viernes, 7 de junio de 2013

973* TRUCO AMODIO = El que + y mejor Miente...GANA

Número 973 | junio 6 de 2013 | Año 8ª

Plenaria Memoria y Justicia:


sobre los destrozos en la 

Suprema Corte de Justicia
durante los festejos de Peñarol


A la opinión pública:


1) En un país donde hay 10 mil presos y la mayoría de ellos son jóvenes no debería causar asombro que el máximo monumento a la injusticia sea odiado por la gurisada de los barrios marginales.

¡Es elemental Inspector Guarteche! semejante carrera policial para no ser capaz de sacar una conclusión que está en la tapa del libro…


2) En todas partes del  mundo, allí donde crece la brecha entre ricos y pobres –cómo en Uruguay- se suceden cada vez con más frecuencia fenómenos de estallidos y violencia social, cualquier situación la puede desencadenar: un evento deportivo, un gatillo fácil o un corte de luz en un barrio. Lo vemos todos los días.

La gente no es tonta, nadie puede creerse que de pronto una organización de DDHH arrastre a la hinchada de Peñarol.  
Señores periodistas: un poco de honestidad intelectual no vendría mal!, no pueden repetir como loros el primer disparate que les tiren, el periodismo debería ser otra cosa. Investiguen, infórmense…luego informen
.
3) En el programa “Código País” del día miércoles 5/6 se emitió un informe donde se entrevistaba a los capos de las hinchadas, y estos confesaban trabajar para el Ministerio del Interior.
O sea que nos dicen abiertamente que la Policía infiltra las hinchadas.

¿Entonces cómo puede -acto seguido en el mismo programa- especular con que una organización de DDHH infiltra la hinchada de Peñarol?. 

El Sr. Bonomi que conoce muy bien la izquierda o está mintiendo irresponsablemente o es un incapaz importante (o ambas cosas)

4) Plenaria Memoria y Justicia estuvo en la SCJ  junto a muchas organizaciones de DDHH repudiando a los guardianes de la impunidad y la aberración del desplazamiento de la Jueza Mota. Y estuvo caceroleando luego de la marcha del 20 de mayo.
Y estará el próximo 27 de junio al cumplirse 40 años del golpe de Estado.
Y siempre nos hacemos cargo, porque lo que hacemos no tiene por qué ocultarse, porque es una lucha justa contra la impunidad.

No pararán la búsqueda de la verdad y la justicia, la criminalización ya es persecución y no conseguirán cambiar los ejes de nuestra lucha contra la injusticia y los que la sostienen.

5) Nosotros, Plenaria Memoria y Justicia, sin ser investigadores, ni periodistas renombrados, ni ministros creemos que lo que sucedió fue producto de la descomposición social, en una sociedad que sencillamente va en el mismo rumbo que todas las sociedades capitalistas del mundo.
 Y creemos que estos episodios se seguirán sucediendo.
Y creemos también que todo este circo se monta porque la Policía necesita justificar el uso de sus técnicas represivas.

 ¿No les parece más lógica esta hipótesis que la de una alianza entre la hinchada de Peñarol y una organización de DDHH?


6) Finalmente, la Suprema Corte de Justicia caerá, seguramente pronto. Pero caerá porque ha sido rechazada internacionalmente, porque este pueblo la tiene entre ceja y ceja por declararse defensora de los milicos torturadores.  
Y ese día tal vez dirán que fue porque el Sr. Presidente de la Suprema corte de Justicia era hincha de Nacional. Pero todos sabremos la verdad…
Montevideo, jueves 6 de junio


Plenaria Memoria y Justicia

 
Plenaria - postaporteñ@ 973 - 2013-06-06 

 

VERGONZOSO





Gastón Faguaga es un trabajador afilado al Sindicato de Artes Graficas. Casado y con hijos menores, compro hace muchos años atrás una casa semiarruinada a un poseedor precario.

Esta casa pertenecía o era administrada por el  Banco de Previsión Social (BPS) Gastón y su familia repararon totalmente la vivienda, levantaron  a su coste embargos que la misma poseía, pagaron Contribución Inmobiliaria atrasada. Impuestos a Primaria, regularizaron el suministro de agua y luz, etc.

Esto es, operaron con los actos que realiza habitualmente un poseedor legal de la vivienda y aun más que eso
.
Le llego un cedulón de un juzgado disponiendo el lanzamiento de su familia para el 12 de junio como plazo máximo para que se retire ¿a dónde?
Si después de hacer todo lo que hizo con SU vivienda (subrayo  el SU, porque me importa un pepino las consideraciones leguleyas frente al hecho de una familia que ha reivindicado un derecho a la vivienda reconocido de palabra por la Constitución, pero que es letra muerta para muchos
.
Y lo a reforzado con actos concretos de cuidado del bien citado) lo tiran a la calle ¿qué es lo que pueden esperar otras personas?


Gastón Faguaga decidió encadenarse frente al BHU y no moverse de ahí hasta que se deje sin efecto la resolución judicial de lanzamiento.

Ha recibido el acompañamiento y solidaridad de cros de las “minorías radicales”, parte de las cuales  los Sres. Guarteche, Bonomi, han acusado de apedrear la Suprema Corte, a partir de videos “probatorios”, que sin embargo no han sido exhibidos en ninguna conferencia de prensa, ni en otros ámbitos públicos. Como corresponde a una maniobra para desviar la atención de su propia ¿incompetencia? Y de paso encastrar y criminalizar... así preparan las cosas para nuevas operaciones.
Después de una breve nota de algún medio de la gran prensa el asunto no figura en ningún noticiero matutino o vespertino en los canales de televisión montevideanos. Si fuera en Cuba, estarían todos los días reportando la noticia. .

 Hasta las farsas de las Damas de Blanco representan con profusión de imágenes y notas, lo mismo que la caricatura de acto que realizaron los opositores de la derecha venezolana en Uruguay, donde solo se veía una docena de personas  reunidas frente a Kibon.

Pero no. Faguaga y otros son poca cosa para estos señores y la hipocresía del poder, del gobierno, de la oposición parlamentaria y de los grandes medios. No es noticia que este cro se encadene para reivindicar con toda justicia un derecho establecido en la propia Constitución y del que se ríen en los hechos.
Es más aun; no hay que destacar una cosa que empaña el buen momento que está pasando el país, no sea cosa que se espante a los turistas con el tan poco edificante espectáculo de alguien encadenado frente a un Banco...
.
Remata lo vergonzoso de este asunto la respuesta que el Sr. Ernesto Murro, le dio a la suegra de Faguaga, cuando concurrió en una de las tantas
 oportunidades al BPS, buscando sin éxito que la reciban sus autoridades.
Al encarar en un pasillo a Murro, este le dijo de manera desafiante “No me va a temblar el pulso para sacar a la calle a Faguaga” y lo volvió a repetir nuevamente.


¡Una declaración digna de un izquierdista! ¡Bravo Sr. Murro!

Este episodio revela más de la sicología política de los integrantes de este gobierno   que el más sesudo de los análisis políticos.
 



¡Vergonzoso e indignante!
 

               JORGE MAIKI        
                                                                      


CONCENTRACIÓN EN LA EXPLANADA DEL B.H.U.

(18 de julio y Fernández Crespo)


En solidaridad con nuestro compañero Gastón Faguaga, encadenado y en huelga de hambre desde el 3 de junio, resistiendo un injusto lanzamiento en pleno invierno, de la vivienda donde vive con su esposa y su hijo de 7 años.

JUEVES 6 DE JUNIO - Hora 18:00

 

Convocamos a los Sindicatos, las Agrupaciones Sindicales, las Organizaciones Sociales del campo popular, y a toda la militancia clasista, a hacerse presente para brindarle apoyo y solidaridad concreta.


Agrupación Gerardo Gatti

Lista 3 del Sindicato de Artes Gráficas

 
posta - postaporteñ@ 973 - 2013-06-06 

 

Carta abierta de Fasano

 a Amodio Pérez



El doctor Federico Fasano Mertens, periodista y editor de larga trayectoria e intensa presencia en la comunicación y la política uruguayas, protagonista de primera línea de la década predictadura y activo luchador por la causa democrática, responde una a una las alusiones del ex comandante tupamaro Héctor Amodio Pérez.


Escrito por:  Federico Fasano Mertens

La República Miércoles 05 de junio 

( los subrayados y mayúsculas son de posta)

Recién retornado a Montevideo, desde la siempre sorprendente Roma, portando contestatarias ideas sobre la televisión digital abierta a la que me presentaré para defender una vez más las utopías de la izquierda uruguaya, me entero que el diario El Observador, publicó 6 cartas de Amodio Pérez en la que éste, me denosta con mucha pasión y poca razón en varias de sus vehementes misivas.

Cuando se publicaron los primeros trascendidos en los cuales el presunto Amodio se refería a mi persona, me llamé a silencio por aquello de que el silencio después de la palabra es el segundo poder del mundo
.Hasta que no se identificara al autor y no se publicaran en algún medio los textos completos de su alegato, no tomaría la palabra.

La publicación se concretó durante mi ausencia lo que me lleva ahora a contestar sus referencias e inexactitudes en 10 sumarias reflexiones.
1) Amodio afirma en su carta No. 1 que me convocó a escribir sus memorias políticas, porque me consideraba su amigo y compañero sindical al integrar juntos la Comisión Interna del diario BP Color.

Ambas afirmaciones son ciertas

Milité sindicalmente con él, antes de que Héctor pasara a la clandestinidad y fui también su amigo. Como fui amigo de todos aquellos ciudadanos que se cruzaron en mi camino y entregaron su vida a las ideas socialistas.
Para hacer más justa y libertaria la sociedad en que vivimos. Amodio era uno de ellos.


 Y dejé de ser su amigo cuando descubrí que él estaba enrolado en un proyecto, que por salvar su vida y la de su mujer, fortalecía a los motineros uniformados que finalmente tomaron por asalto el Estado y la sociedad, perpetrando las sevicias más terribles que el pueblo uruguayo sufriera colectivamente desde los albores de su nacionalidad.

2) Amodio en su relato dice que me envió el texto manuscrito al que yo debía darle forma de libro y que después de leerlo le pedí una entrevista en el cuartel Florida.

No entiendo porqué distorsiona los hechos, salvo que los 41 años de distancia de los sucesos le haya afectado algo la memoria y nublado en parte el entendimiento.

La verdad es que su padre me contacta en mi casa para decirme que su hijo, prisionero en el cuartel Florida, quiere hablar conmigo por temas muy importantes para la causa de la izquierda uruguaya y que si yo acepto, él se ocuparía del encuentro.

No me entregó en ese momento ningún manuscrito salvo una nota escrita por él, en letras de imprenta, pidiéndome la reunión. Jamás pedí yo entrevista alguna.

Como me llamó la atención que un prisionero en esos tiempos dramáticos de nuestra historia, pudiera disponer del apoyo necesario para que un periodista, adversario del Presidente Bordaberry y los criminales en ciernes que lo rodeaban, pudiera ingresar en los cuarteles y hablar en privado con los tupamaros encarcelados, consulté en primer lugar a algunos guerrilleros que aún no estaban clandestinos, pero ninguna información solvente pudieron aportarme.

 Después consulté a Seregni, a Héctor Rodríguez, a Zelmar Michelini, y a mi hermano Carlos Fasano, y todos aprobaron mi entrevista con Amodio como una forma de saber lo que estaba pasando.

Con la firme y comprensible oposición de mi esposa, Charo Márquez, quien temía por nuestros cinco pequeños hijos, accedí a la reunión.

Me fijaron un lugar de encuentro nocturno y un militar de civil me hizo subir a un taxímetro y tras encapucharme y dar numerosas vueltas por la ciudad terminamos en el cuartel Florida,donde la guardia se cuadró al paso del civil que me acompañaba.

Nunca supe porqué me encapucharon si finalmente iba a entrar a cara descubierta al siniestro centro de detención donde al par que se torturaba  sistemáticamente se discutía ideológicamente con los prisioneros sobre la corrupción política de la oligarquía en el poder

.
Recién en ese encuentro Amodio me entrega sus manuscritosy trata de convencerme de que redacte el libro, elogiando mi estilo y mi prosa, y sobre todo argumenta a favor de la alianza del tenientismo progresista con lo que quedaba del MLN para dar el golpe antioligárquico a fin de año.

Conocía mi origen revisionista histórico que abrevaba en Vivián Trías, Ares Pons, Methol Ferré, Real de Azúa, De Torres Wilson, Daniel Vidart y tantos otros intelectuales políticos cuestionadores de la historia oficial, concentrados en la añorada Agrupación Nuevas Bases, que fue la forja de mi militancia fundacional.

Amodio había leído algunos artículos míos donde yo apoyaba las posturas de Rosa Luxemburgo y Guillermo Liebknecht, quienes sostenían que había que derrotar el ‘’antimilitarismo vulgar’’ de ciertos sectores de la izquierda y que la revolución no se haría ‘’contra el Ejército y sin el Ejército,sino con el Ejército’’, unido al pueblo y su vanguardia, el pueblo organizado.

Me explicó que entre los tenientes que apoyaban la idea de terminar con la oligarquía corrupta en el poder, se destacaban Calcagno, que era el que me había llevado en el taxi,Camacho, Armando Méndez, Aguirregaray y otro de apellido Gonzálezy que el jefe del Florida, Carlos Legnanitambién simpatizaba con la idea.

Amodio insistió en su proyecto, me recordó mis ideas nacionales, me ocultó que estaba colaborando con sus captores en la destrucción de lo que quedaba del MLN y sobre todo me engañó al maquillar el objetivo real de sus propósitos, que no era el libro ni el proyecto político que me proponía, sino la obtención del salvoconducto hacia su libertad y la de su compañera a cambio de ‘’ordenar los papeles de Armando Méndez” y entregar a la tortura, la prisión y quizás la muerte, a los compañeros que aun respiraban en libertad.

Tras esas 9 horas le dije que no me había convencido. Sus ácidas y no comprensibles para mí, críticas a Raúl Sendic, a quien yo admiraba, y era una garantía, por su cabeza política, para evitar el predominio militarista en la organización,acentuaban aun más mi desconfianza.

Expliqué que necesitaba un tiempo para escuchar las otras voces militantes y consultar con gente de confianza y sobre todo con mi propia conciencia.
En el momento de la despedida le advertí que si me había mentido sobre su conducta y sus intenciones, no me dejara salir, que yo estaba dispuesto a dar mi vida para enfrentar el golpe y él me conocía lo suficiente para saber que pondría todas mis neuronas y mis músculos en defensa de la izquierda uruguaya.

Pero si sus intenciones eran honestas políticamente, aunque fueran desacertadas, las iba a considerar con racionalidad

3) Aclara en sus cartas que me había convocado pese a que ‘’sabía que Fasano discrepaba con el MLN’’

Llama la atención su precisión ya que los decretos de clausura de mis medios se fundaban en ‘’los diarios pro tupamaros de Fasano’’.
Así lo sostenía el pachequismo y buena parte de los parlamentarios gubernamentales.


Pero cierto era, que yo me afiliaba a la táctica del ‘’ golpeteo y desgaste’’ más que a la confrontación armadaque en oportunidades derivó en ‘’el héroe en la escena y las masas en la platea’’.

Siempre los protegí y apoyé en mis diarios porque formaban parte del partido del cambio, adversario histórico del statu quo que dominó la historia uruguaya.

Admiraba por su coherencia a esa juventud que empuñó las armas contra la injusticia y la desigualdad, pero discrepaba con su voluntarismo y sobre todo con la falta de coordinación con el movimiento de masas que avanzaba lenta pero inexorablemente en el ascenso de la lucha social y la formación de la herramienta política más importante de nuestra historia, el Frente Amplio del Uruguay, orgullo de la izquierda latinoamericana y que hoy encuentra en sus primeras filas a los desconfiados guerrilleros de antaño.

4) Dice en otra parte de sus cartas que yo le ofrecí U$S 150.000 por el manuscritoexigiéndole borrar del texto todos los contactos del MLN con los dirigentes políticos, como Wilson Ferreira, Erro, Michelini entre muchos otros.
LO PRIMERO ES FALSO e ignoro con qué intenciones modifica la realidad.

Fue Amodio el que me ofreció desproporcionados honorarios por escribir el libro, honorarios que rechacé en el mismo acto, porque mezclar un interés económico con el propósito político que me ofrecía, deslegitimaba el objetivo altruista, causa necesaria aunque no suficiente de la acción política.

Imaginarse a un periodista ofreciendo por un reportaje (porque el manuscrito era una autoentrevista a la que había que darle forma literaria), la cifra de U$S 150.000 de hace 41 años, es decir casi un millón de dólares de ahora, es simplemente delirante y no creíble.

Sobre mi exigencia, de suprimir del libro toda referencia a contactos tupamaros con dirigentes políticos, AMODIO NO FALTA A LA VERDAD.

 Hubiera sido una traición a dirigentes de izquierda cuyos contactos con el MLN tenían como objetivo la denuncia del terror estatal y la defensa de las instituciones y también hubiera sido una traición a dignos dirigentes de la burguesía nacional, como Wilson Ferreira Aldunate, jugado sin titubeos contra el golpe que sobrevolaba un país traumatizado por la desmesura estatal
5) Sigue Amodio en su carta: ‘’Fasano me tendió una trampa y caí como un chorlito’’y añade que hice llegar el manuscrito a todos los políticos de izquierda mencionados con lo cual monté ‘’el quilombo más grande nunca imaginado, quilombo que serviría para encumbrar a Fasano como el adalid de la democracia”.

No le tendí ninguna trampa. Hice lo único que podía hacer un hombre que había dirigido cinco diarios al servicio de la izquierda uruguaya, que había sufrido el récord mundial de clausuras de periódicos, que había soportado atentados, detenciones, amenazas, confiscaciones.

¿Acaso Amodio podía siquiera imaginar que no iba a consultar a mis mandantes, las fuerzas del cambio social?

Lo primero que hice fue reunirme con mi hermano Carlos Fasano, dirigente de los GAU, con Seregni, Zelmar Michelini, Enrique Erro, Héctor Rodríguez, Rodney Arismendi, Juan Pablo Terra, Rodríguez Camusso, José Pedro Cardozo y otrosde los que ya no me acuerdo.
Alguno de ellos ya habían escuchado versiones sobre las delaciones de Amodio, aunque nada estaba confirmado

Nadie apoyaba el ‘’golpe bueno’’.
Hubo unanimidad: había que sumar a la encrucijada, obviando las diferencias políticas,a Wilson Ferreira, para despejar la incógnita.
La izquierda sola, perseguida como estaba, no podía proseguir en solitario con esta nueva vuelta de tuerca.


Se me pidió a riesgo de mi vida y mi libertad que continuara los contactos con Amodio mientras ellos confirmarían las versiones sobre la presunta colaboración con sus enemigos.

Me reuní con Wilson en el despacho de la Presidencia de la Cámara de Diputados con la presencia de su titular, mi amigo Héctor Gutiérrez Ruiz.
Ambos con evidente preocupación, pero mayor responsabilidad y solidaridad, asumieron el rol de defender las instituciones amenazadas, reiteraron su pedido de continuar las conversaciones en el Florida, se comunicaron con el Comandante en Jefe del Ejército, el antigolpista General César Martínez y me aseguraron protección de vida ,promesa que era imposible de cumplir.
Los hechos posteriores son parcialmente conocidos.

El día en que debía entrar por segunda vez al Batallón Florida fui secuestrado por un comando del servicio de inteligencia del Ejército que irrumpió por la fuerza en mi hogar, la reunión se frustró,

 Wilson y El Toba le dieron el pésamea mi mujer porque creían que el secuestro era obra del Escuadrón de la Muerte, que días antes había hecho pública a través del semanario Azul y Blanco la orden de mi ejecución.
Yo también lo creía hasta que, mientras me interrogaban encapuchado, le espeté a mi captor que si era un militar, se trataba de un militar perjuro que violaba el juramento del General Magnani sobre el trato a los detenidos.

Mi interrogador me arrancó la capucha y confesó: ‘’soy el Coronel Ramón Trabal, jefe del servicio de información del Ejército y usted está aquí detenido por orden del Presidente de la República, Juan María Bordaberry’’.

 A partir de ahí, respiré aliviado. No era el Escuadrón.

Reiteré que había sido secuestrado sin orden judicial alguna y me negué a seguir hablando con Trabal, quién no podía creer que yo estuviera entrando de noche en los cuarteles, sin su conocimiento.
Exigí la presencia del General César Martínez y solo ante él formulé mis declaraciones.


El Jefe del Florida negó mi presencia en el cuartel y Trabal me llevó a reconocer el lugar de la reunión con Amodio para verificar si yo estaba mintiendo.

Me dejaron solo en el edificio central, subí las escaleras hacia el primer piso, identifiqué el lugar donde estuve reunido y antes de abrir la puerta le dije a Trabal qué cuadros y qué objetos se encontraban en esa habitación.
Todo fue como lo revelé

A partir de ese momento comenzaron las detenciones de varios oficiales y yo quedé emplazado por la justicia militar, no pudiendo salir del país hasta unos días antes del golpe, fecha en que huí a Buenos Aires.

Mi esposa logró escapar un mes después, el libro Paren las Rotativas fue confiscado de las librerías a las dos horas de su distribución, el Escuadrón de la muerte empapeló con mi foto de condenado los alrededores de la Universidad, mis hijos fueron retenidos por el Inspector Castiglioni durante varios meses impidiendo el reencuentro familiar en el exterior, Amodio y Alicia Rey eran llevados a la frontera brasileña para huir del terruño, el país entró en su noche más sombría.

Se comenzaba a escribir la pesadilla de la docena trágica.

Tres años después volví a huir a México al ser buscado en mi domicilio por comandos armados, a raíz de la denuncia pública que hice sobre mi entrevista con el General Albano Harguindeguy, Ministro del Interior de la dictadura argentina, en su domicilio de la calle Las Heras, a quien acusé del asesinato de Michelini y Gutiérrez Ruiz, tras reconocer sus cuerpos torturados en la morgue bonaerense.

No traicioné a mi ex amigo.

La traición se da cuando alguien rompe un compromiso asumido. No hice nada que no fuera pedido y autorizado por los dirigentes de las más importantes fuerzas políticas del Frente Amplio.
No haber hecho lo que hice, sí, hubiera sido una traición a la izquierda uruguaya y a mi propia conciencia.



6) No creo que Amodio haya sido la causa principal de la derrota de aquel movimiento guerrilleroque en la década sesentista sorprendió desde el Río Bravo hasta el Cabo de Hornos, por su vendaval purificador, con el santo y seña de habrá patria para todos o no habrá patria para nadie.
La fuerza social armada más importante de la historia uruguaya del siglo pasado que desbordó los marcos del continente, no habiendo rincón del planeta donde el término ‘’tupamaros’’ no fuera conocido, se derrumbó no solo por las delaciones sino por una espesa red de contradicciones que analicé en el libro editado en México, ‘’Después de la derrota’’, que fuera prohibido y confiscado por la dictadura uruguaya, siendo desconocido su contenido hasta el momento.

Sí, creo que Amodio fue un comprometido jefe tupamaro, valiente como el que más, líder de la corriente militarista enfrentada a la corriente política de Raul Sendic, que en la hora de la derrota donde se ven los gigantes, renunció a ser un Jean Moulin y enceguecido de odio hacia muchos de sus compañeros, desplazado del ejecutivo estratégico, desesperado por la prisión de su mujer, seguro de la inevitabilidad de la derrota final, no titubeó en colaborar con los enemigos de la vida, traicionando a su organización a cambio de la libertad de ambos, maquillando su derrumbe moral y psíquico, con un proyecto político que solo existió en su imaginación, ya herida de deserciones profundas.
Sin embargo dudo que su colaboración con el enemigo hubiera comenzado mucho antes de mayo de 1972.

No me lo confirman ni las informaciones en mi poder como director de los diarios que dirigí en esa época fermental, ni las 9 horas que estuve con Amodio en el Florida, sobre cuyo contenido profundo no he hablado durante todos estos años.

Sus cartas, atacando sin límites a la flor y nata de la honestidad guerrillera, Raúl Sendic,José Mujica, Fernández Huidobro, Marenales, Zabalza, Rosencof que entregaron sus vidas al servicio de una causa justa y humanista, prueban que estos años de reflexión no le han servido de nada.


Tras 150 años de dominación oligárquica, cuando la ciudadanía instala en el poder a los compañeros de Amodio, de qué le sirve al pueblo uruguayo que dijo defender, que el jefe de la columna 15 vuelva del pasado para debilitar las posiciones por las que el propio guerrillero luchó durante una década, hasta que sus convicciones y su moral se quebraron irremediablemente, en conducta sin retorno.


7)  En su cuarta carta Amodio afirma que Mujica, Fernández Huidobro, Zabalza y Federico Fasano, somos los que tememos su reaparición

Dice textualmente en su libelo:

‘’Parafraseando a Edward Albee, ¿quién teme a Amodio Pérez? me respondo que muchos. Empezando por Mujica, el desmemoriado, siguiendo por el Ministro de Defensa, tan documentado en tantos temas que no ha entendido nunca, el propio Zabalza, que según sus Cuentos Herejes ha vuelto a sus raíces ácratas y critica la orientación política del MLN en los años 71 y 72 y Federico Fasano que aspiró a ser reconocido como el salvador de la democracia uruguaya y a punto estuvo de conseguirlo”.


Al respecto, solo me cabe decirle a mi ex compañero del sindicato y a mi ex amigo, que no temo en lo más mínimo su retorno, NI LA DIFUSIÓN DE SUS OPINIONES E IDEAS.

Me da lástima que un luchador al que respetaba por su coherencia de vida, más allá de su desprecio por la política que lo conducía muchas veces a confundir la lucha armada más como fin que como medio,haya terminado de la forma en que termina, empeñándose ahora en persistir en su conducta terminal.

8) Finalmente una reflexión sobre su acusación de que yo aspiré a ‘’ser reconocido como el salvador de la democracia uruguaya y a punto estuvo de conseguirlo”

El ‘’a punto estuvo de conseguirlo’’, parece traducirse en un lamento porque no lo conseguí. ¡Qué vergüenza, Héctor!

No aspiré en modo alguno a ser reconocido como el salvador de la democracia uruguaya, sino a hacer no solo lo que podía hacer sino lo que debía hacer, en esa experiencia dramática, donde la vida no valía nada.

Y lo hice, arriesgando todo, sin medir riesgos.

Y me enorgullezco de haber prestado un servicio más a la izquierda uruguaya, que sirvió para postergar solo unos meses la pesadilla que se cernía sobre la Nación, ya ocupada por el autoritarismo inconstitucional.
Demás está decir que no tenía elección. De haber seguido los deseos maquillados de Amodio, hubiera sido yo mismo el traidor a mis propias ideas,
Lo que hice, fue ser coherente con mis convicciones. Y jugarme por ellas. Y a partir de ese momento el destierro fue mi destino.

Como explicó Wilson en aquellos momentos a sus allegados, recordado en el reciente libro del economista Carlos Luppi: ‘

’Años después Wilson comentaría que Fasano sabía que venían el golpe de Estado y una dictadura que podía durar muchos años, pero entre acomodarse y ser un traidor a la democracia como Amodio, y correr el riesgo y condenarse al exilio, eligió este último camino”.

A sobrellevar ese peso me ayudó el apoyo del Parlamento uruguayo que en sesión del 8 de mayo de 1973 elogió mi conducta con la intervención de senadores de todos los partidos políticos.
Mi adversario, con quien ni siquiera nos saludábamos, el senador Paz Aguirre del Partido Colorado, tras informar que ‘’el libro sería perfeccionado con la técnica que le reconocemos al señor Fasano’’, elogió mi defensa de las instituciones.
Por su parte el senador Ferreira Aldunate del Partido Nacional, afirmó que ‘’Fasano contribuyó eficazmente a desbaratar una conjura contra las instituciones y el sistema político del país’’.

Y el senador Zelmar Michelini, del Frente Amplio declaró en la emergencia que ‘’yo estoy obligado a poner de manifiesto la conducta intachable en la emergencia del señor Fasano, gracias a su intervención se abortó la situación, y llega el momento en que siento la obligación de hacer esta constancia para salvaguardar la conducta, repito, intachable y muy digna del señor Fasano’’.
Y así continuaron opinando ese 8 de mayo de 1973 en el Parlamento, un mes y medio antes del golpe de estado, los restantes senadores del país, con excepción del pachequismo

Fue para mí un honor, que mis propios adversarios reconocieran la honestidad de mi conducta.
Pero con o sin reconocimiento valió la pena actuar de ese modo.

Este diálogo con Amodio, a través del tiempo, volviendo la mirada 41 años atrás, confirma que no me equivoqué. Volvería a actuar del modo que lo hice

.
9) En cuanto al famoso libro de Amodio Pérez, lo terminé de escribir en mi exilio bonaerense y ante el pedido expreso de dirigentes de la izquierda uruguaya y de un referente ético del brazo político legal del MLN, DECIDÍ ARCHIVARLO en la siesta de la historia, para cuando las condiciones de su publicación estén maduras y sirvan y no perjudiquen al proceso de liberación nacional en curso.

10) Finalmente, solo me cabe expresarle un deseo a mi ex amigo
Que recapacite, que piense en todo lo que dio por la causa del pueblo uruguayo, que eso nadie se lo puede negar, que reconozca su ignominiosa conducta colaboracionista con los despreciables seres humanos que tomaron por la fuerza un poder espurio y que deje de denigrar a sus compañeros, que supieron transformar la derrota en victoria, ganando palmo a palmo un gobierno legítimo, mediante la persuasión y el apoyo de las grandes mayorías, sufriendo una década de sevicias inhumanas, como rehenes de la dignidad, mientras él gozaba de una libertad, canjeada con la sangre de sus hermanos de lucha.

Podría en un acto de expiación y contrición, aunque no lo perdonaran por su crimen, sumarse al proyecto popular, aportando energías sin pedir nada a cambio.

Si quiere volver a vivir y morir con dignidad y orgullo en la tierra que lo vio nacer, lo primero que tiene que entender es que cambió la historia y debe sumarse a ella para evitar su segunda derrota política y personal.
Del detritus de la historia en la que se sumergió, solo se sale reconociendo la hondura de su desacierto y la necesidad de su redención. Hoy hace todo lo contrario.

Ataca sin piedad, 41 años después, a nuestros mejores hombres y mujeres de la izquierda nacional.
Y además comete un acto aun más imperdonable en un militante de la causa popular.

En su quinta carta afirma, refiriéndose al triunfo del pueblo uruguayo y a lo que haga nuestro Presidente, que ‘’más bien estoy indiferente’’.
 En la antigua Grecia, los indiferentes eran llamados idiotas. Triste final para un luchador social.

Escribir otro final para su vida solo depende de él mismo.
Si se anima a dar un golpe de timón a su terrible tragedia.


"Lo cierto es que quien calla -aquí y en cualquier lado- otorga

Y el silencio de Huidobro y de la inmensa mayoría de los que nombra Amodio,
es una confirmación del nivel de complicidad”



De una entrevista a Gustavo López candidato a la Vice Presidencia por la Unidad Popular realizada el viernes 31 de mayo de 2013  en el programa “Mañanas de Radio” de CX36, donde habló sobre diversos temas también lo hizo  sobre el silencio en torno a las recientemente aparecidas cartas de Amodio Pérez

( los destaques son de posta)

Efraín Chury Iribarne:  Está el hecho de la incursión de las cartas de Amodio y sus efectos.

Gustavo López:
El traidor que resucita y resucita revitalizado, porque ha colocado sobre la mesa un conjunto de elementos con nombre, apellido, pelos y señales y la respuesta de la contraparte ha sido el silencioo la generalidad, la abstracción.
Porque decir que Amodio Pérez es un traidor no aporta nada en este debate,por el contrario, el propio Amodio reconoce abiertamente que ha sido un colaborador abyecto de la dictadura y de los torturadores.
Lo que importa saber es si ese abrazo que Amodio da al resto de sus compañeros es cierto o no, y hay algunos que se han dejado abrazar.

Porque tanto callan que por la vía de los hechos están concediendo RAZÓN AL PLANTEO DE AMODIO.

Y aparece en esta oportunidad y no en cualquier otra.
Algunos de los que callan, por ejemplo, el ministro Huidobro, que escribía libros en donde había más héroes que en las tragedias griegas.

 Y en primer lugar él era el héroe de la resistencia. Y entonces ahora se llama a silencio.
 Y entonces ahora no hace público qué pasó en el Florida, sus vínculos a la hora de ofrecer la rendición.
Ahora, este golpe de Amodio es también un golpe a la mística construida en la lucha de decenas y cientos de tupamaros honestos que dejaron la vida atrás de un proyecto y que abrazaron la causa de las transformaciones revolucionarias de este país.

Y no se puede permitir eso. Amodio, los amigos de Amodio y los que abrazan a Amodio son en su conjunto
 unos traidores.
No por su conducta carcelaria, que eso lo va a determinar la historia, sino por su conducta actual, que callan frente a lo que dice Amodio, se ubican en la vereda de Amodio.
Y los que no hacen ninguna referencia a lo que dice Amodio más que decir que estamos frente al relato de un traidor, pero toleran la aplicación de una política que niega punto a punto aquellos documentos y aquel programa que determinó que un número importante de jóvenes de este país se propusieran dirimir los conflictos con la burguesía  los tiros, ¿y hoy qué le dicen a esa gente?


¿Qué queda de los libros del heroísmo de Huidobro?

Más allá de quien esté operando por atrás o por el costado de Amodio Pérez y el resto.

Lo cierto es que quien calla, aquí y en cualquier lado, otorga. Y el silencio de Huidobro, el silencio de la inmensa mayoría de los que nombra Amodio, es una confirmación del nivel de complicidad

EChI: Es una contribución a blanquear el pasado.

GL: En un sentido, o a enturbiarlo aun más

EChI: Enturbiarlo o blanquearlo para el lado que le conviene más al sistema.

GL: Indiscutiblemente.
Y creo yo que ESTA ES APENAS LA PUNTA DE LA MADEJA.


EChI: Que esta carta va a seguir en la mesa.

GL: ay mucho hilo para tirar de esa madeja, mucho para desentrañar. Y que todavía no han empezado a hablar del todo los socios de Amodio y algún otro, es decir, los milicos.
Y bueno, ahí algún mito y alguna historia escrita con fina pluma literaria se van a hacer añicosfrente a los relatos de los protagonistas.


EChI:   Uno cuando ve a Fernández Huidobro como ministro de Defensa, es una impresión personal y tengo el derecho a tenerla, y los vi porque trabajaba precisamente en una emisora de radio que teníamos que enfrentar a la dictadura y yo los veía hablar en la televisión.
Confieso algo, es una impresión que ayer tuve oyéndolo a Fernández Huidobro, está más convencido Fernández Huidobro DE LAS BONDADES DE LA DICTADURA que el tono que ponían los generales de la dictadura en el momento que estaba y ellos detentaban el poder. ES ALGO DRAMÁTICO.

GL: Sí, sí, sobre todo con ciertos sectores del ejército está mimetizado.

EChI: MIMETIZADO, esa es la palabra.


GL: Es decir, dice, piensa, vive y siente como ciertos sectores de la oficialidad gorila del ejército uruguayo. Además de ser la espada mayor de la lucha para preservar la impunidad.

EChI: De uno de sus libros que escribió se va a hacer una película, pero se va a hacer como dibujo animado para que no tenga connotaciones políticas.  Y todavía lo propagandean.
Lo escuché ayer EN EL COLMO DE LOS ASOMBROS,Gustavo.


GL: Parte de este sainete tragicómico. Así es.

 EChI: Es real eso


HAY QUE HONRARLA


Ya estamos todos, cerrá que nos vamos a desentrañar por fin cómo fue la cosa y ¿saben una cosa?
Ni ellos mismos saben cómo fue la cosa porque por ley universal  “todos no vemos lo mismo”. Y aquel asunto no fue tan sencilla cosa como para explicar así no más en un bar, no

Aquello (anoche lo hablábamos en un bar del sur de Tenerife con un amigo y maestro tupa .Le pregunté mirándolo a los ojos (mamado por supuesto) ¿Vos sos tupa?

El entendió que la pregunta era si hoy después de 50 se sentía tupa. La respuesta no la voy a desvelar sin su permiso por supuesto.
Ahora vino Fasano, y a los que  no la vivimos y queremos entenderla ahora, ya acabó de confundirnos a todos. Excusatio non petita accusatio manifesta que dicen….

Yo diría, con el máximo de cariño, que me gustaría que los tupas no siguieran revolviendo las tripas de aquello, dado que el espectáculo tiene más atracción por lo morboso, que por lo útil.

Tuvo un final bastante triste, Y hoy en día se está desvelando en lo posible .
A mí como uruguayito me llena de orgullo ser del país de los Tupamaros. Y me gustaría saber más de Cómo empezó. Muchas historias de amor, de amistad, de fortalezas de debilidades, pasiones de todo.
¿Salió mal ?….  No salió mal, salió muy bien.

Hoy tenemos un Uruguay bastante lindo, dada las circunstancias. Y somos consecuencia de aquella lucha. Hay que honrarla.


DANIEL IRIGARAY
 

posta - postaporteñ@ 973 - 2013-06-06

El Derecho a la Pereza


Estas miserias individuales y sociales, por grandes e innumerables que sean, por eternas que parezcan, desaparecerán como las hienas y los chacales ante la proximidad del león, cuando el proletariado diga: "Yo quiero que terminen".
Pero para que tome conciencia de su fuerza, el proletariado debe aplastar con sus pies los prejuicios de la moral cristiana, económica y librepensadora; debe retornar a sus instintos naturales, proclamar los Derechos de la Pereza, mil veces más nobles y más sagrados que los tísicos Derechos del Hombre, proclamados por los abogados metafísicos de la revolución burguesa; que se limite a trabajar no más de tres horas por día, a holgazanear y comer el resto del día y de la noche.

Antes de aclarar de donde proviene la cita anterior, digamos que esto se nos ocurrió a partir de la polémica que provocaron los dichos de Mujica en España:

“No nos caracterizamos por matarnos en el laburo. Nadie se muere por exceso de trabajo, pero no es un país corrupto, somos un país decente. Esta seriedad nos ha dado credibilidad en el ámbito internacional”.

Los políticos blancos y colorados han salido a pegarle a Mujica por haber dicho semejante barbaridad. Lo que diga este personaje no es el tema, y tampoco la "credibilidad" que pueda tener un "país decente".

Lo que nos interesa acá es esta tontería de escandalizarse por decir en España lo mismo que ellos dicen todos los días en Uruguay. Recordemos por ejemplo al Qky cuando estaba de presidente hablando de los funcionarios públicos:

"Ellos hacen como que trabajan y yo hago como que les pago".
El discurso que habla de la "haraganería" del pueblo es simplemente el discurso burgués corriente, el que reclama, precisamente, que el trabajador se mate por exceso de trabajo mientras el capital acumula.
 Es el discurso tradicional de nuestras clases dominantes.
Parece ser que está bien decir eso acá, quejarse de la haraganería de nuestros trabajadores, pero es poco conveniente andar diciendo eso cuando se va a ofrecer al capital transnacional esa fuerza de trabajo como recurso explotable y súper-explotable.

Eso es todo el problema, para ellos.
No se puede salir a vender una mercancía (la gente considerada como mercancía) y andar haciendo públicas las quejas por la falta de calidad de esa mercancía, eso habrá que arreglarlo pero en la trastienda, no es un tema para plantearlo en el mostrador y que el comprador se entere de los problemas que tiene "eso" que le queremos vender.


"Quiero recuperar con toda su fuerza la influencia del clero, porque cuento con él para propagar esa buena filosofía que enseña al hombre que está aquí para sufrir, y oponerla a esa otra filosofía que dice al hombre lo contrario: 'Disfruta'".

Con esta frase de Thiers comienza el texto que hemos citado, que, dejémonos de misterios, es "El derecho a la pereza", de Paul Lafargue, yerno de Marx por parte de Jenny.
(Parece que el viejo nunca quedó muy conforme con que su nena se fuese con un franchute, pero así es la vida). Se lo puede obtener del Marxist Internet 

Archve, aquí:


http://www.marxists.org/espanol/lafargue/1880s/1883.htm


Nos informa Wikipedia que "es un ensayo habitualmente considerado utópico... realiza una crítica marxista del sistema económico nacido del capitalismo, cuyo desarrollo, concluye, desembocaría en una crisis de superproducción, causa de paro y miseria entre la clase trabajadora. Lafargue propone alcanzar, mediante la generalización del uso de las máquinas y la reducción de la jornada laboral, el estadio de los derechos del bienestar con el que culminaría la revolución social y cuya sociedad puede consagrar su tiempo a las ciencias, el arte y la satisfacción de las necesidades humanas elementales."

Y agrega luego Wikipedia:

"Tras la Revolución rusa y con el auge del pensamiento partidario de las políticas soviéticas del productivismo, que es criticado en la obra de Lafargue, el texto fue relegado hasta que tras la Segunda Guerra Mundial fue redescubierto para su reedición y reivindicación por sectores muy dispares, abandonando su condición de obra ideológica para convertirse en patrimonio universal".


Le atribuye a Lafargue un "estilo irónico". Veamos:


"Trabajen, trabajen, proletarios, para aumentar la riqueza social y sus miserias individuales; trabajen, trabajen, para que, volviéndose más pobres, tengan más razones para trabajar y ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción capitalista...


"... En vez de aprovechar los momentos de crisis para una distribución general de los productos y una holganza y regocijo universales, los obreros, muertos de hambre, van a golpearse la cabeza contra las puertas del taller.
 Con rostros pálidos, cuerpos enflaquecidos, con palabras lastimosas, acometen a los fabricantes: "¡Buen señor Chagot, dulce señor Schneider, dénnos trabajo; no es el hambre sino la pasión del trabajo lo que nos atormenta!".
Y estos miserables, que apenas tienen la fuerza como para mantenerse en pie, venden doce y catorce horas de trabajo a un precio dos veces menor que en el momento en que tenían pan sobre la mesa. Y los filántropos de la industria aprovechan la desocupación para fabricar a mejor precio.

"...los fabricantes recorren el mundo en busca de salida para las mercancías que se amontonan; obligan a su gobierno a anexar el Congo, a apoderarse de Tonkín, a demoler a cañonazos las murallas de la China, para esparcir allí sus telas de algodón".
"... Los obreros no pueden comprender que al fatigarse trabajando, agotan sus fuerzas y las de sus hijos; que, consumidos, llegan antes de tiempo a ser incapaces de todo trabajo; que absorbidos, embrutecidos por un solo vicio, no son más hombres, sino pedazos de hombres; que matan en ellos todas las facultades bellas para no dejar en pie, lujuriosa, más que la locura furibunda del trabajo".
"... Como los loros de la Arcadia, repiten la lección de los economistas: "Trabajemos, trabajemos para incrementar la riqueza nacional". ¡Idiotas!
Es porque ustedes trabajan demasiado que la maquinaria industrial se desarrolla lentamente.
"


Vengamos de nuevo a Uruguay.

El tema por el que se desviven por igual gobierno y oposición, más allá de los matices sobre qué cosa decir y no decir y en donde, es sobre las inversiones extranjeras directas.
Para eso se adecuan de una manera u otra las leyes laborales, impositivas, etc.
Como no hay mucho paño para cortar aquí, el gobierno empezó hablando de un proyecto de "país inteligente"

Un país inteligente no merece un gobierno idiota.

El lugar que tiene asignado Uruguay en el sistema mundial capitalista actual es el de proveedor de recursos naturales en un modelo extractivo, es decir, un modelo de mínima utilización de fuerza de trabajo. Y en esos proyectos, la parte de fuerza de trabajo calificada necesaria se cubre con técnicos que traen del extranjero las empresas inversoras, y no con trabajadores locales.

No ha de extrañar entonces que el tema educativo, por ejemplo, encuentre los mismos problemas. No se puede hacer una educación para un "mercado laboral" que no existe, o más claramente, para una supuesta demanda de "trabajo inteligente" que no tiene nada que ver con la demanda del proyecto extractivista.


"País inteligente" es en primer lugar, país de gente inteligente. Y la gente inteligente no se mata trabajando, y no acepta ser condenada al trabajo que la mate.

La gente inteligente tiene algo mejor para aportar, no a la demanda de los otros, sino a la demanda propia. La gente inteligente se preserva a sí misma, porque ella misma es el valor a preservar.


La condición de trabajador que no quiere matarse trabajando no es una condición vergonzosa, todo lo contrario.

Empecemos por valorarnos a nosotros mismos, y después hablamos.
El mundo que queremos crear no es un mundo en que el trabajador no tenga otra oportunidad sino matarse trabajando, y en el que su elección sea cuál patrón lo va a matar en el trabajo.
La resistencia del trabajador al trabajo alienado, al trabajo en el que él no es dueño ni del producto, ni de las condiciones de trabajo, ni del proyecto, esa resistencia es un primer paso adelante

.

Esa resistencia es un primer paso muy primario por parte del trabajador, y si no hay más es por carencia nuestra, de la expresión consiente (lo que debería ser "la izquierda") que tiene que ofrecer un proyecto político verdaderamente alternativo.


Franz Fanon, en "Los condenados de la tierra", lo planteaba así:

"...el colono decía al colonizado: 'Muérete, pero que yo me enriquezca.' Ahora debemos proceder de otra manera. No debemos decir al pueblo:
'Muérete, pero que se enriquezca el país.'"

Y si eso "es lo que hay valor", es que nosotros tenemos otros valores.
Y decimos, el valor de lo que hay y lo que no hay.


No tenemos ni entusiasmo ni valoración por trabajo esclavo.

Hace un tiempo los medios oficialistas promovieron una campaña para corregir supuestamente el lenguaje, suprimiendo la expresión "trabajar como negro"; tan poca seriedad tenía que debió ser encajonada sin más ruido al poco tiempo.

Fue la rebelión de los que se negaron a matarse trabajando lo que obligó a abandonar el trabajo esclavo, y pasar a otras formas de producción.

No nos matamos trabajando, no pretendemos que nos vengan matar, y lo bien que hacemos.
 

FERNANDO MOYANO
- postaporteñ@ 973 - 2013-06-06


¿DE QUÉ LIBERTAD NOS HABLAN?



Vivimos una realidad en la que la hipocresía de los que dominan el mundo ha llegado a extremos que pocos hubiesen podido imaginar en épocas pasadas.

Las luchas de los explotados, con mayor o menor organización, pero cada vez más consecuentes para oponerse a esa condición, obliga a los explotadores -a través de su representación política, los partidos y gobiernos del sistema- a enmascarar la realidad que generan y fomentan, con herramientas necesariamente mejor aceitadas día a día.

Eso se debe a que antes el explotador no tenía que disimular nada para mantener sus privilegios, y hoy tiene que adormecer la reacción de aquellos a los que explota.

Antes, el patricio no tenía que dar explicaciones a su esclavo para privarlo de su libertad, lo mismo que el señor feudal con sus siervos o luego el patrón con sus obreros al principio del capitalismo.

Sin embargo, a través de los años, las luchas de los trabajadores para terminar con los atropellos de los capitalistas han puesto sobre el tapete de la sociedad mundial, sin disimulo, la lucha de clases, que determina las estrategias de unos y otros para coartar, o lograr y defender, espacios de libertad.
La clase dominante, la burguesía, los patrones, en sus roles de empresarios, terratenientes, banqueros o financistas, en un “acuerdo tácito” moldeado por el modo de producción capitalista y el imperialismo financiero, han dado un significado a su forma de ver el mundo y organizar la sociedad, autoproclamándose adalides de “la Libertad”

Pero... ¿de qué libertad hablan estos “señores”?
Convengamos que el hombre, en tanto ser social, no puede ser completamente libre.

La vida en sociedad implica la observación de ciertas reglas que limitan el desenvolvimiento de cada sujeto en su lapso de vida.
Digamos, algo así como “mi libertad termina donde empieza la libertad del otro”.


Uno no puede meterse de prepo en la vivienda de los demás, ni construir la suya sin tener en cuenta la urbanización que lo rodea.
Cada ser humano debe crear su propia intimidad, y aún con su grupo más íntimo genera sus propias reglas de convivencia.


En una aldea o un barrio, habrá que observar más limitaciones aún, y comportarse de tal forma que no resulte una molestia para sus vecinos.
A medida que la sociedad se hace más grande y complicada, las reglas son mayores.
No se puede transitar de cualquier manera para trasladarse de un lado a otro, hay reglas de tránsito que incluso los peatones deben respetar para evitar que la vida en social sea un caos.

Esos cotos a la libertad de cada uno son razonables y lógicos, porque sería imposible vivir sin ellas.

Son para todos por igual, más allá de las diferencias sociales, pues quien no las respete pone en peligro su propia seguridad y hasta su vida, además de la de los demás.

Sin embargo, hay otras “libertades” a las que no todos tienen acceso, y dependen fundamentalmente de las escalas sociales, del poder económico, del poder político de quienes las ostentan, de las vinculaciones entre sí, incluso hasta del lugar de nacimiento, y ni qué hablar de las creencias religiosas, ya que al observar las reglas establecidas como “normales” o “naturales”, lo que en concreto se plasman son las desigualdades que surgen de la forma en que se ha organizado la sociedad mundial en general, con particularidades y características propias en cada estado, país, nación o región de la Tierra.

El sistema imperante en el mundo actual es el Capitalismo, más allá de las variadas culturas, religiones y de las formas diferentes de organización política que tengan los distintos Estados, porque a todos, más allá que estén gobernados por monarquías absolutas ( como por ejemplo Arabia), monarquías parlamentarias ( Inglaterra, Suecia, Holanda, España), democracias republicanas (EEUU, Venezuela, Argentina), o repúblicas socialistas ( Cuba, China, Vietnam), el modo de producción capitalista los ha atravesado a todos o a la mayoría, y al menos condiciona a todas las naciones del planeta.
Los que dominan la sociedad mundial entonces son los dueños del capital, vanguardizados por los gerenciadores de la expansión financiera.

Éstos son los que concretamente modelan la realidad en la que vivimos.
Éstos son los que generan los hechos que se enquistan en forma de “consciencia” en las mentes de los millones de seres humanos que viven en este planeta.


Son los que, en definitiva, además de ser los dueños de los medios de producción, servicio, esparcimiento y difusión -y justamente por ello-, le dan significado a los conceptos según sus intereses.
Es así que, por ejemplo, “democracia” significa votar a quien nos gobierna cada una cierta cantidad de años, mientras una minoría toma las decisiones que condicionan nuestras vidas todos los días. “Justicia” es el orden jurídico que protege la estructura social que han creado para fomentar y sostener sus privilegios.

“Progreso” es el desarrollo necesario para mantener sus tasas de ganancia, sin importar el costo social y ambiental que ello represente.

“Orden”, es mantener inviolable el sistema que posibilita que unos pocos gocen de sus vidas a costa del sudor de millones.
De esta manera, basados en estos principios, los capitalistas, la burguesía, crean una “cultura” que se impregna en las mentes de los explotados y los “naturalizan”.

 Uno de los más importantes es la “Libertad”, claro que cargado de un innegable interés de clase.

Apoyándose en el concepto burgués de “libertad”, los que dominan al mundo han creado una realidad que priva a la mayoría de los seres humanos de ella

Si bien la división política de los estados no es un invento puramente de la burguesía, cierto es que ésta ha agilizado la movilidad de las mercancías y las finanzas globalmente, al tiempo que pone obstáculos burocráticos o endurece los controles para el traslado de las personas.

Uno piensa que la humanidad pobló el planeta a partir del libre traslado de los primeros individuos de la especie, en lo arbitrarios que son los límites fronterizos, en lo absurdo que es el hecho de que alguien por haber nacido en un territorio llamado “Estado” o “país” no pueda pasar a otro sin pedir permiso, y no puede sino entristecerse por esa restricción a la “libertad”.

Vale la pena poner el acento en que “el país de la libertad”, como se lo llama irónicamente a EEUU, es uno de los países con normativas más duras para dejar entrar extranjeros en su territorio.
Dentro de los Estados, también existen restricciones para la “libertad de trasladarse”, y están basadas en el nivel económico de las personas.
Desde la posibilidad de adquirir vehículos con autonomía suficiente y su mantenimiento, hasta pagar un boleto para el transporte público, pasando por el pago de peajes en rutas y autopistas, y ni qué decir sobre poder costearse la estadía en el lugar de traslado, constituyen todos cotos a la libertad.


Hasta quien decida trasladarse a pie encuentra el límite de sólo poder desplazarse allí donde los Estados han construido caminos, pues más allá de ellos se encuentra con la principal barrera para la libertad humana: la propiedad privada de terratenientes y empresas.
Éstos se han dividido el planeta en inmensas parcelas que son de su propiedad (las más ricas), dejando para la mayoría de los mortales las tierras improductivas, rincones superpoblados como las ciudades y pueblos con menor cantidad de gente pero viviendo todos en pequeños lotes donde construyen sus viviendas por las que deben rendir tributo al Estado, consecuencia directa del modo de producción burgués.

En épocas remotas, los seres humanos migraban libremente para encontrar lugares donde asentarse, buscando mejores condiciones de vida. Posteriormente, en tiempos de organización social más avanzada, tales migraciones continuaron produciéndose, en menor medida y ya no tan libremente; algunos lo hacían alejándose de las opresivas condiciones que generaban las clases dominantes allí donde se encontraran.
De estas iniciativas, las había individuales o grupales, y las promovidas por determinad
os estados: las conquistas coloniales de las metrópolis europeas se sirvieron de esas ansias de “libertad” que muchos individuos tenían para conformar sus fuerzas de ocupación; lastimosamente, el costo inhumano lo sufrieron las poblaciones autóctonas colonizadas, que vieron coartada su libre determinación a desarrollarse según su idiosincrasia y saqueado su patrimonio cuando fueron sojuzgados por los invasores que impusieron sus propias reglas.
Más allá de cuáles fueran las motivaciones, lo cierto es que en la actualidad, esa libertad para elegir dónde asentarse, en los países mediana o totalmente desarrollados es imposible, sin contar con el potencial económico para ello.
Donde no haya propiedad privada, la habrá estatal, y el fisco extenderá sus garras donde sea para regular o recaudar.


La necesidad de “estar en regla” con una sociedad que ha generado una institución “Estado” que, ya sea en su clase dominante o a través del fisco funcional a sus intereses, se ha apropiado de todo, no deja margen para “elegir” libremente qué hacer con nuestras vidas para tener un paso medianamente digno por este mundo.
No queda otra opción que adaptarse a las normas establecidas por sus dueños, aún para aquellos que intentan cambiar de raíz esa forma de organizar la sociedad.

Es así como entonces, los que no tienen capital, es decir, los que no tienen otra cosa para vender que su “fuerza de trabajo”, deben someterse al arbitrio de trabajar por un salario bajo las regla
s impuestas por los patrones.

Ese coto a la libertad, la burguesía la presenta como “libertad de trabajo”, que no es tal, si analizamos un poco más en profundidad.
Para “conseguir trabajo” hay que satisfacer las necesidades de la patronal, por lo que hay que estar “formado” para ello: de ahí que la “educación” esté dirigida según las exigencias del modo de producción capitalista.
Las políticas de educación, ya sea en ámbitos públicos o privados, se pergeñan en función de ellas. 

Los programas educativos son la herramienta más eficaz de transmisión de la cultura impuesta por las clases dominantes.
Esa “discrecionalidad” constituye una concreta limitación a la libertad, a lo que hay que sumarle la desigualdad producida por las diferencias existentes entre los centros educativos públicos -a los que concurren los sectores de menor poder adquisitivo-, y los privados, a los que tienen acceso los de mejor nivel económico.

Esta es la consecuencia de, bajo la óptica de los que a todo le ponen precio, considerar un “gasto” para las arcas del Estado a la educación, mientras la transforman en mercancía para el que pueda pagarla en ámbitos de gestión privada.
Los trabajadores entonces, deben pasar por el “filtro” patronal para conseguir un puesto laboral. Una vez allí, se ven sometidos a las reglas establecidas por sus jefes: horario, presentismo, presencia, vestimenta, horario de comida, entorno de tareas, tiempo de descanso.
La única forma de discutir las arbitrariedades patronales es la agremiación de los trabajadores, lo que permite consensuar de alguna manera las condiciones de trabajo y los salarios.
En concreto, lo que se discute dentro del capitalismo a través de la sindicalización es el nivel de explotación que tendrán los asalariados, no el fin de la misma.

Para ello hace falta dar el salto de la organización reivindicativa a la política.

Aún así, los avances contra el derecho a sindicalizarse de los trabajadores no cesan por parte del empresariado, pasando de hecho, incluso, por encima de legislaciones laborales vigentes en algunos países.
También están los que, por diversas causas, casi siempre ajenas a su voluntad, son expulsados y marginados del mercado laboral.
Son los que forman parte del “ejército de desocupados” que, desde la perspectiva de los explotadores, sirven como “elemento de disciplinamiento” o de “presión” a los trabajadores activos.

Los desocupados se ven obligados a “ocuparse” de la manera que les sea posible, convirtiéndose en cuentapropistas que venden su fuerza de trabajo por debajo del nivel salarial establecido, aceptando condiciones de trabajo precarizadas, lo que constituye una limitación a las legítimas aspiraciones de mejora de los ocupados.
Un porcentaje de ellos podrá intentar hacerse de algún pequeño “capital”, para comerciarlo casi siempre fuera de las reglas impuestas por la burguesía, en lo que se denomina “mercado informal” o “negro”.
Por más honestamente que traten de hacerlo, el “Estado de los capitalistas” los perseguirá permanentemente, argumentando faltas a las normativas, pago de impuestos y deficiencias inmobiliarias.

El caso de los vendedores ambulantes y artesanos, permanentemente acosados, es el más claro ejemplo de esta situación que atenta contra la tan mentada “libertad de trabajo”.

Está claro que en el capitalismo, la libertad de trabajo es únicamente la libertad de los capitalistas para explotar a sus trabajadores.

“Esa” es la única “libertad” que existe realmente en el mundo de hoy. Los trabajadores deben cumplir reglas hasta para enfermarse y tratar esas enfermedades.
El trabajador debe demostrarle al patrón que su salud se ha deteriorado para poder faltar justificadamente a cumplir con su tarea, lo cual siempre acarrea consecuencias, un ejemplo es el no cobro del “presentismo”, otro ardid normativo creado por la patronal. Por otra parte, los que tienen un buen pasar económico tienen a su vez acceso a todos los avances de la medicina.

Pero los que dependen de una obra social o los que ni siquiera cuentan con ella, se ven marginados de esos avances, sometidos a toda clase de injusticias, mal trato, irrespeto y privaciones.

El Estado de la burguesía se desentiende de la Salud Pública a la que, como a la educación, considera como un “gasto” en vez de un “derecho”, por lo que los hospitales públicos son desatendidos en favor de las clínicas privadas, donde la salud es transformada en un “bien”, una mercancía a la que, obviamente, se le pone un precio. 
Hasta para enterrar a sus muertos, los que viven de su salario deben observar los condicionamientos que les impone el sistema, lo que siempre implica, en los momentos más dolorosos de la existencia, una erogación económica que no siempre está a su alcance.
Incluso la tan mentada “libertad de expresión” no es más que una entelequia para las mayorías asalariadas, que encuentran cada vez más obstáculos para difundir sus pensamientos autónoma y masivamente.
Desde el Estado se les quiere poner límites, “normatizando” el derecho a la huelga y la protesta.
¿Puede considerarse “libertad” el derecho a expresarse entre cuatro paredes, o incluso en las calles, si no se tiene acceso a los medios masivos de comunicación, o se lo tiene pasando por el filtro y la voluntad de los dueños de esos medios, siempre capitalistas, que determinan qué se puede difundir y qué no, según sus propios intereses?
Los trabajadores, generando sus propios medios, siempre se encuentran con la barrera económica que le pone límite a sus aspiraciones, peleando como David con los poderosos Goliat que componen la burguesía.

La “libertad de expresión”, entonces, no es más que “cartón pintado” por los pinceles de sus verdaderos y únicos dueños: los dueños del poder económico.
Para conservar ese orden establecido, los burgueses han modelado fuerzas represivas dirigidas a disciplinar a todos aquellos que atenten contra el Estado que cuida sus privilegios.

Las cárceles no sólo están llenas de pobres -y aún en ellas hay diferencias entre el hacinamiento al que condenan a los marginados y los confinamientos “vip” para los ricos que lleguen a “caer en desgracia”- sino que no se castiga el peor de todos los robos de un individuo hacia otros: el que se consuma cuando el patrón le paga el sueldo a sus trabajadores, que es cuando se plasma el robo de la riqueza que éstos han producido y es apropiado por aquél en forma de plusvalía.

El capitalismo legaliza ese latrocinio. Por supuesto, para todo el que se ponga en contra, milite y proteste contra esa forma de organizar la sociedad, están las leyes, las sanciones, las condenas, los palos y las balas.
Eso es el Estado Capitalista, el Estado Burgués, administrado siempre por la representación política de los intereses de clase de empresarios, terratenientes, banqueros y financistas


La “Libertad” que vivimos, entonces, no es más que la libertad de las clases dominantes.

Es un concepto vertido con un claro interés por los que dominan el mundo.


“Su” libertad no es más que la limitación de las libertades de la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta.


Ellos son los dueños de las riquezas, de los medios de producción que las elaboran y transforman en mercancías, de los medios de comercialización y servicio que devienen de ellas, de los bancos y financieras que financian esas actividades, de los centros de esparcimiento y de los medios de comunicación que difunden las bondades de la organización social que fomenta y sostiene sus privilegios.

Tienen la potestad sobre todos los beneficios del desarrollo humano y de la naturaleza, son dueños de los ríos, de los mares, de las montañas, de los glaciares, de los bosques y las selvas, de las plantaciones y del ganado, cotos privados a los que la mayoría de los seres humanos tienen negado el acceso o deben pagarles para tenerlo.

Esa es la “libertad” de la que nos hablan los capitalistas, contraria a la libertad humana

. La historia de la humanidad es la historia de la lucha de los explotados para dejar de serlo, lo que implica la lucha por la libertad.
La libertad de poder gozar de la vida, todos y no unos pocos, en la única oportunidad que tenemos de pasar por este mundo, disfrutando armoniosa y equitativamente de lo que nos ofrece la naturaleza y el desarrollo tecnológico.

 

GUSTAVO ROBLES
- postaporteñ@ 973 - 2013-06-06


 

Postalinas y Chamuyos


Sobre la "estatización" del F.C. Belgrano



La reestatización de las concesiones...de los ferrocarriles argrntinos



Porque este tiempo nos muestra que la falacia es una constante, debemos en esta respuesta, a la supuesta nacionalización del Ferrocarril Belgrano, dividir el informe en dos partes:

Lo que no es y la historia de lo que nunca se hizo

Juan Carlos Cena


http://agenciacta.org/spip.php?article8755



CHARLA - DEBATE

VIERNES 7 DE JUNIO – 18.30 HS.

Casa de la Memoria (Santiago 2815 – Rosario) Argentina


"Dominación capitalista y proyecto popular en América Latina
Los desafíos de la izquierda"
Daniel Campione: Abogado. Máster en Ciencia Política (UNSAM). Profesor de la Facultad de Derecho de la UBA. Investigador de la FISyP. Integrante del Grupo de Trabajo “Historia Reciente”, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Miembro del Comité Internacional  de Dirección de International Gramsci Society (IGS). Miembro del Comité de Dirección de la Asociación Antonio Gramsci de Argentina. Miembro del Comité Académico de ATTAC de Argentina

Uruguay_Chasque Artiguista:

Empresas, agronegocios y otros modelos


http://red-latina-sin-fronteras.lacoctelera.net/post/2013/06/06/uruguay_chasque-artiguista-empresas-agronegocios-y-otros


LEÑA   AL  FUEGO


Programa que se emite los sábados de 14 a 16 por Radio Cooperativa, AM 770, bajo la conducción del periodista HERMAN SCHILLER.
"Por qué las cárceles están repletas de pobres y los hoteles cinco estrellas están llenos de   delincuentes"

                            INVITADOS

- KARINA GERMANO LÓPEZ. Estuvo diez años presa por razones políticas y la intensa concientización social consiguió liberarla.

- OSCAR CASTELNOVO.  Periodista de la Agencia Walsh. Es coautor, entre otros libros, de "Cárceles de mala muerte", "Intensidades de mujeres" y "Lili, presa política". Es autor además de "Ardiente y pasional".

- ABELARDO MARTIN. Integrante de la Coordinadora Antirrepresiva del Oeste y del Movimiento Torre. Es también cantautor de temas piqueteros y relacionados con las luchas obreras.

Columnista: MARÍA DEL CARMEN VERDÚ, abogada de Correpi, Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional.

Montevideo- CICLO de DEBATE y REFLEXIÓN:

Rendición de Cuentas 2013


EEC - Espacio de Economía Crítica - UdelaR


Estimadas y estimados,

Es un placer volver a invitarlas(os) a una nueva actividad del Espacio de Economía Crítica.
Con motivo de la tan próxima Rendición de Cuentas, nos pareció más que propicio darnos un espacio para el debate, la crítica y la reflexión. Con este espíritu, organizamos dos actividades que pretenden servir de apoyo para abordar este tema desde un lugar diferente:

Actividad-seminario: jueves 6 de junio, 18:30hs - salon 25

Reconociendo la importancia de las finanzas públicas como instrumento de distribución del ingreso y de regulación del patrón de acumulación, las(os) invitamos a realizar un repaso histórico de lo que han sido los regímenes fiscales en nuestro país y del sustento teórico detrás de cada uno de ellos.
Para tocar estos temas (y otros que nos puedan surgir durante la charla), invitamos a Paola Azar, Reto Bertoni y Ulises García,  integrantes del equipo redactor del libro ¿De quiénes, para quiénes y para qué? Las finanzas públicas en el Uruguay del siglo XX, Instituto de Economía de la FCEA-UdelaR.

Actividad-debate: miércoles 12 de junio, 18:30hs -Salon 40 UdelaR

Con los insumos de la actividad anterior, las reflexiones que nos quedaron dando vuelta en la cabeza, las ganas de pensar en el Uruguay de hoy y en la rendición de cuentas que se viene, armamos una instancia de debate (para canalizar todas esas energías).
Y para tener insumos de absoluta actualidad se va a presentar un documento elaborado por ADUR-Extensión enmarcado en la discusión presupuestal actual.
Estarán coordinando esta actividad dos compañeros del Espacio: Martín Sanguinetti y Pablo Messina.
Este es un tema que nos toca a todas y todos, hagamos de estas instancias un proceso de reflexión, crítica y debate colectivo!

Como siempre, estos son encuentros abiertos y esta invitación puede ser reproducida total o parcialmente sin previa autorización del EEC!
Las(os) esperamos!!
 


posta - postaporteñ@ 973 - 2013-06-06



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