viernes, 24 de junio de 2016

Siempre fui un poco solitario. He evitado a la gente como si fueran zombis, incluso antes de que lo fueran. Y ahora que son zombis como que extraño a la gente | Zombieland


Número 1623 | vier 24 jun 2016 | Año X


Sensaciones...Decirlo Todo



I. Nos estamos espabilando. O ya estamos enterados hace tiempo pero da dolor de cabeza (y de tripas, claro) que lo que parecía empiece a desaparecer. A los que más les cuesta asumirlo -es comprensible, porque de alguna forma sería abjurar- es a los que en su alfabeto vital utilizan palabras como “sueños” o “proyectos”: algunos militantes como bodoques, viejos repetidores del dial (y no precisamente por la edad que tengan), mercenarios discursivos y a sueldo, y, por supuesto, acomodados de la última década. Esos que, calladitos y con pisada de gacela o gritones y con parlantes rentados, le hacen el juego a la izquierda (y decir “izquierda” ya es toda una concesión o un regalo inmerecido)


O no nos enteramos o somos comunicados pero no nos espabilamos, no tenemos reacción alguna. Somos eternos somnolientes de un puerto triste, esperamos la lotería, acomodamos el cuerpo a las circunstancias, emitimos tres gritos y ya, que venga la próxima. Para qué nombrar todas las manos como tenazas que cada día nos aprietan el cogote si cada uno de nosotros las vive en cuerpo y alma.

Pero ojo, tampoco seamos realistas y pidamos lo imposible: acá no movemos un pelo, y mientras criticamos, por ejemplo, a Francia y su imperialismo europeo o su prêt-à-porter que tantas veces expulsa al diferente, miramos con ojos atónitos cómo ellos, cuando quieren, tan ególatras, salen a la calle y rompen todo o al menos modifican algo. Es la historia, claro, es la acumulación, una práctica, un modo de ser tan propio como nuestro modo de ser de silla playera: 12.000 pesos por mes por diez horas de trabajo diario y tomate un mate; la ciudad partida en mil pedazos y tomá otro; el bienestar o el progreso según la cantidad de autos vendidos y cuidado mientras manejás: no te vayas a quemar con el agua del termo; el dolor de miles de nuestros padres, que agacharon el lomo por mucho más de 30 años para ahora recibir una jubilación que da (como antes, mirá vos) para comprar dos papas, la carne más barata, abrirle los brazos al destino como si de pronto volvieran a la adolescencia y recibir del Estado, tan generoso, una tablet para hablar con los nietos. Tomá más mate.

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II. La lista es infinita, y quizá la queja también. Es cierto, somos dueños de una antología quejumbrosa, pero ahora (es una sensación), luego de la última chupada a la bombilla, debemos sonreír y agradecer algo que no se sabe muy bien qué es. Lo de estar vivos y tener afectos en este ámbito, no seamos tramposos, poco importa. La silla playera seguirá existiendo, como entidad autónoma o como gen cultural, mucho más allá de nuestras vidas y de las de nuestros afectos. Sentados moriremos. Sentados nos velarán.
Insisto con la teoría de la silla playera, pero no acuso tanto a los conectados a sus tubos de hierro como respiradores ni al que mate viene, queja va. Es que la inmensa mayoría de los uruguayos no tiene esa actitud contestataria, no sale a la calle (y ahora no salen del Facebook), piensa muchas posibilidades de sí mismos y las formas de cambiarlo todo, pero después, un ratito después, ay, justo nos agarró la tarde y la modorra.

Entonces aparecen todos los reclamos del mundo y el hagan algo y la espera y todo depositado en el Estado, porque siempre fue así: es una ilusión pensar en miles de movilizados por lo que sea más allá de asuntos sacros (dictadura y desapariciones) o, en los últimos tiempos, de temas vinculados a agendas nuevas: marihuana, aborto y diversidad sexual. Y punto.
Todo lo demás, que nos afecta hasta el tuétano, se lo dejamos al Estado, porque siempre lo resolvió o prometió resolverlo, porque creemos demasiado en las instituciones, o porque la pereza es marca nacional. Y de pronto nos desayunamos, sí, de que todo lo prometido no era deuda o era imposible de cumplir o era puro sueño o demagogia.

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III. Han sido muchas las promesas partidas de estos años, pero con sólo dos asuntos contundentes, repetidos por los dos primeros gobiernos del progresismo, basta para desayunar mate amargo y pan duro. Tabaré Vázquez machacó y conquistó a un pueblo (exactamente a un pueblo) con aquello de “que paguen más los que tienen más y que paguen menos los que tienen menos”, y pasando raya vemos pretiles (palabra que me remite a sujetadores de tetas ancianas, alicaídas) que se mueven un poquito para acá y otro poquito para allá, y que los ricos más, tantísimo más, y los pobres, bueno, un poquitito menos pero siempre a punto de bajar de pretil.

José Mujica jodió bastante (la expresión podría ser suya) con su gran buque insignia, la vivienda (hasta hace poco se hablaba de grandes buques; ahora sólo se escucha el gran emprendimiento de Buquebus). Aquel gran barco del presidente más pobre y modesto del mundo, un plan nacional con el que conquistó al pueblo y que se convirtió en buque hundido, en naufragio. Y ahí siguen las casi 50.000 casas vacías en Montevideo y los rancheríos y la especulación inmobiliaria, y uno de los integrantes de una familia “tipo” (si es que eso existe, pero nos entendemos) entregando todo su sueldo para pagar un alquiler de un lugar modesto, como el ex presidente. El que podría haber sido el gran expropiador a lo Robin Hood (antecedentes y galones le sobraban) pero terminó en un personaje que compraron los medios internacionales y ahora Pablo Iglesias (del Podemos español), que dice que hará un gobierno a lo Mujica o a lo Salvador Allende. Sálvalo, Dios, de la inocencia

Justo la vivienda, eso que nos amarga, nos cuesta oro, días de trabajo, ese templo propio que pagamos como esclavos posmodernos (y ni hablemos de esas “casas” donde viven miles de varones pobres y jóvenes: las cárceles; otra gran promesa encarcelada). Pero ni se nos ocurra ocupar una de esas casas vacías, porque ahí viene el Estado y defiende a propietarios que son entelequias o muertos sin herederos; sólo casas vacías. Mi casa a ocupar la tengo elegida en el Prado; qué va a hacer, ya que no me da el valor, me queda el buen gusto. Y los impuestos a los más ricos, una forma cierta de redistribución de la riqueza.
A partir de ahí, de que nada de esto se cumplió o no pudo cumplirse (eso se agradecería, también, un violento sincericidio: “Todo esto fue un sueño roto, no pudimos, nos ganó el mercado”) la credibilidad comenzó a tambalear, pero, bueno, uruguayos, no temblad.

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IV. O sólo temblad por dentro, locos de fórmulas y pensamientos que piensan lo ya pensado, y vueltos sobre sí mismos con un vaso con whisky barato en la mano, máscara de parsimonia, clonazepam a demanda, y una angustia que no se dice porque es lo que nos tocó. Y aquí estoy, pensando bajo decenas de tomos de la Teoría de la Silla Playera, porque hay que sonreír, jugar a la monería.

¿Qué estamos esperando sentados? O, por el contrario, ¿qué es lo que estamos haciendo? Miramos para el costado, tomamos mate a lo bobo (solos y en grandes rondas), incorporamos palabras o conceptos nuevos que traen nuevos planes: ciencia y tecnología, emprendedurismo, productividad.
Todos o miles de un todo y nosotros, los que pertenecemos a una supuesta comunidad, también: militantes, políticos, pensadores, creadores, intelectuales, universitarios, periodistas, las castas de las clases medias hacia arriba. También andamos enredados o enfrascados en luchas de poder y de prestigio, en posturas frágiles o esnobs; arriesgamos poco, hablamos en exceso y en pequeñas comunidades de concepto, significación, símbolo. También de ciencia y tecnología, sistemas productivos, funcionalidad, emprendedurismo. En todos lados, poca sangre por los cuerpos, poca tripa, mucho vacío. Aunque miles y miles estemos diezmados y atrapados en discusiones inútiles, a veces da la sensación de que sólo damos vueltas en una calesita de tres millones y medio de zombis.


Apegé



la diaria Jueves 23 • Junio • 2016

- postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24 







ROSENCOF, la historia oficial y el hombre del paraguas





Hace unos días, el nombre de Mauricio Rosencof apareció públicamente. Por lo visto, no le alcanzó con participar en la creación de la falsa historia del MLN

 Tampoco le alcanzó con inventarse papeles protagónicos que le son ajenos, en los que se adjudica hechos y circunstancias que a él le llegaron como anécdotas, relatos vividos por otros y de los que ha terminado apropiándose, sin que nadie le saliera al paso.


Pero esta vez chocó con el horcón del medio y quedó como lo que es, un falsario. No voy a perder tiempo en calificarlo, dado que otros lo han hecho ya, con la suficiente precisión y claridad como para que no queden dudas de su actitud y su concepto de la moral.

Pese a que alguno/a le moleste, tengo que referirme a hechos pasados, porque el presente es continuación del mismo pasado que algunos se empeñan en decir que hay que olvidar, al tiempo que lo mantienen vivito y coleando cuando de referirse a mí se trata. Seguramente, algunos/as, intentan olvidarlo para no recordar la responsabilidad que les cabe –complicidades mediante- con la forja y el mantenimiento de la historia oficial.

Quien haya seguido las últimas postas habrá visto que con c.e.r. hemos intercambiado algunas opiniones que, lejos ambos del uso del insulto y la descalificación a priori, están arrojando algo de luz sobre la nebulosa –y a veces tenebrosa- trayectoria del MLN, en la que Rosencof y el hombre del paraguas han jugado un papel fundamental.

Veamos: en el año 2002, Fernando Butazzoni (escritor,  y periodista uruguayo)perpetró un atentado contra el conocimiento de la verdad, con un libro llamado Seregni-Rosencof. Mano a Mano,en el que ambos personajes, emulando a los viejos payadores, compiten entre sí, a capella, para ver quién dice la tontería más grande, jugando a filósofos de salón ante la mirada –supongo atenta- y complaciente del autor, que la va a la vez de juez y parte. La versión que yo tengo del engendro es la publicada por fascículos, por lo que las referencias de páginas están referidas  a esa modalidad.

Tenemos así que en la página 125 del fascículo segundo, correspondiente al capítulo De farolitos y corvinas negras, dice Rosencof: Y hubo episodios como aquél de “cuyo nombre no quiero acordarme”…

Y Butazzoni le responde: ¿El del paraguas? Sí, le responde Rosencof,el hombre del paraguas, así lo llamaré. Fue dramático. A la primera cachetada ya dio la dirección. Tenía una reunión en la casa y era una ratonera…

Continúa describiendo las andanzas del “hombre del paraguas”, hasta que menciona una frase que en algunos libros y publicaciones se me ha atribuido a mí: Guardia, guardia, me acordé de otro…

Butazzoni, poseído por una insaciable curiosidad, hace la pregunta que todo buen entrevistador haría: ¿Qué fue de la vida de ese hombre después?
Según cuenta Butazzoni, Rosencof hace silencio. Luego, en voz baja –me lo imagino con  Sarabanda de música de fondo- cuenta qué fue de la vida del delator tras su prisión.  Quiero dejar constancia que la calificación de delator pertenece al autor.

Continúa Butazzoni refiriéndose a Rosencof. Después, esa misma nochecita, me llama a casa para pedirme que retire toda alusión o dato que permita a los lectores no avisados identificar al Hombre del Paraguas. Va más allá, me pide revisar “algunos términos irrespetuosos que pude haber dicho”. Por teléfono, el Ruso me habla como al pasar, como si nada. No quiere darle importancia al asunto, pero yo siento que esto debe quedar escrito: vivimos un tiempo de mezquindades, pero aquí y ahora, en el teléfono, la voz de un hombre asume ante mí la generosidad más auténtica de todas, la del perdón personal y callado. No hay olvido pero tampoco hay odio. O si se prefiere: no hay odio pero tampoco hay olvido. La voz de Rosencof me llega por teléfono algo apagada, casi opaca, como si él cargara sobre sus hombros con su propia pesadumbre y con la pesadumbre de aquel traidor evocado casi sin querer. (Y conste: escribo estas líneas sin que él lo sepa, y sin que él lo sepa serán publicadas)
Realmente conmovedor

A cualquiera se le caen las lágrimas ante tanta generosidad, máxime si esa generosidad se expresa así y en tiempo de mezquindades, como dice Butazzoni.
¿Pero es así realmente?
 ¿O sólo es la comprobación del doble rasero con que la historia oficial del MLN ha tratado a unos y a otros?

 ¿O es fruto del acuerdo al que se llegó con los varios “delatores oficiales” y otros “oficiosos” para mantener la imagen de Amodio como el traidor más traidor de todos los traidores?

A propósito: ¿alguien sabe quién es el Hombre del Paraguas?

Amodio

PD. Estoy esperando que Tato López publique lo de las sombras


( NdeR:vá en este envío)

 

- postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24 








HÉCTOR AMODIO PÉREZ, LUCES Y SOMBRAS DE SUS PALABRAS

 

SEGUNDA PARTE: LAS SOMBRAS


"El conocimiento real, es una luz que siempre proyecta alguna sombra, que jamás es inmediata y plena. Las revelaciones de lo real son siempre recurrentes.
Lo real no es jamás lo que podría creerse, sino siempre, lo que debería haberse pensado"                                                                                                                                     Gastón Bachelard 



Luego del exergo de Bachelard, que supone la moraleja, o el pivote del texto que intentaré organizar, en el cual aludiré  algunas frases textuales de HAP, en las que creo  reconocer una encrucijada de caminos que no se resuelven adecuadamente en el intercambio, previamente me permitiré una digresión a propósito de un comentario sobre el pasado y su fatuidad, o su falta de densidad, o  de obsolescencia ante los acontecimientos presentes que fue publicado en el número anterior de este blog por una asidua participante*


No pretendo  convencer a quienes tengan el acceso a la lectura del mismo, porque convencer es una tentativa pedante de colonizar, solo es un punto de vista que toma distancias del historicismo clásico, e intenta  incursionar en otra perspectiva, que se vuelva sobre un pasado de errores, donde sea posible transitar la historia de la verdad y se ensañe en sus fisuras hasta deconstruirla- o demolerla en su defecto-, que se amotine en contra de algunos conocimientos anteriores, destruyendo aquellos mal adquiridos, o superando los otros, que la edad de nuestros prejuicios bloquea como obstáculo permanente de lo que creemos saber, es en suma, situarse desde afuera y ver en perspectiva.

 Como planteaba en la anterior entrega, la historia, en el marxismo clásico se sustenta en una filosofía positivista, heredera de la modernidad de filosofía hegeliana, cuyas líneas principales están intactas, y reduce, o casi elimina, la presentificación del pasado, en los puntos de inflexión que considera indignos de ser incluidos en su historia de las cumbres, en la cual, el acontecimiento, aparece anulado, o pertenece a un pasado difuso, inútil, incapaz de inscribirse, y mucho menos de incidir como sujeto en su propia historia  . 

Quizás por eso, "en el en sí y para sí" transfiere todo actuar al sujeto colectivo -las clases- constituidos por la estructura histórico social de la geografía que describe.  

El sujeto -la clase- se convierte en el término  excluyente de todo el mapa social y los contenidos de su conciencia tienen una actualización en el desenvolvimiento general de la historia; el sujeto es un emergente de prácticas que le constituyeron

Dentro de esa agobiante perspectiva de análisis que privilegia la ideología, es que se supone siempre un sujeto humano cuyo modelo ha sido suministrado por la filosofía clásica y que estaría constituido por una consciencia en la que el poder encontraría su último refugio.,

Se pueden considerar un exceso para darle más bulto a la "letra", estas precauciones conceptuales en las que he recurrido, pero se necesita estar dotado de un grado de incomprensión erudita, orgulloso de su propio dogmatismo, para considerar un hecho irrelevante del pasado, la aparición de HAP, precedido de sus palabras,

Esta pura existencia verbal de este Nosferatu maldito, que encabezó la lista de  todas las licitaciones públicas de la infamia, en las culpas del historicismo reciente, que se declararon , mediante simple oficio, desiertas y canceladas,"in absentia unicus postulare" ,era culpable de todos los flagelos, despojado de cualquier virtud que lo precediera ,precisamente a su completa desaparición,
 ¡¡ Vaya pasado que no lleva a ningún lado su aparición pública!!

Vayamos entonces a HAP y sus palabras, esperando no hacerlo fuera del contexto en que progresó el intercambio:

"....En cuanto a la gesta colectiva, me explico: la niego, porque si hubiera sido colectiva, la derrota habría sido de otras características, no la debacle que fue. 

Que haya habido cientos, miles de gestas individuales, aisladas unas de las otras, no cambia su carácter. 

De haber sido colectiva, hubiera sido posible una autocrítica seria y válida y no habría sido necesario inventarse una historia falsa y echarle la culpa a nadie"


Me tomaré la licencia de empezar con el último concepto, en el cuál, resulta candorosa o risible, por lo menos, si no fuera tan trágico, la interpelación a la conciencia autocritica de la troika y sus capilaridades.

No tengo intenciones de en formalizar un cuerpo  discursivo con pretensión de verdad sino más bien historiarla, al igual que los historicistas que no tiene necesidad de fundar su verdad, le basta quererla e imponerla. Y para hacer autocritica, en emergencias de rupturas como la actual, donde  parece haberse hecho imposible la fundamentación de una moral, es imprescindible una filosofía para afrontar autocríticamente esta contingencia, este cambio de época

Pero...¿ Que autocritica puede inquietar a Ulpiano el Inútil?, goza, aunque en cierta decadencia, de una legitimidad que jamás había imaginado, asado y vino a discreción , una inversión de deseo de los sectores sociales más necesitados a los que ha seducido, por que deseaban ser seducidos, dice las mismas pavadas que siempre, investidas de erudición por su aparato mediático, hasta premio nobel aspira a ser, los seducidos quieren seguir siéndolo, y el seductor persevera, aunque a veces sobre actúa, todos quieren ser como el Pepe, y el Pepe, en la representación imaginaria colectiva que le da sustento, es "igual a ellos", eso explica parcialmente la abulia y mediocridad de la actual sociedad uruguaya ,sin dudas que Jerzy Kosinski fue modesto en su personaje de ficción de Chance Jardinier.

¡¡Y que me dice de EFH, el apologista del "aparato mínimo!!, ahora conductor de las demandas del "aparato máximo"?.

Las autocriticas son para " los que perdimos", para los que renunciamos a las victorias personales, investidas de fraudes, de aquiescencias, traiciones, y muertes inconfesables en esta carrera de atropellos para escalar en la institucionalidad política.

Un dispositivo enorme de contumacias a donde  cualquier Sancho Panza ha recibido una porción de penínsulas de Barataria de diferentes materialidades e imaginarias, y HAP reprocha la ausencia de hábitos confesionales y la abundancia de secretismos, 

Con la prudencia emparentada con la cobardía, el parresiasta de  Demóstenes corre el riesgo entonces de devenir en el charlatán impenitente, aquel que no es capaz de ajustar su discurso a un principio de racionalidad o de verdad. La sociedad actual se asemeja más, con la República presocrática de Platón y su  descripción de la mala ciudad democrática, una ciudad heterogénea, dislocada, dispersa entre intereses diferentes, pasiones diferentes, individuos que no se entienden. Esta mala ciudad democrática practica la parrhesía de Aristófanes, donde todo el mundo puede decir cualquier cosa, menos lo que afecte su abulia apacible,  Todo lo contrario de la concepción de Demóstenes, en la cual es necesario no sólo que esa verdad constituya a las claras la opinión personal de quien habla, sino también que éste la diga en cuanto es lo que piensa.
 El parresiasta, en sus mismas palabras signa la verdad que enuncia, se liga a esa verdad y, por consiguiente, se obliga a ella y por ella.

Para que haya parrhesía (como discurso de verdad) es menester que el sujeto, al decir una verdad que marca como su opinión, su pensamiento, su creencia, corra cierto riesgo, un riesgo que concierne a la relación que él mantiene con el destinatario de sus palabras; es menester que, al decir la verdad, afrontemos el riesgo de ofender al otro, encolerizarlo y suscitar conductas que pueden llegar a la más extrema de las violencias.

En la “Primera filípica”, Demóstenes agrega:“Sé que al valerme de esta franqueza ignoro lo que se deducirá para mí de las cosas que acabo de decir”.

Las practicas de uso actuales, están muy lejos de la parrhesía, como actitud, más que discursivamente, que amenaza a la propia vida, no es la retórica vacía y mamarrachesca de la actualidad política, de los mentirosos eficaces que obligan con el énfasis actuado de sus palabras a los otros, tal como no es, aquella conjugación discursiva, con la moral y la virtud de las de Zelmar o Erro , es una técnica, un conjunto de procedimientos que permiten al discursante decir algo que dista mucho de lo que piensa, pero que tendrá por efecto producir convicciones, inducir conductas, establecer creencias. La retórica no implica ningún lazo del orden de la creencia entre quien habla y lo que éste enuncia. Es otro dispositivo que mantiene a la democracia de la emoción, tal cual la presenciamos ahora

HAP, implica, según creo reconocer, de un modo socarrón, pecados que relacionan al aparato actual con vidas segadas, y digo socarrón, pues al formularla en términos de pregunta, presupone, que sabe como yo, parte de la respuesta, efectivamente, todavía constituyen omisiones gravísimas a supuestos crímenes de lesa humanidad, la desaparición de Pedro Eizmendi Cabrera (Toño) y de José Calviño García( el perro)  en Europa, así como el asesinato de Ronald Scarzella (Rony), todos esos episodios, y otros mas, menos incruentos, son un secreto a voces, en el último caso, parece que quien lo menciona, está dispuesto a llevárselo hasta la tumba, en los otros dos, salvo una denuncia valiente, practicada hace un año, hasta familiares cercanos a Eizmendi, hablaron con Ulpiano el Inútil que les recomendó discreción absoluta. No son parte de secretos confesionales, sino una urdimbre de connivencias, abrevando en aquella sentencia de Milan Kundera, que alude a la obsesión legitima de HAP de reparar no solo su nombre, sino también su linaje:

"La mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo y en la posibilidad de reparación. Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente al contrario: todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación  lo lleva a cabo el olvido. Nadie reparará las injusticias que se cometieron, pero todas las injusticias serán olvidadas."

Para no abusar de la paciencia de los lectores, y para la tranquilidad de quienes no tiene interés de leer estas cosas del pasado, abonaré en la virtud de ser breve, quedándome aun, referirme a la primer parte de la  consideración de HAP expuesta supra, que oscila entre gesta individual y la gesta colectiva, lo haré abordando otras fuentes, que se sustraen de la Biblia marxista del historicismo clásico, aunque no así, de la bibliografía marxista, porque no soy tan gil , tomando como soporte " la historia de la mentira"

TATO LÓPEZ


*....Esta digresión viene a cuenta de una nota que se titula " Asaltar el Cielo", de la autoría de una asidua y prolifera aportadora de artículos en este blog, y  me ha causado cierta perplejidad, dice textualmente:"....Hace ya buen tiempo que se ha establecido un diálogo entre c.e.r. y Amodio. Interesante algunas veces, quizás, otras no tanto. Sinceramente creo que solamente hablan del pasado. Pasado que, a pesar de creencias o sentires no llevan a ningún lado.", 
Aunque  no considero irrespetuosa su opinión, mi incertidumbre crece al leer su artículo, que nos lleva a temporalidades muy remotas de la modernidad, comenzando por el intercambio epistolar de Marx con Kugelmann, que nos conduce así, a Hölderlin y su  semi-dios Hiperión, remontándose, luego a la mitología griega, paseándonos  "Urbi et orbi", hasta Soweto, !sin ninguna ironía, articulo interesantísimo!, pero, ¿porque, y para que, descalifica el pasado del vis a vis, HAP-c.e.r. y considera legitimo su itinerario de tres siglos?, !! Un poco inteligible el Oxímoron!!





TL - postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24 








DROGAS: ¿NARCOPROGRESISMO o PROGRESISMO FAYUTO?


“NARCOTRÁFICO" 

(Tráfico ilícito de estupefacientes)

por  Dr. Jorge C. Quadro

Parte 2 / junio 2016


“En nuestro continente, el tráfico ilícito de estupefacientes es una de las actividades principales que atenta contra la libertad. No puede considerarse con seriedad, política criminal alguna, sin atender este importante fenómeno económico, producto de un accionar delictivo, que destruye, viola y aniquila esenciales Derechos Humanos, llegando a domeñar países.
“Investigaciones arqueológicas han demostrado que el ser humano 5000 años AC ya usaban las drogas en rituales religiosos y también recurrían a éstas, en búsqueda de “soluciones mágicas”. En la baja Mesopotamia, en la ciudad sumeria de Urk, se encontraron tablillas de arcilla que mostraban en caracteres cuneiformes los signos de Gill y Hull, que significan en su conjunto “la adormidera que alegra” (Quadro-Borro El Conflicto Narcotráfico, Bs.  As. 1997, pág.
“Un concepto de droga es toda sustancia química o vegetal que incorporada en el organismo produce determinadas alteraciones. Así enunciado, las aspirinas, alcohol, heroína o laxantes, quedan definidas por igual.
“Distinto es el término estupefaciente que se encuentra en el artículo 77 del Código Penal: El término  “estupefacientes”, comprende los estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias susceptibles de producir dependencia física o psíquica que se incluyan en las listas que se elaboren y actualicen periódicamente por decreto del Poder Ejecutivo Nacional”

“ORÍGENES HISTÓRICOS DEL NARCOTRÁFICO”

“Lo que hoy se conoce como narcotráfico o más exactamente conflicto del narcotráfico, surge con las llamadas Guerras del Opio (la primera 1839/42 y la segunda 1856/60). Estas se desencadenaron cuando los comerciantes británicos impusieron por la fuerza el consumo del opio proveniente de la India a los chinos con el fin de equilibrar la balanza comercial del imperio.
Resulta de interés prestar atención a parte de los debates efectuados por los políticos en el Parlamento Británico, al decidir la invasión a China. Para ello se extrae lo expresado por el columnista de “El Periódico” en USA y el  “Diario de Nueva York”, Leónidas Gómez Ordoñez, en un interesante libro llamado “Cartel. Historia de la Droga” (también puede encontrarse en la Enciclopedia Británica).
“Lord Palmerston –refiere Ordoñez- era defensor de los narcotraficantes y había consolidado su poder como parlamentario. En la sesión de la Cámara donde se decidía la suerte de la intervención armada, se oyeron voces autorizadas oponiéndose a Parlmerston, como la de William Gladstone, del partido Tory: “Cuando se dieron cuenta de que no estabais dispuestos a hacer lo que se os pedía, actuaron con pleno derecho –los chinos- al intentar alejaros de sus costas a causa de vuestra obstinación en persistir en ese tráfico atroz e infamante…en mi opinión la justicia está de su parte, nosotros los cristianos cultos, ilustrados, civilizados, perseguimos objetivos que están francamente en pugna tanto con la justicia como con la religión…No conozco otra guerra, nunca he leído siquiera de ninguna guerra tan injusta en sus orígenes una guerra calculada en progresión para cubrir a este país con un manto de oprobio permanente…Gladstone fue más allá en su discurso, que buscaba solamente hacer justicia al pueblo de la China contra la intervención armada inglesa:…”ahora bajo los auspicios del Señor, esa bandera –la inglesa- se ha convertido en una insignia pirata que protege un comercio infamante…”
Por supuesto que este comercio, lo siguen manteniendo hasta nuestros días, convirtiéndolos en uno de los actores importantes de éste conflicto como se mencionará más adelante.
“Pero los dineros bien distribuidos de Jardine y Matheson y los demás barones de la droga, ingleses, norteamericanos, franceses, alemanes, portugueses y españoles pudieron más que las más elementales normas éticas y morales…Lord Palmerston, leyó una copia -suministrada por Jardine- de una petición que los mercaderes norteamericanos de Cantón, habían enviado al Congreso de los EEUU, pidiendo fuerza naval conjunta que bloqueara los puertos de China…”

“Voces inútiles. Por un estrecho margen de 271 contra 262, la Cámara de los Comunes votó la invasión a China. Los barones de la droga nunca imaginaron tan poderosa ayuda”
Debo decir que también Carlos Marx en uno de sus libros-“El Colonialismo”-, que recopiló artículos periodísticos que publicó en el periódico norteamericano New York Daily Tribune, reivindicó al colonialismo como progresista (pág. 450/451 Política Criminal…cit.)
“Podemos decir entonces que el narcotráfico lo iniciaron los ingleses como una actividad lícita y dentro de las reglas del comercio libre. El opio era una mercancía más como el algodón y el té…” En la actualidad este criterio fue sustentado apasionadamente por Milton FRIEDMAN, Monsanto y nuestros progresistas de izquierda.
“Estos deshumanizados principios, no han perdido vigencia y siguen inspirando, como receta de acumulación de capital, en un capitalismo que ya no construye  ni aun con mano de obra semi-esclava, sino que es depredador y decididamente esclavista. Es así que las recetas monetaristas neo liberales que se aplican en gran parte del mundo desde la década del 70 son instrumentos de la llamada “Economía Libre” y “Estabilidad Económica”.
Hoy entonces el producto del narcotráfico, en particular, la trata de personas, los paraísos fiscales permanentes y los temporarios –cuando se instrumenta “blanqueo de capitales”- son las principales fuentes de aprovisionamiento de los bancos de inversión en un juego autónomo de la economía productiva, la que ya poco o nada le sirve a la oligarquía financiera –plutocracia-
“Al “comercio libre del opio” establecido por el tratado de Nanquín en 1842, la humanidad intentó frenarlo por considerar éste comercio una nueva y violenta forma de opresión entre los hombres. Dichos intentos fueron insignificantes como hasta ahora, en realidad vienen fracasando en su erradicación y control. Cabe mencionar, que producto de éste tratado se habilitó el puerto de Hong Kong al “comercio libre” y el HSBC –banco de Hong Kong, Shanghái, Bangkok Company, para organizar el comercio del área, presidido tradicionalmente por un Lord británico y hoy extendido a todo el mundo con preponderancia en los paraísos fiscales, es considerando por muchos como “el Banco Central del narcotráfico”.
 El diario Clarín del día 15/6/2016, con respecto al blanqueo de capitales cita a Gabriel Martino, quien con fuerte optimismo afirma “Lluvia de dólares” este es el término que el presidente del HSBC Argentina, utiliza para describir el pulso de la economía hoy.”Pero son dólares –los que vendrán por lavado- financieros, las divisas comerciales –inversión de capital- tardarán más en venir””…dice que lo que moverá la macroeconomía más pronto que tarde serán los dólares financieros y no los comerciales…” Coincido es el lavado financiero  de unos pocos el que se beneficia y no la gente sujeta a la economía genuina, que depende en última instancia de los bancos de créditos.
Por este camino, identificamos al gobierno británico como uno de los actores del narcotráfico,  -como dijo Glandstone- convirtiendo a la bandera inglesa en “una insignia pirata que protege un comercio infamante”.
 Otro de los actores es Francia. Siguiendo el ejemplo británico que de un comercio de 600 libras en 1833 pasaron a 60.000 en 1853, intentó al finalizar la Segunda Guerra recomponer sus industrias. Pero para levantar a sus industrias, necesitaba capitales baratos. Maestros de la Estrategia Indirecta, intentaron recuperar su colonia en Indochina para que por medio del comercio del opio, pudieran reactivar su economía. En unos años fueron derrotados  por los ejércitos nacionales conducidos por el genio militar de Giap y EEUU ocupó su lugar, para terminar también vencido.
 Aparece así otro de los actores. Hoy EEUU es el principal consumidor de estupefacientes ilícitos y probablemente el primer productor de cannabis de potente contenido en THC.

ESTRATEGIA DE LOS EEUU PARA COMBATIR AL NARCOTRÁFICO

 En este tema como en otros, EEUU es importante, dado que se trata del primer consumidor de estupefacientes ilícitos y el primer lavador de dinero sucio. Pero además es importante verlo también al igual que los ingleses y franceses como narcotraficantes. A ellos sumaremos las corporaciones farmacéuticas, la industria química, Israel, etc.
 El economista Walter Graziano en su libro “Hitler Ganó la Guerra” (Ed. sudamericana 4 ed. 2004 pág. 84) cita a Michel Chossudovsky(1946), economista canadiense en un artículo titulado “Osama Bin Laden, Un guerrero de la CIA” dice “La historia del comercio de drogas en Asia Central está estrechamente relacionada con las operaciones encubiertas de la CIA. Antes de la guerra soviético-afgana, la producción de opio en Afganistán y Paquistán estaba dirigida a los pequeños mercados regionales.

No había una producción regional de heroína. Al respecto el estudio de Mc Coy confirma que en los años de operaciones de la CIA, las tierras fronterizas entre Afganistán y Pakistán, se volvieron el productor número uno del mundo, proveyendo 60% de la demanda estadounidense”. Continúa Graziano “En este punto vale la pena señalar lo siguiente, el presupuesto anual de la CIA ronda las 35 mil millones de dólares. Con ese dinero, la CIA debe realizar operaciones secretas en prácticamente todo el mundo. A fin de tener una acabada idea, de cuánto dinero es 35 mil millones de dólares para gastar en todo el mundo en un año, vale la pena citar que esa cifra equivale al patrimonio de un solo fondo de inversión mediano en EEUU. Ocurre que el presupuesto de la CIA debe ser votado por el Congreso norteamericano, y esto no incluye partidas para operaciones ilegales o criminales. Si la CIA contara con un presupuesto de 35 mil millones de dólares poco o nada podría hacer en el mundo (Walter Graziano ob. cit. pág. 84).
  (Asimismo sobre el tema de la CIA y el narcotráfico, fue llevada al cine la historia basada en un hecho real sobre una investigación periodística en EEUU “Maten al Mensajero”)
  “Ahora bien (JCQuadro ob. cit. “Política Criminal….pág. 64), de ser cierta esta relación, entre la CIA y las actividades criminales, países como Argentina, que carecen de inteligencia estratégica propia y su inteligencia nacional es prácticamente conducida por estas agencias extranjeras, sumado a que nuestras propias Fuerzas Armadas, influenciadas por la primer potencia militar se dejan llevar sin un rumbo propio, al igual que los estamentos superiores de las Fuerzas de Seguridad, sectores de la actividad económica privada, como la banca, políticos y empresarios, ello es, sin lugar a dudas, una de las causas que nuestro país sea el primer lavador de dólares del narcotráfico en América Latina, y que exista escasa voluntad política para detener este flagelo, más bien por el contrario tenemos relaciones de cooperación.
Es innegable que esta actividad delictiva, no responde al bien común social de los argentinos y los gobiernos a pesar de sus esfuerzos patrióticos, serán aparentemente democráticos pero realmente obligados al servicio de oligarquías extranjeras…”
Es fantástico, como los sectores llamados progresistas, defienden el consumo de drogas y una política de tolerancia, sean porque son consumidores, sea porque  fueron captados por la moda  y una cultura colonial, o justificados por el gramscismo. De esta forma son progresistas pero al revés, porque en realidad ayudan a progresar a los bancos, al imperio británico a la CIA etc.
 Los sectores progresistas son en realidad, lo que están al servicio del bien común de su pueblo y se oponen decididamente a este nefasto comercio, tanto en su distribución como en el consumo, porque se trata por sobre todo de una Guerra Cultural. Dejarse captar por la cultura de la droga, sea como consumidor o tolerante con él mismo, es ayudar a engordar las arcas de las oligarquías financieras neoliberales dominantes. (Los que fuman cigarrillos además de enfermarse de cáncer pagan para que los maten y engordan las arcas de las tabacaleras). Por eso no era raro ver en alguna publicación periodística supuestamente de izquierda, elogios al narcolegalizador Milton FRIEDMAN, la multinacional narcolegalizadora Monsanto o a George Soros como campeón de los Derechos Humanos

“En el área económica mundial (Quadro ob. cit. pág.) uno de los importantes estrategas y conductor fue el catedrático de la Universidad de Chicago Milton FRIEDMAN, padre del monetarismo y de todas las escuelas liberales modernas, obtuvo el premio Nobel de economía. Este académico – ya fallecido- divorcia economía de política y proponía legalizar todo tipo de drogas, en ello un todo coincidente con nuestra izquierda, por considerarlas como una mercancía más y por supuesto niega las soberanías nacionales para decidir sobre el pago de la deuda externa.
Recogiendo sus enseñanzas la revista “The Economist” dijo “ya que el narcotráfico se ha convertido en parte del sistema financiero ningún gobierno debería aventurarse a detenerlo…” En realidad esto es lo que ocurre, y cuando por algún motivo se dificulta, vienen los blanqueos de capitales para facilitarlo con toda impunidad
 En su Estrategia Nacional para el Control de Drogas de 1997, los EEUU (Quadro ob. cit. pág. 453), entre otras cosas expresan algo casi sorprendente. “La metáfora de una “guerra contra las drogas” es engañosa, ya que se espera que las guerras terminen. La lucha contra el abuso de drogas constituye un desafío continuo; en el momento que nos creamos victoriosos y libres y comencemos a disminuir nuestra resolución, comenzará a incrementarse el abuso de drogas… Una analogía más adecuada del problema de las drogas es el cáncer.
El tratamiento del cáncer es un proceso a largo plazo. Es necesario resistir su dispersión, pero también requiere paciencia, compasión  y lavoluntad de continuar contra sus avances. Se debe manejar el dolor a la vez que se ataca la raíz de su causa. El camino de la recuperación es largo y complejo. “La disminución de drogas ilícitas en los EEUU es una tarea difícil”.
 “Este extraño planteo (Quadro ob. cit. pág. 454) de la primer potencia militar, fue dejado de lado en su guerra contra el terrorismo. Ha invadido al menos dos países y ha permanecido en ellos varios años y acá sí habla de “guerra contra el terrorismo”. En ambas invasiones –sin usar o usando la palabra “guerra”- no parece obtener aparentes grandes resultados.
Sin embargo y con esta excusa, ha recurrido al “Acta Patriótica”, que es una especie de “Estado de Sitio” que aprisiona al pueblo norteamericano…” En síntesis desde Bush hijo, hasta Obama los americanos tienen suspendidas muchas de sus libertades, pueden ser detenidos sin causa penal previa, allanados sus domicilios, intervenida su correspondencia, teléfonos etc. Porque el “Acta Patriótica” así lo permite.
En este acápite al concluirlo, conviene recordar que también sectores de las FA de USA, durante la Guerra de Vietnam transportaban en los féretros de sus muertos en combate y con absoluto desprecio, heroína en grandes cantidades para comercializar en su territorio y destruir la salud de sus propios ciudadanos, generalmente a los negros.


Fin parte 2
 

- postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24 







"GAVAZZO ESTÁ 100% ORGULLOSO, ESTÁ CONVENCIDO DE LO QUE HIZO,
NO TIENE NINGÚN GRADO DE ARREPENTIMIENTO"



Entrevista al periodista Leonardo Haberkorn,

 13 de junio de 2016


Haberkorn presentó en la mañana de la CX 36 su último libro “Gavazzo: Sin piedad”, para el cual realizó tres largas entrevistas y mantuvo un último encuentro con el terrorista de Estado -que supuestamente estaba detenido- mientras estaba internado en el Hospital Militar. “.Transcribimos parte de  la entrevista

Efraín Chury Iribarne.: ¿Alguna razón especial para hacer el abordaje de este libro “Gavazzo, sin piedad”?

Leonardo Haberkorn: Sí, hay como tres cosas que se juntaron para que me metiera en esto.
Una es que para la gente de mi generación que crecimos en una dictadura, que hicimos el liceo en la dictadura, cuando empezamos a tener alguna noción de política, Gavazzo fue una de las primeras palabras, de los primeros apellidos, que uno captó, digamos. Siempre tuve esa curiosidad.
Gavazzo esto, Gavazzo lo otro. Eso ya estaba desde hace muchísimo tiempo, desde que empecé en el periodismo o mucho antes, desde que empecé a interesarme por las cosas del país, porque era un apellido que se repetía y se repetía casi como el símbolo de la dictadura o el símbolo más perfecto de lo peor de la dictadura.


Entonces, ¿ese símbolo está bien ganado? ¿Está bien ganado que ese apellido haya quedado? Esa duda estaba como latente.


Después, cuando hice el libro “Milicos y Tupas”, el libro tiene un eje en el cual hay dos tupamaros y un oficial del Ejército que hoy es Coronel retirado, en aquel momento de la historia era Capitán- es el coronel Luis Agosto y los integrantes del MLN son Armando Miraldi y el contador Carlos Koncke.Ellos cuentan sus historias en ese libro. Son tres historias que se entrelazan y donde coinciden, es como el centro del libro, es cuando los dos integrantes del MLN están presos y el coronel es un oficial, un Capitán, en el cuartel de Artillería Nº1 en La Paloma en el año ’72. Y ahí está la tregua, ellos cuentan toda su peripecia. Los tres coinciden en decir esto: todo ese período que ellos cuentan, se cortó cuando desde el mando del Ejército se mandó a (José ‘Nino’) Gavazzo como a intervenir el cuartel, cortar la tregua, redistribuir tanto a los tupamaros que habían participado en la tregua para otras unidades; también a los oficiales los mandan para otro lado. Y en palabras de Agosto ‘cambia el clima en el cuartel’.
Y si bien uno puede atribuir que Gavazzo y Agosto no se llevaban bien ni se llevan bien hoy, uno podría decir estas declaraciones se basan en tirrias personales o rencores; había un hecho claro: hasta ese momento -si bien por ejemplo Agosto admite que torturó en los interrogatorios- no había muerto nadie adentro del cuartel.
Hasta ese momento, hasta que llega Gavazzo, no había muerto nadie.
Gavazzo en el libro discute, dice que llegó 15 después, pero todas las pruebas y los testimonios indican que cuando él llega hay dos muertes en poco tiempo.
Entonces más allá si los demás lo acusaban de recrudecer la tortura por rencores, por esto o lo otro, hay un hecho claro, llegó y murieron dos personas.
Entonces, para mí cuando saqué “Milicos y Tupas” me quedó eso de seguir adelante, averiguar que pasó en el cuartel una vez que llegó este hombre.
Esto se juntó con aquella curiosidad mía con el personaje.
Y ahí tenemos dos de los factores que me llevaron a meterme.
El tercero fue que estando ya con este proyecto en la cabeza un día se me presentó una mujer que era la hija de un oficial del Ejército, del coronel Gómez, que me dijo ‘mi padre está preso acusado de haber matado a un integrante del MLN, Roberto GOMENSORO, pero yo creo que como se sugiere en “Milicos y Tupas” Roberto GOMENSORO no murió en Paso de los Toros como están acusando a mi padre sino que murió en Artillería Nº1, en La Paloma’, y ahí me pedían mi ayuda en el sentido que si yo las vinculaba con la gente que había estado en La Paloma ella podía conseguir testimonios que ayudaran a sacar a su padre.
Me dijeron ‘mi padre fue un milico de la dictadura pero no mató a nadie’, con esas palabras se me presentaron.
Yo al principio dudaba mucho, no tenía por qué ser verdad, aparte había un fallo de la Justicia, estaba procesado con prisión.
Por eso, al principio lo tomé con mucho recelo, aunque yo sabía por “Milicos y Tupas” que yo también tenía la sensación que (Roberto ‘Tito’) GOMENSORO había muerto justamente al llegar Gavazzo al cuartel. Pero les pedí el expediente para leerlo y cuando lo leí fue la tercera cosa que se me juntó: Vi que ahí había una historia porque efectivamente yo estoy convencido -y el libro aporta pruebas- de que GOMENSORO murió en La Paloma en los tiempos de Gavazzo.
Es el primer muerto, el primer desaparecido.
Yo en el libro hablo de Gavazzo pero también cuento tres historias. La de Gavazzo, la de Tito Gomensoro y la de Eduardo Pérez Silveira ( el Gordo), que son las dos personas que murieron en La Paloma en ese período.


EChI: ¿Cómo fue el abordaje tuyo a Gavazzo para manifestarle el propósito de escribir esto?

LH: Ahí hubo como dos períodos.
Primero a la primera que contacté fue a la hija Rosana Gavazzo, la abogada, de las hijas es la que lo defiende en los Juzgados. Le propuse que quería hacer este libro y en aquel momento me dijo que no, que nadie de la familia iba hablar conmigo, y ante esa negativa -difícil hacerlo sin ningún acercamiento ni a él ni a la familia- hice otro libro, “Liberaij”.
Suspendí este tema pero lo tenía muy picando en la cabeza, lo tenía como que quería hacerlo.
Así que un tiempo después volví y el proceso fue el mismo, volví hablar con Rosana Gavazzo le dije yo quiero hacer un libro sobre esto, puedo dar la versión de ustedes pero voy a dar las otras, voy hablar con todo el mundo. Pero si tienen algo para decir tú o tu padre, al principio yo no estaba muy seguro si hablar con él, porque eso que tú me estás preguntando, está implícito en tu pregunta, está bravo sentarse hablar con Gavazzo.
En este segundo intento de hacer el libro lo que había pasado en el medio es que Gavazzo había publicado su autobiografía. Un grueso volumen que está en las librerías, donde él cuenta su vida desde su punto de vista. Entonces yo decía capaz que no es necesario que hable con él, con sus víctimas y todo; y la palabra de él tomarla de su autobiografía.
Esa fue como una primera idea que estaba equivocada porque después me empecé a quedar corto. No lograba.
Había muchas preguntas que quería hacer y no estaban respondidas en la autobiografía, yo había hecho una entrevista con Rosana Gavazzo que esta vez sí había aceptado, todo el resto de la familia no había aceptado, ni la esposa ni las otras hijas, nadie quería hablar; pero Rosana si aceptó.
Y en esas entrevistas que le estaba haciendo ella me dijo pero esto que me estás preguntando pregúntaselo a él; le pregunté si él aceptaría responder, me dijo vamos a preguntarle y a través de ella fue que me dijo que sí aceptaba.
Y tuve -como cuento en el libro- tres entrevistas largas y luego, una cuarta charla en la que él me dijo que no me daba más entrevistas -para mí sorpresivamente- porque lo que habíamos acordado era charlar indefinidamente.


Hay un testimonio de Esther Gatti de Islas que cuenta que una vez se le metió en el apartamento para decirle déme datos de mi gente y él lo cuenta en un libro, yo lo cito. Él la trataba muy amablemente, muy simpáticamente, no le dio la más mínima pista de nada, le negó todo, pero parecía un abuelo bueno. Y es así, al principio de los encuentros es una persona que parece simpática, pero la cosa se empezó a tensar porque él primero había pedido un ‘off de record’. Imaginen un ‘off de record’ con Gavazzo, si apagás el grabador y te dice ‘yo maté a fulano’.
Entonces, yo protesté, él se tensó y luego el tema fue que él pretendía ver las transcripciones de las entrevistas que íbamos teniendo. Leerlas antes.
Y yo no quería. Le di largas al asunto pero en un momento me dijo me las vas a traer o no me las vas a traer y cuando quedó claro que yo no sé las llevaba se suspendieron las entrevistas.
 

EChI: ¿Fueron las últimas o lograste reenganchar?

LH: No. Esa última charla de despedida, la cual me anunció que no me daba más entrevistas, se transformó como en otra entrevista porque se despidió hablando. Pero cuando nos despedimos quedó claro que ya no habría más charlas.

EChI: Lo que se ha publicado de Gavazzo en cuanto a su papel en la tortura y en la violencia del Estado, llegó a ser estremecedora en algunos momentos; pero además tuvo algunos otros problemas con la Justicia que no estaban vinculados a esto.

LH: Si. En democracia.
Él, una vez recuperada la democracia, es procesado por un caso que la primera carátula es extorsión, luego se rebaja a violencia privada, pero es procesado y condenado por eso. Es decir que tiene una condena por la justicia civil en democracia.
Es un caso en el cual otro represor conocido, (Ricardo) el ‘Conejo’ Medina que va a una imprenta y pide que le impriman una plancha de moneda falsa brasileña.
El imprentero no lo quiere hacer y en un momento lo secuestran, lo meten en un auto, Medina y una persona que finalmente es identificada como Gavazzo, que nunca dijo que era él pero el auto era de la familia Gavazzo y finalmente un Juez lo condena.
Por supuesto que en su autobiografía niega todo y en las entrevistas que yo le hago básicamente, su recurso ante todo es decir que todos mintieron. Y ahí el que mintió fue el imprentero, pero el auto en el que fue secuestrado el imprentero, está comprobado que era de su familia.


EChI: Llegan“¿Él reconoce su papel? ¿Lo dejaron al periodista solo con Gavazzo? ¿Dónde fueron las entrevistas?”,

LH: Vamos por partes.

Las entrevistas fueron en el Hospital Militar, en el período en el que él estaba con prisión pero por problemas de salud en el Hospital Militar. Se lo veía bien de salud, él decía que había tenido unos desvanecimientos producto de problemas cardíacos, pero nunca lo encontré en la cama, siempre lo encontré -sí de pijama porque estaba en un sanatorio- pero leyendo, o escribiendo o parado en la puerta viendo la actividad del hospital mismo, bien, digamos.
La otra pregunta era si estaba solo con él. Sí, no había ninguna vigilancia notoria y uno podía entrar al Hospital Militar prácticamente sin que nadie te preguntara qué hacías, llegabas a ese piso donde estaba Gregorio Álvarez también por ejemplo, y la verdad que parecía que si Gavazzo hubiera querido irse en ese momento a la calle, creo que le hubiera bastado vestirse y salir.
No había ningún oficial de la policía ni nada. Incluso Gavazzo para que no se cortaran las entrevistas cerraba la puerta, si venía alguna enfermera por algún motivo le pedía que lo dejara. Y así fue.
Y la otra pregunta que era si él admite su papel.
Eso fue lo más complicado, porque qué sentido tenía sentarse frente a él y que volviera a decir todo lo mismo que había dicho en su autobiografía en la cual no reconoce nada, niega todo.
Entonces sí, termina admitiendo cosas, no fue fácil.
Cuando empecé este trabajo llamé a un especialista en temas militares y me dijo te metes en un baile complicado porque esta gente está entrenada en Contrainteligencia, en el arte de mentir y más complicado todavía; es decir, te dicen cosas que sí ocurrieron pero que llevan a lugares equivocados, que son callejones sin salida o te llevan al lugar falso, digamos.
Entonces es complicado hablar con él porque empezás a darte cuenta de esas cosas, lo ve el que lee su autobiografía.
Por ponerte un ejemplo, desde su infancia, su barrio, su liceo, todo eso, aparecen muy pocos nombres, uno no puede decir voy a llamar a fulano o mengano a ver qué se acuerda, qué dice de eso. Te da muy pocas pistas y las que te da no llevan a ningún lado, son nombres que se murieron muy jóvenes o se fueron del país o se los tragó la tierra, no los encontrás, no llevan a ningún lado.
Luego buscando sí encontré, pero respecto a lo que él admite yo creo que hay dos o tres momentos claves.
Por un lado él niega todo y a su vez él me decía: ‘yo estoy acá para contarle la verdad porque todo el mundo miente con la historia reciente y yo al revés no quiero ser un mentiroso más, por eso lo recibo para decir la verdad’.
Veníamos muy bien pero la verdad era que casi no había habido torturas, entonces le dije:
Bueno Gavazzo usted me dice, pero yo tengo que ser honesto con usted, yo no creo lo que me está diciendo, creo que hubo muchas torturas.
Y me dice: Tengo que decirle algo, yo le quiero decir la verdad pero si usted me pregunta usted torturó o usted mató a alguien le voy a tener que mentir.
Creo que esa frase es muy importante.


EChI: Sí lo será.

LH: Y lo otro importante creo que es que por primera vez admite su participación en el caso de una muerte y una desaparición, que es la de Eduardo Pérez Silveira, el otro caso del que yo me ocupo, en la cual Gavazzo termina admitiendo que tiró una granada de gas en la celda donde estaba recluido.

Es una versión que muchas veces ha circulado, que estaba dicha siempre como una de las posibles causas de la desaparición de Eduardo Pérez Silveira, y él termina admitiendo que él personalmente tiró esa granada, que llevaron muy mal a Pérez Silveira al Hospital Militar y que de ahí en más no se sabe más nada. Hay testimonios que lo vieron morir en el Hospital Militar.
Así que por primera vez admite su participación en una muerte y creo que es muy importante. Yo quedé impactado cuando lo dijo y hay varios momentos en que se termina refiriendo a eso.


Eso con respecto a Pérez Silveira.


Y en cuanto a la tortura, él cuenta cómo era la picana, hay un momento que hizo una cosa muy increíble, negaba y yo le digo pero fulano lo vio a usted con GOMENSORO colgado en el cuartel, un propio oficial del Ejército cuenta eso que lo vio a usted.
Y dice: ‘No, eso no es posible, no se colgaba a la gente’. Le respondía que hay decenas de personas que cuentan haber estado colgadas, por ejemplo Rodríguez Larreta dice que usted también lo colgó en Orletti y me dice: No, todos mienten.
Le reiteré: Pero Rodríguez Larreta lo contó apenas salió, lo escribió, lo dejó por escrito.
Y me dice: Bueno, pero al fin y al cabo, colgar a alguien en la escala de la tortura, es nada
Yo creo que si bien no fue fácil entrevistarlo, si bien su ánimo es más bien el denegar que el de sincerarse; hay frases que han quedado ahí escritas que son fuertes.


EChI: Uno tiene la sensación que la Justicia de mi país ha sido más benevolente con Gavazzo que con otros. ¿De eso no hablaron? Porque él tiene ciertas licencias que otros no tienen.

LH: Si hablamos. Eso es evidente.

Esta pieza en el Hospital Militar está en un piso que se llama Piso de Jefes donde las comodidades son más o menos como las del Británico o un sanatorio de primer nivel; una habitación muy grande con dos camas pero para él solo, muy cómoda, con escritorio, con heladera, con televisor, tenía las fotos de la familia en la pared.
Realmente estaba muy cómodo, sin vigilancia militar, no parecía un preso, porque en ese piso había gente enferma nomás no todos eran presos y no había ninguna diferencia entre su habitación y la de los demás. Ahí no había ningún oficial, no había policía, cualquiera entraba, yo iba y entraba, creo que ahí en eso hay algo medio raro. Hay algo que no es normal.


EChI: Que no ha cesado y que hasta aumenta en la intensidad de la concesión de favores que otros no tienen.

LH: Verdad.

Y  al caso, otra cosa que es importante y está en el libro, es que como yo cuento el caso Gomensoro Hoffman fue el primer desaparecido, pero como no sabían hacer desaparecer gente lo desaparecieron “mal”. Y lo tiraron a Rincón del Bonete atado a una malla de alambre y piedras y 8 días después el cuerpo emergió. Esa es la historia triste de Tito GOMENSORO.


Y por su muerte el caso se reabrió en 2001 a instancias de SERPAJ y la Intendencia de Tacuarembó hace una denuncia para que en el Cementerio de Tacuarembó se busque es cadáver que había emergido en el lago del Rincón del Bonete, el cadáver no aparece, entonces se hace la denuncia por el faltante de un cadáver y termina siendo procesado este coronel Gómez -el que la hija me había buscado- porque aparece un testigo que dice que había visto a Tito Gomensoro vivo en el cuartel de Paso de los Toros y que había visto como Gavazzo lo torturaba y Gómez lo mataba.
Pero es un único testigo que contradice todo lo otro que había de evidencia que había muerto en La Paloma y la Justicia le cree a este testigo, que se contradice en muchas cosas, que tiene muchos errores; y por creerle no se investiga a la gente de La Paloma.
Gavazzo era el Segundo Jefe en La Paloma, el Primer Jefe era el coronel Rubio. Y por seguir toda esta línea nunca se investigó a Rubio, nunca se lo llamó a declarar por más que el fiscal pidió. Finalmente Rubio falleció y nunca declaró, nunca pisó un juzgado.
Entonces creo que la Justicia también queda interpelada allí en el libro porque fue muy desprolijo todo esto que pasó en el caso Gomensoro, que sigue pasando. Y no tengo una explicación de por qué, no tengo, pero hay cosas en que la Justicia no está trabajando bien.
Es la sensación que me queda a mí.


EChI:.. ¿Y al periodista lo revisaban cuando entraba a ver a Gavazzo?,

LH: No. Yo podía haber llevado un revolver y dárselo, realmente no había ningún tipo de vigilancia y él se podía haber ido.
Hoy en día teniendo prisión domiciliaria tiene la tobillera puesta. Creo que hoy está más controlado porque tiene esa tobillera que le marca el límite de donde puede moverse que en aquel momento que estaba en el hospital que se podía ir caminando sin duda


EChI: le creiste algo a Gavazzo.

LH: Algunas cosas que él cuenta, cuando no está implicado él, cuando no hay un crimen de por medio, son cosas que sí le creo por cosas que cuenta.
En cuestiones colaterales o de operaciones militares que le tocó hacer, por ejemplo, hay una constante en su discurso que es “esto me tocó”, “esto lo hice porque me tocó”, “me tocó que me enviaran a cortar la tregua en artillería, el general Cristi me mandó y yo tuve que cortar con todo eso porque era un relajo ese cuartel”, etc.


Antes del golpe de Estado, (el coronel Ramón) Trabal lo manda a re interrogar la cúpula presa del MLN a Paso de los Toros con un doble objetivo: aclarar algunos casos de sangre que no estaban aclarados -creo que Pascasio Báez, lo del Jeep, no recuerdo exactamente cuáles ahora- y que confesaran los vínculos con políticos, como buscando ya la excusa para el golpe de Estado. Bueno, también “le tocó” esa misión.


Cuando se da el golpe de febrero en el ‘72, cuento una cosa que hasta ahora no se sabía. Se acuerdan que Bordaberry designa como Ministro de Defensa al general (Antonio) Francese que no era golpista y fue el último intento de Bordaberry por no sumarse al golpe, digamos.


Los mandos del Ejército no lo aceptan porque ya están jugados a la dinámica de tomar el poder. Entonces se rebelan. Y Francese sabe, se da cuenta, y en un intento por asumir el cargo decide ir a una unidad militar a hacerse fuerte ahí donde lo respaldaban. Pero los otros ya sabían, entonces la cúpula encabezada por Cristi, el Goyo y Trabal lo van a esperar a esa unidad para detenerlo y le ordenan a Gavazzo que sea él quien lo lleve detenido a la Escuela de Armas y Servicios.


Y Francese era el mejor amigo de su padre y era casi su padrino, y él dice que dijo “no me hagan hacer esto”, pero “le tocó” y lo hizo.
Yo creo que eso es como una marca, si cuando la cosa empezaba fue capaz porque “le tocó” llevar preso a su padrino, al mejor amigo de su padre y lo hizo; yo creo que después quedó claro que lo que le tocara lo iba hacer.


EChI: Lo iba hacer.

LH: Así que en algunas cosas, ese relato por ejemplo, se lo creo.
Ahora en muchas otras no le creo, me mintió muchas veces. Cuando las cosas que lo implican directamente a él, por ejemplo, dice “en Orletti estuve y era horrible, yo escuchaba los gritos desgarradores, eso era algo espantoso pero yo nunca participé, yo estaba en un cuartito donde Aníbal Gordon me tenía ahí e intercambiábamos información. Yo le daba un sobre y estaba horrorizado porque oía el horror que era eso, era gente desalmada, que solo quería el dinero, delincuentes”.


Obvio, me mintió.


Hay decenas de testimonios que lo describen, que cuentan con detalle que él estuvo ahí, que participó en los interrogatorios, que estuvo en las negociaciones por dinero, que es otro tema del libro, el afán de hacerse con el dinero del MLN como del PVP en Argentina.
Entonces cuando la persona pregunta si le creía, alguna cosa le creí siempre con la duda porque realmente es una persona que la información que da la manipula tanto que hace dudar. En todo tengo la duda. Pero en alguna cosa tiendo a creerle cuando son cosas más colaterales o militares.
Ahora las cosas que le implican…

Está la frase que hablábamos al principio, él mismo dice: “Si usted me pregunta usted mató o torturó a alguien, no puedo decirle la verdad, le voy a mentir”.
Así que él mismo lo dice.


EChI: Él mismo declaró. Leonardo ¿preguntaste sobre la coordinación con los militares argentinos? ¿Surge algún dato más de allí?

LH: Sí.
Él ya en su autobiografía se niega a llamarlo Plan Cóndor, lo llama ‘Sistema Cóndor’ y sostiene todo el tiempo que nunca implicó acciones conjuntas sino intercambio de información nomás.
Pero los testimonios son abrumadores en su contra. Habla un poco de eso pero en ese caso son cosas que yo pienso que me mintió, que miente. Hablamos pero no dice la verdad.


EChI: ¿En algún momento Gavazzo es crítico con alguna de las acciones de sus propios compañeros de carrera en lo que fue el operativo dictadura o en eso es cuidadoso y se limita hablar de lo de él?

LH: Es una buena pregunta también.
Me resultó completamente distinto por ejemplo a entrevistar a Agosto para ‘Milicos y Tupas’, en el cual Agosto hay cosas que dice en esto estoy arrepentido o esto pasó pero hubiera sido mejor que no pasara.
Gavazzo no, él está cien por ciento orgulloso, está convencido.
Bueno cuando cuenta que le tiró la granada de gas a un prisionero en un ambiente cerrado y eso termina en la muerte de ese prisionero, no lo cuenta desde el arrepentimiento sino desde la justificación porque ‘el hombre estaba sublevado’.


EChI: Como que existen todas las razones para liquidarlo.

LH: Exacto.
Y dijo, ‘bueno, lo llevamos al Hospital Militar’.
¿Y luego que pasó?, le pregunté, ¿No se preocupó, era consecuencia directa de algo que había hecho usted?
‘No, yo no averigüé más porque no me importaba’, respondió.
Le dije: ‘Mire el hijo todavía lo está  buscando, Eduardo Pérez Silvera – ‘el Gordo Marcos’- tiene un hijo que hasta hoy lo está buscando’.
Y respondió: Ah tiene un hijo…
Pero nada más. No hay el más mínimo arrepentimiento.
Lo que hay es orgullo y convencimiento. Y yo creo que hay también un no entender lo que ha cambiado todo. Hay como una cosa de falta de inteligencia política, no darse cuenta que todo cambió mucho y ese negar todo y seguir aferrado al silencio a ultranza, ya no es creíble.


EChI: Aferrado a lo que hizo aunque lo que hizo fuera lo tan malo como lo que estamos hablando.

LH: Exacto.
Hay un episodio -que no está en el libro porque no me coincidió con el relato pero creo que viene al caso- es que hay un momento que el ‘Pajarito’ Silveira -el coronel Jorge Silveira, que es otro represor con muchas acusaciones muy graves, gravísimas- sale a la prensa diciendo que está dispuesto a colaborar de alguna manera, a contar alguna cosa -creo que en el caso de Gelman sobre todo- y Gavazzo le publica una carta en Búsqueda la cual es de una agresividad total, diciendo que esa noticia debe ser mentira pero si fuera verdad… y ahí le dice traidor, lo amenaza.
Realmente es el arquetipo del que no tiene el arrepentimiento y que se aferra totalmente a eso.


EChI: Se sabe que hay más de 400 militares y civiles implicados ¿no sirven los datos de tu trabajo y de otros para que la Justicia indague? Y si se habló algo de pactos con integrantes del MLN o algo por el silencio que tu recién mencionabas

LH: De la primera pregunta yo creo que se aportan datos en estos dos casos en el de Gomensoro y en el del Gordo Marcos, Eduardo Pérez Silvera.
Creo que este último es un caso que nunca tuvo un avance judicial, hubo una denuncia pero no hay prácticamente nada avanzado. Y ahora Gavazzo admite que tiró esa granada que terminó con la muerte de Pérez Silvera, yo creo que ahí se puede actuar, no soy un experto judicial, pero parecería que sí.

La segunda pregunta, obviamente que el fin abrupto que tuvieron las entrevistas tuvo que ver. Cuando me dijo que ya no me daba más entrevistas porque no le mostraba las transcripciones, ahí consideré que era importante al menos mantener estas pequeñas cositas que hemos logrado y se corría el riesgo que -una vez que yo le mostrara las transcripciones- me dijera yo no quise decir esto lo que yo quise decir era tal otra. Y se iba a perder todo.
Entonces preferí quedarme acá y rescatar lo que emergió a riesgo de que muchas preguntas nos quedaran y esa nos quedó.
Lo que sí cuenta es que a él le tocó esa misión de interrogar a la cúpula tupamara y ahí tuvo contacto con toda una cantidad de gente importante, Mujica, (Henry) Engler, (Mauricio) Rosencof, Wasen Alaniz; (Antonio) Mas Mas  que está fallecido, pero no cuenta más allá de eso de que él logró la misión y es felicitado por Trabal.
Yo trabajé con el legajo de él.


EChI: Entonces él trabajó en buenas condiciones con Trabal, es lo que cuenta él.

LH: No sólo eso sino que del legajo de él -donde se anota todo lo que un oficial hace desde que se recibe de Alférez hasta que pasa a retiro- en el caso de Gavazzo lo obligaron a pasar a retiro porque hizo un complot contra el Goyo Álvarez y le salió mal.
Y en el legajo lo que aparece, es que así como mucha gente conoce cosas de la dictadura tiene esa imagen, Gavazzo malo, malísimo, lo peor, Trabal bueno o más o menos bueno; había ese matiz. Pero en el legajo es todo lo contrario. Lo que aparece es que Trabal fue el que lo promovió, fue su padrino en el Ejército y los juicios que apunto en el legajo de Gavazzo son…


EChI: Laudatorios.

LH: Si. Totalmente.

Y hay una cosa muy curiosa que para mí fue otro de los hallazgos del libro: Cuando el parlamento le ordena a las Fuerzas Armadas ocuparse de la lucha de la guerrilla, Gavazzo estaba en la Región Militar IV como ayudante de (el general Julio César) Vadora que era el Comandante de esa Región. Ahí Vadora organiza la lucha contra el MLN en su Región y le da misiones a Gavazzo.
Gavazzo va a los cuarteles a interrogar gente y ya hay denuncias de tortura ahí. Y según uno de los testimonios, incluso provoca uno de los escándalos del Jefe de un cuartel que cuando se iba decía ‘qué disparate este tipo las cosas que está haciendo’. En fin.
Bueno, cuando vence su período con Vadora le dan un destino a la Escuela Militar para dar cursos. Lo sacan de la guerra y él dice ‘no, yo quiero seguir’; pero Vadora le dice ‘el Ejército lo mandó a la Escuela Militar que es un destino de lo más honorífico que hay, vaya y dé las clases’.
Y él dijo que no.
Su protesta llega al Comandante en Jefe que era (el general Florencio) Gravina en ese momento quien lo cita. Le pregunta si  quiere ir a la guerra, él dice ‘si, esto es lo que yo quiero por eso soy militar’.
Entonces en vez de mandarlo a la Escuela Militar lo manda más abajo, a la Escuela de Armas y Servicios, que es otro lugar para dar clase pero es menos prestigiosa.
Cuando llega a la Escuela de Armas y Servicios, le dice al Coronel que estaba a cargo: ‘mire que yo no quiero estar acá voy a dar clase pero a regañadientes porque yo lo que quiero es estar en la guerra’. Y el Coronel le dice: ‘no joda Gavazzo, lo mandaron acá, no rompa más’.
Ahí está unos meses molesto, hasta que quien lo saca de ahí y lo mete en Inteligencia es Trabal. Unos días después del 14 de abril. Se ve que la violencia que generó el 14 de abril le dio argumentos a Trabal para sacarlo de ahí, lo pone de lleno y nunca más salió.


EChI: Eso sí es una revelación comparado con lo que teníamos hasta el momento de Trabal.

LH: Claro.Y eso se suma a todos los juicios que Trabal anota en el legajo de Gavazzo que son todos muy favorables

EChI: la gente tal vez busque en el libro  que haya una explicación respecto a por qué la Justicia le hace concesiones a Gavazzo.

LH: Sí, en ese caso el libro es inquietante porque todo el relato del caso judicial de Gomensoro muestra algo que no está funcionando bien y que hoy que me preguntaban de los pactos, ahí aparece un integrante marginal del MLN que desvía totalmente con un testimonio lleno de contradicciones -que podrá ser producto de un error o producto de una traición de la memoria, pero también puede ser producto de otras cosas-, lleva la investigación a un lado equivocado y queda gente que no fue enjuiciada, que no va hacer enjuiciada y manda a la cárcel durante 3 o 4 años a un oficial que no tenía nada que ver.

Entonces uno queda muy preocupado, se pregunta por qué apareció ese testimonio, ¿fue algo voluntario o alguien habló para que ese testimonio apareciera? Es complicado.Yo quedo preocupado por todo eso.
Y si le sumamos la reclusión de Gavazzo, las condiciones en que estaba; después, al poco tiempo que yo termino las entrevistas pasa a la casa; después viene el tema de la fiesta, que es como más incomprensible todavía. Porque el argumento para pasar a la casa uno puede estar de acuerdo o no pero de algún modo está en la Ley, que los presos mayores pueden tener prisión domiciliaria. Uno puede aceptarlo o no.
Pero ya ir a una fiesta no entraba en la cabeza de nadie. Y eso salió también.
Hay cosas por las que uno queda preocupado


EChI: Sí. Ahora de toda la conversación es un agente vernáculo no estuvo ni siquiera en la Escuela de las Américas.

LH: En su legajo -que yo lo pongo- aparece un viaje de dos meses a Estados Unidos que no quedan aclaradas las razones.
Eso está en el legajo y yo lo pongo en el libro. 


Ahora, no pude preguntarle como tanta cosa que quedó pendiente, al suspenderse las entrevistas

- postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24 









Trotsky, el giro de 1928-9 y la naturaleza social de la URSS (16)



Granjas Colectivas y Resistencia Campesina

Rolando Astarita [Blog]

Dada la manera forzada en que se realizó la colectivización, una vez completada la entrada de los campesinos a las granjas, el Estado se habría encontrado con una fuerte y sorda resistencia, con efectos muy negativos para la producción. Esta tesis tiene una larga tradición. Fue planteada por Trotsky, Bettelheim y Nove, entre otros. Por ejemplo Nove (1973) sostiene que las políticas estatales eran profundamente resistidas por los campesinos y su resentimiento afectó su comportamiento como productores. Esta línea de pensamiento fue profundizada en las últimas décadas por Viola, Fitzpatrick y otros historiadores, que enfatizaron la resistencia del campesino como una de las razones centrales de la baja productividad de la agricultura soviética. Por ejemplo, Viola escribe:
 “Al final, y cuando el poder y la política son los principales criterios, el Estado seguramente emergió victorioso de esta confrontación [se refiere a la entrada a las granjas] con el campesinado, un resultado inevitable dada los enormes poderes represivos del Estado y el localismo de la revuelta campesina.
Pero fue una victoria pírrica, ya que la colectivización tuvo el efecto último de unificar a la inmensa mayoría del campesinado contra el Estado y sus políticas. Mucho después de las campañas por la colectivización de la revolución de Stalin, un campesinado, en algún sentido de la palabra, permanecería amargado a veces, y la mayor parte del tiempo empeñado en una guerra continua y no declarada basada en el empleo de constantes y múltiples artilugios de formas de resistencia pasivas y diarias en la granja colectiva” (1996).


Fitzpatrick (1994), por su parte, muestra que los campesinos, una vez incorporados a las granjas colectivas por la fuerza, consideraban que sufrían una nueva servidumbre, que no recibían la compensación adecuada y estaban a merced de jefes locales arbitrarios.

En oposición pusieron en práctica métodos de resistencia tradicionales, tales como trabajar despacio, pretender que no entendían las instrucciones, llegar tarde al trabajo y no tener iniciativas. Además, los funcionarios del Estado no podían conocer los recovecos de la producción, y esto ponía límites a su dominación sobre la autonomía campesina.
Otra forma de resistencia pasó por poner mayor empeño en el lote privado. O a través de la religión: por ejemplo, no trabajar en los “feriados religiosos”, que no eran reconocidos en el calendario oficial. También era frecuente que trabajadores que adquirían alguna habilidad técnica –por ejemplo, manejar el tractor- se iban a las ciudades en busca de empleo.



La interpretación de Tauger


Si bien la tesis de la resistencia tiene amplia aceptación, en los últimos años Mark Tauger ha presentado argumentos que llevan a matizar la idea establecida. Tauger sostiene que el levantamiento o la rebelión frente a la entrada compulsiva en los koljoses no fue la respuesta más común, y que muchos campesinos se adaptaron al nuevo sistema de maneras que les permitieron funcionar y solucionar problemas.

Según Tauger, los autores de la interpretación “resistencia” han tomado como evidencia los informes de la GPU, que estaba interesada en exagerar el grado en que los campesinos representaban un peligro, y sostiene que los levantamientos abarcaron a una pequeña parte del total del campesinado. Sin embargo, admite que en 1920 los campesinos no entraban voluntariamente a las granjas colectivas, y que en los 1930 lo hicieron bajo coerción y amenaza.

La polémica se prolonga a lo que sucedió al interior de las granjas colectivas una vez terminada la incorporación. Según Tauger, si bien existió resistencia campesina, es muy difícil documentar su efecto en la producción.

Además, en esa década la cosecha de grano osciló fuertemente, con años de alta producción –especialmente 1935 y 1937- y otros de muy baja producción en 1932 y 1936. Esas variaciones, sostiene, no pueden explicarse por “resistencia campesina”, y se deberían a variaciones en las condiciones ambientales (agotamiento de suelos, sequía). Además, en ocasiones, y movidos por el hambre y la presión administrativa, los campesinos trabajaron más duro y aumentaron la siembra. Y en la medida en que, hacia 1933, se superó la hambruna, muchos se habrían reconciliado con el sistema. A pesar de que muchos resistían de forma pasiva, la mayoría se habría adaptado a la colectivización y habría aumentado la intensidad del trabajo para superar la crisis y las malas condiciones

Con respecto a la evidencia que presentan los autores de la tesis de la resistencia, sobre que los campesinos se negaban a trabajar en las tierras colectivas, Tauger sostiene que ese parece haber sido el caso cuando en algunos koljoses se quiso imponer una distribución igualitaria de ingresos, o cuando no había suficiente provisión de comida.
Sin embargo, en muchos casos los mismos campesinos que se negaban a trabajar enviaban a sus hijos adolescentes a trabajar al koljós. En otras ocasiones las negativas a trabajar obligaron a algunos koljoses a contratar como asalariados a campesinos no colectivizados.

Por otra parte, a partir de 1933 el Estado impuso medidas draconianas de disciplina laboral y dio ayuda, con lo que hubo una mejora sustancial de la cosecha. Ese resultado se logró con una combinación de mejor organización, más presión administrativa (entre las medidas, nuevas purgas de supuestos kulaks disimulados al interior de los koljoses) y el hambre, que motivaba a realizar esfuerzos desesperados para evitarla. Oficialmente se informó de una mejora en la actitud de los campesinos. Lo cual no niega que haya habido otros tipos de reacciones: bandidaje, intentos de organizar levantamientos contra el Estado, robos al interior de los koljoses o koljosianos que trabajaban lento. También se registraron koljoses en los que algunos miembros tenían lotes privados de hasta tres hectáreas y contrataban mano de obra para trabajar en ello, y pocos se presentaban a trabajar en la tierra en común.
Pero de conjunto, hacia mediados de los 1930 mejoraron la disciplina y la dedicación al trabajo. Además, se debilitó el igualitarismo, y trabajadores de shock recibían premios y reconocimiento. Muchos campesinos condenaban el robo al koljós y apoyaron medidas punitivas del Gobierno para combatirlo.



Colectivización y lote individual


A pesar de las diferencias en torno a la importancia que pudo haber tenido la resistencia, un punto en el que hay coincidencia es que el Estado debió hacer concesiones al interés privado para apaciguar o cooptar a los campesinos colectivizados. En mayo de 1932 se anunció que se reduciría la recolección de grano de la próxima cosecha. Además, se concedió a los koljoses, sovjoses y a los campesinos individuales el derecho de comerciar “a los precios formados en el mercado” (hasta entonces ese mercado, si bien extendido, era ilegal). La producción agrícola sería en parte distribuida a través de las compras del Estado, a precios fijados bajos, y en parte a través del mercado koljosiano a precios libres.
Los consumidores se proveerían en ambos. En 1935, el estatuto de los koljoses oficializó la producción privada.
Los campesinos tuvieron derecho a explotar en usufructo perpetuo una parcela privada, que variaba según las regiones entre 0.25 y 1 hectárea. También se les otorgó el derecho a adquirir en propiedad una casa, una vaca, ovejas, cabras y aves de corral (Mandel, 1969).
Además se estableció que después de cumplir con las cuotas de entregas obligatorias al Estado, cada hogar campesino y cada granja colectiva, como unidad, podía vender la producción en el mercado libre a precios determinados por la oferta y la demanda.

A partir de estas medidas se elevó la producción, pero las mismas también implicaban la reproducción de la estructura dual –producción colectiva e individual- al interior de los koljoses. Los campesinos ahora dividían sus tareas entre la parte dedicada a la producción colectiva, y la individual.
A mediados de los treinta esta estructura se consolidó legalmente cuando se definió que los lotes individuales y el mercado libre que les estaba asociado eran parte de la economía socialista.
Así, en 1936 Stalin pudo proclamar que el socialismo estaba conseguido, “en lo fundamental”.

Sin embargo, muchos campesinos no estaban motivados para poner empeño en la producción colectiva. Trotsky (1973) observa que  “… las necesidades cotidianas del campesino medio se satisfacen en mayor medida por su trabajo ‘para sí mismo’ que por su participación en el koljós.
A menudo sucede que las entradas de su parcela individual, sobre todo si se dedica a un cultivo técnico, a la horticultura o la crianza, son dos o tres veces más elevadas que su salario en la empresa colectiva. (…)
Para levantar la gran agricultura colectiva fue preciso hablar nuevamente al campesino en un lenguaje inteligible, volver, en otros términos, del impuesto en especie al comercio, reabrir los mercados”.
Mandel (1969) cita fuentes soviéticas según las cuales, en 1939 casi el 40% de los campesinos koljosianos trabajaban sobre las tierras de los koljoses menos de 100 días al año.

Transición bloqueada

Lejos de ser un elemento de fortalecimiento del socialismo, la estructura dual al interior de las granjas colectivas fue una admisión implícita de que el campesinado no había sido ganado para la producción colectiva.
Por eso, la colectivización consolidó una estructura que era muy difícil de superar en un sentido socialista. En otros términos, la transición hacia el socialismo estaba prácticamente bloqueada, a pesar de las declaraciones oficiales. Y a partir de entonces, cada vez que el Estado buscó elevar la productividad en el agro, y ante la inefectividad de medidas punitivas y administrativas, terminó otorgando más concesiones al interés privado.

Sin embargo, y debido a que esas concesiones aumentaban la capacidad económica de los campesinos, los períodos de concesiones eran seguidos de otros de mayor control estatal, dando como resultado una evolución en zigzag. Por ejemplo, durante la guerra contra Alemania, y con el objetivo de estimular la producción, se alentaron los mercados koljosianos. El resultado fue que hacia el final del conflicto había una fuerte acumulación de dinero en el campo e hicieron su aparición koljosianos millonarios que se apropiaban de tierra. Se calculaba que para 1945 unas 5 millones de hectáreas habían pasado a manos privadas  (Mandel, 1969).
El Estado tomó entonces la ofensiva sobre el campo, encontrando resistencia pasiva por parte de los campesinos; la producción se estancó  y volvió a disminuir peligrosamente el ganado. En 1946-7 hubo una gran requisa de grano, que provocó una nueva hambruna en Ucrania.
Pero para comienzos de la década de 1950 la producción agraria estaba estancada.

Después de la muerte de Stalin Nikita Kruschev, que era de origen campesino y había sido secretario del Comité Central del Partido en Ucrania en 1946, reconoció que Rusia tenía menos ganado que en 1913, y que la producción agrícola estaba estancada. De acuerdo a datos oficiales citados por Mandel (1969), de 1930 a 1955 la producción agrícola (excepto para los cultivos industriales) y el ganado soviético (para los cerdos hasta 1953) por habitante fueron inferiores a los de 1916, y para los ovinos y vacunos no superaron el nivel de 1913 ni el de 1928. En respuesta a esta situación, Kruschev buscó incentivar la producción de los lotes individuales.
Para eso, aumentó el precio que el Estado pagaba al campesino por el grano, y redujo los impuestos y la cantidad de grano que debían entregar las granjas, a fin de que hubiera más excedente disponible para vender en el mercado libre. También disolvió las estaciones de tractores, y estos fueron vendidos a las granjas estatales.
Pero nuevamente la política no fue lineal, y en los últimos años de su gobierno se volvieron a tomar medidas contra la producción privada: se limitó la cantidad de heno que podían tener los campesinos para alimentar a sus animales privados y se establecieron impuestos cuando la cantidad de ganado superara ciertos límites. También se limitaron los lotes, de manera que la tierra arable de lotes cayó un 18% entre 1958 y 1964.

En respuesta, los campesinos de nuevo empezaron a trabajar menos para el koljós, e intensificaron el trabajo en sus lotes privados: este último aumentó 22% entre 1958 y 1965, en tanto que el trabajo en los tierras comunales cayó 23% (Abouchar, 1971). Entre fines de los 1950 y la primera mitad de los 1960 la producción agrícola creció a una tasa baja, alrededor del 2%.
Los cereales disponibles por habitante en 1965 solo habían aumentado un 5% con respecto a 1913 (Mandel, 1969). Por eso no es de extrañar que bajo la dirección de Brezhnev y Kosiguin se volvieran a hacer concesiones a la producción en los lotes privados.

No es nuestra intención presentar una historia de la agricultura soviética, sino señalar que todo indicaría que el camino hacia una auténtica cooperación socialista estaba definitivamente bloqueado en la URSS post-colectivización forzada.
En vísperas de la caída, en 1988, los lotes individuales representaban el 2,7% de la superficie sembrada y producían el 23% del output global del país.

Aunque si se tomaba el conjunto de la tierra pública utilizada por los campesinos para sostener su producción privada, la misma llegaba al 20% del total (Medley, 2007)
Aun con este matiz, la desproporción entre lo que se producía en los lotes individuales y en la tierra estatal era significativa en lo que respecta al supuesto “fortalecimiento de los elementos socialistas” que habría generado la colectivización forzosa.


Bibliografía:


Abouchar, A. (1971): “The Private Plot and the Prototype Collective Farm Charter”, Slavic Review, vol. 30, pp. 355-360.
Bettelheim, C. (1978): La lucha de clases en la URSS. Segundo período (1923-1930), México, Siglo XXI.
Fitzpatrick, S. (1994): Stalin’s Peasants. Resistance and Survival in the Russian Village after Collectivization, Oxford University Press.
Mandel, E. (1969): Tratado de economía marxista, t. 2, México, Era.
Nove, A. (1973): Historia económica de la Unión Soviética, Madrid, Alianza Editorial.


Medley, J. S. (2007): “Soviet Agriculture: A Critique of the Myths Constructed by Western Critics”, http://www.soviet-empire.com/ussr/viewtopic.php?t=47201.


Tauger, M. B. (2005): “Soviet Peasants and Collectivization, 1930-39: Resistance and Adaptation”, en Rural Adaptation in Russia, S. K. Wegren, ed., Londres y Nueva York, Routledge, pp. 65-94.
Trotsky, L. (1973): La revolución traicionada, Buenos Aires, Yunque.
Viola, L. (1996): Peasant Rebels under Stalin, New York, Oxford University Press. 



 

rolando - postaporteñ@ 1623 - 2016-06-24  

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