jueves, 6 de marzo de 2014

1125* Lo peor para un rrope es la correa extensible: le hace creer lo que no es, un bicho libre

Número 1125 | marzo 4 de 2014 | Año IX

Venezuela:
Vengo a preguntar, Presidente Maduro

por Andrés Figueroa Cornejo

 02 de Marzo de 2014- kaos en la red

¿Cuánto tiempo un gobierno de objetivos socialistas y revolucionarios puede convivir con la burguesía y el imperialismo sin que ello les dé más oxígeno para sus planes golpistas?

“…y lo he dicho en Chile, que nosotros –que no queremos la violencia- a la contrarrevolución y a la violencia reaccionaria responderemos utilizando primero la ley, después utilizaremos la violencia revolucionaria”

Salvador Allende, La Habana, 1972

1. Cuando no ocurría nada bueno para los pueblos de América Latina y la izquierda anticapitalista mordía el polvo de la implosión de la Unión Soviética –a la que hacía tiempo criticaba con dureza por motivos fundados y conocidos, aunque calladamente no esperaba ni deseaba que desapareciera- ocurrió el Primero de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la figura de Marcos. La fecha escogida para el levantamiento en una de las zonas más abandonadas y empobrecidas de México tenía un doble sentido: el de la oportunidad  para protestar político-militarmente ante la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ese mismo día del año, y el simbolismo empático con el Primero de enero que calendariza el triunfo de la Revolución Cubana.

La irrupción zapatista de impronta indígena, si bien fracasó en su objetivo inmediato (gatillar la masificación de la insubordinación popular contra el mal gobierno y el imperialismo), definitivamente sí insufló nuevos bríos, dignificación, renovado sentido y reposición de la lucha de los pueblos indígenas en todo el continente.
 Es decir, la insurrección zapatista ofreció luz y moral de combate al sujeto indígena mucho más allá de México. Un ejemplo que hoy, entre otras causas históricas, también explica la resignificación social de los pueblos preexistentes de América Latina, su radicalización y organización política protagónica en amplios territorios.

Tuvieron que pasar 8 años hasta el fallido golpe de Estado 
en Venezuela contra el gobierno y el Presidente Hugo Chávez cometido por sus medidas pro-populares sintetizadas en 49 leyes, entre las cuales la más progresiva fue la Ley de Tierras o de reforma agraria. La intentona golpista del empresariado embravecido por los intereses norteamericanos, redundó en la intensificación del discurso y la acción antiimperialista del gobierno, la nueva Doctrina Militar Bolivariana o Plan Sucre, 

(http://www.edugn.mil.ve/documentaciones/pedfanb.pdf), la creación de TeleSur el 2005, la nacionalización del petróleo en 2007 (cuyo proyecto original era que el Estado fuera propietario del 51% y el resto estuviera compuesto por accionistas minoritarios) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) con el fin de estab lecer un tratado comercial y político regional, simétrico, ético y justo, distinto a las fábricas de la deuda de las entidades de las economías centrales hegemonizadas por EE.UU.  Junto a lo anterior se encuentran los amplios programas sociales sanitarios, laborales, educacionales, de vivienda, llamados Misiones y basados en una política inédita en Venezuela de redistribución social más democrática de la renta petrolera y que incluso beneficia a personas de otras latitudes, sobre todo en materia de salud e independientemente de sus posiciones políticas. Asimismo, se aumentaron sustantivamente los porcentajes del PIB destinados a inversión y derechos sociales.

2. El socialismo es un proceso fruto de otro proceso que consiste en crear las condiciones suficientes y necesarias para la imposición de la hegemonía de la clase trabajadora y los pueblos. 
En América Latina el socialismo revolucionario ha debido superar su origen eurocéntrico para que sea útil como arma teórico-crítica de la realidad en una región dependiente, junto a los oprimidos de África, Asia y Oriente Medio.
Sólo como ejemplo, sin la comprensión y potenciación del co-protagonismo indígena y del cristianismo insurrecto -absolutamente cruzados por la lucha de clases-, no habría devenir emancipatorio ni su posibilidad.   

Sin embargo, en Latinoamérica se sostienen -porque sus combates existen y no han sido resueltos objetivamente-, las contradicciones esenciales entre independencia / dependencia de los centros del capitalismo planetario; sociedad comunista / modo de producción capitalista en su fase liberal y de dominio articulador del momento financiero en la totalidad de su reproducción.
En el circuito impuesto por la división capitalista internacional del trabajo, la lucha libertaria y liberadora bajo la dirección de los intereses de las grandes mayorías oprimidas que pueblan las economías dependientes es, al mismo tiempo y como un solo momento, antiimperialista y anticapitalista.
Desde su incorporación por la fuerza al propio movimiento del capital -cuando la burguesía se volvió hegemonía mercantil en la Europa de los siglos XV y XVI- que América Latina y el Caribe es periferia, trabajo esclavo, trabajo semi-esclavo, trabajo asalariado barato, saqueo histórico, botín, retaguardia y humanidad experimental, carne de cañón y denso tráfico migrante, capital originario incesante y expoliación sangrienta para beneficio de las economías centrales del planeta.
En Latinoamérica, como en todos los paisajes dependientes, no existe ni ha existido una ‘burguesía nacional, patriótica y revolucionaria’.
 Sólo han existido proyectos políticos que desean e imaginan una burguesía nacional independiente de los capitalismos mandantes. 
El análisis crítico y trágicamente profuso en casos señala que cuando los intereses de los trabajadores y oprimidos organizados establecen alianzas con las supuestas burguesías nacionales industriales, sólo triunfa el capitalismo. Las burguesías nacionales ‘puras’ o más bien, las oligarquías latinoamericanas, nacieron y continúan siendo rentistas: apenas una extensión formal de los intereses del imperialismo especialmente norteamericano.

Y las burguesías nativas más ofensivas son vagón de cola en la cadena vertical que arranca en los polos capitalistas que antes y ahora organizan el orden de las relaciones geoeconómicas, políticas, militares y sociales. Al respecto, vale recordar que el capital no tiene más patria que sus intereses, acumulación, concentración y ganancia. Al igual, por tanto, que el pueblo trabajador.

¿Por qué también el pueblo trabajador y demás clases avasalladas? Porque el capitalismo, hoy más que nunca, es totalidad sistémica. En consecuencia, el concepto de patria es un fetiche funcional para la minoría que manda todavía, y alienación para la inmensa mayoría aún mandada.    
    
3. Las revoluciones triunfantes en los países dependientes con miras a la construcción del socialismo revolucionario no sólo han conquistado el Estado burgués para destruirlo y reformularlo radicalmente, sino que, como antesala necesaria, han expropiado a la burguesía y a los intereses imperialistas, política y militarmente. No por ello los burgueses expropiados y el imperialismo se han echado a dormir la siesta. Sus intereses y movimiento objetivo les imponen recuperar todo el poder con superior violencia y programas liberales aun más profundos.
En las revoluciones triunfantes de los países dependientes la lucha de clases a escala mundial se intensifica. Por eso la internacionalización de la revolución se torna un imperativo de sobrevivencia política y económica en el contexto mundial de la guerra social. Los tiempos de la disolución más rápida posible del propio Estado revolucionario, hasta el más hondamente democrático, participativo y socializado, depende de la liberación popular en muchos territorios. 

4. Venezuela no es el socialismo realizado. Es promesa de socialismo bajo determinadas condiciones. La última arremetida golpista iniciada el 12 de febrero de 2014 y todavía en curso no tiene ninguna razón para cesar hasta no intentar, a cualquier costo y empleando todos los medios, cumplir su objetivo restauracionista. Que no sea la táctica privilegiada hoy por el imperialismo es sólo eso: táctica. Tal vez el Pentágono preferiría ganar en las urnas, que tiene ‘mejor ver’, o provocar una situación de ingobernabilidad que impusiera al Ejecutivo la convocatoria a un plebiscito, como el que Salvador Allende en Chile no alcanzó a anunciar el 11 de septiembre de 1973.
La burguesía y el imperialismo quieren terminar con el gobierno de Nicolás Maduro y con el desenvolvimiento, conciencia y armadura del pueblo organizado para hacerse, como antes, de todo el petróleo y exterminar precautoriamente cualquier ‘aventura’ que cuestione seriamente su dominio y se transforme en paradigma para la región y el globo.
Ninguna revolución del mundo, ya ni siquiera importando su contenido de clase, ha sido concretada por la mayoría cuantitativa de una población, sino por su mayoría crítica o aquella fracción de pueblo con la autoridad, politización y comprensión de su misión histórica suficientes como para contener en sí misma los nudos de la emancipación humana. Liberado el esclavo, desaparece el amo. Aunque a los esclavos domésticos les tome más tiempo traspasar el miedo a la libertad.

5. Presidente Maduro, ¿cuánto tiempo un gobierno realmente de objetivos socialistas y revolucionarios puede convivir con los enemigos del pueblo, es decir, con la burguesía y el imperialismo sin que ello signifique en la práctica ofrecerles más oxígeno para hacer y rehacer sus planes?

¿El derrotero duro para llegar a una sociedad libre e igualitaria, sin explotados ni explotadores, debe estar estratégicamente sujeto a las normas de la democracia burguesa cuyos límites son precisamente la sociedad dividida en clases, los intereses del capital y el trabajo asalariado?

¿Ante una ofensiva reaccionaria lo más adecuado es llamar al diálogo con los que jamás han querido dialogar, salvo cuando ello significa imponer garantías para sus intereses antipopulares?  


Presidente, ¿es posible la paz duradera en una sociedad de clases de intereses antagónicamente irreconciliables?

@PostaPortenia
- postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04



Cincuenta años no es nada,

¿ otra vez Bandung?

Los nuevos gobiernos llamados de izquierda en América Latina


(Hola Posta: Este trabajo fue escrito en 2007 en ocasión de un encuentro de militantes, no ha tenido mucha difusión y no está en Internet. En plena discusión sobre los hechos de Venezuela, creo que es necesario analizar este proceso histórico más en profundidad, y por lo tanto acerco esto escrito unos meses después de la visita de Chávez a Uruguay en 2007, oportunidad en que se produjo acá un fuerte cuestionamiento por parte de la derecha incluyendo el FA. Las ideas que manejo en la parte inicial son un resumen, por no decir plagio, de distintos textos de Samir Amín. Y en la parte final, por si no queda claro, me refiero a la posición de Trotsky sobre el "entrismo", y es en relación a las actitudes de distintos grupos de izquierda que ingresaron en el PSUV) FM


La aparición de gobiernos llamados de izquierda en los últimos años en América Latina es uno de los fenómenos más trascendentes del mundo actual. Sea cual sea la posición que tengamos sobre ellos, es por lo menos -y para citar a Tabaré (Rivero)- un "¡todavía no!" a la idea del fin de la historia y de que "dicen que el socialismo murió", una idea que campeaba sin problemas hasta no hace mucho. Sostendremos en este trabajo que dichos gobiernos, ninguno de ellos, tiene nada que ver con el socialismo ni con ninguna forma de "transición" a él, a no ser que desvirtuemos totalmente los conceptos. Sostendremos también que precisamente es solo a partir de una peligrosa desvirtuación de los conceptos que se puede estar hablando hoy en esos términos. Pero que sin embargo, y al mismo tiempo, la exi stencia de estos gobiernos (y recalcamos, de todos ellos) es una demostración fáctica de que las fuerzas históricas del socialismo que emerge en nuestra época son precisamente eso: el sujeto histórico de nuestra época y la fuerza motriz del proyecto socialista.

Bien decía Marx que de la misma forma que no podemos juzgar a una persona por lo que ella piense de sí misma, tampoco a una época. Por lo mismo, no importa demasiado la forma en que estos gobiernos se presenten a sí mismos. Para comprender el fenómeno debemos tomar algo más que palabras.
Sin embargo era lógico de esperar que luego de décadas sombrías de desesperanza y frustración, luego de soportar lo insoportable del discurso triunfalista de la burguesía mundial y de todos sus serviles voceros directos o simplemente permeados por ese discurso (políticos de derecha o izquierda, sindicalistas y activistas de los más variados movimientos, académicos e intelectuales, periodistas o seudoperiodistas, y toda esa tribu de irresponsables payadores que se llaman a sí mismos "cientistas sociales"), luego de ser bombardeados cada día por el discurso de "no hay alternativa" sin poder contestarlo, luego de todo eso, la gente sana de nuestros pueblos se haya entusiasmado con ese cambio de discurso, abrazado a la idea de que estos gobiernos representan una verdadera opción de cambio, y hayan puesto en ellos, siempre según los casos, esperanzas desmedidas


Es algo sano sin duda, en todos los casos. Como dijo con gran sencillez y verdad Stokely Carmichel "la gente lucha por sus esperanzas". Donde no haya esperanza no habrá nada. Pero aunque también las falsas esperanzas ayuden a vivir, no por eso debemos perder nuestro sentido crítico y terminar desvirtuando -como decíamos- los conceptos.

En todos los países de América Latina sin excepción (dejamos afuera completamente aquí el caso de Cuba que merece un análisis no menos realista pero totalmente independiente) rigen las tres características básicas de cualquier sociedad capitalista: vigencia y prevalencia total de la propiedad privada capitalista de los medios de producción, vigencia de la forma salarial de esclavitud del trabajo, y dominio político y social de un estado que conserva todas las características típicas del estado capitalista y en primer lugar la más importante, el monopolio de la fuerza frente a una población desarmada. Pero más aún

No solo rige en todos nuestros países el modo de producción capitalista, sino también los elementos principales de su forma neoliberal.
Todos tienen una "economía abierta" (subordinada) al capital transnacional, todos pagan de una forma u otra la deuda externa. No solo no hay ningún proceso (salvo experiencias marginales) de auto-organización productiva de los trabajadores y de apropiación social del excedente. Tampoco hay siquiera pseudo-socialismo, ninguna forma de economía estatal planificada, ni proyectos expropiatorios de envergadura, ¡ni siquiera! formas distributivas de tipo socialdemócrata o keynesiano fuera de los tímidos alcances que no pongan en peligro la explotación capitalista en su terrible formato actual. En ese contexto ¿qué sentido tiene hablar de socialismo, revolución, liberación, todo eso? Perecería ser que una inflación cultural se ha comido el valor de las palabras, y los nombres y categorías que ayer valían una fortuna hoy se entregan por moneditas.


Sin embargo no tiene mucha lógica la teoría de ver en casi todos estos gobiernos (o en algunos) nada más simples adecuaciones funcionales a la política imperial o productos de su "táctica" maquiavélica (¿Tan luego Bush a la altura intelectual de Macchiavello?). Aplicando esta teoría hay quienes ven a Tabaré a la derecha de Jorge Batlle. Los hay también que van cambiando las notas reprobatorias según los países y los momentos pero con un criterio bastante arbitrario. ¿Por qué ser durísimos con Evo y alabar hoy a Chávez, el mismo para el que ayer eran los palos?

Más popular es la idea de separar a estos gobiernos en dos nítidas categorías: los traidores y los héroes. El nuestro, por supuesto, queda del lado de los traidores. Sin embargo, vecinos y simultáneos, algo en común entre sí deben tener si son producto de una misma coyuntura histórica y de sociedades similares. La idea mencionada en sí es simple, y tiene los problemas de las ideas simples.

Tratemos de poner, compañeros, algo de orden en este relajo conceptual.
El nacionalismo burgués tercermundista.

Antes que ponernos a caracterizar en abstracto cada uno de estos fenómenos y andar adaptando la definición de “socialismo” al gusto del consumidor, nos parece mejor comenzar en forma analítica remitiéndonos a lo que más se parecen los mismos dentro de la historia conocida del capitalismo, y analizando luego la diferencia de circunstancias en que ahora ocurren.
En 1955 se reunió la Conferencia de Bandung (Indonesia) que nucleó representantes de distintos países del Tercer Mundo y otros, llamada “la primer internacional de color de la historia”. Se trató de un vasto movimiento de países asiáticos y africanos de distintos regímenes sociales.
Dentro de ellos, la República Popular China era una “estrella solitaria” pero que tenía por su propio peso una incidencia clave y representaba una opción de ruptura anticapitalista. Pero en el resto se manifestaba otra opción, la del nacionalismo burgués bonapartista (“sin burguesía”, aparentemente) que es la que le dio el tono al movimiento. Sus características fundamentales fueron.


-   La lucha por un mejor posicionamiento dentro del mundo capitalista frente a su centro, y no por su ruptura. Llamaremos a esto un antiimperialismo epidérmico.

-  El intento de industrialización y modernización de estos países pero en términos capitalistas, sin romper las relaciones sociales fundamentales y la propiedad privada capitalista de los medios de producción. A lo más que llegaron, parcialmente, es a la propiedad estatal de algunas áreas, pero gestionándolas con lógica capitalista.

-   El conflicto con las clases sociales poseedoras tradicionales, pero no su desplazamiento. Fueron regímenes redistributivos, pero no revolucionarios.

-   La movilización de las masas en forma vertical, como instrumento de apoyo a las estrategias organizadas por el estado, pero no la construcción de poder popular. Ciertamente hubo en algunas de estas experiencias una vertiente popular autónoma y en muchos casos fue un factor de impulso del proyecto, pero estuvo siempre en conflicto con el poder estatal que era quien efectivamente lo conducía.

-   La suposición de que la tecnología es un elemento neutro, que puede ser apropiado copiando las formas desarrolladas por los centros capitalistas (transferencia tecnológica) con independencia de las relaciones sociales que supone.

Si tratamos de medir algunas de las cosas que hicieron dentro del contexto de su tiempo, es claro que la nacionalización del Canal de Suez por el gobierno de Nasser, o la construcción de la gigantesca represa de Asuán en sociedad con la URSS, se trataron de golpes contra el imperialismo mucho más fuertes (aunque sin tantas palabras) que algunos de los que intentan los gobiernos latinoamericanos a que hacemos referencia. Recordemos que el régimen de Nasser fue producto de un golpe militar contra la monarquía oligárquica egipcia, y fue el gobierno de una casta burocrático-militar bonapartista de política nacionalista y populista. 
El régimen de Sukarno en Indonesia fue producto de un enorme movimiento popular nacionalista que llegó al poder luego de que los holandeses se retiraron al fin de la Segunda Guerra, apoyado en una burguesía nacional (por entonces y por allá todavía habí ;a), en un vasto campesinado y en los sectores medios, y tenía una ideología claramente populista...
Diez años después el movimiento agonizaba. 
Sukarno fue derrocado por un golpe militar auspiciado por la CIA que conllevó un millón de muertos por la represión contra el poderoso Partido Comunista Indonesio, semi-aliado del régimen. Los demás casos corrieron suerte menos dramática, pero similar. Las causas de esto tenemos que buscarlas en el agotamiento de su proyecto, que ocurre en función de las limitaciones que apuntamos más arriba.
 El “capitalismo sin burguesía” (en realidad con una burguesía parcialmente desplazada en el terreno político pero conservando su carácter de clase poseedora de los medios de producción y que tiene en sus manos la acumulación del capital a partir de la extracción de plusvalor) tiene las limitaciones propias del capitalismo en sí, en su variante de capitalismo periférico.

-   Es indiscutible que los proyectos populistas, nacionalistas, parciales “estados de bienestar” en el Tercer Mundo (en este último caso podemos incluir lograron metas temporarias de desarrollo que las variantes agro-exportadora tradicional o neoliberal en la periferia nunca pudieron.
Eso nos da una de las claves para entender el fenómeno. Las clases burguesas locales no están interesadas en dicho desarrollo autónomo, ya que su proyecto como clase está inscripto en un mecanismo ya instalado de explotación imperialista y extracción del excedente. Esto se ha acentuado en los últimos años con la actual estructura de la renta en el sistema mundial capitalista; la mitad del PBI norteamericano se invierte en el exterior, pero más de la mitad del capital de que dispone proviene del exterior, y la tasa de ganancia de las inversiones norteamericanas en el exterior (lo que sale) es el doble de la de las inversiones extranjeras en EEUU (lo que entra); en buen romance, las burguesías locales han dejado de ser clases autónomas e involucradas en los procesos económicos internos de nuestros países sino que soy ya clases totalmente extravertidas cuya única posibilidad de benefic io es como socios rentistas menores del capital imperialista.


No habrá entonces por acá un “capitalismo como la gente” si por él entendemos (tesis implícita en esa formulación ideológica) un orden capitalista bajo el comando de una burguesía liberal y que conlleve una acumulación interna de capital que retenga el excedente. Ambas cosas se excluyen entre sí. 
La burguesía no quiere retención del excedente. Cualquier retención del excedente se en contra de la burguesía. Esta es la clave de las luchas políticas en nuestro continente.

Pero al mismo tiempo estos procesos políticos bonapartistas (los de la época de Bandung y los actuales) no son procesos revolucionarios que rompan los elementos constitutivos fundamentales del orden capitalista: propiedad privada de los medios de producción, explotación salarial del trabajo, libertad para el capital, acumulación de la riqueza en forma de capital.

Es cierto que en algunos casos han hecho extorsiones exitosas parciales sobre algunas expresiones del capital, como es el caso de las concesiones que obtuvo de las petroleras el gobierno de Evo.

 Pero la lógica de acumulación donde se depositan estos éxitos sigue siendo la acumulación de capital, y conservando toda la dinámica propia de esa acumulación y de la explotación capitalista, lo que lleva a una mayor concentración de la riqueza.

Podemos ver que la gestión de estos gobiernos es permanentemente torpedeada por las burguesías locales, que parten del punto de vista del paradigma liberal. Esto se ha visto muy claramente en la reciente visita de Chávez a Uruguay. Todos los ataques de blancos y colorados, y también de Astori, se refieren a su carácter anti-liberal, no a un carácter anticapitalista que no tiene. Por el contrario no dejan de marcar (como una aparente contradicción o falencia) el carácter capitalista de la gestión del gobierno de Venezuela.

En realidad los que se contradicen son los Batlle o los Astori. No se les puede pedir a los gobiernos de Bolivia o Venezuela que lleven adelante un proyecto nacional de desarrollo de acuerdo con las burguesías de estos países, porque estas burguesías están en contra. La única forma de hacerlo es siendo “confrontativos” con ellas y con el imperialismo. Renunciar a esa confrontación es renunciar a cualquier proyecto de desarrollo autónomo, y eso lo tiene muy claro Astori porque es lo que hace.


Por el contrario, respecto de los sectores populares, la política de estos gobiernos guarda cierta relación ambivalente. El gobierno de Evo es por toda evidencia, resultado de luchas populares muy radicales, incluyendo levantamientos armados de movimientos de masas que han asimilado una de las tradiciones más ricas de nuestro continente en este terreno, en el terreno en que se hacen las revoluciones reales y no solamente los discursos de verborragia revolucionaria

Es también muy claro que este gobierno no es y no representa verdaderamente un movimiento de masas revolucionario sino su “suplemento”, el espacio faltante en el desarrollo de este movimiento de masas para desplegar su capacidad revolucionaria

El gobierno cubre el espacio faltante con una política populista, nacionalista, estatista, básicamente: con aquellas cosas que puede generar el capitalismo que quiere (más propiamente, que necesita) parecerse al socialismo al mismo tiempo que es su contrario. Y es su contrario porque la lógica de acumulación sigue siendo precisamente la expropiación de la riqueza generada por el pueblo trabajador bajo la forma específica del modo de producción capitalista: la explotación salarial de trabajo y la acumulación de la riqueza bajo la forma de capital. Lo notable del caso de Bolivia es que el gobierno de Evo está transformando una economía capitalista en ruinas dejada por los gobiernos neoliberales anteriores en una economía capitalista recuperada, sobre la base de una política confrontada con las fuerzas sociales burguesas.

No todo es siempre nuevo bajo el sol, sin embargo. 
Si la comparación que se nos viene a la mente en forma espontánea es Chávez con Nasser y Evo con Sukarno, vemos que aquí tenemos un fenómeno nuevo: el campesinado post-industrial

Cuando Marx escribe el 18 Brumario describe a un campesinado francés pre-industrial, producto del todavía insuficiente desarrollo capitalista, en que las formas políticas habían pegado un gran salto adelante merced a la gran escoba de la Revolución Francesa”, pero las formas económicas conservaban todavía el carácter mezquino de la pequeña propiedad. Ésta tenía formas claramente capitalistas (la propiedad parcelaria de la tierra) pero el aún relativamente débil desarrollo industrial de Francia les permitía sobrevivir “como una gigantesca bolsa de papas”

Las formas políticas, la “dinastía campesina de los Bonaparte”, llenaba ese vacío y lo amoldaba a las necesidades de desarrollo de la burguesía francesa, que necesitaba por su propia debilidad apoyarse en la tutela del estado y el capital financiero nacional francés (es decir, no seguía una línea de desarrollo modélicamente liberal como en Inglaterra) aproximándose en parte a lo que sería mucho más claramente u con más fuerza la forma vertical del desarrollo capitalista bismarkiano Alemania (que por algo les ganó la guerra)
La forma específica del “bonapartismo bonapartista” dentro de la amplia categoría marxista de bonapartismo (que muchas veces se presta a confusión cuando se abusa de ella) está dado por esa correlación de clases que es producto de un capitalismo ascendente. 
En cierta forma, el régimen de Sukarno se apoyaba en un campesinado pre-industrial. Aunque el resto de los actores ha cambiado totalmente en ese escenario.

Pero el gobierno de Evo ya es producto de un escenario cualitativamente diferente. La debilidad industrial de Bolivia está dada por la superposición de dos ondas históricas, la de largo plazo de subdesarrollo endémico o lumpen desarrollo de nuestras formaciones sociales de capitalismo periférico (la industrialización está bloqueada por las relaciones de dependencia) y la de corto plazo de auge y caída del proyecto neoliberal: desmantelamiento de la industria nacional por la apertura económica y al mismo tiempo la crisis social que el proyecto neoliberal provocó. Los obreros son expulsados nuevamente al campo (reversión de la tendencia histórica migratoria del capitalismo) y se convierten en plantadores de coca

Pero lo hacen conservando la herencia de los movimientos sindicales obreros y mineros, e incluso insurreccional de éstos. Las luchas de masas que poltronizarán y que están en la base del ascenso de Evo, muestran la irrupción en la escena de este campesinado port-industrial, muy distinto del que analizara Marx (ya no tenemos acá “una gran bolsa de papas”). Lo que los mueve no es su incorporación al mercado capitalista sino su exclusión de él, primero como vendedores de su fuerza de trabajo, después como plantadores de coca.

El caso del gobierno de Chávez aun más descarnado. No se trata de un proceso apoyado por el desarrollo del movimiento de masas y la transformación de la vieja izquierda (como en Bolivia) sino su colapso. El ascenso de Chávez es mucho más típicamente bonapartista, producto de un vacío “vacío de poder” en un sentido mucho más estricto. Los alineamientos de las expresiones políticas de las distintas clases se van produciendo a posteriori, y modelándose en el propio proceso

Aún no han terminado de modelarse, pero su estructura básica se conserva y el movimiento de masas emergente no ha logrado aún romper la matriz: un bonapartismo burocrático militar que intenta un desarrollo capitalista de tipo bismarkiano en la periferia apoyándose -no en este caso en el capital financiero producto del desarrollo mercantil nacional sino- en la renta petrolera de la estructura tradicional extractivo-exportadora de la dependencia y en el factor coyuntural que introduce la guerra imperialista. La sola descripción del proyecto (si acaso hemos acertado a describirlo correctamente) nos muestra la debilidad de su base de sustentación

Cuando mencionamos como una de las características del nacionalismo burgués de Bandung, la ilusión de que la tecnología es neutra, sin depender de las relaciones sociales, no podemos dejar de pensar que es precisamente la característica del proyecto petrolero chavista. Solo que en este caso las contradicciones ya están completamente desplegadas.

Por lo tanto, proponemos caracterizar como de pseudo-izquierda a aquellos gobiernos llamadas de izquierda cuyo proyecto es liberal además de ser capitalista (caso del gobierno de Tabaré Vázquez) y que su forma de bonapartismo es, sin duda, apoyada en el crecimiento de la lucha de los pueblos y representante de esa “disputa” pero que su política es claramente burguesa y la “disputa” es externa a ellos (la lucha de clases de los explotados es contra ellos, sin ambigüedades).

Y proponemos considerar de izquierda a los gobiernos capitalistas anti-liberales, en los cuales la posible “disputa” es un problema táctico a considerar. Antes de entrar en esto tengamos claro los límites de nuestras categorías.

El capitalismo no es necesariamente liberal (nos referimos por supuesto al liberalismo económico, en América Latina ya hemos aprendido que el liberalismo económico puede combinarse con el fascismo y el terrorismo de estado, no es de eso que estamos hablando), pero el liberalismo es su forma típica, y el anti-liberalismo su régimen de excepción

Queda claro también, y creo que no es necesario abundar en esto, que el liberalismo es siempre asimétrico, es decir que la economía nacional hegemónica conserva el proteccionismo hacia adentro e impulsa el liberalismo hacia afuera. La ilusión de gobiernos cipayos como el uruguayo de obtener medidas de desprotección y abandono de subsidios agrícolas por parte de los países centrales no es más que una utopía reaccionaria

De lo que estamos hablando entonces es del régimen capitalista anti-liberal en términos económicos en la periferia capitalista, sin romper los lazos de dependencia que son estructurales al capitalismo periférico. 
Nuevamente, el solo enunciado del problema (en el supuesto que lo hayamos hecho medianamente bien= ya nos conduce a su “solución” (?)

Porque resulta evidente que el anti-liberalismo capitalista en la periferia es un coloso con pies de barro (en el mejor de los casos), porque sigue apoyado sobre los ejes de la dependencia. De ninguna manera podemos considerarlo un régimen revolucionario o de transición siquiera. Tampoco es una alternativa perdurable dentro del propio capitalismo, que pueda romper los lazos de dependencia y abrir una vía de desarrollo nacional capitalista, como lo ha demostrado la experiencia de Bandung, y hoy rigen condiciones mucho más desfavorables que entonces (el predominio del capital financiero, la inexistencia del “campo socialista”, etc.)
Es el producto -en tanto régimen de excepción- del aflojamiento coyuntural de los lazos de dependencia, producto de la decadencia de la hegemonía yanqui en el mundo capitalista (que es el todo el sistema mundial incluidas todas sus contradicciones)

El anti-liberalismo capitalista periférico es solamente lo que el imperialismo no puede evitar que ocurra, pero ocurre dentro del sistema mundial capitalista, y correspondería mejor hablar de un “capitalismo del siglo XXI” (una de sus formas posibles dentro de las varias formas contradictorias) que cometer la aberración de calificarlo de “socialismo”, o de “transición a” (categoría esa última que nunca se  ha logrado definir satisfactoriamente siquiera en el papel, hasta donde llega nuestro conocimiento, para no hablar de la triste realidad)

El capitalismo anti-liberal periférico no es ni puede ser por su propia definición, un camino de ruptura anti-capitalista. Pero más que entrar aquí en una discusión semántica, usaremos lo que nos queda del espacio pautado para entrar en el tema que verdaderamente ese el centro de la polémica

La estrategia y táctica revolucionaria ante el capitalismo anti-liberal

Lo primero que salta a la vista es que para nosotros, revolucionarios socialistas, que somos antiimperialistas porque y en tanto somos socialistas y no meramente antiimperialistas por nacionalistas (como lo explica Mariátegui), que no queremos ni buscamos ni el mejoramiento ni la supervivencia del capitalismo, el capitalismo anti-liberal confrontado con el imperialismo (parcialmente confrontado) es un aliado circunstancial. Las circunstancias específicas de esta alianza son las circunstancias de la derrota del socialismo

Es la pobreza de nuestro desarrollarlo propio lo que hace que estas formas políticas bonapartistas ocupen este lugar transitorio. Y es la internalización de la derrota lo que puede llevar a la confusión conceptual de estar hablando de socialismo o transición a él en la forma en que ocurre no solo con el bonapartismo apropiándose de nuestras banderas sino también con buena parte de nuestros compañeros sosteniendo esa apropiación.

La estrategia socialista solo puede ser la de promover el desarrollo independiente de la lucha popular por los objetivos auténticamente socialistas, utilizando las alianzas circunstanciales como factor de desarrollo independiente y no al revés, subordinadas a la matriz populista y bonapartista y renunciando al proyecto socialista (o postergándolo para una coyuntura futura, lo que es lo mismo).
Planteada así de groseramente nuestra idea estratégica, vayamos de plano al problema de la táctica, que es donde se ven estas contradicciones en carne viva.

Si hay un aspecto de la política en que las cosas solamente pueden ser en blanco y negro, es en el desarrollo de la herramienta partidaria. La construcción del partido de la clase trabajadora no es un acto de voluntad, no surge de un diseño de laboratorio ni de un organigrama. Se forja en la lucha del movimiento social, y la vanguardia (disculpen compañeros nuestra propensión a las “malas palabras” y nuestra adaptación a las modas, el partido socialista revolucionario ES una vanguardia y no tiene sentido alguno si no lo es) solo puede aparecer y conformarse dentro de la propia lucha, y en particular, dentro de la lucha del movimiento social de masas

Pero aún en las más extremas condiciones de debilidad, el proyecto partidario solo tiene sentido en tanto abre el camino independiente del socialismo revolucionario, y por lo tanto confrontado con los otros proyectos políticos en disputa dentro de la lucha de clases. El desarrollo de nuestras fuerzas y nuestro arraigo de masas solo tiene sentido si se hace dentro del marco de un desarrollo político independiente.

En determinados momentos de la historia del movimiento obrero, circunstancias extremas llevaron a algunos teóricos revolucionarios a proponer el ingreso a partidos de base obrera aunque de políticas claramente no revolucionarias y pro-burguesas como fórmula transitoria de acumulación política inicial. Debemos hacer dos observaciones sobre esto.

La primera, es que estos movimientos tácticos fracasaron
 Sea cual sea el respeto que nos inspiren las ideas de los viejos maestros, más respeto nos inspira la realidad, y esa es además la gran lección que nos quisieron transmitir los viejos maestros.
 Una cosa además es la alianza (que puede tener distintas formas) y otra muy distinta es la organización común. Es claro que alguna forma de alianza con estas expresiones de populismo o nacionalismo burgués debemos buscar nosotros, los socialistas revolucionarios. La organización común (en buen cristiano, la renuncia a la organización propia) tiene en su haber fracasos mucho más dramáticos.

La segunda, más brutal todavía, es que una cosa es la alianza o la organización común que tiene (y podemos discutirlo todo lo que se quiera) un sentido cuando nuestros posibles aliados están en la oposición, y luchan por desalojar a las formas más reaccionarias de la política burguesa. Pero algo muy distinto es cuando están en el gobierno y por lo tanto están a cargo de la gestión del modo de producción capitalista. Por más que sea correcto apoyar a estos gobiernos contra la agresión imperialista (y no a cualquier gobierno que se enfrente al imperialismo, y en cualquier circunstancia, como queda claro en el caso de Saddam, los talibanes, etc.)Nunca es correcto borrar la línea que separa la política de ellos de la nuestra. 
Nuestra convocatoria es a luchar por el socialismo, por el socialismo obrero y revolucionario, no sus falsificaciones. No el nacionalismo burgu&eacut e;s con la verborragia “socialista”.
 No puede haber tarea más importante que la educación política e ideológica de las masas en distinguir la política revolucionaria socialista de estos otros fenómenos reformistas: el populismo, el bonapartismo, el nacionalismo burgués.
Un millón de muertos en el golpe de la CIA contra Sukarno, cuyo blanco principal fue el movimiento popular liderado por el Partido Comunista de Indonesia, debería ser suficiente advertencia


Setiembre de 2007
FERNANDO MOYANO 
postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04



Ex jurista del Banco Mundial revela cómo la élite domina el mundo



Publicado: 3 mar 2014 | Montevideo, -UNoticias Fuente RT VA

Karen Hudes, quién fuera una de las expertos del Banco Mundial y despedida por haber revelado información sobre la corrupción en el banco, explicó con detalle los mecanismos bancarios para dominar nuestro planeta

Karen Hudes es graduada de la escuela de Derecho de Yale y trabajó en el departamento jurídico del Banco Mundial durante 20 años. En calidad de 'asesora jurídica superior', tuvo suficiente información para obtener una visión global de cómo la élite domina al mundo. De este modo, lo que cuenta no es una 'teoría de la conspiración' más

De acuerdo con la especialista, citada por el portal Exposing The Realities, la élite usa un núcleo hermético de instituciones financieras y gigantes corporaciones para dominar el planeta.

Citando un explosivo estudio suizo de 2011 publicado en la revista 'Plos One' sobre la "red de control corporativo global", Hudes señaló que un pequeño grupo de entidades, en su mayoría instituciones financieras y bancos centrales, ejercen una enorme influencia sobre la economía internacional entre bambalinas. "Lo que realmente está sucediendo es que los recursos del mundo están siendo dominados por este grupo", explicó la experta con 20 años de antigüedad en el Banco Mundial, y agregó que los "capturadores del poder corruptos" han logrado dominar los medios de comunicación también. "Se les está permitido hacerlo", aseguró.

El estudio suizo que mencionó Hudes fue llevado a cabo por un equipo del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich. Los investigadores estudiaron las relaciones entre 37 millones de empresas e inversores de todo el mundo y descubrieron que existe una "superentidad" de 147 megacorporaciones muy unidas y que controlan el 40% de toda la economía mundial.
Pero las elites globales no solo controlan estas megacorporaciones. Según Hudes, también dominan las organizaciones no elegidas y que no rinden cuentas pero sí controlan las finanzas de casi todas las naciones del planeta. Se trata del Banco Mundial, el FMI y los bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense, que controlan toda la emisión de dinero y su circulación internacional.

El banco central de los bancos centrales

La cúspide de este sistema es el Banco de Pagos Internacionales (BPI): el banco central de los bancos centrales.

"Una organización internacional inmensamente poderosa de la cual la mayoría ni siquiera ha oído hablar controla secretamente la emisión de dinero del mundo entero. Es el llamado el Banco de Pagos Internacionales [Bank for International Settlements], y es el banco central de los bancos centrales. Está ubicado en Basilea, Suiza, pero tiene sucursales en Hong Kong y en Ciudad de México. 
Es esencialmente un banco central del mundo no electo que tiene completa inmunidad en materia de impuestos y leyes internacionales (...)
Hoy, 58 bancos centrales a nivel mundial pertenecen al BPI, y tiene, con mucho, más poder en la economía de los Estados Unidos (o en la economía de cualquier otro país) que cualquier político. Cada dos meses, los banqueros centrales se reúnen en Basilea para otra 'Cumbre de Economía Mundial'. Durante estas reuniones, se toman decisiones que afectan a todo hombre, mujer y niño del planeta, y ninguno de nosotros tiene voz en lo que se decide. El Banco de Pagos Internacionales es una organización que fue fundada por la élite mundial, que opera en beneficio de la misma, y cuyo fin es ser una de las piedras angulares del venidero sistema financiero global unificado".
Según Hudes, la herramienta principal de esclavizar naciones y Gobiernos enteros es la deuda.
 "Quieren que seamos todos esclavos de la deuda, quieren ver a todos nuestros Gobiernos esclavos de la deuda, y quieren que todos nuestros políticos sean adictos a las gigantes contribuciones financieras que ellos canalizan en sus campañas. Como la élite también es dueña de todos los medios de información principales, esos medios nunca revelarán el secreto de que hay algo fundamentalmente errado en la manera en que funciona nuestro sistema", aseguró.


enviado por Raul Rodríguez
@PostaPortenia
- postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04




postalinas

Estoy enojado con Mau –Mau

Jorge Rossi, ¿no te parece que está siendo demasiado simplista tu análisis y exposición de lo que está siendo ahora en el país consecuencia de lo que fue y causa de lo que viene?

Yo que soy un poco más chico que Uds. (56 años)  un poco más chico pero mil veces menos experiente y dolido física y moralmente que Uds., y digo Uds. para no nombrar, también a  c.e.r., El Flaco Zabalza y todos los que hoy intervienen en el debate.  Pienso y digo Jorge Rossi, que no puedo aceptar, no me cuadra, entender que estamos gobernados por un montón de ex Tupamaros que se convirtieron en Malos y hoy hambrean a los pobres (solo a ellos)

Estoy convencido que hasta un tipo como vos, hoy en día, todavía no sabe qué debe sentir por el Pepe. Vos sabés como son las cosas de la vida, son como nubes observadas en cámara rápida, las nubes (algunas) no avanzan en dirección cardinal sino que se quedan quietas pero retransformándose continuamente.

El Pepe y otros muchos se movieron de una manera similar que las nubes y eso los exime de respetar direcciones cardinales como la izquierda y la derecha .Porque están manejando hoy el robot gigante.

Yo iría al centro del asunto que es redibujar el mensaje de los más iluminados hacia las mayorías. 
 Yo te voy a hacer una pregunta  Jorge ¿Cuántas minas dirías que se podrían construir sin coste letal ambiental y de todo tipo?  Dos mil, sabemos que no, pero a lo mejor unas cuantas son útiles en términos de miga de la torta (sabemos que cachos grandes no) para mover la ya creciente economía doméstica del país.

Dejo esa  pregunta solo como ejemplo de unas cuantas controversias que hay al momento de aprovechar comercialmente los recursos que tenemos (mucha buena tierra y mucha y buena costa)
 otra Queja que te hago .No hay un cauce comunicativo entre Uds.  Los disidentes y ellos los decidores Al Pepe le hubiera sido más fácil enfrentarse a cosas de los grandes poderes, si las ideas de la izquierda disidente hubieran tenido difusión seria.

La cantidad de insultos que se han hecho unos a otros. (Unos más que otros) ha cerrado ridículamente una puerta que debería si no abierta, por lo menos, no trancada

La opinión  pública se ha cerrado a la izquierda disidente, estigmatizándola casi como unos rompehuevos resentidos. En ninguna televisión interesa hablar mal del régimen (Pepe)
El Pepe es Mucho Pepe. Y el Pepe está bien, ha hecho lo suyo y la historia lo absolverá o no, pero el Pepe se va y queda este doctor que para mí es peligroso, pero ojo no lo veo peligroso por malo sino por nabo. El Uruguay, queremos que sea un país lindo otra vez; con pocos pobres, con pocos chorros, porque tampoco queremos el paraíso ojo, pobres siempre habrá y chorros y todas las mierdas humanas.
 Pero es que lo nuestro, el Uruguay de hoy es realmente bastante espantoso.

El espíritu crítico hoy está  adormecido por el FA, que ha sido una experiencia hermosa, eso es indudable y cuenta  todavía con una masa de melancólicos agradecidos bien nacidos votantes. A estos les ha sido posible perdonar a los milicos y a estos les ha sido posible confiar ciegamente ante todas las decisiones tomadas desde la soledad del gobierno. 
Gobierno, Jorge, que ha tenido guerra desde los dos lados del espectro ideológico.
El Pepe y compañía han tenido que gobernar un pueblo genéticamente liberal de centro  con utopías de emular a los más poseedores y mil otras cosas .El Uruguay no es de izquierda de ninguna de las maneras. 
El Uruguay no es nada en sí mismo, tiene su pequeña historia, esa que muchos opinan que es falsa encima, pero Jorge, no me parece justo definirnos en pocas palabras así nomás.

Y como te digo una cosa también te digo la otra, Al Uruguay hay que sacarlo adelante, así que, Jorge, seguinos  dando alegría crítica.
Abrazo.  

Pd. :  Propongo más pixeles al estudio.

Daniel Irigaray

Spot de radio de promoción del plebiscito sobre Megaminería

realizado por Nestor Varela (De la Nuca FM)



@PostaPortenia - postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04




UN GRITO QUE QUISIERAN SILENCIAR



El 28 de febrero de 1811 se registró en la orillas de un modesto arroyo en territorio de lo que hoy es el Departamento de Soriano, un episodio histórico que en alusión al nombre de ese curso de agua, se dio en llamar “el grito de Asencio”. Pasados algo más de 200 años, aquel “grito” de libertad dado por un puñado de orientales que fue el inicio de la revolución artiguista, lamentablemente fue ignorado por la mayoría de los uruguayos el pasado viernes al cumplirse un nuevo aniversario del hecho
Es bueno reflexionar al respecto

LOS PUEBLOS TIENEN QUE TENER MEMORIA

Salvador Allende, protagonista de un tremendo capítulo de la historia americana, quien pagó con la vida su lealtad al mandato del pueblo chileno, tenía razón cuando dijo: “Los hombres y pueblos sin memoria, de nada sirven; ya que ellos no saben rendir culto a los hechos del pasado que tienen trascendencia y significación; por esto son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro.”
 El conocimiento de lo sucedido, el recuerdo de la historia, es vital para cualquier pueblo. Su desconocimiento provoca la repetición de errores. Un pueblo que conoce su historia, reconoce sus errores y evitará volver a cometerlos. Ser conscientes de lo ocurrido y de donde se viene, puede ayudar a vislumbrar hacia donde se va.

¿Es casual el silenciamiento del grito de Asencio?
Hay buenas razones para pensar que no, y que por el contrario, promover el olvido de las luchas por la independencia es funcional y estratégico para la actual minoría dominante en nuestro país y en buena parte de nuestro continente. El ritmo de vida que se nos impone (a veces sutil, otras violentamente) apunta a mantenernos demasiado ocupados en competir bajo las leyes del mercado procurando confort, seguridad material y diversión, como para andar revisando la historia y preguntarnos qué podemos aprender de ella

ARTIGAS: UN PERSONAJE QUE INCOMODA


Desde siempre José Artigas ha sido una molestia para la clase acomodada que tuvo en él un tenaz opositor. Es fácil comprender por qué no les simpatiza un carismático líder popular que proclamaba: “Que los más infelices sean los más privilegiados”, “El pueblo es soberano, él sabrá examinar las operaciones de sus representantes”, "Los pueblos de la América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos"

El “problema” que le origina Artigas a la clase dominante de hoy, es que no solo fue un buen discursante que decía cosas interesantes, sino que las hizo. Repartió parcelas de campo en su Reglamento de Tierras de 1815, despreció a la copetuda Montevideo y no la hizo sede de su gobierno, el que prefirió radicar en Purificación, territorio de lo que hoy es el Departamento de Paysandú, a orillas de otro modesto arroyo llamado “Hervidero”, bien al norte, lejos de aquella  sucursal de Europa enclavada sobre el Río de la Plata desde donde preferían gobernar sus adversarios

Lo quisieron comprar, pero como él mismo dijo: "Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mi empeño que ver libre mi nación"

El recuerdo de Artigas condena a los que hoy venden “el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad”. No lo quieren recordar los responsables de la decadencia estrepitosa de la educación pública, porque los condena su enunciado: “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”. No lo quieren recordar aquellos que sofocan la iniciativa popular, que Artigas alentaba al decir "Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos"


 EL GRITO RESUENA


Pocas semanas después de aquel formidable grito de Asensio, cuando la revolución ya era un viento impetuoso que hacía retroceder la tiranía imperialista y sus apoyadores criollos, el 11 de abril de 1811 Artigas expresó en su célebre Proclama de Mercedes:

“Uníos caros compatriotas, y estad seguros de la victoria. He convocado a todos los patriotas caracterizados de la campaña; y todos, todos se ofrecen con sus personas y bienes, a contribuir a la defensa de nuestra justa causa. A la empresa compatriotas, que el triunfo es nuestro: vencer ó morir sea nuestra cifra; y tiemblen, tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del sud, están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio."

¿Quién querría hoy despertar este fervor entre sus conciudadanos? ¿A quién le puede interesar la unión de los pueblos del continente para defender sus genuinos intereses ante los que hoy nos someten a “ignominia” y “afrentoso cautiverio”? Seguramente no quieren hacerlo los que gozan de las comodidades del ejercicio del poder desde las estructuras que combatió Artigas
 Muy a pesar de los que quieren silenciar el Grito de Asensio o lo quieren convertir en una simple referencia intelectual de un pasado muerto y sepultado, hay quienes renovamos nuestro compromiso artiguista y creemos en su proyecto popular que mantiene plena vigencia. Cada 28 de febrero, nos parece oír con claridad el llamado de Venancio Benavidez y José Viera, ese par de paisanos corajudos que encontraron eco en un montón de otros criollos, iniciando la revolución que aún está pendiente.

Mientras otros prefieren olvidar el repertorio de la canción popular artiguista, porque también esa poesía es una forma de mantenerlo vivo en la memoria del pueblo, estamos aquellos que con el inolvidable Alfredo Zitarroza, todavía cantamos con emoción, estrofas como la que dice:


“No hay más huella, canejo, que la de Artigas, y jugate el pellejo, cuando la sigas”


marzo 2 de 2014
Aníbal Terán Castromán
postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04



Venezuela, los vascos y España

LIBERAR  ya a ASIER JURIDI y

 a JULIÁN CONRADO 

Por: Roosevelt Barboza |  10/10/2013/ Aporrea

“La sociedad española –y generalizo sabiendo que dejo aparte dignísimas minorías- no sabe nada de la tortura. Y no sabe de la tortura porque no quiere saber nada de la tortura. Porque le viene muy bien no saber nada de la tortura”. Javier Ortiz, Tortura y doble moral

Si observamos los antecedentes de las relaciones de España con Venezuela durante la última década, y un poco más allá inclusive, veremos que hay en la primera –aunque sea  muy criticable por lo deleznable que es-, una vertebralidad que Venezuela no posee. Hemos visto que aunque en algunos asuntos las políticas del PSOE son más laxas que las del PP –mencionamos a estos dos partidos pues hasta el último proceso electoral, son los dominantes-, cuando se refieren al asunto vasco, como reaccionarios ambos son profundamente coherentes. Mientras que en Venezuela todo será según se vayan dando las cosas. No existen definiciones de políticas claras al respecto.

Nos indignó enterarnos que fuerzas de seguridad españolas junto con francesas habían participado en la aprehensión de Asier Juridi y, peor aún, que ellos mismos lo hubieran destacado. Esta colusión no es una novedad, ya se ha dado en Europa; lo que nunca imaginamos es que también se pudiera dar en Venezuela. También nos extrañó que el gobierno nacional permitiera esa vergonzante acción extranjera en un país que manifiesta casi en cada momento ser soberano. Extraña esta forma de practicar la soberanía, -que nunca lograremos comprender-, cuando están entrando fuerzas hostiles armadas o desarmadas al suelo patrio.

No puede pasarse por alto, que para ubicar a Juridi tuvieron que realizar un trabajo de investigación… ¿de ocultis? ¿Cómo pudieron encontrarlo en un país cuyo suelo ¿desconocen?, sino haciendo inteligencia previa? ¿Tendrán montada aquí una red de inteligencia como la que tienen en otros lugares del mundo?

¿El gobierno venezolano no se percata de esto? Si lo permite, ¿con qué razón legal lo fundamenta? Este es un asunto muy delicado para la nación, que requiere una exhaustiva explicación de las autoridades a un pueblo que ya no está dormido.
El silencio tiene que romperse para aclarar de una buena vez cuál es la política que se aplica en estas cuestiones. Julián Conrado y Asier Juridi para el gobierno, fiscalía y todo organismo relacionado con esta situación, no existen. Tiene que recordarse que Joaquín Pérez Becerra fue el punto de inflexión del gobierno. Ese oprobio no debe repetirse


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Las consecuencias de las luchas de parte importante del pueblo vasco, ha aventado al exterior a densos grupos que mantienen su identidad cualquiera sea el lugar al que lleguen, así como también siguen conservando el interés por lo que sucede en su país. Algunos se han instalado en el norte de África en tanto un elevado número ha elegido América.  Siempre, y en cualquier lugar en el que se hallen, marcan su calidad humana. Y en Venezuela, donde los conocemos, no ha sido diferente.
 Honestos, trabajadores, el esfuerzo que realizan para reiniciar su vida, hasta ayer en un marco de libertad del cual carecían, les ha hecho ganar nuestro respeto, nuestro aprecio y nuestra solidaridad.
 Pero, ¿conocemos bien a España? ¿Sabemos hasta dónde son capaces de llegar sus autoridades? Trataremos de demostrar de seguidas, que a los gobernantes de esa nación, les corre parejo su impudicia con su inverecundia. España es uno de los pocos países en el mundo que sin ningún empacho vulnera la soberanía del país que sea con tal de lograr sus propósitos. Señalamos en un trabajo reciente que hace años asesinaron a un matrimonio vasco cuando abrieron la puerta de su casa en Caracas, respondiendo al timbre. Al no haber oído los vecinos los disparos, las autoridades supusieron que los asesinos habían utilizado silenciadores. Estos artefactos tan difíciles de conseguir solo pudieron obtenerlos personas relacionadas con organismos de seguridad, españoles en este caso.

España en Europa también ha recurrido a otras formas de matar, por ejemplo utilizando bombas, método que se califica como terrorista cuando no es el Estado quien las usa. No solo a militantes vascos han asesinado. También han ejecutado a alguno de los suyos.
 Es el caso del ex OAS, el francés Jean Pierre Cherid que era jefe de uno de los comandos de los Grupos Antiterrorista de Liberación (GAL). En Biarritz, Francia, Cherid instalaba un sistema explosivo con el objetivo de matar siete vascos cuando estalló la bomba que le mató. Había sido reclutado para la banda asesina por el miembro de la Inteligencia Naval, Pedro Martínez, capitán de navío, conocido por el alias de Pedro el marino.

Aunque el gobierno español de la época deslindó la relación de Cherid con los cuerpos de seguridad del país, entre los documentos que se le encontraron al cadáver, uno era un carnet de la Dirección General de la Guardia Nacional con su foto. Se le identificaba en el mismo como Iván González Rodríguez. En su listín telefónico aparecían números muy comprometedores, entre ellos el de Pedro el marino, el del Gabinete de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior y los de otras figuras de la represión española. Lo ajeno que era Cherid de los organismos de seguridad españoles quedó claro cuando ante la solicitud de su viuda de la pensión por fallecimiento de su cónyuge, le fue concedida de inmediat
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El Estado español es uno de los países que tiene la mayor cantidad de denuncias de torturas en su contra. Casi seis mil en el lapso comprendido entre 2001 y 2008. Esa cifra aunque muestra la gravedad del asunto -que no tiene hasta el día de hoy, visos de corrección-, no refleja el número real de las perpetradas, pues muchas de sus víctimas no las manifiestan por temor a las consecuencias. No solo vascos son las víctimas de los cuerpos represivos, los hay catalanes, gallegos, y cualquier persona que por desgracia caiga en sus manos. Afirmamos que no se requiere ser militante político para ser sujeto de tortura. Como si fuera una norma, policía acusado no paga delito y si lo paga el tiempo de prisión que cumple es de risa. Terminan indultados, volviendo a sus cargos con ascensos seguros y pago de salarios caídos. Destacar los beneficios de los que gozan estos delincuentes, avergüenza a una per sona decente.  

Generalmente cuando la policía captura alguna persona,  inicia de inmediato el procedimiento de ablandamiento del detenido. Tendrán hasta cinco días para hacer con él todo cuanto quieran. Y lo hacen. Es un lapso en el cual el apresado está desaparecido. A veces se les ha ido la mano y terminan matando al cautivo. En estos casos, siempre han tratado burdamente de camuflar el hecho aunque a veces sin éxito.

Amnistía Internacional denunciaba en su informe La sal en la herida, que “Los casos de tortura policial en España no son hechos aislados”. Las autoridades, sean del PP o del PSOE, siempre aducen que en la detención y en el arresto que ejecuta el Estado, siempre se ha cumplido con el ordenamiento legal. La coincidencia de ambos partidos en la protección del torturador es total. Con absoluto desparpajo se agrega  el Poder Judicial que en la mayoría de los casos indica que el destrozado individuo que acusa a la policía del maltrato que exhibe, se lo produjo él mismo obedeciendo a un supuesto manual elaborado por ETA que les indica a sus militantes herirse para luego denunciar haber sido torturado. Esta superchería, esta infamia, es utilizada por los jueces que pocas veces aceptan iniciar una averiguación. Baltasar Garzón pertenece a ese catálogo. 
Pida a su buscador fotogra fías de Unai Romano para verlo antes y después de su detención. Ahí se tendrá una de las muchas pruebas de lo que se afirma aquí

No es solo el estamento político el que muestra lacras. También como hemos visto, el Poder Judicial las tiene y en qué medida. Uno de sus personajes ayer connotado, hoy retirado de su cargo, es ejemplo de la aberración de la justicia. Nos referimos a quien fue Fiscal General de la República Cándido Conde-Pumpido. ¡Cuidado!, no se confunda, él es solo uno de los tantos que en ese país se ven. Él, altanero, con lenguaje despectivo, en su momento embistió con bravura contra el Estado venezolano cual adalid del derecho, exigiéndole la entrega de un vasco nacionalizado venezolano, pese a que esa condición  impide su extradición. Obsérvese el tiempo que llevará ese ciudadano reclamado en Venezuela que obtuvo la nacionalidad. Casado, con hijos, una vida como la de cualquier persona, de repente se ve menoscabada por la vil acción de un funcionario s ervil a más no poder.
Nos permitimos acercarle a quien lee para mejor entender qué es lo que podríamos llamar un “poder bananero”, dos artículos que ilustrarán suficientemente. Ahí vamos.

http://elpais.com/elpais/2010/11/30/actualidad/1291108651_850215.html
http://www.argenpress.info/2013_03_27_archive.html


Como se desprende de ambas lecturas, vemos como cambian su actitud los miembros de los distintos poderes según sea a quien se dirijan. Mientras a unos lo hacen con suma arrogancia, hacia otros su conducta sumisa y borreguil es insuperable.

Gobiernos timoratos, faltos de lucidez son los que han permitido que estos “pícaros” prosperen con sus indecentes demandas. Unas de ellas, por ejemplo, cursada a México prosperó porque encontró en la presidencia de ese digno país a un oscuro personaje: Vicente Fox. Difícilmente explicarse cómo llegó hasta ese altísimo cargo un individuo tan escaso de discernimiento. A uno de los varios que requirieron en ese país le atribuían una acción en España, en el mismo momento en el que ese ciudadano realizaba un trámite público en México. Su defensor dispuso los documentos que probaban ese trámite.
 Las fechas coincidían lo que demostraba claramente la falacia de España  

Aparte, otro  elemento que impedía atender esa requisitoria era si se quiere de mucho mayor peso todavía. Había a sumido la nacionalidad mexicana y, por si faltara algo su esposa e hijos también lo eran. Igual fue entregado.

La Convención Contra la Tortura, que seguramente tiene como firmantes a España, Colombia y Venezuela, les compromete al cumplimiento fiel de su articulado. Veamos uno.

El artículo 3º en su primer acápite dice: “1. Ningún Estado Parte procederá a la expulsión, devolución o extradición de una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas para creer que estaría en peligro de ser sometida a tortura.

2. A los efectos de determinar si existen esas razones, las autoridades competentes tendrán en cuenta todas las consideraciones pertinentes, inclusive, cuando proceda, la existencia en el Estado de que se trate de un cuadro persistente de violaciones manifiestas, patentes o masivas de los derechos humanos.”.
Aquí está claramente expresada la responsabilidad, enorme responsabilidad, que tiene Venezuela con la Convención que rubricó y que le inhabilita la entrega de Juridi y de Conrado  a España y a Colombia respectivamente.
Hoy le ha correspondido a Venezuela enfrentar esa disyuntiva. No se trata de Julián Conrado y Asier Juridi. 
Todo se reduce a la dignidad o la ignominia. 
De eso es que estamos hablando.

@PostaPortenia
- postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04


Una cuadrilla de monstruos (1)



Boris Kagarlitsky, Moscú, 21 de enero 2014

Los acontecimientos que se desarrollan en Kiev enfrentan a muchos en ambos lados de la frontera entre Rusia y Ucrania a un dilema muy desagradable. Si dejamos de lado los arrebatos sentimentales sobre la última "revolución" (¿cuántas van ya?) en nuestros vecinos, junto con la paranoia de los protectores rusos que adoran cualquier autoridad que funcione y entran en pánico de cualquier ante cualquier posible cambio, entonces el general la discusión se reduce a una elección entre dos males.

Por un lado está la administración corrupta e irresponsable del presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, que es día a día más autoritaria. Por otro están los nacionalistas y ultraderechistas, violentos y agresivos, no menos corruptos, y que de ninguna manera se parecen ser demócratas se entienda esa palabra

La mayor parte de la población, que en un principio simpatizó con las protestas, ahora están tratando de mantener distancia de los guerreros nacionalistas, no tanto por consideraciones ideológicas sino por la sencilla razón de que la compañía  de esas personas es repelente y no carente de peligro.

Ambas partes, como si fuera deliberado, están haciendo todo lo posible para alejar la ayuda de la gente con inteligencia y buena voluntad. Alcanza conque un bando lleve a cabo alguna estupidez o provocación, para que  el otro se encuentre de inmediato la manera de superar a sus rivales en esta competencia.

La destrucción del monumento a Lenin por los nacionalistas en Kiev despertó la ira de los residentes, la mayoría de los cuales no sienten ninguna simpatía alguna por los comunistas. Pero bastó que el péndulo de la simpatía pública oscilase un poco hacia las autoridades para que los partidarios de Yanukovich introdujesen en la Rada Suprema un paquete entero de legislación anti-democrática, que parece haber sido compuesto a propósito para garantizar que las fuerzas sociales desconfíen de la Plaza de la Independencia y se sumen a la protesta.

Mientras tanto la oposición, con un gran saque para acumular puntos, pone toda su técnica en frustrar cualquier  votación en el parlamento que pueda comprometerla a alguna iniciativa seria. Tal vez esto esté más allá de la incompetencia y la irracionalidad, la razón para no abolir los mecanismos represivos puede estar en la esperanza de usarlos contra sus opositores luego de conseguir un cambio de gobierno.

Ni las autoridades ni a la oposición cuentan con el apoyo de la mayoría de la población, y lo más importante, ninguna de las partes tiene un programa que le daría alguna posibilidad de ganar este apoyo y de construir una amplia base social. El problema radica no sólo y no tanto en las antipatías notorias que hay en Ucrania hacia el Este y el Oeste, como en la ausencia hasta de cualquier intento de sugerir un programa socio económico con vistas a la integración de la sociedad, la mejora de las condiciones de vida, la reducción del desempleo y el desarrollo de la economía.

Los monstruos que están librando una lucha por el poder en la capital de Ucrania están constantemente cambiando lugares, como las parejas en un baile. Todos ellos ya han pasado un tiempo en el poder, si no a nivel nacional por lo menos a nivel local. Todos ellos, incluidos los neofascistas del partido " Svoboda “, han logrado ir presos por malversación. Todos ellos muestran una determinación idéntica a defender y mantener el orden socioeconómico existente, cuya crisis es evidente.

Sin embargo ahora que se desarrollan los acontecimientos, se puede afirmar que el modelo concreto de democracia en Ucrania, basada en un equilibrio entre dos bloques oligárquicos, está llegando a su fin. Sea cual sea el grupo gane en Kiev, solo será capaz de mantenerse en el poder mediante el establecimiento de un duro régimen autoritario. En esta situación, la cuestión de quién debe ser considerado como el mal menor o el mal mayor es una enorme simplificación. El "mal mayor”, inevitablemente, será el grupo que consiga la victoria. Mientras tanto, estamos habilitados con total justificación para designar al grupo termine en derrota como el "mal menor”, ya que a diferencia del vencedor, no va a tener éxito en la realización de su potencial destructivo.

¿Significa esto que la posición de Ucrania es desesperada, y que la catástrofe es inevitable? Llegar a una conclusión tan pesimista aún sería algo prematuro. Con el triunfo de uno u otro lado está garantizada una gran calamidad, pero al igual que la experiencia previa de la política ucraniana, los acontecimientos de los últimos tiempos muestran que los grupos contendientes son capaces de simplemente bloquear el camino de la otra parte.

 Si ni las autoridades ni sus oponentes logran imponerse de forma inequívoca en el conflicto actúa, el país se enfrentará a un período de inestabilidad interminable, tal vez incluso de caos político. Pero esto sería mejor que una victoria decisiva de uno de los grupos, que luego impondría su dictadura

En condiciones de inestabilidad prolongada, aparecerá la posibilidad de la estructuración de las nuevas fuerzas sociales que exigen una renovación genuinamente radical del Estado y el sistema social.

 Es más bien como el famoso chiste de los blancos, los rojos y los "verdes " que lucharon interminablemente en el bosque, hasta que el guardia forestal llegó y los echó a todos. La cuestión radica en cómo, y en qué plazo, la sociedad ucraniana será capaz de dar a luz a este "forestal”, y qué papel en este proceso será interpretado por las organizaciones de izquierda, que han estado dispuestos a mantenerse al margen de la presente batalla entre monstruos políticos.

Negarse a dejarse arrastrar a este conflicto, sin embargo, no significa abstenerse de lucha. La pasividad nunca ha sido una receta para el éxito, a pesar de que participar sin pensar en las acciones de las fuerzas sociales ajenas sigue siendo una garantía de fracaso. Fuerzas que apuntan realmente a un cambio democrático deben organizarse y actuar de forma independiente, la presentando sus propias demandas. Esto ya está ocurriendo, como por ejemplo en la huelga de los estudiantes de la Academia de Kiev- Moguilianski que exigen la derogación de las leyes anti-democráticas Yanukovich, pero que no se están uniendo con los guerreros de ultraderecha en la Plaza de la Independencia. Tal vez esto es sólo algo local y episódico, en contraste con una dinámica general desagradable. Aún así, ofrece alguna esperanza para el futuro.

(1) Estoy traduciendo con un cierto atraso los últimos artículos de Boris Kagarlitsky sobre Ucrania, este es el primero. Ese atraso en unas semanas sobre los acontecimientos me parece más interesante aun, porque pone a prueba la condición analítica del autor. Creo que no hay abundancia de fuentes analíticas marxistas en el terreno sobre estos acontecimientos. Hay más artículos

FERNANDO MOYANO


@PostaPortenia - postaporteñ@ 1125 - 2014-03-04

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