MINISTRO FERNÁNDEZ HUIDOBRO = AMODIO PÉREZ
o los AMODIOS SON
MUCHOS
y HAY que nombrarlos
con nombre y apellido
Nuevo Round Tupa
El código Da Vinci,
del Amodio "traidor" dice o no dice verdades...??
En su defensa el
Negro Héctor Amodio Pérez culpa,acusa y se justifica pero no muestra un
poco bastante que hay muchos parecidos a el??? O sea son hechos a
imagen y semejanza de EFH
Ya en el 2013 hubo
quienes se dedicaron a ningunear, calumniar y difamar a quienes
difundieron las "cartas de Amodio"
Traidor o no, los tiene
calados y si otros siguen cumpliendo con su propio código que tiene secretos
que se llevarán a la tumba, uno comienza a pensar que el que
calla otorga y que quien con su silencio le permite al otro pensar que
están aceptando lo que él te está diciendo
Acá va lo
publicado ayer en El Observador que es un texto de Amodio para decir que no
lo comparen con Huidobro
Posta
Tupamaros,
los otros "traidores"
Por Gabriel Pereyra
editor jefe de El
Observador Junio 6, 2015
Fernández Huidobro
insultó a quienes piden revisionismo contra los militares y recibió una
andanada que vuelve a poner en tela de juicio la verdad tupamara
"Lo repetiremos para
que no haya dudas, no fue sólo Amodio (Pérez) el que entregó infraestructura,
armas y hombres". Así lo sostiene en su libro "Soy el Rufo y no me
entrego" el hoy fallecido exintegrante del Movimiento de Liberación
Nacional (MLN) Tupamaros Ricardo
Perdomo.
Las negociaciones que
tuvieron lugar entre guerrilleros y militares en el Batallón Florida en 1972,
uno de los capítulos más oscuros en la historia de la organización, volvió al
tape en estos días, enancado en el enojo que hay en algunos sectores de
izquierda por los insultos lanzados por el ministro de
Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, uno de los protagonistas de
aquellos contactos.
Mientras que algunos
destacan que las conversaciones pararon la tortura, otros aseguran que iba
mucho más allá, y que había un proyecto conjunto de corte dictatorial entre
soldados y guerrilleros.
Dictadura militar
mediante (1973-1985) y una década de reclusión y torturas, los bandos que
analizan qué está pasando hoy entre tupas y militares, se dividen.
Para unos las críticas
de Fernández Huidobro a grupos revisionistas del pasado reciente
responde a la lógica de "los dos demonios", los combatientes que
libraron una batalla y que comparten unos códigos que el resto no puede
entender.
Otros, en cambio, responden
a las críticas del ministro con acusaciones que señalan aquellas
conversaciones de 1972 como un acto de "traición", igual o peor,
han llegado a decir, que el cometido por Héctor Amodio Pérez.
Tras más de 30 años de
silencio en su exilio de España, señalado como el traidor de traidores, Amodio Pérez
habló con El Observador en 2013
Su testimonio, sobre el que
abunda en esta edición ,fue
ignorado y puesto
en tela de juicio por quienes lo colocaron en el oscuro pedestal.
Pero algunos de los señalamientos de Amodio a Fernández Huidobro y
compañía coinciden con los que dan tupamaros de la línea dura. Cada vez que
el tema resurge, la historia oficial que la guerrilla divulgó y dejó correr
por décadas, sufre un revés. Quizás porque, como decía hace 2.500 años el
general chino Sun Tzu, la guerra es el arte del engaño.
"Huidobro es
el nuevo Amodio (Pérez)", dijo a El Observador TV el dirigente del grupo
frenteamplista Ir, Alejandro Zabala, molesto por la defensa que el ministro
hace de sus subalternos.
"Quedaba
escrachado"
Perdomo era
considera un duro en el MLN.
"Quienes decidieron hablar con y creer en el enemigo, tienen una virtud
especial, una mentalidad especial, una cierta forma de vivir, como clase,
como élite y tienen además un caradurismo innegable para decidir por los
demás y luego escribir para la historia, como si la armonía de opiniones
fuese universal", dijo en su libro sobre Sendic
Aquellas salidas de
tupamaros a encontrarse con compañeros ¿no implicaban riesgos para quienes
estaban afuera y contactaban con esos presos con tratamiento especial. En su
libro "Los
dos demonios", el periodista Alfonso Álvaro señala:
"Los contactos no orgánicos eran no orgánicos y debido a que existen
varios servicios de Inteligencia, Mujica se cubría del resto o del propio
grupo con el cual se contactaba, podía pasar que compañeros de los oficiales
que mantenían los encuentros con los tupamaros aparecieran perseguidos por
sus propios camaradas debido a los mismos seguimientos que en ese momento se
estaban practicando a los mismos cabecillas del MLN"
Esta visión, controvertida
por otros periodistas es compartida por Perdomo, que refiriéndose al
"estilo de trabajo" de Fernández Huidobro, afirma:
"Naturalmente quien era contactado por Huidobro y compañía, a la misma
vez quedaba escrachado por el enemigo, las casas quemadas y las formas de
trabajo precisamente verificadas, con las garantías de la práctica".
"La verdad es que para
la Inteligencia Militar, aunque hubiesen sido los más estúpidos del mundo,
¡unos prisioneros como estos daban gusto!", dice Ricardo Perdomo
El también ex tupamaro Esteban Pereyra Mena,
aportó en su momento su sombra de duda contra Huidobro: "En prisión me
planteó la rendición y le dije 'ñato no sólo me parece que lo vos planteás es
una traición; ¡vos sos un traidor!'".
El factor
Amodio
En su sorpresiva aparición
en 2013, dijo a El Observador: "¡Cómo será que a mí ya me decían traidor
pero el que se mamaba o entraba y salía del cuartel libremente era Fernández
Huidobro!".
Ante un nuevo embate contra
el ministro de Defensa, al
que Amodio le atribuye el papel de principal vocero de esa supuesta falsa
historia cargada de leyenda, el extupamaro envió un texto que
se publica en la que pide que no lo comparen con el ministro de Defensa:
"El Ñato no se quebró nunca. Jamás le afectaron ni la muerte de sus
compañeros ni el dolor ajeno. Maniobró siempre buscando lo mejor para él,
cosa que no le critico. Yo hice lo mismo. Tengo en mi descargo que lo hice
cuando ya nada podía hacer para defenderme de una acusación falsa, tan falsa
que para mantenerla hubo que adaptarla en varios momentos, toda vez que los
hechos la desmentían".
El expresidente José Mujica
aportó lo suyo para que la historia oficial, en blanco y negro, le
aparecieran los grises. Luego de que Amodio apareciera públicamente Mujica
dio una versión distinta a la que atribuía al "traidor" buena parte
del fracaso militar: "Hay algún otro personaje que desde el punto de
vista práctico tu tanta o más importancia en la información que se entregó
que Amodio. En definitiva si una criatura humana débil que se quiebra en un
momento dramático y entra a colaborar con el enemigo utilizando todos sus
recursos y bueno, ta, chau".
Su viejo compañero Jorge
Zabalza recordó públicamente cuando el 14 de abril de 1972 dos tupamaros
fueron ejecutados por la Policía y Fernández Huidobro, escondido en un
berretín y herido, se entregó. "Fernández podía haber gritado 'soy el
Ñato y no me entrego', como lo hicieron Ernesto Guevara, Camilo Torres, Mario
Santucho, Miguel Enríquez y Raúl Sendic. Como lo hicieron cientos de mujeres
y hombres en este continente azotado en los '70 por el terrorismo de Estado.
En cambio eligió salvar el pellejo, pedir por el juez Echeverría y por "Campitos",
aunque no podía saber a ciencia cierta si se lo iban a respetar.
Ese 14 de abril fue el
cruce caminos que definió a Fernández, ese día hizo la opción que determinó
el resto de su vida. La continuó desarrollando poco más tarde, al proponer
la rendición incondicional del MLN en el Batallón Florida.
Cada vez que se
mira al espejo o cada noche que lo desvelan los gritos de Ivette y Luis (los
tupamaros ejecutados), se ve a sí mismo negando tres veces a Jesús de
Nazareth, Espartaco, Tupac Amarú y Ernesto Guevara"
(n.de posta: detenido el 14 de abril de
1972, herido junto a David Cámpora en la casa de Luis Martirena e Ivette Giménez
de Martirena en la calle Amazonas, de Malvín donde el matrimonio fue muerto por las FFAA )
Aunque grupos del Frente le
pidieron la renuncia, Fernández Huidobro sigue en su cargo apoyado por el
presidente Vázquez. Más de un soldado de los que lo rodean le expresó su
solidaridad.
Algunos de ellos se refieren a él como “ mi general”
PASADO RECIENTE
Amodio sobre
Fernández Huidobro: "No me comparen"
El extupamaro envió
desde su exilio en España una nota donde vuelve a reivindicarse como víctima
de una situación compleja en la que, dijo, el hoy ministro de Defensa
maniobró "buscando lo mejor para él. Yo hice lo mismo"
La comparación, totalmente
fuera de lugar, solo es explicable por la ignorancia de la historia. Pero de
la historia real, no la que se inventaron para subirse al carro de la gloria
patria.
Eleuterio Fernández
Huidobro, "Oscar" o "el Ñato", fue detenido el 14 de abril de
1972. Yo lo fui el 20 de mayo del mismo año. Méndez me entregó, dos días
después, las carpetas con las declaraciones suyas en que indicaba mi relación
con Enrique Erro y con el coronel Montañés, del que yo ignoraba el nombre.
Para mí, era Ramón. Después se dirá que quien puso a estas personas en la
mira de las FF.AA. fui yo.
Cuando a principios de
junio de 1972 el actual ministro fue consciente de la debacle en que él, Raúl
Sendic y Julio Marenales habían precipitado al MLN, arrastrándolo a una
derrota inexorable, aprovechando el desconocimiento que las FF.AA. tenían
acerca de la dimensión real del MLN, se comprometió a conseguir la
rendición incondicional de la cincuentena de compañeros que un día sí y
otro también arriesgaban sus vidas en aras de cumplir los planes que desde
antes de la gran fuga de Punta Carretas se venían gestando: el plan Tatú, el
Plan del 72 y el Segundo Frente.
Por esas fechas
contaba como aliados a la inmensa mayoría de los que hoy lo critican y lo acusan
de traidor. Agrego que con razón. Pero no por lo que hace hoy, sino por lo
que hizo entonces.
Convenció al comandante
Carlos Legnani de que él era el único que podía convencer a Sendic y
Marenales de la necesidad de rendirse y entregar las armas y locales que aún
quedaban, bajo la promesa de detener, en lo inmediato, la tortura y al
cabo de unos meses estudiar la situación legal de los detenidos que no
cargaran con delitos de sangre, lista
que elaboró junto con Mauricio Rosencoff y en la que
por pura casualidad, ellos ocupaban los primeros lugares
Pese a que algunos lo
valoran como gran estratega, no tuvo en cuenta que los que faltaban en la
lista eran los que tenían esos delitos. Carlos Legnani, que mantenía una
buena relación con el coronel Trabal, lo convenció a este para que el general
Cristi autorizara lo que por entonces se conoció como "la tregua".
Tregua que fracasó por el empecinamiento de Sendic y Marenales en imponer
unas condiciones políticas y sociales que hubieran justificado el accionar del
MLN. Pretendían que las FF.AAA, pusieran en práctica el programa del MLN.
Con gran consternación por
su parte no logró convencer a sus compañeros que la rendición era la única
carta que quedaba y estos le pusieron fin a la tregua ejecutando al entonces coronel
Artigas Álvarez, no porque lo creyeran responsable de la represión, sino
porque era un objetivo fácil. No supieron a quien habían ejecutado hasta que
lo anunció la radio.
La tregua
Cuando la primera reunión
para buscar la tregua, Wassen (Adolfo “Nepo” Wassen)le informó que
había sido él el que aportó los datos para la ubicación de la Cárcel del
Pueblo. Fernández Huidobro trasladó a Sendic, en el primer
encuentro que tuvieron y que Blixen narra en su biografía de Sendic con tono
novelesco, ocultando
que todo ese proceso era una verdadera tragedia, en el que se
jugaba con la vida como si careciera de valor. Tengo que recordar que una de
las vidas que estaba en juego era la mía, ya que se me acusaba por la caída
de la Cárcel. Vamos a dejar las cosas como están, le dijo Sendic al Ñato y
éste se lo trasladó a Wassen, quien en un rasgo de honestidad personal me
comunicó que yo "era el cabeza de turco".
Como se dice en la nota
publicada por El Observador, en esos momentos Sendic no estaba por aceptar la rendición.
Más adelante, cuando la bronca interna en las FF.AA. por la muerte de Artigas
Álvarez ya había decaído bastante, vuelve sobre el tema, también en el
Florida y reanuda las salidas acompañado por Calcagno, escondidos ambos en
autos que habían sido propiedad de colaboradores del MLN, para reanudar las
negociaciones. Desempeñaba él el papel protagonista en la "orquesta
roja" a la uruguaya. Esas negociaciones se reanudaron, pero esta vez
bajo el control directo de Trabal, que puso vigilancia al Florida. Esa
vigilancia tuvo como consecuencia que Trabal supiera de las reuniones en la
calle Sevilla y en la casa de Elsa Dubra, a las que acudía Ferreira Aldunate,
y otras en casa de Domingo Carlevaro.
Pero entonces
Sendic también participaba de las negociaciones. Llegó incluso a orquestarse
su detención pactada, en un simulacro de detención con tiroteo incluido, en
el que la frase "soy Rufo y no me entrego" era la contraseña
pactada. Pero de nada le sirvió, ya que el FUSNA no participó de esas
negociaciones.
La detención de Sendic no
hizo disminuir el entusiasmo de Fernández Huidobro por encontrar una salida
al embrollo que él había contribuido a desarrollar. Encontró su alma gemela
en Ramón Trabal, quien aspiraba a convertirse en el Velazco Alvarado criollo
y juntos fraguaron el "golpe a la peruana", un "golpe
bueno", para tratar de evitar el golpe que ya flotaba en el aire y al
que me referiré más adelante. Se empezó a difundir la idea de que había un
sector progresista en el ejército.
Trabal y Fernández Huidobro
le susurraron al oído a Ferreira Aldunate que él sería la cabeza civil del
golpe bueno. El País puede seguir insistiendo acerca de Wilson, pero se ha
negado a publicar lo que yo le he enviado acerca de este tema. Como bien ha
dicho (Adolfo) Garcé, de Wilson ha trascendido una imagen bonachona, casi
angelical, y se ha ocultado la otra cara, la de un oportunista contumaz,
agrego por mi parte.
Mi gran amigo Federico
Fassano ya me había
engañado con mi manuscrito y entre todos ellos fraguaron un
manuscrito falso, que escribieron en hojillas de papel de fumar, tomando como
base el auténtico, en poder de Trabal. Del falso manuscrito desaparecieron
las críticas que yo hacía hacia la dirección del MLN y se borraron las
referencias a Ferreira Aldunate, quien a esas alturas decía que yo me
reunía con militares para destruir la democracia, cuando en realidad quien lo
hacía era su socio circunstancial, don Eleuterio.
Hojillas
Jorge Marius, en su libro
La tiranía de la miseria (1),
describe el momento en que Juan Pablo Terra, en presencia del "gran
líder blanco", le entrega las hojillas con el falso manuscrito para que
él las pasara a limpio. Ese detalle hizo que durante más de un año no leyera
ese libro. ¿Cómo iba a
darle importancia a un libro que dice estaba escrito en hojillas de fumar si
yo lo había escrito en más de sesenta carillas de papel de carta? Pues
un día lo leí y pude comprobar que las versiones que han sido publicadas,
todas, coinciden punto por punto entre sí. Incluso la de Mate Amargo, tan
falsa como las demás, ha sido "comentada" por el don Eleuterio,
como una muestra más de su bajeza moral.
Tuvo muy destacada
actuación en las comisiones de los ilícitos. Cuando dijo que si le daban
permiso para torturar podía conseguir información sobre
los desaparecidos –muchos de los cuales lo fueron por su
responsabilidad a partir de la reunión del 16 de marzo de 1972– quizás
estuviera pensando en aplicar lo que aprendió en los interrogatorios a los
detenidos por aquellos días. Algo que, recogiendo sus propias palabras, no
le impide vivir feliz.
Mucho se ha dicho y escrito
sobre su cautiverio y sobre los de los demás rehenes. Lo dije cuando la
entrevista y lo reitero ahora: todos
fueron tratados con infinita crueldad, paro no por su condición de tupamaros.
Lo fueron por su participación en el fracasado "golpe bueno" y en
las comisiones de los ilícitos.
Tras la puesta en libertad,
Eleuterio Fernández Huidobro, una vez superadas las diferencias internas
acerca de su comportamiento en prisión, vio necesario amoldar la historia del MLN a lo que
sería su actuación futura y fue dando bandazos como mejor le
convenía. Para ello,
se encargó de falsificar la historia y consiguió que otros la divulgaran.
Se crearon teorías acerca del militarismo y los dos demonios, se
constituyeron comisiones de estudio y para evitar que alguno le pidiera
responsabilidades, se encargó de que quienes habían proporcionado
información, con tortura o sin ella, fueran absueltos o perdonados, a cambio,
eso sí, de proporcionar elementos que mantuvieran mi condición de traidor,
responsable de la derrota.
De todo esto sabe mucho
Zabalza, como sabe
que fueron Wolff y
Marrero quienes salieron a la calle a marcar compañeros.
Sigue guardándose el secreto, uno más de los tantos que conoce.
El problema
que tiene para desvelarlos es que entonces quedará patente que la tan mentada
capacidad política del tándem Sendic–Huidobro forma parte de la leyenda
que él tanto ayudó a construir y a mantener, mal que le pese, a través del
tiempo.
Leyenda
Es precisamente ese
término, leyenda, el que emplea Samuel
Blixen en su artículo La metamorfosis, para referirse a la actuación de ambos.
Supongo que las alabanzas vertidas están referidas al período entre 1962 y
1969, porque no puede ignorar, a estas alturas, que ambos pergeñaron, ya
desde 1971, los planes que llevarán a la debacle de 1972, planes a los
que me opuse y que me llevaron a renunciar al comando general de Montevideo,
días antes que se decidieran las acciones del Collar, en diciembre de 1971 y
que están en la génesis de las acusaciones que se me harán posteriormente.
Tengo que
recomendarle a Blixen que relea Historias tupamaras y que hable con Aníbal de
Lucía, para
que le cuente cómo Sendic, días antes de que se concretara la segunda fuga de
Punta Carretas, le consultó acerca de la elaboración de la lista de fugados, en
la que me dejaba fuera, o mejor dicho, dentro, pese a que a pedido de los
propios presos y luego compañeros en la fuga, yo era el responsable de su
planificación.
La metamorfosis a
la que Blixen hace mención también le alcanza a él.
A raíz de mis cartas de
2013, Blixen se negó a admitir que mis palabras tuvieran valor y asumió la
defensa del hoy desprestigiado ministro con un empeño digno de mejor causa.
Hoy, dos años después,
reconoce que el Ñato fue el gestor de las componendas referidas
anteriormente. Sin
embargo, sigue mintiendo en cuanto a su desarrollo y triste final, cuando
él fue testigo directo de las reuniones en el Florida y formó parte del
amplio grupo de presos que salían del cuartel para establecer contactos,
algunos de los cuales aprovechaban las salidas para visitar los quilombos
cercanos al Cementerio del Norte, guiados por el inefable capitán González,
alias "El pescado".
En la referida biografía de
Sendic, de 368 páginas, parecen 320 inexactitudes, unas medias verdades y
otras completamente mentiras, para ensalzar su figura y al mismo tiempo las
de los que lo acompañaron en su aventura, entre ellas, la de don Eleuterio.
Dedica todo el capítulo 17 a exponer "mi traición", cuando el mismo
texto lo desmiente.
La historia oficial
del MLN es falsa y está concebida para que las responsabilidades no se
dirijan hacia quienes creyeron que el momento del enfrentamiento final había
llegado,destruyeron
en marzo de 1972 lo poco que de organización quedaba y se pusieron al mando
del llamado Segundo Frente, pretendiendo enfrentar a las FF.AA. en el
interior con un puñado de hombres y mujeres calzados con alpargatas, sin
armas, sin municiones, sin comida ni medicinas.
Sendic discrepó con el Ñato
en el mes de junio de 1972, pero terminó por admitir sus razones, apenas un
mes después, para "salvar lo que quedaba", han dicho Mujica y
Marenales.
El Ñato no se
quebró nunca. Jamás le afectaron ni la muerte de sus compañeros ni el dolor
ajeno. Maniobró siempre buscando lo mejor para él, cosa que no le critico. Yo
hice lo mismo. Tengo en mi descargo que lo hice cuando ya nada podía hacer
para defenderme de una acusación falsa, tan falsa que para mantenerla hubo
que adaptarla en varios momentos, toda vez que los hechos la desmentían.
En 1984, un año antes de la
amnistía, Ernest Siracusa, embajador USA en Uruguay cuando el golpe de 1973,
se encargó, junto a Colin Bobelis, jefe de la agencia uruguaya de la CIA, de
ir preparando el fin de la dictadura, que culminará con el pacto del Club
Naval (2)
En dichas reuniones se
acordó la prisión de Wilson Ferreira –aceptada
por él e impuesta por los militares– y dar paso a Julio María
Sanguinetti y reabrir el camino cerrado doce años antes. Los EE.UU. ya no
necesitaban a los viejos generales, dado que su misión estaba cumplida. A su
sombra se habían impuesto en Uruguay las teorías de Milton Friedman, tal como
se habían impuesto en el resto de América Latina. Los dejaron a un costado del
camino y algunos todavía hoy están entre rejas.
Esa y no otra es la
razón del golpe de 1973, perpetrado cuando ya el MLN estaba destruido. El MLN
pudo ser la excusa para el golpe, pero no su causa.
¿Qué sentido podía tener
perseguir a las organizaciones políticas y sindicales cuando el MLN ya no
existía? Por otro lado, de las propias actuaciones militares se sabía que el
MLN nunca contó con el apoyo de las organizaciones perseguidas, sino todo lo
contrario.
Ni qué hablar del apoyo cubano o soviético, para los que fuimos
siempre un más que molesto grano en el culo.
¿Y qué sentido pudo tener
la Operación Cóndor que no fuera arrasar con los últimos vestigios de
resistencia, ya no armada, sino simplemente política?
El number one
Estimado Bolita (n. de r.
apodo de Samuel Blixen): el Ñato siempre aspiró a ser el number one, pero sus
carencias se lo impidieron. Panegiristas no le faltaron. Lo que le faltaron
fueron condiciones, mientras que le sobraba ambición, sobre todo, ambición de
poder. Mujica fue su alter ego, como antes lo había sido Sendic, hasta que
consiguió, con su forma de ser tan aparentemente normal y campechana,
inclinar la balanza para su lado. Lejos quedaron los días en que se presentó
como "palito de la colmena", en los que asumió la condición de
aglutinador, él, que en el MLN no había pasado de los escalones secundarios y
que se comió el garrón por bocazas, de chiripa, porque el Ñato lo embalurdó,
en la tregua y en los ilícitos.
Juntos o cada cual por su
lado han permanecido fieles a los compromisos asumidos, allá por 1988 y 89,
esos que no se firman pero que atan para toda la vida y que están detrás de
sus posturas tan aparentemente incomprensibles, dadas sus trayectorias.
¿Pero es realmente
así o esas actitudes responden al viejo refrán "una mano lava la otra y
las dos lavan la cara" ¿O han adaptado el proverbio bíblico y lo han
convertido en "ayúdame que yo te ayudaré"? Me inclino por esto
último.
A propósito del
monumento que el Pepe se ha sacado de la chistera y que tanto ha disgustado a María Elia, la Parda Topolansky,
le mando una sugerencia: ponerle alguna incrustación de oro, del que apareció
en lo de Feldman y así se cierra la reconciliación.
Después de todo, es el
oro que la Parda y su grupo nos robaron en 1970, el de las libras que dijeron
que yo me había quedado y que Néstor Sclavo recuperó una noche de la chacra
de Pando. A lo mejor, capaz que se reconcilian.
(1) La lectura del
libro me permitió iniciar un intenso diálogo con Marius, que se ha visto
plasmado en un trabajo conjunto que espero vea la luz algún día y en el que
tratamos este y otros temas.
(2) El documento base
para esta afirmación no será desclasificado hasta 2024. La información me fue
proporcionada por quien fuera compañero sentimental de mi primo Andrés Amodio
Martínez, fallecido en EE.UU. en 1987. Este hombre, agente de la CIA hasta
hace pocos años, asegura que Andrés ignoró su condición de agente americano,
pero que en repetidas ocasiones le habló de nuestro parentesco. Prometió
enviarme un álbum de recortes de periódicos que una de sus hermanas le
enviaba, cada vez que mi nombre aparecía en ellos.
posta - postaporteñ@ 1413 -
2015-06-07
|
Trabajo potenciado y la "tesis transferencia"
(1)
Rolando Astarita
[Blog]
Por estos días volví a
tener discusiones –esta vez con unos economistas mexicanos, véase aquí-
sobre trabajo potenciado y plusvalías extraordinarias (puede verse en
Comentarios). Es que en varios escritos, y siguiendo a Marx, he sostenido que
la plusvalía extraordinaria es producto de trabajo potenciado. La idea básica
es que el trabajo que aplica una tecnología superior a la que es normal en la
rama, genera por unidad de tiempo más valor que el que generan las empresas
con la tecnología que predomina (para simplificar, dada cierta intensidad del
trabajo, y considerando los mismos tipos de trabajos simples). La cuestión,
por supuesto, se relaciona con la noción de valor. Valor, según Marx, es
tiempo de trabajo socialmente necesario, objetivado.
Socialmente necesario es definido por Marx como el tiempo de trabajo
“requerido para producir un valor de uso cualquiera, en condiciones normales
de producción, vigentes en una sociedad y el grado social medio de destreza e
intensidad del trabajo” (p. 48, cap. 1., t. 1, El Capital).
Planteamiento de la cuestión
Para ver el problema, la
esencia del asunto se puede explicar con un esquema muy sencillo de
productores simples de mercancías (si se quiere el planteo más desarrollado,
puede consultarse el capítulo 10 de El
Capital; véase también aquí y aquí, por ejemplo;
o Valor, mercado mundial y
globalización).
Supongamos que en una rama
existen 12 productores que fabrican la mercancía A. 10 de ellos emplean 10
horas de trabajo; el productor 11 emplea 8 horas de trabajo, y el 12º emplea
12 horas. Suponiendo que el valor encerrado en una hora de trabajo
socialmente necesario se exprese en $10, todos venden A en $100. Aquí, el
promedio aritmético de tiempo de trabajo es 10 horas. Puede verse que el
productor 11 recibe el equivalente de 10 horas de trabajo, esto es, $100,
habiendo empleado 8 horas; y que el productor 12 recibe el equivalente de 10
horas, habiendo empleado 12 horas de trabajo.
La cuestión es determinar
qué sucede, en términos de valor, con los productores 11 y 12. Toda una serie
de importantes marxistas, entre ellos Mandel, Shaikh y Carchedi, ha planteado
que de hecho existe una transferencia de valor desde el productor 11 al
productor 12. Esto es, el productor 12 ha generado $120 de valor, pero solo
se apropia de $100, en tanto el productor 11 ha generado $80 de valor, y se
apropia de $100. De manera que 11, con 8 horas de trabajo, recibe el
equivalente a 10 horas de trabajo. Dado que el plus de 12 se cancela con el
minus de 11, la idea de la transferencia de valor parece confirmarse: el
productor menos eficiente genera más valor que el promedio de los
productores, del que se apropia el más eficiente, que ha generado menos valor
que el promedio. Aunque no se explica cómo ocurre esta transferencia (no es
una cuestión menor), para algunos la matemática que “cierra” parece ser
argumento suficiente para justificar la “tesis transferencia”.
Este enfoque se traslada
entonces a las relaciones entre países: en los países en que predominan
empresas con tecnologías atrasadas, generan más valor que el promedio, y lo
inverso sucede en los países en que predominan las tecnologías adelantadas.
Por lo tanto, existe transferencia de valor desde los primeros a los
segundos. Es la tesis del intercambio desigual, un pilar para afirmar que los
países atrasados son explotados
Mi interpretación es
opuesta. Siguiendo la noción de Marx de valor como trabajo socialmente
necesario, y volviendo al ejemplo anterior, sostengo que el productor 11, al
emplear tecnología superior a la predominante, genera más valor por hora de
trabajo que los 10 productores que emplean la tecnología modal; y que el
productor que emplea la tecnología atrasada genera menos valor por hora de
trabajo.
De manera que no hay
transferencia de valor. El trabajo del 11º es potenciado (en tanto generador
de valor), y el trabajo del 12º es despontenciado. Por supuesto, aquí la
matemática no prueba nada. La discusión es conceptual.
Problema irresoluble para la “tesis transferencia”
Desde el punto de vista del
poder explicativo, la tesis “transferencia” tiene un primer problema que ya
señalé, a saber, que no explica cómo es que se opera la transferencia de
valor desde el 11º al 12º. Pero veamos la cuestión ahora con un ejemplo
similar al que plantea Marx cuando explica el surgimiento de la plusvalía
extraordinaria; aunque esta vez presento un esquema de productores simples,
parecido al anterior. Suponemos de nuevo 12 productores, que producen A, pero
ahora todos tienen la misma tecnología; todos emplean 10 horas de trabajo y A
se vende en $100. De manera que la demanda global de A exige que se viertan
$1200 para realizar los valores correspondientes a 12 mercancías A.
Supongamos ahora que el
productor 11 baja el tiempo de producción a 8 horas. Dado que el resto de los
productores venden a $100, el precio predominante en el mercado es $100. El
productor 11 decide vender a $100 (el precio valor del mercado), obteniendo
por 8 horas de trabajo el equivalente a 10 horas de trabajo.
¿De dónde sale ahora ese
plus? El enfoque “transferencia” no tiene manera de explicarlo; al interior
de la rama nadie emplea tecnología con más mano de obra que el promedio.
Tampoco hay por qué suponer que cambió algo en el resto de la economía.
La demanda de A sigue
siendo la misma que la que existía antes de que el productor 11 cambiara la
tecnología; esto es, se venden 12 productos cuyos valores se realizan con
$1200 generados en las otras ramas de la economía. De la misma forma que
antes no había transferencia, tampoco la hay ahora. Por lo tanto, los $1200
en mercancías A que sus productores lanzan al mercado representan valor
generado en la rama. Pero luego de la innovación esos $1200 no han sido
generados por 120 horas de trabajo, sino por 118. ¿Cómo es posible? La
respuesta, inspirada en Marx, dice que es posible porque el productor 11º en
8 horas de trabajo individual ha generado el equivalente a 10 horas de valor
(expresadas en $100).
Los defensores de la “tesis
transferencia” no lo pueden creer. ¿Cómo es que 8 horas del trabajo
individual equivalen a 10 horas de trabajo social? “Algo anda mal”, piensan.
“Jamás puede darse que 8 sea igual a 10”, insisten. De manera que decretan
que aquí también existe transferencia. No vaya a ser que se caiga el dogma
(¿y se afecte el tercermundismo marxista?).
En la rama A se
produjo solo $1180 de valor, nos dice el defensor de la “tesis transferencia”. ¿Pero
cómo se sostiene entonces la ley del valor trabajo? Es que las mercancías se
intercambian, en promedio, a sus valores (no hemos metido la problemática del
precio de producción). Pero si se dice que el productor 11 generó, con su
trabajo individual de 8 horas, sólo $80 de valor, y vende su mercancía a $100
(o la intercambia por otra mercancía B que vale $100), no hay intercambio de equivalentes.
Pero por esta vía no hay forma de compatibilizar la teoría del valor trabajo
con el ejemplo teórico. El defensor de la “tesis de la transferencia”, al
negar la posibilidad de que exista trabajo potenciado, ha caído en un
impasse.
El error de fondo
El error de los defensores
de la “tesis transferencia”, que les impide explicar el problema elemental
planteado, consiste en que asimilan directamente el trabajo privado con el
trabajo social. Por eso mismo, han borrado la especificidad de la teoría del
valor de Marx, en particular su diferencia con la de Ricardo. Exhiben una
concepción mecanicista, que se limita a decir “1 hora de trabajo privado
siempre tiene que equivaler a 1 hora de trabajo social y por eso generar
siempre 1 hora de valor”. Y por este camino se llega a verdaderos absurdos.
Por ejemplo, si postulo que un productor 13 produce A en 100 horas, el mecanicista
“pro-transferencia” me dirá que el productor 13 generó el equivalente a $1000
de valor que, por algún mecanismo misterioso, algunos otros se apropian. Se
habría encontrado entonces una bonita manera de generar valor.
Por supuesto, la teoría del
valor de Marx no discurre por esos disparates. Su idea básica es que los
trabajos privados no son directamente sociales. Solo se hacen sociales
mediante la venta, y por eso esta última constituye “el salto mortal” de la
mercancía. Es que en la
venta los trabajos privados se sancionan en tanto trabajos socialmente
necesarios. Por eso, algunos trabajos privados pueden generar más
o menos valor según empleen mayor o menor fuerza productiva que la que se
emplea normalmente en la rama. Precisamente refiriéndose a un caso similar al
que he presentado (el productor 11 que con su trabajo de 8 horas obtiene 10
horas de valor), escribe Marx:
“… parece, pues, que el
plusvalor proviene de la venta, del hacer pagar más caro a los demás
poseedores de mercancías, de la elevación del precio de la mercancía por
encima de su valor, no de la disminución del tiempo de trabajo necesario y de
la prolongación del tiempo de plustrabajo.
Pero ésta es sólo la apariencia. Mediante la excepcional fuerza
productiva que el trabajo obtiene aquí a diferencia del trabajo
medio en el mismo ramo de actividad, se
convierte, en relación a éste, en trabajo superior, de modo que,
por ejemplo, una hora laboral suya es igual a 5/4 de una hora laboral de
trabajo medio, a trabajo simple a una potencia superior. Un número menor de
horas de trabajo resulta igual a un número mayor de horas del trabajo medio.
Lo paga como trabajo medio y lo vende por lo que es, trabajo superior, una
determinada cantidad del cual es igual a una mayor cantidad de trabajo medio”
(Capital y tecnología.
Manuscritos inéditos 1861-1863,
pp. 38-9, México, Terra Nova, 1980; énfasis añadido).
De manera que si se aplica
este enfoque (que deriva de la teoría del valor), la ley del valor trabajo,
en el ejemplo que presenté, rige el intercambio y lo explica. El productor 11
de A generó $100 de valor en 8 horas de trabajo individual porque su trabajo es trabajo
potenciado. Por lo tanto, cuando intercambia 1 A por 1 B (que
contiene 10 horas de trabajo socialmente necesario), se cambian equivalentes en términos de
valor (aunque no sean equivalentes los tiempos de trabajo
privados).
¿Qué nos dice el defensor de la tesis transferencia a esta altura?
Simplemente vuelve a asegurarnos que no puede ser que “una hora laboral sea
igual a 5/4 de hora laboral de trabajo medio” (esto es, de valor). Y se
consuela pensando que, en el fondo, el pobre Marx no entendió la diferencia
entre trabajo abstracto y concreto, y ni siquiera su propia teoría del valor.
¿Cómo no iba a caer en el error de pensar que 1 hora de trabajo individual
podía ser igual a 5/4 de hora valor?
Trabajo complejo,
otra forma de trabajo potenciado
La explicación sobre cómo
surge el trabajo potenciado que brinda Marx en el cap. 10 de El Capital, o en el
pasaje que acabo de citar, demuestra cómo 1 hora de trabajo individual puede
generar más valor que 1 hora de trabajo que emplea la tecnología media
dominante. Esta es una
forma entonces de trabajo potenciado, que surge por diferencia de
fuerza productiva relacionada con la tecnología. Pero hay otra forma de trabajo
potenciado, que es el trabajo complejo: “se considera que el trabajo más
complejo es igual sólo a trabajo simple potenciado, o más bien multiplicado,
de suerte que una pequeña cantidad de trabajo complejo equivale a una mayor
cantidad de trabajo simple” (Marx, El
Capital, pp. 54-5). Aquí la potenciación del trabajo no deriva de
la tecnología, sino de la capacitación de la fuerza de trabajo (que es una
fuerza productiva). Aunque el trabajo complejo no explica la plusvalía
extraordinaria, es conveniente tener presente esta otra forma de trabajo
potenciado.
Trabajo desponteciado
Más arriba mencioné, al
pasar, el trabajo “despotenciado”, para significar el trabajo que genera
menos valor social por unidad de tiempo de trabajo individual. Aclaro que
Marx no utiliza este término, pero de todas maneras la idea está encerrada en
el pasaje del capítulo 1 de El
Capital, cuando define qué es tiempo de trabajo socialmente
necesario.
Dice que “tras la adopción en Inglaterra del tela de vapor… bastó
más o menos la mitad de trabajo que antes para convertir en tela determinada
cantidad de hilo. Para efectuar esa conversión, el tejedor manual inglés
necesitaba emplear ahora exactamente el mismo tiempo de trabajo que antes,
pero el producto de su hora individual de trabajo representaba únicamente
media hora de trabajo social, y su valor disminuyó, por consiguiente, a la
mitad del que antes tenía” (p. 48).
El concepto se entiende fácilmente. De
nuevo, la hora de trabajo individual no equivale necesariamente a la hora de
trabajo social; en este caso, 1 hora de trabajo individual equivale a media
hora de valor.
Todo depende de su relación con “los tiempos
normales de producción” en la rama bajo consideración.
El valor es relativo
Observemos que el trabajo
del innovador, en cuanto trabajo concreto, está generando más valores de uso
que el trabajo de los que utilizan la tecnología media reinante. Y en cuanto
trabajo abstracto, esto es, en tanto generador de valor, el gasto humano de energía
actúa como energía potenciada.
¿Por qué? Pues porque el valor es una
categoría social y por lo tanto relativa. Por eso también, el tiempo de
trabajo, en cuanto
generador de valor, no es absoluto, sino relativo. Pensar que es
siempre igual a sí mismo, inmutable y universal, es sinónimo de una
concepción linealmente mecanicista, como apuntamos más arriba. La realidad es
que el mismo depende de la
productividad relativa al resto de las empresas de la rama.
Enfatizamos: el
valor siempre es relativo. En primer lugar, es relativo a un
objeto de uso o servicio. Si Juan trabajó y no generó un valor de uso, no
generó valor. Pero en segundo término, es
relativo al resto de los trabajos humanos aplicados en la rama.
Por eso Marx, en el pasaje citado, afirma que el trabajo potenciado que
genera la plusvalía extraordinaria es una fuerza productiva “excepcional”.
¿Por qué “excepcional”?
Pues porque
se destaca con respecto a la fuerza productiva que prevalece en la rama.
Por eso también afirma que el trabajo que emplea esa fuerza productiva
“excepcional” se convierte, en
relación al trabajo medio, en trabajo potenciado. Es potenciado solo a través de
la relación con
otro trabajo que utiliza menor fuerza productiva para producir la misma
mercancía, y que es el trabajo normal en la rama.
Por último, el valor
también es relativo a una demanda que pueda realizar en el mercado, en tanto
trabajo social, al trabajo privado.
En definitiva, siempre está
en el centro de la problemática la vinculación -contradictoria- entre el
trabajo privado y el trabajo social.
En el caso de las
plusvalías extraordinarias, el tiempo de trabajo privado es generador de
valor en relación al
tiempo de trabajo que es el normal en la rama. Esta es la razón
por la cual el productor que emplea 100 horas de trabajo para producir una
mercancía que en promedio se produce en 10 horas, no genera 10 veces más
valor que el promedio.
Y por qué el productor 11 de nuestro ejemplo puede
trabajar 8 horas y generar valor por el equivalente a 10 horas de trabajo
social.
Todas estas cuestiones, naturalmente, escapan por completo a la
rústica comprensión del mecanicista que sigue repitiendo “1 hora de trabajo
privado es igual a 1 hora de trabajo social”, y así hasta el infinito. Lo
extraño es que esta tontería se considere “ciencia”.
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Acomodando
el culo al sillón
“a dos velocidades”
Walter Cancela, embajador uruguayo ante la Unión Europea, dijo el lunes 1º
que el Mercosur no se ha planteado un acuerdo “a dos velocidades” con la UE
(o sea dejando de lado a Argentina por dos años) sino “de los cuatro socios, porque la UE
tiene mandato para negociar con el Mercosur, no por separado”.
Al día siguiente se anunció que se lo removía de su cargo, porque sus dichos
habían molestado al presidente Tabaré Vázquez, el mismo al que no
molestaron los insultos del ministro de Defensa a los organismos de Derechos
Humanos.
“La política exterior la
fija el presidente” dijo el canciller de la República, y agregó
que buscarían rápidamente un sustituto porque las negociaciones empiezan ya.
“Si Argentina decide no
participar el resto del bloque seguirá para adelante”, dijo hace
unos días el ministro de Economía, y que eso se acordó con Dilma Roussef en
la reciente visita de Tabaré a Brasilia. (Decide la política internacional de
Brasil, también).
Veinticuatro horas después, los mismos jerarcas dicen que no revocaron a
Cancela, solamente lo “observaron”.
Al mismo tiempo, el ex presidente José Mujica dice que la solución para
América Latina no vendrá del comercio con Europa, que está en “situación
compleja, llena de incertidumbres...”
Para entender algo, vamos al problema de fondo.
La debilidad relativa congénita de nuestra clase dominante la hace pegarse al
poder imperial de turno. Desde la burguesía colonial incipiente de Montevideo
“la muy fiel y
reconquistadora”, que en 1806 va a recuperar para la corona
española la Buenos Aires invadida.
O la “independencia” de Uruguay en 1825-28, de espaldas al proyecto federal
artiguista, por decisión de Su Majestad Británica. Y la infame Triple Alianza
de 1865 para invadir y destrozar Paraguay acabando con su resistencia a la
penetración imperialista.
De regalo, esa guerra nos dejó el ejército uruguayo
que se formó con un rejunte de mercenarios, y esa condición se prolonga hasta
las “misiones de paz” de hoy.
Nuestra única redención posible es la integración latinoamericana
. “Uruguay no puede seguir
su marcha por los carriles del Uruguay solo. Los del Uruguay insular. El
Uruguay que está muerto. No tiene posibilidades de un desarrollo autónomo...
ese camino está condenado a la frustración... Uruguay no puede por sí solo
adquirir su independencia”. DiceCarlos Quijano, fundador y
director de Marcha.
Pero ¿cuál integración? “La integración de los
desarrollistas no es la nuestra” agrega Quijano. El capitalismo
periférico dependiente define una competencia especial entre las burguesías
coloniales de la región, una pugna por un mejor lugar de vasallaje en la
estructura colonial.
El espacio que gane una lo pierde la otra, y esa competencia servil las
degrada a todas en beneficio del centro imperial.
La zanahoria es buscar un desarrollo por vía capitalista para “alcanzar al
Primer Mundo” en unos treinta años, aprovechando las posibles oportunidades
en el comercio mundial (ahora lo llaman “país inteligente”).
Esa integración sería coordinar las ofertas para ese mercado, y aceptar por
igual el capitales y los productos externos. Pero sin integración productiva,
siempre tiene el límite de la competencia por llegar a los mismos objetivos
por vías particularistas.
El supuesto desarrollo por imitación del camino de los países europeos y EEUU
en los últimos cuatrocientos o trescientos años, es imposible”.
Lo demostraron claramente hace tiempo autores como el marxista uruguayo
Vivian Trías.
Ya no es posible una acumulación
primitiva por explotación de las colonias y súper-explotación del
trabajo, como en la revolución industrial. Reformar la tenencia de la tierra
ya no es desplazar al feudalismo, un modo de producción inferior; ahora hay
que quebrar la concentración de la tierra en manos del agronegocio
transnacional, imposible por simple competencia capitalista.
Hoy el excedente económico se lo lleva el imperialismo que cuenta con el
monopolio financiero, potencia militar, acceso a los recursos naturales,
medios de comunicación, y tecnología.
En vez de una burguesía autónoma como
en el despegue capitalista en Europa, estas son subsidiarias del capitalismo
globalizado, viven en su intersticio, y no pueden ni buscan ser otra cosa.
¿Qué hace un gobierno como el del Frente Amplio? Si lo que busca es gestionar
el capitalismo, asume la lógica capitalista. Sentado en el sillón, culo y
cerebro se moldean.
¿Qué puede hacer un pequeño país capitalista, periferia de periferia, como
Uruguay? Si salta del sartén cae en el fuego.
Cada vez que alguna crisis crea dificultades, el gobierno proclama que los
capitales pueden venir aquí porque Uruguay se baja los lienzos; cada vez que
algún otro gobierno de la región intenta siquiera un pequeño regateo o
resistencia, acá salen de rompehuelgas a mostrar “responsabilidad”.
Y anuncian que Uruguay está “blindado” y más aun, que saldrá beneficiado por
las dificultades de los vecinos. Con el gorro en la mano, buscando monedas.
Pero termina pasando lo previsible para cualquiera menos este equipo
económico. Las dificultades de la región rebotan sobre Uruguay, porque esos
países son mercados de Uruguay, de allí vienen muchas de las inversiones de
capital, las divisas, y son socios en obras de infraestructura.
Es el dilema del prisionero.
Si mandás en cana a tu cómplice, a lo mejor vos
vas antes.
Entre servir al imperio o al sub-imperio, para algunos hay que “abrirse al
mundo” a ver si así se venden servicios a los países centrales, y para otros
es mejor vender en la región la idea de un puerto de aguas profundas entre
todos. Todas opciones dentro del capitalismo, porque por algo están en el
sillón.
Bascular entre Argentina y Brasil, en Uruguay es como venir a reinventar la
rueda.
Armar lío entre ellos para ver si pescamos algo, tal vez sea pan para hoy.
Seguro es hambre para mañana. Porque cualquier imperio preferirá siempre
arreglar con los más grandes, más de lo que pueda sacar de esta “tierra de
ningún provecho”.
Un país inteligente no merece un gobierno estúpido. No es de extrañar que en
tanta vuelta en el laberinto, alguno se moleste porque otro diga una simple
verdad molesta.
En estas condiciones, en el contexto inamovible del capitalismo, ¿cuál de
esas "dos velocidades" es la solución? Simple, no hay solución.
FERNANDO MOYANO
-
postaporteñ@
1413 - 2015-o6-07
La coyuntura
actual haitiana – Charla del Dr. Camille Chalmers
en Montevideo el 2 de
junio 2015
https://youtu.be/uasHsesV9wE
---
www.postaportenia.com.ar
http://postaportenia.blogspot.com
https://twitter.com/postaportenia
info@postaportenia.com.ar
Por razones de
política interna del facebook por ahora nuestra nueva dirección
es
La Posta Porteña
Garcia
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- postaporteñ@ 1413 - 2015-06-07
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