jueves, 21 de septiembre de 2017

*1823 Cambio de casaca: un tránsfuga quien de acuerdo con las circunstancias cambia repentinamente de opinión o actitud política

N° 1823  | 19SEP2017  | Año 12



Resultado de una 

"Revolución Por Etapas"

 

Una opinión personal

En Venezuela, después del clímax la tormenta amainó algo. "Por ahora" como decía Chávez.

La oposición de derecha no pudo impedir la Constituyente y vuelve a dividirse. Trump no encontró la base para una agresión inmediata, y además ya tiene bastante con Corea. Y el gobierno de Maduro sigue empantanado.
Es momento de un balance. Si lo urgente aflojó es necesario darle algo de lugar a lo importante, y con eso queremos decir la perspectiva estratégica para el cambio social
De hecho, esta desatención prolongada a lo estratégico es una actitud negadora.

Vamos a tirar algunas ideas al respecto, habrá que abordar el tema en varias notas y en esta solamente lo presentamos. La experiencia de la llamada “revolución bolivariana” ha hecho suficiente camino como para aprender de ella, y lo que nos enseña es de enorme importancia.

Tiene un gran mérito: Llevar una concepción estratégica a un grado tal de desarrollo, que sus fallas esenciales rompen los ojos. 

Y un mérito más: No se siguió tal camino por aplicar en forma escolástica una cierta doctrina; el rumbo fue impuesto por los hechos. 

Los grandes eventos de la historia no pasan porque a alguien se le ocurra, líder, partido, genio o lo que sea. Pasan debido a cambios en la relación de las fuerzas sociales, y sobre esa base emergen las concepciones políticas producto de esas fuerzas sociales en disputa. Pero la concepción que ha estructurado el cauce de las acciones políticas en Venezuela -que consideramos equivocada- no es cosa de su exclusiva responsabilidad, nos toca a todos

Contextualicemos. 



Hacia principios del siglo o un poco antes, se fue agotando políticamente en todo el continente el modelo neoliberal en democracias acotadas que vinieron a continuación de las dictaduras militares. Se fue entonces presentando de hecho, para el sistema dominante, una situación del tipo “si queremos que todo siga como está es necesario que todo cambie”


Lo que vino entonces como fenómeno histórico fue producto de esa determinada relación de fuerzas sociales. Y tuvo formas muy diversas según el escenario concreto, a tal punto que para muchos era difícil -y aún hoy lo es- reconocer que los pájaros que volaban juntos tenían -en definitiva- el mismo plumaje, pese a diferentes matices de color y trino.

Hagamos primero un esquema aproximado del fenómeno general. Después vamos a lo particular.


La relación de fuerzas que tuvimos en nuestro continente en ese momento puede plantearse así: 


> Los de arriba comenzaron a tener problemas para la continuidad de sus formas políticas tradicionales de dominio (no necesariamente todas las formas de dominio);


> y los de abajo estábamos muy lejos de poder llevar adelante una verdadera ruptura de esa dominación y del orden social(el por qué de esa debilidad ya es otro tema). 


Se produjeron entonces, pasaron por esa "ventana", una serie de recambios políticos que intentaban ir "por el medio" de esos dos rumbos polares opuestos.


En una forma amplia -con un abanico de variantes- los mal llamados gobiernos "progresistas" que fueron llegando son socialdemocracia. Regímenes políticos de continuidad del capitalismo con mejoras parciales de descompresión en las condiciones de vida de los explotados. Ese es el esquema general.


Fueron llevadas adelante, a veces pero no siempre, por fuerzas de tradición de izquierda adaptadas expresamente a esta función, que no representan los intereses de clase de los explotados aunque lleven adelante esas políticas de descompresión. Toda la "ingeniería política" desplegada es para ajustar una cosa con la otra


En un esquema de juego de suma cero, es una situación en "punto en silla de montar": el máximo en un eje y el mínimo en el otro.


Es el punto en que un bando -los explotados- pueden  llegar a un "máximo," al tiempo que el otro -los explotadores- se reducen a su "mínimo" (en realidad no se reducen tanto). Los de arriba conceden y los de abajo obtienen, pero siempre dentro de los límites del "juego", el espacio compatible con la estructura social y el mantenimiento de la naturaleza de la explotación. 

Este "empate" relativo e inestable, producto de una coyuntura especial, se mantiene hasta que una de las dos partes se siente o bien en condiciones de, o bien forzada a, "patear el tablero"


Dentro de este esquema general -que tiene los límites de toda generalización- hay casos en que aparecen actores diferentes. Cuando la izquierda reformista histórica es demasiado débil, o ha quedado demasiado desprestigiada como para representar ese papel, lo debe jugar otro. 

A veces lo cumple alguna "versión mejorada" de las fuerzas burguesas tradicionales. Si esto tampoco es posible, aparece generalmente un "outsider", un "paracaidista" político que llena el vacío arrastrado por la marea e improvisando sobre la marcha. 


En estos casos, la forma política de las circunstancias nos puede recordar en algo el populismo que se dio en algunas partes de nuestro continente hace varias décadas (Vargas, Perón, a mediados del Siglo XX). Cambia el actor y el vestuario, pero las líneas fundamentales el guión se parecen, porque es un guión impuesto por la realidad de base

.
Hablamos de populismo en ese sentido "ortodoxo". No como descalificación que viene bien para cualquier cosa, como es común en la actual moda "populista anti-populista" de la derecha que hace exactamente lo mismo que dice rechazar, un discurso demagógico y superficial.

Populismo, en la historia de nuestro continente, ha sido el fenómeno político de desborde de la política oligárquica y sus formas liberales por una marea popular inorgánica encabezada por liderazgos políticos de tipo caudillista, pero siendo siempre un proyecto político capitalista y con esas mejoras necesarias de descompresión social.


Pero si bien el caso particular en el que ahora entraremos, el proceso bolivariano o chavismo, tiene cierto parecido con ese viejo populismo, hay diferencias evidentes y esa caracterización se le aplica sólo a medias.
Veamos primero las semejanzas: 

Son gobiernos capitalistas, se mantienen expresamente dentro de ese límite, llevan adelante políticas reformistas de mejora de las condiciones de los explotados no por fuera sino desde dentro del capitalismo.


Con dentro del capitalismo queremos decir: mantenimiento de la propiedad capitalista de los medios de producción, de la explotación del trabajo asalariado, y de las formas políticas y represivas del Estado burgués. Este mantenimiento se da "naturalmente".

En este caso además, y para peor, se mantiene también y bastante peor, la estructura de la dependencia. Es capitalismo, pero además capitalismo dependiente.

Pero en el cómo de ese naturalmente tenemos la diferencia, y es muy significativa. Que haya que mantenerse dentro de los límites del capitalismo se da como algo indiscutible, pero la fundamentación es muy diferente.
Aquel viejo populismo -como el "justicialismo" en Argentina- era expresamente anti-socialista. 

Estaba para ofrecerle a las masas explotadas otra cosa diferente al socialismo obrero revolucionario, al "socialismo" de la URSS o la socialdemocracia europea occidental. La "naturalidad" con la que se mantenía dentro del capitalismo surge de rechazar una opción de ruptura con él,  y la rechaza precisamente por ser anti-socialista


La posición política del chavismo frente a ese problema es totalmente diferente porque la época es diferente. Lo paradójico, aunque explicable, es que eso ocurre porque pertenece a otro tiempo en el que el "socialismo real" ya ha desaparecido de la escena, completamente desprestigiado. 


Porque el derrumbe de ese "socialismo" (del que hablaremos en notas siguientes) no trajo un "fin de la historia" con capitalismo perpetuo, todo lo contrario. Así, la demanda de un cambio social anticapitalista se unió al rechazo de aquel "socialismo" fracasado; en ese vacío y en la búsqueda de una perspectiva histórica para esa ola popular sobre la que navegaba el chavismo surgió la idea del "Socialismo del Siglo XXI" como una nueva propuesta fundante.


Pero el programa chavista nunca fue de ruptura inmediata con el capitalismo, ni siquiera en su discurso planteó sus objetivos en esos términos.

 ¿Cómo conciliar, entonces, la aspiración anticapitalista con la práctica real capitalista?

Pues con la teoría del "por ahora", que es la forma de presentar hoy la vieja idea de ayer de la revolución por etapas. Vamos a construir el socialismo, sí, pero primero hay que transitar por una etapa de desarrollo nacional junto a unos semi-aliados burgueses que pese a ello son en parte anti-imperialistas, por sus intereses.


Esa simbiosis entre política real y justificación política no es invento de nadie, es el formato que dictaron las condiciones históricas.
Una de las cosas más llamativas es que el aporte teórico para vestir la práctica política de la revolución bolivariana (en general producto de la precipitación de los hechos, práctica sin duda oportunista pero un cierto grado de oportunismo resulta siempre inevitable) con las viejas ropas de nuevo lavadas y planchadas de la "revolución por etapas" del manual estalinista, haya venido ahora de pensadores de trayectorias anti-estalinistas.

 En notas previas señalamos algún caso de conocidos teóricos trotskistas, que deberían estar en la vereda de enfrente de la "revolución permanente"


Vamos ahora por otro lado, trayendo la palabra de un "foquista"
"...para nosotros [la etapa de liberación nacional] siempre fue un requisito determinante y previo. Estoy más cerca de Marx que de Lenin, porque no creo que una sociedad pobre, intelectualmente sometida y sin una alta capacitación pueda plantearse la construcción de una sociedad superior. De pretenderlo, se puede construir un monstruito, como ya ha pasado"


Esto lo dijo José “Pepe” Mujica, reportaje de Carlos Caillabet, julio de 2004. Es una formulación telegráfica de la teoría de la revolución por etapas. Es interesante, porque esta alusión al límite de las llamadas condiciones objetivas viene de los que sostenían "las condiciones se crean".


Subrayamos lo que nos parece clave


> Nuestras sociedades son pobres y sometidas, no tenemos un desarrollo de recursos propios. No está en condiciones por tanto de plantearse YA la construcción de una sociedad superior, (o sea IGUALITARIA).


> Eso es determinante, no hay escape.


> Obliga a una etapa previa de liberación nacional, o, en otras palabras, un capitalismo nacional, la historia se juega en el marco de las naciones y los Estados-nación, y para enfrentar al imperialismo hay que tener una nación dentro del capitalismo mundial. Eso es lo quiere decir "liberación nacional", liberación de las capacidades de desarrollo capitalista en el marco nacional, progreso capitalista nacional


> Y si no hacemos eso terminaremos en un MONSTRUITO, o sea: la barbarie estalinista resultante del intento revolucionario de Octubre es el producto inevitable de intentar violar esa ley de hierro.

Mujica no lo dice aquí, pero sabemos que está de acuerdo con Chávez en el otro aspecto de la fórmula aunque no haga bandera, Chávez sí, Mujica no porque no es tan bol(udo)variano y su aporte y porte es más bien la triste y filosófica resignación del preso y no la gala del milico: las fuerzas armadas patrióticas.
Aunque Chávez no repita el racismo oligárquico de Bolívar comparte con él su fórmula básica. Porque bien sabemos que nuestra pobreza, incapacidad y sometimiento intelectual no comprende apenas a los sectores subalternos de nuestra sociedad, sino a los dominantes. 

La burguesía es estructuralmente burguesía colonial, en doscientos años estuvo "no haciendo otra cosa que cambiar patrón" y tampoco se plantea hoy otra cosa. Chávez retoma la idea bolivariana de rellenar con milicos el vacío burgués.


No sólo las fuerzas armadas, por supuesto, pero junto con las fuerzas armadas y no contra, y junto con los sectores progresistas de la intelectualidad, los técnicos de la modernización productiva, los "líderes", todo eso dentro de la "autonomía relativa del Estado". 


O sea, si en las ideas querés estar "más cerca de Marx" ponele el nombre: bonapartismo


Bonapartismo y aparatismo, "por ahora", dentro de los marcos del modo capitalista de producción, intentando un desarrollo capitalista autónomo, y capitaneando la "pueblada" (el estilo político verticalista ampliado). Eso es básicamente la revolución bolivariana, y es la primera vez que el esquema doctrinario de la "revolución por etapas como transición al socialismo" sale del mundo de la doctrina al mundo de los hechos.


Sale de la Caverna y se encuentra con la luz del sol, sale del vestuario y el pizarrón y pisa la cancha y a jugar.


¿Y qué pasó? SIEMPRE, en el mundo de los hechos, se va a terminar en cierta forma en un "monstruito", y en este caso vaya que sí. Querías escaparte de Drácula y te agarró Chucky.


No importa si Marini y Vania Banbirra, no importa si Amín o Gunder Frank, no importa si Mariátegui y Quijano Obregón, no vamos a repetir acá las críticas a una teoría recordando otra teoría (aunque ahora menos que nunca la vamos a dejar de lado), porque hablaron los hechos. 

Y no tiene sentido relativizar la relevancia de los hechos por las limitaciones de la realidad (la guerra económica, por ejemplo) porque esa es la condición de los hechos, lo "determinante". 

No vamos a quejarnos del sol para volver a la Caverna.
Pasó lo que pasó con los hechos. Por supuesto, muchas cosas quedan pendientes.


> Hubo previamente otras experiencias fracasadas, y a ellas tampoco volveremos.


> El problema de la construcción del socialismo igualitario a partir de una sociedad cuya formato capitalista previo se forja en condiciones de dependencia, sigue siendo un problema sin resolver.


> Los problemas de la época, estrategia, táctica, metodología, planos de la realidad, sujeto histórico, sin duda no se agotan aquí.

De modo que esto es lo que dicen los hechos:
En las relativamente mejores condiciones posibles,


> Economía rentista, sí, pero con una renta muy importante y segura y por un recurso monopólico.


> Dentro del mercado mundial, sí, pero en momento de precios internacionales muy favorables, y control estatal parcial de la redistribución.


> En un mundo dominado por el imperialismo, sí, pero en el período de decadencia de la hegemonía imperial, emerger de un nuevo multilateralismo, y momento en que afloran contradicciones internas en el propio centro imperial.


> En la periferia colonial, sí, pero en momentos en que los intentos de cambio se propagan por el continente.


> En un régimen burgués, sí, pero el momento ruinoso de formas políticas tradicionales de la burguesía, pagando las consecuencias de su misma inoperancia, que ni siquiera ahora ha podido superar.
¿Cuáles fueron los resultados?


> No se superó el esquema de monoproducción exportadora. No hubo diversificación productiva ni desarrollo industrial. Ni por asomo una soberanía alimentaria, tampoco tecnológica. No hubo logros estratégicos


> La acumulación de la renta obtenida no logró romper la dependencia financiera del exterior; por el contrario, la deuda externa se multiplicó en grado extremo.


> El bonapartismo militarista "brazo armado" se transformó en un cáncer. Ocupó el lugar de la vieja elite política corrupta sobre cuya denuncia y escarnio ascendió el movimiento bolivariano.


> No se pudo construir un movimiento social popular autónomo del Estado, ni siquiera un doble poder. Y es en estas condiciones que el apoyo popular al proceso comienza a agotarse. También se apaga a nivel internacional la "chispa que podía encender la pradera". Comienza el aislamiento
.
Hay más, pero la dejamos por acá. ¿Por qué ha ocurrido todo esto? Dejemos de lado lo anecdótico. Ha ocurrido por entrar en el camino muerto de la "revolución por etapas", de la "liberación nacional" dentro del capitalismo.


Ni prendemos agotar el tema. Apenas estamos pretendiendo señalar por dónde habría que empezar a hablarlo.




En mi blog: https://n0estandificil.blogspot.com.uy/2017/09/resultado-de-una-revolucion-por-etapas_13.html


FERNANDO MOYANO - postaporteñ@ 1823 - 2017-09-19 





POSTALINAS


 

Los tweets de Dr. Salle Lorier


Cómo investigar a las "pepebandas" si ahora son gobierno?
El testigo que declaró el viernes le ofreció la nómina de los integrantes a cambio de protección. E

l Juez le dijo que no lo podía proteger El testigo confirmó que el Frente Amplio se financió en parte con dinero producto de rapiñas consumadas hasta 2004


La íntima relación entre los maleantes de las "pepebandas" y el gobierno, hace que el Juez no pueda avanzar en la investigación


Con Bonomi y Jorge Díaz dominando la justicia, imposible que prospere alguna investigación respecto del corrupto y criminal Frente Amplio


El Juez Valetti que investiga las "pepebandas” sabe que no puede confiar en el Ministerio del Interior, pues hay beneficiarios de esas bandas


El pueblo uruguayo vive la peor crisis de seguridad interna de la historia. El gobierno del Fraude Amplio reproduce factores criminógenos



Sobre nuevo código penal


Todavía no está totalmente redactado el nuevo código del proceso penal, los operadores oficiales confiesan no estar preparados

El código fue financiado por corporaciones privadas y gobiernos extranjeros, el que paga manda.

 El gobierno que nos considera ratas de laboratorio y la Corte entregada, cometerán la atrocidad de ponerlo en vigencia en noviembre
Gobierno, Fiscal General y Suprema Corte de Justicia, unos verdaderos irresponsables e improvisados que subestiman a los uruguayos


Los genuflexos legisladores no han terminado el código, se confiesan confundidos con las idas y venidas, pero lo van a poner en vigencia



entrevista en El País es de antes de la renuncia de Sendic

http://encuentros.elpais.com.uy/gustavo-salle.html#.Wb-gIs6-w_E.twitter


DEBILITANDO EL 

CONTROL DEL ESTADO


Pablo Mieres / UyPress 17.09.2017

El Frente Amplio históricamente se ha autoproclamado como el gran garante de la defensa del Estado ante los embates “neoliberales” de los gobiernos de los partidos tradicionales.


Esta fue una de las principales banderas que ese partido levantó durante décadas, liderando el combate a las privatizaciones y reivindicando la necesidad de defender el poder del Estado como garantía de los débiles


Esta postura fue parte del proceso de crecimiento electoral del Frente Amplio y de su ubicación como una alternativa que reivindicaba el viejo modelo uruguayo estatista típico de los tiempos batllistas.


Pues bien, ¿cuál es el panorama actual luego de más de una década de gobiernos mayoritarios de ese partido? Paradójicamente se ha producido en estos años un importante debilitamiento del Estado mediante el incremento de un manejo impune de instrumentos que han evadido al control de los recursos públicos mediante la traslación del manejo de los mismos a las reglas del derecho privado.


En efecto, particularmente durante la gestión del segundo gobierno del Frente Amplio se produjo de manera creciente un traslado de cada vez más recursos a la lógica del derecho privado, impidiendo de este modo que se pudiera fiscalizar y controlar de manera adecuada la utilización de esos recursos que son de todos.


Se ha producido una modalidad de privatización indirecta a favor de amigos y de algunos jerarcas públicos que han utilizado esos recursos en su provecho propio.


Un ejemplo paradigmático de este tipo de privatización para favorecer a amigos o eludir las reglas de control del derecho público fue lo que pasó con algunos de los negocios de ANCAP. El  uso de las empresas subsidiarias de derecho privado permitió escapar a las reglas del TOCAF, permitiendo realizar adjudicaciones "a dedo"


Cuando ANCAP decidió comenzar a producir cal, significativamente no lo hizo en forma directa, como lo había hecho y lo sigue haciendo en el caso del cemento, sino que utilizó a Cementos del Plata, una sociedad anónima propiedad de ANCAP, que le permitía evitar los procedimientos exigentes de las licitaciones públicas. 

Así otorgó "a dedo" el contrato de transporte de cal, escandalosamente caro, argumentando de manera insólita que no había otra empresa que pudiera cumplir con ese servicio.


Lo mismo se hizo con ALUR cuando se definió la construcción de la Planta de Bioetanol de Paysandú. De esta forma no se realizó un llamado abierto, sino que se seleccionó a un pequeño grupo de empresas y luego, entre ellas, se fue direccionando el resultado a favor del "caballo del comisario".


En ambos casos se evadió, además, el control del Tribunal de Cuentas. Una verdadera sustracción de recursos con respecto al control del Estado.


La creación del FONDES es otro ejemplo paradigmático del debilitamiento del Estado y de la privatización de dineros públicos.


En efecto, el FONDES se creó con recursos del BROU para promover una línea de préstamos con el objetivo proclamado de promover inversiones con fines sociales. Sin embargo, en vez de abrir una línea especial dentro del BROU que habría estado sujeta a los controles técnicos del BCU, se creó esta figura jurídica que, al margen de los criterios estatales, manejó decenas de millones de dólares otorgando préstamos sin ningún tipo de garantía a empresas de "amigos" que, en casi su totalidad, eran inviables y determinaron que el FONDES no tenga capacidad de recuperación de casi el 90% de los fondos prestados.


Si eso no fue una privatización de recursos públicos, no sabemos cómo llamarlos.


También el Plan Juntos pasó por el costado de la fiscalización del gasto. Se creó un fideicomiso en el ámbito de la CND que estuvo ajeno al control del Tribunal de Cuentas. 

A través de ese proyecto se ejecutaron más de 40 millones de dólares. No sabemos si estos recursos se administraron bien, porque se evadió el control público.


En el mismo sentido, el uso descontrolado de las tarjetas corporativas incluyendo gastos personales con fondos estatales o el uso de la publicidad de una empresa pública para catapultar una carrera electoral, son otras formas de privatización corrupta de los dineros públicos.


Mientras tanto, cada vez una mayor proporción de los recursos del Estado se evade a los mecanismos de contralor estatales y los que están sujetos a ese contralor sufren la impotencia de un Tribunal de Cuentas con poderes casi nulos para hacerse obedecer y de una Junta Anticorrupción que está reclamando mayores competencias para cumplir su tarea.


Lo más sorprendente es que estas cosas se han disparado en manos de un partido que llegó al poder proclamándose el mayor defensor del Estado



"La única opción de cambio favorable hacia un mundo socialista y

con libertad es desembarazarse de una vez por todas del Estado"


Entrevista a Osvaldo Escribano integrante del Grupo Libertario EUREKA


18 Sep 2017 Hemisferio Izquierdo N° 15



Hemisferio Izquierdo: ¿Cuales son los principales aportes del pensamiento y el movimiento libertario a las luchas populares por el socialismo?




Osvaldo Escribano: históricamente, el movimiento obrero tuvo una gran incidencia de los anarquistas que participaban en el mismo. Al estar en desacuerdo con la jerarquización y la delegación de compromisos, los anarquistas, plantean como metodología de lucha en reclamo de sus reivindicaciones, la acción directa, que no significa, necesariamente, violencia, sino la acción sin intermediarios ni mediadores entre los obreros y la patronal. Las herramientas de lucha, dentro de esta concepción, son la huelga, la ocupación de fábricas, su puesta en funcionamiento bajo su control, planteando también el boicot o el sabotaje. Una vez instalado el sindicalismo burocratizado, con la ayuda del Estado, se legalizan las huelgas y, por lo tanto, se reglamentan y ordenan estas medidas, así como la mediación del Estado o la iglesia para la solución de los conflictos; las que se salen de esta norma son las llamadas huelgas salvajes

Por otra parte, a partir de las movilizaciones, principalmente juveniles de 1968, se rompió con el mito de la necesidad del partido de los trabajadores para vanguardizar las movilizaciones populares y, al mismo tiempo, las organizaciones sociales comenzaron a adquirir  formas organizativas asamblearias, horizontales y sin delegaciones fijas; todas ellas metodologías propias de las organizaciones anarquistas

Desde el punto de vista teórico uno de los aportes  hechos es el de analizar la categoría dominación como superadora de explotación, y analizar al patriarcado como un sistema de dominación anterior al capitalismo e inclusive al esclavismo
Otro aporte que no podemos dejar de mencionar es la creación de espacios libres de distinta categoría, llámense Espacios culturales, Centro social, Biblioteca Popular o Ateneo.

 En estos espacios, además de una conquista territorial, que el anarquismo reivindica siempre, son lugares donde la gente comienza a tener relaciones diferentes, horizontales, antimachistas, no competitivas, donde la solidaridad y la acción directa son conductas cotidianas, así como una preparación para una sociedad sin patriarcado ni capitalismo.

 Estos espacios llegan a tener mucha relevancia, con la creación de comunidades o aldeas ecológicas, que en este momento en Uruguay está teniendo mucha importancia por la cantidad de grupos diversos, que manteniendo los valores mencionados, van conquistando espacios territoriales que se van liberando donde se intenta cuidar la  tierra y el medio ambiente, ensayando tecnologías apropiadas para  este cuidado.

 En todos estos espacios libres el cuidado entre las personas, el afecto y la creatividad, se transforman en una herramienta de lucha.



HI: ¿Cómo ve la acción política del movimiento libertario en la actualidad? ¿Cuáles son los principales ejes de acción y encuadres estratégicos?



OE: el anarquismo siempre tuvo una postura, fundamentalmente, de defensa de la vida, con una postura de claro enfrentamiento a todos los valores del sistema capitalista. Fueron anarquistas los hermanos Reclus, que a fines del siglo XIX ya plantearon la problemática de la sociedad industrial que ya avizoraban como inviable para la sustentación del planeta. 

En estos momentos donde la visión del colapso económico, financiero y de energía está cada vez más cercano, un gran sector del anarquismo vuelca su actividad a enfrentar a los megaproyectos del capitalismo y a los monocultivos y transgénicos, así como a toda la política extractivista que considera las nueva forma de colonialismo, adoptada por el capitalismo, con la complicidad del Estado, para lograr la dominación de los pueblos sometidos.

 Este enfrentamiento es una etapa más de las luchas por la tierra en las que el anarquismo siempre estuvo involucrado en distintas regiones y en distintos procesos revolucionarios. Con esta temática, participan activamente en las organizaciones sociales que los encaran, planteando una metodología organizativa propia y una estrategia que plantea el ataque al capitalismo y al Estado, en todas sus facetas ya que tienen claro que las reformas parciales solo pueden servir para un reacomodo del sistema. 

Por otra parte, tomando en cuenta que la problemática es muy parecida en distintas regiones del continente, se intenta coordinar acciones conjuntas con distintas organizaciones que plantean su enfrentamiento al sistema en la región


Además vastos sectores del anarquismo (no se puede hablar del anarquismo como uno solo, así como no se puede hablar de la misma manera de “los marxistas”, etc.), plantean que en el marco del próximo colapso y las consecuencias del cambio climático (que configurarán otro mundo, otro sistema muy diferente a este, en el caso de que la humanidad sobreviva....) la única opción de cambio favorable hacia un mundo socialista y con libertad, es desembarazarse de una vez por todas del Estado, trabajando en la construcción de Federaciones de productores autogestionados y autosuficientes
En nuestro criterio, las ideas libertarias son hoy, la única opción posible de cambio verdadero, que han sido adoptadas por muchos en el mundo, aunque no se las nombren como ideas “anarquistas”, cosa que nos tiene sin cuidado, no luchamos por puestos en el Poder, sino para que no exista. 

Hoy no es posible una discusión política y social seria, sin los conceptos de autogestión, autonomía, federación, autosustentabilidad; y sin tener en cuenta la crisis de conceptos como Estado, representación política



HI: Es posible advertir una paradoja respecto a la situación del movimiento libertario uruguayo en la actualidad. Por una parte, después de la caída del muro de Berlín, muchos aportes del pensamiento libertario evidenciaron toda su vigencia, al punto de penetrar en buena parte del pensamiento marxista y socialista contemporáneo. Sin embargo, esta suerte de "éxito teórico" coexiste con la crisis política del anarquismo como movimiento de masas, al menos si lo comparamos con lo que fue el movimiento libertario uruguayo en buena parte del siglo XX. ¿Coincide con la existencia de esta paradoja? ¿A qué se debe?



OE: no veo la paradoja, ya con el ascenso de Lenin al poder, podía verse claramente  que las premisas del anarquismo eran validas, el interés del Partido Comunista de mantenerse en el poder era más fuerte que la realidad que estaban viendo, ya Luigi Fabbri en 1921 en plena revolución señalaba sus deficiencias y la entronización de un nuevo Poder sobre los rusos, además del análisis de Emma Goldman cuando visitó el país, que son solo dos muestras. 

No creo que los intelectuales honestos no podían ver la realidad de lo que allí sucedía, cuando el pueblo ruso sufría las consecuencias de la dictadura y el empecinamiento en seguir con una política económica que nada tenía que ver con las premisas socialistas del control directo de los trabajadores y que, al centralizar la producción y la distribución de los bienes en manos del Estado, favorecía a una burocracia que sostendría el poder del dictador gracias a prebendas económicas y sociales. Hubo que esperar a la muerte de Stalin para empezar a “ver” el funcionamiento de la dictadura y todos sus errores, pero ya habíamos pasado, además, por la revolución española donde también fue aplastada la experiencia de los trabajadores practicando el socialismo, por esa misma dictadura.

 También hubo que esperar medio siglo más para que, con la caída del muro de Berlín, los marxistas más honrados, comenzaran a ver los errores cometidos y que ya habían sido adelantados por el anarquismo. Esta realidad, que no podemos considerar un éxito teórico, sino una triste confirmación de una hipótesis práctica sostenida siempre por el anarquismo


Por otra parte, la que denominas crisis política del anarquismo como movimiento de masas, debemos ubicarla en un contexto general donde el movimiento obrero, cada vez con mayor fuerza, se transforma en un aparato burocrático cuya función principal es negociar los conflictos con el Estado y el capital, a través de sus representantes y sin la participación directa de los trabajadores que allí sí, transformados en masa, van atrás de sus dirigentes. 

El anarquismo nunca consideró a las organizaciones obreras como  una masa, sino un nucleamiento consciente de trabajadores, con espíritu crítico, que se organizan para defender sus derechos y luchar por una sociedad sin dominación ni jerarquías. 

Por este motivo no podemos hablar de una crisis política del anarquismo, sino de una readaptación de la lucha en un panorama donde el imaginario social de la clase obrera está conquistado por las ambiciones del consumo y los temores de la inseguridad, armas utilizadas por el sistema para favorecer el control, por este motivo el anarquismo perdió influencia en el movimiento obrero salvo casos muy puntuales donde todavía tiene alguna incidencia y eligiendo otros campos de actividad como mencionamos anteriormente.


- postaporteñ@ 1823 - 2017-09-19 




Memoria Obrera: 

Chile Setiembre 1973

Publicado en Comunismo n° 4 (setiembre 1980)

 Grupo Comunista Internacionalista



NdeR: El 5 de septiembre de 1973, la Coordinadora Provincial de Cordones Industriales envió una carta a Salvador Allende en la que le reclaman medidas urgentes para evitar la instauración de una dictadura militar de corte fascista. En la misiva, estos consejos de trabajadores le enrostran al “compañero Presidente” la actitudclaudicante del Gobierno, que en vez de apoyarse en la fuerza del movimiento obrero y popular, se dedicó a buscar la conciliación con los sectores golpistas, aceptando medidas encaminadas a debilitar a quienes conformaban el sustento social de la “Vía chilena al socialismo”Ante un nuevo aniversario, el 44 y ante el coro polifacético de loas al gobierno de la UP va este documento histórico donde se  señala al presidente Salvador Allende la situación crucial en que se encuentran, el peligro inmediato de la dictadura militar, y le exigen terminar la conciliación con la reacción y medidas para evitar el Golpe, cosa que no se hizo (Parte1)posta



Carta de los Cordones Industriales al presidente Salvador Allende


A continuación la carta que los Cordones Industriales dirigieran a Allende el 5 de setiembre de 1973, solo unos días antes del golpe de Pinochet. Hemos considerado importante publicar este documento, ya histórico, porque aún sin pretender haberlo sido, es hoy una denuncia del papel contrarrevolu­cionario de todas las unidades populares en el mundo entero, de como los Pinochets son imposibles sin una clase obrera que ha sido desorientada, desor­ganizada y desarmada políticamente por la izquierda democrática. 

Este docu­mento, por otro lado, permite denunciar todas las peroratas sobre los "genera­les traidores” a las que nos tienen habituados los partidos de izquierda, y situar las causas reales de la derrota obrera en Chile, no en los enemigos que es evidente que en conjunto preparaban la desorganización de los obreros (sean o no pretendidos amigos), sino en sus propias ilusiones, en su falta total de dirección, de perspectiva comunista. 

Publicamos este documento, además, porque a menos de 7 años parecería como si nunca hubiese existido, porque todas las fuerzas democráticas de oposición han hecho todo lo posible por enterrarlo intentando que se borre para siempre de la memoria de nuestra clase, pues mete demasiado el dedo en la llaga. 

En fin, publicamos este documento, no porque adherimos a su contenido, sino porque resume la tragedia no solo de la clase obrera en Chile, sino de la clase obrera mundial, tragedia que seguirá reproduciéndose mientras que el proletariado no barra con sus armas a los Allende que se esconden con otros nombres en todos los países; ”... no solo se nos está llevando por el camino que conducirá al fascismo, en un pla­zo vertiginoso, sino que se nos está privando de los medios para defendernos".


Este documento, lejos de demostrar la fortaleza de nuestra clase, muestra su debilidad más absoluta, su paralización total frente a un Estado burgués que con su careta de izquierda le pedía replegarse mientras golpea­ba a todos los que luchaban por los intereses proletarios y preparaba el mazazo “final". Desconocer, no señalar ese conjunto de debilidades, no contri­buiría en absoluto al forjamiento de una perspectiva revolucionaria. 

Sin embargo, cuando criticamos las ilusiones y debilidades, estamos poniendo en evidencia nuestras propias debilidades, las debilidades de toda nuestra clase, condición imprescindible para superarlas. Nada más ajeno a nosotros, por lo tanto, el despreciar el esfuerzo clasista por romper con las ilusiones allendistas, pero nada sería más irresponsable que publicar este documento como emanante de la clase obrera, sin subrayar hasta qué punto las ideas burguesas dominantes entre los obreros -incluso de esa vanguardia de los cordones industriales- se mostraron más fuertes que su instinto de clase y los llevaban, apenas pataleando, al matadero.


El 5 de setiembre (en realidad desde mucho antes) no había duda alguna entre los obreros que iban al matadero, que la represión que había tocado ya a sectores importantes, se generalizaría a toda organización obrera; que se había pasado de una situación en la que un gobierno abanderado con el socialismo "estaba transando (SIC) para llegar a un gobierno de centro, reformista, democrático-burgués que tendía a desmovilizar a las masas...” a una situación en la que existían “la certeza de que vamos en una pendiente que nos llevará inevitablemente al fascismo", "a un régimen fascista del corte más implacable y criminal". Sin embargo a ese presidente que se le dice por anticipado que "será responsable de llevar al país no a una guerra civil, que ya estaba en pleno desarrollo, sino que a la, masacre fría planificada de la clase obrera…” se lo trata ni más ni menos que de COMPAÑERO Salvador Allende. 

Esto resume la tragedia de la clase obrera chilena, a todos los que la habían arriado, atado de pies y manos, desde los Partidos, los Sindicatos, el Esta­do, para introducirla totalmente indefensa en el corral de donde no sé sale vivo, se le pide decisión contra los que darán el mazazo final. 

Es como pedirles a los que te llevaron ante el pelotón de fusilamiento, que tomen medi­das contra los que apretarán el gatillo. 

El documento señala con claridad que de la desconfianza, con respecto a todas esas fuerzas, se pasa a compren­der que ese "reformismo" es el camino más rápido al "fascismo"; pero a esas fuerzas se las siguen considerando obreras. "Los trabajadores sentimos hon­da frustración y desaliento cuando su Presidente, su Gobierno, sus Partidos, sus organizaciones, les dan una y otra vez la orden de replegarse en vez de la voz de mando de avanzar "Ahora los trabajadores no solamente tenemos des­confianza, estamos alarmados" "Estamos absolutamente convencidos de que his­tóricamente el reformismo que se busca a través del diálogo con los que nos han traicionado una y otra vez, es el camino más rápido hacia el fascismo". 

Es decir sigue considerando a todos esos reformistas (El reformismo es nece­sariamente burgués) como "los partidos proletarios", a los partidos de la UP, al Gobierno, a los sindicatos, como los partidos de los trabajadores, al Presidente como él de los trabajadores. 

A ese organismo, la Central Única de Trabajadores, cuya principal función había sido la de contener las luchas obreras de acuerdo a las necesidades de valorización del capital, llamar a trabajar más cobrando menos por los intereses de la patria chilena (¡el cobre chileno!) y que llegó a integrar el Gabinete cívico militar del brazo con los generales del ejército chileno que ejecutaría la masacre, se la sigue considerando como "el organismo máximo" de la clase trabajadora.


El panorama era profundamente trágico, incluso aquellos cuya úni­ca referencia sobre Chile eran los comentarios de la gran prensa, comprende­rán, leyendo este texto, hasta que punto lo que pasó después fue el desenlace inevitable de la desorientación total de la clase obrera para forjarse su propia vía. Una clase obrera que reconocía que "lo que faltó fue decisión, decisión revolucionaria”, lo que faltó fue una vanguardia decidida y hegemónica" y a falta de ella se le pedía, al Presidente, que la guiara. 

Una clase obrera que tenía una desconfianza total en todas las fuerzas populistas de la burguesía, pero que como tantas otras veces en la historia, no logró construir su propia fuerza. Una clase obrera que en lo más profundo de su tragedia, de una tragedia que no es chilena sino mundial, no tiene un programa propio (o mejor dicho desconoce totalmente su programa) y exige el cumplimiento de lo que denomina un "programa mínimo": ni más ni menos que el programa burgués de la Unidad Popular.


En Chile, podemos decir que lo que hubo no fue solo una matanza sistemática preparada por el trillado camino de la "experiencia pacífica de construcción del socialismo", sino que se realizó integralmente al teoría del apoyo crítico, del frente único, del gobierno obrero, del control obrero…, hasta sus últimas consecuencias: la destrucción de toda organización obrera. 

En efecto, independientemente de la importancia relativamente débil que la presencia efectiva del trotskismo tuvo en Chile, independientemente de la ruptura formal entre el MIR y la Cuarta Internacional, fue evidentemente una ideología muy hermanada con el trotskismo internacional la que constituyó la barrera de fuerza que pudo contener a aquellos proletarios que querían escaparse del corral de donde no pudieron salir. 

SI, en los Cordones Indus­triales, lo del camino pacífico al socialismo no lo creía nadie (exceptuando, evidentemente, los agentes del Estado burgués infiltrados en las filas obreras), en cambio en lo que se seguía creyendo era en que había que apoyar críticamente a ese "gobierno obrero" para unos, "popular" para otros. Cuando más el proletariado intentaba desesperadamente escapar al control que sobre él ejercía el Estado burgués, -como tantas otras veces en la historia- más radicalizaba su discurso el centrismo, más se desarrollaron las izquierdas dentro de cada partido de la burguesía, más convergían hacia "el apoyo crí­tico", "el control obrero", etc. 

Con todas sus variantes y combinaciones, hacia ello convergieron, fortificándose, izquierdas socialistas, cristianas, del MAPU, etc., alineándose en una radicalización con todo tipo de matices que antes había sido propiedad exclusiva del MIR. La lectura del documento no deja ninguna duda de que esa ideología radical de la burguesía fue una fuerza decisiva para impedir el ataque del proletariado al Estado burgués.


Para que los lectores que no han vivido la "experiencia chilena", y que solo hayan escuchado las versiones para la posteridad construidas por la burguesía chilena (socialdemócrata, "comunista", Trotskista, maoísta, mirista, del MAPU, etc.) y repercutida por sus pares en todo el mundo, puedan com­prender lo mejor posible el documento que presentamos y porqué se llega al absurdo de "exigirle" al vértice del Estado burgués que tome las medidas ne­cesarias para "trasformas las actuales instituciones del Estado, donde los trabajadores y el pueblo tengan el real ejercicio del poder", es necesario señalar algunos antecedentes. 

En setiembre del 73 no cabe duda que la suer­te de la clase obrera estaba decidida, que su debilidad era imponente, que lo que vino después fue solo su ejecución. Sin embargo, no siempre fue así y hubo momentos decisivos en que la represión de izquierda y de derecha, de todo el Estado burgués, no eran suficiente; la clase obrera chilena intenta­ba construirse su propia vía. Fue en esos momentos cruciales, que el centrismo, con su clásica política contrarrevolucionaria del "apoyo crítico" patrocinada por el MIR, el guerrillerismo en general (decisivos fueron, por ejemplo, los consejos y discursos de Fidel Castro en Chile o de Cuba hacia Chile), pasaron realmente a primer plano, a constituir la última barrera (pero de fierro) del corral mortal.
Cada vez que la realidad no podía esconderse más y emergían socialmente como inevitables perspectivas o el terrorismo burgués o la destrucción del Estado burgués y la dictadura del proletariado, que suponía evidentemen­te liquidar por la fuerza en primer lugar el Gobierno de Allende y el Ejercito burgués, los ideólogos del apoyo crítico aparecían en primer plano propo­niendo una tercera vía: organización y armamento del proletariado, no para enfrentar a toda la burguesía y su Estado, sino para exigirle al Gobierno que cumpla con su programa "socialista" (SIC) para ejercer el control obrero so­bre la producción y la distribución pues así se van logrando "cuotas significativas de poder" (SIC) y para defenderse de los ataques de la burguesía (que para estos señores es sinónimo de derecha) que intenta impedir que se cumpla ese programa. Es precisamente la ideología de esta supuesta tercera vía (pues en realidad conduce inevitablemente a la mantención de la dictadura de la burguesía y el terror blanco) la fuerza que paralizó los intentos más de­cididos de la vanguardia obrera en Chile. 

Los intentos más violentos en es­te sentido, durante el allendismo, se concentran en 1972 y especialmente a partir del 11 de octubre de 1972, cuando los cordones industriales se desarrollan en respuesta a la catastrófica situación a la que la clase obrera es sometida por el capital en crisis, la represión Estatal y agravado en esa fecha por la huelga de comerciantes, transportistas y profesionales impulsada por la "derecha” 1/


Efectivamente durante 1972 las luchas obreras se agudizan frente a una burguesía que, por un lado, le pedía trabajar más por la patria chilena y las transformaciones '"socialistas" y, por el otro, le cortaba sus medios de vida. Como en toda otra circunstancia de crisis del capitalismo, la derecha y la izquierda se oponen en cuanto a sus intereses fracciónales, pero se complementan en imponer un aumento de la tasa de explotación: trabajar más y comer menos. Como en toda circunstancia similar, las luchas obreras contra la burguesía y la represión del Estado burgués se acentúan. 

El Estado Chileno, con Frei a la cabeza, con Allende o luego con Pinochet, siguió (como no puede ser nunca de otra manera sea "fascista" o "socialista" el presidente) esa línea de acción inherente a su propia esencia. El listado burgués al ponerse la careta "comunista", "socialista", "allendista", etc. había intentado solucionar la profunda crisis que la economía nacional chilena atravesaba, utilizando, como mejores métodos de aumento de la tasa de explotación, las naciona­lizaciones y el verbalismo socialista. 

Pero como es evidente no podía dejar de reprimir toda lucha obrera contra la explotación y desde el principio del "gobierno de los trabajadores" las luchas de los sin casa, de los mineros,... fueron reprimidas. Los partidos del gobierno y Allende si bien denunciaban cada lucha obrera como una provocación, y a los obreros que exigían que se les pagara más se los condenaba como la “aristocracia obrera" (ejemplo a los mineros del cobre), intentaban deslindar responsabilidades frente a cada uno de los hechos represivos: "ellos no podían controlar a los cuer­pos represivos no eran responsables de los excesos de los Carabineros y de Investigaciones".


 Es decir la historia de siempre, el presidente no sabía, el ministro del interior tampoco, el PC no estaba implicado, el PS desconocía que en Investigaciones se aplicaban torturas, etc.


La agudización de la lucha de clase, la represión Estatal y paraestatal del año 1972 dificulta enormemente la operación ocultamiento de la realidad. Comienza a quedar al descubierto que los torturadores, los asesi­nos de obreros, son además de los de Patria y Libertad, del Partido Nacional de PROTECO (Protección a la Comunidad), de la Democracia Cristiana, etc. los Partidos del Gobierno.

 En cada acción de los Carabineros y de Investigacio­nes contra grupos de obreros, son identificados dirigentes de la Unidad Popu­lar, del Partido "Comunista" y del Partido "Socialista". Allende sigue lla­mando a trabajar más a "definir, producir y avanzar" mientras en Investiga­ciones sus colaboradores, dirigentes como Carlos Toro o Eduardo Paredes/2 proseguían sus interrogatorios de obreros encapuchados en base a "la corriente", golpes, submarino, ... (muy poco después Pinochet ampliaría esas insta­laciones). 

Ese mismo cuerpo del Estado, junto con los carabineros, durante todo el año incrementará sus operativos antiobreros entre los que se destaca el del ataque a los campamentos de los sin casa de Lo Hermida (concentración de 8 campamentos proletarios). 

Unas 45 mil personas (cinco campamentos) son atacadas en plena noche por tanquetas de carabineros, micros del Grupo Móvil, patrulleras, camionetas, etc. que avanzan alumbrándose con luces de bengala. El ruido de las ráfagas de metralleta y del estallido de las bombas lacrimógenas tiradas dentro de las casas se mezclaban con los llamados de los autos parlantes a sostener el Gobierno de Allende. Los resultados no los podía tapar nadie (un obrero muerto, niños con lesiones provocadas por los gases, centenas de interrogatorios en investigaciones). 

Las declaraciones de los pobladores, incluidos los allendistas, eran terminantes: "En el año 70 llegamos a estos terrenos... jamás íbamos a pensar que lo que no tuvimos con Frei y Alessandri lo íbamos a tener con el compañero Allende" "Lo que aquí ha ocurrí do es una masacre. Los muertos son compañeros pobladores. Los heridos y ultrajados son hombres, mujeres y niños de nuestros campamentos, lo que la fuerza policial ha cometido en Lo Hermida es un asesinato contra el pueblo" "No­sotros hoy con dolor, con pena con rabia decimos que este gobierno se ha manchado las manos con sangre, pero con sangre de los mismos que fueron y marcaron la cruz en el voto para darle el triunfo al gobierno de la UP.

 Ahora no vamos a salir más a apoyar el reformismo. Vamos a salir a jugarnos, a mostrar que los pobladores sacrificados, vejados, muertos, acribillados, tenemos otro temperamento y otra determinación". Aparentemente nadie podría evitar las consecuencias, nadie salvo los apoyadores críticos, la última barre­ra de contención contrarrevolucionaria.
Punto Piñal centraliza la campaña, denuncia los hechos, culpa al reformismo lo denuncia como lo que es: contrarrevolucionario /3, es decir parte de las necesidades y posiciones obreras elementales.

 Pero cuando se tienen que extraer las conclusiones, se opone férreamente a la única salida proletaria (enfrentar a toda la contrarrevolución sea fascista o reformista) se encuentra siempre la tercera vías "Este gobierno tiene dos caminos: estar con el pueblo o ser su asesino". 

Es decir se presenta al vértice del Estado burgués como neutro y a sus personeros como capaces de pasar del lado obrero "Porque, la meta estratégica de los trabajadores no termina con este gobierno que, eso sí, puede alcanzar el mérito honorable si se lo propone, de abreviar la lucha histórica de la clase trabajadora chilena"/4


El problema para esa fuerza trotskizante, que se expresaba en Punto Final, se reducía entonces a "castigar a los culpables" y a defender el régimen: "... el intercambio de visitas entre La Moneda y Lo Hermida abrió una nueva perspectiva al proble­ma. La suspensión en sus cargos del Director y Subdirector de Investigaciones, contribuyó también a mostrar una apertura del Presidente Allende (SIC) al diálogo con los pobladores, que exigían sanciones para los responsables (SIC)"/5


Y los miristas e izquierdistas varios, sacaban la cara abierta­mente por Allende: "Conocemos a Allende y si bien discrepamos en muchos de sus puntos de vista por no decir de casi todos, hay cuestiones fundamentales que le reconocemos. En primer lugar consecuencia entre lo que piensa, dice y hace. Luego, coraje personal. Además una trayectoria política incompati­ble con la represión al pueblo (SIC). Por lo tanto creemos que Allende se­guramente (SIC) fue el primer sorprendido (SIC) y quizás el más fuertemente golpeado (SIC) por la salvaje represión descargada sobre ese campamento de los pobladores (evidentemente no más que los pobladores: NDER). La prensa derechista (SIC) ha tratado de endosarle la responsabilidad por lo sucedido en un intento de asimilar su gobierno a anteriores regímenes represivos anti populares (SIC)"/6


Al leer la carta de los cordones industriales el lector no debe perder de vista estos acontecimientos y este tipo de toma de posiciones. La situación que fue imponiendo la burguesía era tal que todo ataque obrero, al vértice del Estado burgués, era considerado de "derecha” y que le hacía el juego al imperialismo. Evidentemente que siempre la burguesía ataca a los revolucionarios de esta manera, lo que fue impresionante fue el nivel de imposición de este mito en toda la sociedad chilena: en ello iba contenida la derrota del proletariado.
Como dijimos, en octubre la situación de la clase obrera resultaba intolerable, los desabastecimientos (impuestos por la “derecha") de los artí­culos indispensables de subsistencia era imponente.

 Nunca había vivido una situación tan calamitosa en donde trabajara más (gracias a la "izquierda") por tan poco. Por ello, no es gracias al progresismo del gobierno popular (como dice la historia oficial y paraoficial) que hubo tanta lucha obrera, sino porque a la vez la situación era insoportabley que ni la "derecha" ni la “izquierda" habían logrado aún su desorganización total para pegarle el mazazo "final".

 Por todos lados se desarrollaron organismos de base con centralizaciones territoriales, asociaciones de obreros, en lucha, comandos de campamentos, juntas vecinales, centros de madres, organismos que reúnen artesanos, organismos estudiantiles, etc. que conformaron los Consejos de Trabajadores, que asumieron diferentes denominaciones: Consejos Coordinado­res Comunales, Comandos Comunales de Trabajadores, Cordones Industriales/7 

 El proletariado solo pretendía una cosas liquidar a los culpables de la situación insostenible y tomar las riendas de la situación. Evidentemente que la cuestión del PODER estaba planteada en todos lados. 

Era un momento crucial. El Gobierno considerando trágica la situación, responde formando el Ga­binete Cívico Militar al que se refiere el documento que publicamos.


El MIR/8  y las fuerzas que de hecho lo secundaban, se afirmaron en el primer plano, fomentaron e impulsaron todos esos organismos y los consejos coordinado­res, las consignas de que había que armarse prendían más que nunca, sostuvieron que era el momento de derrotar el "poder burgués", es decir se pusieron objetivamente a la cabeza del proceso, pero como siempre para contener­lo en el apoyo crítico.

 Otra vez se tomaban un conjunto de necesidades y posiciones obreras para dirigir al proletariado al callejón sin salida del apoyo crítico a sus enemigos más disimulados, para llevarlo más hábilmente a la defensa del Estado burgués. Punto Final titula, el 7 de noviembre del 72 en enormes caracteres, "A derrotar el poder burgués AHORA" Lo que po­día parecer una consigna insurreccional si no se supiese que por "poder burgués" esas fuerzas, con el MIR a la cabeza, entienden cualquier cosa me­nos el "Estado Burgués".


Más que 'nunca se sostendrá que el Gobierno qui­siese ir hacia el socialismo y que la burguesía no lo deja, que "el Ejército no se ha aún definido, que deberá escoger "Elgobierno” del Presidente Allende tiene el compromiso con el pueblo (SIC) de llevar adelante un programa que significa, textualmente, iniciar la construcción del socialismo (SIC), en nuestra patria (SIC). Ese objetivo es precisamente el que la burguesía (SIC) trata de impedir que se cumpla”/9


Comentando la entrada de los Generales a los Ministerios Punto Final dice: 

"Las FFAA., al margen de sus deseos de mantener una neutralidad que no corresponde a las característi­cas del proceso chileno (SIC), se verán obligadas a escoger. Su participa­ción en el gobierno de la UP da a oficiales (SIC) y soldados la oportunidad de sumarse a la histórica misión de los trabajadores... Las FFAA tienen un papel verdaderamente patriótico (SIC) y democrático (SI) que jugar junto al pueblo (SIC) apoyando a los trabajadores en su lucha contra la explotación de la burguesía (SIC)... 

Solamente los hechos podrán confirmar (SIC) o descartar esta posibilidad. Solo el bando que escojan en la lucha de clases (SIC) dará la pauta que del significado que tiene el ingreso de las FFAA en la escena política"/10 

Es decir ahora no solo el Gobierno había dejado de ser parte del Estado Burgués, sino que ¡ahora hasta el Ejército no había que destruirlo pues podía elegir y servir a los trabajadores! 

Es toda esa co­rriente trotskizante apoyadora "crítica" que partirá de necesidades obreras, utilizará un lenguaje hasta "insurreccional", para defender mejor a la contrarrevolución la que se impondrá en los cordones industriales, liquidando toda iniciativa clasista, toda posibilidad de un pasaje a la ofensiva obre­ra. 

Esa corriente política internacional, consecuente hasta la médula con la contrarrevolución, dirigirá los cordones, no hacia el ataqué del Estado Burgués, sino hacia la autogestión: "En cuanto tales organismos asumen tareas concretas -en orden al abastecimiento de alimentos, transporte, salud, producción y eventual defensa frente al fascismo, toman en sus manos una cuota significativa de poder"/11 

Mentira reaccionaria que ¡en España ha­bía sido decisiva! jamás los trabajadores podrán dirigir la sociedad ni te­ner "cuotas de poder", sin atacar y destruir al mismo tiempo el Estado bur­gués (ésta era la única posibilidad de solucionar enserio el desabastecimiento). "Cuotas de poder", mentira de la contrarrevolución pero que se impon­drá y llevará a los trabajadores a la situación de desorientación y masacre del 73 y años sucesivos. "Control obrero" que sacará a la burguesía de una situación dificilísima y le permitirá minuciosamente prepararla masacre.


Podíamos decir que en general en el capitalismo la burguesía cui­da y vigila sus empresas y el proletariado prepara su guerra. En Chile en la medida que esa ideología se fue imponiendo y "las parcelas del poder se iban conquistando" la cosa fue al revés: mientras los obreros estaban bien entretenidos en cuidar las empresas capitalistas ("Comités de Vigilancia"), la burguesía realizaba su guerra y preparaba la masacre. La guerra la ga­nó así, en 1972 y principios del 73, utilizando más la dispersión que las balas, a finales del 73 solo le quedaba realizar la masacre. En ella, como siempre, cayeron también muchos defensores del Estado Chileno y del Allendismo en particular. Ello no es una excepción, sino que siempre que la re­presión antiobrera se generaliza se toca también a fracciones del capital. 

A éstos que siguen siendo nuestros enemigos aunque hoy estén en la oposición, no hay ningún motivo para llorarlos. A los obreros que cayeron, es más importante que llorarlos preparar la fuerza de clase para vengarlos. La mejor forma de ser consecuentes con ello es luchando contra el capital en todo el mundo, ir gestando la dirección comunista que tanto faltó en Chile, como sigue faltando en el mundo entero. De la historia de nuestra clase tenemos aún muchísimo que aprender y ello será necesario para ven­cer


 Notas



1/ Evidentemente que esta huelga, en la que la "derecha" movilizó para sus fines a pequeños burgueses y también a masas obreras (que no tenían ninguna razón para estar conformes con la izquierda), tiene como objetivo decla­rado la lucha contra la "izquierda" en el Gobierno. Un análisis de las luchas entre las fracciones de la burguesía debería hacer hincapié en estos factores. Nosotros nos interesamos aquí solo en lo que fueron los efectos principales en la clase obrera, porque estamos considerando fundamentalmente (lo que es fundamental y por ello más encubierto) la contradicción burguesía proletariado


2/ Tal vez sea bueno recordar que este tipo de "socialistas" amigo de Allende y que murió fiel al allendismo en la Moneda, era de los dirigentes encargados de repartirles armas a los trabajadores si venía el "golpe fascista". ¿Ironía o tragedia?


3/En el número del 15 de agosto del 72 se dice; "El culpable directo de este grave hecho es el reformismo, cuyo papel negativo llega al extremo de utilizar para sus propios fines un aparato represivo que du­rante largos años se ha cebado en la carne del pueblo..." Y en el mismo texto se dice: "... nos referimos al factor contrarrevolucionario que significa el reformismo".


4/ Ídem 5/ Ídem 6/ Ídem.

7/ Algunos surgieron con anterioridad y fueron casi clandestinos. Su re­producción y afirmación social se da en estas circunstancias.

8/ El MR había lanzado ya antes la consigna de "consejos comunales de los trabajadores

 9/ Punto Final 7/11/72. Los subrayados son de la Redacción de Punto Final los SIC nuestros


10/ Ídem 11/ Ídem

- postaporteñ@ 1823 - 2017-09-19 






ARG | Viaje al corazón de Vaca Muerta

 

¿Del «consenso de los commodities» al «consenso antiindígena»?



Los proyectos hidrocarburíferos, junto con el acaparamiento de tierras, son algunas de las fuentes del agravamiento del conflicto indígena.
Maristella Svampa/ Nueva Sociedad Septiembre 2017


El no reconocimiento de la responsabilidad de la Gendarmería nacional en la desaparición forzada de Santiago Maldonado, y más aún, la negación sistemática del hecho, ocurrido en una solitaria ruta de la Patagonia argentina el pasado 1º de agosto, en el marco de una protesta en reclamo por la liberación del lonko (líder) mapuche Facundo Jones Huala, ha generado en el gobierno de Mauricio Macri una inesperada crisis política. 

 Por un lado, la desaparición puso en el tapete no solo el endurecimiento del contexto represivo, sino también el desconocimiento y la indiferencia del actual gobierno respecto de los consensos forjados en la sociedad argentina en torno de los derechos humanos, luego de la experiencia del terrorismo de Estado y la desaparición forzada de miles de personas bajo la última dictadura. Por otro lado, en medio de una enorme campaña política mediática de carácter antiindígena, la crisis terminó por dar visibilidad a los reclamos de los mapuches sobre la propiedad de las tierras, hoy en disputa.


Vaya a saber cómo evolucionará la indagación de la justicia, ante el llamado a declaración de los gendarmes presentes en la represión que culminó con la desaparición de Maldonado y cómo esto impactará en las elecciones parlamentarias de octubre, que –supuestamente– confirmarían el triunfo del oficialismo a escala nacional. 

En lo que respecta a los reclamos mapuches, desde el principio el oficialismo dejó en claro una estrategia política que retoma y potencia las lecturas demonizadoras de los grandes propietarios rurales, que asocia a los mapuches con la violencia e incluso el terrorismo, además de desempolvar viejas acusaciones como aquella de que «los mapuches no son argentinos, sino chilenos» o que «han exterminado a los tehuelches», los supuestamente verdaderos «originarios» de la región. 

La campaña de demonización está ligada a la apuesta explícita que el gobierno de Macri hizo por la profundización del modelo extractivo, basado en la explotación de combustibles no convencionales, la megaminería a cielo abierto, la multiplicación de represas hidroeléctricas y la expansión de cultivos transgénicos, a lo cual hay que añadir los emprendimientos inmobiliarios, emplazados en territorios que defienden comunidades indígenas y no indígenas, muchos de ellos en manos de propietarios extranjeros.


El caso es que desde fines de 2015 la situación de las comunidades indígenas que reclaman tierras ancestrales ha empeorado. Ha habido numerosos desalojos y varios dirigentes indígenas encarcelados en situación irregular, entre ellos el wichi Agustín Santillán, detenido y encarcelado en la provincia norteña de Formosa, contra quien se reactivaron causas anteriores, así como el dirigente mapuche Facundo Jones Huala, a quien se le atribuyen crímenes de una enorme gravedad y está en proceso el pedido de extradición de Chile. 

La agresiva campaña político-mediática que apunta a asociar a grupos mapuches con la violencia política, supuestamente articulada por el grupo radicalizado Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), del cual se sabe poco y se inventa mucho sin rigor investigativo alguno, arrancó a principios de año y fue nota central de dos de los principales diarios del país.


Las comunidades mapuches están repartidas por el inmenso territorio patagónico, en las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut. Después de la llamada «campaña del desierto», en 1878, que exterminó a una parte de los indígenas del sur, muchos de los sobrevivientes fueron reclasificados como «trabajadores rurales», considerados ciudadanos de segunda y arrinconados en la estepa y la cordillera, en territorios en ese entonces no valorizados por el capital.
Hace unos días tuve la oportunidad de visitar Añelo y Campo Maripe junto con la Confederación Mapuche de Neuquén. Se trata de una de las organizaciones indígenas más solidas y de mayor trayectoria en la Patagonia. 

Con el apoyo de organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales, ha venido desarrollando un trabajo social y político que apunta a lograr un mayor ejercicio de los derechos, así como el fortalecimiento y la difusión de su cultura.

 Las relaciones de la Confederación Mapuche con el poder político, económico y judicial de la provincia siempre han sido tensas. En 2006, logró un triunfo histórico, al incorporar en la reforma de la Constitución neuquina un artículo que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, así como el reconocimiento jurídico de las comunidades por parte del Estado provincial. Sin embargo, la realidad de los territorios atravesados por la lógica del capital extractivista está lejos de la promesa de la interculturalidad. 

En 2013, el Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas (ODHPI) destacaba que, solo para el caso de Neuquén, había 42 juicios penales (25 de ellos por el delito de usurpación), que criminalizaban a 241 mapuches por sus acciones. Estas luchas están ligadas a derechos reconocidos jurídicamente, como los reclamos de tierras y territorios, que se hallan amparados por la normativa nacional y provincial existente


Mi presencia en el corazón de Vaca Muerta, junto con organizaciones sociales, activistas e intelectuales de variados países, estuvo vinculada a la realización de un «acto de desagravio» por el cuarto aniversario de la firma del convenio entre la multinacional Chevron y la empresa argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), el cual abrió las puertas al fracking a gran escala en la provincia de Neuquén. Quizá pocos lo recuerden, pero la aprobación de ese convenio por parte de la Legislatura neuquina (que debía refrendar lo firmado por el gobierno nacional entonces presidido por Cristina Fernández de Kirchner) rompió con todos los protocolos democráticos e incluso tiró por la borda la intensa retórica nacional-popular y latinoamericanista desplegada por el oficialismo de entonces.


El 28 de agosto de 2013, mientras los diputados neuquinos votaban afirmativamente sin conocer la letra del convenio, fuera del recinto se desarrollaba una interminable represión –una de las peores del ciclo kirchnerista– sobre una nutrida movilización compuesta por organizaciones sociales y ambientales, comunidades mapuches, partidos políticos de izquierda y estudiantes.


Sin embargo, el kirchnerismo no estaba solo: tanto la oposición de centro como la de derecha acompañaron su decisión. Más allá de las desprolijidades, el «Consenso de los Commodities», como hemos caracterizado este periodo, proyectaba a Neuquén como la nueva «Arabia Saudita». 

En gran medida gracias a la imagen proyectada por Vaca Muerta (la más grande formación de shale o roca de esquisto de Argentina), tuvo la particularidad de mostrar el resistente hilo negro que une en una misma visión sobre el desarrollo a progresistas, conservadores y neoliberales. 

Como consecuencia, y al igual que con la soja y la megaminería, Argentina apostaría a convertirse en un laboratorio a gran escala en la implementación de una técnica tan controversial a escala global, a través de un marco regulatorio claramente inconstitucional y muy favorable a las inversiones extranjeras
La historia no es sin embargo lineal. 

A partir de 2014, la caída de los precios internacionales del petróleo habría de poner freno a la fiebre eldoradista en Vaca Muerta, lo cual no impidió el inicio de un proceso de reconfiguración social y territorial, con sede en Añelo, localidad ocupada por las grandes operadoras transnacionales. 

 Ciertamente, en Añelo todo está listo para (volver a) arrancar, cuando se dé la señal de largada; esto es, apenas aumente el precio el petróleo y proyecte un horizonte de rentabilidad la esperada inversión de las grandes corporaciones globales
La región de Vaca Muerta está lejos de ser un «territorio vacío», tal como es concebido por las autoridades provinciales y nacionales. Allí se asientan de modo disperso unas 20 comunidades indígenas. 

Y en función de los derechos colectivos reconocidos por la Constitución nacional y las normativas internacionales, los mapuches están lejos también de ser meros «superficiarios», como los tildara sin sonrojarse uno de los directores de YPF, en un debate reciente. Así, a raíz de las protestas llevadas a cabo por la Confederación Mapuche, en 2014 el gobierno del Neuquén debió reconocer a la comunidad de Campo Maripe, asentada en la zona desde 1927. 

El territorio en disputa, señala el Observatorio Petrolero Sur, son 10.000 hectáreas, aunque el gobierno solo acepta como parte de la comunidad unas 900.

 Pero en esta extensión es imposible realizar las tareas de pastoreo extendido y agricultura, las dos actividades de las que viven las 120 personas que forman parte de ella


Desde 2015, los conflictos se agravaron y son muchos los dirigentes mapuches judicializados: en julio de este año, la Gendarmería irrumpió en Campo Maripe, por pedido de YPF, para sitiar y resguardar la zona de explotación de YPF-Chevron; y hace unos días, un fiscal declaró en rebeldía a seis integrantes del lof Campo Maripe, sobre quienes pesa la acusación de «usurpar» un camino privado que conduce al yacimiento Loma Campana


Este es un ejemplo, pero son muchos más los territorios en disputa, hoy recuperados por comunidades mapuches que alertan sobre una extendida cartografía del conflicto frente al avance de las diferentes modalidades del extractivismo y el acaparamiento de tierras. 

Cierto es que compañías como Chevron o Halliburton, propietarios como el británico Joseph Lewis o el grupo Benetton, se expandieron notablemente durante el ciclo progresista, pero en aquellos años el avance de la lógica depredadora del capital debía convivir con una narrativa oficialista de los derechos humanos que, aun en contra de lo que las propias políticas del kirchnerismo impulsaban, también incluía los derechos de los pueblos indígenas. No por casualidad, en 2006 y en un contexto de creciente conflictividad, se sancionó la ley 26160, que prohíbe los desalojos de las comunidades indígenas de las tierras que ocupan y ordena la realización de un relevamiento territorial
Sin embargo, hoy el doble discurso, sus tensiones y contradicciones, parecen parte del pasado.

 El racismo contra los indígenas no solo sigue operando como dispositivo disciplinario y fuertemente criminalizador en las ciudades, sino que cobra nuevas dimensiones en las crecientes disputas por los territorios. La campaña antiindígena contra los mapuches es una clara ilustración, pues elimina matices y complejidades, lo que es facilitado por la mirada simplificadora y agresiva de ciertos grandes medios de comunicación. Su objetivo es claro: se trata de disociar los reclamos de los mapuches del discurso de los derechos humanos, asociándolos a la violencia y creando las bases de un consenso antiindígena que avale ante la sociedad el avance del capital sobre los territorios en disputa.

 A este contexto de creciente demonización se agrega que hace unos días el Senado de la Nación, con el voto activo del oficialismo y la abstención de una parte de la oposición (que incluyó al kirchnerismo), rechazó tratar con urgencia la prórroga de la ley 26160, que vence a fines de 2017


Hoy más que nunca la prórroga de esa ley exige el fin de la indiferencia y la adopción de un compromiso decidido de la sociedad civil en apoyo de los pueblos indígenas. 

Esta intervención no solo permitiría desmontar el consenso antiindígena que se pretende instalar; también habilitaría un diálogo necesario y democrático con las comunidades indígenas sobre el lugar que estos pueblos deben tener en el Estado argentino. 

Al mismo tiempo, la intervención de la sociedad civil posibilitaría abrir el esperado debate sobre el avance de modelos de mal desarrollo en los territorios y el rol que las resistencias sociales hoy existentes tienen en defensa de la vida


- postaporteñ@ 1823 - 2017-09-19 




Heinz Dieterich:

"Venezuela está a un paso del abismo, va hacia un desenlace trágico"


El prestigioso sociólogo alemán, ex asesor de Hugo Chávez, señala que el gobierno de Nicolás Maduro es hoy una dictadura socialdemócrata. Pero que se está acercando a una dictadura militar.

Andrea Sosa Cabrios y Denis Düttmann/DPA-Clarín 15/9/17



[Nota previa de El Libertario: 

Reproducimos esta reciente entrevista al intelectual alemán radicado en México creador de un cuento que el "Comandante Eterno" promovió con entusiasmo. Entendemos que H.D. expone acá opiniones que es de interés conocer sobre la coyuntura venezolana, aunque dejando claro que no compartimos para nada de intento que hace de separar tajantemente a Chávez de su sucesor, como si no hubiese suficiente evidencia de la continuidad que los une.](posta comparte el concepto de  esta nota de Libertario)


El sociólogo alemán Heinz Dieterich conserva una boina roja que le regaló Hugo Chávez en 1999. Eran tiempos de cercanía entre el impulsor del “socialismo del siglo XXI” y el entonces presidente venezolano, que adoptó esa idea como impronta. La boina dedicada a Mirna, su pareja, luce intacta en su departamento de Ciudad de México, donde vive desde 1976. La amistad con Chávez, en cambio, se resquebrajó a partir de 2005, cuando Dieterich dijo que en Venezuela en realidad no había socialismo en el sentido histórico del término. A Chávez le molestó. Hoy Dieterich, de 74 años, es duro crítico del presidente Nicolás Maduro, al que considera una “mala imitación” de Chávez, y vaticina para el país un “desenlace catastrófico”.


- ¿Cómo describe lo que está pasando ahora en Venezuela?


-Con la decisión de estrangulamiento financiero de Donald Trump, la situación se acerca a un desenlace catastrófico. Siendo Estados Unidos el centro financiero del mundo, la medida de Trump tiene impactos mucho más allá de la simple posibilidad de contraer nueva deuda vía nuevos bonos. Todas las corporaciones privadas se orientan en lo que hace no sólo Wall Street sino el Tesoro de Estados Unidos. Ni China ni Rusia tienen una logística mundial comparable. Esto es un regreso a los años 60, a la Guerra Fría. Es lo que pasó con el bloqueo de Cuba: o estás con nosotros o eres nuestro enemigo. Maduro y su tropa no entendieron que tenían que buscar la solución negociada.


-¿Qué sigue?


-A mi juicio, esa medida financiera, junto con algunas otras medidas que vemos en la reconquista conservadora proestadounidense de América Latina, inician esa espiral de violencia en la cual a Maduro no le va a salvar que trate de equilibrar geopolíticamente con China y Rusia lo que Washington no le va a dar. No entendieron que si bien iban a perder una elección, podían negociar con el futuro gobierno el control de la fuerza armada y la policía, que quedara en sus manos para que no hubiese violencia. Esa fue la solución en Nicaragua cuando los sandinistas perdieron las elecciones. Esa era la única posibilidad de que la cosa en Venezuela no se convierta en una guerra civil o de paramilitares, como los “contras” en Nicaragua. Y ahora están a un paso del abismo.


-¿Qué es el abismo?


-Es la repetición de Nicaragua. Fuerzas paramilitares organizadas en Colombia, en sectores de la Amazonia de Perú y Brasil, que empiezan a destruir la infraestructura. Y eso lleva entonces a una situación más represiva todavía. Ya está prácticamente cerrada la Asamblea Nacional y la involución democrática interna en Venezuela se enfoca cada vez más hacia un desenlace trágico, sangriento. Y con las medidas de Trump ahora pienso que hemos pasado el rubicón y no veo cómo se pueda arreglar esto pacíficamente. Se podría todavía, pero eso implicaría un cambio de software del grupo en el poder. Y no hay ningún indicio de que estén dispuestos a reconsiderar la situación.


¿El objetivo de las sanciones financieras de Estados Unidos cuál es?


-El objetivo de la política de Washington en Venezuela es romper la unidad monolítica de los militares, porque como el gobierno sólo se sostiene por los militares, si logras dividir esto, el gobierno cae de inmediato. Todos los factores se enfocan en los militares: el gobierno tiene que mantener la unidad, la oposición tiene que lograr la división de los militares, Washington también. Es el centro del poder del sistema.


-¿No ve otra alternativa?


-Cuando tú analizas científicamente una sociedad, en el centro del poder está el Estado. Y el Estado es como una cebolla, que tiene diferentes estratos, pero en el núcleo está la fuerza armada. Por eso, una revolución nunca ha terminado mientras no se destruya al Ejército del enemigo. Y eso vale en tiempos de paz. El último criterio del éxito es la fuerza armada. En Venezuela eso es muy característico porque el Gobierno está ya con las manos vacías. Hay diferentes formas de poder en una sociedad: las masas, los medios de comunicación, el carisma, los dólares. ¿Pero con 20 por ciento de apoyo, a Maduro qué le queda? Sólo los militares. Todo intento de cambiar al sistema, desde la izquierda, desde la derecha, se dirige a ese punto


-¿Hay alguien que esté asesorando a Maduro?


-A mi juicio él no tiene un equipo de calidad. Cuando encabezas una empresa o un gobierno lo que puedes hacer depende de la calidad de tu equipo. El que realmente tiene el poder es Diosdado Cabello (número dos del chavismo), que en el levantamiento de 1992 era un teniente de la fuerza armada ideológicamente derechista. Pero luego se convirtió en la eminencia gris, a través de sus dossiers que comprometían, porque cuando era ministro del Interior espiaba a otros ministros. Es un mago de la guerra sucia palaciega. Maduro ha sido la fachada cómica de la política que Diosdado Cabello manda. Él tiene toda la información para comprometer a gente, es magistral en intrigas. Un Montesinos, para usar el ejemplo peruano



-Hace unos meses usted escribió que si la crisis se agravaba el próximo paso sería la dictadura militar. ¿Ve a Venezuela en esa ruta?


-A mí me parece que Venezuela es una dictadura socialdemócrata. No es una dictadura fascista, pero se justifica hablar de dictadura porque la voluntad de la mayoría es absolutamente clara: que quiere un cambio en la política y un cambio de gobierno. El gobierno ha bloqueado y saboteado sistemáticamente todas las fechas de elecciones, ha bloqueado al Parlamento con mayoría opositora. Esto para mí es una dictadura basada en las bayonetas. El paso a una dictadura militar abierta es muy corto


-¿Y qué pasaría entonces?


-Los militares son muy pragmáticos. Cuando vean que esto no tiene más futuro, entonces ellos mismos van a dar el golpe. Es lógico porque ellos van a ser los salvadores de la Patria. Toman el poder, convocan a elecciones y salvan el pellejo porque van a decir: nosotros les devolvemos la democracia formal con la condición de que nadie de nosotros va a la cárcel. Y Maduro va al exilio. Cuando la solución se vuelva desesperada es el paso que van a dar, pero ese momento no ha llegado todavía


-Un golpe militar, pero no para instalarse en el poder


-La idea de una dictadura militar estable sería absolutamente descabellada. Los militares sólo pueden gobernar en determinadas condiciones y en Venezuela no hay condiciones. Ellos saben que una prolongación de un régimen de facto no tendría posibilidad de consolidarse porque el gran problema es la economía. ¿Qué saben los militares de economía? Nada. No lo pueden arreglar. ¿De dónde consiguen el dinero? Ellos no pueden resolver el problema de fondo, pero podrían ser el puente hacia el regreso a la normalidad de la democracia burguesa.


-¿Eso es bueno o malo?


-Sería mejor la presión de China, Rusia y Cuba para que se negociara la “solución sandinista” de 1990 cuando fueron las elecciones. Eso sería la solución óptima, pero si no, la segunda, muy arriesgada y con desenlace poco previsible, es la división de los militares y un golpe militar de una fracción. Al inicio, habrá muertos.


-Una “solución sandinista” para Venezuela. ¿Qué significa?


-Cuando los sandinistas pierden las elecciones, hay dos fracciones. Una que dice “nosotros no entregamos el poder” y otra fracción, la de Daniel Ortega, que dice “eso no tiene futuro, vamos a quedar aislados”. Ortega va con Violeta Chamorro y le dice: “Ustedes, después de esta guerra criminal de agresión, ganaron. Pueden tener el gobierno, pero nosotros controlamos la fuerza armada y la policía por un tiempo”. Los contras tuvieron que aceptar porque los “gringos” aceptaron. Y eso funcionó y no hubo más sangre. Ni de un lado ni de otro lado corre la sangre. Es la única solución razonable en esta situación. En la medida que pase el tiempo, en la medida que Washington se mete más, ya no puedes hacer esto porque el próximo paso son los paramilitares.


-¿Qué opina del papel de la oposición reunida en la MUD (Mesa de la Unidad Democrática)?


-La oposición está fragmentada. Es un conglomerado heterogéneo, unido por un solo interés de sustituir el gobierno de Maduro y quedarse ellos. Cuando ganan las elecciones en 2015, piensan que lograron lo que querían. Subestimaron al grupo de Maduro. Han perdido la iniciativa estratégica. Maduro y su grupo, a su vez, la han tomado al inventarse la Asamblea Constituyente. Cuando Washington ve que va a ganar Maduro arma una estrategia hemisférica para Venezuela a través de Brasil, Argentina, México y algunos otros, para aislarlo políticamente y, cuando esto no es suficiente, decide el estrangulamiento financiero.


-¿Se mantendría unida la Mesa de Unidad Democrática en caso de llegar al poder?


-Eso depende de quién se imponga. Si esa coalición ganara elecciones entonces tendría que negociar internamente quién ocupa las posiciones de poder real. Lo demás es secundario. No sabemos cuáles serían realmente las fuerzas decisivas dentro de la coalición y no sabríamos cómo sería la correlación de fuerzas en Estados Unidos, porque a Trump le importa un carajo Venezuela. Yo dudo inclusive que sepa dónde queda, pero tienes una fuerza en el Congreso que es extremadamente reaccionaria, fuerte y violenta, como Ted Cruz de Texas, Marco Rubio en Florida. Eso va a decidir si esa transición puede ser medianamente pacífica o no



-¿Hay espacio todavía para una salida negociada?


-La gente solo negocia cuando piensa que no puede ganar por otra vía, pero el gobierno de Maduro no ha llegado todavía a la convicción de que su estrategia lo va a llevar al abismo. Lo hemos visto en Colombia: 50 años de guerra hasta que todo el mundo aceptó que militarmente nadie podía ganar. Y cuando llegan a esa conclusión, entonces negocian. Los que podrían hacérselo entender serían los chinos y los rusos. Pero China no está todavía con el software de una potencia mundial de ese tipo, Rusia lo tiene, pero no tiene el poder que tiene China. A uno le falta el poder, al otro le falta el software



"Maduro es una mala imitación de Chávez"


-Se dice que usted es el ideólogo de Hugo Chávez. ¿Cómo se autodefine?



-Siempre definí la relación con él como una amistad. Una noche en el Palacio de Miraflores tocamos el tema de si uno es asesor o no. Y le dije: “Mira, un asesor cobra y un asesor es un empleado. Yo soy tu amigo porque yo quiero decirte lo que yo pienso y eso no lo puede hacer un empleado”. Y por lo tanto dejamos nuestra relación en el concepto de amistad


-¿Cuánto influyeron sus ideas en Chávez?



-Él era teniente coronel y tenía cierta cultura general. Lo que le faltaba era el contacto con la política y la cultura global. En esto yo podía ser útil. La segunda cosa era algo más inmediato: la política en cierto sentido es empresarial. Cuando lanzas un producto, necesitas un “brand name” (marca) y un discurso de marketing. Le encantó el concepto de socialismo del siglo XXI. Entonces se apropió de ese concepto. La tercera aportación era que yo le advertía sobre ciertas ilusiones de gente que lo rodeaba y que no sabía de economía y que pensaban que se podían modificar sistemas tan complejos como la economía de mercado moderna simplemente por deseo ideológico



- ¿En qué son diferentes Chávez y Maduro?


-La diferencia es que Chávez era extremadamente inteligente. Y tenía una vitalidad que le permitía trabajar 18 horas, 20 horas al día. La tercera cosa es que aprendía muy rápidamente. Hugo tenía un tipo de pensamiento dialéctico, veía un fenómeno desde distintos puntos de vista. Maduro no tiene nada de esto. Tiene un pensamiento dogmático. Es incapaz de aprender y eso tiene que ver con que no lee. Chávez igual que Fidel (Castro) siempre estaba leyendo. Eso explica en gran modo la catástrofe que estamos viendo. El dialéctico ve más allá de ciertas estructuras mentales. Maduro es incapaz de abrirse a nuevas visiones de los fenómenos. Él se llama maoísta porque, según su autodefinición, su ideología lo es, pero si algo caracterizaba a Mao es el pensamiento dialéctico.


-Muchos dicen que Chávez tenía más carisma



-El carisma en la política es fundamental. Cuando tienes carisma, puedes convencer y entusiasmar. Los grandes líderes generalmente tienen ese atributo. Maduro no lo tiene. Es una mala imitación de lo que era Chávez, pero es tan mala que es caricaturesco. Carisma viene del griego y significa don. Y Chávez lo tenía, como Fidel lo tenía también, Kennedy, George Washington. Ese atributo facilita la comunicación con la gente y el respeto de la gente, que es fundamental para seguir las orientaciones estratégicas del líder. Maduro, cuando imita a Chávez, y en todo lo imita, enseguida ves que es “fake”, que es una falacia, que es una imitación barata, una tira cómica. Es una gran hipoteca que él lleva consigo


-¿No tiene otra fuente de respaldo Maduro más que los militares?


-Si solo 20% de la población te apoya y tienes una tasa de inflación este año como del 700%, si en los últimos tres años el producto interno bruto ha caído un 35%, si la producción de petróleo de 2016 a hoy ha caído 20%, en una situación así, donde tú no tienes la mayoría contigo, en la cual la economía no está contigo, en la cual tú gobiernas sobre una mentira, lo único que te mantiene en el poder son los aparatos de seguridad. La gran narrativa de que el desastre es el resultado de la agresión imperialista es como que el capitán del Titanic diga que no chocó contra un iceberg porque todos estaban borrachos, sino que una potencia hostil hundió el Titanic con un torpedo. Tal es la magnitud de la falsificación

- postaporteñ@ 1823 - 2017-09-19 





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