sábado, 1 de agosto de 2015

1441* "Siempre voy a ser tupamara"

Número 1441 | vier 31 julio 2015 | Año X

Argentina : VOTAR O NO VOTAR





Para cualquier militante de izquierda es inevitable hablar sobre las elecciones en las épocas en que éstas se desarrollan. No hacerlo sería mirar para otro lado ante la realidad del país. Sobre todo, ante millones de trabajadores que, con sus penurias a cuestas, ponen su atención en las urnas, los votos y los discursos políticos para captarlos.
Es decir, para todo aquél que entiende que la única manera de modelar o cambiar la realidad es a través de la política (los que se dicen “a-políticos” intervienen por omisión, siendo cómplices del statu-quo), fijar posición al respecto es una obligación.

Obviamente esto abarca a los militantes revolucionarios, esos que (me incluyo) queremos destruir el sistema burgués, o sea el Capitalismo, para sustituirlo por otro al que llamamos socialismo, donde no existan las lacras de la explotación, la miseria y la desigualdad.

Algunos, desde un supuesto leninismo, plantean que la participación en busca de los votos es una claudicación ante el sistema. Esos compañeros no leyeron a Lenin, que algo sabía de revolucionar y defendió la participación de los revolucionarios en los parlamentos del Estado burgués. Por supuesto, el que se tenga en claro que ser parte de los procesos eleccionarios organizados por la burguesía es darle batalla política en su propio terreno, no significa que el mero hecho de participar sea una correcta política de la izquierda, sin ver la coyuntura.

La cuestión es la oportunidad y el cómo se hace. Con el pueblo en la calle pensar en las urnas sería un retroceso. Con las masas pensando en ellas (aunque sea resignadamente), no queda otra que participar de alguna manera

Estoy convencido que se le debe dar batalla a la burguesía en su terreno. Si no… ¿dónde? El capitalismo es todo lo que existe… lo demás es pasado o es proyecto.
Por eso considero un error garrafal la “no participación por principios” en los procesos electorales.


Eso no quita la desazón que causa el saber que nuestro país será gobernado dentro de unos meses por expresiones de la “derecha explícita”, al que el kirchnerismo, como parte de la “disfrazada” le tendió la alfombra para su entronización: Scioli, Macri o con aparentes menos posibilidades Massa, son continuadores de las políticas de entrega y saqueo de nuestro patrimonio que se vienen dando desde los 90


Pero para mí, la peor pesadumbre es causada por quienes representan el mismo espectro ideológico que integro. La izquierda está dividida no sólo entre quienes rechazan lo electoral y quienes van por la representación parlamentaria (ninguno tiene aspiraciones ejecutivas serias): también va hecha pedacitos entre estos últimos. MAS por un lado, MST por otro, PCR también… hasta llegar al FIT. Este último, después de las elecciones legislativas de hace dos años, se constituyó en la herramienta más importante debido a los votos conseguidos… pero a la hora de erigirse como dirección de todo el espectro revolucionario falló lapidariamente, por culpas ajenas… y propias

Hace algunos años, cuando surgió el FIT, quienes integramos el humilde PCT lo vimos con entusiasmo, pero enseguida dijimos que nos parecía que un frente acotado a tres o cuatro “orgas” de la misma especificidad ideológica (troskismo) no representaba a toda la izquierda vernácula, por lo cual era imprescindible llamar al resto de las organizaciones para construir la herramienta necesaria en Unidad. 
No fuimos escuchados

Hoy, si bien el FIT parece consolidado dentro del sistema político burgués, aparece más como un “legitimador” de éste que como una amenaza. Es evidente la merma de apoyo popular, pues el hartazgo que algunos sectores de la sociedad quieren marcar en elecciones legislativas, no se verifica en las presidenciales y demás ejecutivas por lo general.

“La gente”, los trabajadores mismos, terminan apoyando opciones presentadas por sus verdugos, por abrumadora mayoría ¿Qué amenaza entonces pueden constituir Altamira, Del Caño, Giordano o Bregman a los explotadores capitalistas?: NINGUNA


Uno ve apesadumbrado, además, cómo se sacan los ojos entre ellos.
El tema del FIT es digno de estudiarse. Quienes estuvimos cerca, conversando incluso para dar apoyo, sabemos de la realidad del Frente. Existe una tajante división entre quienes proponen más o menos lo mismo “para el horizonte”, pero visualizan diferentes caminos para llegar a él. El caso del PTS es el más claro.

Al tiempo que expresan querer “renovar la izquierda”, lo hacen desde un sectarismo a ultranza, que los lleva a dirimir en las PASO quiénes deben dirigir el armado electoral según quiénes piensan como ellos o quiénes no. Se erigen como “dueños de la verdad” de una verdad que desde la caída del Muro nadie puede arrogarse. Entonces, rechazan a los que ellos acusan de “chavistas”, “evistas”, “podemistas” o “syristas”, sin entender los procesos de masas que en determinadas partes del mundo ocurren y se enfrentan (los pueblos, más allá de las direcciones) contra el sistema. 

No quieren discutirlo, simplemente, reniegan de la izquierda que no piensa como ellos

¿Quién les dijo que son los dueños de la ideología? Su política sectaria sólo puede llevar a más división y, en consecuencia, a la derrota. Increíblemente, para definir su “pureza”, se someten a la voluntad de un pueblo que muchas veces los vota para castigar a otros y no para apoyar sus ideas.

Las dos fuerzas restantes, el PO e IS, aparentan fogonear una apertura a la que el PTS se opone, pero que en los hechos, se parece mucho más a un “juntar algunas orgas” para derrotar a sus adversarios dentro del Frente, que a una convicción por la unidad tan necesaria. Ceden puestos en las listas, sin ninguna expectativa, a los “extra-frentistas” y ni piensan en poner en discusión políticas y programa. O te dicen que formes “comités de apoyo al  FIT”, una forma de sugerir el famoso “síganme que no los voy a defraudar”. La experiencia del PCT, lo puedo contar en primera persona,  fue el intento de acercamiento y el ninguneo de las otras partes. Y que quede claro que la iniciativa de acercarse fue del PCT, nunca de los integrantes del FIT.
De esta manera, no sólo no abrieron sus listas para nuestros compañeros, sino que perdieron la oportunidad de sumar brazos para la propaganda, pintar consignas en las paredes, afiches y volanteadas. Lo que habla de cierta tontera, además de soberbia sectaria.


Lamento profundamente esta realidad. Lo lamento porque atenta contra nuestros sueños libertarios. Porque dentro de esas organizaciones hay gente a la que conozco desde hace muchos años y aprecio sinceramente en lo personal. Pero lo que demuestra el espectro revolucionario es que estamos atravesados innegablemente por la cultura burguesa a la que decimos combatir. Los personalismos, el creerse “dueños de la verdad”, la autoproclamación y el sectarismo imperantes van en contra de nuestros objetivos, y son funcionales a los intereses de los explotadores del mundo.

Si el FIT no puede constituirse en un factor de UNIDAD de los revolucionarios, incluso más allá de lo meramente electoral, va a ser más de lo mismo. Si la izquierda no entiende que hay que dejar atrás los viejos vicios sectarios y autoproclamatorios, seguirá siendo testimonial y mirará el poder desde lejos. Es por eso que en las próximas elecciones, muy posiblemente ni vaya a votar, harto de tropezar siempre con la misma piedra.    
    30-7-15
GUSTAVO ROBLES
postaporteñ@ 1441 - 2015-07-31 





 

Amodio Pérez sigue 

mandando fruta
preparando su regreso a Uruguay

 



Para presentar un libro  que en  su primer día de venta  el lunes, 27/7 en pocas horas, desde las 17.00 a las 20.00 se agotó, y después la demanda continuó al cierre de la 1ª semana con muy buena venta
 


El "traidor" tupamaro Héctor Amodio dice que 

Wilson Ferreira, Trabal y  Fernández Huidobro tramaron 

un golpe "peruanista"


 Búsqueda  Nº 1826 - MONTEVIDEO, 30 DE JULIO


El ex dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros) Héctor Amodio Pérez sostuvo en un libro que el caudillo blanco Wilson Ferreira Aldunate fue "un ambicioso y un oportunista" que mantuvo vínculos con la organización armada y con el ex director de inteligencia militar Ramón Trabal, para dar "un golpe bueno a la peruana" en octubre de 1972.

En esas negociaciones habría participado, entre otros, el actual ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, quien meses antes habría propuesto la rendición incondicional del MLN pero que "no contó con que la esquizofrenia de (Julio) Marenales y (Raúl) Sendic (dos dirigentes históricos) estaba desorbitada".


Amodio acusó a Fernández Huidobro de pasar información al enemigo y de entregar a Ferreira "una copia falsa" de un manuscrito que había confeccionado durante su"internación" en el batallón Florida a partir del 23 de mayo de 1972


 Búsqueda Nº 1826 - MONTEVIDEO, 30 DE JULIO


Las afirmaciones controvertidas y de difícil confirmación realizadas por el ex tupamaro forman parte de una larga entrevista incluida en el libro "Palabra de Amodio. La otra historia de los tupamaros". Una primera entrevista había sido publicada en octubre de 2013 por el periodista Gabriel Pereyra en "El Observador".
La nueva publicación, que lleva la firma del investigador y ex secretario de la bancada parlamentaria democristiana Jorge L. Marius, fue editado esta semana por Ediciones de la Plaza, editorial vinculada a "El País".
Amodio, definido como traidor por el MLN-Tupamaros y desaparecido de la vida pública entre 1973 y 2013, sostuvo también en el libro:

"Con Trabal discutimos acerca de las posibilidades teóricas de un ‘golpe bueno’ que asumiera algunas de las reivindicaciones del MLN-T planteadas cuando las conversaciones por la tregua y que acarrearía una amnistía para los presos sin delitos de sangre, amnistía que nos evitaría abandonar el Uruguay y formar parte de un gran acuerdo nacional en el que participarían políticos de todas las tendencias que no estuvieran implicados en ilícitos, ex integrantes del MLN-T y en el que él actuaría como gestor de buena voluntad".

Un golpe "a la peruana" implicaba en aquella época, el derrocamiento de un gobierno por militares antiestadounidenses

Amodio habló acerca del plan contragolpe, un esquema organizado por el general Liber Seregni, algunos militares de su confianza, los tupamaros y partidos del Frente Amplio para evitar que se desconociera un eventual triunfo de la izquierda en las elecciones de 1971 y que habría incluido también a Ferreira. "Hoy conozco que dentro del plan estaba incluido el posible triunfo electoral de Wilson Ferreira Aldunate con el conocimiento por su parte" señaló.

"Campaña de difamación"

 En el libro, Amodio intenta modificar la creencia generalizada de que logró evitar la tortura y negoció su libertad, y la de su entonces compañera Alicia Rey Morales, a cambio de traicionar a sus ex compañeros de lucha.
Reconoció que había actuado como asesor del Ejército durante las negociaciones que tuvieron lugar en el batallón Florida y también que había estado presente, vestido con uniforme de soldado, durante la detención de Marenales, aunque aportó una versión diferente a la del viejo tupamaro: no estaba patrullando en busca de clandestinos, sino visitando a su madre enferma de flebitis.
Acerca de las acusaciones de traición, Amodio admitió la colaboración con el Ejército, pero sostuvo que fue exagerada para convertirlo en "cabeza de turco" de los errores y otras delaciones que se produjeron en el MLN-Tupamaros. 
También dijo que se salvó de la tortura gracias a una promesa que el entonces jefe de información del Florida, Carlos Calcagno, había hecho a su tía y que luego engañó al entonces teniente segundo Armando Méndez aprovechando la compartimentación que existía entre las unidades militares.

Los juicios de una "rata de cloaca"

 A lo largo de la entrevista, que según un informe de inteligencia militar elevado a Fernández Huidobro sería presentada por el propio Amodio en Montevideo (Búsqueda Nº 1825), el ex tupamaro realiza valoraciones acerca de diferentes actores y situaciones de la década de 1970.
Sendic "iba por la libre" y "su práctica desmentía las versiones acerca de la seguridad y la compartimentación" del movimiento, además de ser responsable, junto a Fernández Huidobro, de una "campaña de acoso y derribo" de la organización en 1972 y de negociaciones que incluían su propia entrega a los militares.

Acerca del ex jefe de la Región Militar Nº 1 y hombre fuerte del Ejército Esteban Cristi, con quien pactó su salida del país, dijo que era "un estúpido y un ignorante" que lo trató de "rata de cloaca".
Opinó que el ex presidente José Mujica es honrado, pero no honesto, "porque se ha beneficiado de cosas que sabe que son falsas".
Acerca de Marenales, a quien considera autor de la versión original acerca de su traición, dijo que es "impulsivo y dueño de un amor propio exagerado" y un "esquemático individualista" incapaz de trabajar en equipo.
El fundador del MLN-T Jorge Manera "aportó siempre sensatez y mesura, por lo que sirvió siempre para contener los impulsos a los que Sendic y Marenales eran proclives".

Al coronel Trabal lo calificó como "iluso" que "creyó que el peso de la oficialidad joven estaría de su lado y la cagó, porque en cuanto los viejos lo apretaron lo dejaron solo".
Acerca de la muerte de cinco militantes tupamaros en los alrededores de Soca, al otro día del asesinato de Trabal en 1974, sostuvo que "fue un aviso" ya que "tenían a los rehenes y a las rehenas". Opinó que "el ‘Ñato’ (Fernández Huidobro) lo tiene que saber y seguro que se lo contó al comandante Facundo (Mujica) para convencerlo de que nos tenemos que llevar bien con los muchachos, para que no los deschaven y se caigan de los pedestales en los que se han subido".

El ex dirigente tupamaro consideró que la capacidad de la organización fue exagerada para justificar la represión y luego el golpe de Estado, detrás del cual estaba "el Departamento de Estado norteamericano. (...) no para derrotar al MLN-T que ya no existía, sino para imponer las medidas económicas de Milton Friedman, la famosa escuela de Chicago".

También valoró al que antes fue su enemigo: "No me cansaré de repetir todo lo que se ha magnificado la importancia de los servicios de inteligencia militar por lo menos hasta ese momento. Ni el mismo Trabal y por supuesto que ni Cristi ni (el entonces coronel Luis) Queirolo tenían idea de lo que era el MLN-T".
Precisamente uno de los aportes significativos de Amodio habría sido advertir a los militares acerca de la debilidad de la fuerza que tenían enfrente. Por eso y por los aportes operacionales para derrotar a lo que quedaba en pie fue calificado por un oficial de la época como "uno de los mejores generales que tuvo el Ejército".

Acerca de la caída de la "cárcel del pueblo", donde había dos secuestrados por la guerrilla, dijo que "no fue obra" suya aunque reconoció haber participado en el operativo conducido por Cristi y el teniente coronel Carlos Legnani.
"Reconozco que el MLN-T violó los derechos humanos pero honestamente creo que no hay punto de comparación entre uno y otro bando", dijo Amodio.
También aportó su versión acerca de otra de las acusaciones que pesan en su contra: haber revelado que el ex senador Enrique Erro, a quien los militares querían quitar los fueros parlamentarios y usaron como pretexto para el golpe de Estado, aportaba información a los tupamaros. Admitió que hacer esa declaración fue la última condición que impuso el general Cristi para dejarlos en libertad.
 

En "Los Yuyos" con Yessie Macchi


La noche del 12 de octubre de 1973 habría sido la última que el ex tupamaro Héctor Amodio y su pareja Alicia Rey (que se mantiene clandestina) pasaron en una unidad militar uruguaya. Según el relato contenido en el libro "Palabra de Amodio. La otra historia de los tupamaros", ambos salieron al día siguiente a bordo de un Fiat amarillo desde el 9º de Caballería, donde habían quedado alojados luego de una temporada en el batallón Florida, en compañía del entonces segundo jefe de la Región Militar Nº 1, coronel Luis Queirolo, y del teniente Armando Méndez.

Los cuatro habrían viajado juntos hasta Rivera. Al día siguiente los liberados habrían seguido viaje con pasaportes falsos aportados por el Ejército y dinero de familiares hasta Madrid vía San Pablo.

Según el relato de Amodio, durante los primeros tiempos en España habrían sobrevivido gracias a sus habilidades como gráfico en la falsificación de documentos, aprovechando un contacto familiar con el hampa.
El primer regreso a Montevideo se habría producido en la Navidad de 1997. "Nos quedamos en un hotel de Malvín, cerca de la rambla. Aparte de mi familia, me encontré con Susana, compañera de la escuela,(...) colaboradora del MLN-T y amiga de (la fallecida militante tupamara) Yessie (Macchi) y fue la que nos puso en contacto."  

Amodio y Macchi se habrían encontrado —con sorpresa para ella— en un bar. No reconoció al tipo canoso y de barba que la abordó. "Al principio se pensó que era un tira o milico y no me dio pelota, hasta que le empecé a soltar datos de sus cartas y casi se desmaya. Nos comimos unas pizzas con cerveza y nos fuimos al bar ‘Los Yuyos’", contó.

De acuerdo con ese relato, Amodio regresó otras cuatro veces a Montevideo entre 1998 y 2007. "Después comprendí que masoquearme no me servía para nada y dejé de venir."
 


- postaporteñ@ 1430 - 2015-07-31 




 

El extupamaro acusado de traidor vuelve a defenderse


El día que Amodio pasó a 

llamarse Gustavo


Julio 31, 2015  Observador (fragmentos)

En un rincón había una mesa llena de papeles y a su alrededor estaban (el capitán Carlos) Calcagno y (el teniente) Armando Méndez. El soldado Gómez estaba cebándoles mate. Calcagno me hizo señas para que me acercara y señaló una silla: 'Aquí el teniente Méndez tiene unos papeles para que los leas a ver qué te parece', me dijo. Eran las declaraciones de Manera, Fernández Huidobro, Marrero, Rosencof y otros a quienes no conocía. Al rato de estar leyendo oí que me invitaban con mate"

Así cuenta Héctor Amodio Pérez el comienzo del trato que tuvo con los militares en 1974 y que terminaría con un acuerdo que le permitió a él y a su compañera, Alicia Rey Morales, recuperar la libertad y viajar a España, salvándose de la cárcel por haber pertenecido al MLN.

La declaración –que con más o menos detalles ya había dado en una entrevista con El Observador en 2013- aparece en el libro Palabra de Amodio. La otra historia de los tupamaros, del investigador Jorge Marius que salió a la venta

Más adelante, dice: "Cuando terminé de leer me dijo Méndez: 'Bueno, ¿qué te parece?'. Hay cosas que son ciertas y otras de las que me entero ahora, le dije. Llevo tiempo sin encuadre, desconectado, a lo que me respondió: 'ya lo sabemos. Esto te puede interesar', al tiempo que me alcanzaba otra carpeta: son las declaraciones del Tino". El Tino es Píriz Budes, el otro extupamaro considerado traidor por el MLN, a juicio de José Mujica, el que hizo más daño a la organización con su delación.

"A medida que iba leyendo muchas detenciones y caídas de locales tuvieron explicación. Tino les había informado sobre casi todas, había relatado acciones y señalado a sus responsables, desde Morán Charquero hasta Mitrione, los secuestros, las fugas, las vinculaciones con Erro, Ferreira Aldunate...", añade.

"No falta nada, me dije, y cerré la carpeta. Me quedé esperando y para disimular mi asombro encendí otro cigarrillo", agrega
En el libro, Amodio da la pista de cómo se llamó todo estos años luego de que la dictadura le diera una nueva identidad con la que vivió en España. "'¿Cómo querés que te llame? ¿Por tu nombre?'. 

Gustavo, respondí, llamame Gustavo. 'Bueno, Gustavo, todo eso que leíste del Tino es porque hizo un acuerdo con el coronel (Ramón) Trabal. Todo eso a cambio de su libertad. Ya no está aquí, se fue. Estoy autorizado a proponerte otro para vos. ¿Qué me decís?'. Yo no puedo darte lo que te dio el Tino. Ahí lo tenés todo. 
'Pensátelo', me dijeron"




“Este tema es algo de patas cortas”



Tres extupamaros analizaron las declaraciones de Amodio Pérez

opinaron sobre los dichos del considerado “traidor” del MLN


fragmentos de una nota  Sebastián Amaya Julio 12, 2013 Observador, se reproduce la de  

Efraín Martínez Platero


“En este momento no quiero darle trascendencia a esos reportajes ni a Amodio. Hay cosas que están claras y que salen incluso del reportaje. Y no quiero extender más todo esto. Como decir, tendría que realmente escribir un libro. Me parece lo más correcto, tanto para Amodio como para el MLN.
Este tema es algo de patas cortas. Si uno pudiera decir que se intentaría con esto hacer una autocrítica verdadera del MLN, pero no es Amodio el que tiene esa posibilidad. No es la historia de Amodio dentro del MLN, eso es una parte nada más. Porque claro, él que ha vivido toda esa historia se da cuenta de que siempre vas a tener una parte de razón, son distintas visiones.
¿Sabe lo que pasa con la clandestinidad de un movimiento? 

Te lleva a no conocer a la gente. Te lleva a que tus propios compañeros son pocos seres anónimos y solamente en la cárcel los conociste, nada más. Y eso es distinto, no tiene nada que ver con el conocimiento profundo de la gente.
No tengo ninguna pregunta para hacerle a Amodio, ya las ha respondido todas. Lo veo muy veterano, pero lo vi como siempre…  Entrelíneas, uno lo conoce... Yo por lo menos lo conozco mucho”



 

Preparan llegada de Amodio Pérez:
"No voy a reconciliarme con nadie"



El extupamaro presentará un libro que es una larga entrevista en la que básicamentese defiende de las acusaciones de "traidor"

 que le endilga el MLN



30/7 Observador

Ediciones de la Plaza, editorial vinculada al diario El País, está ultimando los detalles para la llegada a Uruguay del extupamaro Héctor Amodio Pérez, quien presentará el libro "Palabra de Amodio. La historia de los tupamaros", una larga entrevista que le hizo Jorge Marius, un exdirigente del Partido Demócrata Cristiano (PDC).

Los organizadores están anunciando una larga conferencia de prensa de Amodio con todos los medios que quieran participar- "pueden ser dos horas", dijo una fuente- y luego brindar alguna entrevista exclusiva.
Amodio vendría expresamente a presentar el libro. "Yo no voy a reconciliarme con nadie", dijo Amodio a El Observador desde España, donde está exiliado desde 1973.

Acusado históricamente de haber sido el principal "traidor" y colaborador de los militares, lo que habría contribuido a la derrota del MLN, Amodio hizo su primera aparición pública tras 40 años de ausencia con una entrevista a El Observador realizada en Madrid donde parte de aquellas acusaciones quedaron relativizadas por la versión que dio el ex guerrillero


- postaporteñ@ 1441 - 2015-07-31




 

Entrevista a Yessie Macchi : 

Hacía años que yo no hablaba





Entrevista de Fabián Werner publicada en el Número 3 de "Cuadernos de la Historia reciente", Ediciones Banda Oriental, Forma parte de un libro de próxima aparición en "Ediciones del Caballo Perdido", sobre las rehenes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros durante la dictadura

 Montevideo Portal 03.02.2009

Con dos fugas de la cárcel de mujeres de Cabildo en su prontuario, Yessie Macchi había vuelto a formar parte del aparato armado del MLN en la columna conocida como“El Collar” [1], junto a su compañeroLeonel Martínez Platero, uno de los integrantes de la vieja guardia de “la orga”. Era el 13 de junio de 1972, y ambos hacían vigilancia en una hermosa mañana de invierno, “bien azul el cielo”, en el balneario canario de Parque del Plata, cuando los sorprendió un descomunal operativo que reunió a decenas de efectivos de la Caminera, la Policía, el Ejército, en unidades de tierra y aire. Ella recuerda que mientras corría y tiraba contra aquel hato de cazadores, la invadió una increíble serenidad, a pesar del sentimiento que acompaña la certeza de la muerte

Habíamos hecho un pacto con mi compañero de no dejar que nos agarraran vivos. A él lo asesinaron, lo mataron por la espalda, pero no al lado mío. Tuvimos que separarnos en un momento para dispersar el fuego enemigo, y él cayó en una emboscada. Yo seguía buscándolo en el balneario, sin saber bien dónde estaba

En medio de esa búsqueda “un semicírculo” de militares y policías rodeó a Yessie Macchi y se produjo un intercambio de disparos largo e intenso. Ella no quería caer viva, entre otras cosas rechazaba la idea de “sufrir esa humillación”, y a la vez que insultaba a sus oponentes para que dispararan, cuando se quedó sin balas y veía que “los milicos” también habían dejado de tirar, se fue despidiendo mentalmente de todos sus seres queridos, pensando que había llegado su hora. Pero no llegó, porque “el semicírculo” se cerró detrás de sí, y como ya la habían reconocido, se había dado la orden de atraparla con vida.

Cuando vienen por atrás me pegan un culatazo, todos vienen arriba mío y me empiezan a golpear y yo instintivamente me agarré la barriga y dije “aquí no”. Cinco minutos antes estaba diciendo “asesinos, no se animan a matar a una mujer”. Pero en ese momento recordé mi embarazo. Y ahí fue donde pegaron los culatazos. Ya en el camino al Hospital Militar tuve una pérdida.

Así fue como Yessie Macchi perdió su primer embarazo, se enteró de la muerte de su compañero y vio escapar su libertad recuperada por segunda vez. Además, la golpiza que le dieron sus captores significó tales daños que fue necesario enyesarla desde la punta de los pies hasta debajo de los senos. Así pasó casi ocho meses, hasta que “un poco en contra” de lo que querían quienes la asistían en el Hospital Militar la sacaron para interrogarla. La devolvieron con el yeso roto, por lo que debió quedarse internada un tiempo más, luego que lo emparcharan

En realidad, lejos de servir para la rehabilitación, el hospital fue una instancia de permanente indagación; hicieron un calabozo especial para ella en la parte de arriba. También había otro para Raúl Sendic, para atenderlo de las heridas que sufrió durante su caída. Después de un tiempo llegó por su calabozo el coronelRamón Trabal, jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército, quien se hizo cargo de su interrogatorio.


 Entre ambos se generó una “relación política buena, de enemigo a enemigo. En los dos o tres primeros meses el militar la visitaba todas las noches en el hospital.
Fue muy interesante todo lo que conversamos, me enteraba por él de todo lo que pasaba en los distintos cuarteles, de las negociaciones del MLN con los milicos, incluso quiso llevarme cuando las negociaciones para el Batallón Florida y yo me negué porque no estaba de acuerdo con ellas

Las conversaciones terminaron cuando se enteró elgeneral Esteban Christi, 
comandante de la Región Militar N° 1, que una noche fue al Hospital y delante de Yessie Macchi recriminó duramente a Trabal por su actitud con la detenida. Es que los informes posteriores al interrogatorio que él había realizado repetían lo que ella le había dicho: su nombre y nada más. Luego de ese incidente vendría un nuevo período de interrogatorios, esta vez en la sede de la Región Militar N° 1.

Lo primero que hicieron fue romper delante de mí el acta que había hecho Trabal. “A este hijo de puta lo vamos a romper igual que al acta”,me dijeron, y ahí empezó el verdadero interrogatorio. Ahí estuve creo que un mes, porque me dejaron un tiempo para recuperarme de la tortura, y de ahí me devolvieron al Regimiento de Infantería N° 2 para recauchutarme un poco; después me llevaron a Punta de Rieles. Así que yo llegué allá después del resto de las compañeras, febrero o marzo de 1973.

DEL PENAL A LA MAZMORRA


Cuando Yessie Macchi llegó al Penal de Punta de Rieles“era una piltrafa”, debido al largo período de tortura que había sufrido durante los interrogatorios. Además, arrastraba el dolor de la muerte de su compañero y del embarazo que había perdido, sin haber podido elaborar sus duelos debido a los mecanismos de defensa que había tenido que levantar ante el permanente hostigamiento de sus custodios.

Al entrar al penal todavía rengueaba, porque la fractura de su pierna había sido muy grande, y estaba muy delgada. De ánimo estaba completamente cerrada,en un estado de defensa absoluto, y se disponía a encarar la difícil realidad de un penal con 173 mujeres, la inmensa mayoría del MLN, enfrentadas a los militarespero también a sus propios demonios interiores, porque entre ellas convivían las que habían logrado sostenerse con las que habían delatado,había algunos casos de desmoralización bastante grandes y no había organización entre ellas


Cuando llegué me encontré con una cartita que había dejado un compañero dirigente del MLN que había pasado por Penal de Punta de Rieles como preso antes que llegaran las mujeres presas. Esta carta nos la entregó el comandante del penal, el coronel Albornoz [2], y decía que él era una excelente persona, que nos dejaban una huertita para que cultiváramos para nosotras. Poco menos, decía que nos portáramos bien. Entonces todo eso me asustó un poco, me puso en guardia, y junto con dos compañeras más, las tres con más experiencia dentro del MLN, nos pusimos a organizar el funcionamiento de la orga dentro de la cárcel

Eran tiempos muy difíciles para los tupamaros. Los comunicados 4 y 7 habían generado discrepancias entre los miembros de la organización que estaban presos, lo que hacía que se difundieran “ecos raros” entre ellos. Entre las reclusas también se discutió sobre la tendencia“peruanista” que pugnaba en la interna militar, en base a la información obtenida durante las charlas con el coronel Trabal y a libros que tenían sobre el proceso peruano. Eso motivó a las prisioneras más experimentadas a impulsar mecanismos de discusión, para tener una línea común dentro de la cárcel.

Fue bastante difícil porque eran compañeras recién salidas de la tortura, algunas ni siquiera habían militado, apenas habían prestado un auto o habían caído en la desbandada. De hecho todas habíamos pasado momentos muy duros también en la tortura. Y hasta que nos sacaron del penal a las que seríamos las rehenes de la dictadura, el 20 de junio de 1973, siete días antes del golpe, lo que se organizó por parte nuestra fue bastante. Creo que por eso se apuraron a sacarnos, antes que a los hombres. Se logró formar en grupos a las compañeras para la discusión y el funcionamiento, estabilizar lo caótica que era esa situación, dar un sentimiento de pertenencia nuevamente a la organización.

La última pulseada entre las presas y los carceleros antes del retiro de las primeras ocho rehenes fue el 18 de mayo de 1973, cuando se conmemoraba el primer año del operativo en el que resultaron muertos cuatro soldados que montaban guardia frente a la casa del comandante en Jefe del Ejército, general Gravina. En los días anteriores, previendo que hubiera algún “verdugueo”, las presas habían resuelto romper filas ante cualquier provocación, y así lo hicieron cuando la incitación efectivamente se produjo, en el patio donde se izaba la bandera uruguaya todos los días
Ya no estaba Albornoz, había otro comandante que comenzó con un discurso terrorista contra nosotras, muy fuerte, e inmediatamente rompimos filas.Enseguida nos subieron y estuvimos sancionadas por desacato. Eso fue el 18 de mayo, y el 20 de junio ocho de nosotras ya estábamos fuera del penal, como rehenes.

El primer cuartel “visitado” por Yessie Macchi fue el de San Ramón; junto a ella estaba“en el mismo trille” Gracia Dry, a quien ubicaron a un par de calabozos de distancia. Desde su llegada“se notaba algo raro en el ambiente”, pero era imposible saber de qué se trataba. Una semana después de su llegada notaron un extraordinario movimiento, chasquidos de armas, griteríos. 

En medio del alboroto un capitán apellidado Taramasco, que había participado de las sesiones de tortura y que mantenía la curiosa costumbre de acercarse a charlar con la presa atormentada, pasó por delante de su calabozo. “¿Qué pasa?”, le preguntó ella al militar desde su mirilla.El gritó: “Vamos a salvar a la patria”. Era el 27 de junio de 1973. Ella no entendió nada

A los cuatro o cinco días les dicen que se preparen para un traslado, y las llevan alRegimiento N° 4 de Caballería. Ahí están cuando cae toda la plana mayor del Frente Amplio salvo su presidente Líber Seregni. En calabozos individuales fueron instalados los dirigentes de la izquierda el 9 de julio, detenidos en la manifestación contra la dictadura convocada por el mismo Frente Amplio. Estaban uno al lado del otro. 


Yessie Macchi estaba en el último calabozo. Ahí pudo hablar por la mirilla, en voz baja con Hugo Batalla, que había sido alojado en la celda contigua; él le contó lo que había pasado aquel día de alboroto incomprensible. Ahí empezó a pensar que las peores hipótesis podían concretarse, y que la muerte era una posibilidad muy firme. De hecho, los militares amenazaban con matarla todo el tiem po y practicaban frecuentemente simulacros de fusilamiento.

Por aquellos días cambiaron a Gracia Dry por Estela Sánchez, sin que Yessie Macchi supiera nunca el motivo ya que no tenía prácticamente chance de hablar con ellas; era extraño encontrar algún “milico pierna” que las dejara decirse cosas de calabozo a calabozo o cantar juntas.


Era un momento de caída de militantes políticos, sociales y sindicales, y por lo tanto también de tortura, sistemática y salvaje. En el cuartel de San Ramón estaban, entre otros, los ferroviarios, cuyo sindicato había sido desmantelado; allí eran torturados sus militantes. Los cuartos de tortura estaban prácticamente pegados a los calabozos, desde donde se escuchaba todo, por lo que dormir era casi imposible

En los momentos en que había un descanso lo que había que hacer era levantarse y desde la mirilla ayudar a esos compañeros, algunos de los cuales se veía que estaban aflojando.Silbar canciones revolucionarias, tangos, o si el milico era medio piola preguntarle de dónde eran, decirles que no estaban solos, que aguantaran. El día se me iba en eso. Cuando pusieron a Estela (Sánchez) seguían esas sesiones de tortura, pero además ella sufría de claustrofobia, entonces tenía ataques de histeria, de angustia, y también había que apoyarla a ella, gritarle, golpearle fuerte la pared, hablarle aunque no lo permitieran

Mientras esa batalla transcurría, la dictadura uruguaya decide investigar si guerrilleros uruguayos habían sido entrenados en Cuba [3]

Entonces es trasladada al “Infierno Chico”, una casona en la rambla de Punta Gorda, a donde es interrogada durante dos semanas junto a quienes habían visitado la isla caribeña y los someten a “una buena máquina”.

Así Yessie Macchi fue postergando sus duelos, no había lugar para pensar en la muerte de su compañero o en la pérdida de su embarazo 


A fines de 1974 fue trasladada al Batallón de Ingenieros N° 1, y estando allí se produce el asesinato del coronel Ramón Trabal en París, el 19 de diciembre.Esto tuvo una consecuencia directa en la vida de la presa tupamara, debido a los contactos que había mantenido con él durante su internación en el Hospital Militar, por lo que se inicia una nueva etapa de interrogatorios para saber quiénes integraban el equipo de trabajo “clandestino” del oficial asesinado, que supuestamente ella debía conocer

Después nos trasladan para San Ramón nuevamente, era un lugar feo, los calabozos diminutos, tremendamente inclementes, inhóspitos. Cada vez que te llevaban al baño te ponían la capucha y te llevaban con llave de karate, ibas saltando todo el camino y era bastante lejos, por lo cual te llevaban poco. A veces una vez por día, por lo que yo tenía una bolsita de nylon.
A principios de 1975, cuando la separan de Estela Sánchez, Yessie Macchi por primera vez se queda sola, sin otras rehenes o compañeros sometidos a tortura que necesiten de su ayuda. 

Allí, la invade un sentimiento de soledad que sólo había sufrido en su adolescencia [4] por lo que debe ocuparse de sus duelos, de sus cargas, de su doloroso presente.No tenía a quién silbar, no tenía a quién ayudar, más que a sí misma

Ahí empecé a llorar, en silencio. Pasaron dos o tres semanas y el llanto no me paraba, era una cosa mansa. No gemía, no gritaba, no hacía nada, simplemente me caía un chorro de lágrimas permanente. Mi gran preocupación era mantener una imagen de fortaleza frente a los militares, pero ellos tenían una vigilancia muy estrecha y calculo que esta diferencia en mi actitud era obvia. Me preguntaron si quería un pase al psiquiatra, y les dije que no lo necesitaba. En ese momento, eso hubiera sido mortal. En esos días no podía pensar, lloraba, no podía contener el llanto, y eso me martirizaba. Y en los pocos momentos que no lo hacía fantaseaba con que mi hijo tendría ya tres años y yo estaba con él, le hablaba, le contaba historias, cuentos, pero lo que más bronca me daba era no poder contener el llanto. Creo que en el período anterior lo que me contu vo fue que siempre tenía que ayudar a alguien, primero en Punta de Rieles y después en los calabozos. Una vez que se acaba todo eso mi autoexigencia o la exigencia externa habían desaparecido, y entré en una crisis muy grande.

Inmediatamente es trasladada otra vez al Batallón Florida, donde había un sistema mucho más laxo. Una vez más los militares aplicaban su idea de apretar y aflojar la represión, lo que establecía una situación de incertidumbre psicológica para las rehenes que constituía una tortura en sí misma. El simple anuncio de un traslado ya se convertía en una amenaza de endurecimiento de las condiciones de reclusión. Cuando las cautivas se acostumbraban a algún lugar poco hostil, se producía el traslado a un lugar con una represión más dura, y cuando esto amenazaba con destrozar la resistencia, volvía a distenderse con otro traslado

Cuando Yessie Macchi vuelve al Batallón Florida, en medio de aquella crisis de llanto silencioso e interminable, se produce un encuentro inesperado, que marcaría los siguientes años de reclusión: “Me encontré con una mujer dentro del calabozo. Era Elisa”. 

La hija mayor del senador Zelmar Michelini había soportado varios días de salvaje tortura en el Infierno chico, en la casona de Punta Gorda, y luego fue trasladada al cuartel en el barrio de Buceo. Allí se reunió con Yessie Macchi, quien venía de sus primeras tres semanas de total soledad en un inhóspito calabozo de San Ramón, de más de veinte días de llanto permanente.

En el Batallón Florida las cosas mejoraron, porque pasó a una amplia celda con dos camas, con espacio suficiente para transitar entre ellas, una ventana entrecerrada a través de la cual se adivinaba el sol, la puerta de las celdas estaban abiertas (por lo que se podía ir al baño todas las veces que se necesitara) y había dos horas diarias de recreo. Incluso las visitas podían entrar paquetes con frutas y verduras.


Cuando me encontré con Elisa ella venía muy mal de la tortura, y lo que hice fue agarrarme a ella y tratar de ayudarla. Se me fue instantáneamente el llanto, ella me contó su historia, yo le conté la mía, hicimos una amistad muy grande. Hacía años que yo no hablaba, desde que estaba en la situación de rehén.

Aquel encuentro de dos meses y medio fue para Yessie Macchi como“un respiro después de una corrida larga”.
Ella y Elisa Michelini se necesitaban mutuamente, y por lo general charlaban todo el tiempo, aunque había momentos en que cada una se sumía en sus pensamientos. Gracias a un efectivo mecanismode tráfico epistolar clandestino, mediante el cual Elisa podía recibir las cartas de Zelmar y de su compañero preso en el Penal de Libertad, las dos tenían buena información acerca de lo que ocurría fuera de los cuarteles. 

Hasta que un día les dijeron que prepararan sus cosas porque las iban a trasladar. Otra vez la angustia, la incertidumbre.
Y ahí volvió el apriete, y fue un período muy duro, inolvidable para ambas

Nos trasladan a Artillería 1, La Paloma, en el Cerro. Llegamos y nos encontramos con un lugar donde no cabía uno y estábamos las dos. Y había un cartel sobre la mirilla que decía: “asesinas”. Entonces pensé: “acá viene brava”. A ese lugar le llamaban “las mazmorras”, y estuvimos ahí bastante tiempo. Ella dormía para un lado, yo para otro, no cabíamos paradas, no teníamos recreo, teníamos que ir al baño con un milico parado junto al inodoro con un fusil apuntándonos; había golpizas, plantones

Las brutales condiciones del cautiverio fueron narradas a las visitas, gracias al ingenio de las presas para comunicarse, y esos relatos llegaron a oídos deZelmar, el padre de Elisa, quien lo denunció en el Tribunal Russell, en Human Right Watch, y en todos los lugares donde fue posible. Pero las cosas empeoraron, porque cuando los detalles de la denuncia se hicieron públicos hubo más plantones, más golpizas, más represión.
Faltaban pocos días para el final del mes de abril de 1976, y aquellas denuncias habían acicateado la saña de los militares, que pasaban cada media hora por los calabozos, metían el arma por la mirilla y la martillaban; ellas no sabían si estaban cargadas o no, así que cualquiera de aquellas maniobras podía ser el fin del sometimiento y de la vida

UN AGUJERO Y UN AMOR

Un día Yessie Macchi pidió, como permiso especial, que le permitieran poner un tablón en la pared a modo de estante para colocar las pocas cosas que le permitían conservar dentro del calabozo. Increíblemente las autoridades del cuartel dijeron que sí, y le encomendaron la labor a otro preso, que compartía una “pared medianera” con ella. El tenía permiso para hacer manualidades, y con las herramientas que tenía había horadado las viejas paredes, que se caían de viejas y húmedas, hasta hacer un agujero. Una y otro se tapaban con sus colchas de un lado y otro de la medianera, y hablaban de noche. El insoportable volumen de las cumbias que escuchaban los torturadores mientras vejaban a los presos servía de involuntario cómplice para las tertulias nocturnas. Así, Yessie y Mario charlaban, mientras los demás no escuchaban nada.

No sé qué pasaba dentro de mí en esos momentos, pero creo que no haber elaborado mis duelos, la bronca que yo tenía adentro por tantos cuarteles, tanta tortura, venía un milico de otro cuartel y te dejaban en un cuarto con él y otra vez el toqueteo y la “máquina”. Yo tenía una necesidad de rebeldía muy grande, porque además ya había pasado por el juez militar que me había baboseado, me había dicho que antes de 45 años no salía. Y yo de eso estaba segura, porque no había ninguna perspectiva de nada.

El romance clandestino avanzó con el correr del tiempo, con cumbias de fondo, soportando los gritos de los compañeros sometidos a suplicio en las salas vecinas, hasta que una noche Yessie propuso: “¿Y si tenemos un hijo?”
No pude ver la cara que puso porque estaba del otro lado de la pared, pero le dije: “Mirá Mario, yo no salgo más de acá. O me matan o me quedo acá por muchos años. Vos tenés una pena corta, te faltan dos años, podemos tener un hijo que cuiden mis padres mientras tanto, y después tú lo criás”. “Bueno, está bien”, dijo Mario Soto, aunque con alguna sorpresa en su voz.


En aquel cuartel, el más represivo de todos los que la presa había estado, la pareja pudo reunirse “dos o tres veces”, gracias a la solidaridad de uno de los custodios. Previamente, ella había pedido la aprobación de sus padres, que aceptaron criar a su hijo a pesar de la incertidumbre que les provocó la noticia de que existía la posibilidad de que fueran abuelos. También contaron con la solidaridad de los compañeros presos en ese cuartel, que fueron anoticiados previamente de que ella quedaría embarazada y que eso podía tener consecuencias posteriores, como el endurecimiento de la represión y el aislamiento. Casi todos estuvieron de acuerdo.

Una noche Yessie y Elisa no podían dormirse, y escuchaban una radio sintonizada en Carve, emisora que tenía un programa nocturno que pasaba música y la interrumpía con breves espacios informativos. Como era habitual, al final de una melodía comenzó a darse una novedad que las presas no pudieron escuchar completamente.


“Los dos legisladores desaparecidos en la Argentina…” alcanzaron a escuchar, y después más nada. En el primero que pensaron fue en el padre de Elisa, el otro podía ser Wilson Ferreira Aldunate.

Esa noche no dormimos nada. Al otro día vemos que rodean todas las mazmorras con ametralladoras, y cortan las visitas. Después de unos días, le conceden una visita a un compañero que un mes atrás la había pedido por su cumpleaños. Cuando vuelve por el corredor se zafa del milico, corre hacia nuestra mirilla y dice:“Elisa, asesinaron a tu padre”.Y mientras el milico lo sacudía: “Prefiero que lo sepas por mí y no por ellos”.

Durante la siguiente semana Elisa reclamó insistentemente que la dejaran ver a la familia, y pedía sin éxito para hablar con el comandante de la unidad. Mientras tanto la situación era de duelo, en las celdas no se cantaba, no se jugaba al ajedrez de calabozo a calabozo. Finalmente le dieron la visita, era Hugo Batalla. Allí se enteró que el otro asesinado había sido Héctor Gutiérrez Ruiz

Mientras Elisa conocía algunos detalles del crimen de su padre, Yessie se vio sacudida por un vómito; nunca había vomitado en su vida. Cuando volvió al calabozo Yessie limpiaba el piso. Al darse cuenta de lo que había ocurrido se abrazaron, por el padre que se había ido y por el bebé que anunciaba su llegada.


Fue como si yo fuera la hija de Zelmar y Elisa la madre de Paloma. Eran dos cosas completamente opuestas, la vida y la muerte. Lo que yo viví con Elisa no lo viví con nadie más. Todo ese tiempo anterior y posterior a la muerte de su padre y a mi embarazo, fue algo muy intenso.

Después de confirmar su gravidez, el problema pasó a ser que no corriera el rumor de que el niño era hijo de un militar, producto de una violación, y para eso no había más remedio que dar a conocer su relación con uno de los compañeros presos. Entonces Yessie le pidió a la madre que hiciera un juego de alianzas y que las enviara en el paquete de Mario, el padre de su hijo, y que en los anillos estuviera grabada una fecha muy bien pensada, para que pareciera que ese había sido el día en que habían estado juntos por primera vez. En realidad, el día que figuraría en los anillos había estado de guardia el torturador más salvaje de todos.

Si se daban cuenta de que teníamos anillo, y miraban la fecha, iba a aparecer él como responsable de lo que hubiera pasado esa noche.

Luego él le mandó a ella una carta de amor a través de un soldado, con la certeza de que la misiva llegaría a manos del comandante de la unidad. Enseguida ambos fueron llamados a interrogatorio, y él estuvo de plantón toda la noche. Cuando ella fue interrogada por el comandante confirmó su romance y le pidió permiso para casarse por poder. El objetivo de publicitar su relación se había conseguido, pero también habían determinado su separación definitiva. 

Aquella fue la última vez que Yessie Macchi vio a Mario Soto, el padre de su bebé

A los dos días ella y Elisa fueron trasladadas al 4° de Caballería, donde tenían una hora de recreo diaria, en la que una podía ir al calabozo de la otra. Allí se encontraroncon el hijo del asesinado coronel Ramón Trabal, quien permanecía como jefe del S2 (Inteligencia) en esa unidad. Todas las noches él iba, borracho, a hablar con Elisa, quien procesaba su duelo por la muerte de Zelmar. 


Y le decía:“A mi padre lo mataron los mismos que mataron al tuyo”. Era conciente de que el crimen cometido en París había sido responsabilidad de sus propios camaradas, pero permanecía de todas formas en el S2 del 4° de Caballería.

Poco tiempo después, un nuevo traslado, esta vez al 9° de Caballería. Para ese entonces, ya había empezado a aparecer la panza, por lo que tenía que usar un poncho de lana para ocultar su estado.


 Allí Yessie Macchi se encontró con un mayor que la conocía del Hospital Militar,“un viejo enemigo”, quien sospechó de aquel afán por abrigarse en tiempos nada invernales, por lo que ordenó un examen ginecológico. Cuando la reclusa llegó al consultorio, una mujer le indicó que se acostara para practicarle los análisis, pero la presa se negó: “Usted no me va a hacer ningún examen, y si lo que quiere saber es si estoy embarazada, se lo digo yo: sí, estoy embarazada de seis meses”.

En realidad el embarazo era de poco más de 16 semanas, pero la exageración había sido calculada previendo posibles consecuencias. “¡Qué disparate, qué sinvergüenza!, ¿usted me va a decir que los militares violan a las presas en los calabozos?”, replicó la mujer. “Esto no es producto de violación, pero desde ya le digo que a mí me han violado. Esto es producto de una relación voluntaria con otro preso”. Alarmada, la mujer cerró la puerta, dejó a Yessie Macchi dentro de la sala y fue a buscar a las autoridades de la unidad.En poco tiempo se había armado un revuelo que tendría consecuencias para el destino inmediato de todas las mujeres rehenes.

Minutos más tarde, el jefe de reclusión del cuartel, un capitán de apellido Lucero, llamó a Yessie Macchi, y le pidió la alianza, aquella que su madre había mandado fabricar con una fecha muy bien estudiada. El militar la anotó y le preguntó a la presa el nombre del padre del niño. Luego, confesó que no sabía cómo resolver la situación. Al poco rato fue llamada otra vez, pero ahora estaban presentes los comandantes y sub comandantes del cuartel de La Paloma (la unidad adonde había sido concebido el bebé) y el 9° de Caballería. Ninguno sabía qué hacer porque todavía no había ninguna orden de la Junta de Comandantes


Estaban todos a los manotazos, pero yo me daba cuenta que eran todos para arriba, en la panza nada.

Las amenazas de muerte se intercalaban con las de un aborto provocado, hasta que Yessie Macchi les anunció que su situación estaba enconocimiento de varios organismos humanitarios internacionales, y que cualquier daño que ella sufriera por su embarazo inmediatamente tendría consecuencias para el Uruguay y su régimen militar. La advertencia profundizó la incertidumbre de los oficiales, que optaron por retirarse de la sala y dejar sola a la mujer. Al día siguiente, el comandante de la unidad se presentó para pedirles a Elisa y ella que recogieran sus cosas para abandonar el cuartel. Las razones de esta medida se las aclaró luego otro oficial de la misma unidad: 
“Las mujeres no sirven para estar en los cuarteles”

Si bien a mí me resultó relativamente barato quedar embarazada, no fue así para quien era mi compañero en ese momento. El estuvo tres meses siendo torturado simplemente para que dijera el nombre del guardia que había facilitado que nosotros estuviéramos juntos. Ya después de eso quedó totalmente traumatizado por dentro, lo que desembocó en un cáncer y su muerte el 27 de junio de 1980.

Más de tres años después de iniciada la rotación, los militares habían caído en la cuenta, gracias al embarazo de Yessie Macchi, de que “las mujeres no sirven para estar en los cuarteles”, por lo que resolvieron quel as rehenes volvieran al penal de Punta de Rieles. Al principio las instalaron en un sector a todas juntas, con algunas presas que venían de otras zonas de la cárcel. Fue una especie de aislamiento antes de la integración con el resto de las reclusas.

Este regreso a la vida compartida del penal podría verse como una mejora respecto al severo aislamiento que sufrieron en los calabozos de los cuarteles de la dictadura.Sin embargo, estuvo bastante lejos de ser así en el caso de Yessie Macchi. 

El entusiasmo que ella sentía por su maternidad se vio empañado por el malestar que ocasionaba en un grupo pequeño pero influyente de presas
Yo estaba muy orgullosa con mi embarazo, me parecía que era lo más grande que había podido lograr en toda mi vida. Al tiempo me enteré que en otro sector de la cárcel había compañeras que estaban en contra

. Era una posición muy homogénea de ese grupo que impuso una mordaza a otras que también estaban en ese sector. Allí la crítica fue muy fuerte, aunque nunca me enteré cuál era.

Cuando el Comando de la cárcel constató esta división entre las presas, trasladó a Yessie Macchi a ese sector de reclusión, lo que le significó enfrentar un momento muy duro de la cárcel, quizás el más duro de todos
Estuve rodeada de compañeras con las cuales no podía hablar,las críticas no se hacían de frente y ellas mismas habían implantado una especie de silencio hacia mí. Es muy difícilsufrir una cana doble, la que te imponen tus enemigos y la de compañeras que están tan presas como una. Quizás sus opiniones podían ser aceptadas como algo válido, aunque no compartido, pero no de la forma como lo hicieron, muy cruel. Incluso cuando mi hija venía a la visita de niños, ellas no la saludaban, fue una situación de mucha tensión
En ese sector estuvo un año. Un año muy solitario. 
Allí también estuvo Lía Maciel, otra de las que había estado como rehén hasta finales de 1976.
Con ella compartió sus estudios de psicología, pero la comunicación era difícil porque estaban en celdas distantes. Había otro aspecto que dificultaba la vida de Yessie en el Penal de Punta de Rieles, y era que la seguían interrogando por “el tema Trabal”, así que tenía los morrales prontos para los traslados a nuevos interrogatorios, nuevas torturas, y no lo podía compartir con nadie. Esta fue la segunda instancia (la primera fue los calabozos de la Región Militar Número 1) en la que tuvo que enfrentar sola la ausencia de libertad
Nunca me dejé divagar, tenía la mente ocupada permanentemente, si había libros estaba leyendo, si no pensaba en los que había leído antes, escribía poemas mentalmente, usé mucho el canto, silbaba,recordé todos los tangos que sabía en mi vida, inventé otros. Recuerdo días enteros numerando la cantidad de compañeros que había conocido durante toda mi vida, lo cual me daba cuentas astronómicas y me llevaba días y días. Es increíble la capacidad creativa del ser humano.

Mientras esas estrategias para sobrevivir a la agresión del presidio se desarrollaban, recurriendo a todo el patrimonio personal y colectivocosechado durante años de militancia, se iban eludiendo viejos lutos. Es que la cárcel no es un lugar propicio para elaborar duelos, por el contrario van aumentando, ante la constante pérdida de libertad

La salida de la cárcel es el momento más difícil, yo le llamo el trauma de la libertad, porque se te plantea tirar abajo todos esos mecanismos de defensa que te pusiste para bancar la hostilidad del medio, y empezar a vivir como un ser humano normal, como si no te hubiera pasado nada o procesando el duelo por lo que te pasó

El dolor por el compañero asesinado en el operativo de Parque del Plata en junio de 1972, y por el hijo que le hicieron abortar ese mismo día, fue asimilado por Yessie Macchi hace pocos años, y terminó en una profunda crisis alcohólica, de la que le costó mucho salir. Pidió mucha ayuda y no la obtuvo, salvo de su hermana mayor y alguna amiga íntima. “Hay que tener en cuenta que todos sufrían sus duelos y sus amputaciones”, asegura

Yo me atendí permanentemente con psicólogos, primero por la relación con mi hija Paloma que tenía nueve años cuando yo salí en libertad, mi relación con mi nueva pareja, y toda mi reinserción implicó terapias.Y ninguno de los terapeutas que me atendieron estaba preparado, es un tema muy difícil. En algunos países los hay pero son contados, porque no es una simple neurosis común, es algo mucho más profundo, con raíces muy dolorosas, y exige del terapeuta cierta experiencia en la materia o una sensibilidad muy exquisita, que yo no encontré

La labor para los psicólogos no era fácil.Se debatían con una persona que había mantenido firmes mecanismos de defensa durante más de catorce años en la cárcel y que durante ese lapso había estudiado lo mismo que ellos.
Yo los sobraba, cuando me preguntaban algo yo ya sabía por dónde venían, tenían todas las de perder

Pero Yessie también perdió. Dos compañeros, un hijo, un padre y tres lustros de libertad. La carga era muy pesada, y el consuelo que encontró fue el alcohol, hasta que decidió abandonar su hogar y refugiarse en una casa de salud durante cinco meses.

Estaba con cuatro viejitas amorosas y con ellas logré hacer mi duelo. Yo creo que cada uno tiene su ritmo. ¿Por qué ahora surgen tantos testimonios y tantos libros? Lleva su tiempo, es un tiempo histórico, que depende de todo un proceso.

Buena parte de ese período se vivió en el contexto de la lucha contra la ley de impunidad, que finalmente se perdió. Esa batalla, sin embargo, Yessie la vivió amortiguada porque al salir de la cárcel resolvió vivir en La Teja, así que buena parte de esos años los vivió abrazada por la solidaridad de los vecinos.
Aún así, no pude evitar esa crisis muy prolongada en el tiempo, fácilmente quince años de mi vida, en que yo no podía hablar de determinados temas. A lo largo de todos esos años yo logré conocerme totalmente, no sólo en el aislamiento de la cárcel sino en el posterior por mi enfermedad. Hoy me siento bien conmigo misma.
 Creo que lo que viví hasta el 85 fue bien vivido. 
Lo que viví después también lo fue, pero fue en una pelea constante contra la autodestrucción. Al menos eso fue lo que me pasó a mí



1/. El Collar era una columna que rodeaba todo el departamento de Montevideo y su finalidad era para una etapa superior de lucha, para evitar la entrada de tropas del ejército a Montevideo suponiendo que hubiera una situación insurreccional o revolucionaria, y al mismo tiempo impidiendo la salida de tropas para el interior si había un levantamiento allí, el cual era posible encuadrado en lo que era el plan Tatú. “En esa columna tenían que ser cuadros militares muy bien probados, porque era la barrera de choque. Yo me instalé ahí, en la parte de los balnearios del este, desde el arroyo Carrasco hasta el arroyo Solís Grande en el límite con Maldonado”

2/  “Albornoz era un caso típico de un hombre de inteligencia, porque él estaba ahí para clasificarnos, muy simpático, muy amable, de puertas abiertas en las celdas, y que fue en definitiva, mirado desde la perspectiva de ahora, el que planificó el penal represivo más duro que tuvimos, en base a los datos que ingenuamente nosotras mismas le fuimos dando, porque no estábamos acostumbradas a los militares como celadores, sí como torturadores”

3/  Yessie Macchi viajó a Cuba en 1967, estando aún en la legalidad, trabajando en Alcan Aluminios del Uruguay. Por ese tiempo, durante el día trabajaba como secretaría ejecutiva y durante el resto era una militante tupamara en cuyo apartamento de Malvín se congregaba buena parte de la dirección del MLN. Pero llegó un momento que fue muy difícil mantener la “doble vida”, por lo que la organización resolvió enviarla a Cuba, y lo que se pensó como una “representación” por seis meses terminó siendo una estadía de un año. Aprovechando el impulso dado por la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), que había aprobado la lucha armada en todo el continente, se vinculó con representantes de los movimientos de liberación nacional de la región, y recibió un intenso entrenamiento militar

4/ Cuando Yessie Macchi tenía 11 años sus padres deciden separarse, aunque continúan viviendo juntos en la misma casa, ellos en distintos cuartos, y ella en un tercero. Esa fue una etapa muy difícil para la niña, que además sufría la falta de su hermana mayor que debió viajar a Estados Unidos por motivos de estudio. “Ese fue mi primer aprendizaje de la soledad. Si lo miro desde hoy yo diría que fue, con todo lo que me tocó vivir en mi vida, los peores años de soledad”. Para superar esa situación se acercó primero a la Iglesia Católica y después a la Metodista, pero a los 13 años también se decepcionó de la vida religiosa y emprendió la exploración por otros caminos: “Siempre estaba a la búsqueda de algo que me sostuviera”.


 (Yessie Macchi Torres murió el 3 de  febrero de 2009 a los 62 años víctima de un cáncer en Montevideo/posta)



 

A la querida compañera Yessie



Desde el cielo Tupamaro que aún es muy pequeño en habitantes ya que la mayoría está quedando afuera, esta hermosa compañera revolucionara continua sorprendiendo con sus herejías, HUY!!!!! “dirigentes” intocables, “fundadores” del MLN” guerrilleros” con muchas balas, “referentes”, místicos, “estrategas y tácticos miren lo que ha hecho esta TUPAMARA DE VERDAD…..se ha reunido con Amodio  y ambos han terminado en pedo!!

Pero no pierdan el sueño, YESSIE ya ha dejado de castigarlos pero eso si a los traidores a los que se esconden tras la delación de Amodio ya Yessie les dijo todo; esta logia de Amodios no entraran al cielo Tupamaro;  tal vez si terminen en el panteón de los militares en el Cementerio del Norte pero al cielo Tupamaro donde esta Raúl,  Yessie y decenas de revolucionaros verdaderos allí no hay lugar para los integrantes de la logia de  los Amodios


De estos dichos de Amodio  y también porcomo lo callan los integrantes de la Logia Amodio como Rosencof, Pirez Bude, Mujica ,Huidobro etc.  es necesario aclarar cosas incorrectas  que se difunden de Yessie  Macchi.


Yessie es una verdadera fundadora del MLN es una verdadera histórica, su trayectoria no se inicia en el MLN ,es miembro de la Juventud Comunista como lo fueron centenares de fundadores del COORDINADOR  y del MIR
Es en esta época que se utiliza y se firma TUPAMAROS. Tupamaros no es creación del MLN que se crea en 1966 El COORDINADOR es anterior y lo integran muchos grupos y algunos  sueltos que apenas eran COLABORADORES COMO ES EL CASO DE NADA NI NADA MENOS DON Mujica “EL BALEADO”….POR LUCIA


O EL OTRO CASO DE Huidobro quien es integrante del MRO y acompaña la ruptura  de este Grupo entre ellos Leonel Vidal y en 1963 terminan, a la muerte de Eduardo Pinella que propuso el nombre MAC ( movimiento de apoyo al campesinado y luego se integra al COORDINADOR


El COORDINADOR POSEE DECENAS DE ACCIONES entre ellas bajo la consigna ármate y espera expropiaciones y acopio de armas es ALLÍ DONDE HUIDOBRO QUIEN YA HABIA HUIDO DE LA ACCIÓN  “TIRO SUIZO” MEJICANEA ARMAS A OTRO GRUPO DEL COORDINADOR EN ESTE CASO AL MIR…..ESTO LLEVA QUE EL MIR SE RETIRA DEL COORDINADOR COSA QUE YA HABÍA REALIZADO LA GENTE DE TENDENCIA ANARQUISTA


Yessie recorre dentro del  MIR todo este proceso y mucho mas, no entra al MLN por comprar un 38….el paño para cortar y la historia son muy extensas, y no todo lo que se escribe es oro  ni verdad.


Yessie ya era TUPAMARA cosa que a muchos les quedó grande y que  hoy integran la LOGIA DE LOS AMODIOS


TIRO SUIZO





- postaporteñ@ 1441 - 2015-07-31


 

''Siempre voy a ser tupamara"
La vida de Yessie Macchi





de Theo Bruns y Angela Habersetzer Hamburg (Alemania) 
(Traducción del alemán: Felix Forster)


Operar en el CIM es hacerlo en la boca del lobo" (Actas Tupamaras). 30 de mayo de 1970. Poco después de la medianoche un comando de la guerrilla urbana uruguaya MLN-Tupamaros asalta el Centro de Instrucción de la Marina (CIM) en el barrio portuario de Montevideo. Sin que se dispare ni un solo tiro logran ocupar el cuartel y reducir a los militares presentes. Pasan la mitad de la noche cargando el botín en los camiones: varios centenares de fusiles y un gran número de armas de otros tipos.

Por la madrugada, al final de la operación, izan la bandera del MLN en el mástil del cuartel. Veinte hombres y 2 mujeres participan en la acción. Una de ellas es Yessie Macchi, alias "Cecilia"



Adolescencia y revuelta


Yessie Macchi nace el 14 de julio de 1946 en Montevideo. Su madre, una mujer muy enérgica y tal vez la persona que más respetó toda su vida. Su padre, un teniente coronel del ejército uruguayo. Así la futura tupamara se cría en el seno de la familia de un militar. Cuando tiene cuatro años, junto con sus padres y su hermana mayor se traslada a Estados Unidos donde su padre ocupa el puesto de Secretario General de la Junta Interamericana de Defensa en Washington D.C. Cuando, tres años y medio después, la familia regresa al Río de la Plata, Yessie habla inglés con fluidez. Tras una breve fase religiosa, durante la cual sueña con viajar a la India o a Bolivia para "ayudar a los pobres", se aparta de la religiosidad y, a la edad de 14 años, abandona el hogar familiar.
Ahora lleva una vida independiente en condiciones de precariedad. Y se lanza a vivir plenamente. Experimenta las primeras relaciones amorosas en las que intenta ser la parte dominante; también las primeras experiencias con violencia masculina. Cultiva un culto del riesgo, pasa todos los semáforos en rojo. "El miedo vendrá después."


 
Para la sociedad conservadora uruguaya su comportamiento de mujer segura de sí mismo es una provocación. Pero la secretaria maquillada y arreglada según la moda también viola el código de vestir de la izquierda. Así declara que "para hacer la revolución no tengo que ponerme vaqueros. ¡Yo voy a hacer la revolución de minifalda!".
La revuelta individual precede a la revuelta política. Los informes que se publicarán en la prensa sobre ella tendrán un toque muy sensacionalista y sexista donde domina la imagen de la bella y seductora pero muy peligrosa guerrillera.

Ahora Yessie Macchi se politiza rápidamente. Lee a Camus, Sartre, Merleau-Ponty, Marx. Sigue la guerra de liberación en Argelia. En la escuela nocturna entra en contacto con estudiantes de izquierda. En poco tiempo pasa por varias organizaciones políticas, desde la Unión de Juventudes Comunistas hasta el movimiento maoísta MIR. Al cabo de poco tiempo le aburren las estériles luchas de trincheras ideológicas. Yessie busca una respuesta práctica. Un compañero le facilita el contacto con el MLN, la emergente guerrilla urbana que, bajo la influencia del ejemplo cubano, pretende hacer la revolución socialista en el Uruguay que en este momento está sufriendo una crisis muy dura. El ingreso al MLN no resulta fácil ya que la organización aún persigue una política de reclutamiento reservada.


"Armate y espera" es la consigna. Para poder adquirir un arma el pequeño grupo de tres personas al que pertenece Yessie de noche roba flores de invernaderos y las vende el día siguiente. Con lo ganado compran un revolver 38. Al fin pueden ingresar al MLN



Bajo el signo del CHE


De día secretaria ejecutiva de una multinacional, de noche se convierte en una militante del MLN. Es el año 1966, el año en que Oscar Gestido asume la presidencia del país. Por el momento los Tupamaros todavía están a la espera. Tras la muerte de Gestido a finales del 1967, la presidencia es ocupada por Jorge Pacheco quien promueve la progresiva militarización del país y comienza a gobernar mediante decretos de emergencia.
Los enfrentamientos se agravan. El movimiento estudiantil se enfrenta con el régimen. Para Yessie Macchi cada vez resulta más difícil llevar su doble vida y decide abandonar el país durante un tiempo. Así se "pierde", como más adelante diría bromeando, el año 1968 en el Uruguay.

Dice que viaja a París. En realidad su destino es Cuba. En esta época, poco después de la muerte de Che Guevara en Bolivia, el país socialista del Caribe todavía persigue la estrategia de la revolución continental implementada por el Departamento América bajo la dirección del legendario Manuel Piñeiro "Barbarroja". Revolucionarios de todos los países latinoamericanos se dan cita en la isla. Como representante del MLN Yessie Macchi recibe adiestramiento militar pero también participa en las labores de cosecha.
Por primera vez en su vida se enamora seriamente: de un revolucionario venezolano llamado "El Chino". Un año más tarde llega la inevitable separación.


Su amor viaja a Venezuela para integrarse a la guerrilla de Douglas Bravo, Yessie regresa con pasaporte falso vía Buenos Aires al Uruguay. Siguen correspondiéndose de forma clandestina. Tras varios meses llega la noticia de la caída en combate del Chino, justo cuando Yessie ha caído presa por primera vez


Tupamara en la clandestinidad

Inmediatamente tras su llegada a Montevideo Yessie llega a formar parte del aparato militar del MLN. Los Tupamaros pasan de acciones de propaganda a una nueva etapa de la lucha, suben el nivel de sus acciones. En apoyo de una huelga de los empleados del sector bancario en septiembre del 1969 un comando del MLN secuestra al banquero Gaetano Pellegrini Giampetro. Un mes más tarde, en el segundo aniversario del asesinato de Che Guevara, se produce la acción más espectacular de los tupas hasta la fecha.
Camuflado de cortejo fúnebre ocupan la ciudad de Pando. Aunque militarmente la acción termina en un fracaso (durante el repliegue tres compañeros son matados a tiros y otros son detenidos) da a conocer, de golpe, a los Tupamaros en todo el mundo.

Yessie Macchi participó en la preparación de la acción, pero queda detenida pocos días antes de su realización. En la cárcel de mujeres de la calle Cabildo es custodiada por monjas. Pero poco tiempo después, gracias a una acción cargada de simbolismo, su estada en la cárcel termina anticipadamente: apoyadas por un comando desde el exterior, el 8 de marzo del 1970, día internacional de la mujer, ella y otras doce tupamaras logran fugarse de la capilla de la cárcel durante la misa. "De nuestros enemigos, ¡líbranos señor!" es el título irónico de un capítulo del libro "Historia de 13 Palomas y 38 Estrellas" de la compañera tupamara Graciela Jorge dedicado a las fugas de las mujeres.

Ahora Yessie Macchi ingresa a la columna del interior dirigida por el fundador de los Tupamaros Raúl Sendic. En mayo participa en la antes mencionada acción para obtener armas en el Centro de Instrucción de la Marina. Los Tupamaros han realizado un cambio de estrategia y se despidieron de las acciones iniciales de tipo Robin Hood. Ahora su objetivo es la insurrección popular armada. "La gente balconeaba, o sea, miraba el fenómeno con mucha simpatía pero desde sus balcones.
Y nosotros lo que queríamos era que la gente interviniera", explicó Yessie Macchi más tarde. El 31 de julio del 1970 secuestran en Montevideo a Dan Mitrione, un experto de la CIA para la tortura "científica" y contrainsurgencia y, tras fallar el intercambio de prisioneros, lo ejecutan. Es el único caso de ejecución de un rehén por parte de los Tupamaros. La película Estado de Sitio de Constantin Costa-Gavras y con Yves Montand en el papel de protagonista explicará esta acción de forma impresionante.

El 31 de enero del 1971 Yessie Macchi queda detenida por segunda vez y otra vez la llevan a la cárcel de Cabildo donde, entretanto, las monjas han sido relevadas por carceleras menos temerosas de Dios. Y otra vez Yessie logra fugarse. El 30 de julio del 1971 junto con otras 37 mujeres presas a través de un túnel por las cloacas de la ciudad. Tienen que ducharse durante horas para quitar el mal olor.

Tras su nueva fuga de la cárcel Yessie llega definitivamente a ser una de las mujeres más buscadas del Uruguay. Su foto sale en las portadas de los diarios. Cuando el 5 de septiembre también los hombres logran una fuga masiva de la cárcel Punta Carretas los Tupamaros han alcanzado la cima de su notoriedad. Parecen ser invencibles.


A nivel político, en las elecciones de noviembre del 1971 apoyan al Frente Amplio con su candidato principal, el ex general Líber Seregni. Con un 17 por ciento de los votos la alianza de la izquierda logra un éxito relativo. El nuevo presidente electo es el ultrarreaccionario Juan María Bordaberry quien pocos meses después suspendería los derechos civiles y declararía el estado de guerra interno. Mientras tanto Yessie Macchi está nuevamente activa en los alrededores de Montevideo.
Es un período de actividades incesantes y de enfrentamientos cada vez más graves. Comienzan a actuar los escuadrones de la muerte. El MLN contraataca. Aumenta el número de muertos y detenidos. Preparando nuevamente la ocupación de una ciudad (se trata de la toma de Soca en febrero del 1972) Yessie conoce a aquel hombre que describe como el "amor de su vida": Leonel Martínez Platero.


A pesar de todos los inconvenientes de una vida en la ilegalidad deciden tener un hijo. También retrospectivamente Yessie Macchi describirá esta fase de clandestinidad y lucha armada como el período más feliz de su vida en que hacía exactamente aquello que consideraba correcto, viviendo y luchando colectivamente en el seno de una organización en que confiaba incondicionalmente.

Pero los Tupamaros subestimaron al enemigo. Los militares que han sido encargados de luchar contra la guerrilla –y a quienes el MLN por su parte declaró la guerra– desarticulan el movimiento en pocos meses, gracias al empleo sistemático de la tortura. El 13 de junio del 1972 el grupo al que pertenece Yessie Macchi tiene un enfrentamiento con la policía en el balneario Parque del Plata al este de Montevideo. Se produce un largo tiroteo. Leonel y Yessie se separan.


En lugar de huir, ambos rastrean la zona buscándose mutuamente. Finalmente los policías asesinan a Leonel disparándole por la espalda cuando se rinde para proteger a otro compañero. También detienen a Yessie gravemente herida después de haber disparado su última bala.
En el momento de la detención está embarazada pero pierde su hijo a consecuencia de las patadas intencionales en el abdomen


Rehén del estado

Yessie Macchi es trasladada al hospital militar, enyesada y presentada como un botín. Oficiales de todos los cuerpos militares desfilan frente a ella regodeándose mirando la legendaria guerrillera presa. En cuanto su estado físico lo permite la sacan del hospital y la confinan en un cuartel militar. Comienza un período de tortura y de rotación por varios cuarteles en todo el país. Un tribunal militar la condena a más de 40 años de cárcel y finalmente la llevan a la cárcel de mujeres de Punta de Rieles donde vive un reencuentro entusiasta con sus compañeras.

Pero la estadía en Punta de Rieles también será sólo un breve intervalo. Una semana antes del golpe militar del 27 de junio de 1973 nueve mujeres, y poco después también nueve hombres, son declarados rehenes del estado y amenazan con fusilarlos en caso de otra acción de los Tupamaros. Los rehenes son recluidos nuevamente a cuarteles militares donde pasan los tres años siguientes en condiciones inhumanas vegetando en calabozos minúsculos. "No pasó ni una semana sin que hicieran de dos a cuatro interrogatorios con tortura."

En el Batallón Florida encierran a Yessie Macchi en una celda junto con Elisa Michelini, hija del senador del Frente Amplio, Zelmar Michelini, asesinado por los militares poco después, en mayo del 1976, en Buenos Aires. Tras poco tiempo las trasladan al cuartel de "La Paloma" en el barrio del Cerro de Montevideo. En las celdas vecinas también hay otros presos. Los gritos de los torturados atraviesan las paredes. En el calabozo, Yessie conoce a un preso, Mario Soto, con quien puede comunicarse a través de un agujero en la pared de las celdas.


En condiciones muy adversas con el tiempo se desarrolla un "romance clandestino".
Gracias a la solidaridad de un guardia logran estar juntos dos o tres veces y Yessie le propone tener un hijo, aquí en este lugar tan inhóspito. Mario consiente a pesar de las consecuencias imprevisibles. Para Yessie su decisión es un acto de rebelión, una decisión para la vida en medio de un ambiente de la muerte.


Para evitar que puedan alegar que su embarazo fuera el resultado de una relación con un militar o de una violación, ambos hacen público su amor y declaran su deseo de casarse.


La reacción a esperar de los militares es su inmediata separación. Poco después, al quedar manifiesto su embarazo se produce una reunión de militares de altísimo nivel.


Deciden devolver las dos mujeres (y las otras mujeres rehenes) a la cárcel de mujeres de Punta de Rieles. "Si bien a mí me resultó relativamente barato quedar embarazada, no fue así para quien era mi compañero en ese momento.
El estuvo tres meses siendo torturado simplemente para que dijera el nombre del guardia que había facilitado que nosotros estuviéramos juntos.
Ya después de eso quedó totalmente traumatizado por dentro, lo que desembocó en un cáncer y su muerte el 27 de junio de 1980." Su hija Paloma nace en la cárcel, pero al cabo de pocos meses la separan de su madre para que la cuiden sus abuelos


En la cárcel de mujeres de Punta de Rieles

En un principio, el final del cautiverio como rehén no significó ningún alivio. Eran condiciones extremadamente duras en la cárcel de mujeres Punta de Rieles, donde a veces estaban detenidas varios centenares de prisioneras políticas. El régimen nunca les perdonó a las mujeres el hecho de rebelarse y romper con su papel tradicional. Además, había un grupo de prisioneras que, por no aceptar la decisión de Yessie de tener un hijo en la cárcel, la confrontaron con duras críticas y maliciosas imputaciones y al principio la ubicaron en un sector junto con ese mismo grupo. Fue un año de gran soledad. Las compañeras "habían implantado una especie de silencio hacia mí.
Es muy difícil sufrir una cana doble".


La situación solamente mejoraba poco a poco. La experiencia de solidaridad entre las mujeres, que más en adelante Yessie explicaría tantas veces, fue el resultado de una lucha larga y dura. A diferencia de los hombres, las mujeres consiguieron una organización horizontal en la cárcel y, en gran medida, eliminaron la separación por organizaciones políticas.
En el centro estaba la lucha conjunta contra el régimen carcelario. "Luchábamos por cada compañera, no abandonamos a nadie. Y de esa manera siempre conservábamos nuestro gran colectivo." Las mujeres defendieron la autonomía de la lucha de las prisioneras pero asimismo no daban consejos acerca de la línea política a seguir fuera de la cárcel. A partir del 1980 se vislumbra el final de la dictadura militar. Los militares pierden el referéndum sobre una reforma constitucional.


El 1 de marzo del 1985 finalmente entra en funciones el nuevo gobierno civil electo acompañado por la manifestación más grande que hasta la fecha se había visto en el Uruguay. Ahora la libertad de los prisioneros es el objetivo principal. El 10 de marzo se libera la mayoría de los presos que no fueron acusados de delitos de sangre. Nuevamente cientos de miles salen a las calles para recibirlos. Es una fiesta popular concentrándose en la Plaza Libertad. "Y toda aquella gente, junto con los compañeros y las compañeras que salieron, sencillamente no se iban para sus casas sino continuaban rodeando las cárceles esperando los demás compañeros y compañeras que todavía estaban dentro." Finalmente, el 14 de marzo del 1985 las puertas de las cárceles se abren también para los últimos 63 presos políticos, entre ellos Yessie Macchi. Los primeros días y sem anas de libertad se viven como en estado de embriaguez. "Cuando me paseaba por las calles de nuestro barrio la gente me abrazaba y lloraba. Siempre decían perdonáme, no sabíamos qué habían hecho con ustedes." "Luego vino el período que llamamos la depresión pos liberación."


El "trauma de la libertad"

Para las mujeres liberadas la reinserción en la vida cotidiana tras tantos años en la cárcel resultó muy dificultosa. "Libertad no solamente significa que te abren las puertas del calabozo. Lograr la libertad demora mucho más."En muchos casos las relaciones familiares habían sufrido mucho, muchas parejas rompieron tras tantos años de separación. Resultó difícil encontrar un nuevo amor. "Un hombre que estuvo preso durante 15 años y sale a la edad de 40 es un héroe. Una mujer que estuvo presa durante 15 años y sale a la edad de 40 es una vieja." Las mujeres solían tener que cuidar de los niños y la situación económica era muy apretada. No era fácil encontrar un nuevo trabajo. Al principio pasó como "tambaleando".

La doble carga a soportar por las mujeres conllevaba también una menor presencia política. Además empezaba nuevamente la confrontación con las estructuras verticalistas de la izquierda que provocaron la retirada al ámbito privado de muchas mujeres.


En una entrevista con la revista alemana ak Yessie Macchi explica que las mujeres se sintieron literalmente "desarmadas" frente a las estructuras de poder masculinas. "De pronto estábamos metidas en algo que para nosotras sí era anacrónico…
Tuvimos que integrarnos a un mundo que en gran parte ya habíamos dejado atrás". También su análisis histórico de la lucha armada se diferenció de forma específica de la de los hombres.


Yessie Macchi defendió vehementemente su legitimidad histórica diferenciándose críticamente de una reinterpretación como forma de "patriotismo armado" formulada por algunos de los principales ex guerrilleros durante el proceso de integración de los Tupamaros en el sistema parlamentario. Pero tampoco era partidaria del embellecimiento y de la creación de mitos. Criticaba el culto a las armas de los hombres y señalaba que el uso de la violencia llevaba inherente el peligro de su pervertimiento.
"No creo que la lucha armada purifica (Fanon).


Al contrario, tiene un alto costo social y personal. Y hay que tener claro que no debe caer ni un solo disparo innecesario. Ni uno solo. Y eso te lo dice una que realmente había disparado mucho y que era instructora de tiro del MLN." El denominador común de ambas posiciones es una posición crítica frente al poder.

En la misma conversación Yessie Macchi habla de la necesidad de descongelar sentimientos congelados, de abandonar los mecanismos de autodefensa tras los años en la cárcel. "Esta desestructuración puede demorar años, puede que nunca se logre o sólo de forma horrorosa como ha sucedido para muchas de nosotras. En el momento en que abandonas tus mecanismos de defensa surge todo lo que tragaste en la cárcel, el dolor, el sufrimiento, el miedo." Yessie resalta la contradicción entre la leyenda, el mito y el propio yo con sus fuerzas y debilidades, y critica la presión social "que te exige ser tu propia leyenda".

A veces Yessie sólo podía soportar los fantasmas del pasado y las exigencias del presente gracias a fármacos y alcohol. "Era una lucha continua contra la autodestrucción."


Las dificultades de la legalidad

Tras su excarcelación Yessie Macchi participa en diferentes proyectos sociales y políticos. Se despierta su interés por el movimiento feminista. Intenta establecer y consolidar una comisión de mujeres en el MLN. Le importa la organización de un espacio feminista. Tematiza la discriminación de la mujer trabajadora, el sexismo, la violencia en las familias, el derecho a abortar
Encuentra un trabajo en una ONG que ayuda a personas que salen de la cárcel o regresan del exilio. Luego trabaja de periodista de radio para CX 44 Radio Panamericana que en el 1988 había sido adquirida por los Tupamaros que en este momento ya se habían reconstituido como movimiento político legal. Rápidamente la "radio de la gente" se convierte en una de las emisoras de mayor audiencia del país. Entre otro Yessie es la responsable del programa "Vamos Mujer" que permite la participación directa de las oyentes. Su trabajo finaliza de forma abrupta cuando clausuran la radio en el 1994 tras las protestas contra la extradición a España de unos refugiados vascos durante las cuales la emisora jugaba un papel movilizador. Yessie Macchi es miembro fundador de ACA (Amigas de la Comunicación Alternativa) y de la agencia de noticias de izquierdas COMCOSUR (Comunicación Participativa desde el Con o Sur) donde hasta su muerte dirige el programa Comcosur Mujer.
Por cierto, los fondos aprobados por la fundación alemana Heinrich Böll para apoyar el proyecto fueron congelados durante tres años por el gobierno federal de Alemania alegando la participación de una ex-guerrillera, Yessie Macchi, en el proyecto. Posteriormente trabajó durante algún tiempo en un proyecto con niñas y jóvenes mujeres en barrios marginados de Montevideo a fin de contribuir a evitar embarazos no deseados mediante la formación en materia de contracepción y derechos reproductivos. Con los años se iba distanciando políticamente del MLN-Tupamaros que a partir del 2004 participaría en el gobierno siendo el grupo parlamentario más numeroso dentro del Frente Amplio.


Ella criticó los procesos de adaptación que, lamentablemente, son tan típicos de un movimiento de liberación que llega a ocupar los sillones del gobierno, pero sin convertirse en una comentarista permanente. Su camino era el del retorno a las luchas y los problemas sociales, particularmente los de las mujeres


En los años 90 Yessie Macchi estuvo varias veces de visita en Alemania para presentar proyectos, transmitir las experiencias de los Tupamaros y establecer un intercambio político entre los continentes. Durante este período nacieron muchas amistades que duraron años. Un intercambio que dejó sus huellas. En 1992 se publicó una entrevista con ella en el entonces "famoso" libro "Odranoel.

La izquierda entre los mundos" ("Odranoel. Die Linke zwischen den Welten"), un intento ambicioso de establecer un contacto directo entre la izquierda en Alemania y América Latina de PIZZA (proyecto futuro, cooperación y acción internacionalistas).


En 1993 Yessie Macchi fue a ver a la presa de la RAF Irmgard Möller en la prisión de Lubeck. Fue como mirar al espejo. Ambas tenían casi la misma edad y fueron detenidas en el mismo año. En el Uruguay, en una extraordinaria emisión de radio, relata su visita que experimentó como "simbiosis única entre dos mujeres que viven a una distancia de 15.000 km" y se dirige a ella misma, a Irmgard, intentando comunicar sus propias experiencias:   "Pero me siento obligada decirle, lentamente, para que comprenda cada una de mis palabras, le cuento lo difícil que es volver asomarse a la vida, de aprender todo, de encender las luces cuando se está de noche, habituarse a cambios muy profundos en nuestros seres queridos, en nuestros propios compañeros y compañeras.

El aceleramiento inicial, la ansiedad por hablar todo lo no hablado por años y de cubrir todos los baches abiertos en esos años. Y luego las depresiones tan frecuentes hasta establecer el equilibrio." De regreso al Uruguay Yessie Macchi organizó una campaña para la liberación de Irmgard Möller a la que se adhirió toda la dirección del MPP, la organización de alianza de los Tupamaros

De sus numerosos contactos surgió la idea de una película: Un colectivo de mujeres entrevistando a ex-prisioneras y luchadoras sociales en el Uruguay y Alemania. Yessie Macchi participa en este proyecto en función de entrevistadora y de entrevistada. De Alemania entrevistan a Monika Berberich y Margit Czenki, ex-prisioneras políticas de dos distintos grupos armados, y a Gisela Wiese de Pax Christi, una activista antifascista de larga trayectoria. Por la parte uruguaya aparece, además de Yessie Macchi, su compañera tupamara Graciela Jorge. La extraordinaria película con el título "Y de repente vimos el cielo" se estrenó en el 1997 durante el Festival de Cine de La Habana. En los V Jornadas Internacionales de Video de Dortmund gana el premio del público
Contactos e ideas pariendo ideas. Inspiradas por el proyecto de la película Monika Berberich e Irene Rosenkötter, con el apoyo de Yessie Macchi, entrevistan a ex-presas de todas las agrupaciones de la resistencia y revuelta armada del Uruguay.

En el 1998 las entrevistas se editan en alemán en el libro "Pero aún apostamos a la vida" ("Aber wir haben immer auf das Leben gesetzt"). Y así resulta que fruto de muchos años de intercambio internacional es la paradoja de que el primer libro sobre las experiencias de mujeres uruguayas en la cárcel se publicara en la RFA y no en Uruguay. Para presentar el libro con una gira de lecturas Yessie Macchi hizo su último viaje a Alemania. Entretanto encontramos a Yessie en Cuba para celebrar un reencuentro turbulento.
La Universidad de La Habana había invitado a Yessie a una estadía de investigación de un año que tomó un giro típico para Yessie.


Cuando le propusieron hacer un trabajo sobre "democracia de base en Cuba" respondió sarcásticamente: "¿Cuál democracia de base?" Prefirió investigar nuevas formas de prostitución y los motivos de las mujeres que las practican.


Pero esto, a su vez, no interesaba en absoluto a los funcionarios del estado insular que ya tan sólo es "realsocialista". Fue una propuesta que cayó en el vacío. Sin embargo, su estancia en Cuba resultó ser un "golpe de suerte". Se enamora de Rolando quien luego le seguiría al Uruguay y junto con quien viviría hasta su muerte


Yessie Macchi nunca quiso ni supo callarse. Era antiautoritaria en todos los aspectos, una mujer totalmente rebelde, con un pensamiento independiente que no suele ser frecuente en organizaciones políticas, y menos en las ilegales. Personificaba la "otra" historia de los Tupamaros, la de las mujeres, la no compensada con la que "no se puede hacer alarde".
Como amiga era solidaria, llena de humor y atenta, pero también colérica, a veces sarcástica y temida por sus estallidos de temperamento. Muchas veces hubo algo más que algunos platos rotos


La conocimos en el 1992 en ocasión de su primera visita a Alemania y desde entonces la encontramos regularmente en Hamburgo, Montevideo o La Habana. Juntos planificamos lo que en broma llamamos una "comuna itinerante", internacional y ubicada en varios lugares del planeta.
Yessie Macchi pasó largos períodos de su vida en la "boca del lobo".

 Saltarse los "semáforos en rojo" formaba parte de su manera de ser. El 3 de febrero del 2009 su corazón dejó de latir a consecuencia de una enfermedad cancerosa
 

- postaporteñ@ 1441 - 2015-07-31
 

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