sábado, 26 de noviembre de 2011

Las Revoluciones son imposibles..hasta que se vuelven inevitables

Número 667 | Noviembre 25 de 2011 | Año 6



º



3ª Marcha en Treinta y Tres



 
TE INVITAMOS A PARTICIPAR DE LA TERCERA MARCHA
 EN DEFENSA DE LA TIERRA Y LOS BIENES NATURALES:



SE REALIZARÁ EL SÁBADO 3 DE DICIEMBRE DE 2011 
 
A LAS 16:OO HORAS EN LA CIUDAD DE TREINTA Y TRES

(SALIMOS ESE MISMO DÍA DEL SAUCE A LAS 10 DE LA MAÑANA
 DESDE LA CASA DE ARTIGAS. 
 ESTIMAMOS EL GASTO EN PASAJE EN $ 400, 
TE PODÉS ANOTAR HASTA EL 30 DE NOVIEMBRE POR LOS TELÉFONOS: 
2294 16 54 (MARIO) Y 096 508 053 (JUAN)



POR UN URUGUAY ARTIGUISTA EN EL QUE
“LOS MÁS INFELICES SEAN LOS MÁS PRIVILEGIADOS”



 
 SIN MEGANINERÍA A CIELO ABIERTO QUE ARRASARÍA CON MÁS DE 100.000 HECTÁREAS PRODUCTIVAS Y EXPULSARÍA A
 CIENTOS DE PRODUCTORES RURALES

 
 SIN EUCALIPTUS, PINOS, SOJA O FUMIGACIONES QUÍMICAS A GRAN ESCALA,
 QUE VAN DESTRUYENDO NUESTRAS MEJORES TIERRAS 
Y DESPOBLANDO EL CAMPO



 SIN PUERTOS CONTAMINANTES DE NUESTRAS VALIOSAS COSTAS DE ROCHA


 POR UN URUGUAY QUE DEFIENDA SU TIERRA PONIÉNDOLA AL
 SERVICIO NO DEL GRAN CAPITAL,
SINO DEL QUE LA TRABAJA CON SUS MANOS



¡NO MÁS ENTREGUISMO!
REIVINDICAMOS HOY LO QUE AYER FUE EL SENTIR DE ARTIGAS Y SU PUEBLO:

 


“NO VENDERÉ EL RICO PATRIMONIO DE LOS ORIENTALES AL BAJO PRECIO DE LA NECESIDAD”




COLECTIVO SAUCE DE LUCHA POR LA TIERRA






 
POSTA - postaporteñ@ nº667 - 2011-11-25










BRASIL




Carta de salida de nuestras organizaciones

(MST, MTD, Consulta Popular y Vía Campesina)

del proyecto estratégico defendido por ellas
 



Primavera de 2011



Dentro de los límites de un documento como este, pretendemos aclarar los motivos que nos llevaron a tomar la decisión de dejar estos espacios, 
hacer un análisis del contexto histórico en que ocurre esta decisión y,
 con base en estos dos aspectos, entablar un diálogo franco con la militancia

Corren tiempos de aparente mejoría de las condiciones de vida de la clase trabajadora
en Brasil, por lo menos hasta la próxima crisis.

¿Pero será que está todo tan bien como parece?


El resultado del desarrollo y crecimiento económico de los últimos años son migajas para los trabajadores y lucros gigantescos para el capital: aumenta la concentración de la tierra, los trabajadores se endeudan, se intensifica la precarización del trabajo y la flexibilización de derechos, garantizados por la violencia del aparato represivo del Estado

Esto ha sido apoyado por un pacto de colaboración de clases, hecho por las
organizaciones que representan los trabajadores con el objetivo de contenerlos.


El proceso histórico que nos produjo


Dos acontecimientos son fundamentales para que analicemos la situación de las actuales organizaciones de izquierda en Brasil: el impacto de la caída del muro de Berlín, tan determinante cuanto fue la referencia de la Revolución Rusa en el siglo pasado, y la reestructuración productiva del capital.

En las décadas del 50 y 60, la principal concepción de la izquierda afirmaba que para
superar el capitalismo en el país, era fundamental completar su desarrollo.

 La dictadura militar interrumpe estas luchas, que son retomadas en las décadas del 70 y 80, delante de una gran crisis para la cual el régimen militar no encontró salida.

Resurgen huelgas, oposiciones sindicales y ocupaciones de tierra en un nuevo carácter, pero trayendo en buena medida, herencias de la estrategia del ciclo anterior.


La CUT (Central Única de Trabajadores) y el PT (Partido de los Trabajadores) surgen en este período, cuestionando el capitalismo y colocando el socialismo en el horizonte.


Dentro de la misma estrategia, surge en seguida, el MST (Movimiento de Trabajadores Rurales


En este período, cualquier lucha de carácter popular o democrática se transformaba en una lucha contra el orden, debido al límite impuesto por la dictadura militar.


Basado en el análisis que el capitalismo en Brasil era dependiente de los países centrales, teniendo como enemigo principal el capital internacional, y una burguesía comprometida con las oligarquías rurales, que no realizó las tareas típicas de una revolución burguesa clásica (“tareas en atraso”), ese bloque histórico construyó una estrategia:
el Proyecto Democrático y Popular



Los trabajadores organizados y en lucha deberían realizar esas reformas, utilizando la vía electoral como fuerzas comunes para llegar al Socialismo.
El PT se construye como polo aglutinador de ese proyecto, junto con otras organizaciones.

Las organizaciones de masa en la ciudad y en el campo - CUT y MST – deberían cumplir el papel de organizar y desenvolver estas luchas.


Al crecer y desenvolverse, organizaciones que tenían en su origen una postura combativa y tácticas radicales (como PT, CUT y MST) van obteniendo victorias importantes, sobretodo conquistando espacios institucionales, mas también sindicatos, tierras, escuelas, cooperativas de producción, cooperativas de crédito, convenios con gobiernos, políticas públicas y compensatorias.

A medida que fueron creciendo estas organizaciones, la lucha institucional y los espacios institucionales, se volvieron centrales.


En este escenario surge la Consulta Popular, criticando al PT por haber puesto la centralidad en la lucha institucional y electoral y cada vez menos en las luchas de masas.
La CP se presenta como alternativa en la lucha por una Revolución Socialista. 

Surge también el MTD (Movimiento de Trabajadores Desempleados), a partir de la Consulta Popular, inspirado en el ejemplo del MST, con la tarea de ser una herramienta de lucha y organización urbana.


Las contradicciones de este proceso


Ahora nuestras organizaciones, cada una a su tiempo y no sin contradicciones, están dependientes del capital y su Estado.

Las luchas de enfrentamiento pasaron a amenazar las alianzas políticas del pacto de clases, necesarias para mantener los grandes aparatos que conquistamos y construimos.

Lo que en algún momento nos permitió resistir y crecer, se desarrolló de tal manera que se despegó de la necesidad de las familias y de la lucha, adquiriendo vida propia.

Lo que viabilizó la lucha hoy se ve amenazado por ella: lo que antes impulsaba la lucha pasa a contenerla.

El MST, hasta las elecciones de 2002, caminó desenvolviendo sus luchas y enfrentando
grandes contradicciones relacionadas a la hegemonía del agronegocio en el campo.

 En las últimas décadas, hubo una reformulación del papel de Brasil en la división internacional de trabajo a partir de la reestructuración productiva del capital.

El agronegocio promovió en el campo brasilero cambios estructurales, integrando latifundio e industria bajo una nueva perspectiva de productividad y el trabajo bajo nueva óptica de exploración.

Este modelo inviabiliza la Reforma Agraria como posibilidad de organización productiva de los trabajadores para el campo brasilero en los marcos del capital.

Con la expansión y el fortalecimiento del agronegocio, se evidenciaron los vínculos de

los gobiernos del PT con los sectores estratégicos de la clase dominante


 Algunos elementos confirman este análisis:


La desigualdad de inversiones entre agronegocio y reforma agraria, la aprobación de las semillas transgénicas, la expansión de la frontera agrícola y con todo esto la legalización de grilagemi y las tierras de hasta 1500 hectáreas, la permanencia de los actuales índices de productividad y las recientes alteraciones en el nuevo código forestal.


En ese sentido, enfrentar las fuerzas del agronegocio sería una crítica directa al gobierno petista, colocando por tierra la tesis del “gobierno en disputa”


Estas transformaciones ocurridas en el campo influenciaron en las formas de organización de la vida material de nuestra base, cada vez más proletarizada, exigiendo nuevas formas de organización y lucha, que podrían llevarnos a otro nivel.


Como opción de enfrentamiento a esta realidad, el MST, contradictoriamente, sigue idealizando el “campesino autónomo” y los “territorios libres”.

Al mismo tiempo, pacta con segmentos del proletariado rural, como CUT, Contag y Fetraf, con el objetivo de acumular fuerzas contra el agronegocio.

La cuestión que se coloca es:

¿estas opciones nos llevarán a otro nivel de lucha y organización para enfrentar el agronegocio, dado el grado de compromiso de estas organizaciones con la estrategia del Gobierno y del capital?


El MTD, en el último período, se redujo a reivindicar políticas compensatorias, como los Frentes de Trabajo o Puntos Populares de Trabajo, haciendo la vista gruesa para la nueva realidad de aumento de empleos y sus contradicciones.

 Inclusive cuando colocado el desafío de la organización sindical, ella no fue implementada, para no amenazar las actuales alianzas políticas y la sobrevivencia inmediata, reduciendo la pauta a la reivindicación de programas de gobierno para calificación profesional.


Al abandonar las luchas de enfrentamiento, si bien seguimos haciendo movilizaciones, nuestras luchas pasaron a servir para mover la masa dentro de los límites del orden y para ampliar proyectos asistencialistas de los gobiernos, legitimándolos y fortaleciéndolos.


Ahora lo que las organizaciones necesitan son administradores, técnicos y burócratas; y no de militantes que expongan las contradicciones e impulsen la lucha.


No es de hoy que existen críticas al rumbo que tomaron estas organizaciones, no sólo externas, sobretodo críticas elaboradas internamente.

 Y este proceso no ocurre sin resistencias por parte de la base, militantes y algunos dirigentes.

Las acciones de enfrentamiento al capital que marcaron el último período expresan este conflicto, por ejemplo: las acciones contra Vale en Pará, la acción de destrucción de la Cooperativa de Crédito (Crenhor) en Rio Grande del Sur y las acciones de las mujeres el 8 de marzo en diferentes estados
.

Este último proceso impulsó un debate profundo sobre la relación entre patriarcado y capitalismo, rompiendo el límite de la cuestión de género y de la participación de las mujeres en las organizaciones, y proponiendo el feminismo y el socialismo juntos como estrategia de emancipación de la clase.

Todas esas acciones sufrieron severas críticas internas y pasaron a ser boicoteadas política y financieramente.

Estamos hace años haciendo luchas de esta naturaleza y elaborando esa crítica en las más diferentes instancias de los movimientos, y como estas acciones no tuvieron fuerza ni de provocar el debate da estrategia, cuanto menos modificarla.

Acabaron por legitimar el rumbo de las organizaciones.



¿Cambio de rumbo o continuidad del proyecto estratégico?



La cuestión fundamental para nosotros/as no es sólo criticar la burocratización, institucionalización, el abandono de las luchas de enfrentamiento, la política de alianzas, que aparecen como un problema en las organizaciones, queremos identificar el proceso que llevó a estas organizaciones políticas a asumir esta postura.

La crítica restricta al resultado lleva a refundar el mismo proceso, cometiendo los mismos errores.

El problema en cuestión no es que hubo una traición de la dirección o un abandono/rebajamiento del proyecto político; un error en la elección de las tácticas o de los aliados.


 La cuestión fundamental es la contradicción entre el objetivo y los caminos elegidos para llegar a tales objetivos: nos proponíamos el Socialismo  como objetivo, pero el proyecto estratégico que trazamos o ayudamos a andar no nos lleva a ese objetivo.


Tal estrategia política no es nueva en la lucha de clases:
su origen está en la social- democracia europea de hace más de un siglo, adaptada a las condiciones históricas de Brasil en una versión rebajada, que fue reproducida en las últimas décadas por el PT y la CUT, y recientemente, por el MST/Vía Campesina, MTD y CP.

Actualmente, se presenta en la forma del Proyecto Democrático Popular y Proyecto Popular para Brasil.


La Consulta Popular fue construida negando la experiencia del PT: no sólo porque se transformara en partido electoral, sino también por las consecuencias que esa transformación causó en su forma organizativa.
Mientras tanto, la Consulta Popular no niega el Programa Democrático Popular, su crítica se limita a La “reducción” del Programa.


Para nosotros/as, este es un gobierno Democrático y Popular.

No de la forma idealizada como quieren algunos, pero con las concesiones necesarias para una amplia alianza. El PDP acabó así.

 En este sentido, nuestras organizaciones fueron victoriosas con respecto a lo que se propusieron


Y nosotros/as contribuimos con este proceso, mientras que hoy percibimos que esta estrategia no lleva al Socialismo, al contrario, transforma las organizaciones de la clase en colaboradoras da expansión y acumulación del capital.

Lo que se presenta como una victoria para nuestras organizaciones, en la perspectiva de la lucha de clase, es una derrota.


Consideraciones finales



Frente a esta crítica concluimos que no sería coherente, en nombre de la lucha, que
continuásemos dentro de estas organizaciones, implementando un proyecto de conciliación de clases.

Somos resultado de este proceso histórico, en él constituimos nuestra experiencia de lucha política y formación teórica, aunque en general, activista y pragmática.

La crítica al interior del pensamiento socialista siempre cumplió un papel revolucionario y por eso
juzgamos ser una tarea la producción de un pensamiento crítico sobre este período de vida de nuestras organizaciones y, para esto, la apropiación de la teoría crítica marxista es urgente.

 No podemos querer comprender profundamente nuestras contradicciones dividiendo las posiciones entre “reformistas y revolucionarios”, entre “campesinos y urbanos” o entre “socialistas ya, y socialistas nunca”, pues así estamos ayudando a despolitizar el proceso de reflexión.



Es preciso considerar que se viene conformando una amplia alianza política, consolidando un consenso que envuelve las principales centrales sindicales y partidos políticos, MST, MTD, Vía Campesina, Consulta Popular, en torno de un proyecto de desarrollo para Brasil, subordinado a las líneas políticas del Gobierno, conformando así una izquierda pro-capital.

El grado de compromiso a que llegamos con el capital y el Estado nos llevan a concluir
que este proceso no tiene vuelta.


Este alineamiento político no ocurre sin consecuencias: se generan cambios decisivos en
las formas organizativas y en el plano de luchas de las organizaciones, en la formación de la consciencia de sus militantes y en la postura que la organización tomará en el momento de ascenso.

En este momento, las “fuerzas acumuladas” no actuarán en la perspectiva de ruptura.

Comprender esta conformación de la izquierda no significa afirmar la tesis sobre el fin
de la historia, y decir que no hay nada para hacer.

 Al contrario, es preciso actuar en la fragmentación de la clase para retomar su movimiento en la perspectiva de ruptura.

 Nos proponemos permanecer con la clase, buscando construir la lucha contra el capital, su Estado, el patriarcado, por una sociedad sin clases.

Comprendemos que no están constituidas las organizaciones del próximo período, así como sabemos que no lo estarán nunca si no hay militantes con iniciativa y dispuestos a construirlas.


Los combates que trabamos, el trabajo de base, los procesos organizativos nos enseñaron mucho y nos volvieron lo que somos hoy, nos enseñaron a luchar.


Seguiremos a partir de esa experiencia, profundizando la crítica y procurando ir más allá de lo que nos produjo.

"Aquel que le cuenta al pueblo falsas leyendas revolucionarias, que lo divierte con historias seductoras, es tan criminal cuanto el geógrafo que traza falsos mapas para los futuros navegadores"


(Hippolyte Lissagaray – Comuna de Paris)


Las Revoluciones son imposibles... hasta que se vuelven inevitables.”


 É importante ressaltar que alguns dos que assinam este documento já se afastaram ou foram expulsos das organizações que faziam parte em 2009 e 2010 sem poderem expor seus motivos, o fazem agora nesta carta.


 enviado y traducido  por  el compa Eduardo de  Utopia e Luta: uma estaca 
de Quebracho no meio da enchente Capitalista


    Futuro da Colmeia Classista Revolucionária
                                      



EDUARDO - postaporteñ@ nº667 - 2011-11-25









 

Carta de renuncia al Partido Colorado



de cartas al director , 
 Búsqueda 24 de noviembre de 2011
 




Señores Integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado.



Para seguir siendo batllista. Por el camino de Zelmar


 Decía un tal José Batlle y Ordóñez, “Don Pepe” para sus amigos, y “Don Pepe” para su pueblo, el 1° de mayo de 1896, cuando por primera vez se celebró con una manifestación callejera, la fecha obrera: “Simpatizamos con las huelgas, he aquí los débiles que se hacen fuertes y que después de haber implorado justicia, la exigen.

Entre nosotros el movimiento obrero debe ser considerado como el advenimiento del pueblo trabajador a la vida pública, y así visto ese movimiento, esa enorme masa de hombres, adquiere una importancia nacional.

Esa misma clase social en casi todas las naciones del mundo civilizado se dispone a hacer valer sus aspiraciones y derechos de una manera inteligente y eficaz.

Saludémosla”. (“El Día”, 3 de enero de 1896).

Por ello no es casualidad que sus medidas fueran dirigidas a favorecer el ascenso de los trabajadores.

Todos conocemos o casi todos, las leyes que propició en beneficio del trabajador.

 En 1906 Batlle se dirigió al Parlamento Nacional solicitando la reducción de la Jornada Laboral y luego propició el descanso semanal.
Batlle iniciaba allí la política intervencionista, siguiendo las orientaciones de un “socialismo sin doctrina”.

“Se ha comprobado (decía un indignado Batlle), que en los tranvías se trabaja duramente de 15 a 16 horas diarias, que en las panaderías se trabaja hasta 19 horas por día.

Consideramos esta práctica, en el obrero como un suicidio, y en el patrono como un asesinato”.

 Por estas razones Batlle pensó que el poder público debía intervenir y que debían abandonarse las formas extremas del liberalismo que reservaban para el Estado una actitud fría e indiferente frente al triste espectáculo que daba la sociedad con sus divisiones sociales y sus desigualdades económicas.

Para Batlle la creciente pobreza de los hombres tenía que ser resuelta sin dilaciones, porque los sufrimientos de nuestros semejantes imponían a los gobernantes honrados una obligación moral que estaba por encima de las luchas políticas, de las preferencias doctrinarias y de las concepciones filosóficas.


Según Batlle “entre el débil y el fuerte, la libertad oprime y solamente el Estado libera”.
Por eso pide al Parlamento que sancione leyes que limiten la jornada de trabajo, que organicen descansos semanales, que fijen el salario mínimo de los trabajadores, que se voten pensiones para los ancianos, la indemnización por despido y muchas más leyes sociales sobre el trabajo que la clase trabajadora le debe a Don José Batlle y Ordóñez.
(Batlle: Su Vida. Su obra. Autor: José Serrato)


A los muchos correligionarios que no lo conocen se los presento, a los muchos que sí lo conocen e insultan su memoria cada día con sus actos y conductas, se los recuerdo, se llamaba y se llama hoy más que nunca, José Batlle y Ordóñez, para su pueblo y para el nuestro, el “Pepe Batlle”, entre otras tantas cosas acérrimo opositor a dictaduras, golpes de Estado y violaciones a los derechos humanos en todas sus formas y expresiones.
Señores correligionarios, si el mundo cambió y el Uruguay cambió y ya no hace falta ni Batlle ni el Batllismo, como no se cansan de repetir, una y otra vez para justificar traiciones y olvidos, déjenlo descansar en paz.

Al menos respeten su memoria y no continúen denigrando y prostituyendo su legado, su obra, su trayectoria, sus valores inquebrantables, su impronta, comprendida en ese término “Batllismo”, en el que se cobijan todos, foto de Batlle incluida, para luego actuar en contra de la ideología que predicó y practicó toda su vida en el afán de conseguir votos aunque las urnas les demuestren elección tras elección que ya nadie les cree.

Sean honestos, al menos intelectualmente y utilicen un paraguas que les va a sentar al dedillo y les reportará la credibilidad y la sensatez perdida: “Herrerismo”.

Ese mismo Herrerismo, históricamente adversario del Batllismo, ese Herrerismo que llegó a afirmar como algo negativo para la sociedad que “con la aplicación del batllismo hasta el hijo de un zapatero podría ser bachiller” (L.A. de Herrera) y también “Hoy empezamos a enterrar el Batllismo en el Uruguay” (L.A. Lacalle al asumir su Presidencia).


Hoy colorados y blancos son compañeros de ruta y es esta la más clara confirmación de que el Partido Colorado abandonó al Batllismo.

 Juntos votan alegremente en el Parlamento y juntos realizan campañas electorales por todo el país.

Juntos integran el gobierno de izquierda al que tanto critican (pensar que muchos de ustedes se iban del país si ganaba Mujica y muchos otros veían en el triunfo de la izquierda, el fin de la democracia).

Juntos buscan firmas para bajar la edad de imputabilidad, ese despropósito que fracasó rotundamente en todos aquellos países en los que se implementó y en los que crecieron los índices de inseguridad, minorizando la criminalidad y criminalizando la minoridad.

En una medida populista, demagógica que solo busca un fin electoralista, bastante vergonzoso por cierto.

 No existe un solo organismo internacional o nacional especializado en la materia que no se oponga enfáticamente a bajar la edad de imputabilidad.

 Medida a la que la Dra. Adela Reta, especialista en el tema, se opuso, y vaya de qué forma, hasta los últimos días de su vida.

La misma Dra. Reta que fuera activa militante en defensa de los derechos humanos y abogada de presos políticos en plena dictadura.

Junto al Partido Blanco, los colorados hacen aun más y redoblan la apuesta cada día alejándose de un Batllismo que predican y no practican.

Defienden la impunidad de los militares golpistas, asesinos, violadores y torturadores. Asumen juntos el deber de defender, y con qué ímpetu, a quienes desaparecieron a 202 uruguayos y a quienes torturaron a miles e hicieron emigrar a decenas de miles de compatriotas por el simple hecho de pensar diferente, ser delegado estudiantil o sindical, tener el pelo largo, entregar un volante o caminar por donde no debían.

 Pensar que el Estado por mandato constitucional debe ser garante de nuestros derechos y nuestras libertades y este mismo Estado 73/85 que legitiman blancos y colorados con su defensa a la impunidad, no solo no los garantizaba sino que los violaba sistemáticamente.

Sin guerrilla desde el año 72, siguieron torturando y asesinando hasta el día que se fueron, 12 años después.

Y ustedes piden impunidad y libertad para todos ellos, siguiendo sumisamente los lineamientos y mandatos del Centro y del Círculo Militar y de cuánto militar retirado se les cruce, por miedo a represalias ayer y por temor a perder un voto hoy.


Que su electorado se nutra de todos aquellos militares involucrados en la etapa más oscura que recuerda nuestra joven historia, significa mucho.

Resulta vergonzoso que reivindicando, justificando y protegiendo desde cada ámbito de sus responsabilidades políticas a estos genocidas, pretendan enviar a una cárcel común a los menores infractores, que cometen solo el 5% del total de los delitos de nuestro país y que ya son imputables desde los 13 años y busquen endurecer sus penas y empeorar sus condiciones de reclusión.

 No menos vergonzoso y descarado es que apelen para hacerlo, a un instrumento como la recolección de firmas, que se han cansado de criticar.

 Cárcel común para menores infractores, libertad e impunidad para mayores genocidas.

Recuerden que Baltasar Brum se pegó un tiro en el corazón antes de vivir un segundo bajo la dictadura que Terra y Bordaberry dieron en el 33.

Y recuerden también que esa dictadura dejó morir desangrado negándole toda asistencia, a Julio César Grauert, un baluarte del Batllismo y hombre fiel si los hubo, al pensamiento batllista.

Se oponen a que los uruguayos que viven en el exterior ejerzan un derecho universal como lo es el del sufragio, negándoles de esta manera la posibilidad de elegir a su presidente, su vice y sus parlamentarios bajo el argumento de que no tienen derecho a incidir en su país porque no viven en él, pero les envían papeletas con todos los gastos pagos a estos mismos uruguayos en el exterior, para que firmen la baja de la edad de imputabilidad.

 Allí sí, les parece apropiada su incidencia en los asuntos internos del país.

Estos nuevos colorados, enfrentan, agravian y se definen enemigos de la central obrera de nuestro país, nuestro PIT-CNT, ese que tantos mártires dejó en el camino por defender nuestra democracia y que ha logrado al día de hoy como resultado de su lucha incansable e inclaudicable, mejores condiciones, mejores salarios, mayor cumplimiento de los derechos y garantías de todos los trabajadores y el menor desempleo de nuestra historia.

 La misma central obrera que don Pepe Batlle admiraba, esa que junto a un gobierno sensible y a través de los Consejos de Salarios creados por el Batllismo y suprimidos por el Herrerismo y vuelto a crear por el gobierno de Vázquez, tantos y tan buenos resultados nos ha dado ayer y hoy.

Parecen olvidarse que Batlle y Ordóñez gobernaba junto a sindicalistas, anarquistas, marxistas y socialistas, hoy todos ellos declarados “enemigos” por el “Nuevo” Partido Colorado.

Hoy que el capitalismo salvaje se cae a pedazos y agoniza, hoy que Estados Unidos nacionaliza bancos y suplica a calificadoras de riesgo para no entrar en default, hoy que Estados Unidos pide préstamos a China para sobrevivir, hoy que Europa pone en duda su propia supervivencia, hoy que España llegó a un 25% de desempleo y a 500 puntos de riesgo país y en Italia ya no tienen primer ministro, hoy que Grecia ya no es Grecia, porque pertenece a sus acreedores, podemos decir con orgullo que el Batllismo está más vigente que nunca.

 Al capitalismo salvaje, Batllismo humanista


Con humildad podemos afirmar que en la mayor crisis global de la historia, Uruguay posee los mejores índices sociales y económicos desde que se conocen registros.

Solo hace falta no ser necio y observar las cifras, todas récord por cierto.

Sobre el proceso de derechización del Partido Colorado, hay poco que agregar, rompe los ojos, pero algunas anécdotas de su líder no estaría mal recordar.

El Dr. Bordaberry, en el plebiscito del 80, entre el No y el Sí, es decir entre continuar viviendo en una dictadura o pasar a vivir en una democracia, eligió con 20 años de edad, continuar viviendo en una dictadura (lo confesó públicamente en un programa de televisión, “Consentidas”).

 El mismo que escribió en su libro “Que me desmientan” que a Zelmar y al “Toba” los mataron porque no se fueron de Argentina cuando ambos podían haberlo hecho; Zelmar porque no necesitaba pasaporte por ser perseguido político y el “Toba” porque tenía pasaporte español.

Yo lo tengo que desmentir porque ambos hechos son falsos.

 Además, continúa Bordaberry, Zelmar había violado el derecho de asilo y había realizado alguna militancia política en Buenos Aires, escribiendo algún editorial, algo que estaba expresamente prohibido por ley.

 Vaya forma de justificar estos homicidios.

 Y los más recientes despropósitos, por ejemplo que haber aprobado la no prescripción de los crímenes de lesa humanidad, como nos mandatan las Cortes internacionales y nuestra propia conciencia “es un fraude a la democracia”.

 Fraude a la democracia es dar un golpe de Estado, disolver un Parlamento y suspender derechos y libertades, no votar por mayoría, 50 a 40 por ciento en Diputados (diez de los suyos no estaban en sala quizá porque no estaban tan convencidos).

No les alcanzó a los partidos tradicionales, someter en plena democracia, el Poder Judicial durante 20 años al Poder Ejecutivo, o sea al gobernante de turno, negando el principio básico de un Estado de derecho que es la separación de poderes, la pretensión punitiva del Estado y la independencia del Poder Judicial.

Este debía solicitar autorización si actuaba o no dependiendo del caso en cuestión.

Este hecho que nos denigra como sociedad y como Estado, probablemente no encuentre otro antecedente en el mundo.

“Los vascos no lloran” le dijo su padre Juan María cuando Pedro tenía 10 años.

Y él jamás lloró. Hace 41 años que no llora.

De ahí puede nacer su frialdad y su falta de sensibilidad. Porque los vascos lloran, claro que lloran, y Batlle, vaya si lloraba y los uruguayos lloran, y los chinos y los afganos lloran, porque los seres humanos, justamente por serlo, lloran, porque sienten, lloran.

En lo personal pocas cosas me dan tanto miedo, como una persona que no llora hace 40 años.

Hay personas sensibles, solidarias, decentes, coherentes, comprometidas con los derechos de los demás, con los más débiles y más necesitados y están los fríos, calculadores, ambiciosos y egoístas.

Tan ambiciosos resultan en el “nuevo” Partido Colorado, que en la política del vale todo en la que están inmersos, hoy son 30 los que integran el mismo al que no se encargan de defenestrar.

Por último, el líder colorado afirmó que duda que el Frente Amplio traspase el poder en caso de perder las elecciones.

El Frente Amplio no traspasa el poder porque gana las elecciones y por mayoría absoluta.

Yo tenía entendido que quien no traspasó el poder fue su padre y ese sí que no ganó en las urnas (quien triunfó realmente fue Pacheco Areco).
Urnas a las que no convocó cuando debía hacerlo y todos conocemos cómo continuó la historia.

No soy el primero, ni seré el último en irme de este Partido que no solo no representa los valores, principios e ideales batllistas que pregona, sino que actúa día a día y en los hechos, en contra de estos mismo ideales.

 Lo hizo Zelmar Michelini cuando Pacheco, que según Bordaberry fue el líder colorado más importante de la historia (programa “En la mira”, VTV) inundó de autoritarismo y derecha al Partido Colorado.

 Lo hicieron los 600.000 batllistas que abandonaron al partido en estos últimos años.

Esos mismos batllistas fueron los que hicieron crecer tan significativamente al Frente Amplio, tanto que triunfó en las dos últimas elecciones por una abismal diferencia que le otorgó dos mayorías absolutas en el Parlamento y que dejó al Partido Colorado tercero a 40 puntos del triunfador.

Esa conducción autoritaria, por momentos fascista, de imponer un pensamiento único se ha roto.

 El 30% de los colorados colocó la papeleta rosada en las últimas elecciones, no lo digo yo, lo vieron los delegados de mesa de todos los partidos que participaron de los escrutinios. Según Cifra, un 30% de los colorados votó la fórmula Mujica-Astori en la segunda vuelta pasada.

Y según la propia consultora Cifra, tan valorada, respetada y contratada por el Partido Colorado, el 50% de los colorados siente simpatía por Tabaré Vázquez y el 24% antipatía.

No me siento tan solo.

Sé que junto a esta decisión, volverá la intolerancia, el agravio, el insulto, la amenaza, el odio.

La conozco, ya la he vivido.

 Mientras esto suceda —y de hecho ya está sucediendo—, yo estaré ocupado en lo mío, militando por causas justas, por los derechos humanos y por todos los derechos que nos otorga el derecho en un Estado de derecho.

 Por la libertad de ser y pensar y por supuesto reivindicando a un batllismo en que creo más que nunca, ese al que quisieron matar los colorados y los uruguayos no los dejaron.

No es una despedida feliz, todo lo contrario, pero lejos está de ser una derrota.

Derrotado se siente aquel que se mira al espejo y no se reconoce.

 Tampoco esta decisión tomada de forma reflexiva, a conciencia y libremente significa bajar los brazos.

 Nada más lejos de la realidad.

Seguiremos defendiendo nuestras ideas y nuestros ideales batllistas con más fuerza que nunca y con más compromiso que siempre.

 No pudimos cumplir con el objetivo trazado, es cierto, pero nos vamos con la conciencia tranquila del deber cumplido.

El haberlo intentando.

 La vida nos depara nuevos horizontes y nuevos desafíos y hacia ellos vamos.

Con la misma ilusión de ayer y los mismos sueños de siempre.

Con honestidad ética y transparencia volveremos a dejarlo todo sin pedir nada a cambio.

Espero y lo digo con sinceridad, que no continúen en el camino del odio, rechazando al indigente, ignorando al pobre, repudiando al diverso y al diferente, que no continúen sumidos en el rencor y en la intolerancia hacia el que piensa distinto —algo que caracteriza a una derecha extremista lunática—.

 Quien suscribe seguirá aportando desde su humilde militancia para que algún día estemos orgullosos de integrar una sociedad más justa, más equitativa y más solidaria.

Una sociedad más batllista.


Diego Fau


CI 1.969.598-7














 
DIEGO - postaporteñ@ nº667 - 2011-11-25






 

"CONFORMAR UN POLO

 MARXISTA SERÍA

 UN DISPARATE"



 opina el aspirante a secretario general 

del socialismo uruguayo

por el sector “ortodoxo”    




entrevista de Ernesto Tulbovitz 


El Partido Socialista (PS), uno de los más antiguos sectores de la izquierda uruguaya, debe dar un “salto cualitativo” y si bien hay que seguir “avanzando en la renovación” interna, esto “no supone tirar lo viejo por la ventana sino hacer una síntesis entre el pasado y el presente”.

Esa es la opinión de José Nunes, de 51 años,  quien en la actualidad ocupa el cargo de gerente general de AFE y es funcionario de Ancap, de cuyo gremio fue dirigente.

Nunes aspira a que el Comité Central (CC) que salga electo del 47º congreso a celebrarse en diciembre lo designe secretario general, misión en la que está embarcado el sector ortodoxo del partido que hoy controla, entre otras, las departamentales de Montevideo y Canelones.

Nunes, quien enfrentará al sector que promueve la candidatura del diputado Yerú Pardiñas (Cerro Largo) como secretario general, evitó hablar de las denuncias contra el ex secretario de la Presidencia, el también socialista Gonzalo Fernández, sin perjuicio de lo cual reivindicó a Emilio Frugoni y a José Pedro Cardoso en cuanto a que “no se puede servir a dos amos”, uno en el sector público y otro en el privado.


— ¿Por qué quiere ser secretario general del Partido Socialista?



—Creo que el Partido tiene que dar un salto cualitativo en su labor política, integrar a todos sus compañeros a la vida orgánica y yo me siento capacitado para esta tarea trabajando en un marco de respeto, tolerancia y fraternidad con todos los compañeros.

 Entiendo que hay una experiencia de trabajo que desarrollé cuando ocupé la secretaría de organización que ha sido reconocido y que se podría potenciar desde la secretaría general,  además en estos últimos seis años se han hecho cosas positivas y en otras se cometieron errores y de alguna manera se cumplió un ciclo que el propio Eduardo Fernández ha reconocido.

Pero además hay compañeros que entienden que debe haber un cambio y  que valoran la experiencia aquilatada que tengo de haber trabajado cerca de José Pedro Cardoso, José Díaz y Reinaldo Gargano. La idea entonces es seguir avanzando en la renovación del Partido, que no supone tirar lo viejo por la ventana sino hacer una síntesis entre el pasado y el presente.



— ¿Qué quiere decir con “salto cualitativo”?




—El PS tiene que dar el debate en este congreso de lo que yo llamaría “el mañana siguiente”, como decía Seregni. La izquierda lleva siete años de gobierno, ha hecho cosas muy buenas pero nosotros queremos que el Frente Amplio haga lo mismo y más



—Le pregunto por el Partido Socialista...


—El PS tiene que profundizar su propuesta programática en la perspectiva de las transformaciones estructurales, potenciarse como estructura política lo mismo que en su presencia y aporte en el movimiento social.

El salto cualitativo sería justamente cumplir esos objetivos integrando a todos los compañeros


— ¿Usted reivindica el legado sin reparos de Reinaldo Gargano al PS?


—Yo siempre le pongo un pero a todo el mundo. Creo que Gargano ha sido junto con Líber Seregni y Tabaré Vázquez los dirigentes políticos más importantes de la izquierda nacional desde 1985 a la fecha.

Y lo digo por su perspectiva estratégica, la estrategia de acumulación de fuerzas, de construcción que condujo a mantener un programa de cambios pero con apertura hacia otros sectores. El papel de Gargano en temas como el referéndum de la ley de empresas públicas, la reforma constitucional, el referéndum de Ancap, ha sido clave



—El dirigente Alejandro Domostoj, que se alejó de su corriente, planteó en una carta que circula en la interna partidaria, su rechazo a la idea de conformar un “bloque marxista” dentro del Frente Amplio, algo que de cierta forma —según deja entrever— pregonan sus adeptos



—Esto no es cierto. No es nuestra propuesta. Y no recuerdo a ningún compañero haber propuesto esto



—Pero se ha mostrado partidario de conversar con quienes tienen una perspectiva socialista...



—Pero hay quien puede tener una perspectiva socialista sin ser marxista...
Quiero ser meridianamente claro, conformar un polo marxista sería un disparate.

Lo que tenemos que hacer en el Frente Amplio es combatir la polarización, bajar un poco la pelota en la disputa de hegemonía, de la disputa por la mayoría, por ver quién tiene más parlamentarios y tratar de construir un acuerdo con todos en el que debemos participar los principales sectores del FA para darle mayor estabilidad al gobierno



—El año pasado, a propósito de las denuncias de presunta conjunción de intereses entre sus actividades como jerarca de gobierno y abogado de Gonzalo Fernández, Reinaldo Gargando dijo que el PS “perdió la honra que históricamente tuvo”. ¿Cómo interpreta esos dichos de Gargano, a quien usted ha señalado públicamente como uno de sus referentes éticos?




—Sin duda Gargano para mí y para la mayoría del Partido es un referente ético.
Las palabras de Gargano respondieron al gran dolor que sintió por la exposición pública negativa que tuvo el PS en ese momento



— ¿Comparte lo dicho por Gargano?


—El episodio fue superado y el Partido y el Frente Amplio ya tomaron resolución.

Prefiero no seguir haciendo aclaraciones



— ¿El caso de Gonzalo Fernández está cerrado?



—El Partido, sin referirse a ninguna situación concreta, debe analizar el tema de la función pública y la función privada. Lo digo mirando al futuro
Creo que todos los socialistas debemos levantar la idea del compromiso militante, como una persona solidaria y generosa.

Pero esto ha sido erosionado por la sociedad moderna y el neoliberalismo.


—Usted habla como dirigente de un partido que atravesó una situación como la de Gonzalo Fernández


—Reitero: el tema Gonzalo Fernández es un caso afortunadamente cerrado para el PS y el FA. Hay un debate planteado hacia el futuro acerca de la relación entre la actividad privada y la función pública.

En ese debate soy ortodoxo. Pienso igual que Emilio Frugoni y José Pedro Cardoso.

Tiene que haber una separación absoluta y una opción. No se puede servir, digamos, a dos amos.

Si uno se dedica a la función pública, eso reporta ciertas limitaciones para la actividad privada.

Es mi opinión hacia adelante. No juzgo ni condeno a nadie.


 


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 POR QUE ESTO NO SALE
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El vídeo del Parlamento europeo  lo dice todo

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by DANI the Red
 

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