran burguesía venezolana, es seguir el camino ya aplicado recientemente en países como Libia, o Siria, donde más que la toma inmediata del poder, se busca hundir al país en el caos y a partir de ahí, por un lado obtener cada vez mayores concesiones por parte del gobierno, y por otro lado acumular la fuerza para derrocarlo desde adentro o para preparar la intervención directa de las fuerzas imperialistas. En cualquier caso se busca implantar un nuevo gobierno, que responda totalmente a los intereses norteamericanos y sus aliados locales
- En tercer lugar señalar que ni el gobierno de Maduro ni el gobierno de Chávez constituyeron procesos socialistas. El chavismo se caracterizó por la realización de una serie de programas sociales que significaron una mejora objetiva en las condiciones de vida de las masas explotadas del país. Sin embargo, el chavismo nunca se planteo la expropiación de la burguesía y no constituyó jamás una experiencia de gobierno de trabajadores, una experiencia de dictadura del proletariado
En Venezuela la burguesía nunca, aún, fue expropiada y la clase obrera nunca conquistó, aún, el poder del estado. Esta clarificación es fundamental para entender la situación actual y para poder generar una perspectiva real hacia la revolución socialista
El chavismo no fue nunca una vía al socialismo, sino que se trata de un proceso que ha tenido rasgos progresistas, y reformistas, pero que mantuvo inalterados los privilegios de la gran burguesía, y mediante una serie de mecanismos le permitió apropiarse de la parte del león de la enorme renta petrolera que obtuvo el país durante los años de bonanza de los precios del crudo
La clave de este negociado, en el que los altos funcionarios del chavismo, empezando por el propio Chávez y Maduro, por supuesto, son los principales responsables, está en el sistema de “control de cambio”.
El sistema es muy sencillo de entender. Mientras que el estado les cambia a los importadores el dólar a un valor determinado, supuestamente para que lo destinen a las importaciones, el dólar en el mercado cotiza decenas de veces más alto.
Con esta diferencia de precios, obviamente el negocio para los grandes capitalistas no está en importar productos para el consumo, sino que pasa por el desvío de este dinero para cambiarlo en el mercado paralelo. Esta y no otra es la base para entender el fenómeno del desabastecimiento que abruma a la población.
Esto es posible mediante toda una ingeniería de sobrefacturación, sobreprecio, precios artificiales de transferencia e importaciones simplemente inexistentes. Todo lo cual no se puede hacer, por supuesto, sin el total conocimiento y complicidad del gobierno.
Así, por ejemplo la importación de carnes pasó de 10 millones de dólares anuales en 2003, inicio del control de cambio, a más de 1 700 millones de dólares en 2013, lo que implica un aumento del 17 mil por ciento. En el mismo periodo el consumo nacional promedio de carne disminuyó en 22 por ciento. Otro ejemplo, empresas farmacéuticas como Pfizer, Merck y P&G, encabezan la lista de las máximas beneficiadas por la entrega de divisas preferenciales que realiza el gobierno al empresariado.
Dichas empresas han multiplicado por 10 el costo de su importación total pero disminuida en 87 por ciento la cantidad de mercancías que traen. En 2003 por cada kilo de fármacos se pagaban 2 dólares, en 2014 se pagó por cada kilo de fármacos 86 dólares, es decir 40 veces más que en 2003. Esto son solo algunos ejemplos que ilustran una conclusión general:
el gran responsable del desabastecimiento en Venezuela es el propio gobierno chavista, que es quien apaña estos manejos que hacen los grandes capitalistas y con los cuales los jerarcas, empezando por la presidencia, engordan los bolsillos.
Esta masa de dinero es, a su vez fugada del país hacia los paraísos fiscales.
Las transferencias al extranjero por parte de capitalistas venezolanas, entre 2003 y 2014, fueron de 295 mil 341 millones de dólares.
El empresariado ha logrado más que triplicar su cantidad de divisas en el extranjero durante los gobiernos chavistas. (Un desarrollo exhaustivo del tema se encuentra por ejemplo en “Crítica a la economía del “socialismo del siglo XXI”: Apropiación privada de la renta petrolera, importaciones y fuga de capitales” Por: Manuel Sutherland. Disponible en https://www.aporrea.org/ideologia/a246420.html)
Por otro lado los gobiernos chavistas, si bien impusieron limitaciones al dominio del imperialismo norteamericano sobre el país, nunca rompieron completamente con el mismo, ya que la dependencia económica con el mismo se ha mantenido, y además se ha estimulado el saqueo de las riquezas del país por parte de capitales de otras potencias imperialistas, como los rusos y los chinos
En última instancia, hay que señalar un hecho esencial, este proceso chavista ha sido profundamente dañino a nivel ideológico para la conciencia de las masas explotadas, ya que ha tomado conceptos tan importantes como los de revolución y socialismo y les ha dado un contenido totalmente deformado, caricaturizado.
Ha presentado a las masas la revolución socialista como un conjunto de reformas, que se pueden hacer sin tocar la esencia de las relaciones de explotación capitalista, sin expropiar a la burguesía, sin la toma del poder político por parte de los explotados, sin la dictadura del proletariado. Desde este punto de vista la influencia chavista, no solo a nivel venezolano, sino a nivel internacional, ha sido nefasta para el avance de las ideas revolucionarias, socialistas.
- En cuarto lugar debemos negarnos a aceptar que las únicas opciones que existen para el pueblo venezolano son Maduro, y la oposición de derecha. Este es un viejo recurso, el de polarizar entre dos propuestas que en esencia siguen planteando el mantenimiento de las relaciones de explotación capitalistas, y presentarlas al pueblo como las únicas alternativas posibles. Es así que en Argentina se busca presentar la polarización entre el kirchnerismo y el macrismo como la única alternativa real, o en Brasil, la disputa entre Lula y la derecha tradicional; se busca que la clase obrera no vea ninguna otra salida más que estas, que representan simplemente formas distintas de un mismo contenido, que es el mantenimiento de la dominación capitalista
Sin dudas que la situación venezolana es un caso extremo de esto ya que la confrontación entre los sectores políticos de la oposición de derecha y el gobierno, llega a la forma extrema del uso de las armas, y en ese país se da la injerencia cada vez mayor del imperialismo, que ya reseñábamos, pero, sin embargo, la esencia de la situación es la misma, se trata de dos alternativas de las cuales ninguna representa una perspectiva de avance real hacia la liberación de los explotados del yugo capitalista.
La convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte del gobierno de Maduro, debe entenderse en ese contexto.
El gobierno de Maduro no convoca la Constituyente para cambiar radicalmente las estructuras de la sociedad venezolana, sino que lo hace buscando reforzar su posicionamiento político luego del enorme retroceso electoral que ha tenido su partido.
No está en cuestión en esta convocatoria el carácter de clase del estado venezolano, por la sencilla razón de que no está en cuestión la finalidad última del mismo, que es la de proteger la propiedad privada de los bienes de producción que están en manos de un puñado de capitalistas.
No está en cuestión la esencia de los problemas económicos de Venezuela, porque la misma radica precisamente en el control por parte de ese puñado de capitalistas, de los principales resortes de la economía, el comercio exterior, la banca, las grandes redes de distribución comercial, y porque no está en cuestión el mecanismo de transferencia de la renta petrolera a esos grandes capitalistas.
Si el gobierno quisiera enfrentar a fondo la crisis económica, la injerencia imperialista y el crecimiento de las fuerzas de la derecha tradicional se debería empezar con decretar la expropiación de todos los grandes capitalistas, de estatizar todo el comercio exterior, pasando a control estatal todas las importaciones, acabando con la transferencia de la renta petrolera a la gran burguesía, nacionalizando y estatizando también la banca y todas las grandes redes de distribución comercial
Nada de esto está planteado, ni lo estará, porque, por supuesto, va en contra de los intereses, no solo de la gran burguesía y el imperialismo, sino de la propia burocracia chavista, que se sigue enriqueciendo mediante su complicidad con ellos
Por el contrario, y como decíamos al principio, la Constituyente está planteada exclusivamente en términos de reafirmar este proceso chavista, lo que implica, en primera instancia, desviar el foco de las fuerzas populares de los temas políticos centrales, los problemas relacionados a la propiedad de los bienes de producción y el carácter de clase del estado, que la crisis económica y política ponen en primerísimo orden; y, por otra parte, darle a Maduro el respaldo político que en el marco de las actuales formas institucionales de gobierno, previstas por la actual constitución, ha perdido.
La instalación de la Asamblea Constituyente, estará muy lejos de lograr traer paz y estabilidad al país, como ha prometido Maduro, por el contrario, no solo no hay perspectivas de que de la misma se puedan generar soluciones a la crisis económica que acosa al país, sino que además, la derecha y el imperialismo no la reconocerán, por lo cual la crisis política se continuará agravando
Es por eso que el problema central que plantea la situación política venezolana es el de cómo desarrollar, en el marco de la crisis económica, social y política que vive el país, una alternativa política revolucionaria por el socialismo, que permita superar el enorme atraso ideológico que ha significado la influencia del chavismo para las masas explotadas, no solo de Venezuela sino en toda la región y el resto de los países explotados, que permita a la clase trabajadora y al pueblo explotado enfrentar la agresión imperialista y el avance de la derecha fascista, pero sin quedar como furgón de cola del gobierno, jugando el papel de carne de cañón para permitirle a una estructura totalmente burocratizada mantener los privilegios que la administración del estado capitalista le da.
Para todo esto el problema esencial es cómo construir organización revolucionaria, como desarrollar el poder popular y esto solo se puede hacer a partir de un programa propio, un programa que plantee la expropiación de la burguesía, el rompimiento con la dominación y saqueo de toda potencia imperialista, el control estatal del comercio exterior y la banca, y a partir de ahí, si se pueden asegurar no solo las mejoras sociales que se obtuvieron en los años de auge del precio del petróleo, sino también terminar definitivamente con la toda la miseria y la pobreza a la que somete al pueblo la explotación capitalista, todo lo cual solo es posible a partir de un gobierno de trabajadores, a partir de la dictadura del proletariado
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO ORIENTAL
- postaporteñ@ 1804 - 2017-08-05
Ecuador : LA TORMENTA IMPERFECTA
Por Pablo Ospina* 2/08/17
lalineadefuego.info
Tres cadenas de acontecimientos marcaron con su sello inconfundible los dos primeros meses del gobierno de Lenín Moreno. Todas ellas están, por supuesto, estrechamente interconectadas. Este informe propone una interpretación de sus relaciones e interconexiones.
La primera es el conjunto de caudalosas y explosivas denuncias de corrupción en la adjudicación de obras de infraestructura durante el decenio pasado, las más importantes de las cuales apuntan a minar el prestigio y la posición del vicepresidente reelecto, Jorge Glas Espinel.
La segunda es el conjunto de tormentosas y encendidas controversias públicas entre Rafael Correa y el nuevo presidente de la República, Lenín Moreno, principales dirigentes de Alianza País, disputas abiertas bastante inusuales en el pasado. La tercera es el llamado al diálogo, la concertación y el consenso, como la marca de un publicitado “nuevo estilo” de gobierno, luego de años de un presidente empeñado en promover la confrontación y la polarización tanto a su izquierda como a su derecha.
Rafael Correa llamó “tormenta perfecta” a la combinación de la caída de los precios del petróleo, la reducción de la disponibilidad de créditos internacionales y apreciación del dólar [1].
Su intención era dejar sentado que la crisis económica (a la que se negó siempre a llamar con ese nombre) iniciada en 2014 era una turbulencia proveniente de choques externos en las que su gobierno no tenía responsabilidad. Lo cierto es que desde 2014, e incluso desde antes, las cifras de reducción de pobreza y desigualdad habían empezado a estancarse e incluso a involucionar[2]
El gobierno rechazó que se dijera que las mejoras en esos indicadores sociales entre 2007 y 2013 se debían a circunstancias internacionales favorables que empezaron antes de la revolución ciudadana, desde el año 2002, y que mejoras similares han ocurrido en otros países latinoamericanos, independientemente de si tenían o no gobiernos progresistas[3]
Pero ahora que empezaron a desmejorar conforme la situación internacional empeora, el argumento de causas internas se debilita más: si los factores internacionales eran menos importantes, el ritmo hubiera podido disminuir pero alguna mejora debió mantenerse.
Aunque los dos primeros meses del nuevo gobierno son tormentosos, la turbulencia carece de “perfección”. Junto a las tribulaciones de las divisiones internas y el vendaval de las denuncias de corrupción destaca un llamado al diálogo y la concertación nacional que simula un remanso de calma y tranquilidad en medio de aguas agitadas.
Lenín Moreno creó un consejo consultivo en asuntos tributarios donde convocó a los más destacados representantes del empresariado nacional, muchos de los cuales han criticado el débil compromiso que el proyecto gubernamental de Alianza País ha mostrado con el libre mercado. Llamó a la integración de una comisión parcialmente independiente (hay en ella tres ministros y varias figuras cercanas al gobierno) de apoyo a la lucha contra la corrupción.
Se reunió con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y renovó un contrato de comodato del edificio que ocupa en Quito, un acuerdo que el gobierno anterior quiso terminar.
En estos dos meses, Moreno concedió indulto a seis dirigentes sentenciados por terrorismo y otros delitos contra la seguridad del Estado por participar en protestas y buscó un acuerdo con la Universidad Andina Simón Bolívar a la que el gobierno anterior negó la entrega de fondos públicos a las que tenía derecho desde mayo de 2016. Se reunió con los alcaldes opositores de Guayaquil, Cuenca y Quito y con casi todos los candidatos presidenciales contra los que compitió en las elecciones de febrero
Se reunió con los militares para asegurar que respeta y quiere fortalecer el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y que no desea más protección que la que ellos le puedan proporcionar, en referencia a dos conflictos recientes del gobierno anterior. Una actitud de apertura y diálogo que marca una distancia sensible con el estilo confrontador e intransigente de su antecesor, estilo que impuso a toda su administración.
¿Cuestión de formas? Lo cierto es que ese remanso de calma pareció desatar una tormenta.
Desde inicios de la campaña electoral, cualquier observador medianamente informado podía prever la futura ruptura entre el entonces candidato y el caudillo de la revolución ciudadana.
Pero nadie imaginó que sería tan rápida y fulminante. Los motivos de la crítica pública de Rafael Correa al gobierno de Lenín Moreno han sido asombrosamente ecuménicos: abarcan casi todo y cualquier cosa. Incluyen los anunciados cambios en algunos de sus proyectos más mimados, como la costosa “ciudad del conocimiento” en un valle semi-seco de los Andes del norte, con su centro en una proyectada universidad de élite, “Yachay-Tech”, y algunas decisiones totalmente alejadas de todo proyecto estratégico para el país como el desvío de unos fondos dedicados a un festival artístico en la ciudad de Loja, en los Andes del sur, para dedicarlos a la construcción de un camino. El ex -presidente hizo público su “desaire” por la decisión del nuevo presidente de prolongar el contrato de entrega del edificio a la CONAIE, que él había insistido en retirar con el argumento de que se dedicaba a actividades políticas; pero también criticó que el gobierno suspendiera, en razón de las protestas del gobierno peruano, la construcción de un muro y un parque en una ciudad costeña de la línea fronteriza.
Así, de modo paradójico, el mismo protagonista que impuso a su movimiento político la regla de evitar la discusión abierta de discrepancias internas, se volvió el principal adalid de una escalada de acusaciones públicas que terminaron en un cruce de insultos: Correa llamó “desleales” y “mediocres” a quienes buscaban diferenciarse de su gobierno; Moreno acusó de tener “actitudes ovejunas” a personas que no nombró y de tener “síndrome de abstinencia del poder” a su antecesor[4]
Cuando pronunció su encendido último discurso en el país, desde el aeropuerto, ante seguidores que fueron a despedirlo, entre los que se encontraban Jorge Glas (vicepresidente) y Gabriela Rivadeneira (secretaria ejecutiva del partido), sus seguidores cantaban el estribillo de “fuera Moreno, fuera”. Poco después, cuando Rafael Correa cruzaba el océano hacia su morada en Bélgica, en una reunión con el Frente Anticorrupción que había creado hace poco, el presidente Moreno criticó la “falta de mesura” en el gasto público y el estado en que encontró la caja fiscal.
Era una declaración pesada de implicaciones porque echaba tierra sobre todo el discurso gubernamental que durante la campaña electoral minimizó la crisis económica y habló constantemente de recuperación luego de la “tormenta perfecta” venida del exterior. El nuevo presidente dijo que la “mesa no estaba servida” ni lista para el banquete, en referencia a una declaración de su antecesor de que dejaba la casa en orden y solucionados los grandes apremios económicos que lo aquejaron durante los dos últimos años[5]
¿Cómo entender este vendaval de enfrentamientos públicos tan inusuales en la corta vida de Alianza País?
La corriente de fondo detrás de la ruptura es, por supuesto, que un movimiento político tan heterogéneo, nacido sin pasado y construido desde el gobierno, solo pudo preservar su aureola de unidad por la represión sistemática de las disidencias gracias a un liderazgo fuerte e intransigente.
Ahora, sin embargo, ese liderazgo intransigente está separado del manejo de los recursos del poder gubernamental. Las tendencias centrífugas (heterogénea composición política) y centrípetas (control vertical desde el centro) están ahora fatalmente disociadas.
La heterogénea diversidad política fue un problema que desplegó sus sombras sobre Alianza País desde su nacimiento, pero ahora se presentó mucho más rápido de lo esperado.
¿Qué cosas lo precipitaron? Lo primero a notar es que en el conflicto no han emergido discrepancias ideológicas. Por ejemplo, Rafael Correa no hizo ninguna crítica a las declaraciones del Ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, de que iniciará negociaciones para un acuerdo comercial con Estados Unidos (aunque rehusó llamarlo TLC)[6]
Tampoco mostró ninguna objeción pública al hecho de que Lenín Moreno nombrara como ministro de petróleos a un importante funcionario de la transnacional privada Halliburton, o Ministro de Turismo a un ex – ejecutivo de la compañía Decamerón, la transnacional de establecimientos hoteleros “todo incluido”. Lo más cercano a un posicionamiento ideológico en la trifulca pública concierne la educación superior.
Augusto Barrera, el nuevo Secretario de Ciencia y Tecnología no solo criticó sino que hizo demostraciones públicas de su disgusto por los gastos faraónicos del proyecto universitario de Yachay que hubieran podido servir para fortalecer las escuelas politécnicas existentes, e insinuó muy directamente que en el conflicto con la Universidad Andina, se usó la ley como “arma de persecución”[7]
En este campo el gobierno anterior apostó por presentarse como el gran reformador y modernizador que consideraba a la universidad como el eje de la nueva economía del conocimiento.
Más que cambios de fondo, porque en este campo no se han tomado todavía decisiones trascendentes, lo que parece indignar al caudillo es el ataque a la imagen simbólica de un gobierno visionario empeñado en proyectos costosos pero futuristas.
En realidad, los factores que precipitaron la borrasca política parecen de otra naturaleza. La primera crítica pública de Rafael Correa a su sucesor estuvo relacionada con la corrupción.
No le pareció apropiado que el presidente Moreno convocara a la creación de una “comisión ad hoc” para el combate a la corrupción cuando, en su opinión, la institucionalidad creada durante su gobierno era más que suficiente para enfrentarla.
Días antes de que se convirtiera en un conflicto abierto, su primera intervención pública como ex-presidente a través de redes sociales había sido un comentario sobre el operativo judicial y policial que detuvo a seis personas y allanó el domicilio del entonces Contralor General del Estado en funciones, Carlos Pólit, en el marco de las revelaciones internacionales del caso Odebrecht. El comentario alertaba que ese operativo no podía considerarse un éxito del nuevo gobierno sino del suyo[8]
Llegó a decir que varios implicados llevaban meses vigilados, lo que es un contrasentido porque, si lo estaban, no se explica que el operativo se realizara justo cuando Pólit estaba de viaje en Miami. Lo importante a retener de esta secuencia es que sirven como indicio de cómo empezó la escalada de acusaciones mutuas entre el presidente y el ex-presidente
La acusación más dura contra Moreno, fuera de insinuar que era desleal y mediocre, fue que pactaba con figuras del extinto Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), del ex presidente Abdalá Bucaram Ortiz (1996-1997), al que le habría entregado el manejo de las empresas eléctricas (Correa afirmó que era algo “confirmado”)[9].
Sobre todo, Rafael Correa no aceptaba que Moreno se reuniera con el ex-candidato presidencial, Abdalá Bucaram Pulley (hijo de Bucaram Ortiz), que era uno de los principales acusadores y enemigos de Jorge Glas, la figura política más prominente mencionada en los escándalos de corrupción y el blanco de los ataques de la oposición
La acusación de una alianza con el PRE es curiosa[10] pero la referencia a Jorge Glas sugiere el verdadero motivo de conflicto: que la defensa del vicepresidente no está siendo todo lo decidida y enérgica que el ex presidente Correa considera que debe ser.
En otras palabras, el eje central por el que pasa el conflicto político interno en Alianza País no es ideológico sino el de la protección de la figura de Glas, emblema político, encargado de las principales realizaciones en infraestructura y principal operador durante la segunda presidencia de Rafael Correa (fue el encargado, por ejemplo, de la reconstrucción de la provincia de Manabí luego del terremoto de abril de 2016)
El principal problema que Moreno enfrenta para hacer una defensa decidida e incondicional de Jorge Glas no es tanto una antipatía o incluso una posible pugna de liderazgo.
El problema reside en la debilidad política de su gobierno y cómo una campaña de protección desembozada puede debilitarlo más.
En efecto, cada nueva revelación de información proveniente de fuentes internacionales se convierte en un nuevo sobresalto. Los tres casos más importantes en que colaboradores cercanos a Glas se han visto involucrados, el de los sobornos de la empresa de supervisión de obras Caminosca, el de los sobreprecios en la construcción de la Refinería del Pacífico y el de las denuncias por las construcciones de obras en sectores estratégicos por parte de Odebrecht, usan todos información disponible en fuentes internacionales: un juicio y un arbitraje en Miami, los “papeles de Panamá” y las delaciones de Marcelo Odebrecht y sus secuaces en Estados Unidos y Brasil[11]
Esto no es casualidad. Es información cuya filtración el gobierno no puede controlar y a la que tanto la prensa como la oposición política pueden acceder por sus propios medios. Un ejemplo.
Las detenciones e informaciones sobre personas involucradas en el escándalo de sobornos de Odebrecht hasta ahora han incluido revelaciones sobre transferencias de menos de 15 millones de dólares, la mayoría de ellos a un tío de Jorge Glas, según información de la Fiscalía, por sus contactos con un alto funcionario del gobierno todavía no revelado[12]
Pero la información disponible al momento es que los sobornos pagados por Odebrecht alcanzaron los 33,5 millones de dólares mientras el Fiscal General de la Nación, Carlos Baca Mancheno, adelantó que seguramente superan esa cifra. En otras palabras, hemos atravesado menos de la mitad de la temporada de tempestades.
En esas circunstancias, la defensa de Jorge Glas reviste para Lenín Moreno una serie de dificultades objetivas. La estrategia de acercamiento a la oposición, de apertura al diálogo, de reuniones ecuménicas y de moderación del aparato de publicidad gubernamental, ha sido hasta ahora muy exitosa para un gobernante que ganó las elecciones muy estrechamente y necesitaba ampliar su base de apoyo[13]
Pero esa estrategia deberá acompañarse de acciones y no solo de anuncios. Moreno ha señalado que reformará la Ley de Comunicación, pero no ha señalado qué modificaciones hará. Sus colaboradores han dicho que flexibilizarán las modalidades de contratación de los trabajadores pero que no cederán ante la flexibilización laboral. Ha dicho que reformará la Ley de Plusvalía, que provocó manifestaciones hace dos años, pero no se sabe en qué términos.
El Ministro de Finanzas anunció que el gobierno asumirá parte de los costos de la seguridad social de las empresas exportadoras (algo que llamó “devaluación fiscal”), pero no ha dicho dónde recortará gastos para financiar ese subsidio. La estrategia de diálogo tiene fecha de caducidad y el tiempo juega en contra del gobierno: abre expectativas pero debe ser refrendada con acciones. Y cuando se tomen las decisiones, se cargarán las nubes de tormenta.
De todas las decisiones pendientes, la más compleja es cómo se financiará el gigantesco déficit fiscal estimado en el 7,5% del PIB en 2016 cuando no puede devaluar y debe cumplir con costosas ofertas de campaña como viviendas gratis, aumento del bono de la pobreza y entrega de un nuevo bono por jubilación a los mayores de 70 años[14]
La carta del endeudamiento agresivo, jugada por Rafael Correa como estrategia para retrasar el ajuste también parece estar llegando a sus límites objetivos: una reciente estimación sitúa la deuda total, incluyendo la que se oculta mediante subterfugios, en 59 mil millones de dólares[15]
Uno de los subterfugios más perversos para ocultar la deuda se revirtió en los primeros días del gobierno de Lenín Moreno en un confuso incidente que implicó la intervención policial en la sede de la Contraloría General de la Nación. Un informe firmado por el Contralor subrogante (hoy titular), Pablo Celi, el 29 de mayo de 2017, ordenaba que se debía restituir a las cuentas públicas los 2 mil 500 millones de dólares de deuda del Estado al fondo de salud de la seguridad social, una deuda que Rafael Correa había ordenado borrar de los balances con el argumento de que no había un reglamento para determinarla. Era el aporte estatal obligatorio para el pago de enfermedades catastróficas previsto en la ley[16]
El monto de la deuda es bastante elevado y de corto plazo, por lo que el pago de intereses y amortización se ha vuelto un problema fiscal mayor, pues su pago pasó de 4.935 millones de dólares en 2014 a 8.133 millones de dólares pagados en 2016, es decir, equivalentes al déficit fiscal de 2017 completo[17]. Y aquí reside el último componente del tormentoso conflicto entre Rafael Correa y Lenín Moreno.
Si la situación fiscal y económica obliga a medidas de ajuste y recorte fiscal, ¿cómo se pueden justificar esas medidas si el discurso oficial insiste en la recuperación, el manejo exitoso y creativo de las dificultades y se niega a llamarlo crisis? Es difícil imaginar que las discusiones sobre la situación de la caja fiscal no hayan sido parte de las conversaciones privadas de ambos dirigentes. De hecho, como vimos, Moreno criticó la “falta de mesura” de su predecesor en el manejo de las cuentas fiscales
El problema excede la simple voluntad de mantener buenas relaciones con el líder máximo. Un gobierno con una base social y electoral más débil, como el de Moreno, carente de los fondos públicos necesarios para alimentar la recomposición de una base social propia, ¿puede darse el lujo de mantener la polarización política y el enfrentamiento asfixiante con enemigos reales e inventados?
Tiene la angustiosa necesidad de un capital político para enfrentar la crisis y para enfrentarla no parece tener más opciones que enrostrar una parte de la responsabilidad por la situación al gobierno anterior. Una poderosa excusa para alimentar tempestades.
A menos, por supuesto, que el precio del petróleo y el resto de materias primas que el país exporta sufran una milagrosa recuperación, el dólar empiece a devaluarse y la deuda pueda seguir abultándose indefinidamente. Es decir, si vuelven las condiciones internacionales que hicieron posible el progresismo en toda su mítica ambivalencia.
* Los informes de coyuntura del CEP cuentan con el auspicio de Brot für die Welt – Evangelischer Entwicklungsdienst (Pan para el Mundo-Servicio Protestante para el Desarrollo), Berlín, Alemania.
[1] Rafael Correa: “Desplome de los precios del petróleo, siete puntos en pérdida de exportaciones con respecto al PIB, apreciación del dólar, desaceleración de China, colapso del mercado ruso, que es uno de nuestros principales mercados no petroleros”, en “El milagro ecuatoriano en tiempos de la tormenta perfecta”, En 10 años de revolución Ciudadana. La década ganada. 30 de noviembre de 2016, disponible en http://ladecadaganada.com.ec/milagro-ecuatoriano-tiempos-la-tormenta-perfecta/
[2] La reducción de pobreza por ingresos se estancó desde junio de 2011 y la desigualdad desde junio de 2012, cfr. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, 2016. Reporte de pobreza y desigualdad. Quito: INEC. Diciembre. Ecuador en cifras. Disponible en http://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/POBREZA/2016/Diciembre_2016/Reporte%20pobreza%20y%20desigualdad-dic16.pdf
[3] World Bank 2016. Taking on inequality. Poverty and shared prosperity 2016. Washington: World Bank.
[4] Todas estas acusaciones mutuas se hicieron sin referencias explícitas a sus respectivos acusados, pero sus implicaciones eran absolutamente claras.
[5] Juan Carlos Bolaños, “Moreno sobre situación económica del país: “no hay tal mesa servida””, En Expreso, 11 de julio de 2017, disponible en http://www.expreso.ec/actualidad/moreno-sobre-situacion-economica-del-pais-no-hay-tal-mesa-servida-JN1539748
[6] “Ministro Campana se reunión con embajador de EE.UU. en Quito”, En Vistazo, 1 de junio de 2017, Disponible en http://vistazo.com/seccion/pais-actualidad-nacional/actualidad-nacional/ministro-campana-se-reunio-con-embajador-de
[7] El conflicto por Yachay se saldó con la separación de cinco académicos que, según declaraciones del rector, le ahorrarían 2 millones de dólares anuales, y la renuncia del personaje encargado de la empresa pública a cargo del proyecto de la ciudad del conocimiento, Héctor Rodríguez. Cfr. “Augusto Barrera: ‘Yachay debe concentrar talento no burocracia´”, En El Comercio, 1 de julio de 2017, disponible en www.elcomercio.com/actualidad/augustobarrera-universidad-yachay-entrevista-educacionsuperior.html . Sobre las declaraciones respecto al uso de la ley como instrumento de persecución, cfr. Francisco Carrión Mena, “Nuevos aires en la Andina”, En El Comercio, Disponible en http://www.elcomercio.com/opinion/nuevosairesenlaandina-opinion-columna-columnista-franciscocarrionmena.html Ver también “Yachay ahorrará $ 2 millones con ajustes administrativos”, En El Telégrafo, 24 de junio de 2017, disponible en http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/4/yachay-ahorrara-usd-2-millones-con-ajustes-administrativos
[8] “Correa: “A diferencia del viejo país, no permitiremos que ningún caso de corrupción quede en la impunidad””. En El Telégrafo, 2 de junio de 2017, disponible en http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/13/correa-muchos-de-los-involucrados-en-el-caso-odebrecht-estaban-vigilados-desde-hace-semanas
[9] Jorge González, “Rafael Correa: ‘Está recontraconfirmado un pacto con Abdalá Bucaram’”, En El Comercio, 5 de julio de 2017, Disponible en www.elcomercio.com/actualidad/correa-pacto-bucaram-ecuador-lenin.html
[10] En realidad, muchos ex – funcionarios y coidearios del PRE estuvieron en el gobierno de Rafael Correa, tanto como en el de Moreno, como recordó Abdalá Bucaram Pulley en varias entrevistas. Cfr. “Abdalá Bucaram Pulley: ´No existe ningún tipo de pacto´ con Gobierno de Moreno”, en Ecuador Inmediato, 6 de julio de 2017, disponible en http://www.ecuadorinmediato.com/index.php?module=Noticias&func=news_user_view&id=2818822503
[11] Los escándalos públicos sobre corrupción que acaparan la atención nacional son esos tres casos precisamente porque la información viene del exterior. Pero los casos basados en información nacional, muchos de los cuales tienen investigaciones fiscales detenidas, superan los 60, cfr. Museo de la Corrupción, en Plan V, 2017, disponible en http://museocorrupcion.planv.com.ec . Ver un cómodo resumen del caso Odebrecht en Sofía Jarrín Hidalgo 2015. Influencia de la política exterior brasileña en el Ecuador: Caso Norberto Odebrecht. En G. Cerdas Vega, S. Jarrín Hildalgo, S. Molina, F. Rivasplata Cabrera, V. Torres. La crisis de Petrobras y las constructoras brasileñas en el escenario latinoamericano. Coalición regional por la transparencia y la participación. Boletín No. 1. Junio. La Paz: CEDLA. Algo mucho más detallado en “Historias de corrupción. Casos ordenados según el año de la primera denuncia o reportaje periodístico”, En Plan V, 2017, Disponible en http://museocorrupcion.planv.com.ec/images/Ampliacion-de-los-casos-planv.pdf
[12] Un buen resumen de las acusaciones sobre Ricardo Rivera, tío de Jorge Glas, en “Ricardo Rivera, mentor y socio de Jorge Glas, quien se le distancia”, En El Universo, 2 de julio de 2017, disponible en http://www.eluniverso.com/noticias/2017/07/02/nota/6258025/ricardo-rivera-mentor-socio-jorge-glas-quien-se-le-distancia
[13] La calificación positiva para Lenín Moreno alcanzó a inicios de julio, según la encuestadora Perfiles de Opinión, 85%, cfr. Perfiles de Opinión, “Calificación a la gestión del presidente Lenín Moreno”, 1 al 4 de julio de 2017, Disponible en http://www.perfilesdeopinion.com/images/pdf/presidente.pdf
[14] Wilma Salgado 2017. Situación de la economía ecuatoriana y desafíos del nuevo gobierno. En Ecuador Debate. No. 100. Quito: CAAP. Abril; Alberto Acosta y John Cajas 2017. “La deuda eterna” contrataca. Cómo el correísmo regresó al pasado. Quito, 24 de julio. Inédito, p. 2. El documento ha sido colgado en la página WEB de Attac en Aragón: http://www.aragon.attac.es/2017/07/27/ecuador-la-deuda-eterna-contrataca/
[15]Alberto Acosta y John Cajas 2017, op. cit., p. 18.
[16] “Correa critica informe de Contraloría sobre ‘deuda’ del Estado al IESS”, En El Telégrafo, 22 de junio de 2017, disponible en http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/economia/8/correa-critica-informe-de-contraloria-sobre-deuda-del-gobierno-al-iess
[17] Para referencia, el gasto de educación y salud en 2016 fue de 5.548 millones de dólares, cfr. Banco Central del Ecuador, Información Estadística Mensual, No. 1984, Quito: BCE, junio de 2017, cuadro 2.4.3. Disponible en https://contenido.bce.fin.ec/home1/estadisticas/bolmensual/IEMensual.jsp
Presidente de Ecuador arrebata funciones de vicepresidente a
Jorge Glas tras escándalo de corrupción
Las marcadas diferencias entre el actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y el exmandatario Rafael Correa, acarrean las primeras consecuencias tangibles: Moreno quitó todas las atribuciones al vicepresidente Jorge Glas.
A través de un decreto fechado de este jueves 3 de agosto, el actual mandatario le arrebató todas las funciones a Glas; apartando del Ejecutivo a quien se mantuvo como la “mano derecha” del gobierno anterior.
“Deróguese el Decreto Ejecutivo 9, suscrito el 24 de mayo del 2017, publicado en el Segundo Suplemento del Registro Oficial N. 16, de 16 de junio del 2017, retirándose así todas las funciones asignadas al Vicepresidente de la República”; cita el texto. De acuerdo con reportes nacionales e internacionales, Glas estaría vinculado a casos de corrupción. Las acusaciones en su contra se profundizaron tras la filtración de audios donde se menciona al vicepresidente por el escándalo de Odebrecht.
La tarde de este miércoles 2 de agosto, Glas había anunciado que no renunciaría a sus funciones como vicepresidente; aseveración que realizó a través de un comunicado.
Todo esto, luego de que Moreno dijera, en un acto con los prefectos del país, que tomaría decisiones sobre los casos de corrupción.
Rafael Correa ya había advertido sobre las intenciones de Moreno de supuestamente “destruir” a Glas
Fuentes: El Comercio; El Universo
Vicepresidente retirado
de su cargo por corrupción
reclama por avión presidencial
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, denunció que el presidente Lenín Moreno, lo desautorizó a usar el avión presidencial, tras quitarle todas sus atribuciones.
“Debo decir que responsabilizo de mi seguridad al presidente, Lenín Moreno, a su secretario, Eduardo Mangas, y también a las personas que por seguir órdenes me niegan el uso del transporte aéreo como vicepresidente”, dijo Glas.
Asimismo, Glas aseguró sentirse “aliviado”. “He tenido que presenciar por dos meses como comienza a desmontarse nuestra revolución, nuestros ideales, los principios y valores.
Soy leal a los principios de la Revolución Ciudadana, de un proyecto que es leyenda viva, que ha triunfado de manera consecutiva los últimos diez años y que con mucha tristeza, siendo parte del Gobierno, siendo elegido al igual que Moreno por el pueblo ecuatoriano tuve que presenciar el retorno de la vieja partidocracia”
Según indicó el vicepresidente, Moreno lo despojó de sus funciones por opinar. “Me han retirado todos los encargos del presidente de la república por opinar, por criticar, por denunciar, por decir la verdad”, dijo.“Me han quitado las funciones por pedido de Abdalá Bucaram, de Guillermo Lasso, de los grandes empresarios, de la Izquierda Democrática, por pedido de los opositores traicionando la voluntad popular que eligió un binomio”, añadió.
“Yo estoy defendiendo principios y valores, y estos son inclaudicables”, insistió y segundos antes de marcharse resaltó: “Yo soy vicepresidente electo, constitucional de la República y yo terminaré mi mandato”
Por su parte, el expresidente Rafael Correa también se manifestó con respecto a la decisión de Moreno: “El ‘diálogo’ solo ha sido para los que odian la Revolución”. “Adelante, Jorge. Tómalo como una condecoración”, escribió desde su cuenta oficial de Twitter.
El pasado miércoles 2 de agosto, el presidente del país retiró todas las funciones que se le habían entregado a Glas, a través del Decreto Ejecutivo Nº 100.Todo esto, luego de que Moreno dijera, en un acto con los prefectos del país, que tomaría decisiones sobre los casos de corrupción.
Es importante resaltar que de acuerdo con reportes nacionales e internacionales, Glas estaría vinculado a casos de corrupción.
Las acusaciones en su contra se profundizaron tras la filtración de audios donde se menciona al vicepresidente por el escándalo de Odebrecht.
Fuentes: La República; La Hora.
- postaporteñ@ 1804 - 2017-08-05
La Situación Política Y Las Tareas Del Proletariado
Andrés Nin
Junio de 1927 - Fuente: Marx Internet Archive
I - Los acontecimientos que se han desarrollado en España después del Congreso de constitución del POUM, celebrado en Barcelona el 29 de septiembre de 1935, han confirmado que la posición fundamental de nuestro partido, al afirmar que la lucha no estaba planteada entre la democracia burguesa y el fascismo, sino entre el fascismo y el socialismo, y al calificar de democrática socialista nuestra revolución, era completamente justa.
La experiencia de 1931-1935 había demostrado sobradamente la impotencia de la burguesía para resolver los problemas fundamentales de la revolución democrática burguesa y la necesidad de que la clase obrera se pusiera decididamente al frente del movimiento de emancipación para realizar la revolución democrática e iniciar la revolución socialista. La persistencia de las ilusiones democráticas y de la alianza orgánica con los partidos republicanos, había de conducir fatalmente al reforzamiento de las posiciones reaccionarias y, en un próximo porvenir, al triunfo del fascismo como única salida de un régimen capitalista incapaz de resolver sus contradicciones internas dentro del marco de las instituciones democráticas burguesas.
La lección de Asturias, donde el proletariado, al tomar decididamente la dirección del movimiento en octubre de 1934, asestó un golpe mortal a la reacción, y la de Cataluña, donde en los mismos días se evidenció una vez más la incapacidad y la inconsciencia de los partidos pequeño-burgueses, no fue debidamente aprovechada, como resultado de la ausencia de un gran partido revolucionario. Los partidos socialista y comunista, en vez de aprovechar la lección de Octubre impulsando la Alianza obrera, que tan espléndidos resultados había dado en Asturias, y canalizando todos los esfuerzos en el sentido de asegurar la hegemonía de la clase obrera, infeudaron nuevamente el proletariado, a través del Frente Popular, a los partidos republicanos burgueses, fracasados estrepitosamente en octubre y desaparecidos virtualmente de la escena política.
El período que precedió inmediatamente a las elecciones del 16 de febrero se caracteriza por la galvanización de los partidos republicanos, por obra y gracia de socialistas y comunistas oficiales, y por un cierto renacer de las ilusiones democráticas entre las masas, las cuales, sin embargo, parecen moverse más bien por el vehemente deseo de obtener la amnistía de los presos y condenados de octubre que por confianza en los partidos republicanos. Este deseo era tan unánime y el movimiento tan avasallador, que nuestro partido no tuvo más remedio que sumarse al mismo, pero conservando íntegramente su personalidad e independencia, y ejerciendo una crítica dura y despiadada de la política republicana. Esta táctica, que nos salvó del aislamiento, nos permitió acercarnos a grandes masas, hasta entonces inasequibles para nosotros, entre las cuales difundimos nuestros principios.
La gestión de los republicanos de izquierda en el poder, después del 16 de febrero, fue la confirmación absoluta de nuestras previsiones. Desde el primer momento, se estableció un divorcio profundo entre el gobierno y el poderoso impulso de las masas, que obligaba a aquél a dictar el decreto de amnistía e iniciaba un vasto y profundo movimiento de huelgas. Desde abajo se reclamaba una actuación rápida y enérgica, una política de realizaciones revolucionarias y de medidas rigurosas contra la reacción, cada día más insolente. Desde arriba, se efectuaba una política de pasividad, de contemplaciones funestas; una política cuyo lema parecía ser el no variar nada, no asustar a nadie ni lesionar los intereses de las clases explotadoras. El resultado de esta política fue el levantamiento militar-fascista del 19 de julio de 1936. El estampido de los cañones y el crepitar de las ametralladoras aquella madrugada de julio, despertó de su sueño a los trabajadores que mantenían aún ilusiones democráticas. La victoria electoral del 16 de febrero no había zanjado el problema planteado en nuestro país. La reacción fascista recurría a argumentos más contundentes que la papeleta electoral. Valiéndose de la situación privilegiada que el propio gobierno de la República le había concedido al mantenerla en los puestos estratégicos más importantes, la inmensa mayoría de la oficialidad del ejército, al servicio de las clases reaccionarias, desencadenaba la guerra civil
II - El levantamiento militar-fascista provoca una formidable reacción en la clase trabajadora, que se lanza resueltamente al combate y, a pesar de la pasividad, en unos casos, y de la traición, en otros, de los partidos republicanos, cuyos representantes oficiales se niegan a entregar las armas a los trabajadores, aplasta la insurrección en los centros industriales más importantes del país
Esta intervención resuelta de los trabajadores tiene consecuencias políticas inmensas. Los órganos del poder burgués quedan, en realidad, deshechos. Se crean comités revolucionarios por doquier. El ejército permanente se derrumba, y es remplazado por las milicias. Los obreros toman posesión de las fábricas. Los campesinos se apoderan de las tierras. Conventos e iglesias son destruidos por el fuego purificador de la revolución. En pocas horas, o a lo sumo en pocos días, los obreros y campesinos resuelven, por la acción directa revolucionaria, los problemas que la burguesía republicana no ha podido resolver en cinco años – es decir, los problemas de la revolución democrática – e inician la revolución socialista por medio de la expropiación de la burguesía.
Durante un cierto período, los órganos del poder burgués no son más que una sombra.
El poder real lo ejercen los comités revolucionarios, que forman una tupida red en todas las regiones no ocupadas por los facciosos.
Sin embargo, en este primer período el impulso revolucionario es mucho más vigoroso en Cataluña que en España. Cataluña va, indudablemente, a la cabeza de la revolución, porque gracias a la influencia del POUM, de la CNT y de la FAI, que no se incorporaron al Frente Popular, el oportunismo democrático republicano ha penetrado menos en la masa trabajadora.
La insurrección fascista, pues, destinada principalmente a ahogar el movimiento obrero revolucionario, lo acelera vertiginosamente, dando a la lucha de clases una violencia inaudita, y planteando claramente el problema del poder: o fascismo o socialismo. Lo que se proponía ser una contrarrevolución preventiva se convierte en revolución proletaria, con todas las características distintivas de la misma: relajamiento del mecanismo estatal burgués, descomposición del ejército, de las fuerzas coactivas del Estado y de las instituciones judiciales, armamento de la clase trabajadora, que ataca y vulnera el derecho de propiedad privada; intervención directa de los campesinos que expropian a los terratenientes, y finalmente la convicción, por parte de las clases explotadoras, de que su dominio ha terminado.
En las primeras semanas que siguen al 19 de julio, el convencimiento de que el pasado no puede volver, de que la República democrática está superada, es general. Y el impulso de la revolución es tan poderoso que los propios partidos de la pequeña burguesía proclaman la caducidad del régimen capitalista y la necesidad de emprender la transformación socialista de la sociedad española.
La única salida inmediata de la situación era coordinar el empuje de las masas a instituir un poder vigoroso, basado en los organismos salidos de las entrañas de la revolución, como expresión directa de la voluntad de los que desempeñaban un papel predominante en la lucha contra el fascismo. Ese poder vigoroso no podía ser otro que un gobierno obrero y campesino. Esta posición, sostenida por el POUM desde el momento en que el carácter de la lucha apareció con claridad, tropezó con la oposición de todos los partidos del Frente Popular, y en primer lugar del Partido Comunista, y con la indecisión de la CNT, cuya ideología anarquista le impedía darse cuenta de la importancia fundamental y decisiva del problema del poder.
Entre tanto, con ayuda de una campaña tenaz y sistemática, iban abriéndose paso dos concepciones de consecuencias funestas para el desarrollo victorioso de la lucha de la clase obrera. La primera de estas concepciones se expresaba en los términos:”Primero ganar la guerra, después se hará la revolución”. De acuerdo con la segunda, consecuencia directa de la primera, en la guerra actual los obreros y campesinos luchan por el mantenimiento de la república democrática parlamentaria, y por tanto no se puede hablar de revolución proletaria. Más tarde, esta concepción tuvo una derivación insospechada: la de que la dramática contienda que ensangrienta y arruina al país, es “una guerra por la independencia nacional y la defensa de la patria”
Nuestro partido adopta desde el primer momento una actitud de oposición decidida frente a estas concepciones contrarrevolucionarias
III - La fórmula “primero ganar la guerra, después de hacer la revolución”, es fundamentalmente falsa. En la contienda que se desarrolla actualmente en España, guerra y revolución son, no sólo dos términos inseparables, sino sinónimos. La guerra civil, estado más o menos prolongado del conflicto directo entre dos o más clases de la sociedad, es una de las manifestaciones, la más aguda, de la lucha entre el proletariado, por una parte, y por otra la gran burguesía y los terratenientes, que atemorizados por el avance revolucionario del proletariado, intentan instituir un régimen de dictadura sangrienta, que consolide sus privilegios de clase.
La lucha en los frentes de batalla no es más que una prolongación de la lucha en la retaguardia. La guerra es una forma de la política. Esta política es la que guía la guerra en todos los casos. Los ejércitos defienden siempre los intereses de una clase determinada. Se trata de saber si los obreros y campesinos de los frentes se baten por el orden burgués o por una sociedad socialista. Guerra y revolución son tan inseparables en el momento actual en España como la eran en Francia en el siglo XVIII y en Rusia en 1917-1920. ¿Cómo podemos separar la guerra de la revolución, cuando la guerra no es más que la culminación violenta del proceso revolucionario que se está desarrollando en nuestro país desde el año 1930 acá?
En realidad, la fórmula:”primero ganar la guerra [...]” encubre el propósito efectivo de frustrar la revolución. Las revoluciones hay que hacerlas cuando existen circunstancias favorables para ello, y estas circunstancias la historia nos las ofrece excepcionalmente. Si no se aprovechan los momentos de máxima tensión revolucionaria, el enemigo de clase va reconquistando posiciones y acaba por estrangular la revolución. La historia del siglo XIX y la más reciente de la posguerra (Alemania, Austria, Italia, China, etc.), nos ofrecen abundantes ejemplos en este sentido. Aplazar la revolución para después de ganada la guerra, equivale a dejar las manos libres a la burguesía para que, aprovechándose del descenso de la tensión revolucionaria, vaya restableciendo su mecanismo de opresión a fin de preparar, sistemática y progresivamente, la restauración del régimen capitalista.
La guerra – ya lo hemos dicho – es una forma de la política. El régimen político sirve siempre a una clase determinada, de la cual es la expresión y el instrumento. Mientras dure la guerra hay que hacer una política: ¿al servicio de quién?, ¿de qué intereses de clase? Toda la cuestión radica aquí. Y la garantía de una victoria rápida y segura en los frentes estriba en una política revolucionaria firme en la retaguardia, capaz de inspirar a los combatientes el brío y la confianza indispensables para la lucha; capaz también de impulsar la solidaridad revolucionaria del proletariado internacional, la única con que podemos contar, de crear una sólida industria de guerra, de reconstituir sobre bases socialistas la economía desquiciada por la guerra civil, de forjar un ejército eficiente al servicio de la causa proletaria, que es la de la humanidad civilizada. El instrumento de esta política revolucionaria no puede ser más que un gobierno obrero y campesino
IV - Como en Rusia en 1917, en toda Europa después de la guerra imperialista, el obstáculo más considerable que se opone al avance victorioso de la revolución proletaria es el reformismo, agente de la burguesía en el movimiento obrero. Pero se da el caso paradójico de que, en nuestro país, el exponente más característico del reformismo castrador sea precisamente el Partido Comunista de España, y su filial el Partido Socialista Unificado de Cataluña, afiliados a una internacional, la Internacional Comunista, surgida como consecuencia de la ruptura ideológica y orgánica con el reformismo.
Prisionero de la burocracia soviética, que se 'ha vuelto de espaldas a la revolución proletaria internacional para cifrar todas sus esperanzas en los países “democráticos” y la Sociedad de Naciones, el comunismo oficial ha abandonado definitivamente la política revolucionaria de clase para orientarse hacia la alianza con los partidos burgueses democráticos (Frente Popular) y preparar psicológicamente a las masas para la próxima guerra mundial. De aquí la consigna:”Lucha por la independencia nacional”, que traducida al lenguaje de la política internacional significa:”sujeción de la España revolucionaria a los intereses del bloque imperialista franco-británico”, del cual forma parte asimismo la URSS.
Las consecuencias nefastas de esta política no han tardado en dejarse sentir: especulando con las dificultades de la guerra y las posibles complicaciones internacionales, el reformismo, apoyado eficazmente por los representantes de la burocracia estalinista, los cuales, a su vez, han especulado con la ayuda prestada por la URSS, ha logrado socavar sistemáticamente las conquistas revolucionarias, preparando el terreno a la contrarrevolución. Nuestra eliminación del gobierno de la Generalidad, las tentativas de formación de un ejército popular ”democrático”, ”neutral”, la supresión de las milicias de retaguardia y la reconstitución del orden público a base del restablecimiento del antiguo mecanismo, la censura periodística, son las etapas más importantes de este proceso contrarrevolucionario, que continuará inflexiblemente hasta el total aplastamiento del movimiento revolucionario si la clase trabajadora española no se decide a reaccionar, rápida y vigorosamente, reconquistando las posiciones logradas en las jornadas de julio e impulsando la revolución socialista hacia adelante.
En la situación presente, inequívocamente revolucionaria, la consigna “lucha por la república democrática parlamentaría” no puede servir más que los intereses de la contrarrevolución burguesa. Hoy más que nunca ”la palabra “democracia” no es más que una tapadera con la que se quiere impedir al pueblo revolucionario que se levante y acometa, libre, intrépidamente y por su cuenta, la edificación de la sociedad nueva” (Lenin). Como nos ha enseñado el marxismo revolucionario, la república democrática no es más que una forma enmascarada de la dictadura burguesa.
En el período de apogeo del capitalismo, cuando éste representaba un factor progresivo, la burguesía podía permitirse el lujo de conceder una serie de libertades “democráticas” – considerablemente limitadas, condicionadas, por el hecho de su dominación económica y política – a la clase trabajadora. Hoy, en la época del imperialismo, “última etapa del capitalismo”, la burguesía, para superar sus contradicciones internas, se ve precisada a recurrir a la instauración de regímenes de dictadura brutal (fascismo), que destruyen incluso las mezquinas libertades democráticas.
En estas circunstancias, el mundo se halla ante un dilema fatal: o socialismo o fascismo. Los regímenes “democráticos” han de ser forzosamente fugaces, inconsistentes, con la agravante de que al adormecer y desarmar a los trabajadores con sus ilusiones, preparan eficazmente el terreno para la reacción fascista.
Para justificar su monstruosa traición al marxismo revolucionario, los estalinistas arguyen que la república democrática que preconizan será una república democrática distinta de las demás, una república “popular”, de la que habrá desaparecido la base material del fascismo. Es decir, que dejan escandalosamente de lado la teoría marxista del Estado como instrumento de dominación de una clase para caer en la utopía del Estado democrático “por encima de las clases”, al servicio del pueblo, con objeto de mistificar a las masas y preparar la consolidación pura y simple del régimen burgués. Una república de la cual ha desaparecido la base material del fascismo, no puede ser más que una república socialista, por cuanto la base material del fascismo es el capitalismo
V - El antifascismo en abstracto, hábilmente manejado por los reformistas – que preparan política y psicológicamente las condiciones favorables para una intervención en la próxima guerra imperialista mundial, presentada como una contienda entre los países fascistas y los países democráticos – es el antídoto de la revolución proletaria, la expresión de la política de “unidad nacional”, a la cual el marxismo ha opuesto siempre la lucha de clases.
Si el dilema ante el cual la historia ha colocado al proletariado español es “fascismo o socialismo”, el problema fundamental de la hora presente es el problema del poder. Todos los demás – el de la organización militar, el de la industria de guerra, el de los abastos, el de la reconstrucción económica del país, el de la seguridad interior, etc. – están subordinados a ese problema fundamental, cuya solución depende de la clase en cuyas manos esté el poder.
¿Cuál es la actitud de los distintos sectores del movimiento obrero ante este problema?
El Partido Comunista, el Partido Socialista Obrero y el Partido Socialista Unificado de Cataluña preconizan la política del Frente popular, que presupone el ejercicio del poder por gobiernos ”antifascistas”, de coalición con la burguesía y con un programa democrático burgués.
La CNT y la FAI, se declaran resueltamente partidarias de la revolución social y, por tanto, adversarios acérrimos de la restauración de la república democrática; pero su tradición antiestatal y la propaganda sistemática a favor del comunismo libertario, realizada durante largos años, dificulta su evolución hacia la concepción del poder proletario.
Nuestra actitud frente a esos distintos sectores se halla determinada por el papel que desempeñan o pueden desempeñar en el curso del desarrollo de los acontecimientos actuales.
El Partido Comunista de España y el Partido Socialista Unificado de Cataluña, por su posición política presente, inspirada directamente por la Internacional Comunista, instrumento a su vez de la burocracia soviética, deben ser considerados como organizaciones ultra oportunistas y ultrarreformistas. Por su política de colaboración de clases, por su renuncia total a los principios ya la táctica fundamentales del marxismo revolucionario, por su auxilio declarado y activo a los planes de estrangulación de la revolución española, tramados por el capitalismo nacional e internacional, el Partido Comunista y el PSUC desempeñan el papel de agentes de la burguesía en el movimiento obrero, más peligrosos para la revolución que la propia burguesía, por cuanto la etiqueta marxista con que se adornan facilita su penetración en las filas proletarias.
Los intereses supremos de la revolución exigen una crítica constante e implacable de las posiciones políticas de dichos partidos, crítica que contribuirá eficazmente a acentuar la diferenciación en el seno de los mismos, atrayendo a las posiciones revolucionarias a los elementos proletarios. Los acontecimientos actuales han puesto de manifiesto la inconsistencia ideológica de la llamada ”izquierda” del Partido Socialista Español, cuya fraseología revolucionaria había hecho nacer tantas esperanzas entre una buena parte de la vanguardia de la clase trabajadora. De las tendencias que existían en vísperas del 19 de julio no queda virtualmente nada.
Entre las tendencias de “derecha”. ”Izquierda” y “centro” no hay ninguna diferencia fundamental; todas ellas están unidas por una denominación común, la política del Frente Popular, que las lleva a renunciar a las posiciones revolucionarias del proletariado para hacer el juego de la burguesía democrática. Pero en la base del partido se nota un profundo malestar, producido principalmente por las tentativas del estalinismo para absorber al partido – como lo ha conseguido ya con las juventudes – y someterlo a la política de la burocracia de la Tercera Internacional. Muchos de los viejos militantes asisten con dolor y con un sentimiento de protesta sorda a la obra de destrucción, sistemáticamente llevada a cabo, de la organización que con tanto esfuerzo levantaran, ya la introducción de métodos que repugnan a su conciencia socialista ya las tradiciones del partido.
Por otra parte, la política escandalosamente oportunista del Partido Comunista, caracterizada por una monstruosa deformación del marxismo, suscita viva y justificada inquietud entre los millones de trabajadores sinceramente revolucionarios que se han incorporado al PSOE, y que se dan cuenta, alarmados, de la labor de penetración que los estalinistas, valiéndose de todos los medios, realizan en sus filas.
La misión de nuestro partido debe consistir en ayudar a esos elementos a ver claro en la situación, tratando fraternalmente de guiarles por el buen camino, es decir, hacerles comprender la necesidad de una clara política de intransigencia proletaria, servida por un fuerte partido revolucionario.
Son deseables los acuerdos temporales con los elementos que, sin aceptar plenamente nuestras posiciones revolucionarias, están dispuestos a luchar contra la burocracia estalinista y sus métodos de corrupción.
La CNT y la FAI han coincidido con nosotros, desde el primer momento, en reconocer que la guerra y la revolución son inseparables, han coincidido asimismo con nosotros en la apreciación de algunos de los problemas fundamentales que se han planteado, tales como el del ejército, del orden público, etc. Pero las vacilaciones de las organizaciones mencionadas con respecto a la cuestión del poder, así como su posición estrictamente “sindical”, que tiende a eliminar los partidos, lo que no obsta para que, al amparo de esta posición se establezca, a través de la UGT, una colaboración efectiva con socialistas y comunistas oficiales, ha hecho que esa coincidencia no diera los resultados fructíferos apetecidos.
El anarcosindicalismo ha rectificado notablemente sus posiciones anteriores, pero el peso de la tradición le ha impedido llevar esa rectificación hasta sus últimas consecuencias. Así, ha renunciado a su apoliticismo inveterado, entrando a participar en el gobierno de la república y en el de Cataluña, es decir, en gobiernos de colaboración con los partidos republicanos burgueses, sin atreverse a adoptar una actitud afirmativa, más fácilmente comprensible para las masas trabajadoras encuadradas en la CNT, con respecto a la formación de un gobierno obrero y campesino. Si la CNT y la FAI adoptaran esta actitud, el destino victorioso de nuestra revolución estaría garantizado. Sólo la conquista del poder permitiría la solución rápida y eficaz de todos los problemas que la revolución y la guerra han planteado
Sin renunciar a una labor tenaz y paciente encaminada a llevar a las masas confederales a esta posición, impuesta imperiosamente por la situación actual, debemos orientar todo nuestro esfuerzo en el sentido de estrechar las relaciones de nuestro partido con las organizaciones de la CNT y la FAI, nuestros aliados naturales en las circunstancias presentes. Las coincidencias importantísimas que ya se han manifestado y la necesidad de defender la revolución en peligro, imponen una alianza efectiva, que no presupone, ni mucho menos, la renuncia a la crítica recíproca, ni a la defensa de las posiciones respectivas
VI - El deber imperioso del momento, pues, es la conquista del poder por el proletariado, aliado con los campesinos, y la formación consiguiente de un gobierno obrero y campesino, único capaz de organizar, de acuerdo con las necesidades de la población y de la guerra, la economía desquiciada, y de establecer un orden revolucionario en el país.
Este gobierno, para que tenga toda su eficacia revolucionaria, no puede ser designado desde arriba, como resultado de combinaciones más o menos diplomáticas, ni surgir de un parlamento constituido según las normas democráticas burguesas.
Un gobierno formado por delegados de organizaciones obreras nombrados por los comités superiores de las mismas, representaría, indudablemente, un paso adelante con respecto a la situación actual, pero no sería el gobierno que las circunstancias exigen. Elegido en estas condiciones, seguramente no iría mucho más allá de las posiciones del Frente popular.
El gobierno obrero y campesino ha de ser la expresión directa de la voluntad revolucionaria de las masas obreras y campesinas del país, y por lo tanto no puede surgir del Parlamento del 16 de febrero, completamente superado por los acontecimientos, ni del que pudiera resultar de unas elecciones efectuadas a base del sufragio universal. El Parlamento burgués ha de ser disuelto, y en su lugar debe convocarse un congreso que siente las bases económicas, sociales y políticas de la España libre de la dominación capitalista, que se está forjando en los campos de batalla, y elija el gobierno obrero y campesino.
Esa asamblea no puede ser de tipo democrático burgués, es decir, no puede basarse en el derecho de representación para todas las clases, sino que ha de reflejar la nueva situación creada por la guerra civil y la revolución, concediendo todos los derechos a los que las sostienen con las armas en la mano o con el trabajo creador. En una palabra, el congreso debe estar formado por los delegados de los sindicatos obreros y campesinos, y de los combatientes.
Esos mismos órganos deben constituir la base de la transformación de todo el mecanismo del poder, empezando por los ayuntamientos,
Con las modificaciones de detalle que las circunstancias impongan.
La orientación que propugna el POUM puede resumirse en estas dos consignas fundamentales: a) conquista del poder por la clase obrera; b) instauración de un régimen socialista.
En la etapa actual de la revolución, la conquista del poder por el proletariado no presupone forzosamente la insurrección armada. Las posiciones que, a pesar del retroceso sufrido por la revolución, sigue manteniendo la clase trabajadora, el peso específico de la misma y de sus organizaciones, y sobre todo el hecho de que siga teniendo una gran parte de las armas en sus manos, permiten la conquista pacífica del poder. Basta para ello que el proletariado recobre la confianza en su fuerza y se decida a afirmar intransigentemente su voluntad imponiéndola. De él depende enteramente que se restablezca la correlación de fuerzas del 19 de julio y que sepa utilizarla en beneficio propio, o, lo que es el mismo, de la revolución.
La conquista del poder por el proletariado significa la hegemonía absoluta de la clase trabajadora a fin de ahogar implacablemente toda tentativa contrarrevolucionaria y aplastar a la burguesía. Esta hegemonía de la clase no puede identificarse en ningún caso con la dictadura de un partido, sino que presupone la más amplia democracia obrera, el derecho de crítica más absoluto para todos los sectores proletarios, la participación de todos en la obra común. Sólo las clases explotadoras quedan privadas de todo derecho político. Cuando las clases hayan desaparecido completamente, los órganos de coacción resultarán superfluos y desaparecerá el Estado.
Al conquistar el poder, la clase obrera no se limitará a utilizar el antiguo mecanismo del Estado – como lo ha hecho la burguesía democrática – sino que lo destruirá de raíz. Con ayuda de los comités de obreros, campesinos y combatientes, transformará de abajo arriba todo el mecanismo gubernamental e instituirá un gobierno barato y verdaderamente democrático.
El gobierno barato será posible por la destrucción del viejo y costoso sistema burocrático, la supresión de los sueldos elevados, estableciendo como norma que nadie pueda percibir un sueldo superior al de un obrero calificado, el control vigilante y activo de las masas trabajadoras.
La verdadera democracia quedará garantizada por la participación efectiva de la inmensa mayoría del país en la administración de la cosa pública, la elegibilidad de todos los cargos y su revocación en cualquier momento. En fin, el gobierno obrero y campesino será el gobierno de la victoria militar, pues sólo un gobierno de esa naturaleza es capaz de crear la moral indispensable para el triunfo, organizar una sólida industria de guerra, nacionalizar los Bancos, acabar con la especulación, concentrar y movilizar todos los recursos económicos del país para la guerra.
VII - Uno de los argumentos a que recurren con mayor frecuencia los reformistas para justificar su política colaboracionista y contrarrevolucionaria, es la necesidad de mantener el bloque con los partidos pequeños burgueses, con el fin de asegurar el concurso de una masa importante de la población.
La pequeña burguesía constituye, en efecto, un factor de la mayor importancia en todos los países, y muy particularmente en los que, como el nuestro, se han incorporado con gran retraso al proceso capitalista. Pero por su carácter de clase intermedia, equidistante de la gran burguesía y del proletariado, por su dependencia económica, no puede desempeñar un papel independiente en la vida política. Vacilante e indecisa, se mueve siempre entre las dos clases fundamentales, haciendo, en definitiva, la política de la una o de la otra. Los partidos pequeño burgueses mantienen vivo el equívoco de una política independiente – ni burguesa, ni proletaria –, pero, en realidad, son siempre un instrumento en roanos del gran capital, y, por lo tanto, un instrumento contra los intereses de la pequeña burguesía, cuya representación ostentan. Su política conduce indefectiblemente a la consolidación de las posiciones económicas del gran capital, y por consiguiente a la asfixia efectiva de la pequeña burguesía. La alianza con los partidos pequeño burgueses no representa la alianza con la pequeña burguesía, sino contra ella.
La experiencia española, desde el 14 de abril acá, es muy elocuente a este respecto. La pequeña burguesía, y en primer lugar los campesinos, no ha visto satisfecha ninguna de sus reivindicaciones fundamentales. Todo lo conseguido lo debe a la acción independiente de la clase obrera
La pequeña burguesía, potencialmente, no es revolucionaria ni reaccionaria. Quiere un orden, sea el que fuere, pero un orden. Y este orden no lo puede establecer más que el proletariado o la burguesía.
Cuando la clase obrera actúa resueltamente, dando la sensación neta de su fuerza y de que sabe lo que quiere y adónde va, la pequeña burguesía queda neutralizada e incluso, en gran parte, sigue al proletariado, o para decirlo con más propiedad, es arrastrada por él. Pero si en el momento decisivo la clase obrera falla, la pequeña burguesía pierde la fe en ella, le vuelve la espalda y pone nuevamente los ojos en la gran burguesía. Si en aquel momento aparece un caudillo más o menos demagógico, no le será difícil aprovecharse del desencanto de las masas pequeño burguesas, para convertirlas en la base social de un movimiento (fascismo), destinado a aplastar a la clase trabajadora e instaurar un régimen de dictadura sangrienta del gran capital
La pequeña burguesía ha hecho la experiencia de la república democrática. Repetirla, equivale a preparar nuevos fracasos, a crear las premisas necesarias de una incorporación de las masas pequeño burguesas al campo reaccionario. Por el contrario, si la clase obrera aparece a los ojos de las masas populares del país como el verdadero guía de la revolución, como la única fuerza capaz de crear un régimen fuerte, un orden nuevo, la pequeña burguesía seguirá a aquélla como la siguió después de las jornadas gloriosas de julio
La política de atracción de la pequeña burguesía no consiste, pues, en contener el ritmo de la revolución, sino en acelerarlo. Cuando más audaz y decidido se muestra el proletariado, más seguro puede estar de la colaboración de la pequeña burguesía, o por lo menos de su neutralización.
VIII - La división de la clase obrera es, indudablemente, uno de los factores que se Oponen más poderosamente a que se cree entre las masas pequeño burguesas la sensación de fuerza invencible del proletariado. La unidad sindical – cuya ausencia, por otra parte, repercute desfavorablemente en la obra de organización socialista de la producción – constituiría un gran paso adelante en este sentido. Pero la burocracia reformista la sabotea sistemáticamente, por cuanto presiente que el movimiento sindical unificado le escaparía de las manos para pasar a las de los elementos revolucionarios. Impulsarla e imponerla constituye el deber ineludible de la clase trabajadora.
En el terreno político, deben surgir los órganos de unidad adecuados a las circunstancias. A fines de 1933 aparecieron las Alianzas obreras, destinadas a desempeñar en nuestro país el mismo papel que desempeñaran los soviets en la revolución rusa. Dichas Alianzas demostraron su magnífica eficacia revolucionaria durante la insurrección asturiana de octubre de 1934. Formada por todos los partidos y organizaciones obreras sin excepción, la Alianza obrera de Asturias demostró palmariamente al mundo los prodigios de heroísmo y de iniciativa de que es capaz el proletariado unido. Pero la política del Frente popular frustró aquellos espléndidos inicios, y nuevamente la clase trabajadora marchó a la zaga de los partidos republicanos.
Si las Alianzas obreras no hubiesen sido liquidadas por los paladines de la colaboración de clases, los acontecimientos habrían tomado un giro completamente distinto del que tomaron, y la hegemonía del proletariado habíase afirmado indiscutiblemente.
Resucitarlas hoy sería un error, por cuanto corresponden a una etapa ya superada. Los congresos de delegados de los sindicatos obreros y campesinos, y de los combatientes, son sustancialmente lo mismo que eran las Alianzas obreras en la etapa anterior. En ellos debe basarse el gobierno de la clase trabajadora, de ellos deben surgir los órganos del poder; ellos deben encarnar la unidad de acción de los trabajadores por encima de las diferencias que les separan en el terreno de la organización sindical y política. En ellos se basará la futura Unión Ibérica de Repúblicas Socialistas.
Ni la unidad sindical, ni las asambleas de delegados obreros, campesinos y combatientes, excluyen la posibilidad de la formación de alianzas entre los sectores de la clase obrera que coincidan en la concepción del momento y la actitud de la clase trabajadora. Al contrario, estas alianzas están claramente dictadas por la situación.
En el caso concreto de nuestra revolución, se impone la constitución de un Frente Obrero Revolucionario, formado por la CNT, la FAI y el POUM, organizaciones que coinciden en el reconocimiento de la necesidad de cerrar el paso al reformismo, evitar el retorno a la situación anterior al 19 de julio y de impulsar la revolución proletaria, llevándola hasta sus últimas consecuencias. Un programa de realizaciones claras y concretas – hoy perfectamente posible – debería ser la base del Frente Obrero Revolucionario, cuya formación determinaría, indiscutiblemente, un cambio fundamental en la correlación de fuerzas e imprimiría un poderoso empuje a la revolución.
IX - Uno de los argumentos predilectos empleados por 1os reformistas contra la revolución proletaria, es el de que sería fatalmente ahogada por los países capitalistas.
La clase trabajadora cometería un profundo error si no contase con la probabilidad de una intervención armada extranjera contra la revolución española. Pero si el proletariado no pudiera lanzarse a la lucha revolucionaria decisiva más que en el caso de estar seguro de que dicha intervención no iba a producirse, tendría que renunciar de antemano a toda esperanza de emancipación. Porque es evidente que el capitalismo internacional no podrá asistir pasivamente, por espíritu de conservación, a la victoria del proletariado en ningún país del mundo.
El peligro de la intervención existe, y si el factor decisivo fuera la superioridad técnico-militar, la derrota del proletariado podría considerarse como descontada. Pero hay un factor real infinitamente más eficaz: la fuerza expansiva de la revolución. Triunfante en España, tendría una repercusión inmediata en los demás países, y muy particularmente en Italia y Alemania, a cuyos regímenes fascistas asestaría un golpe mortal.
La revolución rusa fue la causa inmediata del hundimiento de los imperios centrales, hizo tambalear el régimen capitalista en toda Europa, y provocó un movimiento tan intenso de solidaridad proletaria internacional, que contribuyó poderosamente al fracaso de la intervención. Las consecuencias de la revolución española pueden ser no menos trascendentales. La victoria de la clase obrera de nuestro país modificaría inmediatamente, en favor del proletariado, la correlación de fuerzas en el mundo entero, dando un impulso decisivo a la revolución proletaria internacional.
FERNANDO MOYANO - postaporteñ@ 1804 - 2017-08-05
ARG | Aparición con vida YA! de Santiago Maldonado
Lunes 7 de agosto 17hs todos a Plaza Congreso
Desde el martes 1 de agosto se encuentra desaparecido Santiago Maldonado, luego de la brutal represión de gendarmería al interior del Lof en Resistencia de Cushamen (Chubut) por parte de más de cien efectivos de esa fuerza nacional de la que es responsable la Ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich. Santiago fue visto por última vez el martes pasado durante la represión de Gendarmería en la lof de Cushamen, en Esquel.
Cada vez más testigos confirman que el joven fue cercado por agentes de Gendarmería, golpeado y trasladado en una camioneta.
Santiago Maldonado fue desaparecido durante la brutal represión de las fuerzas federales que ingresaron ilegalmente en la lof de Cushamen en Chubut, predio recuperado por la comunidad mapuche, disparando balas de goma y destruyendo todo a su paso.
Cuando intentaba escapar de la represión, fue alcanzado por un grupo de gendarmes que primero lo redujo en el suelo y después lo subió a una camioneta blanca.
La desaparición de Santiago se da en el marco de una tremenda represión en la provincia de Chubut contra la comunidad mapuche que reclama su derecho a ocupar sus tierras ancestrales.
Desde comienzos de este año el Gobierno Provincial y el Gobierno Nacional han desplegado una cacería de brujas sobre el pueblo mapuche en defensa de los usurpadores de sus tierras como el empresario Benetton. Desde el Gobierno Nacional, el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, justificó la brutal represión y acusó de terroristas a los miembros de la comunidad y a quienes los apoyan
Desde el Encuentro Memoria Verdad y Justicia responsabilizamos al Gobierno Nacional y al Gobierno Provincial por la desaparición de Santiago Maldonado y exigimos su Aparición con vida YA!
Nos sumamos y convocamos a la concentración que se realizará el lunes 7 de agosto a las 17 hs en Plaza Congreso para exigir su aparición con vida
. Aparición con vida YA! de Santiago Maldonado
. Basta de persecución a los pueblos originarios
ENCUENTRO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario