Los Santos Inocentes
A diecisiete años de la Masacre de Jacinto Vera, desde sus cargos en el mando de las fuerzas policiales los asesinos de Fernando Morroni y Roberto Facal continúan impunes y predispuestos a nuevas mega-represiones contra el movimiento popular. Un abrazo fraterno a “BARRIKADA” en su retorno a la lucha de siempre.
Arriba los que luchan! Tambero
Al bajar hacia la costa por el bituminoso, si doblas a la izquierda y entras a las calles polvorientas, te sale al paso una nube de niños y perros.
Abandonados a la buena de dios, que por allí no pasó, juegan en las cunetas donde corren los oscuros efluentes, acechan parasitosis, hepatitis y púrpura y los toman por asalto garrapatas y pulgas. Niños y perros duermen en la misma habitación, muchas veces la única, demasiadas veces en el mismo colchón.
La lluvia repiquetea en las chapas del techo, pero la humedad no tiene nada de romántica, atraviesa las paredes de bloques y sirve de caldo de cultivo a hongos, moho y enfermedades bronquiales.
Nada de esto dicen las cifras que recogen el crecimiento del producto bruto, de las exportaciones y de las inversiones extranjeras.
El Uruguay en cifras se va para arriba, pero el abismo entre ricos y pobres se hace cada vez mayor, porque la distribución del ingreso sigue favoreciendo a los que más tienen. Los éxitos en los números tampoco dicen nada de hacia dónde camina el Uruguay, país productivo que vende sin agregar valor a sus productos primarios y depende del vaivén de los precios internacionales.
Ellos tampoco indican nada acerca de la depredación de los recursos naturales por grandes capitales protegidos por el Estado. Cifras y más cifras son exhibidas con el fin de llenar los corazones de expectativa, pero, en verdad, son cifras juntavotos y nada más.
Uno de cada diez montevideanos vive en los asentamientos irregulares, exactamente el 11% de la población.
Al oeste de Camino Cibils, en la Villa del Cerro, el fenómeno recrudece: cuatro de cada cinco ciudadanos son ocupantes de terrenos.
Allí la irregularidad es lo normal y también son normales las consecuencias sociales provocadas por la irregularidad. Un espectáculo que lastima las sensibilidades más delicadas y por eso, el sistema, que es sabio, lo oculta en la periferia, donde la miseria y los megaoperativos no ofendan la mirada del turismo y de los gobernantes.
Mientras que uno de cada tres montevideanos tiene menos de veinte años, la población de los asentamientos es sensiblemente más joven, pues una de cada dos personas que en ellos viven, son menores de dicha edad.
En general, la pobreza tiene cara de niño en el Uruguay, casi la mitad de los 57.600 niños nacidos cada año, lo hacen por debajo de la llamada “línea de pobreza”, una maldición que suma anualmente alrededor de 28.800 nuevos asalariados, empobrecidos, precarios y semiocupados.
Nacen y salen a la lucha por la supervivencia, pero el objetivo no es fácil de alcanzar.
Quince de cada mil uruguayos mueren antes de cumplir su primer año de vida pero, como cabe sospechar que la guadaña es clasista y se ensaña con los nacidos lejos de Pocitos y Punta del Este, es posible que alrededor de 450 de los nacidos en la pobreza, mueran antes de su primer año de condena.
Su odisea no termina ahí porque casi mil de ellos no llegarán a cumplir cinco años.
De esa manera, el comportamiento tan poco democrático de la tasa mortalidad infantil contribuye a reducir la pobreza, permitiendo al Uruguay ocupar orgullosamente lugares de privilegio en las estadísticas latinoamericanas.
Si se revisan las cifras de los problemas de salud infantiles con un sesgo de clase, se concluye en que aproximadamente 2320 de los pobres de nacimiento sufren desnutrición, 4640 tienen un peso menor al normal y, paradójicamente, unos 2700 padecen obesidad.
Ellas revelan que bastante más de la mitad de los niños nacidos pobres sufren anemia por carencia de hierro en su alimentación... ¡aunque la sangre de un buen porcentaje de ellos tiene demasiado plomo!.
Muy pocos de esos niños reciben ayuda para superar el déficit que soportan.
Sobreviven, es cierto, pero con la salud tan precaria, que no logran encarar en condiciones óptimas su educación escolar y su inserción laboral.
En las escuelas bautizadas “de contexto sociocultural crítico”, bastante más del 50% de los alumnos entre seis y once años presentan trastornos emocionales y de comportamiento. Son los condenados de antemano, los que salen a pelear la vida armados con escarbadientes.
En el Uruguay termina la escuela solamente un niño de cada tres que ingresan a ella, cifra que también es preciso corregir a la luz de la realidad social.
En primer lugar, porque entre los egresados de primaria, uno de cada diez son los llamados “pases sociales” (“los mandamos al liceo para que no jodan más en la escuela”) y, en segundo lugar porque, con toda seguridad, el promedio de egresados disminuye a uno de cada cuatro alumnos en las escuelas de la pobreza.
De los 28.800 pobres que nacen cada año, serán unos 7.000 los que terminen primaria y, de ellos, apenas 980 terminarán los seis años de enseñanza secundaria... nada más.
El sistema educativo funciona como una máquina de picar carne y espíritu, los restos se arrojan al basurero de los desechos humanos.
El lenguaje que manejan es limitado, muy limitado, pocas palabras y no todas correctamente pronunciadas, se habla con faltas de ortografía, algo que es más evidente cuando escriben.
El sistema los ha reducido a hablar algo que es un verdadero dialecto del idioma “uruguayo”, esa versión nuestra del castellano.
En el mismo paquete del lenguaje, vienen envasadas la decena de valores y el centenar de conceptos suficientes para abordar los problemas cotidianos propios de su modo de vivir.
La escasez de términos y categorías necesariamente les recorta la conciencia de la realidad social y les impide tomar cuenta de la opresión que está en el origen de la miseria y la exclusión.
Es muy elemental la visión del mundo que inculca el sistema a través de las restricciones en el lenguaje, la educación y la cultura.
Basta con el sentido común más vulgar, el suficiente para asegurar el cumplimiento del rol de trabajadores irregulares y con muy bajos salarios, que les asigna la economía capitalista.
¿Se dan cuenta, ustedes, que poseen el interés y la capacidad intelectual para leer “Barrikada”, del universo de conocimientos sobre el cual ni siquiera tienen noticia los asalariados empobrecidos?.
¿De todo lo que no les interesa conocer, porque la ignorancia es también desinterés?
El mundo de las ciencias, la literatura, la filosofía y la poesía les resulta muy lejano y muy ajeno.
Se los aliena para que no precisen del pensamiento abstracto, se les cercena capacidad intelectual, los esclavos no necesitan pensar, se los castra para que obedezcan dócilmente el látigo del amo.
Como suele recordar Helios Sarthou, los sindicatos, los gremios estudiantiles, las cooperativas y los comités de base barrial fueron verdaderas escuelas de cultura y conocimientos.
En ellas, los luchadores sociales anarquistas, comunistas, socialistas y tupamaros, combatían la acción castradora del intelecto, transmitían las categorías que permitían pensar la historia de los pueblos desde la opresión y para emanciparse.
Por otra parte, la vida de cada revolucionario irradiaba valores y filosofía: entrega a la causa, anteponer los intereses colectivos a los personales, dar a la sociedad sin esperar recibir nada a cambio, todo por la revolución social.
¿Cuánto transmitía Ruben Sassano simplemente conversando en la esquina del bar de los armenios que daban de desayunar a veinte niños de La Teja todas las mañanas?.
De esa forma, desde abajo, el lenguaje se ampliaba, se aprendía a pensar críticamente, la visión del mundo se hacía global y compleja y la conciencia se desalienaba lo suficiente para indignarse, perder la paciencia e intentar la rebelión.
Pese a la persistencia del bombardeo alienante que sufrían, los trabajadores siempre terminaron rebelándose, en 1900 y en los ´60, en la Huelga General del ’73 y en el ’83 de la movilización contra la dictadura.
La clase dominante pretendía seguir dominando eternamente, pero los dominados no cesaban de intentar emanciparse, de romper cadenas, todas ellas, las visibles y las invisibles.
Esa es la historia de la lucha de clases.
Los vientos del pragmatismo destrozaron el ideologizado tejido social de antaño.
El asistencialismo que predomina no contribuye al desarrollo y ampliación de la conciencia sino que, por el contrario, ayuda a su adormecimiento.
Han hecho desaparecer el entramado familiar, laboral, social y político que se oponía a la alienación cultural y contrarrestaba la acción alienante de la cultura dominante.
Al mismo tiempo se desmonetizó el valor de dedicar la vida a la lucha social, los revolucionarios han sido seducidos por el poder, cayeron derrotados por el “socialismo”, el amiguismo, el clientelismo y el “acomodo”, adoptaron la cultura política que cuya exclusividad se adjudicaba a la derecha.
Hoy vale todo, el dicho ya no coincide con la obra, reinan la hipocresía y el doble discurso, una casta burocrática sustituyó a la militancia dando como resultado la desaparición forzosa de los referentes éticos y morales a nivel de base.
El pueblo organizado ha perdido sus enormes posibilidades de desarrollo intelectual, de superar el recorte del lenguaje, los valores y conceptos, de adoptar una filosofía de vida independiente de los dueños de todo.
En la coyuntura actual cabe agregar que el pesito más en el bolsillo genera un estado de ánimo proclive a creer fervorosamente en los caudillos partidarios, una fe religiosa que se extiende al sistema en general, legitimándolo.
Los pesitos se escapan entre los dedos, pero alcanzar para unos arreglitos en la casa, algunos electrodomésticos de segunda, la moto a crédito y un consumo un poquito mayor, y con ese falso “bienestar”, una mejoría evidente con relación al 2002, se crea el clima subjetivo reacio a cuestionar y a exigir que se cumplan las promesas electorales.
Sin haber resuelto ninguno de los problemas sociales de fondo y gracias a esos pesos provenientes del boom internacional de los alimentos, los gobernantes obtienen gratuitamente el consentimiento a su discurso de resignarse, de desesperar del socialismo, porque es imposible de alcanzar, de no luchar, no poner palos en rueda de los grandes inversores extranjeros, no rebelarse porque es inútil, aceptar pacíficamente el estado de cosas, aceptar la impunidad y los privilegios de los criminales del terrorismo de Estado y... ¡todavía, hacerlo con alegría!.
Se dejó de indicar el camino, para terminar colectivamente con la vida miserable de la pobreza, el de los cambios de fondo.
Como contrapartida de su función de freno a la bronca social, el Uruguay Progresista deja abierto un hueco de ideas, tan grande es el hueco que parece minería a cielo abierto.
La ñata contra el vidrio, el pobrerío mira el despilfarro del país de primera, ese del sur de Avenida Italia y rellena el vacío de pensamiento crítico a fuerza de esquina, cumbia villera y reggaetón, de telenovelas, Tinelli y spots publicitarios, cayendo en las redes de la cultura dominante.
Una de las respuestas de bronca social es salir de caño a robar un banco o un Abitab, darle a un taxi o un ómnibus, arrebatar una cartera,
En definitiva otra forma de desesperación social y resignación política, de aceptar que el mundo es injusto y que no hay otra manera de salir del pozo que jugándose la personal en una rapiña desesperada.
Son los valores y la filosofía que favorecen el desarrollo del capitalismo y alejan a los individuos del horizonte de una sociedad socialista.
El Instituto de Estadísticas fija la frontera de la pobreza en 7.123, 84 pesos para Montevideo y 4.818,94 pesos para el resto del país.
La “línea” se fija en base a relaciones entre el ingreso y el consumo de las personas.
Supuestamente dejan de ser pobres las personas cuyos ingresos y consumo atraviesan la frontera hacia arriba.
Es ridículo definir la pobreza solamente con criterios monetarios.
Ella es, sobre todo, la reducción deliberada de la capacidad intelectual de las personas, la imposición de un modo de vida regido por concepciones que pertenecen a la clase social que las oprime, haber sido marginados de la inteligencia, la conciencia social y el conocimiento humano, las condiciones imprescindibles para emanciparse a sí mismos y a la sociedad toda.
Desde presidencia piden que se les transmitan valores para que no roben y no se arriesguen a pasar años en cárceles que violan los derechos humanos.
¿Es en serio que Mujica plantea que el millón de pobres respeten la propiedad privada?...
¿de qué propiedad privada hablarían?,
¿de la riqueza ajena a la que nunca accederán?.
Vamos a dejarnos de bobadas, antes, cuarenta años atrás, cuando éramos jóvenes y revolucionarios, los socialmente más jodidos, en los cantes y en las cárceles, se miraban en el espejo de las vidas ejemplares y, por lo menos, intuían otras perspectivas.
Hoy se les ha privado del paradigma, del mensaje de rebelión revolucionaria, de las mujeres y hombres convencidos de luchar hasta el fin por cambiar el injusto orden social.
A no quejarse de la cosecha de las tormentas que ayudaste a sembrar.
Son ineludibles las responsabilidades individuales en el desarme ideológico de la sociedad, la rendición incondicional comenzó por rendiciones individuales.
Durante generaciones, los dueños del capital han dado origen a un estamento de asalariados sin garantías estatales, sindicales y políticas y, para que no luchen por su liberación, los han privado de los instrumentos intelectuales para luchar organizados por su propia liberación.
Aunque todavía no lo saben, son los nuevos sepultureros del capitalismo, decía Raúl Sendic en 1985.
Son las mismas masas proletarias que conmueven los informativos con sus rebeliones en el norte de África, sus campamentos indignados en Barcelona y Madrid, los 300.000 israelíes que salieron a la calle (¡por fin!) o la irrupción violenta de los ingleses de origen inmigrante, racial y socialmente discriminados.
El capitalismo está desanudando la venda que cegaba a sus esclavos, porque fue la lucha feroz entre los grandes capitalistas la que provocó el estallido financiero del 2008 y alimenta la crisis económica que se desarrolla actualmente, esa lucha los fuerza a recortar el ingreso de los asalariados del mundo entero y es el combustible que incendia la pradera.
Muchedumbres inactivas durante décadas, que se dejaron explotar pacíficamente, sin protestar siquiera, pero que hoy dicen basta y se echan a andar.
El mundo capitalista parece estar viviendo sus “jacqueries”, levantamientos masivos semejantes a aquellos de los campesinos europeos del siglo XVIII, que agrietaron el mundo feudal y prepararon la revolución francesa.
Los levantamientos actuales ya no ocurren en un solo país, la explosión social que el capitalismo no puede contener abarca el mundo entero. Globalizaron el capitalismo, globalizaron el salario y ahora globalizan la rebelión social, las “jacqueries” de las masas de asalariados empobrecidos del siglo XXI.
Creo que todos saben que crisis, recorte del pesito más y lucha social llegarán al Uruguay como a toda América La Pobre.
Tal vez por eso los megaoperativos hacen pensar en megarrepresión a los trabajadores empobrecidos y las “misiones de paz” en Haití y el Congo permiten pensar en “misiones de paz” en los asentamientos irregulares.
Un país de primera, puro verso.
[publicado en el periódico Barrikada]
TAMBERO - post@ nº 611 - 2011-08-25
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ÁFRICA:
REVIRTIENDO LA REVOLUCIÓN ANTICOLONIAL DE LOS 60'S
El imperialismo, ante su exitoso desmantelamiento de la Unión Soviética, la conquista para sus mercados de Europa Oriental, la partición de Checoslovaquia ,la eliminación de Alemania Oriental y el desmembramiento de Yugoeslavia, se lanzó sobre el Medio Oriente y el continente africano :
Somalia ha sido partida en dos como respuesta a la expulsión de su títere Siad Barré del gobierno; a Etiopía le extirparon el estado de Eritrea; Charles Taylor de Sierra Leona se encuentra ante la Corte Mundial por atreverse a deponer a otro forro del imperio, el presidente de Liberia Samuel Doe; en Zimbabwe a Mugabe le impusieron sanciones económicas y un cogobierno con un forro del imperialismo; en el Congo a Laurent Kabila le costó la vida deponer a otro forro del imperialismo, Joseph Mobutu, y hoy el hijo de Kabila gobierna con mas armonía con el imperialismo yanqui, aún así, enfrenta grupos de Hutus de Ruanda y Uganda armados por el imperialismo.
En Costa de Marfil las tropas francesas con apoyo de las Naciones Unidas y la Corte Mundial expulsaron del poder a Laurent Gbagbo para poner a un forro del imperio, Alassan Outtara; Sudán ha sido partido en dos, sin que esto signifique el fin de los intentos desestabilizadores del imperialismo; aún enfrenta otros conflictos por territorio y una citación ante la corte Mundial.
Las llamadas "revoluciones" de Túnez y Egipto han regenerado la dominación imperialista, fortaleciendo su capacidad de maniobra.
En Libia el imperialismo estableció su alternativa de recambio y logró que diversos sectores se el unieran en su llamado apoyo a los rebeldes, incluidos muchos de la izquierda seudo marxista.
Es cierto que en la mayoría de estos lugares existían dictadores que llevaban largo tiempo en el poder, sin embargo nadie menciona cuantos años llevan en el poder la reina de Inglaterra, los reyes de España o los de Arabia Saudita , Bahréin, Kuwait y otros muchos, este argumento no tiene tracción en la prensa imperialista o "revolucionaria".
En Libia la cuestión aún no está definida pero sería ingenuo pensar que el resultado final no será otro que la imposición de los forros del imperio en el poder.
Es aquí donde corresponde volver a denunciar a las organizaciones seudo-trotskistas que conforman en Argentina por ej., el FIT, PO, PSTU e IS, las que llamaron abiertamente al apoyo de los cipayos del imperialismo y su Consejo Nacional Transitorio; llamaron también a su armamento, aunque de lejos, desde luego.
Quizás esperan ser invitados por Hillary Clinton para participar de su seguro viaje a Libia para celebrar "el triunfo de la revolución", por su obsecuencia.
Si este es el tipo de revolución que propone esta izquierda, abre ojo baisano.
El PO se quejaba ,incluso, de que la OTAN no le daba suficiente apoyo a los rebeldes y de que solo bombardeaba día por medio; de que la OTAN negociaba con Gadafy para continuar con su régimen y sandeces de ese tipo.
Aquí se pone en evidencia, una vez mas, la falacia de los judíos del PO:
Hoy ,ante la evidencia de la inminente victoria imperialista, el candidato a presidente del FIT, Jorge Altamira, sale a denunciar "La ocupación de Libia por parte de las fuerzas de la OTAN (y)...el recambio de un régimen pro-imperialista por otro compuesto por títeres del imperialismo".
No puede haber mayor falacia, en todo momento bregaron para lograr este resultado y ahora quieren lavarse las manos.
Esta posición demuestra, en primer lugar, la falacia del judío seudo-marxista, también demuestra su lógica retorcida que concuerda con el nacionalista en su creencia de que pueden usar al imperialismo para sus propios fines; es que todo nacionalista se cree mas pícaro que su vecino nacionalista.
Es la práctica del científico chiflado que repite la misma fórmula esperando un resultado diferente; esta posición es consecuente con sus anuncios de "retiradas de Irak y Afganistán que, al no concretarse, quieren hacer olvidar con sus slogans de "Fuera el imperialismo de..." donde sea.
A propósito, el gobierno títere de Irak acaba de "pedirle" al imperio que continúe la ocupación después de la "retirada final".
Ahora Altamira descubre que "La acción de la OTAN es una amenaza a la independencia nacional de todos los pueblos y naciones".
¡ Vaya descubrimiento!.
¿Puede haber mayor falacia?.
Aunque hay que decir que Izquierda Socialista era el mas jingoísta de los tres.
Siria es la próxima estación del imperialismo, la mayoría de las medidas tomadas contra Libia ya se aplican contra Siria:
Congelamiento de sus cuentas bancarias ,declaración de "ilegitimidad" de su gobierno, tanteo por parte de los embajadores imperialistas para consolidar el frente interno, imposición de sanciones varias en las Naciones Unidas como primer paso a un llamado de cambio de régimen; aquí también cuentan con el apoyo de la izquierda seudo-trotskista y la prensa progresista de Democracy Now, Radio Pacifica y la red Al Jazeera.
La diferencia en Siria reside en el hecho de que Siria está demasiado cerca de Irak e Irán, por eso los forros del imperio se cuidan de asomar la cabeza.
Los seudo-trotskistas no solo no entienden los planteos de Trotsky, tampoco entienden que en el Medio Oriente y el Norte de África no hay organizaciones revolucionarias del proletariado pero, bueno...tampoco las hay en Argentina.
La reversión de las revoluciones anticoloniales en África sigue a la reversión de los logros que obtuvimos la clase obrera en los 60's y 70's por la cobardía de una manga de tuertos guiados por ciegos.
GATI -
post@ nº 611 - 2011-08-25
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CHILE
PROPUESTA ANÁLISIS DE COYUNTURA
Se acercan dos años de gobierno de la derecha chilena y el panorama es evidente.
El estado de crisis, incubado durante años manifestado en el malestar cautivo de la gran mayoría de la población, explota como la necesaria revancha histórica en contra de quienes perpetraron el actual estado de cosas, expresándose en la más baja aprobación del gobierno desde la inauguración de la industria de las encuestas, rechazo que se ve agudizado por casos de corrupción (Kodama, Van Rysselberghe) y el contubernio económico obsceno de la elite política derechista (que repercutió en la salida de los ministros Lavin y Echeverría).
La alta conflictividad social derivada de un modelo que no tiene márgenes de maniobra y el recambio de formulas gubernativas, son muestra del fracaso de la nueva forma de gobernar en todas sus facetas, primero de la faz tecnocrática (“gobierno de los mejores”) en cuya última etapa la derecha económica impulsó una ofensiva contra el campo social sobre aspectos que no habían podido implementar durante la concertación.
Dicho orientación fracasó producto de las amplias manifestaciones populares que condicionaron el estreno de la segunda faz denominada “política” y que se expresa en el último cambio de gabinete (con Longueira y su verborrea fascistoide-corporativista a la cabeza), buscando dotar de gobernabilidad política sobre la base de la reinauguración del consenso político y la apertura a debate en torno a concesiones políticas y sociales.
La Concertación, carente de propuestas programáticas claras y de proyecto político, se enfrenta a su peor crisis de legitimidad que bien podría ser terminal si no es por la posibilidad cierta de ganar la próxima elección presidencial.
Lo anterior, sumado a la ausencia de canales de expresión política de la base social, la estreches del marco institucional y las consecuencias insospechada de una escalda del conflicto, han empujado a este sector a treparse de la movilización social y buscar una salida negociada al interior del bloque en el poder, que evite el arribo de un escenario de mayor inestabilidad política.
De esta forma el entramado táctico concertacionista funciona a dos bandas, por una parte buscan recuperar su base de sustentación política aprovechando la movilización de amplios sectores sociales.
Entre estas acciones se encuentra la instalación del “plebiscito” (con propuesta de reforma constitucional incluida) para destrabar el conflicto educacional por parte del el Partido Socialista y el Partido Por la Democracia.
La instalación de esta salida institucional tendría por objetivo táctico arrinconar mediáticamente a la derecha y asimilar electoralmente a la gran masa no inscrita ampliando la base electoral de cara a las elecciones municipales y presidenciales, ahora en función de un proyecto “renovado y con mayor sintonía social”, todo ello a sabiendas que constituyen la única alternativa viable electoralmente en el escenario binominal.
En la perspectiva estratégica la instalación de la salida plebiscitaria refrescaría el vetusto padrón electoral (en la misma línea la derecha con el reimpulso de la inscripción automática y el voto voluntario), fortaleciendo y ampliando eventualmente la base de adhesión político-institucional del modelo de representación. Pero eso no es todo.
El discurso plebiscitario encierra el carácter de “mecanismo de descompresión del conflicto social” - ante la emergencia de reformas políticas estructurales (sistema electoral y de partidos) – y asimismo el carácter de “constrictor del movimiento social”, canalizando institucionalmente sus fuerzas a la función “ciudadanista”, alejando con ello todo peligro de irrupción de una alternativa política desde el mundo social.
Siendo estas las únicas lecturas posibles que podrían imponerse en el ámbito de la discusión legislativa, la propuesta plebiscitaria resulta sumamente limitada tomando en cuenta que se requiere la venia de la derecha para su aprobación.
No obstante lo anterior, sostenemos que de instalarse esta alternativa en el mundo social resultaría necesario hacer claridad en la trampa subyacente y circunscribir dicho instrumento a aspectos estructurales y políticos del modelo que permitan tensar la interna del bloque en el poder y neutralizarlo.
La otra arista del entramado táctico concertacionista consiste en generar un “nuevo pacto institucional” gestado desde el interior de la clase política, impulsando el debate en torno a generar reformas políticas sustanciales (no económicas) que permitan terminar con los blindajes dictatoriales de la constitución del 80, tal como lo ha reclamado Ricardo Lagos (“terminar con el empate”) y manifestado la Democracia Cristiana en el documento “Más y Mejor Democracia Para Todos”[i], propuestas que giran en torno a un acuerdo político por arriba, que evite un mayor nivel de desestabilidad social y sus insospechadas consecuencias..
La izquierda “reformista”, es decir el Partido Comunista, en medio de posiciones tibias respecto a su rol primero en el Congreso (donde han hecho gala de mediocridad) y segundo en el movimiento popular, está preocupada de recuperar su rol de intermediación política del conflicto social (en lo estudiantil a través de sus dirigencias en la CONFECH y el Colegio de Profesores, en lo sindical a través del contubernio con el PS en la CUT ), postergando la instalación de demandas con alto contenido estratégico como lo es la nacionalización del cobre en función de la salida política al conflicto (por arriba), desplegando de esta forma credenciales que den merito suficiente para reeditar pactos electorales que ya ha comenzado a implementarse vía el acuerdo entre PC - MAS - Concertación para generar una sola lista de candidatos a alcalde.
Aparentemente el PC da muestras de habilidad política jugando a dos bandas con un discurso a nivel social y para la izquierda y por otra a nivel político institucional hacia la derecha, sin embargo resulta necesario reconocer que su apuesta siempre ha sido institucional y si en ocasiones ha primado la primera lo es por la oposición férrea a la cooptación político institucional del movimiento dada a nivel estudiantil por la amplia mayoría en la CONFECH, que plantea que la salida al conflicto debe desarrollarse directamente en el plano social.
Lo anterior le ha valido la pérdida de credibilidad por parte del bloque en el poder como interlocutor político del mundo social, asimismo a la interna se ven agudizadas sus contradicciones, quedando con un margen de maniobra reducido para actuar uniformemente sobre el campo social. II Desde el punto de vista de la factibilidad política de generar reformas sustanciales es necesario reconocer que la derecha chilena está dispuesta a llegar al 1% de aprobación del gobierno con tal de evitar que se produzcan reformas sustanciales que pongan en peligro la obra de la dictadura.
Sin embargo no hay que perder de vista que los intereses de la monopolios transnaciones de origen nacional están profundamente imbricados con el del capital monopólico extranjero y que la política interna se encuentra particularmente cohesionada a los intereses geopolíticos y económicos del imperialismo norteamericano, que ante el fantasma de que se desaten “nuevas aventuras populistas” en la región y en el marco de una aguda crisis de hegemonía, es capaz de patrocinar ciertas reformas institucionales que favorezcan la perspectiva del empate, en el sentido de acceder a concesiones políticas a cambio de mantener sus privilegios económicos en la gran minería del cobre, en el ámbito energético y financiero.
En este sentido el cambio en el centro de gravedad de la concertación hacia posiciones proclives a reformas sustanciales y la leve apertura del gobierno a generar un marco de debate, si bien se encuentra determinado por la amplia movilización de masas, resulta muy probable que se encuentren influenciadas por los intereses del imperialismo norteamericano en nuestro país como ya señalabamos. III La masividad de las reivindicaciones populares y su profundidad en las propuestas no son un hecho del azar.
Son parte de un proceso de lucha que durante la última década se impulsaron desde las bases del movimiento popular, con algunas expresiones políticas restringidas (tanto de la izquierda reformista como revolucionaria) y que tiene como característica primordial una crítica al actual modelo económico, social y político.[ii]
El descrédito de la política tiene al Bloque en el Poder en una encrucijada.
Están preocupados por el cuestionamiento de sus privilegios, pero más aún por no tener una salida de bajo costo ante ascenso y radicalidad de las demandas populares.
Porque más allá de las demandas sectoriales, las organizaciones sociales fueron capaces de instalar temas centrales y transversales, entre ellos la renacionalización del cobre, algunos esbozos de cambios en política tributaria, una nueva constitución política, revolución en la educación y a contra mano cambios al sistema electoral, etc..
Como señalábamos, en la oposición institucional raudamente han tratado de levantar una serie de reformas políticas que pasan por cambios constitucionales, para revertir el serio clima de agitación social, que bien podría prolongarse hasta el próximo gobierno, donde ellos se dan por ganadores una vez que aterrice en Chile la figura de Michelle Bachelet.
Pero en grandes sectores del pueblo ni la centro derecha, ni la mal denominada “social democracia” criolla, ni la izquierda reformista, o los experimentos liberales como el de MEO, son la luz al final del túnel.
Ante este escenario hay tres alternativas, seguir confiando en el mal menor, la desidia absoluta o buscar nuevos cauces políticos.
Entonces ¿Qué pasa con la izquierda de intención revolucionaria?...
No pasa nada, dicho de otra forma, hace bastante tiempo que pasa muy poco, porque hay que ser sinceros, al margen de cualquier trabajo honesto y esforzado, de una mayor inserción en el último tiempo, este sector no solo sigue siendo fragmentario y minoritario en el espectro político, sino que lo peor, HOY día no es decisivo y aunque en ciertos sectores tenga capacidad de contención no es vanguardia de cambios y hay que considerar que muchos llevan más de 20 años trabajando en una alternativa para el pueblo chileno.
Creemos que hoy se hace necesario dar un salto audaz en el desarrollo de nuestras fuerzas y en la incidencia programática al interior del campo social que permita constituir una articulación, fundamentalmente desde lo programático y en función de objetivos concretos, signados en el actual momento por la necesidad de avanzar en reformas políticas económicas y sociales sustanciales para nuestro pueblo. IV A nuestro juicio, tomando en cuenta los antes tratado, resulta necesaria y están las condiciones objetivas para una serie de reformas sustanciales que permitan ampliar el campo de acción para el desarrollo de un proceso revolucionario mayor.
Para quienes puedan tener dudas no estamos hablando de la tesis etapista surgida en la III internacional respecto del proceso de reformas democráticas, sólo planteamos que en el desarrollo del proceso de acumulación de fuerzas revolucionaria en el marco de nuestra definición estratégica, hoy día el movimiento popular y sus organizaciones políticas revolucionarias tienen una oportunidad histórica de alcanzar conquistas tácticas que permita el avance en la disputa ideológica al bloque en el poder, fortalecer las posiciones ganadas al enemigo y generar nuevas cabezas de playa.
Consideramos de esta forma, que la construcción de programas sectoriales debe hacerse carne en un proceso de corto-mediano plazo (por ejemplo en el plano sindical, educacional), en que soberanamente seamos capaces de formular, desde la base social, aspectos de reforma social y política, técnicamente sustentadas, que sean expresión de la articulación intersectorial del pueblo movilizado.
Estos procesos deben ser ampliamente participativos y permitir asimilar los aportes de intelectuales dispuestos a subordinarse a las definiciones generales del campo popular.
Lo anterior permite ir resolviendo el problema de la unidad REAL de la izquierda de intención revolucionaria en función de aspectos programáticos centrales e impostergables, que permitirá constituir un programa intersectorial, el programa del pueblo, base de la construcción de un movimiento popular clasista y sustento para iniciar una nueva etapa caracterizada por una actitud ofensiva.
En segundo lugar, decíamos que la amplia movilización social de masas y la radicalidad de las demandas han sido determinantes en la alteración del centro de gravedad de la concertación hacia posiciones proclives a reformas sustanciales a lo que se suma la apertura del gobierno a generar un marco de debate obviamente restringido a la elite política, y que no obstante ello las posibilidades de apertura están influenciadas por los intereses del capital monopólico transnacional y del imperialismo norteamericano en nuestro país.
Creemos que resulta necesario tensar desde el movimiento de masas el avance en reformas institucionales y económicas, considerando imprescindible incorporar al factor de ingobernabilidad política la necesaria ingobernabilidad económica, fijando como blancos de la movilización de masas los intereses del capital monopólico transnacional y del imperialismo norteamericano, ello no solo garantizará que las reformas arrancadas sean expresión genuina de las aspiraciones del movimiento social y no producto de concesiones calculadas del bloque dominante, sino que además plantea que dichas reformas son expresión de una conquista política del campo popular clasista en avance histórico y por tanto absolutamente capitalizables.
Finalmente, como señalábamos en documentos previos, la tarea táctica para la izquierda de intención revolucionaria y las organizaciones sociales clasistas, resulta evidente:
Romper con el Pacto Social neoliberal, tensando reformas democráticas y económicas que machaquen los blindajes institucionales del modelo político y de acumulación neoliberal, sin embargo para avanzar en ello resulta pertinente desarrollar las condiciones objetivas para avanzar en el proyecto soberano y popular de liberación.
Solo los avances programáticos, políticos y de consciencia y una política independiente de la clase trabajadora y el movimiento popular en el ámbito de reformas pueden ser el fermento de una política de masas con vocación de mayoría que permita profundizar el proceso de acumulación de fuerzas y constituirnos en un bloque antagónico de clase y político que, en definitiva, consolide los avances y generen las condiciones para la apertura de un nuevo escenario en la lucha de clases en Chile.
Arriba los y las que Luchan Venceremos
[i]http://static.latercera.com/20110808/1327356.pdf
[ii] Con la tranquilidad y mesura con que se debe analizar la coyuntura, es mejor pensar y analizar el “momento político” que vive el país, es tarea en el corto plazo desarrollar un análisis de las clases sociales, materia que en todo caso es harina de otro costal.
SAM - post@ nº 611 - 2011-08-25
postaporteñ@ con Corazón Artiguista y Suramericano en el Río de la Plata,
Uruguay – Argentina
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