Argentina / Santiago Maldonado y la democracia asesina
POR ·la Hoja Socialista 14/09/2017
El 1º de agosto, tras la brutal represión en la lof de Cushamen en Esquel (Chubut), la Gendarmería se llevaba a Santiago Maldonado. Desde entonces, su paradero es desconocido y recientemente, la causa tomó el estado de “desaparición forzada”. Contra esa decisión, se alzaron entonces las voces del gobierno, excusándose ridículamente de lo sucedido. El kirchnerismo, por su parte, pretende alimentarse del reclamo.
De cara a octubre, claro.
Vayamos a lo concreto. ¿Quién lo desapareció? Algunos dirán que fue la Gendarmería, otros dirán el gobierno. Sin embargo, ninguna de las dos respuestas logra explicar el asunto. A Santiago Maldonado lo desapareció el Estado capitalista.
El mismo Estado que desapareció a Jorge Julio López, que mató a Luciano Arruga, que reprimió y asesinó en múltiples ocasiones en protestas sociales y que carga sobre su espalda los más de 5000 casos de gatillo fácil desde 1983. Es el mismo Estado que desapareció, torturó y mató a nuestros compañeros en los ’70. Es el mismo Estado que pone palos en la rueda en todas las investigaciones como esta o la de López.
Es el mismo Estado que mantiene ocultos sus archivos secretos
Como ya sabemos, el Estado trasciende a los regímenes (dictadura, democracia) y a los distintos gobiernos. En ese sentido, su aparato represivo sobrevive a los cambios, aun con ciertas variaciones. De hecho, en la historia sobran ejemplos de represiones salvajes en democracia: los asesinatos durante el Argentinazo, los fusilamientos del Ejército bajo el gobierno de Yrigoyen en la Patagonia y Semana Trágica, la Masacre de Rincón Bomba en 1947, por instrucciones precisas del Poder Ejecutivo a cargo de Perón. Incluso hay que decir que el peronismo hizo escuela en el uso de la Gendarmería en las protestas sociales.
Ya luego de la dictadura, la burguesía debió adecuar la represión para los nuevos tiempos y mostrarse como un aparato enteramente legal.
Eso no significó, sin embargo, que en los hechos descartara formas ilegales (y brutales) de reprimir y encubrir sus actos. Hay numerosas muestras de que a la burguesía, en el fondo, el asunto de los “derechos” ciudadanos y las libertades democráticas le tiene sin cuidado, sobre todo cuando se trata de liquidar una lucha obrera o de tapar los “excesos” de su aparato estatal.
Allí entran a jugar represiones a cargo de patotas (como la que asesinó a Mariano Ferreyra en 2010), actos encubiertos de tortura y causas truchas (como la que armaron a los petroleros de Las Heras en 2006) o hasta el uso de sicarios.
De este modo, para exigir la aparición de Santiago Maldonado, tenemos que denunciar todos los crímenes y represiones del Estado. ¿Eso significa exculpar al gobierno de Macri en particular? No.
Todos los gobiernos son los conductores del Estado. Por ende, son responsables y tienen que pagar, con renuncias o con la cárcel. Pero si nos limitamos tan solo a denunciar al gobierno, caemos en la ficción K: “si cambia el gobierno, estas cosas no suceden”
El reclamo debe además denunciar al kirchnerismo, porque también son responsables. No solo porque hicieron cosas semejantes en el pasado que hoy prefieren olvidar, sino porque muchos de esos actos tienen su efecto en la actualidad. Pensemos en las leyes antiterroristas que le regalaron con moño a Macri para que ejerciera la represión a gusto. Pensemos en el reforzamiento de la Gendarmería, vía Berni, que fue entrenada, usada y probada en cada corte obrero.
Como se ve, no se puede estar con dios y con el diablo.
Si queremos quitarle el disfraz al Estado, no podemos dejarnos poner la mordaza K ni entregarle a Cristina la dirección de nuestra lucha. Debemos poner en pie un plan de lucha y una comisión independiente que ponga al Estado y sus personeros en el banquillo.
- postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
POSTALINAS
Prontuario de un Torturador
Eduardo Augusto Ferro Bizzozero, uruguayo
Nació en Montevideo el 10 de abril de 1947. Gran parte de su adolescencia y juventud transcurrió en la zona de El Prado. En 1964 ingresó al ejército como cadete en el arma de Ingenieros.
Tres años después realizó un curso en la Escuela de las Américas, ubicada en Panamá y dependiente del Ejército de los EE.UU. De los datos biográficos consignados en el libro “A todos ellos – Informe de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos”, surge que en 1967 Ferro egresó como alférez y en 1970 ascendió a teniente segundo.
En 1975, ya en dictadura, pasa a desempeñar “tareas” en el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (O.C.O.A.) y en el centro clandestino de detención y torturas ubicado en los fondos del Batallón Nº 13 de Montevideo, llamado “300 Carlos”.
Esta dependencia clandestina e ilegal funcionó antes en una casa ubicada frente a la rambla de Punta Gorda y allí también estuvo Ferro.
En el año 1977 operó en Argentina. En noviembre de 1978, otra vez en el marco del Plan Cóndor, participó del secuestro de dos militantes del PVP, Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez Díaz junto a los dos hijos de Lilián, de sus domicilios en la ciudad de Porto Alegre.
Esta familia se salvo de ser asesinada gracias a la movilización y denuncias internacionales realizadas por el abogado Jair Krischke y el Movimiento Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre. Esa denuncia derivó en el único juicio que finalizó con una condena en Brasil a los participantes de un operativo realizado en el marco del Plan Cóndor.
Pero Ferro demostró luego que su patología era grave. Durante un tiempo el secuestrador persiguió y acosó a Celiberti por todo Montevideo, pretendiendo mantener con ella una relación amorosa.
Harta de la situación la valiente mujer citó al militar en un bar y en presencia de muchas personas lo abofeteó reiteradamente provocando la huida del cobarde sujeto.
Luego fue jefe de operaciones de la Compañía de Contrainformación e integrante del Departamento III del Servicio de Inteligencia de Defensa (SID). Y después de la dictadura perfeccionó su currículo realizando cursos de paracaidismo (1986), de inteligencia en Alemania (1989); de seguridad electrónica (1991); de información ante problemática de drogas; y, ya en 1997, de buzo táctico militar.
Ferro reside en la parada 36 del barrio Pinares de Maldonado y se desplaza en una camioneta 4×4 Ford Ranger, gris metalizado, con vidrios polarizados y cuya matrícula es SAD-3871 – Uruguay, registrada en la Intendencia Municipal de Montevideo.
Suele acompañarlo un gran perro ovejero-alemán. Involucrado en los casos de: UNO DE LOS ASESINOS DE MARÍA CLAUDIA IRURETA DE GELMAN
Una investigación realizada en el año 2002 por el periodista Roger Rodríguez – publicada en el matutino La República – sobre las circunstancias en que fue asesinada María Claudia Irureta Goyena de Gelman, nuera del poeta argentino Juan Gelman, demostró que Ferro fue partícipe en el crimen de la joven argentina.
CONVOCATORIA MVD:
2ª COORDINACIÓN ABIERTA
A todos/as compañeros/as el próximo martes 19 nos convocamos a la 2ª coordinación para realizar actividades en el marco del 50 aniversario de la caída en combate del Comandante Ernesto Che Guevara.Recordamos que esta coordinación es abierta a organizaciones sociales, sindicales, políticas, militantes dispersos, etc.
La realizaremos en el local sindical de ADEOM – Canelones 1330 esquina Ejido – a las 18.30 horas.
Esperamos a todos/as
Militantes Guevaristas
Sobre la izquierda argentina
y los araucanos
Solo para mencionar un punto: dónde está esa revolución socialista triunfante?
De paso, para temas sobre desarrollo pre-capitalistas , atrevidamente le recomendamos remitirse - por ejemplo - al material de Mariátegui.
Muchas veces, la lectura calcada de los clásicos, una interpretación lineal, nos puede llevar a conceptos falsos, conclusiones erradas, creyendo seguir su orientación.
Respetuosamente, creo que el compañero incurre en tal error.
Por lo demás, igualmente me parece un aporte teórico positivo.
Un saludo sinceramente revolucionario, y a no olvidar que la revolución es materia viva, cambiante, contradictoria.
J.C.I.
- postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
Concentración Económica y Apologética Burguesa
Rolando Astarita
En una nota anterior (aquí) hemos presentado datos sobre la concentración del capital. Concentración que es la base de la creciente desigualdad de riquezas e ingresos.
Así, según Oxfam, las ocho personas más ricas del mundo acumulan una riqueza neta que asciende a 426.000 millones de dólares; equivale a la riqueza que posee la mitad más pobre de la humanidad, 3600 millones de personas.
De acuerdo al Credit Suisse, el 50% más pobre de la población mundial posee menos del 0,25% de la riqueza neta mundial.
Dice Oxfam: “…muchas personas afectadas por la pobreza en todo el mundo están experimentando la degradación de su principal fuente de riqueza –la tierra, los recursos naturales y sus hogares– a consecuencia de la inseguridad en la tenencia de la tierra, los acaparamientos de tierra, la erosión y fragmentación de la tierra, el cambio climático, los desalojos urbanos y los desplazamientos forzados. (…) La propiedad de la tierra en manos del quintil más pobre de la población se redujo en un 7,3% entre la década de los noventa y la de los 2000. (…)
Los ingresos del 10% más pobre de la población se incrementaron en 65 dólares entre 1988 y 2011, lo cual equivale a menos de 3 dólares adicionales al año, mientras que los ingresos del 1% más rico aumentaron 182 veces más, 11.800 dólares
La investigación de Oxfam ha revelado que, en los últimos 25 años, el 1% más rico de la población ha obtenido más ingresos que el 50% más pobre en conjunto, y que casi la mitad (el 46%) del aumento total de los ingresos ha ido a parar al 10% más rico de la población. 80 Se trata de un dato importante, ya que el 10% más pobre de la población mundial sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza establecido en 1,90 dólares al día”
(https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/bp-economy-for-99-percent-160117-es.pdf).
En la nota anterior también señalamos que hay más de 200 millones de desocupados y que 1400 millones de trabajadores tienen empleos precarios y sin acceso a la seguridad social.
Estos datos contradicen entonces el discurso que afirma que el capitalismo es sinónimo de igualdad, fraternidad, libertad y de gobiernos representativos del pueblo. La realidad es que el capitalismo engendra desigualdad, antagonismo social y gobiernos favorables al capital –en primer lugar, al capital más concentrado.
La acumulación de riqueza en un polo tiene como contrapartida la falta de libertad, la alienación, la deshumanización, la miseria y pauperización de miles de millones. Lo importante es entender por qué estos males son sistémicos
La esfera del mercado
El punto de partida del análisis es la compra y venta de la fuerza de trabajo, entendida esta última como el conjunto de las facultades físicas y mentales que el ser humano pone en movimiento cuando trabaja.
En el mercado de trabajo por un lado está el poseedor de dinero, por el otro el propietario de la fuerza de trabajo. Son dos personas jurídicamente libres.
Es la primera condición para que haya intercambio y el propietario del dinero pueda adquirir la fuerza de trabajo. Y la segunda condición es que el propietario de la fuerza de trabajo no disponga de los medios para producir y esté obligado a vender su fuerza de trabajo, so pena de morirse de hambre.
La ideología burguesa, naturalmente, pone el acento en la primera condición, a saber, que el poseedor de la fuerza de trabajo es propietario libre de la misma. Y pasa por alto que el propietario de la fuerza de trabajo no tiene el poder de negarse a venderla, si quiere seguir viviendo.
En cualquier caso, en este acto de compra-venta se intercambian equivalentes: el trabajador vende su mercancía por su valor (determinado por el valor de los medios de consumo necesarios para reproducir la fuerza de trabajo y a su familia) y el capitalista adquiere el derecho a disponer de ella durante el tiempo que dure la producción.
Por eso Marx dice que la circulación es “un verdadero Edén de los derechos humanos innatos” (véase cap. 4 t. 1 El Capital). Es el reino de la libertad, la igualdad, la propiedad, y también del utilitarismo. Libertad porque el comprador y el vendedor de la fuerza de trabajo solo actúan por su libre voluntad, como personas libres, jurídicamente iguales. Igualdad porque solo se relacionan entre sí como poseedores de mercancías, e intercambian equivalentes.
Propiedad porque cada uno dispone lo suyo. Y utilitarismo (Bentham) porque cada uno se ocupa de sí mismo, y actúa guiado por su interés egoísta. El hecho de que la transacción aparezca como un intercambio de propietarios libres es la base del discurso apologético burgués.
De la circulación a la producción
Como señalamos en el apartado anterior, el valor de la fuerza de trabajo está determinado por el valor de la canasta de subsistencia. Sin embargo, su valor de uso es el acto mismo de trabajar.
Y el capitalista solo contrata al obrero con la condición de que trabaje más allá del tiempo que le insume generar el equivalente al valor de la fuerza de trabajo.
Ese exceso, o plus es, lógicamente, la plusvalía.
Así, mientras que en el acto de compra-venta de la fuerza de trabajo se intercambian equivalentes, en el proceso de producción reina el intercambio de no equivalentes. Por eso, el paso desde la circulación a la producción es el paso desde la esfera de los derechos y la libertad formales, a la esfera de lo desigual, caracterizada por la explotación.
Aquí ya no hay equivalencia, sino apropiación de trabajo impago por parte del capitalista.
Es el ámbito del poder del capital sobre el trabajo, el lugar donde el obrero está obligado, si quiere conservar su empleo, a entregar más trabajo del que está contenido en el valor de su salario. De aquí la contradicción entre la forma y el contenido, entre la exaltación burguesa de la igualdad y la fraternidad (las formas de aparición), y la realidad de la desigualdad y la explotación (el contenido social profundo).
Se agudiza la contradicción
Pero la contradicción entre la forma aparencial y el contenido se hace más aguda cuando se tiene en cuenta la reproducción ampliada del capital.
Es que la plusvalía producida por el obrero A sirve para contratar al obrero B, quien a su vez genera más plusvalía. Así, constantemente el obrero reproduce su fuerza de trabajo, y al mismo tiempo reproduce el capital en escala ampliada.
Esto es, se reproduce en tanto fuerza de trabajo desprovista de medios de producción; y reproduce en escala creciente el capital que compra más fuerza de trabajo y más medios de producción. Por eso, el obrero “pertenece al capital aun antes de venderse al capitalista” (p. 711, t. 1, El Capital).
Es una “servidumbre económica” siempre renovada, encubierta por el intercambio de equivalentes (véase ibíd.). Con lo cual no queda nada del derecho al fruto del trabajo, supuesto fundamento de la propiedad burguesa. En palabras de Marx:
“La relación de intercambio entre el capitalista y el obrero, pues, se convierte en nada más que una apariencia correspondiente al proceso de circulación, en una mera forma que es extraña al contenido y no hace más que mistificarlo. La compra y venta constantes de la fuerza de trabajo es la forma.
El contenido consiste en que el capitalista cambia sin cesar una parte del trabajo ajeno ya objetivado, del que se apropia constantemente sin equivalente, por una cantidad cada vez mayor de trabajo vivo ajeno. Originariamente, el derecho de propiedad aparecía ante nosotros como si estuviera fundado en el trabajo propio. (…) La propiedad aparece ahora, de parte del capitalista, como el derecho a apropiarse del trabajo ajeno impago o se su producto; de parte del obrero, como la imposibilidad de apropiarse de su propio producto” (p. 721, t. 1, El Capital).
En definitiva, en el apartado anterior dijimos que el capital produce plusvalía; ahora, vemos cómo la plusvalía genera capital, y en escala creciente. Un resultado central del análisis marxista es que las fortunas de los capitalistas no se originan en su propio trabajo, sino en el trabajo no pagado a los explotados. Por eso Marx dice que la riqueza actual “se funda en el robo de tiempo de trabajo ajeno” (Grundrisse, p. 228, t. 2).
Apologética burguesa
A pesar de las dimensiones que ha alcanzado, el discurso apologético del capitalismo no puede dar cuenta de la polarización social creciente. No es casual que el fenómeno ni siquiera se menciona en los manuales ad usum de las carreras de Economics.
Los modelos de crecimiento económico neoclásicos ni rozan el asunto; tampoco los tratados de Macro o Microeconomía. En los extremos de la abstracción, encontramos los “modelos” del equilibrio general. Como botón de muestra, citemos el de Gerard Debreu (Premio Nobel), que supone una economía en la que todos los ciudadanos son propietarios por igual de todas las empresas (véase Teoría del valor. Un análisis axiomático del equilibrio económico).
El marxismo, en cambio, explica por qué la tendencia a la polarización está inscrita en la lógica del capital, y su razón última: la propiedad privada de los medios de producción.
Nunca se enfatizará lo suficiente que la base de la distribución del ingreso es la distribución de la propiedad de los medios de producción. Y a su vez, la distribución desigual del ingreso refuerza la distribución cada vez más desigual de la riqueza.
Poder social y político del capital
La propiedad privada del dinero y de los medios de producción da derechos y poder social y político al capital. Derechos y poder de usar, o no usar, los medios de producción; de contratar o no contratar trabajadores; y de trasladarse a otro país o región si las condiciones de explotación del trabajo no lo satisfacen. No se trata de tal o cual ley, de tal o cual artículo del Código Penal, sino de un poder social (pero que también se expresa en el derecho burgués) que es inherente a las relaciones de propiedad y se sintetiza en el poder del dinero: “… el poder que cada individuo ejerce sobre la actividad de los otros o sobre las riquezas sociales, lo posee en cuanto es propietario de valores de cambio, de dinero. Su poder social, así como su nexo con la sociedad, la lleva consigo en el bolsillo” (Grundrisse, p. 84, t. 1).
Un poder social que está muy por encima de cualquier poder que pueda suponer el voto de los ciudadanos cada x número de años para elegir un gobierno, o una cámara legislativa.
Agreguemos que una interacción similar ocurre en el plano político: la propiedad de los medios de producción permite concentrar poder político; que a su vez refuerza la propiedad concentrada de los medios de producción.
Como corolario de lo anterior, se desprende que la proclamada fraternidad de la civilización burguesa es, en su contenido, explotación de una clase por otra.
De la misma manera, la igualdad es creciente desigualdad de riquezas y de ingresos.
Y la justicia es derecho a apropiarse de trabajo ajeno.
La forma proporciona la letra para que la clase dominante justifique el modo de producción y distribución que la beneficia y le permite acumular riqueza.
El contenido es este mundo civilizado en el cual ocho individuos poseen tanta riqueza como 3600 millones de personas
- postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
La película de las respuestas pendientes
02 • sept. • 2017 Lucas Silva en la diaria“Un absurdo grande en un pueblo pequeño”, dice Julián Goyoaga, el director de Roslik y el pueblo de las caras sospechosamente rusas. La película –que documenta la detención y la muerte por tortura del médico Vladimir Roslik en 1984– acaba de estrenarse y por eso conversamos con sus dos protagonistas: Mary Zabalkin (MZ) y Valery Roslik (VR), sobrevivientes de una tragedia a la vez familiar y colectiva de la que todavía no hay justicia.
¿Cómo ha sido esta experiencia de verse como protagonistas de una película?
MZ: Son un montón de cosas juntas. Tampoco es que ahora porque esté el documental uno vaya a cerrar tal o cual página. Se fueron dando circunstancias. Durante todos estos años hemos hecho muchas cosas: la Fundación [Vladimir Roslik], el trabajo social y la tarea de mantener a Vladimir en la memoria colectiva, pero nunca habíamos pensado en una película. Hasta que se dio esta oportunidad, hasta que los conocimos a ellos [los responsables de la productora Rain Dogs] y realmente estamos muy contentos con el resultado. Ellos trabajaron con mucha humanidad, porque es un tema sensible, delicado, que manejaron muy bien.
Hace unos días la proyectaron en San Javier, y pudieron verla junto a otros protagonistas
MZ: Y estamos como en shock todavía. Realmente fue muy fuerte. A la gente que sufrió torturas junto a Vladimir y que sobrevivió a la dictadura, y que con gran esfuerzo brinda testimonios, le voy a estar agradecida toda la vida. Estar con ellos en la misma sala, compartiendo, fue algo muy fuerte para todos. Parecía el final de [la película] Los unos y los otros, que se juntan las diferentes generaciones y lloran todos abrazados. Lo único es que en este reencuentro estábamos nosotros, los familiares, los vecinos, los pacientes de Vladimir.
VR: A mí me quedó la impresión de que la gente quedó impactada en el buen sentido. Cuando terminó vino todo el mundo a saludarnos, abrazarnos, lloramos mucho. La hemos visto varias veces, y es medio imposible no derramar una lágrima en cierto momento.
Respecto de mantener la memoria colectiva, en la película se habla de una posta que le pasa una madre a un hijo
VR: En realidad, ya hace años que la vengo acompañando a mamá. Ella se refiere a pasarme la posta a mí porque ya está con algún problema de salud, de la columna, y ya no tiene las mismas energías que antes. Y cae en mí un poco lo de seguir adelante con el tema de que se sepa la verdad.
MZ: Además de la verdad, nosotros todo lo que hacemos lo hacemos pensando también en la búsqueda de justicia, que es la gran ausente en estos 32 años. Si bien logramos instalar la figura de Vladimir en la memoria colectiva, no hemos logrado que se haga justicia.
¿Cuál es la situación de la causa judicial?
MZ: Está todo en el Observatorio Luz Ibarburu, que nos viene asesorando. Pero para resumirlo: no hay avances de ningún tipo, como que de cierta manera el caso está cerrado. Pero es un caso de lesa humanidad que se tendrá que seguir investigando, hasta que se sepa la verdad. Los gobiernos van pasando, no importa de qué color sea el partido, y no pasa nada. Con los colorados no se supo, con los blancos no se supo y con el Frente Amplio tampoco. La realidad es que estamos en la mitad del tercer gobierno y tampoco se mueve nada. Por eso lo de la mochila: si no soy yo la que logra avances en la justicia, de repente Valery o los hijos de Valery, pero algún día, en el transcurso de la historia, de repente se va a saber.
En este caso y en su presentación pública jugó un papel importante el periodismo de investigación
MZ: Cuando pedí la segunda autopsia, que se hizo en Paysandú, empecé a pelear enseguida para que se conozcan esos resultados, que son los verdaderos. Y hubo todo un empujón del periodismo, que trabajó conmigo para destapar todo. Yo me apoyé en ellos y ellos se apoyaron en mí. [Juan Miguel] Petit, [Alejandro] Bluth y [Manuel] Flores Silva, las publicaciones en Jaque, Aquí, Convicción... Todo ayudó para que el caso tuviera trascendencia nacional e internacional.
Otro asunto importante es el rol de los médicos
MZ: Sí, fue fundamental. Siempre recuerdo al doctor Gregorio Martirena, ex presidente de FEMI, que fue el primero en impulsar la Comisión de Ética Médica y que nos ayudó muchísimo. Porque a partir de ese momento se empezó a saber que en otros cuarteles también pasaba, que no había sido sólo en Fray Bentos. Siempre pienso que, en realidad, sin la segunda autopsia hubiera quedado todo quieto.
En una primera instancia, los militares hablaron de un paro cardíaco. ¿Cómo surgió la idea de la segunda autopsia?
MZ: Es que era una mentira demasiado grosera, era imposible de creer. ¿Cómo una persona sana iba a morir así? Teníamos, además, los antecedentes de lo que había sufrido antes en las sesiones de torturas.
En la película contrasta mucho esa tranquilidad del pueblo y de las aguas del Río Uruguay con las características trágicas del caso
MZ: Fue todo muy irracional. No te olvides que ellos hablaban de submarinos, avionetas, armamentos... Todo cosas que no tenían nada que ver con la realidad que vivíamos en un pueblo como San Javier, en el que todos nos conocíamos. Allá ibas al baile y hasta te dabas cuenta si la camisa que tenía Fulano era la misma que tenía en el baile anterior. Sabíamos hasta con qué ropa andábamos, cuando eran los cumpleaños de casi todos, era una comunidad muy chica. O sea, cualquier cosa rara la hubiéramos visto. ¿Dónde ibas a ocultar un submarino? Era absurdo.
¿Y por qué pensás que decían esas cosas, a esa altura del partido?
MZ: Era una manera de perpetuarse un tiempo más en el poder. Estaba todo tranquilo, ya se venía la democracia, y a ellos no les servía. Nunca mostraron las armas, nunca mostraron el submarino, nunca mostraron la avioneta. Nada.
VR: Yo era muy chiquito, apenas tenía un mes. Pero después te hacés la cabeza con los cuentos, después vas armando, conociendo, vas viendo cómo era, mirando documentos, lo que sea. Pero es cierto, no te cierra; cómo puede ser que en un pueblo como San Javier, tan tranquilo, haya pasado algo tan terrible como lo que pasó
¿Qué esperan que pueda pasar con la película?
VR: Uno no planifica mucho. Yo por lo menos nunca pienso “el año que viene voy a estar acá en el juzgado tratando de ver qué pasa con el caso”. Capaz se da, capaz que no. Y además creo que va mucho más allá de eso. Pienso que los libros que han salido, tanto el de Luis Udaquiola como el de Virginia Martínez, sirvieron para el documental, y que sería bueno que el documental, al mismo tiempo, despierte interés y se generen nuevas cosas, como una especie de bola de nieve.
MZ: Y ojalá que esa bola de nieve sea para bien. A mí me gustaría que vaya mucha gente joven a ver la película, que se genere algo, que haya algún movimiento y que finalmente la justicia pueda responder las preguntas que todavía están pendientes. Sería lo ideal.
Metal ruso | Valery es ingeniero en sistemas de información y trabaja como programador para una empresa de software financiero. Pero en la película aparece en otra de sus facetas: como guitarrista de Vademécum, una banda de metal de Paysandú. “Desde los 17 años que ando en la vuelta de la música, siempre en el ambiente del metal. Hay una fuerte movida de metal en Paysandú”, asegura. Antes de Vademécum, tocó en Ritual de Nacimiento, Ariman y Pariah. ¿Y de metal ruso conocés algo? Arkona, que me gusta mucho. Es una mezcla de metal con cantos típicos rusos.
Animaciones
Julián Goyoaga, director de los cortos El hombre muerto (2009) y Matrioshka (2008), estuvo a cargo de la película Roslik y el pueblo de las caras sospechosamente rusas.Fue un proyecto de largo aliento: empezaron a trabajar con Mary y Valery en 2010, a instancias de una idea que tuvo una sobrina de Vladimir Roslik, obtuvieron los primeros fondos en 2011 y arrancaron con el rodaje en 2013. La historia personal de Valery deteminó el uso de animaciones como recurso estético para contar la historia. “Para él, de niño, era como una especie de cuento que le hacían, las cosas que le contaban sobre su padre, sobre la historia del caso. Y él de alguna manera iba armando ese cuento, en el que él era también un personaje. Ese fue un poco el disparador para usar la herramienta del dibujo animado”.
La película se estrenó el jueves. En Montevideo, es posible verla en Movie Montevideo Shopping, Life 21, Torre de los Profesionales y sala B del Auditorio Nelly Goitiño del SODRE; también se proyecta en cines de Paysandú, Fray Bentos, Minas y Daymán
- postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
Revolución, partido, estado, burocracia: el ejemplo ruso
Guillermo Almeyra - SinPermiso -03/09/2017
Más que presentar los ensayos que forman este valioso y oportuno libro deseo subrayar algunos puntos fundamentales que nuestra época poco informada en lo fundamental tiende a ver sólo a la luz de lo sucedido posteriormente en la victoriosa Unión Soviética o teniendo en cuenta los actuales datos demográficos, culturales, económicos y las técnicas de información.
No me referiré por consiguiente a los importantes ensayos que integran esta obra los cuales hablan por sí mismos, y en su pluralidad, salvo en algunos detalles, presentan una poderosa y unitaria versión coral.
Recordemos: Rusia, coloso de pies de barro, con su zarismo, la Corte corrupta y despótica en la que reinara Rasputín hasta 1916 y el despotismo asiático de la dinastía de los Romanov, aparecía ante un mundo occidental conquistado por los ideales de la Revolución Francesa como una supervivencia del anacrónico absolutismo monárquico que ésta había combatido y los bolsheviks (o ala bolchevique de la socialdemocracia rusa) eran escasamente conocidos fuera de los reducidos ámbitos de las direcciones socialistas.
La revolución rusa de febrero fue por eso celebrada jubilosamente por socialistas, liberales y demócratas por igual mientras que la de octubre, para un mundo informado por las agencias Reuters (británica) y Havas (francesa) en guerra con Alemania, fue presentada como una maniobra del Káiser contra los aliados. Sólo más tarde los trabajadores de todo el mundo empezaron a reconocerse en lo que hacían y decían los revolucionarios rusos dirigidos por Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) y Lev Davidovich Bronstein (Trotsky).
Algunas condiciones que favorecieron el estallido revolucionario
La revolución en la inmensa Rusia centralizada por el poder del Zar y de la Iglesia ortodoxa fue posible porque, pese a los intentos de reforma, como la de Stolypin, ese poder chocaba no sólo con los revolucionarios marxistas sino también con una naciente burguesía condenada por el régimen a ser socio menor del capitalismo anglo-francés, con una intelectualidad europeizada, con sectores liberales y democráticos de la nobleza y era resistido por las nacionalidades reprimidas y combatido por todas las tendencias socialistas, que influenciaban sectores obreros y estudiantiles.
El zarismo era duro, brutal y capaz de infiltrarse en las organizaciones revolucionarias pero escondía una gran fragilidad que se había revelado ya en 1905 y que la entrada de Rusia en la guerra de 1914-1918 agravó de golpe.
La enorme y dispersa base campesina del país, dispersa en miles de aldeas y dividida por nacionalidades, culturas y religiones, se convirtió en 1914 en una sola masa al ser enviada al ejército como carne de cañón y se encontró durante años en las trincheras con los intelectuales y obreros socialistas convertidos en suboficiales y oficiales.
Esa doble educación –por un lado, sobre los horrores del capitalismo y, por otro, sobre la posibilidad de una alternativa socialista- hizo posible la alianza con los campesinos de un proletariado poco numeroso pero muy concentrado y esa unión, a su vez, cambió radicalmente la política agraria de Lenin y de los bolcheviques que pasaron a exigir tierra para los campesinos y paz y pan para todo el país logrando así inmensa popularidad
Otra particularidad rusa que hizo posible la revolución consistía en su reciente historia. La revolución de 1905, que formó parte de un ciclo de revoluciones democráticas, había sido una especie de ensayo de la de 1917 y en ella habían nacido los soviets (consejos obreros) como instrumento de autoorganización de los obreros.
Tras un duro período de reflujo político y de reacción desatada las masas rusas se reorganizaron y la agitación social y las huelgas con manifestaciones se sucedieron desde 1912 hasta la entrada en la guerra y sobre esa base reaparecieron los consejos obreros en 1917.
Por su parte, el partido bolchevique, que en 1905 se había opuesto a los soviets porque veía en ellos una competencia con su organización, no sólo los reconoció entre la revolución de febrero de 1917 y la de octubre sino que también incorporó a sus filas a Trotsky, presidente de los soviets en 1905, y a un grupo numeroso de amigos de éste.
La revolución democrática antizarista, por otro lado, al producirse durante una guerra de las grandes potencias capitalistas por el reparto de un mundo ya unificado por el capital, integró la lucha por las tareas democráticas –paz, tierra, democracia, libertad, eliminación de los privilegios de la nobleza y del clero e independencia de los pueblos oprimidos por el imperialismo ruso- con el combate por las tareas anticapitalistas (igualdad, fin de las discriminaciones de todo tipo, expropiación de los expropiadores mediante la eliminación de la propiedad privada de los instrumentos de producción, control obrero en la industria estatizada, instalación de un nuevo Estado obrero para empezar a construir el socialismo).
De ahí la transformación ininterrumpida de la revolución democrática en revolución socialista y el carácter permanente de la revolución (que implicaba igualmente la extensión de la misma a algunos de los países más desarrollados).
Los soviets (consejos obreros) en 1905 y en 1917 eran un instrumento de todas las capas de los trabajadores pues eran pluralistas ya que estaban integrados por todas las tendencias existentes en el movimiento obrero desde los laboristas hasta los socialistas revolucionarios, los revolucionarios o reformistas marxistas y los anarquistas.
La influencia de las diferentes organizaciones evolucionaba se medía cotidianamente en la acción directa de la clase obrera y determinaba los cambios en la dirección de los consejos.
Ese pluralismo caracterizó también al primer gobierno de los soviets dirigido por Lenin, Trotsky y los bolcheviques, e integrado por 14 bolcheviques, siete social-revolucionarios de izquierda, tres mencheviques y un menchevique internacionalista (Mártov) y sólo las vacilaciones ulteriores de los s-r y mencheviques hicieron que el Consejo de Comisarios del Pueblo (nombre de los ministros tomado de la Revolución Francesa propuesto por Trotsky) quedase formado únicamente por bolcheviques).
Otra peculiaridad rusa era la existencia de un partido revolucionario fuerte, probado y seleccionado durante decenios de duras luchas.
Dicho partido unía la organización clandestina con el flexible y audaz aprovechamiento de cada espacio democrático por mínimo que fuese, como la participación en la elección para la Duma (el Parlamento) y libraba constantemente la batalla de las ideas con los libros teóricos y los ensayos y artículos de sus principales dirigentes y con la participación de los mismos en los congresos socialistas internacionales, a diferencia de lo que sucedió posteriormente en todas las revoluciones posteriores, como las fracasadas en Hungría y en Alemania en la inmediata postguerra o, más cerca de nosotros, en la boliviana de 1952, la cubana de 1959, la argelina de 1954, la sud yemenita en 1967-1990 o las revoluciones nacionalistas y antiimperialistas en Mozambique, Angola y Guinea Bissau.
Un partido revolucionario con una dirección revolucionaria
El partido bolchevique tenía una vida intensa y en su seno coexistían diversas tendencias, que discutían públicamente sus respectivas posiciones.
En el momento de la revolución era un partido de jóvenes- Lenin tenía 47 años, Trotsky, 38, Preobrajensky, 41, Zinoviev, 34 al igual que Kamenev- pero ellos tenían décadas de luchas y además la experiencia revolucionaria de 1905.
Lenin, como todos los marxistas de su época, consideraba que el partido, por importante que fuera para la lucha por la revolución, era sin embargo sólo un instrumento transitorio en la lucha por la supresión de las clases en el socialismo, al igual que el Estado de nuevo tipo que había que construir sobre nuevas bases para empezar a superar el capitalismo.
Creador del partido, estaba lejos de ser fetichista respecto a una organización que consideraba al servicio de los trabajadores y que, si no cumplía su función, podía ser reemplazada por otra más adecuada. Política y moralmente estaba en las antípodas de esa hechura totalitaria inventada por Stalin y la burocracia soviética y cristalizada en el dogma “marxista-leninista” con su culto del Líder, su partido único y monolítico fusionado con el aparato estatal y con el nacionalismo estrecho de una casta conservadora y parasitaria que vive de los privilegios que arranca a la sociedad sobre una base nacional y que una revolución mundial pondría en peligro.
Como Trotsky y todos los revolucionarios rusos educados en el exilio europeo Lenin era un ferviente internacionalista y jamás pensó que la revolución rusa pudiese subsistir si no se producía una revolución en los países más industrializados, sobre todo en Alemania, que ayudase a superar el terrible atraso cultural y técnico ruso.
Creía tan firmemente que la revolución rusa era sólo un peldaño en una lucha internacional permanente y que la tarea de los rusos era aguantar defendiendo la revolución hasta que otra u otras más importante tomasen el relevo que bailó y saltó de júbilo bajo la nieve del duro invierno moscovita cuando la recién nacida república soviética superó los dos meses y diez días (desde el 18 de marzo hasta el 28 de mayo de 1871) de duración de la Comuna de París.
Lenin, descendiente de rusos, alemanes, calmucos, judíos, era profundamente ruso por su cultura y su conocimiento del país (su primera obra importante a los 29 años -en 1899- fue un estudio de la realidad nacional titulado El desarrollo del capitalismo en Rusia), pero no se consideraba ni revolucionario ruso ni menos aún estadista ruso: por el contrario, se veía a sí mismo como un revolucionario internacionalista que luchaba en una parte del frente de la revolución mundial y, en lo inmediato, se oponía con toda su energía a la opresión del nacionalismo gran ruso sobre las nacionalidades asiáticas oprimidas por el Zar, después por Stalin y hoy por Putin que, como el zarismo y el stalinismo, se apoya sobre la visión imperialista gran rusa y sobre la Iglesia Ortodoxa rusa, que es profundamente chauvinista.
La burocratización del Partido y del Estado
El antiestatismo de Lenin desarrollado en El Estado y la Revolución, su última obra antes de octubre de 1917, chocó sin embargo con la realidad de un país devastado por la guerra mundial de 1914-18 y la guerra civil que duró hasta 1923. Rusia, en efecto, tenía antes del conflicto bélico casi 126 millones de habitantes pero perdió en él 3 500 000 habitantes y otros 7 millones en la terrible guerra civil que comenzó poco después de la incruenta toma del poder. En 1923, después de esa sangría, el país estaba además en ruinas: con respecto a 1913, el año anterior a la guerra mundial, la tierra cultivada equivalía a 62 por ciento de la antes productiva, la cosecha era 40 por ciento menor, sólo quedaban vivos 16 millones de caballos de los 35 millones anteriores y 37 millones de vacas sobre 58 millones antes de la guerra.
Los ferrocarriles, esenciales para las largas extensiones rusas, estaban destruidos y la clase obrera estaba prácticamente aniquilada (contaba con poco más de un millón de trabajadores industriales sobre los tres millones anteriores) o, como comprobaba Lenin mismo, se había desclasado pues había sido la columna vertebral del Ejército Rojo sufriendo enormes bajas mientras los sobrevivientes se convertían en cuadros militares o estatales.
Por último, para hacer frente a la reconstrucción y a sus gastos el naciente Estado obrero y campesino debía emitir sin respaldo un 98 por ciento de su moneda y una inmensa hambruna arrasaba Ucrania.
El partido había sufrido daños similares y aún mayores.
La pequeña cohorte de militantes bolcheviques, formada en la vida clandestina, el internacionalismo activo, la discusión y la elaboración teórica fue diezmada por la guerra mundial y la guerra civil. Muchos de sus miembros principales se convirtieron en militares y los nuevos miembros o eran jóvenes obreros sin preparación cultural o soldados campesinos y suboficiales acostumbrados a mandar o, incluso, oportunistas que se arrimaban al poder.
Los sobrevivientes de la preguerra que habían hecho la revolución quedaron en minoría en ese mar de militantes que jamás habían salido de Rusia ni habían participado en las grandes polémicas entre mencheviques y bolcheviques y en el seno de los bolcheviques mismos.
La mayoría del Partido, como la clase obrera y toda la población rusa, después de los esfuerzos realizados y de los terribles sacrificios realizados quería gozar la paz tan duramente conquistada. La incultura y la barbarie de los mujiks rusos y la grosería brutal de la vida cuartelera entraron a formar parte de las costumbres cotidianas en el mismo Partido.
Al mismo tiempo, al conquistar el poder estatal, el partido fue absorbido por el aparato del Estado, al cual quiso controlar pero que terminó imponiéndole su forma de funcionamiento a pesar de los esfuerzos –sobre todo de Trotsky- por innovar, quitándole poder a la Iglesia ortodoxa, eliminando grados y jerarquías en las fuerzas armadas y convirtiendo a los omnipotentes ministros en Comisarios del Pueblo, entre otras medidas democratizadoras.
La difusión del analfabetismo, la destrucción de las bases materiales de la economía y el escaso desarrollo industrial impidieron pues la socialización de los medios de producción que, estatizados, dieron base a lo que Lenin calificó de Capitalismo de Estado con fuertes deformaciones burocráticas.
Hay una base económica y tecnológica para el desarrollo de la burocracia en la Unión Soviética muerto ya Lenin y bajo la dirección de Stalin. La escasez, en efecto, exige alguien que racione los bienes y controle su distribución (sirviéndose siempre y antes de los demás, por supuesto).
Pero esa burocracia no se habrá extendido al poder soviético y al partido si éste no hubiese suspendido transitoriamente la existencia pública de las fracciones internas que siempre habían existido, si la clase exhausta hubiese podido mantener el poder de los soviets como control sobre el partido y sobre el Estado y si el cansancio de las masas no se hubiese transmitido al partido bajo la forma de una burocracia incontrolada, conservadora y despótica que en pocos años elevó a Stalin como su representante.
Partido único y sin vida democrática interna, fusión entre partido y Estado aún capitalista aunque sin representantes de la burguesía, formas de vida, costumbres, cultura burguesa atrasada en la burocracia, imitación del capitalismo monopólico de los países más industrializados para tratar de superarlos, regionalismo y nacionalismo, fueron las condiciones esenciales para el desarrollo de la burocratización soviética, que comenzó con Lenin cuando éste combatía una batalla contra la enfermedad que le impedía intervenir como quería en los asuntos del partido y del Estado.
Los requisitos para combatir contra el poder y hacer frente armas en mano a múltiples y numerosos enemigos no son siempre iguales que los necesarios para escuchar a los trabajadores y a las bases del partido, intervenir paciente y didácticamente, convencer y aprender en la construcción del socialismo.
Muchos líderes campesinos eran caudillos y, en la guerra civil, muchos militantes obreros se acostumbraron mandar y ser obedecidos pues eso impone la necesidad de ser eficaces frente a un adversario superior en medios y en experiencia.
Vencida la reacción, la administración de empresas complejas, de enteras ramas económicas y de las diversas instituciones estatales requería conocimientos nuevos y una preparación técnica especial que pocos revolucionarios tenían.
Era frecuente, por lo tanto, que éstos se informasen preguntando cómo se hacían anteriormente las cosas a quienes las habían hecho antes bajo el zarismo (más de dos tercios del personal técnico del nuevo Estado habían servido al viejo, incluso en el ejército, lleno de ex oficiales zaristas) o cómo trabajaban empresas del mismo tipo o los servicios estatales en los países capitalistas más industrializados.
Como decía Lenin y como había sucedido en la antigüedad en China con todos los conquistadores bárbaros - tibetanos, mongoles, manchúes- los burgueses vencidos en Rusia imponían su cultura superior a los vencedores.
Lo único que habría permitido acortar este forzoso aprendizaje, formar nuevos cuadros revolucionarios superiores a sus antecesores y controlar y depurar constantemente, sobre la marcha misma, a los aparatos del partido y del Estado, era precisamente lo que había impulsado poderosamente a hacer la revolución pero no existía ya en el momento de la construcción del socialismo: una esperanza en el triunfo de la revolución en los países más industrializados de Europa, un fuerte apoyo internacional.
Rusia, destruida y agotada, dependía de sí misma para la superación de su atraso, de la hambruna, de la miseria generalizada. Eso acentuaba el cansancio de las masas, su nacionalismo atrasado e influía en la burocratización del partido la cual, a su vez, interactuaba con las masas retirándolas de la participación, paralizando su control y sus iniciativas.
Si Lenin hubiese sobrevivido habría retrasado por un tiempo el triunfo de la burocracia expulsando a Stalin de su puesto de secretario general que le permitía fomentarla y organizarla pero no habría podido impedir el proceso objetivo de burocratización. Probablemente, como dijo Nadezhda Krupskaia, su compañera de lucha, al pasar a la oposición, Lenin habría terminado asesinado o encarcelado, como sus compañeros y discípulos que hicieron la revolución de Octubre.
Por eso, consciente de la fuerza de un proceso objetivo desfavorable, Lenin esperaba ardientemente que el poder soviético en construcción y ya burocratizado pudiese nadar contracorriente frenando la degeneración burocrática con una audaz utilización del factor subjetivo o sea, mediante una depuración del partido mediante una acción unitaria del grupo dirigente reformado.
Esa esperanza idealista no pudo concretarse porque Trotsky vaciló y sobrepuso la defensa de su imagen al pedido de Lenin de acabar con Stalin y éste tuvo tiempo para capear el temporal y afirmarse en el aparato apenas murió Lenin.
Todo lo que nace, muere, incluso los procesos revolucionarios. Pero lo que sucedió en Rusia debe ser tomado como lo hizo Lenin cuando el gobierno revolucionario superó la corta e intensa vida de la Comuna de París. “El camino de la victoria está empedrado de derrotas” dijo Rosa Luxemburgo.
De los errores de los jacobinos franceses aprendieron los heroicos comuneros que “asaltaron el Cielo” y también la falange de bolcheviques aniquilada por el terror de Estado stalinista. De la experiencia de la Revolución Rusa aprenderán las nuevas generaciones revolucionarias de otros países si el capital financiero no destruye la civilización actual y las clases existentes con una guerra mundial atómica o con un desastre ecológico terrible.
Para salir de la barbarie en la que el capitalismo ha hundido ya al mundo, habrá que retomar y terminar la obra iniciada por Lenin, Trotsky y sus compañeros de destino.
Marsella, 31 de agosto de 2017
envió FERNANDO MOYANO - postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
LA IDEOLOGÍA DE LA CONTRARREVOLUCIÓN
EL SINDICALISMO DE ANDRÉS NIN (3)
Esto es lo que escribe Nin:+ Los partidos socialista y comunista, en vez de aprovechar la lección de Octubre impulsando la Alianza obrera, que tan espléndidos resultados había dado en Asturias,
+En el terreno político, deben surgir los órganos de unidad adecuados a las circunstancias. A fines de 1933 aparecieron las Alianzas obreras, destinadas a desempeñar en nuestro país el mismo papel que desempeñaran los soviets en la revolución rusa. Dichas Alianzas demostraron su magníficaeficacia revolucionaria durante la insurrección asturiana de octubre de 1934
Esto es exactamente historia oficial, la historia contrarrevolucionaria. La burguesía socialdemócrata desde Largo Caballero a la prensa oficial de la República siempre trató de hacer creer que las grandes luchas en los años 20 y 30 dependieron de los sindicatos y partidos socialdemócratas (incluyendo la CNT) cuando en realidad NUNCA fue así.
Lo que reivindica Nin aquí es en realidad el sindicalismo y más concretamente la alianza de todo el sindicalismo que la socialdemocracia y en general los partidos estatales, llamaban Alianza Obrera. Por eso Nin reprocha a esos partidos burgueses (que para él son sagradamente “proletarios”) el no constituirse en unidad obrera, en Alianza obrera. Concretamente hace referencia a la unidad de la UGT y la CNT “en la base”, a la unidad formal entre ambos sindicatos (como también a la unidad PS y PC), que efectivamente habían realizado algunas veces en el pasado.
En esto Nin sigue funcionando en simbiosis total con “la línea” de los agentes de Moscú, con lo que busca imponer Vittorio Codovila y Palmiro Togliatti que dictaban la política oficial del PCE y mucho más todavía con sus coterráneos leninistas en Cataluña[1]
Si eso no se desarrolló, fue porque la CNT perdía su función histórica aliándose con la UGT, que siempre había sido un sindicato de Estado. En efecto en la medida que la CNT asumía prácticas más sindicalistas se disociaba de los grupos de acción directa y éstos terminaban pasándole por arriba y cuestionando toda esa práctica sindicalista: la unión con la UGT, la ideología sindicalista propiamente dicha de los “trentistas” (Peiró y Pestaña), el colaboracionismo populista y gubernamental.
Cada vez que eso sucedía el proletariado desarrollaba estructuras propias “comunistas libertarias” cuya práctica se contraponía siempre al sindicalismo y a la ideología del partidismo sindical (efectivamente una parte importante de la dirección de la CNT quería crear un “partido sindical”)
Ahora bien, esos sindicatos, como en casi todas partes del mundo fueron (¡y son!) estructuras burguesas burocráticas, un tipo de organización y estructuración de la fuerza del trabajo que le sirve a la burguesía y permite una buena gestión del capital y su tasa de ganancia (y explotación).
Tanto es así que en muchos países el sindicalismo se fue transformando en una organización oficial del Estado (hasta imponerse como obligatorio en muchos países) y por eso mismo, el proletariado y sus organizaciones más claras fueron rompiendo con esas estructuras y proclamando la necesidad de organizaciones clasistas y finalistas (como la FORA en Argentina que define como objetivo el “comunismo” rompiendo con la FORA camaleónica o sindicalista o los IWW en varios países). Justamente la ruptura con el sindicalismo y el parlamentarismo fue la primera gran causa de ruptura internacional de los grupos revolucionarios que llamaban a organizarse afuera y contra los sindicatos (Partido Comunista Obrero Alemán) tanto contra el sindicalismo oficial de la Internacional “Comunista” (21 condiciones) como de la Internacional misma. Esa posición, que arrastraría a lo mejor del proletariado mundial, se forjaría en ruptura con la posición oficial de Lenin/Trotsky que buscaba la unidad sindical con toda la contrarrevolución, y de la cual surgiría esa putrefacta y reaccionaria Internacional Sindical Roja (¡en realidad estatista!). Justamente es de este nefasto aparato de maniobra del Kremlin que Nin será uno de sus más importantes jefes
En España, el sindicalismo y la ideología de las alianzas obreras eran el fondo de comercio de la socialdemocracia, de los partidos socialistas y comunistas oficiales así como de los “libertarios” más socialdemócratas (Pestaña, Peiro, Marianet,…) que habían adherido a las Internacionales sindicales (tanto a la clásica socialdemócrata como a la Internacional Sindical Roja)
Las luchas históricas del proletariado en España siempre se habían desarrollado con otras estructuras que en los hechos nunca habían tenido mucho que ver con esos sindicatos. Esas luchas habían tenido como estructuras la vieja resistencia del comunal, los pequeños grupos de afinidad anarquistas o anarquistas comunistas,así como comités específicos formados en grandes centros industriales en donde, proletarios de procedencia muy diversa, eran centralizados por el capital (La Canadiense, mineros asturianos, obreros de la construcción de Madrid, etc.).
Fueron en estos centros urbanos o mineros que el proletariado agrícola se hacía fuerte para enfrentar al capital y el Estado. Sus formas de acción se basaban en la acción directa, en acciones armadas contra los centros de poder local, en la coordinación de insurrecciones en pueblos y ciudades que proclamaban el comunismo libertario al mismo tiempo que atacaban violentamente a las fuerzas del orden republicano
Diversas investigaciones recientes han probado (contra la historia oficial), que todas las grandes luchas durante la Segunda República (y antes), habían sido desarrolladas al margen de los partidos políticos y los sindicatos y que la mayoría de ellas estaban centradas en la resistencia histórica del proletariado agrícola que se seguía basando en la histórica resistencia a la expropiación del comunal en las ciudades y pueblos de toda España.
Las grandes huelgas, así como los movimientos insurreccionales locales que pautan todos los años 30 no son nunca organizadas por los sindicatos o “alianzas obreras” sino por estructuras creadas afuera y en contra de esos aparatos, ligados al poder republicano, que era la fuerza represiva decisiva.
Como puede ver el lector, el ejemplo de “alianza obrera” por excelencia que utiliza el oficialismo (Nin, en total acuerdo con José Díaz secretario general del PC español que en todos los discursos citaba ese mismo ejemplo) es el de Asturias (aunque es lógicamente más evidente que es Nin que está plagiando a José Díaz sin decirlo).
Según la historia oficial (en la que se consagra como paladín del sindicalismo triunfante al Lenin español: Largo Caballero) la revolución de octubre en Asturias se la debemos a la alianza del “sindicalismo socialista” con el “sindicalismo anarquista”. En realidad esa fue una fantástica creación ideológica que sirvió para promocionar a esa fracción socialdemócrata (clave del Frente Popular) hacia el poder del Estado.
Pero no es más que eso y no resiste al más mínimo análisis histórico que muestra siempre a esa izquierda burguesa y sindicalista frenando el movimiento real y cuando el mismo se desarrolla haciendo todo lo posible por reprimirlo. En Asturias el movimiento social tanto de los mineros, como de los poblados, urbanizaciones y ciudades se desarrolló y estructuró en base a estructuras diferentes y contrapuestas al sindicato.
Evidentemente buscaron unificarse y coordinarse pero para eso debieron recurrir no solo a otras estructuraciones locales sino a una estructura coordinativa que intentaron expandir por doquier y que denominaron “UHP” (uníos hermanos proletarios)
Fue esa estructura organizada clandestinamente (y que evidentemente la historia oficial desconoce) en todas partes que las grandes batallas sociales fueron libradas. A pesar de la clandestinidad organizativa UHP fue durante años un saludo y signo de reconocimiento de los proletarios en lucha en todas partes y contaba con estructuras armadas, canciones, banderas, comités territoriales, enlaces regionales… y sus banderas flameaban en los ayuntamientos y otros centros del poder tomados por las decenas de movimientos insurreccionales locales.
En la revolución de octubre en Asturias (1934) esa fue la bandera principal que aparecía en los combates y grandes gestas proletarias, lo de la Alianza obrera solo aparecía en los periódicos oficiales, en las noticias para la exportación y luego en la historia oficial.
Viejos militantes españoles siempre dicen que para saber si algo es oficial o no, si vale la pena leerlo o, es más de lo mismo que hay que ver la importancia que le dan a los sindicatos: ¡es el Estado el que cuenta la historia en función de los sindicatos!
Por eso Nin podía encerrar su planteo contrarrevolucionario vistiéndolo en lo que oficialmente se suponía en otras partes (¡en Asturias nadie creía eso!) como una táctica sindicalista exitosa, gracias a la “Alianza obrera”.
En Barcelona incluso militantes proletarios creyeron ese milagro sindicalista, tanto es así que en el Congreso de Zaragoza los viejos grupos de acción anarquistas radicales (Ascaso, García Olivier, Durruti…) aceptaron de nuevo a los sindicalistas oficialistas de la CNT (Pestaña, Peiro…), que habían expulsado por traidores a punta de revólver unos años antes. Incluso hubo una ola sindicalista y unitarista hacia hacer la alianza obrera con la (abiertamente contra revolucionaria) UGT y en los momentos decisivos se unificaron con ellos en la misma medida en que la CNT se constituía en organismo estatal y represor.
Esa ola sindicalista y unitarista que se verifica en el Congreso de Zaragoza fue sin duda un paso decisivo contra la revolución social, que en los hechos fue aislando a la vanguardia proletaria que luchaba “por el todo” y constitutivo del Frente Popular que conduciría al triunfo del Estado y la Guerra
Pero antes de esa fecha, ni en Barcelona, ni en el resto de España el movimiento real del proletariado se dejaba domar por el sindicalismo.
El proletariado organizaba la lucha en todo tipo de estructuras clandestinas que declaraban abolido el dinero y proclamaban el comunismo libertario en los pueblos y ciudades de toda España. Y cuando la República se fue sintiendo acorralada por el movimiento insurreccional y empujó al golpe de los Generales para ganar una batalla que ella perdía desde hace tiempo, fueron esas estructuras centralizadas en los comités regionales, de barrio, de fábrica clandestinos todos que se habían armado y preparado al enfrentamiento los que pudieron imponerse enfrentando con la violencia revolucionaria a la violencia contrarrevolucionaria del ejército
Del mismo modo que al proletariado autónomo, triunfante y armado en julio del 36, le habían propuesto someterse al Gobierno y al Estado burgués español y Catalán, todas las organizaciones de izquierda continuaban intentando en el 37 reencuadrarlos en la estructura sindical unitaria UGT/CNT que impulsaban los leninistas como Largo Caballero y Nin.
Todo el sindicalismo de Nin obedece a esta necesidad estatal (sin olvidar que como hombre del Estado ruso había hecho lo mismo). En Cataluña lo más difícil había sido lo que ya habían hecho Companys, Largo Caballero, Nin…con la cooptación de algunos dirigentes de la CNT de hacer pasar el Gobierno Republicano como un Mal Menor frente a la “amenaza fascista”.
No se puede olvidar que el propio Nin había colaborado abiertamente no solo con la reimposición de ese gobierno, sino con la disolución represiva de las estructuras organizadas afuera y en contra de los sindicatos que el proletariado había ido creando
Nin como hombre de Estado había defendido por todos los medios posibles a los sindicatos frente a los grupos armados organizados y a los comités regionales que habían coordinado la insurrección victoriosa. Como jerarca Estatal había reprimido los comités y tratado de restaurar la autoridad estatal. Como denunciamos en esta misma serie A propósito de Andrés Nin
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(Nota numero 2) “Como Ministro de Justicia, Nin hizo más fuerte la posición del Gobierno de la Generalidad, para disolver y reprimir los comités locales y todas las formas barriales o comunales de organización autónomas del proletariado” y (Nota número 6) el 9 de octubre de 1936 con la participación Nin y la CNT el Gobierno de la Generalidad de Cataluña… dicta el decreto decisivo de disolución total de los comités locales (proletarios) para sustituirlos por Ayuntamientos Frentepoplulistas
Por lo que ahora solo trata de justificar lo actuado…pero en forma cínica y doble. No podía defender directamente a tal o tal sindicato tal como les había pasado por arriba el movimiento del proletariado (como a los de la UGT) y mucho menos luego de que se hubieran transformado en órganos oficiales del gobierno republicano (tanto los de la UGT como los de la CNT) que desde hacía un año se habían concentrado en dirigir la producción capitalista y organizar el trabajo para el Frente Popular y la guerra[2].
Ahora que los sindicatos eran abiertamente represivos de toda lucha contra el trabajo, el capital y el Estado y, tenían por función, imponer violentamente la colaboración con el Gobierno y la Guerra lo hace haciendo la apología de las “Alianzas obreras” como si estas, en vez de ser el viejo ensopado sindicalista que asquea a los proletarios en lucha, fuera algo propio del movimiento radical que hubiese surgido del movimiento mismo (nueva falsificación)
Resumiendo Nin sigue defendiendo la vieja unidad sindicalista de todos los “socialistas”, “comunistas” y “anarquistas” (y en el fondo la unidad entre los principales partidos del Frente Popular PS, PCE, CNT, catalanistas) con un lenguaje doble, oportunista, presentando a las nefastas “alianzas obreras” como si fuese una innovación del movimiento mismo
¡Cómo si esto pudiese esconder el sol con el dedo, que Nin y el CE del POUM habían contribuido a liquidar todas las estructuras autónomas del proletariado autónomo!
¡Cómo si en ese mismo momento de 1937 Nin y el CE no siguieran haciéndolo oponiéndose a la insurrección proletaria (¡rechazo de la propuesta de Rebull!; represión de los “incontrolados”) en nombre de la lucha unida “antifascista”!
¡Cómo si esta historia del antifascismo no implicase la total liquidación del proletariado como clase autónoma y no fuese la mejor defensa del Frente Popular, del Estado y de la Guerra imperialista!
[2] Ver al respecto la resistencia del proletariado al sindicalismo laboral de la UGT y la CNT en “Los obreros contra el trabajo” de Michael Seidman
RICARDO - postaporteñ@ 1822 - 2017-09-17
SASKIA 176
Cada vez que miro a Saskia veo la preciosa muñeca, en rumano papusa, que casi pierdo hace unos meses. A mi vuelta al Cerro me enteré de la difícil situación de salud que algunos vecinos pasan y el fallecimiento de alguno de ellos. Miro al Gola, el borrachito de la esquina, sucio, decadente y pillo, que más de una vez preguntó por mí al Papo Luis. También a Alba le conto como el barrio me extrañaba y me alegré de que a lo mejor no sólo yo extrañé El Cerro, sino que también fui extrañada por los vecinos. (Roligt).Tuve que pensar en los misterios de la vida.
Los días son grises, muchas lluvias y vientos, tengo mucho tiempo para estar con mis perritas cimarronas y mi lorito creo que cuáquero, muy querido. Saskia en lo intenso de nuestra cercanía muestra muchos celos. Tiene celos del Papo a quien trata de acaparar y controlar.
De Loke contra el que ya ha atentado un par de veces. Y por supuesto de mí, es casi una humana perfecta por el grado de neurosis que demuestra. (Svartsjuka.)
De la única que no tiene celos es de Freja, su retoño para siempre. Igual que cualquier madre uruguaya.En una siesta sin sueño me puse a mirar viejas fotografías y en una se veía a Saskia mirando una cosita chiquitita, alargada con una manito blanca, Freja bebé.
En el paisito mucha lluvia, mucho viento, mucho gris y mucha neurosis, enfermedad del sistema nervioso central capaz de producir desadaptación y creación de realidades que no existen. Por ejemplo Pompita con el asesinato de tres personas inocentes, conducir borracho, hablando por teléfono, huyéndole a la cárcel, de la que su padre lo salvo cambiándola por unos estudios universitarios que parece nunca le importaron, un titulo que compro y que le dieron a este niñato malcriado y odiado por Botana, el Guapo, Alonso y la gran mayoría de su partido el derecho de ser el designado por su partido, el blanko, a competir para ser presidente de la república. Hijo de Lacalle ex-presidente culpable del affaire Banco Pan de Azúcar este engendro hablando de ética, moral, lo bueno y lo malo.
Pedrito, hijo de dictador al que le renunció su vice presidente Jorge Sapelli. Pedrito hombre de estancias en Durazno y en Paraguay, abogado que maneja a la perfección papeles en Panamá, como forma de no pagar impuestos en Uruguay. Señor de tendencias autoritarias propias de su familia, abogado que siempre defendió la dictadura. Escuché esta mañana el lío de comprensión que tiene, de cualquier cosa, este retoño de dictador en vías de desaparición. Pide a una determinada instancia de un partido que no es el suyo que haga algo que a él se le antoja después de haber querido demostrar que no era la instancia adecuada. (Sjukt.)
Son dos casos típicos de problemas de neurosis. Neurosis es un término acuñado por un médico escocés llamado William Cullen en 1769. Se refería a trastornos sensoriales y movimientos causados por enfermedades del sistema nervioso.
Yo pensé en esto cuando recordé a toda una jauría de neuróticos de calidad vestidos todos con impermeables a lo Maigret (George Simenon) yendo a denunciar algo en barra ante el poder judicial, que siempre está de su lado y de los milicos.
En sicología el término se refiere a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y no permite a los afectados hacerse cargo de la realidad. Se aplica como síntoma de un conjunto de trastornos mentales que participan de mecanismos creados a partir de la ansiedad. Simon Freud a fines de siglo XIX, estudiando la histeria y trastornos obsesivos, utilizó el término psiconeurosis y distinguió entre varios tipos de neurosis.
La que mayor atención provocó a Freud fue la que llamó neurosis de angustia que provoca una elevada excitabilidad sobre las que el sujeto elabora expectativas de futuro. Ejemplo paradigmático el de Mieres, se arrastra en cualquier fango imaginando resultados aprovechables. (Psykproblem.)
Me he decidido hablar un poco de la psiquis porque en materia ideológica todos los componentes de esta escena parecen responder a lo mismo. La defensa a ultranza de los intereses y beneficios de las clases dominantes. Claro que si fuera el sector de Pompita o de Pedrito el hegemónico ya a esta hora hubiesen acatado la orden de los que exponen en la Rural del Prado, socios de la Asociación Rural. O en el caso de Pedrito la Cámara de Industria, la de Comercio además de la Asociación Rural.
En el caso de Mieres él vota al que le ofrezca un puesto (Me lo imagino vestidito de gaucho, chapaleando en bosta, empujando una vaca gorda, bajo la mirada de un toro bravo). En el caso del partido de gobierno quedan evidentes los trastornos para sacar ventajas y tratar de posicionarse hundiendo competidores.
Ejemplo el de Castillo del partido comunista en muchos aspectos comparable a Mieres, posando, claro está, de izquierda. Este vecino hincha de Rampla ha jugado en casi todos los puestos medianos y aspira a ser empleado con funciones de más responsabilidad. He escuchado que sus trastornos son muy serios, consumos superiores y gran capacidad para la intriga. Yo no lo veo como futuro caudillo de nada, pero bueno el hombre imagina que sí. Cualquier cosa volvería a tomar la presidencia de Rampla, desarrollando su gran amistad con el discípulo de Magurno, el Ronco López.(Politikerna.)
Nosotros no estamos mejor. La clase obrera agrupada en el PIT-CNT está como ausente, sus dirigentes están a la espera de poder visualizar, quienes parten con ventaja después de las últimas novedades políticas. Siempre están dispuestos, por ahora, a seguir apoyando el poder de los burgueses y los burócratas con puestos dirigenciales. Aspiran a consolidarse como traidores a las órdenes de los capitalistas sin importarles los obreros.
En el mundo los vientos siguen soplando entreverados. La Unión Europea se sigue preparando para las elecciones en Alemania que serán el 24 de setiembre. Merkel, desde que dejó de ser cuadro de la Alemania Oriental, casada con un alto funcionario del estado y partido comunista de la Alemania Oriental, es la gran batalladora y esperanza europea del capitalismo financiero.
Ahora pertenece al partido demócrata cristiano y mira con preocupación lo poco que le sirve su amistad con Obama y su simpatía por los Clinton. Desde su sillón de primer ministro alemán observa los resultados europeos de su política de austeridad, de haber puesto la economía europea en manos del Banco Central alemán, (recordar cuando quería expulsar a Grecia de la Unión Europea.)
Hoy, de la unión europea ya se ha retirado el Reino Unido. La pobreza y el neofascismo se extienden a lo largo y ancho de Europa. Yo me pregunto cuánto más durarán los buenos resultados económicos en Alemania. Merkel, que cuenta con menos de la mitad de los votos alemanes, tendrá que disputar el gobierno con el partido neonazi. (Tyskland.)Las noticias dicen que en Francia el gobierno de Macron pierde puntos a favor de Mari Le Pen.
España hace más de un año que no tiene gobierno. Italia no se decide por seguir ninguna política y está en el aire y Merkel duda si seguirá a Trump o buscará apoyo y respaldo en Rusia.
Ayer lunes 11 de setiembre Catalunya reafirma con una manifestación con más de un millón de personas que irá a Plebiscito para separarse de España. Ayer 11 también el gobierno noruego sigue en manos de la derecha, volvió a ganar las elecciones. El partido neonazi a su vez, volvió a crecer en su número de votos. Y creo que aquí en el paisito se sigue esperando la firma del tratado de libre comercio entre Mercosur y UE.
En Medio Oriente parece que a EEUU le queda muy poco por hacer en Siria. Arabia Saudita sigue bombardeando Yemen asesinando niños, pobres, mujeres y viejos. Israel sigue matando palestinos y amenazando a todo su entorno mientras sigue colonizando la Patagonia Argentina. Su primer ministro visita a Macri. En Birmania los budistas cortan el cuello a los niños de las otras etnias y aquí en casa al Papo parece haberle sentado bien mi vuelta y ya ha subido unos kilitos más. Corea sigue en su lugar. Venezuela también (På tapeten.)
Freja ya no es aquella rayita negra con su manito blanca que Saskia cuidaba atentamente. Hoy es muy grande sensual, frívola y casi una papirusa. (Palabra lunfarda que viene del yiddish, en lunfardo mina.) Yo todavía la veo como mi bebé y me sorprende ver el buen resultado de la educación de Saskia para reproducirse a sí misma. No tengo ninguna duda de que Freja va a ser tan alfa como su madre. Aunque es mucho más dulce eso no hace más que resaltar su carácter cimarrón cuando se enoja.
Sólo espero que Loke, el divino, que yo dudo que sea cuáquero por algunas manchas rojas en sus alas no vaya a ser ofrendado al poder. El es muy inconsciente y ahora que baila y canta me recuerda a Vadiño él de “Doña Flor y sus dos maridos” la novela de Jorge Amado, por lo que tiene de badulaque. Badulaque sí, pero capaz de enternecer infinitamente a Claudio nuestro, amigo, compañero y osco carpintero de Tacuarembó que fue quien me lo regaló
SALUD Y R. S.
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