Caracterización del gobierno
y un argumento K
Rolando Astarita
El 30 de junio pasado, en el canal CN23, el periodista Roberto Caballero
realizó un reportaje a la candidata del PTS y del FIT, Myriam Bregman (http://www.izquierdadiario.com.ar/Myriam-Bregman-en-CN23-19435).
Caballero se identifica con el kirchnerismo, trabaja en Radio Nacional, y fue
fundador, y director hasta agosto de 2012, de Tiempo Argentino.
En el curso de la
entrevista, Caballero presentó un argumento contra la caracterización de la
izquierda de los gobiernos de los Kirchner. Planteó que, según la izquierda,
esos gobiernos son pro-patronales. Pero los voceros de los empresarios, Clarín y La Nación, castigan
ferozmente la figura de Cristina Kirchner. ¿Cómo se compagina esto con el
hecho de que los gobiernos K serían pro-patronales? Dijo que en otro
reportaje había planteado la cuestión a Marcelo Ramal –candidato del PO y del
FIT- y que este había respondido mal, o él no había entendido su explicación.
Como respuesta Bregman explicó que el kirchnerismo impulsó los juicios contra
los genocidas para ganar legitimidad y responder a la situación abierta por
la crisis de 2001; lo cual le habría enajenado la simpatía de la patronal.
En esta nota solo voy a
referirme tangencialmente a la respuesta de Bregman, para centrarme en la
curiosa “idea” de que la naturaleza de clase de un gobierno se define por lo
que dicen Clarín
y La Nación de
ese gobierno. La cuestión tiene cierto interés porque el argumento de
Caballero también lo han esgrimido otros defensores de los gobiernos K.
El carácter de
clase desde el marxismo
Empecemos diciendo que al
marxismo nunca se le ocurrió definir el carácter de clase de un gobierno por
lo que dicen de él los (o algunos) medios de comunicación. La razón es que el
Estado y las clases sociales constituyen estructuras objetivas, y por lo
tanto la relación entre el Estado y la clase capitalista también es una
relación social objetiva. Esta relación, a su vez, determina la función del Estado
e, inevitablemente, la naturaleza de clase de esa función. Y la función
primaria y esencial del Estado en la sociedad actual se define en torno al
sostenimiento y reproducción de la relación capital / trabajo. Más
precisamente, el Estado es el principal factor político-jurídico e ideológico
de esa reproducción. De ahí que el Estado no pueda ser neutral, como afirman
los ideólogos burgueses
Pero en este marco, el
carácter del gobierno, que es cabeza del Estado, no puede no ser capitalista.
En palabras de Rosa Luxemburgo: “El carácter de un gobierno burgués no
está determinado por el carácter personal de sus miembros, sino por su
función orgánica en la sociedad burguesa. El gobierno del Estado moderno
es esencialmente una organización de la dominación de clase, cuyo
funcionamiento regular es una de las condiciones para la existencia del
Estado de clase” (“Affaire Dreyfus et cas Millerand”, 1899).
Por otra parte, dado que la
relación entre el Estado y el modo de producción capitalista es objetiva, su
rol en tanto garante jurídico, político e ideológico de la relación de
explotación no se altera aunque existan tensiones entre fracciones del
capital y el Estado –o algunas de sus instituciones, gobierno, justicia,
parlamento-; o incluso entre el capital en general y determinado gobierno en
particular
Esta tesis no es
una abstracción
Para la cuestión que nos
ocupa, la tesis marxista que sintetizamos en el punto anterior se verifica
apenas se examina lo actuado por los gobiernos K entre 2003 y el presente: han cumplido, sin mayores
desajustes, con las funciones de control, prevención, intimidación y
represión característicos de todo gobierno capitalista, junto a la policía,
los servicios de inteligencia, los tribunales y similares, también
característicos de todo Estado capitalista.
También fueron
promotores principales de la ideología de la conciliación de clases, de la
resignación del oprimido y de la unidad nacional, junto a otras instituciones
también funcionales a la continuación de la explotación capitalista como la
Iglesia, el sistema de enseñanza y los partidos del sistema. Asimismo han
contribuido al continuado control de las direcciones sindicales
colaboracionistas del cap ital, sobre el trabajo, de la misma manera que lo
han hecho y lo siguen haciendo todos los gobiernos consustanciados con el
sostenimiento de la explotación.
En definitiva, los gobiernos Kirchner no se
han salido de lo que es, en relación a la cuestión esencial, el “desempeño
promedio” de cualquier otra cabeza de Estado capitalista.
Son datos objetivos y
registrables, al margen de lo que opine tal o cual medio de difusión. E
infinitamente más decisivos a la hora de definir el carácter de clase del
gobierno K que los juicios a los militares genocidas. Para sintetizar: los
marxistas definimos el carácter de clase de un Estado, y del gobierno que lo
encabeza, por la relación de propiedad que defiende y sostiene. Y un Estado,
y el gobierno que lo encabeza, no pueden estar por fuera y al margen de esa
relación de propiedad; que en la sociedad actual no es otra que la propiedad
del capital. Es el ABC del problema.
Capital “en
general” y Estado
El rol del Estado -y su
cabeza, el gobierno- es esencial en tanto garante de la relación de
explotación capitalista, como se vio en el apartado anterior, ya que a partir
de la explotación del trabajo, el capital genera plusvalía. Pero la
plusvalía, a su vez, debe acumularse como capital para dar lugar a la
creación de más plusvalía. Y aquí el Estado -y su cabeza, el gobierno-
también juega un rol fundamental como garante de las condiciones de la
acumulación. Entre otras, ellas comprenden la reproducción de la fuerza de
trabajo (salud y educación públicas); la producción y reproducción de
infraestructura necesaria para la explotación privada de los capitales (por
ejemplo, caminos, aeropuertos, vías de navegación); el sostenimiento de un
régimen monetario; el contexto para que la competencia se desarrolle en
igualdad de condiciones para todos los capitales; la estabilidad del
horizonte temporal en que se toman las decisiones de inversión; y una forma
de vinculación al mercado mundial.
Pero entonces se hace
evidente que existe una contradicción entre el capital “en general” –que
demanda esas condiciones- y el hecho de que el capital solo existe a través
de los múltiples capitales particulares. Aclaremos que por “capital en
general” comprendemos el capital haciendo abstracción de la competencia y de
los fenómenos que la acompañan (según la definición de Rosdolsky, Estructura y génesis de ‘El Capital’,
pp. 71-73). En otros términos, el “capital en general” comprende lo que es
común a todos los capitales, “su propiedad de explotación” (ídem).
Pues bien, el Estado debe
responder a esta necesidad del capital, tomado como un universal abstracto.
Es lo que sucede cuando las cámaras empresarias, por ejemplo, demandan que el
gobierno mantenga reglas de juego iguales para todos los capitales, o que
defienda la estabilidad de la moneda, o mejore la capacitación de la fuerza
de trabajo en la escuela pública. Por eso, en qué medida determinado Estado o
gobierno cumple con estas demandas, es motivo de fricciones y tensiones, sin
que por ello se modifique su carácter de clase.
Pero por otra parte, el
capital, como realidad concreta, solo existe a través de los muchos capitales
individuales, o fracciones particulares, volcadas a diferentes ramas de la
actividad económica. De ahí que todo capital exija que el Estado cumpla con
las reglas “democráticas” del capital en general, al tiempo que trata de
sacar provecho de la influencia que pueda ejercer sobre el Estado para
obtener un beneficio particular. Lo cual abre la posibilidad de que existan
conflictos cruzados, tanto porque el Estado, o el gobierno, no satisfagan los
requisitos exigidos para que haya una reproducción fluida del capital, como
por el hecho de que fracciones particulares, o sectores de la alta burocracia
estatal –que vive de la apropiación de plusvalía- violen, para su propio
beneficio, las reglas de la “competencia democrática” de la apropiación de la
plusvalía
.
Autonomía relativa
A partir de lo anterior, se
comprende que existe una segunda determinación fundamental del Estado,
planteada por prácticamente todos los teóricos marxistas: su autonomía
relativa. Esto es, el Estado no es un mero instrumento en manos de la clase
dominante, ya que a fin de garantizar los intereses del capital en general,
debe conservar una autonomía relativa con respecto a las múltiples fracciones
particulares de los capitales.
De lo contrario le sería imposible cumplir con
sus funciones. Por eso, no existe una
relación mecánica o lineal entre el Estado y la clase capitalista.
Por lo tanto, tampoco puede haber una relación mecánica entre gobierno y
clase capitalista.
Observemos que esa
autonomía relativa está reconocida por Marx en El Capital, cuando dice que el Estado
británico puso límites a la jornada de trabajo, imponiéndose a los capitales
particulares en beneficio del capital de conjunto. También es señalada por
Marx y por Engels en sus escritos sobre los gobiernos y regímenes de Bismark
y Luis Bonaparte. Y la historia del capitalismo está plagada de las más
diversas formas de autonomía del Estado, o de los gobiernos que lo encabezan,
con respecto a los capitales particulares. Para citar solo algún ejemplo
salteado: el gobierno de Roosevelt en los 1930 era resistido por la mayoría
de los empresarios; los gobiernos y el Estado de Corea del Sur disciplinaban
al gran capital, imponiéndole metas a cambio de ayuda, en beneficio, en
última instancia, de la acumulación del gran capital. También existen casos
en los q ue la autonomía se manifiesta en una no correspondencia con las
necesidades de reproducción de los capitales. Por ejemplo, el gobierno de
Isabel Perón fue cuestionado por prácticamente todas las patronales, sin que
ello negara su carácter burgués y ferozmente reaccionario y antiobrero.
Sin embargo, la autonomía
nunca puede ser absoluta porque el Estado no puede dejar de generar (o
intentar hacerlo) las condiciones que hagan factible la acumulación. Es una
“exigencia” que surge de la propia lógica de la acumulación. Su mecanismo es
concreto: opera a través de la llamada huelga de inversiones, y se profundiza
con la internacionalización del capital. Allí donde los capitales, por las
razones que sean, no consideran propicias las condiciones, no invierten.
Se
trata de una constricción objetiva –responde a la lógica de la valorización- que se impone por encima de
voluntades o ideologías particulares de los funcionarios del Estado.
Y los Estados –y los gobiernos que los encabezan- no pueden dejar de
adecuarse, en el mediano o largo plazo, a esa exigencia. Para dar ejemplos
concretos, y vinculados al "argumento Caballero": cuando el
gobierno de Cris tina Kirchner quiso atraer inversiones para desarrollar la
producción de gas y petróleo, hizo acuerdos con compañías como Chevron y
Shell otorgándoles amplias concesiones. Y cuando intentó atraer capitales
europeos, arregló –en términos onerosos para el Estado- la deuda con el Club
de París. Por otra parte, e inevitablemente, en caso de asumir un nuevo gobierno
K a fin de 2015, intentará renegociar con el capital (o fracciones del
capital) los términos de nuevas inversiones.
Es necesario comprender,
por lo tanto, que la autonomía relativa del Estado no puede transformarse en
absoluta, y mucho menos en antagónica con respecto al capital en general. En
palabras de D. Gold, C. Lo y E. Olin Wright: “El Estado es siempre
relativamente autónomo; ni es completamente autónomo (vale decir, libre de un
control activo por parte de la clase capitalista) ni simplemente manejado por
miembros de la clase dominante (vale decir, libre de toda restricción
estructural)” (“Recientes desarrollos en la teoría marxista del Estado
capitalista”, en H. Sonntag y H. Valecillos, El Estado en el capitalismo contemporáneo,
México, Siglo XXI, 1988)
Los gobiernos K en
concreto
Todas estas cuestiones se
aplican a los gobiernos de los Kirchner. El gobierno de Néstor Kirchner
tuvo un consenso muy amplio del capital en la fase de alto crecimiento, de
2003 a 2008. Luego, a medida que las cosas se empezaron a poner mal –la
economía argentina hace cuatro años que está casi estancada- fueron
aumentando las críticas de diferentes fracciones del capital, y los roces con
el gobierno. La manifestación más fuerte fue el conflicto con los empresarios
agrarios, de 2008. Pero la Unión Industrial Argentina todavía a fines de 2012
respaldaba “el modelo industrialista iniciado en 2003”; lo mismo sucedía con
muchas organizaciones de la mediana empresa, tanto de la industria como del
comercio, o cámaras que agrupan a grandes empresas, como automotrices o
mineras. Tampoco tuvieron grandes objeciones, al menos hasta un pasado
reciente, los bancos (uno de los sectores con ma yores rentabilidad en los
2000), supermercados, empresas de la alimentación, cadenas hoteleras. Y como
todo el mundo sabe (¿menos el periodista Roberto Caballero?) empresarios muy
poderosos no están en absoluto disgustados con el gobierno de Cristina K.
Por ejemplo, los grupos Lázaro Báez,
Franco Macri, Barrick Gold, Pan American Energy, Eskenazi, Monsanto, Sygenta,
Chevron, Cirigliano, así como muchos sectores de la UIA, y otras cámaras
empresarias, tales como CAME, para citar solo algunos casos
Pero incluso desde el punto
de vista de los capitales invertidos en comunicación, el argumento K no tiene
consistencia. Es que Clarín
y La Nación no
son los únicos medios. Hay otros, como el canal 23, que emite el programa de
Caballero, y alberga a otros conocidos referentes K. Ese canal pertenece al
grupo empresarial Sergio Szpolski – Garfunkel, identificado con el gobierno
de Cristina Kirchner (ndeposta:
Szpolki es candidato del FpV en Tigre) Pero también
están los medios controlados por otros grupos económicos como el de Cristóbal
López, Vila-Manzano, Telefónica, Moneta, Pierri, Ulloa, Vignatti, Santa María
y Electroingeniería, además de la editorial Página 12.
Ninguno ataca (ni feroz, ni
amablemente) al gobierno de CK. ¿Cómo
se puede sostener entonces que la patronal de conjunto ataque al gobierno de CK?
Y para peor, ¿cómo se puede criticar a la izquierda por caracterizar al
gobierno de CK de gobierno burgués, tomando como argumento lo que dicen Clarín y La Nación del gobierno
CK?
Lo que sí hubo, y hay, son
quejas de los capitales que no han logrado participar en algunos de los
muchos y gigantescos negociados que habilitó la alta renta que dispusieron
los gobiernos K durante estos años. Para ilustrarlo con un ejemplo al nivel
de comprensión de cualquier intelectual K: un empresario de la construcción
que se vio desplazado de los negocios por Lázaro Báez, seguramente
protestará, y mucho, contra el gobierno de CK. Pero esto no habilita a
sostener que por este motivo hay que abandonar la caracterización de clase
del gobierno CK.
La tontería de
razonar “por la negativa”
Por último, y vinculado al
apartado anterior, digamos que es equivocado sacar caracterizaciones, o
líneas políticas (que es lo que, en última instancia se busca) a partir de
poner un simple signo negativo donde algún “enemigo elegido” pone un signo
positivo, y viceversa. Alguna vez Trotsky explicó a gente de izquierda que
era una tontería hacer política aplicando este tipo de razonamientos a los
gobiernos capitalistas.
Con las variaciones del
caso, su argumento se aplica al razonamiento de Caballero y similares. Decir
que la política de un gobierno es progresista porque la critique una
determinada cámara empresarial, así sea de la alta burguesía, puede ser
funcional a determinada maniobra ideológica y política, pero como
razonamiento es un disparate. Es que muchas veces las políticas económicas de
un gobierno no se adecuan a las necesidades del capital, sin que ello implique que esas
políticas tengan alguna progresividad, o cambien la naturaleza de clase ese
gobierno.
Para “bajarlo” a tierra
argentina con otro ejemplo: que la Cámpora llene de militantes reparticiones
del Estado o empresas estatales y que sus punteros políticos se dediquen a
perseguir a militantes o delegados gremiales que no se subordinan “al
proyecto nacional”, puede ser disfuncional al capital “en general”, sin que,
por supuesto, ayude a la clase trabajadora.
De la misma manera, que el
Gobierno haya destrozado la credibilidad en el INDEC es disfuncional a las
necesidades del capital, sin que, de nuevo, esto favorezca en lo más mínimo a
los trabajadores, ni en general al pensamiento crítico, ni cambie la
sustancia de clase del gobierno. Los ejemplos, por supuesto, pueden seguir.
Que la estafa intentada por Boudou, el gobierno de Insfrán y asociados, haya
sido denunciada por el diario La
Nación, no significa que esa estafa tenga un contenido
progresista (o colabore en la “liber ación nacional”), o que haya que cambiar
la caracterización de clase de Boudou o del gobierno de Insfrán.
En resumen, la caracterización de clase que
hace el marxismo de un gobierno parte de las relaciones sociales de
producción que ampara y promueve, en primer lugar. Y en segundo término, de
su función objetiva en tanto garante de condiciones necesarias para la
acumulación de capital.
La autonomía relativa del Estado, o del gobierno que
lo encabeza, con respecto al capital “en general” no altera esta cuestión
básica.
Es desde esta perspectiva que el marxismo define el carácter de clase
de los gobiernos K. En ello se basa también la tesis del carácter
irreconciliable entre la naturaleza burguesa de estos gobiernos, y los
intereses de la clase obrera
postaporteñ@ 1439 - 2015-07-28
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Elecciones argentinas 2015:
Aportes para un debate
Porqué votamos
en blanco, impugnamos o no votamos
No tenemos la posta ni
la bola de cristal.
No consultamos ningún oráculo, ninguna bruja, ninguna pirámide. No somos
voceros de ningún Vaticano infalible. Tan sólo expresamos un punto de vista,
una corriente de opinión que en Argentina se siente parte de la tradición
guevarista y a nivel continental forma parte del marxismo latinoamericano.
Sabemos que somos minoritarios dentro del sistema político argentino
claramente dominado por la burguesía y vamos a contracorriente de las
franjas hegemónicas de la izquierda electoral
RESPETAMOS a diversos amigos y amigas,
compañeras y compañeros que apuestan por el camino electoral para cambiar la
sociedad. Incluso, a quienes se sienten parte de la izquierda dentro de ese
arco, les deseamos suerte en las elecciones. Pero tenemos un punto de vista
diferente. No evangelizamos, sólo lo hacemos público. Obviamente hay otras
opiniones, la nuestra no es la única. No recolectamos firmas, no hacemos
ningún petitorio. Sencillamente compartimos nuestro punto de vista.
En Argentina, desde 1983
hasta hoy, EL PODER
REAL NO SE DISCUTE. No está en disputa, ni siquiera figura en
la agenda política como tema posible a futuro. El país que entre 1976 y 1983
remodelaron a sangre y fuego los grandes empresarios y banqueros criollos,
las multinacionales imperialistas y sus sumisos empleados locales, las
feroces fuerzas armadas y policiales y sus aparatos de inteligencia y
represión, sigue inmodificado. Nos guste o no. Lo neguemos y nos hagamos los
distraídos mirando al costado o no. Las
reglas del juego, las de fondo, no se discuten, no están sometidas a votación
alguna. La policía y el Ejército no se votan. El sistema
carcelario y el ordenamiento jurídico que todo lo legitima tampoco. La
dictadura de los llamados “mercados”, menos que menos. La única violencia
permitida, legal pero no legítima, cada día más agre siva y cruel, es la
violencia institucional del Estado que no se ejerce contra potencias
extranjeras que saquean nuestros recursos naturales sino contra el
pueblo pobre y la juventud, sobre todo en los barrios más humildes. Su
monopolio ni por asomo se pone en tela de juicio (a excepción del
narcotráfico, de creciente influencia social)
La crisis orgánica que
estalló en el 2001 se cauteriza y se recicla, pero de la mano de las
instituciones parlamentarias, ahora refortalecidas.
La subordinación al gran
capital transnacional (las famosas “inversiones” a las que se exime de
gravámenes y carga impositiva garantizando altísimas tasas de ganancia –“la
levantan con pala” al decir de la propia Cristina-, mientras se atornilla el
impuesto irracional contra el salario popular) es un dogma indubitable. Nada
de eso está en votación.
La
SOBERANÍA ABSOLUTA del capital (local y extranjero) por sobre el pueblo argentino no
está en cuestión. Hay elecciones, sí, pero muy lejos de la
soberanía popular… que es algo muy distinto. Elecciones marcadas a fuego por
el dinero, el marketing y la agenda de medios monopólicos de
(in)comunicación. Soberanía sí (en tanto dominio estable del capital sobre un
territorio geográfico y social) pero se trata de la soberanía de “los
mercados”. Poder del capital, sí, más directo, menos directo, pero poder del
capital a fin de cuentas. Eso es lo que hay.
De eso no se habla. Se vive como
“natural”
El aniquilamiento físico de
la insurgencia en los 70 y la extrema debilidad de la izquierda
extraparlamentaria y extra institucional, principalmente de inspiración
guevarista (actualmente todavía dispersa) aunque también de otras tradiciones
revolucionarias, impide hasta nuestros días volver a poner sobre la mesa de
debate y la agenda política el tema central del poder
La conversión, tras la
dictadura, de los grandes partidos tradicionales al neoliberalismo acompañó
ese estado de cosas. No es casual que muchos cuadros políticos y “técnicos”
de primera línea, en el radicalismo, en el peronismo y en el PRO se hayan
formado al lado de Alsogaray o de Cavallo. Eso fue posible también por el
debilitamiento de las identidades políticas populares, producto no sólo de la
herencia de la dictadura militar y el genocidio sino también de cambios
culturales globales y la explosión comunicacional. Si antes un segmento de la
clase obrera argentina pintaba en las paredes la consigna “la vida por Perón”
(para dar un solo ejemplo emblemático de una identidad política fuerte,
transmitida de generación en generación), hoy… ¿quién está dispuesto o
dispuesta a dar la vida… y por quién&hellip ;?
Un porcentaje
importante de la militancia circula y rota por las organizaciones maniatada
al clientelismo y a los cargos rentados, se cambia de orga y encuadre
como de camisa, hay migraciones periódicas de identidades políticas, según la
ocasión y la conveniencia coyuntural, combinando las alianzas más
inesperadas. Pero aunque las identidades políticas populares de nuestro
sistema electoral se debilitaron y deshilacharon, el poder absoluto de “los
mercados” y el capital sigue firme y sólido, cada día más férreo, sin ser
puesto en discusión. Lo llamen “círculo rojo” o adopte el nombre de turno que
esté de moda. Todo el mundo sabe que existe y nadie planea acabar con él. No
hay nada más allá de la queja verbal
Si el PODER REAL no
está en debate:
¿Qué se discute
entonces en las próximas elecciones? ¿Qué se vota?
Lo que se dirime en las
próximas elecciones es la mejor manera de administrar desde un gobierno “lo
que hay”, el orden ya establecido e incuestionado a partir de la derrota de
la guerra de Malvinas y la retirada ordenada-pactada por la gran burguesía
con los militares.
En estas elecciones se
discuten formas de gestión (“el relato”/”el anti-relato”), no el poder real
ni el sistema capitalista (aunque cueste aceptarlo…. GOBIERNO NO ES = A
PODER). Y se discute a través del marketing, las campañas publicitarias
millonarias (siempre con dinero sucio, que nunca se explica de donde sale),
la saturación mediática de más de lo mismo. El predominio de la imagen y la sonrisa
televisiva por sobre los proyectos y las fuerzas sociales en lucha
¿Propuestas
electorales a la vista?
El arco es variado. Pero,
hasta donde tenemos noticias, vemos con nitidez principalmente tres. Dos con
posibilidades de dirigir la gestión del capitalismo dependiente. Una en
cambio, como testimonio de deseos progresistas y resumen imaginario de una
izquierda correcta y bienpensante (en su mayoría honesta), sin posibilidades
reales de hacerse con la gestión del gobierno.
EL PRO-MACRI,
PRIVATIZACIÓN EXPLÍCITA NO APTA PARA CARDÍACOS
A nuestro modo de entender,
este núcleo electoral constituye la herencia política civil y empresarial del
videlismo, la continuación del viejo proyecto gorilón y de derecha extrema
del capitán-ingeniero Álvaro Alsogaray. El neoliberalismo puro y duro.
Privatizador a morir de todo lo que se mueva e incluso de todo lo que esté
quieto. La única diferencia con “el chancho” Alsogaray (sobrenombre popular
nunca mejor atribuido) es que los viejos grupitos neoliberales que aquel supo
liderar eran más “doctrinarios” (acusaban, por ejemplo, a Martínez de Hoz de
“estatista” y “dirigista”…) y ferozmente elitistas. Por eso fueron siempre
ultra-minoritarios. A diferencia de Alsogaray, Macri no ha leído ni dos
libros ni sabe quién es Milton Friedman ni von Hayek, sólo sabe hacer dinero.
Alsogaray representaba política e intelectualmente a l o más concentrado de
los capitalistas, Macri es directamente un capitalista.
Por eso se
presenta como distinto y contrario a “los políticos”. No miente del todo,
porque él es, básicamente, un empresario capitalista que divide la sociedad
entre los que tienen fortunas (los llama “talentosos”) y los pobres (los
llama “necesitados”).
Se acabaron pues las mediaciones. ¿Y cómo llegó a disputar
electoralmente la presidencia alguien que carece no sólo de formación
política sino incluso de carisma personal? A través de la
gestión empresarial del club de fútbol más popular de la Argentina. El
radicalismo –otro partido burgués tradicional, ya más que centenario- prefirió
privilegiar su gorilismo para diluirse y licuarse, sin pena ni gloria, tras
el empresario hijo de papá Macri. Nadie tiene dudas de la pol&
iacute;tica empresarial y privatizadora de Macri. Todo está muy claro y se
muestra con obscenidad a la luz del día.
Quien avisa no traiciona…
EL PJ-SCIOLI,
¿MENTIME QUE ME GUSTA O MEJOR A CALZÓN QUITADO?
Luego de veinte volteretas,
se acabaron las ilusiones de prolongar los ademanes del progresismo en el
próximo período (la reivindicación simbólica de la generación del 70 y
los derechos humanos, el discurso nacionalista frente al capital financiero,
una tímida renegociación de la dependencia con retórica desarrollista). En
escaso tiempo el espacio kirchnerista pasó de escupir primero “no me lo banco, jamás lo votaría”,
luego a susurrar “tengo
dudas” hasta que finalmente terminó tragando, una vez más, el
sapo: “vamos con Scioli
para que no gane la derecha”. La vieja y trillada cantinela del
mal menor. La transformación fue rapidísima y muy pragmática, como no podía
ser de otro modo en la realpolitik
argentina. Scioli tampoco miente.
Le preguntaron en el programa 6,7,8 si iba
a apoyar a Venezuela frente a la embestida de Estados Unidos y fue directo “yo no soy Néstor Kirchner”.
Más claro echale agua. Su principal propaganda comienza con un primer plano
de una bota (en Argentina máximo símbolo de la represión del ’76), luego una
toma de gran angular con miles de policías y termina con la promesa
eterna de la derecha: mano dura. Su gran lema de campaña, copiado
explícitamente de Lula, reconocer que “la negrada” (el pueblo pobre y la
clase trabajadora) no puede ir a los hospitales de gran complejidad.
¿Entonces?
Construir salitas de auxilio precarias (se arman en 120 días,
antes de las elecciones, según declara con orgullo Scioli) para contener a
una clase social que jamás podrá acceder a algo tan básico como el hospital.
Es verdad que Holanda tiene ese sistema de salud y en Cuba también hay
salitas de primeros auxilios y una medicina preventiva. Pero en los barrios
más humildes de la provincia de Buenos Aires, estamos bien lejos de Holanda y
Cuba…
Acá, en Argentina, frenar a “los negros” (argentinxs humildes e
inmigrantes pobres de países vecinos, habitantes de la periferia urbana y de
las villas miseria) para que no lleguen a los hospitales de capital federal,
tiene un contenido clasista y discriminador absoluto. Es legitimar la pobreza
y la indigencia, negando incluso el derecho a atenderse en hospitales a
quienes no tienen dinero. ¡Scioli lo plantea como un gran logro “progresista”!
Dice a quien quiera oírlo –principalmente el empresariado y los grandes
monopolios de (in)comunicación, que dirigen el marketing electoral- que él
es… “confiable”. Y que incentivará aún más, como si fuera una panacea
paradisíaca, la extracción de minerales y la expo rtación de soja. A buen
entendedor… se trata del viejo modelo primario—exportador, subordinado y
dependiente del mercado mundial capitalista, que deja atrás los ademanes
industrialistas, reducidos a mero efecto discursivo.
El subsidio a la escuela
privada y confesional (¡ahora el Papa es argentino!) sigue firme, mientras se
deteriora día a día la educación gratuita y pública. Franqueza total. Aunque
a la gente del programa de TV 6,7,8 le hubiera gustado otra cosa, un
poco más de seducción y encantamiento, Scioli tampoco miente. Va a los bifes.
Nuevamente… el que avisa no traiciona. Es claro su proyecto de gestión para
renegociar la dependencia.
¿SON LO MISMO EL
POLO DE MACRI Y EL DE SCIOLI?
Creemos que no. No es lo
mismo que las AFJP sean privadas o públicas. No es lo mismo que Aerolíneas
Argentinas sea una empresa privada que pública. No es lo mismo pagar sin
chistar, que demorar los pagos, intentando renegociar algo. No es lo mismo
que exista la asignación universal por hijo y el clientelismo que coopta (y
divide) organizaciones populares a través de beneficios puntuales, que
directamente apalear a los trabajadores ocupados y desocupados y enviarles la
infantería en primera instancia. Sólo a riesgo de caricaturizar y caer en simplismos
propagandísticos y esquemas de pizarrón se puede decir que son lo mismo. Pero
lo que a nuestro modo de ver no se puede negar es que ambas propuestas
gestionan, con estilos diversos, el capitalismo dependiente. Una bajo una
subordinación absoluta, directa y sin mediaciones al empresariado y el gran
capital (local y transnacional), la otra “negociando& rdquo; la
dependencia, maniobrando y tratando de sacar un pequeño porcentaje para
repartir, demorando los pagos a los fondos Buitre un poquito para que haya
margen de negociación y el ciclo de la dependencia capitalista al fin de
cuentas siga en pie. Pero aunque tengan estilos, historias y modos
diferentes, ambas propuestas comparten la base fundamental incuestionada del
capitalismo en Argentina.
En ambos casos los sectores
populares, los laburantes, el pueblo pobre y la clase trabajadora cargan
sobre sus espaldas los costos de la crisis y terminan perdiendo, ya que los
dos proyectos dejan intacto y profundizan el capitalismo en nuestro país. Por
eso no votaríamos a ninguna de estas dos propuestas.
Estaría bueno que los
sectores populares, sobre todo juveniles (en alguna medida repolitizados
luego del desierto de los años 90), hasta ayer adherentes al kirchnerismo,
alguna vez probaran otro menú distinto al de los sapos recalentados y
refritos. Nos referimos principalmente a la militancia genuina, que existe y
no es poca, no a la que se mueve en forma oportunista por cargos y rentas,
justificando lo injustificable
¿Y LA IZQUIERDA
ELECTORAL? ¿UN MILAGRO PARA QUIEN?
Quienes compartimos estas
líneas no pertenecemos a ningún “observatorio” de esos que se pusieron de
moda en los años ’90. No observamos desde afuera y con largavistas.
Pertenecemos a la familia marxista y somos de izquierda, festejamos sus
alegrías, sufrimos sus desventuras. No hablamos en tercera persona de modo
impersonal. Nos sentimos parte de la tradición política del guevarismo que en
Argentina todavía hoy no logra remontar la derrota de 1976 y continúa
dispersa y disgregada. Nos duele el panorama que vemos. No nos es indiferente
ni equidistante.
Y al compartir este
análisis y nuestra posición, aclaramos lo obvio, pero que bien vale la pena
reiterar y remarcar: RESPETAMOS
a la militancia abnegada de la izquierda electoral y al mismo
tiempo nos duele la orfandad política que hoy predomina en este arco
ideológico.
No ponemos
en duda la honestidad y abnegación personal, cuestionamos sí una estrategia
política. Conviene no confundir ambos planos para no aceptar
chantajes ideológicos (“si criticas nuestro electoralismo le estás faltando
el respeto a Mariano Ferreira” y disparates por el estilo). Diferenciando
taxativamente abnegaciones y sacrificios personales de líneas y estrategias
políticas que consideramos erróneas, es posible poner en duda ciertas supuestas
“evidencias”, aunque eso tenga el costo de recibir automáticamente como
respuesta una catarata irrefrenab le de insultos (alguna vez PRENSA OBRERA
nos dedicó una hoja entera, vacía de argumentos pero en cambio repleta de
adjetivos descalificativos… cuanto más belicosos e hirientes en sus insultos,
más tímidos y moderados en política, como si la acumulación de adjetivos
agresivos compensara imaginariamente la progresiva y creciente moderación
institucional)
¿Cómo vemos a la
izquierda electoral?
Frente
a los dos grandes contrincantes tradicionales de la burguesía que polarizan
la elección, hay varias propuestas intermedias desde el arco progresista,
pero la mayoría son café con leche. Nuestra centro izquierda, que siempre fue
timorata (basta comparar por un minuto al socialismo argentino con los gestos
de nuestro vecino chileno Salvador Allende…), hoy en día encima está más aggiornada que nunca a
los tiempos que corren. En menos de un año, la vieja socialdemocracia no tuvo
vergüenza en tejer y destejer alianzas con el radicalismo y la derecha
gorilona y paqueta más clásica.
A nivel internacional Binner ni se sonrojó al
apoyar a Capriles (el hombre golpista de los yanquis en Venezuela) contra
Chávez. El PC desapareció y terminó diluyendo su historia más bien
“problem& aacute;tica” (1976…) y la abnegación de varias generaciones de
militantes disciplinadxs y honestxs bajo una subordinación absoluta al Banco
Credicoop, rematando lo poco que le quedaba de su rica tradición cultural.
Otras variantes de centroizquierda van y vienen armando y enhebrando alianzas
sin un horizonte claro ni una perspectiva definida. Ni chicha ni limonada,
con mucho afiche políticamente vacío cargado de sonrisas y “buena onda”, pero
siempre a mitad de camino.
La única propuesta nítida
de izquierda que vemos en el plano de las elecciones es el FIT, la alianza
electoral entre dos corrientes que se odiaron y disputaron durante medio
siglo. Ambas aspirantes, con escasa fortuna, a ser propietarios exclusivos y
con escritura sellada de la herencia rebelde de León Trotsky (curiosamente o
no tan curiosamente, Raymond Molinier, alias “el viejo Marcos”, mano derecha
de Trotsky a lo largo de todo su exilio durante la década del ’30 hasta su
asesinato en México, cuando vino a vivir a la Argentina no se sumó ni al
grupo de Nahuel Moreno ni al de Jorge Altamira… ¿por qué será?)
El FIT es la alianza
electoral entre el PO, la organización que dirige Jorge Altamira desde hace
50 años (sí, 50 años, el doble del tiempo que estuvo Stalin en el poder) con
mano de hierro y sin ninguna posibilidad interna de disentir, y las
organizaciones (PTS, IS) herederas de Nahuel Moreno, su eterno contrincante,
otrora hegemónico en el arco trotskista local. Estas últimas, hoy dispersas,
van en su mayoría a remolque de Altamira. Esta alianza no se formó a partir
de una confluencia estratégica para impulsar cambios revolucionarios ni
luchar por el poder real en Argentina. No. Es un secreto a voces que unieron
sus representaciones electorales, luego de pelearse encarnizadamente y
acusarse de las peores cosas durante décadas, exclusivamente respondiendo a
una ley restrictiva que amenazaba con quitarles la personería
jurídico-electoral.
¿Qué unidad puede alentar en la clase trab ajadora una
lucha revolucionaria a largo plazo contra las instituciones de la burguesía y
el capitalismo como sistema y luchando por el poder real si nace, para
cumplir, obedientemente, con una ley burguesa?
En la vida política
argentina siempre hubo, desde fines del siglo XIX y a lo largo de todo el
siglo XX, un espacio para la izquierda institucional. La protesta tolerada
dentro del sistema y que cumple a rajatabla las reglas del orden establecido,
garantía de que el sistema de dominación pueda presentarse como “pluralista”.
Flamear de bandera roja, abundante cita doctrinaria apelando a diversos
“clásicos”, pacifismo a ultranza, armado de listas sindicales y la principal
y gran aspiración a… cargos electorales (legisladores, diputados, senadores,
concejales). Durante la primer mitad del siglo 20 ese papel de izquierda
bienpensante, correcta, dialoguista con la burguesía y que tenía certificado
de “buena conducta” lo ocupó el Partido Socialista de Juan B. Justo. Partido
que, con todo su reformismo, tuvo incluso militantes asesinados. Un partido
rojo (que publicó por primera vez el primer tomo de El capital de Marx en
nuestro idioma)… pero “civilizado”.
Más tarde, el PS fue
desplazado por el PC, también rojo (difusor de la obra de Lenin y Gramsci en
nuestro idioma), pero igualmente “civilizado”. También con sus símbolos
marxistas y apelaciones a los clásicos, su obsesión pacifista e institucional
(que le costó innumerables sangrías juveniles de donde emergió gran parte de
la insurgencia revolucionaria de los 60 y 70) y sus eternas alianzas con el
mal menor, con lo más potable de la burguesía que, horror, siempre los
terminó “traicionando”. También el PC tuvo sus muertos y torturados. Incluso
bajo la dictadura militar de Videla, con la que su dirección política no se
llevó mal, tuvo 106 militantes desaparecidos.
Aquel viejo lugar de
izquierda institucional hoy en día, con la crisis de la socialdemocracia y la
casi desaparición de los PC, pasó a ocuparlo la alianza del PO y el PTS con
sus diversos aliados (que han terminado remolcando a una fracción del
autonomismo y a un desprendimiento del maoísmo). Nuevamente abundante bandera
roja. Infaltable apelación doctrinaria (educando a sus jóvenes militantes con
el eslogan: “los
bolcheviques se presentaron SIEMPRE a todas las elecciones”, afirmación históricamente falsa
que oculta aquellos textos de Lenin que cuestionan la participación electoral
a cualquier costo). Retórica encendida –muy agresiva sobre todo con otras
izquierdas y con cualquier protesta popular que no vaya dentro del camino
institucional, protestas y broncas que son clasificadas livianamente como
“foquistas”- combinada con una estrategia cotidiana demasiado suave con el
poder que en la práctica, a contramano del discurso, termina subordinando
casi todas sus actividades a lo electoral y al reclamo de un lugarcito dentro
de las instituciones.
Esa timidez en lo doméstico
es acompañada hacia fuera por la falta de internacionalismo real, ya que
ambas corrientes principales del FIT se han caracterizado, siempre con
retórica encendida y citas de prestigio, por no haber apoyado en concreto
ninguna rebeldía antiimperialista/anticapitalista que no cuadrara exactamente
con sus esquemas preestablecidos. El único lugar donde participaron (a último
momento) fue Nicaragua y la experiencia terminó en un escándalo y una polémica
grotesca con acusaciones recíprocas y llamados a juicios entre altamiristas y
morenistas en la que es mejor no abundar...
Sinceramente no queremos
ofender, pero el sol no se puede tapar con la mano y la historia no se puede
borrar en el codo. Al pan, pan, y al vino, vino. No nos olvidamos de las
condolencias enviadas por integrantes de estas corrientes electorales a los
militares genocidas del cuartel de La Tablada para garantizar certificado de
“buena conducta”, el despropósito de haber marchado junto a Blumberg y su
“mano dura”, el bochornoso festejo con champán junto a un cuadro histórico de
la dictadura militar acusado de ser cómplice en la apropiación de menores en
tiempos de Videla. (Tampoco nos olvidamos de todas las anécdotas que nos
contaba nuestro entrañable compañero y amigo Gregorio Flores -candidato a
presidente del PO en 1983- sobre el funcionamiento interno del PO y la falta
de debate de su comité central).
Luego de repetir durante
décadas las consignas maximalistas “Huelga general y asamblea constituyente”
Altamira termina entrando, por fin, a la legislatura con una consigna
bastante menos decorosa… “UN MILAGRO PARA ALTAMIRA”. Apelando al voto-lástima
y sin cuestionar la sorna y la cargada de muchos periodistas de derecha
extrema que lo promovían desde los medios de comunicación, riéndose de él y
de la izquierda (bardeando, para decirlo sin eufemismos, con el “MILAGRO DE
ALTAMIRA”) por fin logra ganar algún voto. Y allí aparecen las sonrisas
bien educadas y repetidas en la tele, el pasearse por diversos canales con
mejores modales que François Mitterrand y predicando un pacifismo que haría
exasperar a Gandhi, todo para subir en las encuestas y ganar algún voto.
Una
verdadera lástima, porque en varios sindicatos lxs compañerxs del PO mantienen
una conducta más que abnegada y esforzada. Nos consta. Incluso más de una vez
los hemos votado en alguna lista sindical, porque les reconocemos su
abnegación.
No es verso que LOS Y LAS RESPETAMOS. Pero cuando pasan de la
militancia sindical a la política general, viene sin remedio el tropezón
electoralista derivado de su errónea estrategia institucional. ¿Por qué
aceptar sin discutir ni cuestionar ese doble discurso que no deriva de la
maldad personal de nadie sino de una estrategia política equivocada y
errónea, llevada a cabo incluso por buena gente y buenas personas?
Estas conductas del doble
discurso (izquierda roja para la agitación en la asamblea estudiantil,
izquierda suavecita y más bien rosa o amarilla en los grandes medios de
comunicación) no es exclusiva del altamirismo. La corriente del PTS,
aunque tiene luchadorxs valiosxs, respetables y queribles, como algunas
abogadas de derechos humanos más que valientes y enormemente solidarias que
han enfrentado a milicos y policías, al mismo tiempo repite los mismos
tropezones electoralistas e institucionales de sus socios-competidores del
PO. Sin hacer una lista enorme, para no aburrir, no nos olvidamos del
injustificable artículo publicado el 8 de octubre de 2014 contra el Che
Guevara en el nuevo diario del PTS, reflotando la teoría de los dos demonios
y poniéndose en este caso puntual incluso a la derecha de Cristina Kirchner
quien aunque sea por conveniencia política y viveza criolla jamás haría
responsabl e a Rodolfo Walsh de los asesinatos perpetrados por el almirante
Masera, mientras que el PTS atribuye a Guevara y a la insurgencia la
responsabilidad por las masacres sobre los mineros bolivianos. Triste.
Doloroso. Patético.
Aunque nos cueste que luego nos insulten, hay que decirlo
con franqueza.
Desde un principio de
realidad y con los pies en la tierra reconocemos entonces que las dos
corrientes de Scioli y Macri son electoralmente hoy mayoritarias y de allí
saldrá el futuro presidente argentino. Nos esperan tiempos jodidos. También
reconocemos, dentro de la debilitada izquierda, que el FIT es hegemónico.
Sin embargo, por todo lo
que hemos expuesto y aun RESPETANDO
–no nos cansamos de repetirlo- a muchos amigos y amigas, compañeros y
compañeras, que siguen privilegiando y poniendo la mayor parte de su energía
en el camino electoral, en este 2015 vamos a votar en blanco, impugnar o
directamente no iremos a votar. La lucha de nuestro pueblo no se acaba en
estas elecciones. Incluso con viento en contra, hay que seguir remando, con
paciencia, perseverancia y tenacidad
.
Argentina, julio 2015
Hijos la Plata -
Cátedra Che Guevara – Mascaró Cine
envió
M.a.iz- - Gran Rosario
postaporteñ@ 1439 - 2015-07-28
|
Compañeros HIJOS- LA PLATA,
CÁTEDRA CHE GUEVARA y MASCARÓ CINE:
Nos han hecho llegar
una declaración que titulan: “Elecciones 2015: porqué votamos en blanco,
impugnamos o no votamos”.
Nos comparten su “punto de vista”.
Bien.
Saludamos lo muy saludable:
el convite a compartir enfoques, a polemizar, a sembrar fraternidad
militante, a fraguar urgentes unidades.
Muy saludable eso. Por eso
insistimos: celebramos
esa actitud.
Alentados por esa cualidad
–tan escasa en estos tiempos-, y asumiendo la implicancia estratégica que
concita la “batalla de
ideas” para dirimir la crisis civilizatoria, multidimensional del
capitalismo en favor de los pueblos, es que nos permitimos arrimarles
nuestros modestos aportes.
Las reflexiones que Uds. expresan
en dicha declaración nos han inspirado a cotejarlas con un cúmulo de
definiciones, análisis y posturas que el colectivo de militantes de izquierda
al que pertenecemos viene defendiendo –en paupérrima minoría- desde hace un
período a esta parte. Mas precisamente, desde la “crisis orgánica que estalló en el
2001.”
Tratar de entender qué pasa? e intentar
bosquejar un qué hacer? nos
obliga a cierto plus
en el esfuerzo analítico. Esfuerzo que debe ser sistemático, colectivo e
implacable con lo
instituido.
Estamos interpelados por
labores de análisis crítico sobre el acopiado
histórico del bloque dominante en las últimas cuatro décadas, de
desentrañamiento de las lógicas
globales de la acumulación reinantes en el capitalismo de época y
como éstas se expresan en las condiciones de la periferia capitalista.
Se trata de ejercer –más
bien- cierta pedagogía militante y colectiva para un mejor conocimiento de
los cambios operados en la
base y la superestructura de nuestra sociedad y aportar a un
mejor diseño de una estrategia
de poder de las clases subalternas
Allá vamos
Con cierto acento de
arbitrariedad metodológica hemos clasificado vuestros puntos de vistas en tres
(3) premisas. Creemos que las mismas contienen los planteos centrales en el
que fundamentan su postura.
PRIMERA
PREMISA: “desde
1983 hasta hoy, EL PODER REAL NO SE DISCUTE. No está en disputa, ni siquiera
figura en la agenda política como tema posible a futuro. El país que entre
1976 y 1983 remodelaron a sangre y fuego…….. sigue inmodificado”. “La SOBERANÍA ABSOLUTA del capital (local y extranjero) por sobre el pueblo argentino no
está en cuestión”
Coincidiendo en general con
esta formulación, nos resulta ineludible presentarles nuestras percepciones
sobre los posibles porqué?
1/ En Argentina –según nuestro modesto
entender- se deben repasar intensamente las condiciones en las que se moldeó
el desarrollo capitalista en las últimas cuatro
décadas, y se deben re-examinar los signos predominantes de dicho
proceso: DERROTA y GENOCIDIO (crisis del factor subjetivo) -
TRANSNACIONALIZACIÓN (neo-colonización)- NUEVAS BASES LEGITIMADORAS DE LA
GOBERNABILIDAD BURGUESA (nueva
institucionalidad legitimante del gran saqueo y depredación
sustentada en una nueva
relación entre el consenso pasivo electoral y el “vigilar y
castigar” criminalizador).
- El proceso
reconoce una etapa fundacional: el terrorismo
estatal y paraestatal preventivo. Este proyecto criminal
obedeció a un modelo de reconversión regresivo y depredador decidido desde
las entrañas mismas del poder imperialista mundial hacia Latinoamérica.
- Genocidio y
Transnacionalizaciónfueron
los “objetivos básicos”
de los sectores oligárquicos, la burguesía financiera y los grupos del
poder económico concentrado (locales y extranjeros) para resolver a su favor la crisis de
hegemonía que desde el año 1930 había sido el signo peculiar del
inestable desarrollo político del capitalismo argentino (golpes - alternancia
bipartidista)
- Una consecuencia inmediata de
estos “objetivos” fue el sepelio y partida de defunción para el último proyecto burgués “reformista”
intentado en nuestro país: el del gobierno de Perón-Perón. La ilusión del “fifty-fifty” sucumbió
ante la brutal transnacionalización. El “Estado
de Malestar Global” se impuso a futuro y ofició de sepulturero de
su sujeto económico y social: la denominada “burguesía nacional”
- Y también fue el fin de la última ofensiva obrera,
popular, revolucionaria iniciada en los 60’. El plan criminal se
sustentó –esencialmente- en la derrota
subjetiva: “nunca
más” utopías rebeldes, sindicalismo clasista, experiencias
guerrilleras, ideario humanista y solidario, un “nunca más” a la posibilidad de una “patria
socialista”
- Este proceso implicó -no sólo-
vertiginosos y calificados cambios de nuestra estructura socio-económica,
sino también una profunda modificación
de la subjetividad popular. Los valores, las vivencias y hasta la
identidad de los actores y sujetos de la sociedad civil sufrieron una intensa
reformulación y trastocaron su funcionalidad –trascendente durante la
etapa del capitalismo mal llamado “distributivo”
En consecuencia, todo
análisis que apunte a la profundidad del fenómeno en examen deberá
-inevitablemente- fijar su atención en el estudio del acumulado global, histórico, estructuralque
hoy detentan los actores y sujetos de clase dominantes favorecidos por el
proceso de reconversión que construyó la ofensiva capitalista de las últimas
cuatro décadas
O sea, proponemos indagar
con atención en los hitos globales que explican la paulatina maduración de
la actual lógica de acumulación capitalista,basada -en lo esencial- en:
1) Consolidación del credo del “libre mercado”
como signo de benignidad conveniente para los pueblos (desregulación
económica y financiera)
2) Naturalización cultural
de la tendencia regresiva
en la relación CAPITAL-TRABAJO (precariedad e inseguridad
laboral, porciones de la fuerza de trabajo en situación de desempleo crónico,
caída constante del salario real, baja sindicalización, nuevas estrategias de
vigilancia, persecución y represión)
3) Vigorización de un modo
de producción de base primarizador-extractivo asentado en el despojo de los pueblos sobre los
bienes comunes + contrarreforma agraria + neo-colonización agro-tecnológica +
grave daño ambiental + exportación a gran escala + fuga de divisas
4) En las últimas dos
décadas, el arraigo de la cultura sembrada por la denominada “economía
narco-criminal”
5) Afianzamiento del
encierro tecnotrónico, verdadero “ego
sistema” de la “personalidad
electrónica” (“ciber hombre” - “e-personalidad”). Encierro
egoísta al interior de un hardware bajo la ilusión de hiperconexión (virtual)
6) La cartelización
mediática y sus estrategias de control a través de los medios masivos.
Mensaje único, imagen única, información manipuladora, publicidad consumista
y falso entretenimiento. Deformar la realidad para beneficio de las élites.
Manufactura simbólica para imponer imaginarios colectivos y una opinión
pública funcionales al statu quo capitalista. Artera defensa de la “libertad
de prensa” al servicio de la impunidad para sus empresarios y sus negociados,
y de los intereses imperiales.
7) “Importación” por parte
de ciertas castas gobernantes de las estrategias imperiales de “guerras asimétricas”
(guerras contra enemigos
difusos), destinadas ainstalar
el terror como excusa para militarizar y criminalizar
las rebeldías populares, para favorecer el control del sujeto popular y sus
territorios, y para facilitar la penetración del capital y la preservación de
su tasa de ganancia.
8) Viraje doctrinario ante
las “repatriaciones democráticas” post-dictatoriales: de la Doctrina de la
Seguridad Nacional al nuevo esquema de las “Democracias
Restringidas-Controladas” y las teorías de la “Baja Intensidad” para
Latinoamérica (el modelo imperial de la “transición
democrática”):
- formato políticode
“democracia” amparado en la elitización, la degradación ideológica y la “ingeniería de la imagen”
en manos de una estructura auxiliar de consultoras especializadas en técnicas
de marketing político-electoral;
- reemplazo del modelo
tradicional de partidocracia burguesa por el de una nueva casta burocrática
del Estado conformada por colectivos de intelectuales orgánicos, expertos y
consejeros (“hay equipo”),
productores de una nueva narrativa hegemónica (discurso político de época);
- un plan de “reformismo
posible”, que rápidamente oscila de las promesas “progresistas” iniciales a
la claudicación ante las necesidades de la acumulación capitalista (lo que
O’Donell y Torre califican como características “decisionistas” y
“delegativas” de estas “democracias”)
- el reaseguro del esquema
de gobernabilidad a través de “opciones de castigo” contra gobiernos con
desgaste
Que se vayan todos?
Luego de ser sacudidas y
cuestionadas en el 2001
por un impetuoso vendaval de protagonismo popular, las clases dominantes y
sus representaciones lograron organizar un plan
integral de rearme
El esmero estratégico se
planificó sobre las metas de “poner en caja”, de “cauterizar” las revueltas y
rebeldías callejeras.Conservando el control y dirección del aparato del
Estado,
se lo ha utilizado para paralizar u obturar cualquier desarrollo alternativo.
El poder y sus intelectuales producentoda una reestructuración de sus programas y compromisos
ante las clases populares.Universalizan variadas “reformas” institucionales combinadas con
mecanismos asistencial-clientelares, de control social y de creciente
criminalización
Lo que no reformulan – y si
galvanizan- es el proyecto
de impunidad pergeñado durante cuatro décadas en favor del tándem
de empresas y empresarios “vencedores”,
cómplices-artífices del terror genocida y beneficiarios de la reconversión
capitalista operada en el país
Resulta imperioso valorar
toda la energía y esfuerzos puestos por la militancia popular en las
resistencias y luchas en la crisis de 2001, pero también resulta justo
verificar las limitaciones que permitieron que el establishment hallara escape político a
su laberinto, y que el alto consenso conquistado por el gobierno
“progresista” no solo lograra el salvataje a la “normalidad” de la
institucionalidad burguesa, sino también que la coloquen en el actual estado
defensivo.
La coyuntura actual muestra
con obscena claridad cómo el bloque de poder perfeccionó y vigorizó la dominación
capitalista logrando extrema funcionalidad y continuidad del modo de producción imperante
y ha conseguido centralizar las expectativas populares sobre tres
variantes electorales que se definen como fervientes defensoras del “modelo” y representarán
la captura del 90% del caudal electoral
Creemos que allí residen
las razones y los objetos de estudio para una acción política renovada de los
marxistas argentinos. Analizar las causas y las consecuencias de la derrota,
estudiar las nuevas bases y lógicas de la dominación, imaginar una nueva ofensiva que
ponga en crisis las pautas inmorales de la gobernabilidad burguesa
SEGUNDA PREMISA:
“El
aniquilamiento físico de la insurgencia en los 70 y la extrema debilidad de
la izquierda extraparlamentaria y extra institucional, principalmente de
inspiración guevarista (actualmente todavía dispersa) aunque también de otras
tradiciones revolucionarias, impide hasta nuestros días volver a poner sobre
la mesa de debate y la agenda política el tema central del poder”
También expresamos aquí
nuestra coincidencia general con esta formulación, y también nos vemos
obligados a presentarles nuestras percepciones sobre los posibles porqué?
Para el abordaje de este
fenómeno nos parece elemental inspeccionar debidamente:
1) como llega la cultura de izquierda
a la desembocadura de la “transición democrática” luego del genocidio
dictatorial.
2) que balances políticos se
promueven desde la izquierda
radical sobreviviente y desde la izquierda relativamente indemne sobre el
atroz anticlímax que provoca la sangrienta derrota.
3) los moldes ideológicos e instrumentales
de la izquierda en una época de “estancamientos” en el “socialismo real”, de
ascenso de la Internacional Socialista y el “eurocomunismo” y de apogeo de
Reagan, Thatcher, Pinochet, Juan Pablo II
No es objetivo dar
respuesta acabada a estos tres interrogantes, ya que intentar dicha tarea
requeriría no solo un hermoso tiempo sino todo un esfuerzo riguroso,
sistemático. Solo intentaremos someras líneas de reflexión
- En un breve plazo de 15
años la izquierda
radicalizada experimentó –trágicamente- la dialéctica entre auge
y fracaso. Sufrió el corte
generacional que supone la aniquilación física de sus principales
intelectuales. También, el otro
corte: la discontinuidad
de la experiencia revolucionaria, abortada por el terrorismo estatal. Desde
el 83’ a esta parte la pléyade de sus sobrevivientes –salvo escasas
excepcionalidades- ha mostrado patéticos “transformismos”, “crisis de fe”
y claudicaciones teórico-políticas
- Existió una primera camada de
intelectuales empeñados en profesar frenéticas condenas a toda idea de poder
y violencia en razón de “la
catástrofe del exterminio”. El otro costado de esta operación
trasuntó en fervientes convocatorias de conversión al “paradigma democrático”. Provenían
de la autodenominada “nueva izquierda”, nacida a principio de los 60’.
Poseían alto reconocimiento por sus filosos, audaces y renovados experimentos
teórico-editoriales (Editorial Lautaro, Pasado y Presente, Contorno,
Controversia, “Marx y América Latina”)
- En sus inicios auspiciaron la
necesidad teórica de un “cambio
copernicano en la percepción de la realidad” en contra de los
yacentes manuales y anaqueles de la ortodoxia soviética.Fueron decididos
traductores de la obra gramsciana junto a Héctor Agosti y apuntalaron sus
esfuerzos analíticos “en
la ineludible labor de suturar el abismo entre peronismo-antiperonismo”.
Los peronistas y su experiencia fueron un desvelo histórico para esta
corriente, fenómeno al que caracterizaron como “nacionalización de masas” y como “una forma, un pasaje transitorio
hacia una nueva conciencia clasista, socialista”. Coherentes con
esa visión alentaban una fusión
entre las masas peronistas y los intelectuales desde una
identidad socialista autónoma al pejotismo.
- Su adherencia al “oasis
democrático” del ’83 la ejercen desde categóricas “reflexiones” del exilio.
Resulta de vital trascendencia tomar debido apunte sobre la naturaleza y
proyección de estas “reflexiones” : Se parte de la crisis del
marxismo y de los marxistas “porque
sus ideas fueron derrotadas con sangre”.
Qué
ideas?:
1) La de vanguardia (“elite
iluminada” a la que se compara con la “armata”
del joven aristocrático Brancaleone);
2) La del rol de la violencia como
“partera de la historia” (los “horrores” de la lucha armada como reductores de la
reflexión crítica, como primitivismo
testimonial, como contrasentidos ciegos, irreflexivos);
3) La del relato utópico (la
utopía revolucionaria considerada como “recurso
de los débiles”, los que desorientados en cuanto a que hacer o
para donde ir incurren en “exceso
de discurso utópico”).
4) La de “opción revolucionaria” (ya
no tiene razón de ser, el fracaso revolucionario –de manera drástica- implica
el fin de la modernidad, porque
el leitmotiv
de la modernidad era la revolución. La revolución -entonces- representa pasado y fracaso).
5) La del pensamiento crítico (el
fracaso revolucionario obliga a repensar
el sentido de la crítica y centrarla en el campo de la crisis
entre socialismo y democracia.
Para tal cometido resultaba imperioso despojarse teóricamente de
las categorías “vanguardia”, “violencia”, “asalto”, “nuevo poder”,
“revolución”, “socialismo” y perpetuar un pensamiento “crítico” “que ponga en valor el paradigma
democrático, el de la transición democrática”.)
- Estas posturas coadyuvaron a
entronizar la “narrativa
de la democracia” alfonsista que se consolidaba en el seno de la
UCR como intelectual hegemónico, comprendiendo más acabadamente la esencia de
la época y los cambios operados en la cultura política. El “Ahora Alfonsín” fluyó
avasallante favorecido no solo por la inestimable ausencia de la izquierda
radicalizada inmolada por el proyecto de aniquilamiento dictatorial, sino
también por la crueldad de la derrota y por estas lecturas penitentes.
Así, un sustancial sector de almas rebeldes, antidictatoriales, de izquierda,
pasaron a integrarse, sumisamente, al ancho paraguas del “progresismo posibilista”
- Los traductores de Gramsci,
los teóricos del “marxismo latinoamericano” retractaban su pasado y consolidaban su
presente como
escribas del paradigma alfonsinista bajo el concepto de “modernización de la democracia” (discurso
pronunciado por el presidente Alfonsín en Parque Norte el 1° de Diciembre de
1985).
- “La izquierda, o al menos una
gran parte de ella, se liberó lentamente, en los últimos decenios, del mito
de la revolución y descubrió poco a poco el valor que tienen las reglas de
juego” (“La
izquierda en la era del karaoke” – N. Bobbio – G. Bossetti – G. Váttimo – 1997
– pág. 28)
¿Y
la otra izquierda?
- La “tendencia
revolucionaria” peronista también exteriorizó las huellas de la crueldad del
terrorismo estatal. Sumando yerros analíticos y fragmentaciones canibalescas
culminó en el sendero del transformismo incorporándose a las filas del
menemismo.
- El PC prolongaba
su derrotero reformista: sin crítica a su postura benevolente con la
dictadura justificaba otro oportunismo: “votar junto al pueblo peronista”
(junto al “popular” Herminio y al “aniquilador-amnistiador” Luder).
- El morenismo (MAS)
haciendo gala de una obtusa negación de la derrota, de una falsa valoración
de las causas del retiro dictatorial, transformaba a Alfonsín en el Kerensky
argentino y proponía un socialismo eurocomunista “como en Francia y España”
¿Fue
todo “derrota”?
- Creemos que no. Que ha
habido intentos, esfuerzos y búsquedas significativas de las izquierdas. La
lucha contra la impunidad de los 80’, contra la avanzada neoliberal y los
indultos en los 90’, la formación del Frente del Pueblo, de Izquierda Unida,
el proceso de “viraje” del Partido Comunista en su XVI Congreso (hoy
desertado por el neo-oportunismo etapista), las cátedras del Che, la Revista
América Libre y el protagonismo en las puebladas rebeldes del 2001, muestran
la contradictoria existencia de la izquierda
TERCERA PREMISA:
“En
la vida política argentina siempre hubo, desde fines del XIX y a lo largo de
todo el siglo XX, un espacio para la izquierda institucional. La protesta
tolerada dentro del sistema y que cumple a rajatabla las reglas del orden
establecido, garantía de que el sistema de dominación pueda presentarse como
pluralista. Flamear de bandera roja, abundante cita doctrinaria apelando a
diversos “clásicos”, pacifismo a ultranza, armado de listas sindicales y la
principal y gran aspiración a….. cargos electorales….”
¿En que “clímax” cultural
hegemónico ha desarrollado su experiencia la izquierda (incluida la
“institucional”?
- El proceso político abierto desde el
’83 a nuestros días lejos de significar un clima de ruptura se transformó en un cauce
de continuidadde
las “ideas fuerza” del curso neoliberal (“terrorismo
de estado + terrorismo del mercado”). Esto ha configurado un
contexto degenocidio
perpetuado bajo una gobernabilidad plenamente identificada con
“pactos” de defensa y compromiso entre variantes políticas que conforman un
verdadero Partido Único del Sistema (PUS)
- De un lado quienes cultivaron
la cultura de “lo posible”
ante la “pesada herencia”
de la dictadura. Hicieron apología sobre la imposibilidad de cambiar la “desfavorable correlación de
fuerzas”. Chantajearon al movimiento popular en sus luchas bajo
la amenaza de “esta
democracia o el caos” e impulsaron la versión de “los dos demonios” por
la que pretendieron igualar las responsabilidades por la violencia política
de los ’70. Esta concepción ideó y ejecutó un primer capítulo de impunidad
vergonzante (Punto Final y Obediencia Debida) y claudicó ante el Pacto
de Olivos, verdadero instrumento de galvanización de la
transnacionalización económica ( Deuda Externa, ajustes anti-populares,
privatizaciones, flexibilización laboral), de la c onsagración institucional
de la impunidad para los “vencedores” del modelo, y de la recreación de los
mecanismos para el aseguramiento de la gobernabilidad del sistema en
instancias de crisis económicas, sociales y político-institucionales
(decretos de necesidad y urgencia, súper-poderes, gastos reservados, etc.)
- Desde otro estilo, se
practicó la apología y el fundamentalismo de la victoria de la “modernidad”,
del libre mercado, la “muerte de las ideas” y el “fin de la historia”.
Institucionalizaron la cultura
de “lo imposible”, esto es, la no visualización –en el imaginario
popular- de otro camino que no sea el de eternización de este presente de
sojuzgamiento. A puro cinismo y demagogia contestaron a las esperanzas
populares con “cirugía mayor sin anestesia”, “relaciones carnales” e
“indultos pacificadores”. Vanguardizaron un vertiginoso proceso de reconversión
antinacional y antipopular, que los ha erigido en hacedores de la década más
infame de nuestra historia
- Con la huida política de la
Alianza se derrumbaron, estrepitosamente, el cúmulo de esperanzas populares
generadas ante el “progresismo
de los consensos”, que se auto-limita a la ilusión de
“compatibilizar” los rasgos voraces y represivos del “Estado-Penitencia” y del
“Dios Mercado”.
La cultura pragmática y posibilista de “administrar” la miseria congénita del
capitalismo esclerosado con “buenos modales” acudió a los Machinea, los
Cavallo, los Sturzenegger.
El auge del frepasismo de 'buen aspecto',
aspirante a gestionar el capitalismo “de modo decente” bajo ropaje de
“izquierda democrática y reformista” vivió el cataclismo de una estrella
nova. La misión política de “moderar” los violentos ajustes, de luchar
contra la corrup ción y la politiquería, la pretensión (ficción) de recuperar
“simetrías perdidas” y la plañidera socialdemócrata de compensar a los pobres
con alguna cuotita extra de la inmensa masa de ganancias monopólicas mostró
sus límites históricos.
La “renovación y modernización” de la política que
solo se propone negociar límites dentro de un "capitalismo
regulado" sucumbió con estrépito y se acreditó que estos partidos no tienen
siquiera un programa reformista: se limitan a negociar modalidades menos
duras de vehiculización de los proyectos e intereses del capital
transnacional
¿2001, Crisis orgánica?
Fuimos -en su momento-
partidarios de abrir una discusión que fortaleciera la salud del movimiento
de izquierdas y aportar -desde una lectura propia- al debate abierto por los
datos y realidades de aquella coyuntura. No pretendimos enumerar verdades
reveladas, sino intentar respuestas a las interpelaciones que el escenario de crisis no resuelta
nos presentaba, y conformar un cuadro de previsiones sobre los
contextos posibles en los que ésta podía desenvolverse
-
Partíamos
de la noción básica de que
toda crisis en el bloque de poder no necesariamente representa una “crisis
orgánica”.
En el caso, afirmábamos que la inestabilidad en el sistema no
era repentina
sino producto de un prolongado proceso de maduración, pero que todavía no
manifestaba un rasgo inherente y fundamental a ella: la coexistencia de una “crisis de hegemonía” en
las clases dirigentes, por un lado, y por otro la aparición de un “nuevo sistema hegemónico”
que lograra direccionar el proceso de la lucha de clases hacia una ruptura
con el orden capitalista.
-
Como
consecuencia de ello, postulábamos que resulta necesario asumir que en todo
este prolongado período los
ciclos de crisis no han sido provocados por la iniciativa política organizada
de las clases populares, sino que se han desatado como
consecuencia de estridentes fracasos políticos de las clases dominantes y sus
diversas representaciones.
- Otro dato que
proponíamos registrar es que las luchas, las movilizaciones y “puebladas”
protagonizadas exhibían, en general, rasgos de espontaneidad inorgánica y carencia de autonomía en relación a
los mecanismos de cooptación y control que resguardan al sistema. De esta
manera, a las clases dominantes les resultaba todavía posible recrear todo
tipo de manipulaciones y maniobras para “cauterizar”
los caminos abiertos por la rebeldía popular, bloquear las posibilidades
políticas de una alternativa popular y empujar otra vez a las clases
subalternas a la pasividad política.
- Las perturbaciones y
desobediencias instauradas por la revuelta popular del 2001 pudieron ser,
transitoriamente, acotadas, contenidas y castradas de toda perspectiva de
cambio político real. Los temas de la agenda popular orientados por el “que
se vayan todos” fueron paulatinamente desmontados y conducidos a la
reinstalación de la “normalidad institucional” que concluyó con el “nos
quedamos todos”. Para ello el poder echó mano a variados mecanismos de
control y disciplinamiento combinados:
1) Un dato no menor que debe
necesariamente puntualizarse es el que refiere a la conservación del control y dirección
del aparato del Estado, cuya utilización fue dirigida a impedir
toda posibilidad de desarrollo alternativo. Un componente inicial de esta
operación fue el empleo del método históricamente preferido por el poder en
nuestro país: el terror preventivo.Los asesinatos del Puente Pueyrredón son
fundacionales del nuevo clímax político pretendido por el bloque dominante.
Se ejecutan con carácter anticipatorio, buscando caladura en el chantaje
represivo sobre la protesta y movilización popular y en restablecer
–paulatinamente- la “estabilidad y el orden” del sistema.
El proyecto de
represión estatal siguió desplegando un discurso de “disciplinamiento
autoritario” e incrementó la descalificación de las postu ras de lucha bajo
la compulsión de “gobernabilidad o caos”. Se profundizó el plan de
persecución y hostigamiento hacia los luchadores mediante métodos de
intimidación, amenazas y hasta la reedición de torturas y vejámenes. La
judicialización del conflicto y el impulso parlamentario para la
sanción de las leyes regresivas de la “propuesta Blumberg” fueron la política
estatal excluyente.Con esta ideología se promovía la manufactura del miedo en
la población, se justificaba el control policial que garantiza al sistema y
se criminaliza a los oprimidos y no de los causantes del genocidio político y
social
2) Se produjo toda una reestructuración
de sus programas y compromisos con las clases populares,acorde con la
debilidad congénita que la profunda crisis de representación política había
generado y a la descomunal carestía y hambruna que azotaba a los excluidos.
Por este camino se institucionalizan y nacionalizan mecanismos de asistencia clientelar
y de control social, cuyas consecuencias y dimensión siguen
siendo un tema de polémica actualidad
3) Se ddepuró y recreó las bases de la
dominación política mediante la renovación
de consenso electoral pasivo, procurando reinstalar estados
temporales de “gobernabilidad” funcionales a la continuidad de sus
recetas ajustadoras y represivas. Para ello, el bloque de poder propagandizó
hasta el hartazgo una “única idea”: ubicar la disputa política central por la
superación de la crisis en el terreno que éste ha utilizado de manera
principalísima en los últimos 20 años.
La “metamorfosis” operada en las
fuerzas políticas tradicionales representaba la táctica elegida para
dilucidar cuál de sus intelectuales aseguraba mejor el sostenimiento del
nuevo consenso. Entre los tres candidatos del PJ y los tres de la UCR se
condensaba el “corralito de crisis” con todo tipo de ofertas e ilusiones:
derecha autoritaria y dolarizadora, proyectos “nacionales y populares”,
“progresismo decente”, “capitalismo serio” con “gobernabilidad alternativa”.
En todas sus fórmulas y adhesiones se verificaba una confluencia activa con
el partido militar, los sindicalistas “gordos”, el frepasismo residual y la
derecha vernácula
- Un acertado análisis del
actual escenario requiere registrar y analizar críticamente:
1) El esmero
estratégico puesto por las clases dominantes y sus representaciones para
“poner en caja”, “cauterizar” las revueltas y rebeldías callejeras del 2001 y
organizar hasta nuestros días su propio plan
integral de rearme.
2) El modelo
de democracia reinante, verdadera ingeniería cultural-hegemónica
(“ingeniería de la desideologización y la mentira”) que le permite al
establishment hallar escape político a sus laberintos, encubrir o
distorsionar los debates estructurales y recrear un alto consenso pasivo electoral
para el salvataje de la “gobernabilidad”
burguesa.
3) Los límites teóricos, políticos, sociales y
culturales que aún condicionan el desarrollo
alternativo-revolucio nario (“crisis de alternativa”).
- La actual coyuntura muestra
que a pesar de la maduración de un nuevo
período de crisis cíclica, insumo inherente del desarrollo
capitalista en Argentina, el bloque de poder perfeccionó y vigorizó su dominación,
logrando mediante el sentido general del voto plebiscitar la continuidad
del modo de
producción imperante: primarización biorentista,
narcotráfico, imperio inmobiliario, renta financiera, precariedad e
inseguridad laboral, criminalización. Logró concentrar, centralizar las
expectativas electorales sobre tres variantes que no ocultan ser fervientes
defensoras del “modelo”, y
que se muestran homogéneas culturalmente y definidas políticamente dentro de
la tendencia
principalde creciente derechización conservadora y “manodurista”
- Tampoco deberíamos perder de vista
del rol estratégico que juegan los medios de comunicación y las “consultoras”
colonizando a la sociedad con falsos debates, operaciones multicolores y con
la “dictadura de la imagen”. Un dato negativo es que las opciones
“alternativas” de la izquierda no antagonizan con esta estética del no contenido
y proyectan su propaganda bajo el formato del “candidato sonriente”,
imagen que se sobrepone sobre otras mas identificatorias de la izquierda
(resistencia, grito, rebeldía, arte, marcha, bronca, etc.) y que suple la
referencia a la problemática cotidiana, estructural de nuestro pueblo.
- Junto a esta tendencia
predominante, empieza a desenvolverse una tendencia
minoritaria representada por el despunte de la izquierda como un
actor presente y legitimado en la disputa social, cultural y
político-electoral. En medio de un proceso eleccionario caracterizado por el
propósito de transformar la contienda en el campo del “reality” televisivo y
el “voto consumo”, por
la descomunal inversión de dineros y recursos por parte de las
representaciones del sistema y por una preocupante tendencia derechizante, la
izquierda ha alcanzado el no despreciable objetivo de mantenerse como un dato de la política nacional
- No le ha sido gratuito a la
izquierda (desde el 83 hasta hoy) enfrentar el inusitado chantaje de aparatos
y usinas del sistema que pretende presentarla como “anacrónica”, como “ghetto
testimonial” o como una extravagancia propia de la museología. No le ha
resultado placentero hacer frente al plan que intenta desautorizarla en aras
de corroer su proyección y desarrollo, de legitimar la continuidad
capitalista. No ha resultado fácil cuestionar los parámetros reaccionarios
que alientan la “inviabilidad”
del paradigma solidario y humanista, aquellos que auguran la
muerte de los ideales revolucionarios y la pérdida del rumbo de las
izquierdas políticas. No han sido pocas las ocasiones en que hemos tenido que
plantarnos ante una extensa variedad de profetas a sueldo que pronostican que
el proyecto de un mundo radicalmente distinto ha entrado en una crisis sin
retorno. Ha defendido la izquierda -hasta la sangre- su derecho a resistir el
intento neoliberal de naturalizar la expansión del modelo de “democracia” de
los explotadores como forma de “modernización” a costa de la liquidación del
ideal revolucionario.
- Tomar debida cuenta de esta
perspectiva (despunte de la izquierda) no implica que consideremos que esté
resuelto de ahora y para siempre lo que consideramos un espacio político vacante:
la de una real alternativa anticapitalista. La izquierda trotskista
tradicional –que es la que mas impulso y desarrollo político ha logrado tras
el fracaso de las dos opciones políticas emergentes por (centro)izquierda
frente a la hegemonía K: Proyecto Sur y la Constituyente Social- expresa
una gastada cultura vanguardista, sectaria, que rechaza todo concepto de“izquierda plural”.
Las actitudes ambivalentes de De Genaro, su adhesión a los “modelos
progresistas” de la región (PS uruguayo – PT brasilero – Concertación
Chilena), su concepción de construcción de fuerza política basada en la
“referencia personalista” (propia del “chachismo”, “lilismo”, “pinismo”) y su
política de alianzas expresan los límites y los viejos vicios del
denominado “centro-izquierdismo”
Es en el marco de esta historicidad en la que
queremos debatir el rol de la izquierda en la lucha de clases y las
instituciones. Nos consideramos parte de una tradición que siempre ha
señalado los límites del parlamentarismo y los peligros de aletargamiento
en la izquierda si se aceptan como inmutables y sacras “las reglas de juego democráticas”
En otras palabras, no es
nuestro sentido ni objetivo principal la galvanización de dichas reglas de
juego. Todo lo contrario, somos partidarios de la opción revolucionaria. Nos
resulta inaceptable la propiedad privada sobre los medios de producción y la
democracia parlamentaria como componentes inmodificables
Ello no implica que nos
desliguemos del imperativo de presentar ante nuestro pueblo un nuevo proyecto
de representación, un modelo
transicional de elección popular que modifique sustancialmente la
relación entre dirigentes y dirigidos, entre gobernantes y gobernados.
Tampoco consideramos que
pueda enjuiciarse la “pureza”, “abnegación” u “honestidad” revolucionaria por
participar de los procesos eleccionarios. No nos animamos a calificar -apriorísticamente- bajo
el par “acierto-yerro” una determinada actitud táctica. La verdad a dilucidar
es si ese comportamiento coyuntural aporta -calificadamente o no- a una
perspectiva estratégica (se trate de una postura abstencionista o de
participación efectiva)
Tenemos claro que esa
verdad no la esclareceremos en un estéril contrapunto de “cita contra cita” de
nuestros “clásicos” (en el derrotero de las “dos bibliotecas”, de los “usos”
o de las “traducciones”)
“Quien tenga patria,
que la honre; y quien no tenga patria, que la conquiste”.
José Martí
Algunas de nuestras premisas:
- El movimiento popular y
las izquierdas deben asumir el gran reto de probar que son capaces de
articular las rebeldías de los pueblos y de fundar un nuevo proyecto
hegemónico: organizar la
esperanza de millones de oprimidos y transformar en deseable una nueva tesis
civilizatoria: el socialismo
- Para ello se impone modificar
esencialmente una variedad de moldes analíticos, de esquemas de construcción
del pensamiento, de relación con el sujeto popular, de la instrumentalidad de
la acción.Solo así se podrá tomar debido apunte de como la dominación burguesa
se ha complejizado, universalizando sus credos e
instituciones. Es en el
plano subjetivo, fundamentalmente, donde el capitalismo muestra
su vigor de época y
allí reside el desenlace estratégico. Su fortaleza radica en la “manufactura simbólica”, en
la imposición de su totalitarismo ideológico y de sus mecanismos de
consenso-represión. Ha logrado segmentar al sujeto popular, ha universalizado
el “individualismo de masas” como cultura predominante y ha naturalizado como
inmodificable y eterna la división entre gobernan tes y gobernados
- Habrá que indagar
profundamente –también- sobre los obstáculos, los inconvenientes, las
dificultades actuales del proyecto
socialista. En el movimiento popular y en ciertas “oposiciones”
políticas que invocan rebeldías y sueños emancipatorios, se
evidencian variados síntomas de “crisis
de fe”, de inercia
militante, de deterioros en la voluntad,
de ausencia de “alma
colectiva”, de renuncias
a los temas del poder
- En las izquierdas se
expresa, en general, una marcada descomposición de éticas e ideales. Algunos
se resignan o vacilan ante la posibilidad/necesidad de retar al sistema rearmando alternativas radicalizadas
al dominio imperante. Otros, rellenan sus formularios con la gastada cultura aparatista
y la banalidad dogmática. Esa es la verdadera dicotomía que hoy esteriliza al
progresismo y las izquierdas: vegetar
dentro de la institucionalidad burguesa por la vía del pragmatismo
posibilista, o reproducir como autómatas
órdenes emanadas de un aparato todopoderoso y cerrado, ajeno a la dinámica
popular
- Tomemos debida nota de
estas letales limitaciones y de toda la gama de resabios dogmáticos,
aparatistas y autoproclamatorios que siguen constituyendo los rasgos
predominantes que identifican a las izquierdas y que nos apartan de una
relación orgánica con el universo popular. Otro elemento negativo es el
marcado “estatalismo” de sus camarillas dirigentes, el culto acrítico hacia
estos líderes augustos, sempiternos y eternizados en sus cargos. Por
esta senda las izquierdas reproducirán las aberraciones históricas conocidas
en los modelos de transición a una nueva sociedad en el que un partido
omnipotente establecía la “felicidad” y la “solidaridad” por decreto. No
resignemos el rol de potenciar y de estimular la espontaneidad, la
creatividad y la irreverencia popular, y no asumamos el gesto autoritario de
decretar su muerte.Desde la izquierd a, y bajo nuevas premisas y métodos,
aportemos a dar respuesta a la grave crisis
de representatividad construyendo una identidad política común de
los desposeídos bajo una clara pertenencia revolucionaria.
- Debe ser materia de análisis
–también- la experiencia del “autonomismo”,
como corriente que ha crecido e instalado como opción política desde la crisis
del 2001 –fundamentalmente entre la militancia juvenil- y se ha proyectado
ante el fracaso de la Constituyente Social y el desbarrancado Proyecto Sur.
Esta nueva identidad proponeun dinamismo diferente en el desarrollo de las
luchas y la organización popular: “La
nueva política se hace en el territorio”. Por lo tanto -en sus
inicios- para esta corriente asumir
la lucha política presuponía un rechazo sustancial a la política institucional y su retórica
electoral-parlamentaria. Este “formato” teórico-político del
denominado “autonomismo” es presentado por sus cultores como atributo de una
“nueva política” revolucionaria cuando en realidad denotaba –inicialmente-
impotencia y renuncia a la disputa
real por otro poder.
Al amparo de estas ideas se justificaron las
mas patéticas prácticas del reformismo asistencialista “entre los explotados”,
y se promovió la peligrosa fractura del movimiento social con la necesaria
labor política, ideológica y cultural. Con este campo de teoría y prácticas
políticas se impone polemizar sobre sus propuestas de “revisar críticamente”
todo el cúmulo de errores políticos transitados por los marxistas y de
cumplir con una 'relectura
del marxismo'. Estas posturas de la “nueva izquierda” pronostican
el ocaso de los presupuestos teóricos de base que dieron nacimiento y entidad
a la izquierda y aseveran estar elaborando su propia “crítica no marxista” de
la sociedad c apitalista. Desde estos ataques al “dogma marxista” y a los actuales
fracasos de la “tercera
vía” fantasean con la idea de perfilar un mundo nuevo “sin repetir las estructuras de
poder de siempre”.
El proyecto de “horizontalizar los poderes”
es presentado por “la nueva izquierda” como “la nueva utopía del pensamiento y la práctica política
contemporánea”, que permitirá la emergencia del nuevo sujeto
político y social empeñado en superar y trascender todas las fórmulas ya
conocidas de explotación, opresión y de alienación de las sociedades
capitalistas y socialistas. En la actual etapa manifiestan un giro
copernicano respecto de sus posturas de origen y han decidido participar en
los procesos eleccionarios. Su propaganda, discurso y estrategia central se
ubican dentro d el concepto de la “Democracia
Radical”.
La nueva “izquierda popular” se autolimita a gestiones de modernización y
democratización de las estructuras e instituciones capitalistas,
labor que realizarán en y desde la institucionalidad vigente para el rediseño
asociativo de la sociedad. Con esta visión, las luchas corporativas y
democráticas anticapitalistas dejan de asumir sus características de
inmediatez y parcialidad paliativa y se tornan finalidad principal de su
proyecto.
Los cambios políticos de fondo son considerados “imposibles de una vez”
y el proceso de lucha de clases queda confinado a “pequeños pasos de hormiga” que, evolutiva
y progresivamente, completarán la innovación del sistema capitalista.
Planteamos que una cosa es nuestro deber de reconsiderar, de revisar
críticamente nuestros postulados y nues tra práctica en el complejo marco de
la lucha por la emancipación humana, pero otra cosa muy distinta es claudicar
y desechar las ideas de revolución para un nuevo poder.
- Un nuevo concepto de
socialismo debe romper con la superstición, con la religiosidad.
El “socialismo del siglo
XXI” no puede ser un talismán.
Sí debe ser resultado de una prolongada y profunda lucha política e
ideológica donde lo trascendente sea la “revolucionarización”
delas conductas, de la moral, del compromiso, de la coherencia.
Una verdadera gesta humana que exprese voluntad y compromiso por anticipar,
por predecir esa nueva mañana poblada de hombres y mujeres nuevas
- Se requiere de una nueva mística que
conquiste adhesión por su capacidad de crear
realidades y hábitos antagónicos
a las del capitalismo. Que construya identidad por sus posturas de
cuestionamiento integral a las pautas inmorales y degradantes de este
presente de genocidio, miseria y sumisión a escala planetaria. Que se atreva
a enfrentar, en todos los terrenos posibles, los mecanismos y pautas
ideológicas en la que basa su sometimiento la dominación capitalista. Su
aporte militante sustancial será el de contribuir a un nuevo paradigma
popular y revolucionario bajo premisas de ruptura
con el orden capitalista imperante. Un nuevo
poder, el del pueblo, sin explotadores ni explotados, con
dignidad liberadora y auténtica soberanía.
- La identidad y las formas
organizativas (unidad popular/movimiento de izquierda) deben reconocer como
punto de partida la existencia de disputas sobre un amplio y riquísimo
proceso de creaciones, rupturas, reagrupamientos y nuevas formas de
organización popular que no poseen, todavía, definida direccionalidad
política unitaria. Por lo tanto la creación de una alternativa revolucionaria
debe definirse a partir de lo que el pueblo está creando, y no al margen ni
detrás de él. Lo nuevo y superador implica constituir nuestra identidad y
acción militante como un componente orgánico de este proceso de reformulación
a partir de un nexo con las masas absolutamente inédito: el poder popular construido
por el pueblo y para el pueblo, en el que confluya la experiencia actual y el
vastísimo historial de la clase obrera y el movimiento popular.
- Debemos replantear la práctica
militante. Su orientación esencial debe ser puesta al servicio del real protagonismo
popular, clausurando toda banalidad hegemónica o
dogmática. Se debe cuestionar toda propuesta “prefabricada” o contaminada de
“paternalismo” que en definitiva no hace más que contribuir a potenciar la
“vieja cultura” de deformaciones aparatistas y clientelares tan predominantes
en el campo de la política argentina. Se hace necesario que el proyecto
apunte, esencialmente, a que todo lo contestatario, rebelde, combativo tenga
un cauce organizativo y dirección política común, que sea “creación heroica” del
pueblo desde una clara definición de izquierda.
- También nuestro esfuerzo
pretende aportar a la generación de un polo
unitario de acumulación social y política, que exprese una
articulación amplia y abarcadora de la diversidad de pertenencias,
identidades y experiencias de sus actores, tanto en el campo de la lucha
social y política, como en el ideológico.
No acotamos nuestra propuesta de
articulación unitaria y movimientista solo a los sectores proclamados
marxistas.
No exigimos un mismo y único punto de partida ideológico, si
apostamos a reagrupar el activismo y los luchadores populares desde un
sistema de convicciones y planteos políticos basados en la necesidad de
superar el capitalismo. Hace falta en el campo de la izquierda una ruptura
con enfoques y prácticas conservadoras que observan con prejuicio y
subestimación toda práctica que no se inspira en su s luchas en las fuentes
del “marxismo-leninismo”.
La historia de la lucha de clases en nuestro país
y en Latinoamérica abonan seriamente la tesis de que fuera del marxismo
existen identidades y pertenencias para abonar una propuesta revolucionaria.
- Apostamos a una práctica
política que ubique al militante
como sujeto creador de iniciativas y no como simple
reproductor de órdenes emanadas de un aparato todopoderoso y cerrado, ajeno a
la dinámica popular. Pretendemos poner en correspondencia el rol dirigente de
nuestros militantes con su reconocimiento popular, aportando a una nueva
dialéctica entre “gobernantes y gobernados”, entre “dirigentes y dirigidos”.
La izquierda no debe proclamar sino encarnar los ideales y anhelos populares,
despojándose de todo resabio eurocentrista y de toda soberbia ilustrada que
en general la colocan como una fuerza ajena a las vivencias populares
¿Podremos imaginar un
futuro ciclo de crisis provocado por la iniciativa organizada y planificada
por las clases subalternas? ¿Podrá la estrategia de unidad de las fuerzas
populares y las izquierdas dejar de ser una consigna y un redundante discurso
para constituirse en una nueva referencia e identidad política de masas?
¿Acertaremos en los planes y métodos de organización del sujeto popular que
mejor contribuyan a la acumulación política alternativa? ¿Seremos capaces de
lograr en nuestra militancia las transformaciones subjetivas necesarias para
una práctica y pensamiento político basados en valores antagónicos a los
instalados por la cultura capitalista? ¿Seremos capaces de superar el
estado de vejez conceptual y metodológica que nos aqueja como izquierda?
El establecimiento de los posibles caminos (y atajos) que elegiremos para
responder a estos interrogantes deber& aacute; presidir cada instancia de
debate y práctica militante.
No apostamos a fórmulas abstractas y blindadas,
si a creaciones heroicas y apasionadas que demuestren en la práctica su
capacidad de conmover y convocar a cientos de mujeres y hombres a conquistar
una nueva patria a pura utopía.
Gran Rosario – Julio de
2015
M.a.iz. (Movimiento Amplio de Izquierda)
M.a.iz - postaporteñ@ 1439 - 2015-07-28
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Esperpento AMIA - el bocón Aviran se deschava
En enero de 2014 el inefable ex-emba de Israel en Argentina (1993-2000) en
una entrevista telefónica desde Israel con la AJN (Agencia Judía de
Noticias), se despachó con algunas declaraciones impactantes.
La que más revuelo causó fue: "que los que habían perpetrado
los bombazos de Baires ya habían sido eliminados por ellos", ver:
"AMIA/Atentado. Aviran: “Gran mayoría de culpables no está en
este mundo, y lo hicimos nosotros”, www.prensajudia.com/shop/detallenot.asp?notid=36200.
Pero en los 11 min. que
duró la entrevista(se puede escuchar completa en: https://www.youtube.com/watch?v=m852nGrwRfE),
se despachó también con otras perlitas más reveladoras todavía, que sí ponen
en evidencia la tremebunda falsificación AMIA y el rol del gobierno de Israel
en ésta
En los primeros
minutos explica lo singular de que el 18 de julio de 1994 se encontrara
a unos 200 mts. de la AMIA cuanto ésta voló. Según él todas las
semanas se reunía en la Embajada con los presidentes de la AMIA, DAIA y OSA
(no dijo para qué, pero es fácil inferirlo), pero que ese lunes, vaya a
saberse porqué, "estaban cerca de la AMIA"(¡los 4!), y que
entonces Crupnicoff, el presi de ésta entonces, propuso hacer la reunión
ahí. Tener en cuenta de que como estaba en refacciones no era el lugar
más indicado para hacerlo(aunque más adelante mostraré
como Crupnicoff mismo lo desmiente), pero "como el
café en la AMIA era muy malo"(sic), cuando iban hacia ésta decidieron
¡hacer la reunión en un bar!, y "a los 10 minutos que estaban en éste,
vol& oacute; la AMIA"(sic
y re sic)
Al minuto 2:00 queda
clara la verdadera razón de su oportuna presencia "cerca de la
AMIA": era para llamarlo inmediatamente a Menem para imponerle la "ayuda"
de los "rescatistas israelíes", que llegaron al país el 19J a la
noche para hacerse cargo de la zona de la explosión, y
entre otras cosas instalar
el falso coche-bomba, que es la base sobre la que se ha
montado todo el encubrimiento de 21 años. Al final mostraré como estos
"rescatistas" fabricaron el tal engendro explosivo móvil
virtual.
La premura fue esencial para
lograr ese objetivo, porque al poco rato de ese llamado a Menem, a éste
lo llamó el general Balza para ofrecerle los equipos de rescate que
había preparado el ejército luego del bombazo en la emba de Israel, que
contaba con equipamiento de alta tecnología y personal
capacitado.
Menem rechazó el
ofrecimiento de Balza, tenían
que ser sí o sí los israelíes los que lo hicieran, resultando
que sin ninguna razón, los 2 primeros días, que son cruciales para el
salvataje de víctimas, no
hubo un rescate profesional que podría haber salvado
vidas.
En el minuto 2:32 aparece
mencionado Dov
Shomorak, que había sido su embajador cuando
él había sido el 2do. de la embajada en Buenos Aires.
"Casualmente" éste fue el enviado
secreto de Rabin que vino deguisado entre esos "rescatistas
israelíes" para "acordar con Menem la versión que se iba
a dar sobre el atentado", según lo descubrió Verbitsky a partir de
cables secretos de Cancillería y lo público para el aniversario 18J de 2004,
ver:
"La
InfAMIA - A 10 AÑOS - EL ACUERDO MENEM-RABIN PARA NO INVESTIGAR", www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-38318-2004-07-18.html
En el minuto 4:44 "se
acuerda" de Timerman(de Héctor y de su padre) y del acuerdo con
Irán, que es sólo un instrumento jurídico/diplomático original y posible para
que los iraníes puedan ejercer su derecho de defensa y se destrabe la causa. NO para investigar
el atentado, que es una obligación indelegable del estado nacional, y en
lo que ni Irán, ni ningún otro estado, puede tener algo que ver
Entre el minuto 5:20 a 8:00, surge de nuevo
el tema de la inmediata llamada a Menem, porque al entrevistador le llama la
atención que en lugar de reclamarle a éste por la reiteración del
atentado, sólo le haya ofrecido "la ayuda" de Israel.
En el minuto 8:25 lo elogia a
Menem y al final ¡a Galeano! y a su "trabajo", que según él había sido muy bueno,
agregando que luego de que éste fuera destituido no se había hecho nada, y
encima se había firmado el acuerdo con Irán
Crupnicof lo desmiente
pocos días después, también en una entrevista con AJN: ver:
"AMIA/Atentado.
Presidente en ese momento se pregunta cuánto más hay que esperar respuestas",
www.prensajudia.com/shop/detallenot.asp?notid=36811, donde dice que cuando
voló la AMIA estaban en radio JAI (a unas 10 cuadras de la AMIA), y nada dice
de que hubieran tenido la intención de hacer la "reunión
semanal" en ésta, y que finalmente la hubieran hecho en un café
El documental "AMIA REPETITA"(https://www.youtube.com/watch?
v=YfI5pcXAbaE&app=desktop), estrenado
el año pasado, muestra como el jefe de los "rescatistas
israelíes", general Livne, instala el coche-bomba falso.
En el minuto 25:16 comienza una
entrevista a éste, hecha en el lugar la noche del lunes 25/7/1994, poco
después que los "rescatistas" alegaron "encontrar"
¡sin testigos!(plantaron) el trozo(pequeño pero ¡con el Nº de
identificación intacto!) de block motor de la Trafic
vendida por Telleldin, que a partir de ahí pasó a ser: "el motor de la Trafic",
pero que no era precisamente "un motor"
Éste dice ahí(miente
alevosamente) "que
habían encontrado partes
del coche-bomba con restos del conductor suicida"???
y que había un cráter que había dejado éste, tamaño pileta de natación,
que se extendía en la vereda y calzada. En el minuto 26:49 hay una
foto de varios días después de la explosión, del sótano, donde se
ve la pared de éste sobre la línea de edificación en la
zona de la puerta ¡intacta!.
Obvio, que entre las 200 mil fs. del voluminoso expte. no hay una sola foto
que muestre el tal "cráter" o algo que se le parezca
La verdad de la milanesa es
que no hubo ningún cráter en la vereda, y menos en la calzada.
Donde sí hubo una suerte
de "cráter" fue en la pared medianera que da a Tucumán,
y fue el hueco que se produjo ahí y que se ve en muchas fotos, por
ejemplo en el minuto 12:23
del documental, en la declaración del Dr. Labaké, atrás a su
derecha, en la tapa de su libro "AMIA/Embajada, ¿verdad o
fraude?", está la tal foto
Este hueco fue provocado
por la acción directa
de la onda expansiva con vértice en el interior y produjo,
al proyectarse hacia el exterior, la rotura de la columna de
la línea de edificación, claramente de adentro hacia afuera
Es imposible que una única
carga explosiva en la vereda en la zona de la puerta(el bolazo del
coche-bomba) pudiera haber producido el hueco en la medianera
a unos 8 mts. y nada le hubiera hecho a la pared del sótano
Esperemos que los muchachos
de la nueva UFI AMIA lo traigan de las pestañas a declarar a Aviran y a otros
relacionados con sus dichos, y que investiguen la existencia del
controvertido(inexistente) coche-bomba, que es la divisoria de aguas de la
investigación: si hubiera existido habría que mirar para el
lado de los musulmanes, pero si no(como es fácil probar que ocurrió), hay que
hacerlo para el lado de los enemigos de estos
J.PETROSINO
JP - postaporteñ@ 1439 - 2015-07-28
|
postalinas
Osvaldo
Maidana (1947-2015)
Ayer recibimos la triste
noticia del fallecimiento de nuestro compañero Osvaldo Maidana, corrector de
la diaria desde la primera edición.
Trabajó antes, entre otros
medios, en Mate
Amargo, y mantenía contacto fluido con muchos otros tupamaros.
Cada tanto nos mostraba alguna foto vieja en la que aparecía con Mujica o con
Fernández Huidobro, a la salida de la dictadura.
Es que, más allá de
diferencias y calenturas, El
Negro pertenecía a esa gran familia, compartía esa
sensibilidad y esa identidad que desde hace muchos años no implican formar
parte de la estructura del MLN-T. Se le notaba en cierta jerga, en su manera
de interpretar los hechos y hasta en cosas chicas como hablar en un susurro,
como quien te cuenta un secreto. A muchos los seguía viendo en las cazuelas
anuales del grupo solidario Ibiray, un espacio de ex presos y militantes
sociales que recauda fondos para atender a gente sin recursos o con problemas
de salud. Todos los años pedía una nota sobre esa actividad.
Otro clásico eran las
coberturas del Día de los Trabajadores, cuando les pedía a los letristas de
la redacción que no se olvidaran de mencionar a la columna Cerro-Teja, que
orgullosamente integraba. Era tan fanático del Cerro como del Club Atlético
Cerro y del fútbol en general. Escuchaba los partidos por radio y más de una
vez, mirándolos en la tele, nos enteramos de los goles por sus gritos.
El Negro era el más
veterano de la redacción y era un tipo a veces hosco, con una generosidad
clandestina, como lo sabe más de un compañero del diario que recibió de él
algún regalo imprevisto, para sí o para un hijo
Fue también periodista,
pero se dedicó sobre todo a una labor invisible, que bien hecha regala
prestigio a otros y sólo pasa al frente para comerse garrones. Pertenecía a
una especie de correctores que se va yendo con su generación: de los que no
se arrimaron al oficio mediante cursos formales, sino sólo por el amor a lo
escrito de quienes leían mucho y a fondo aunque ése no fuera su trabajo; con
una gran acumulación de eso que se llamaba “cultura general”, por haber
tenido que manejar durante décadas textos sobre las cuestiones más diversas y
haberse sentido responsable de aprender sobre todas ellas; con una
trayectoria que lo llevó a compartir redacciones y sus alrededores con muchos
grandes, aquí y en Buenos Aires; memorioso custodio de historias y anécdotas,
que siempre tenía dos o tres cosas que agregar y tres o cuatro que discutir
en la conversación s obre cualquier asunto
Julio parece ser un mes
especialmente complicado para nosotros: hoy, cuando compartimos esta triste
noticia, se cumple además un año de la muerte de Marcelo Jelen.
la diaria
vier 24/7/14
La situación política
y el paro general del 6 de agosto(Charla-Debate)
viernes 31 de julio 18 hs Agraciada 2347,
Montevideo
El PIT-CNT convocó a un
paro general de 24 horas para el 6/8, frente a las pautas salariales de
miseria que aprobó el gobierno y al recorte del gasto estatal. Está
aplicándose un AJUSTAZO en regla contra el pueblo trabajador, impuesto por
las cámaras empresariales y el FMI, a través del gobierno del Frente Amplio.
Para debatir la situación política, y organizar un paro general ACTIVO e
impulsar su continuidad en un plan de lucha, te invitamos a una Charla-Debate
el viernes 31/7.
QUE LA CRISIS LA
PAGUEN LOS CAPITALISTAS!
Partido de los Trabajadores de Uruguay
postaporteñ@ 1439 -
2015-07-28
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La crisis de la Deuda de Ucrania
Elaine Moore,
Financial Times, 24 de julio 2015
[ELLOS LO DICEN, este es un artículo
de un medio de prensa bien conocido como representante de los capitalistas
financieros británicos (aunque ahora fue comprado por los japoneses, hablando
de crisis)]
FM
Ucrania se encuentra en
medio de una crisis financiera en su lucha por hacer frente a las
consecuencias de la anexión de Crimea por Moscú y continuar la guerra contra
los separatistas pro-rusos. El Fondo Monetario Internacional y otros
partidarios occidentales han prometido su apoyo, pero sin un acuerdo de
reestructuración de la deuda, Ucrania está prácticamente en default,
desestabilizándose el Estado y alterando las relaciones geopolíticas entre
Rusia y Occidente.
La economía de Ucrania
está por los suelos
Ucrania ya estaba sumida en una desaceleración económica cuando la sangrienta
revolución pro-europea de Maidan llevó a un colapso dramático al gobierno
anterior a principios de 2014.
Los acontecimientos que siguieron, incluyendo la anexión rusa de una franja
de tierra en el sur y la lucha con los separatistas pro-rusos en el este, han
profundizado la recesión, desplomado la moneda de Ucrania - hryvnia -
mientras la deuda ha aumentado al 100 por ciento del PIB .
El FMI ha intervenido con un acuerdo de rescate 40 mil millones de
dólares, pero que depende de la cooperación de los acreedores privados, uno
de los cuales es Rusia ...
Los pagos de deuda
están subiendo rápidamente
En total Ucrania quiere reestructurar 15.3 mil millones de dólares como parte
de los 40 mil millones de rescate que el FMI dice que el país necesita para
tapar el enorme agujero en sus finanzas. Kiev ha incluido una serie de bonos
en poder de las organizaciones respaldadas por el estado, además de bonos
soberanos con el fin de repartir un poco la carga.
Pero después de meses de negociación con los acreedores, ningún acuerdo se ha
logrado.
Hasta ahora, Ucrania ha pagado todos los intereses adeudados y ha hecho acuerdos
con inversores para extender el plazo de lo adeudado por las empresas
respaldadas por el estado.
Mientras tanto, el
dinero se está acabando
Ucrania está sufriendo un déficit en cuenta corriente cada vez mayor y el FMI
prevee que la economía se contraerá en un 9% este año, por los pagos de
compra de gas, el servicio de la deuda, la guerra en el este y una
depreciación masiva de las reservas que se van agotando.
Después que las reservas de divisas cayesen a un mínimo de $ 5.6MM en
febrero, el país recibió un tramo de financiación del FMI para aumentar sus
arcas, pero el colapso de la economía significa que la carga de su deuda está
creciendo más cada día y todavía se está a la espera que llegue el siguiente
tramo de financiación del FMI.
Ucrania no es Grecia
Una de las peculiaridades de esta crisis de la deuda en Ucrania es el nivel relativamente bajo de la
deuda externa del que se partió. A finales de 2013 la deuda
de Ucrania era el equivalente al 40% de su producción económica anual,
comparado con el 175% de la deuda de Grecia en relación a su PBI.
Con la turbulencia económica actual, la deuda es ahora representa más del
100% del PIB. Ucrania dice que su deuda es insostenible y quiere que los
inversores acepten una quita del 40%. Pero los acreedores argumentan que los
problemas de Ucrania son temporales y que el país sólo necesita tiempo para
que su economía se recupere.
Pero podría suponer
una mayor amenaza a la estabilidad
Ucrania tiene una larga y dolorosa historia como una frontera entre el este y
el oeste, y el resultado de la crisis actual podría definir una relación ya
difícil entre Europa y Rusia.
Mientras que una moratoria griega y su salida de la zona euro podrían poner
en peligro el futuro del proyecto del euro, el default y el colapso económico
en Ucrania podría abrir la puerta a prolongado conflicto regional
envió
FernandoMoyano
postaporteñ@ 1439 -
2015-07-28
|
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