Número 1399 | mierc 13 mayo 2015 | Año X
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La fuerza que el Pepe construyó :
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QUE TRISTE LLEGAR A VIEJO DE ESA MANERA!
Que un odontólogo tenga Parkinson es grave, ya que puede tener consecuencias serias para su paciente, que un cirujano tenga cataratas también es grave ya que le va la vida de los pacientes en ello; pero que un historiador tenga pérdida de memoria, bueno, mirado desde la formación de los individuos, es gravísimo. Es evidente que el amigo Gonzalo Abella desde la nota publicada en Posta Porteña haciendo referencia a la situación dada por los represores patrones de CYDESOL, quedó descolocado. Anteriormente a esto, podía vender su imagen de izquierdista sin muchos cuestionamientos, pero, al llegar la hora de elegir, se sacó la careta (que bastante le incomodaba), y todos pudimos ver lo que realmente es, un simple oportunista. Pero sin embargo, para que vea que puedo aún entenderlo, si en definitiva, a cada nivel de conciencia le corresponde un determinado nivel de compromiso, lo que hizo este personaje (llamado Gonzalo Abella), es lo correcto; cuando tuvo que elegir entre una patronal represora (y no solamente por el caso de la querida Compañera LORELEY CORBO), y una trabajadora, prefirió como un mayordomo mediático que es, lamerle las botas a los patrones. De ahí en más, todo lo que diga es intrascendente, ya que viene de una persona que desde el despido de la Delegada Sindical, caminará por las calles con una marca en el orillo que lo alejará de los de abajo por ser defensor de los represores y antiobrero por más que hable con pose de izquierdista. Pero que está nervioso no hay duda. Sabe de qué lado se puso y lo peor, sabe que lo desenmascaramos entre todos. Qué triste llegar a viejo de esa forma. Pero no quiero alejarme de lo del principio. ¡Qué peligro!. Es evidente que está perdiendo la memoria a pasos agigantados. Veamos: El día 30 de abril escribe: “En el movimiento sindical hay grupos que se dicen críticos de la actual cúpula del PIT-CNT… pero le hacen número para la foto del primero de mayo, concurren al acto de la cúpula, los patrones y los gobernantes”. Hay Gonzalito querido. O te informas bien o por favor no escribas más. Ve y pregúntale al camarada Gustavo López hace unos pocos años, que lo motivo a subirse al estrado del PIT-CNT (con Juan Castillo incluido), un primero de mayo, aplaudir lo expresado por los dirigentes traidores del PIT-CNT, salir en las fotos y terminar cantando con el brazo en alto y el puño cerrado la internacional. Tengo varios diarios con dichas fotos y comentarios al respecto; pero no me creas, ve y consulta al camarada López. O no sabías esto (difícil), o estás perdiendo la memoria (posible), o tú también puedes tener estrés, no es fácil asumir tu nuevo rol de alcahuete de la patronal. Aunque te digo una cosa, el estrés que tienen los trabajadores militantes de la empresa y el que quizás tengas tú también, allá, donde yo nací (Rivera y Comercio), se llamaba de otra forma. También; el domingo 3 de mayo, en el número 6840, página 3, del diario de la patronal represora La Juventud aparece un artículo con tu foto y tu nombre, con el título “El próximo domingo volvemos a la normalidad”. Un artículo poco entendible ya que tú también formas parte del circo burgués. Rápidamente, el mismo día, escribes un desmentido sobre dicho artículo, justificando dicha publicación en el estrés de tus “compañeros” de la imprenta. Y claro, como no van a tener estrés si callaron casi todos ante el brutal ataque antisindical de la patronal. Pero lo raro de esto, es que por un lado tú dices que no tienes nada que ver con dicho artículo y por el otro lado, los mismos trabajadores de dicho diario (estrés mediante), en su edición del día martes en su fe de erratas no dicen en ningún momento que el artículo publicado no fuera tuyo. O te rezongaron o insisto, estás sufriendo un proceso de deterioro que no solo es ideológico y no recordaste que tú también formas parte del circo como todos los que integran la Unidad Popular. Por algo visitabas tan seguido el 1er Piso del CASMU de 8 de octubre, seguramente allí te puedan ayudar a superar este momento. El colmo de la prostitución política. El sábado pasado se le hace un homenaje nada menos que a don Helios Sarthou. Los represores de los trabajadores homenajean a quien en vida defendió a ultranza a los trabajadores. Qué tristeza Gonzalito. Por último; no tengo el placer de conocer a los COMPAÑEROS Juan Cantieri y Matías Matonte, pero lo que si se es que son COMPAÑEROS que están con los de abajo, con los que luchan, con los que sufren y están contra los alcahuetes de los patrones. Además no especulan ni son oportunistas y por lo tanto merecen respeto. Con tu tonta provocación llamándolos colaboradores de la derecha, queda claro que en tu pasaje por la URSS, una URSS ya en descomposición total, moral e ideológicamente, has aprendido muy bien la lección y todo aquel que piense distinto a ti, o es un espía o esta a servicio de la derecha. Además, cuando la mano viene jodida, decidís, al no tener argumentos razonables, no escribir más como en el caso de Posta Porteña, donde te fuiste con el rabo entre las piernas corrido por los argumentos de los Compañeros. Ah gonzalito gonzalito, mariscal de la derrota, capitán sin barco, sargento sin pelotón; deberías llamarte a silencio ya que tus últimas intervenciones, además de risa dan asco. Deberías asumir muchísimas cosas, pero quizás con una alcance; llego la hora de enfundar la mandolina porque por lo visto ya no estás pa´ serenatas.
Luis Humberto Rodríguez Costa – Pipo (El espía)
PIPO - postaporteñ@ 1399 - 2015-05-13
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postalinas
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"TISA" EN EL TACO
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No te detengás GUATEMALA
Ilka Olivia Corado, 10 de mayo 2015 A Guatemala no fue capaz de unirla el Juicio por Genocidio, no hubieron encadenados frente al Congreso de la República, ni frente a la puerta del Palacio Nacional. No se aglomeraron personas con sartenes, botes y guitarras a acompañar a las mujeres ixiles que testificaron. No llegaron desconocidos a ofrecerles un pan con frijoles y un vaso de atol [1] No llegaron artistas nacionales a abrazarlas por su dignidad y entereza, quedando registrado el momento en los medios de comunicación. Tampoco se vio a estudiantes San Carlistas enfilarse en marchas para apyarlas, mucho menos a los de las universidades privadas. No salieron los abuelos, madres, pilotos de autobús, sacerdotes, ni monjas a protestar aborrando las calles del país exigiendo el encarcelamiento de Ríos Montt. No se mostró el apoyo multitudinario a las víctimas del genocidio, a los familiares de los desaparecidos. Porque si tocan a uno nos tocan a todos. Ese debería ser nuestro lema de vida como pueblo Así de insensibles y apáticos, sin Memoria Histórica, negando el genocidio, el pueblo guardó silencio. No se reventaron cohetes el día que se dictó sentencia ni se le dieron 80 años de cárcel a Ríos Montt. Guatemala no salió a las calles a festejar el triunfo de la justicia. Y tampoco se indignó cuando unos días después el sistema corrupto, donde los togados apestan a sobornos, anuló la sentencia y prácticamente el juicio Un año después, cuando el mismo sistema y los mismos togados sacaron a la Fiscal General Claudia Paz y Paz antes del tiempo en que finalizaba su cargo, el pueblo también guardó silencio y la acusó de comunista. Repitiendo el mismo rezo que la clase oligárquica les mete en los sesos vía televisión, periódico escrito y radio. Vía pancartas y anuncios publicitarios. Claudia Paz y Paz fue fundamental en el proceso de llevar a Ríos Montt a juicio y también en la detención de varias clicas criminales que operaban bajo el amparo del Estado. Iba por las cabezas más grandes y fue cuando la impunidad en Guatemala una vez más triunfó. El pueblo guardó silencio ¿Qué hubiera sucedido de haberse levantado el pueblo de Guatemala cuando se estaba realizando el juicio por genocidio? ¿De haber apoyado a sus hermanas ixiles? ¿De haber abarrotado las calles en denuncia y en la no aceptación de la anulación de la sentencia por genocidio? ¿De no haber aceptado el despido de Claudia Paz y Paz? Malaya… Pero bueno, no es para echar en cara, es para poner en contexto nada más estos dos últimos años. Me pregunto, ¿Cuál fue el detonante que hizo que el pueblo de pronto se diera una sacudida y despabilara de su estado moribundo y saliera a las calles? ¿La corrupción? Es que resulta inverosímil. El pueblo debería de indignarse con el mismo fervor cuando sale a la luz el caso de una niña violada, de una adolescente embarazada a consecuencia. Debería indignarse porque en el país no existe una Ley de Aborto. Porque no existe el derecho a La Unión Civil. Debería de realizar un paro general cuando sabe que apareció el cuerpo de una mujer desmembrado, víctima del feminicidio Debería enfurecerse por esos cientos de niños que viven en las calles. Por las familias que viven de lo que recogen en los vertederos municipales. Por el estado de calamidad en que sobreviven los parias en las laderas. Por los niños que no tienen el acceso a la educación formal El pueblo de Guatemala debería tomar las calles y hermanarse sin credo, raza, clase social y color, por todos esos jornaleros que son internados desde niños y llegan a la edad adulta y mueren en los surcos de algodón, en el corte de café, en los cañales. Sin derechos laborales ni humanos. Por los adolescentes que ven pasar la vida dentro de una maquila. Por todas esas niñas y mujeres que se pudren dentro de una tortillería Y más claro aún, Guatemala debería de levantarse en vilo por todos esos bares que existen en cada esquina donde nuestros hombres abusan de cuanta niña, adolescente y mujer está ahí, víctimas de la trata de personas. Ante eso deberían de pronunciarse los sontanudos obispos y los fervientes pastores y rabinos y deberían dejar en paz el tema del aborto. Más bien en una sola voz exigir el derecho que le corresponde a toda mujer a decidir sobre su cuerpo. Pero son los primeros enjuiciadores. Algo sucedió, no logro asimilarlo muy bien todavía porque con tanta carencia que se vive en Guatemala y con tanta necesidad de protesta, no sé cuál fue el detonante. Si nunca lo fue una niña embarazada por violación ¿Qué más puede hacer que el pueblo sienta indignidad? ¿Si no lo han sido los femicidios? ¿La hambruna? ¿La venta de tierras y el sometimiento a los pueblos originarios? Quiero pensar que fue la acumulación de todo, que el agua nos llegó al cuello y que el descaro de la clase oligárquica por ladrona y embustera y el de nosotros mismos por sumisos, nos abofeteó y fue tan fuerte que nos hizo reaccionar. Quiero pensar que la hedentina de los basureros se instaló en las salas de nuestras casas, que el clamor de los niños que viven en las calles se acostó en nuestras camas, que el llanto de las niñas violadas retumbó en nuestros tímpanos y que finalmente despertó nuestra dignidad humana Quiero pensar que nuestra indignación es definitiva y que nuestra decisión de restaurar Guatemala es rotunda. Que no nos vamos a detener. Que no vamos a parar hasta que esa revolución tan soñada por nuestros ancestros y mártires sea una realidad y que la tierra sea de quien la trabaja. Y que los Derechos Humanos sean para todos sin distinción. Que exista finalmente la equidad de género. Esa Guatemala que está en el papel y que dicen que es: pluricultural, multiétnica y multilingüe No te detengás Guatemala hasta haber logrado lo imposible. No te detengás pueblo hasta haber demostrado que sos digno de la tierra que te parió. No te distraigás que ahora el camino es empinada. No renunciés a hacer valer tus derechos. No permitás que los traidores hagan con tu voz un canto a su conveniencia No te durmás nunca, no descansés nunca. No permitás que los rastreros sigan haciendo chirajos la plusvalía de una tierra milenaria que a pesar de tanta mancilla aún se atreve a florear Que ese despertar sea definitivo. Cayó la cabeza de una de las clicas, no olvidemos que hay miles, que el Sistema está invadido de esta plaga de rastreros. Vayamos por las otras, enjuiciemos a las cuadrillas de ladrones. Metamos a los genocidas a las mazmorras. Quitémosles la inmunidad a los criminales. Demostremos que cuando el pueblo quiere, puede Que esto no sea sólo una pasada de nube. El pueblo tiene el poder. El pueblo si lo desea puede actuar. El pueblo una vez despierto es un canto sonoro de chicharras. Es el retumbo de las quebradas. Es la frescura de las primaveras. Es el aroma de los sembradillos. Es la hermosura de los milpales. Es la sonrisa de la infancia feliz. Es una mañana y su rocío. Es la satisfacción de hacer lo que es justo. El pueblo despierto es una revolución que vale la pena y la alegría vivir. El pueblo despierto es un volcán en constante erupción. Es una hojita de tomate tierno. Es una tierra fértil. Es celaje de ensueño. Es poesía. El pueblo despierto es honra. Es tiempo de luchar por nuestra tierra ¿Para qué? Para que en Guatemala Nunca Más. [1] El atole (del náhuatl atolli ’aguado’, de atl agua y tol, diminutivo despectivo), conocido también como atol en algunas regiones; es una bebida de origen prehispánico consumida principalmente en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Venezuela. En su forma original es una cocción dulce de maíz en agua, en proporciones tales que al final de la cocción tenga una moderada viscosidad y que se sirve lo más caliente posible. fuente OTRO URUGUAY ES POSIBLE - pelusaradical.blogspot.se
PELUSA - postaporteñ@ 1399 - 2015-05-13
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¿Kurdistán? - Gilles Dauvé
Un análisis crítico del movimiento kurdo en el contexto del conflicto sirio y la llamada "revolución Rojava", por Gilles Dauvé publicado en libcom.org/ febrero 2015 «Hay períodos en los que uno no puede hacer nada, salvo no perder la cabeza.» Louis Mercier-Véga, La Chevauchée anonyme Cuando los proletarios se ven obligados a encargarse de sus propios asuntos para asegurar su propia supervivencia, abren la posibilidad de un cambio social. Los kurdos se ven forzados a actuar en las condiciones en las que se encuentran, y que intentan crear para sí en el marco de una guerra internacionalizada poco favorable a la emancipación. Nosotros no estamos aquí para «juzgarlos», ni tampoco para perder la cabeza.
Auto (defensa)
En distintas regiones del
mundo los proletarios se ven abocados a una autodefensa que pasa por la
autoorganización:Quote: «Una vasta nebulosa de “movimientos” —armados o no, que oscilan entre el bandidismo social y la guerrilla organizada— actúan en las zonas más desfavorecidas del vertedero capitalista mundial y presentan rasgos similares a los del PKK actual. De una forma u otra, intentan resistirse a la destrucción de economías de subsistencia residuales, al saqueo de los recursos naturales o minerales locales o incluso a la imposición de una propiedad territorial capitalista que limita o impide el acceso o su uso; […] podemos citar desordenadamente el caso de la piratería en los mares de Somalia, del MEND en Nigeria, de los naxalistas en la India, de los mapuches en Chile. […] es fundamental comprender su contenido común: la autodefensa. […] uno siempre se autoorganiza en función de lo que es en el modo de producción capitalista (obrero de tal o cual empresa, habita nte de tal o cual barrio, etc.), mientras que el abandono del terreno defensivo («reivindicativo») coincide con la interpenetración de todos esos sujetos y la desaparición de las distinciones, puesto que comienza a deshacerse la relación que las estructura: la relación capital/trabajo asalariado.»[1] ¿Ha desembocado (o puede desembocar) la autorganización en Rojava en pasar de la necesidad de sobrevivir a cambiar radicalmente las relaciones sociales? Es inútil volver aquí sobre la historia del potente movimiento independentista kurdo en Turquía, Irak, Siria e Irán, o sobre las rivalidades entre estos países y la represión que han sufrido los kurdos desde hace décadas. Tras la descomposición de Irak en tres entidades (suníes, chiíes y kurdos), la guerra civil en Siria ha liberado un territorio donde la autonomía kurda ha adquirido una forma nueva. Se ha constituido una unión popular (es decir, interclasista) para administrar este territorio y defenderlo contra un peligro militar: el Estado Islámico (EI) ha servido como agente de ruptura. La resistencia combina viejos lazos comunitarios y nuevos movimientos, de mujeres sobre todo, mediante una alianza de hecho entre proletarios y clases medias con «la nación» como cemento. «La transformación que está teniendo lugar en Rojava se apoya en cierta medida en una identidad kurda radical y en una intensa participación de las clases medias que, a pesar de la retórica radical, siempre tienen cierto interés en la perpetuación del Estado y el capital.»[2]
¿Revolución democrática?
El Contrato social proclama «la coexistencia y comprensión mutuas y pacíficas de todas la capas sociales» y reconoce «la integridad territorial de Siria». Es lo que dice toda constitución democrática y no hay que esperar de ella una apología de la lucha de clases, ni la reivindicación de la abolición de las fronteras, y por tanto, tampoco de los Estados.[3] Es el discurso de una revolución democrática. En la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789, el derecho a «resistirse a la opresión», expresamente recogido, iba de la mano del de la propiedad. Existía una libertad completa, pero definida y limitada por la ley. También en Rojava la «propiedad privada» es un derecho reconocido en el marco de la ley. Aunque opte por el calificativo de «región autónoma», el Contrato social prevé una administración, policía, cárceles, impuestos (y por tanto un poder central que recaude dinero). Ahora bien, estamos a principios del siglo XXI: la referencia a «Dios todopoderoso» se codea con el «desarrollo sostenible», la paridad casi completa (40% de mujeres) y la «igualdad de sexos» (ligada, no obstante, a la «familia»). Si a esto le añadimos la división de poderes, la separación entre la religión y el Estado, una magistratura independiente, un sistema económico que garantice el bienestar general y los derechos de los trabajadores (entre ellos, el derecho a huelga), la limitación del número de mandatos políticos, etc., lo que tenemos es un programa de la izquierda republicana. Si en Europa y Estados Unidos determinadas personas ven en esos objetivos el presagio de una revolución social, la culpa la tiene sin duda el «relativismo cultural». En París, este programa solo provocaría burlas en el medio radical, pero «para allí, no está tan mal…» Quienes establecen paralelismos entre Rojava y la revolución española deberían comparar este Contrato social con el programa adoptado por la CNT en mayo de 1936 (y con la forma en que se concretó dos meses más tarde).
Nuevo nacionalismo
Quote: «No se puede entender el devenir actual de la cuestión kurda, ni la trayectoria de sus expresiones políticas —empezando por el PKK— sin tener en cuenta el fin del ciclo dorado del «nacionalismo desde abajo» —socialista o «progresista»— en las zonas periféricas o semiperiféricas del sistema capitalista». [4] El PKK no ha renunciado al objetivo natural de todo movimiento de liberación nacional. Aunque en lo sucesivo evite un término que suena demasiado autoritario, lo que pretende, tanto hoy como ayer, es la creación de un aparato central de gestión y decisión política sobre un territorio, y no hay mejor palabra para designar algo así que Estado. La diferencia, más allá de la calificación administrativa, es que supuestamente será tan democrático y estará tan en manos de sus ciudadanos, que ya no merecerá el nombre de Estado. Eso en cuanto a la ideología. En Siria, el movimiento nacional kurdo (bajo la influencia del PKK) ha reemplazado la reivindicación de un Estado de pleno derecho por un programa más modesto y más de base: autonomía, confederalismo democrático, derechos del hombre y de la mujer, etc. En lugar de la ideología de un socialismo dirigido por un partido único obrero-campesino que desarrolle la industria pesada, en lugar de las referencias «de clase» y «marxistas», lo que se pone en primer plano son la autogestión, la cooperativa, la comuna, la ecología, el antiproductivismo y, para completar el lote, el género. El objetivo de una gran autonomía interna con una vida democrática de base no es en absoluto utópico: diversas regiones del Pacífico viven así; los gobiernos dejan un amplio margen de autoadministración a poblaciones que no interesan a nadie (salvo cuando están en juego intereses mineros: en ese caso envían al ejército). En África, Somalilandia posee los atributos de un Estado (policía, moneda, economía) salvo que nadie lo reconoce como tal. En Chiapas (que mucha gente compara con Rojava), los habitantes sobreviven en el marco de una semiautonomía regional que protege su cultura y sus valores sin que eso incomode a demasiada gente. Por lo demás, la insurrección zapatista, la primera de la era altermundialista, no aspiraba a obtener la independencia ni a transformar la sociedad, sino a preservar un modo de vida tradicional Por su parte, los kurdos viven en el corazón de una región petrolífera codiciada, desgarrada por conflictos interminables y dominada por dictaduras. Esto deja poco margen a Rojava, pero quizá, al menos, un poco de espacio: pese a que su viabilidad económica sea escasa, gracias a un poco de maná petrolífero, no es del todo inexistente. El oro negro ya ha creado Estados-títere como Kuwait, y permite sobrevivir al mini-Estado kurdo iraquí. Lo cual equivale a decir que el futuro de Rojava depende menos de la movilización de sus habitantes que del papel de las potencias dominantes Si el abandono del proyecto de Estado-nación por parte del PKK es real, hay que preguntarse qué sería una confederación de tres o cuatro zonas autónomas a través de las fronteras de al menos tres países, ya que la coexistencia de muchas autonomías no tiene por qué abolir la estructura política central que las une. En Europa, las regiones transfronterizas (como por ejemplo, alrededor de la línea Oder-Neisse) no disminuyen el poder del Estado
Otra vida cotidiana
¿Se trata de «una democracia sin Estado»? Nuestra intención no es oponer una lista de puntos negativos a la lista de puntos positivos redactada por los entusiastas: hay que ver de dónde procede esa autorganización y cómo puede evolucionar, porque ningún Estado se ha disuelto jamás en una democracia local.
Una estructura social idéntica
Nadie sostiene que el
conjunto de «los kurdos» tenga el privilegio de ser el único pueblo del mundo
que vive desde siempre en armonía. Los kurdos, como todos los demás pueblos,
están divididos en grupos con intereses opuestos, en clases, y si «clase»
suena demasiado marxista, en dominantes y dominados. Ahora bien, a veces
leemos que se está produciendo o se está preparando una revolución en Rojava.Puesto que sabemos que las clases dirigentes jamás ceden voluntariamente el poder, ¿dónde y cómo han sido derrotadas? ¿Qué intensa lucha de clases ha tenido lugar en Kurdistán para desencadenar este proceso? Sobre esto no se nos dice nada. Si las consignas y los grandes titulares hablan de revolución, los artículos afirman que los habitantes de Rojava combaten al Estado Islámico, al patriarcado, al Estado y al capitalismo… pero, en relación a esto último, nadie explica en qué y de qué manera son anticapitalistas el PYD y el PKK… y nadie parece haberse fijado tampoco en esta «ausencia». La supuesta revolución de julio de 2012 coincide con la retirada de las tropas de Assad del Kurdistán. Cuando el poder administrativo o de seguridad desapareció, fue reemplazado por otro, y tomó las riendas una autoadministración que se hace llamar revolucionaria. Pero, ¿de qué «auto» se trata? ¿De qué revolución? Si bien se habla de buena gana de toma del poder por la base y de cambios en el ámbito doméstico, jamás se trata de transformación de las relaciones de intercambio y explotación. En el mejor de los casos, nos describen las cooperativas, pero sin el menor rasgo de un inicio de colectivización. El nuevo Estado kurdo ha puesto en funcionamiento pozos y refinerías, y produce electricidad: nada se dice sobre quienes trabajan en ellos. El comercio, la artesanía y el mercado funcionan, y el dinero sigue cumpliendo su papel. Citemos a Zaher Baher, visitante y admirador de la «revolución kurda»: «Antes de marcharnos de la región, hablamos con comerciantes, hombres de negocios y con la gente en el mercado. Todo el mundo tenía una opinión bastante positiva sobre la DSA [la autoadministración] y Tev-dem [la coalición de organizaciones que gira en torno al PYD]. Estaban satisfechos con la paz, la seguridad y la libertad, y podían llevar a cabo sus actividades sin sufrir la injerencia de ningún partido o grupo.»[6] Por fin, una revolución que no asusta a la burguesía.
Soldados
Nada de esto ocurre en Rojava. Armar a las mujeres no lo es todo (como bien muestra Tsahal). Z. Bahler manifiesta: «Observé algo curioso: no he visto a una sola mujer trabajando en una tienda, en una gasolinera, en un mercado, un café o un restaurante.»[7] Los campos de refugiados «autogestionados» de Turquía están llenos de mujeres que se ocupan de los críos mientras los hombres van a buscar trabajo El carácter subversivo de un movimiento o de una organización no se mide por el número de mujeres armadas. Su carácter feminista tampoco. Desde los años sesenta, en todos los continentes, la mayoría de las guerrillas estaban compuestas o se componen por un gran número de mujeres combatientes; Colombia es un ejemplo. Más todavía en las guerrillas de inspiración maoísta (Nepal, Perú, Filipinas, etc.) que aplican la estrategia de «guerra popular»: la igualdad entre hombres y mujeres debe contribuir a abatir los marcos tradicionales, feudales o tribales (todos patriarcales). No cabe duda de que la fuente de lo que los especialistas califican como «feminismo marcial» está en los orígenes maoístas del PKK-PYD Pero, ¿por qué pasan las mujeres en armas por un símbolo de la emancipación? ¿Por qué se ve tan fácilmente en ello una imagen de libertad, hasta el punto de olvidar por qué luchan? Si una mujer armada con un lanzacohetes puede aparecer en la portada del Parisien-Magazine o de un periódico militante, es que se trata de una figura clásica. El monopolio del uso de armas ha sido un privilegio masculino, su inversión debe probar la excepcionalidad y la radicalidad de un combate o de una guerra. De ahí las fotos de las bellas milicianas españolas. La revolución está en la punta de un Kalashnikov… en manos de una mujer. A esta imagen se añade a veces otra, más feminista, de la mujer armada vengadora que va a freír a tiros a los tíos chungos, a los violadores, etc. Nótese que el Estado Islámico y el régimen de Damasco también han constituido algunas unidades militares compuestas enteramente por mujeres. Pero sin criticar las distinciones de género, a diferencia del YPJ-YPG, no parece que hagan uso de ellas en primera línea, sino que las relegan a misiones policiales o de apoyo.
A las armas
Entonces, ¿de qué apoyo armado se trata? ¿Se trata de pedir más bombardeos aéreos occidentales, con los «daños colaterales» que todos conocemos? Evidentemente, no. Por tanto, se trata de una fórmula vacía, y quizá lo peor del asunto es que esta supuesta revolución sirva de pretexto a movilizaciones y consignas que nadie espera seriamente que tengan efecto. Nos encontramos de lleno en la política como representación. Sorprende menos que gente siempre dispuesta a denunciar el complejo militar industrial apele ahora a él, si recordamos que ya en 1999, ciertos libertarios apoyaron los bombardeos de la OTAN sobre Kosovo… para impedir un «genocidio»
Libertario
Más que a las
organizaciones que siempre han apoyado a los movimientos de liberación
nacional, lo que entristece es que esta exaltación afecta a un medio más
amplio de compañeros anarquistas, okupas, feministas o autónomos, a veces a
amigos generalmente lúcidos.Si la política del mal menor penetra en estos medios, es que su radicalismo no está vertebrado (lo que no es obstáculo ni para el coraje ni para la energía). Hoy en día es tanto más fácil entusiasmarse con el Kurdistán (como sucedía hace veinte años con Chiapas), ahora que Billancourt desespera a los militantes [8]: «allí», al menos, no hay proletarios resignados que empinan el codo, votan al Frente Nacional y no sueñan más que con ganar la lotería o encontrar un empleo. «Allí» hay campesinos (pese a que la mayoría de los kurdos vivan en ciudades), montañeses en lucha, llenos de sueños y esperanzas… Este aspecto rural-natural (y por tanto ecologista) se mezcla con una voluntad de cambio aquí y ahora. Se acabó el tiempo de las grandes ideologías y de las promesas de nuevos amaneceres: se construye algo, se «crean lazos»; pese a la escasez de medios, se cultivan huertos, se hace un jardincito público (como el que menciona Z. Baher). Eso recuerda a las ZAD [9]: arremanguémonos y pongámonos a trabajar en cosas concretas, aquí, a pequeña escala. Igual que hacen ellos «allí», con un AK-47 a la espalda Ciertos textos anarcos no evocan a Rojava más que desde el punto de vista de los logros locales, de las asambleas de barrio, casi sin hablar del PYD, del PKK, etc. Como si no se tratara más que de acciones espontáneas. Un poco como si, al analizar una huelga general, no se hablara más que de las asambleas generales de huelguistas o de los piquetes, sin tener en cuenta a los sindicatos locales, las maniobras de sus cúpulas, las negociaciones entre el Estado y la patronal… La revolución cada vez se ve más como una cuestión de comportamiento: la auto organización, el interés por el género, la ecología, la creación de lazos, el debate, la afectividad. Si a eso le añadimos el desinterés, la indiferencia respecto al Estado y el poder político, es lógico ver en Rojava una revolución de buena ley, y por qué no, «una revolución de mujeres». ¿Qué más da que las clases, o la lucha de clases, estén ausentes del discurso del PKK-PYD cuando nosotros mismos hablamos cada vez menos de ellas?
¿Qué crítica del Estado?
El anarquismo tiene como característica (y como mérito) su hostilidad de principios al Estado. Dicho esto, y no es poca cosa, su gran debilidad consiste en considerarlo ante todo un instrumento de coacción –lo que sin duda es– sin preguntarse por qué y cómo desempeña ese papel. Por consiguiente, basta que se eclipsen las formas más visibles del Estado para que los anarquistas (no todos) concluyan que su desaparición ya se ha producido o está al caer. Por esta razón, el libertario se encuentra desarmado ante aquello que se parece demasiado a su programa: tras haber estado siempre en contra del Estado pero a favor de la democracia, el confederalismo democrático y la autodeterminación social gozan naturalmente de su favor. El ideal anarquista consiste en reemplazar al Estado por miles de comunas (y colectivos de trabajo) federadas. Sobre esta base, el internacionalista puede apoyar a un movimiento nacional por poco que practique la autogestión generalizada, social y política, llamada hoy en día «apropiación de lo común». Cuando el PKK finge que ya no aspira al poder, sino a un sistema en el que todo el mundo se lo reparta, a los anarquistas les resulta fácil reconocerse en ese discurso
Perspectivas
El intento de revolución
democrática en Rojava, y las transformaciones sociales que lo acompañan, sólo
han sido posibles debido a condiciones excepcionales: la desintegración de
los Estados iraquí y sirio, y la invasión yihadista de la región, amenaza que
ha favorecido una radicalizaciónHoy parece probable que, gracias al apoyo militar occidental, Rojava pueda subsistir como entidad autónoma (a semejanza del Kurdistán iraquí) al margen de un caos sirio persistente pero mantenido a distancia. En tal caso, cuando se normalice, este pequeño Estado, por muy democrático que pretenda ser, no dejará intactas las conquistas ni los avances sociales. En el mejor de los casos subsistirán un poco de autoadministración local, una enseñanza progresista, una prensa libre (siempre que evite las blasfemias), un Islam tolerante y, por supuesto, la paridad. Y nada más. Pero suficiente para que quienes quieran creer en una revolución social sigan creyendo en ella, deseando evidentemente a la vez que la democracia se democratice más todavía. En cuanto a esperar un conflicto entre la autorganización de la base y las estructuras que la controlan, eso equivale a imaginar que en Rojava existe una situación de «doble poder». Supone olvidar la fuerza del PYD-PKK, que ha impulsado él mismo esta autogestión, y que conserva el poder real, político y militar Por volver sobre la comparación con España, en 1936 fueron las «premisas» de una revolución las que fueron devoradas por la guerra. En Rojava, la guerra vino primero, y por desgracia, no hay nada que anuncie que esté a punto de surgir de ella una revolución «social» G. D.& T. L. [1] Il Lato Cattivo, «La cuestión kurda, el Estado Islámico, Estados Unidos y otras consideraciones» [2] Rebecca Coles, Una revolución en la vida diaria. [3] El Contrato social. [4] Il lato cattivo, op. cit. [5] Eclipse relativo de las desigualdades sociales, porque los kurdos más ricos se han librado de participar en la autogestión de los campos refugiándose en países donde las condiciones son más confortables. [6] Zaher Baher, «Vers l’autogestion au Rojava?». [7] Ídem. [8] Billancourt es el nombre del mítico extrarradio obrero de París, donde se alzaban las fábricas de automóviles Renault, fortaleza de la clase obrera, y epónimo de esta en su conjunto. «No hay que desesperar a Billancourt» fue lo que replicó Sartre a los críticos de izquierda, estando en pleno gremio obrero con el PCF en los años cincuenta, refiriéndose a que no era obligatorio decirle la verdad a los obreros, por miedo a desmoralizarles. [9] Zone d’Aménagement Différé (Zona de Ordenamiento Diferido): Una ZAD es un sector del interior en el que se ejerce, a beneficio de la colectividad pública, un derecho de tanteo sobre todas la cesiones a título oneroso de bienes inmobiliarios o de derechos sociales. (N. del t.) Traducido y corregido por Editorial Klinamen a partir del original francés
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postaporteñ@ 1399 -
2015-05-13
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