Número 932 | marzo 18 de 2013 | Año 8ª
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A la memoria de RICARDO PERDOMO
"el mejicano"
¡¡ Vivan los
compañeros!!
Ricardo Perdomo (N° 245 en el EMR N° 1) permaneció recluido desde 1972 a 1985 (salió el 14 de marzo) en el Penal de Libertad durante el período del Terrorismo de Estado. El velatorio se llevará a cabo el día miércoles 20 de marzo de 2013 en la Empresa Salhón de 9 a 15 horas (detalles a confirmar en tel. 2 508 0606) El colectivo de Crysol rinde homenaje a este auténtico protagonista de la lucha del pueblo uruguayo y hace llegar sus sinceras condolencias a sus familiares, sus compañer@s y amigos.
¡¡ Hasta siempre, Ricardo!!
CRYSOL
R
No hay ninguna despedida hermano del alma!!! No hay ningún adiós, ni en pedo...jamás ¡!! Nos estaremos viendo sintiendo, compartiendo, en cada lucha o en cada vicheada a la posta para saber que escribiste Solo te digo que a pesar de que no estás más y la cosa se ponga más difícil seguiremos sin recular ni aun en chancletas el otro R esta última nota de Ricardo Perdomo se recibió ayer domingo 17 , bien temprano, como todas como siempre , se publica como un gran reconocimiento aun Perdomo genuino , el mismo de siempre, no se hace con ningún ánimo de polemizar, y menos al compañero a quien va dirigía; que en este número hace un obituario excelente sobre el compañero que se nos murió ayer Enviado a info posta: domingo 17/03/2013 7:45
Lenguaje y
poesía
No c.e.r.veza, no es así, tampoco el lenguaje de la web de la milicada nos hace arrugar en nuestro modo de interpretar la realidad en la cual estamos parados. Por si no ha entendido, seguimos pensando, en derrotarlos en la calle; mal que les pese a los que fueron a arrodillarse a la corona del norte para obtener un bien pasar y "hacer solidaridad" sin dejar de llenarse la barriga de jamón cocido. Dentro de lo aprendido del "radicalismo aparatista" figura el "no ortibiar" por estas páginas, que deben cumplir un rol mucho más noble que el de levantar calumnias y e inventar situaciones, que esto es producto de la ignorancia y esta no puede taparse con amenazas. La etapa de la burguesía nacional, y de su pollo presidente con la tesis del "capitalismo humano", no figuraba en la cabeza de la gente a la hora de aquel impulso popular que decidió el cambio y lo voto en lo que podríamos llamar la última votación al "Pepe bueno". Que c.e.r. se halla dado cuenta HOY, que todos sus dinerillos aportados a la elección hayan vuelto al norte como pago de la deuda, no pueden ahora cobrárnosla a los que no pensamos como ellos en esa ocasión, ni en las anteriores ni en las que vendrán con disfraz democrático, a continuar vendiendo al mejor postor, no solo el país entero sino la vida misma de cada uruguayo que no tiene la suerte de "zafar' de la trampa democrática que Ud. venera. Súmese a la pagina militar y venga a salvar a la juventud del "radicalismo" tan pernicioso para el buen vivir y la convivencia pacífica de las cárceles abarrotadas y los narcos, milicos y políticos disfrutando las mieles del capitalismo y la impunidad; esa misma impunidad que les sirvió para conseguirse un cómodo escritorio desde donde alentar a la milicada a exterminar radicales. No crea Ud. que no lo están haciendo, no le han llamado la atención los crímenes achacados a "sicarios"?. Así como en nuestra época, los titulares decían "Un indigente muerto de frio" y ¿era pleno verano?, no captaba Ud. el mensaje? No es bueno meterse a hacer emboscadas a todo el que piensa diferente, lo invito a venirse al paisito y estar al lado y del lado de la gente; no sabe Ud. que los guetos existen en el paisito y que tienen el nombre de "zonas rojas", o no sabe que el hambre existe, que existe la esclavitud y que los esclavistas, que los narcos; que todo está tercerizado y los salarios son de hambre y que el agua esta envenenada y todos están protegidos por el Gobierno que Ud. mismo ayudo a situar en esta tierra enviando el dinero para pagar 50 taxis para acarrear la gente a la urna? Le ofrezco una estadía en mi propia casa, Ud. no tendrá ningún gasto, recorrerá estos barrios y luego volverá a su computadora a escribir la forma de encauzar la democracia por los caminos legales que todos aspirábamos. Los riesgos e incomodidades inherentes los asumirá Ud. porque vivimos en un gueto Ricardo Perdomo Estamos en la fila para irnos,
pero como él Ricardo,
seguiremos
haciendo hasta el final
Compas de la Posta Porteña: Lo lamentable es la "PUTA MUERTE" que no perdona y que nos quita el derecho a tener buenos compas y mejores revolucionarios como el Ricardo, nos molesta que algunos "personajes" conocidos hagan públicamente falsas lágrimas para como dice el Néstor golpearse el pechoporque el compa "ya no está", por lo tanto perdió el derecho terrenal a continuar a decir sus verdades Aún nos quedan sus escritos y su libro honesto y demoledor dónde siempre puso con una constancia y consecuencia admirable, sobre la mesa los nombres y apellidos de todas/os aquellos que nos traicionaron y colaboraron con el despiadado enemigo y hoy garabatean sus malditas mentiras dentro y fuera del gobierno como la "otra" opción de volver a jodernos. También se remuda de cáscara la segunda generación de traidores que agazapada se va transformando marketineramente en la opción de la "oportunidad" para los que estamos buscando la salida y "remienda" con constancia y dedicación imágenes y blogs adictos corporativizados, a partir de ahora se pone contenta y suspiran aliviadas sus conciencias, ¡maldita PUTA MUERTE!. ¡Cayó en combate por la dignidad y la vida un compa Revolucionario! Como reverencia de respeto militante y compañero, suenan en nuestras ilusiones y anhelos revolucionarios las salvas de disparos que Ricardo se merece como saludo eterno a su memoria de combate anti imperialista sin claudicar nunca. Saludamos por siempre al Compa Revolucionario Ricardo Perdomo Uno de aquellos viejos Tupas que trató de dar lo mejor por la Revolución
CHARADA
PARA DESMARCARSE DE LOS TUPAS ELECTORALES
que supo desmarcarse hace mucho tiempo... “pa’ él es el duro reca’o y el Réminton y la lanza y la bala que lo alcanza pa’ que algunos como usté’ venga a contarnos después, historias de degolla’os...”. EL VIEJO PANCHO cuando decidieron participar con candidato propio en la joda electoral se les empezó a ver las patas a la sota... ya no alcanzaba con el gordo marcos ni con el viejo sarthou puestos a pelear en el pan-y-circo por migajas... se empezó a construir el caballo de troya hecho por los propios troyanos... la mano venía de un truco diferente/la mano venía de meter mano directamente y torcer el timón: un motín en la cúpula para cambiar el rumbo... borrar con el codo el horizonte insurreccional/ enterrar el hacha y toda formulación revolucionaria desmentir la historia / rebajar programa/ arriar banderas / negar la lucha mellar los filos / mochar las chuzas proxenetear los viejos laureles manchados de sangre desarmar las cabezas/ preparar la entrega... pusieron a tres “viejos”/ con tres embudos de diferentes colores/ a juntar gotitas (los tres embudos terminaban en el mismo barril que no era de pólvora: era de agua para mojar la pólvora...) los pusieron/ a engañar incautos/ a estafar botijas a oportunizar el oportunismo... fueron ayudados por muchos peones miopes: los peores ciegos que no quisieron ver... los tupas tupas comenzaron a irse/ de a uno / de a diez / de a cientos de frente juvenil en pleno / de vergüenza... se fueron tristes/ solos/ a la intemperie / sin saludar / los compañeros de primera hora los viejos combatientes/ los sacrificados de la línea posta los que sabemos que cuando el trabuco se engripa lo mesmo sigue cargau... quedaron unos pocos con la nueva camiseta y se les hizo el campo orégano: a los ferrugiosos fusiles de la aduana de bella unión los trasvistieron en rastrillos de votos... se quedaron con el nombre con la marca/ con la grifa con los derechos de autor inventaron una parva domus propia/ donde todo vale / todo da lo mismo una mamúa / una comilona / un tratado secreto/ una transa berreta un síseñor a las trasnacionales / a los patrones / a los gerentes/ a los impunes al capital financiero a la minería rapaz/ a los tutores milicos / a los estancieros... hicieron una fiestita/ inflaron un castillo inflable invitaron a los amiguitos a los masomenitos a las culebritas sirvieron sapos y se los tragaron/ tragos amargos y se los tragaron cosas jodidas y se las tragaron... colgaron una piñata y le dieron un palo a cada nene reventaron la bolsa y saltaron chucherías: pitos / matracas/ serpentinas/ espejitos de colores lugares en las listas/ bancas de diputados carguitos en el estado/ monedas de cambio/ juguetitos baratos... los invitados / los recién llegados/ aplaudían no entendían / no entienden/ no entenderán jamás mientras siguen soplando sus cornetitas con sus caretas y sus gorritos de papel que la enfermedad infantil del izquierdismo es la vía electoral... los tigres vegetarianos ya no joden a nadie los gatopardos de jardín con flores son un adorno burgués los panegíricos/ las biografías/ las palmaditas en la espalda los abrazos/ los pactos/ las bienvenidas de la derecha los alcahuetes de turno/ los protocolos/ los arrepentimientos y los pedidos de perdón los vistieron de traje/ corbata/ y complicidad... tanto maquillaje/ tanta voltereta en el aire/ tanto claudique los volvieron inofensivos y -claro- los llevaron al gobierno -eso sí: muy lejos del poder / como no podía ser menos...- (y ahora están donde están/ y ahora pasa lo que pasa/ y ahora a joderse...) la mejor forma de desmarcarse de los tupas electorales es hacer una finta una moña un amague y dejarlos pasar dejarlos solos/ que corran solos/ hacia el orsái ideológico... no comprar entradas/ no aplaudir/ no alcanzarles la pelota no hacerse socio de ese club de patrinqueros... (hicieron táctica de ir perdiendo 2 a 0 y cuidar el resultado hicieron estrategia de perder en la liga lo ganado en la cancha...) ellos ya se desmarcaron solos y quedaron solos... ni olvido ni perdón tampoco acá/ entre nosotros... no olvidar/ no callar/ no perdonar... (la mejor forma de desmarcarse de los tupas electorales es no votarlos nunca más...) y seguir siendo verdaderos tupas... CODA/ la lealtad última es como la última bala: da para terminar todo pero también da para empezar todo de nuevo... (miguel ángel olivera “el cristo”)
Ricardo Perdomo Presente!
Te
nos fuiste así,
de
repente,
en
medio de un picadito,
garra
y trancón,
la
mirada levantada,
los
dientes apretados,
y
el grito contenido,
queriendo
salir,
a
gritar goles,
a
gritar verdades,
de
las que duelen,
de
las ocultas,
silenciadas,
salir,
a
dejar historias,
de
esas,
que
merecen ser contadas,
para
que sean historia,
para
no OLVIDAR,
pero
hoy,
justo
hoy,
el
corazón te dejo en orsay,
casi
como la vida,
como
tu vida,
como
la puta suerte,
que
te mantuvo preso
más
de una década,
los
mejores años de tu vida,
enterrado
vivo,
ahí
preso en "Libertad",
donde
pasaste lo inimaginable,
donde
la tortura,
esa
que quebró a tantos,
a
vos te fortaleció,
te
reafirmo en tus verdades,
en
tu convicción
de
que un mundo mejor,
no
solo es posible,
sino
también urgente,
cercano y
necesario,
nos
conocimos poco,
el
tiempo no dio para más,
pero
me dio fuerza,
el
leer tus escritos,
conocer
tu verdades,
esas
que reafirman
el
amor a lo justo,
el
compromiso permanente,
con
la justicia y la verdad,
esa
verdad que no quieren,
quienes
hoy,
son
cómplices harteros,
del
milico botón,
del
gringo ladrón,
del
oligarca traidor,
del
sionista asesino,
esos,
los mismos que
quisieron
condenarte
al
exilio,
al
olvido,
al
silencio,
a
la capitulación,
pero
se equivocaron,
porque
volviste,
porque
no olvidaste,
porque
no te callaste,
porque
no capitulaste,
porque
en lo más duro,
no
achicaste,
ni
aun cuando te echaron el resto,
por
el contrario,
redoblaste
apuestas
y
esperanzas,
por
tu patria,
esa
que sigue soñando,
algún
día,
algún
día,
volver
por los pasos de Artigas,
es
decir volver por tus pasos.
Te
mando mi más sentido abrazo
Ricardo,
Negro, hermano,
compañero,
amigo,
adonde
estés,
porque
estas,
en
la memoria,
de
quienes,
como
vos,
no
abandonamos,
ni
ahora ni nunca,
Hasta
la victoria Siempre!
ESTÁ ESCRITO
“(…) está escrito, aunque “El Gallego” no pueda darse cuenta ahora, está escrito”… La última vez que tuvimos una comunicación “directa” con “El Mejicano” –como yo me acostumbré a llamarle- fue por internet hace unos tres, cuatro o cinco años, ¡qué sé yo!… El tiempo no existe; existen estas noticias de mierda que nos van llegando como si fuésemos las piezas de un dominó interminable, angustiante y real, por cierto, pero interminable también, como si fuésemos tantas y tantos que nunca acabaremos de morirnos totalmente o como si siguiésemos naciendo en cada muerte nuestra de todos los días... La verdad es que fui yo el que se replegó en la conversa virtual que apenas habíamos iniciado con Ricardo luego de descubrirnos ambos escribiendo en la pionera “Postaporteña”, él en Canadá, exiliado; yo en Montevideo, discurriendo al tuntún sobre nuestras rengueras atomizantes. Me molestó su pregunta de “¿con quién andás?”, que interpreté como “¿atrás de quién?”; se lo dije, y se vé que él también se embroncó por mi reacción, y, ta, quedó por esa plata, como a la espera de “mejores circunstancias” para chamuyar con tranquilidad y sin calenturas o subjetivismos al santo pedo. La última vez que lo ví fue unos meses largos después de su regreso a la comarca, de espaldas, yéndose raudamente de la sala Zitarrosa tras la última actuación de “El Octeto”; no lo reconocí así nomás luego de casi 28 años de un par de encuentros furtivos post salida del “hotel 5 estrellas” de Libertad, apenas cruzándonos un par de palabras referidas a la familia, y más nada. Él no me vió a la salida del tardío concierto “folklórico” de los ex “barraqueros” del penal; sólo yo lo ví irse sin detenerse casi en saludos, no enojado o cosa parecida, pero sí con ganas de tomarse los vientos de apuro, sin pasar por esos intermitentes coloquios de ocasión que dos por tres se dan de chiripa. En realidad, fue así siempre entre nosotros dos, aún mientras estábamos en cana, donde nos conocimos. Algún trille esporádico de recreo sin deporte, alguna broma en el reparto del morfe o de las herramientas para las manualidades, unos comentarios sobre otro personaje canero muy compinche de ambos –otro “Mejicano”, el Negro Medina-, pero nada más. Nada de conversa política propiamente dicha aunque los dos sabíamos cómo la veía el otro en aquel aquelarre ideológico en busca de la necesaria autocrítica más adecuada al propósito de seguir siendo útiles a la revolución aún en esas condiciones de vida que grafican con mejor elocuencia que nada lo mierda que fueron y siguen siendo los “pobres viejitos” fascistas de ayer y de hoy que también la van quedando en un dominó que ojalá también les resulte bien interminable y que sientan cada baja como si fuera el merecido y justo fusilamiento popular que no pudo ser como ellos mismos –y ellas mismas- lo han temido y lo seguirán temiendo aún ya muertos, por los siglos de los siglos, gracias al “dios” que creyeron los ampararía con olvido y con perdón eternos… Siento que a pesar de esa escasísima “comunicación política”, ha habido entre nosotros una buena afectividad, unos sentimientos de hermandad sincera que no pudo desaparecer en tanto tiempo de este tiempo de lejanías indeseadas y de muertos y muertas muy jóvenes y todavía entusiastas y sanos, que en su inmensa mayoría no han hecho de la debida autocrítica un renunciamiento a principios y valores que se pierden cuando la autocrítica se convierte en concesiones a la falta de principios y valores de nuestros enemigos y a la pretensión de vivir como ellos, currando, engañando, traicionándose y traicionando aun cuando se invoquen todavía horizontes de una “justicia” y una “igualdad” por las que Ricardo, sin la más mínima duda, jamás dejó de pelear sin contemplaciones siquiera a la impotencia de no saber cómo expresar el dolor incomparable que nos dejan las vivencias jorobadas venidas del lado menos esperado. A Ricardo, este domingo de marzo, 28 años y tres días después de que el pueblo nos sacara del campo de concentración que lucía con impudicia neonazi el cartelito puto de “aquí se viene a cumplir”, le falló “el bobo”, su órgano de reflexión política más poderoso y certero, ése que aún equivocándote en un diagnóstico o una valoración rápida, no te expone al riesgo de revelarte o transformarte en renegado de pé a pá irremediablemente, como sí ocurre de vez en cuando con algún “cerebro” infalible de la (contra) revolución. El Negro, El Mejicano, Ricardo Perdomo, el ex fusilero naval que se pasó fusil en mano en el amanecer trafogüero, audaz y vigoroso de los ´60, para nunca más soltarlo, a las filas de la rebelión del pueblo cascoteado, rebelándose contra el falso “honor militar” y la falsa “disciplina” cuartelera que fabrica hombres pelele y máquinas de torturar, matar y “desaparecer”… “El Mejicano” que unos cuantos pretendieron vendernos como estampita emblemática del “asesino sin alma” y el “foquista sin cabeza política”.. El Ricardo Perdomo que no tuvo pelos en la lengua para desnudar como pudo lo que él vivió como lo más jodido de lo jodido soterrado en las cavernas de piedra de la deshonestidad organizada… El Tupamaro con mayúscula que desde el raro exilio negociado por dos o tres “históricos” con las huestes “de Aparicio”, nos iría anunciando el itinerario inexorable y vergonzante de los “mariscales de derrotas” repletos de triunfalismo y soberbia politiquera, necia y barata; este Compañero que vino de abajo y que de abajo no quiso salir, murió sorprendido por algo así como un paro cardíaco, con apenitas 64 años de los que la mitad se le fueron entre rejas de diverso calibre e intrigas e intrigantes que dentro de unas horas no podrán estar en su breve velatorio que será cuando Patricia, su primera hija –vejada y baboseada, casi recién nacida, por las miserables milicas del espanto maragato del “proceso”-, venga del norte del norte a darle ése beso que El Negro sabrá sentir como el beso de la vida que sigue y sigue, porfiada , tenaz, indoblegable, a pesar de tantos pesares y, por suerte, gracias a las vidas que, como la de su padre, enseñan a vivirla sin perder su supremo sentido: vivirla intensamente, comprometidamente, hasta siempre, aún de la manera más sencilla y silenciosa imaginable, para que nuestras vidas de simples explotados y oprimidos que no transan ni con los que transan, sean la amalgama de una nueva vida sin amos, sin jefes, sin caciques, sin parásitos, sin dobleces, sin aureolas ni celebridades forjadas en las nefastas tinieblas de la revolución del pueblo trabajador convertida en ridícula e inofensiva conspiración de “valerosos iluminados” que aprenden mucho de “política” y nada de espíritu libertario e irreverente hacia toda la mierda burguesa que se nos sirve en bandeja de oro que cagó el moro, como deslumbrantes bocadillos de sabiduría militante e imbéciles estrategias de “inteligente” movida popular, sin pueblo y sin sangre en las venas como para pegar un grito y decir: “¡Basta ya, no es por esto que una pueblada entera se sacrificó y ofrendó sus mejores vidas!!!”. Sé bien que estas palabras no harán ninguna magia de resurrección o algo parecido, y hasta dudo que a “El Mejicano” le cayeran bien, pero no puedo ponerles el punto y aparte sin dar fe de que Ricardo Perdomo –y no puedo menos que darle las gracias- fue, es, uno de los Compañeros que más y mejor me enseñaron eso que no debemos perder ni por descuido bajo ninguna circunstancia: el odio, el odio de clase humillada y verdugueada desde el día que nacemos y hasta el día que morimos, el odio que tiene su reverso en el de los que saben que más temprano que tarde, habrá una auténtica y soberana justicia popular que no se detendrá ni retrocederá ante ningún verso ni cuento falsamente moralizante de nadie… Me lo enseñó la mañana que por enésima vez estalló la locura inducida de “El Gallego Más”, con cortes en las muñecas y unos gritos desgarradores de fiera acorralada como nunca había oído en mi vida. Me había tocado servir el agua caliente para el mate, mientras un par de oficialitos mal cagados que habían estado hostigando al gallego toda la noche, se pavoneaban muy orondos por el celdario, susurrándose para que se oyera bien de bien desde las celdas: “El tupa este hijo de mil putas se atoró con los huevos de Mitrione otra vez”. Mientras metía el agua en el termo de “El Mejicano”, me dijo, re-tranquilo, en su habitual tono suave, persuasivo, como de tipo bien seguro de que no estábamos lejos de la salida: -- A no calentarse, Saracho; algún día, los que vengan después de nosotros, más bichos, más curtidos, menos ingenuos, verán llorar como mariquitas a estos desgraciaditos o a los que sigan su mismo camino, cuando les lluevan las balas de todos lados y ni siquiera los oligarcas que les dieron vuelo los dejen entrar a sus mansiones para protegerse… Tranquilo, Saracho; está escrito, aunque “El Gallego” no pueda darse cuenta ahora, está escrito… Cháu, Negro Mejicano Perdomo, tu vida ha sido y seguirá siendo un buen ejemplo, y haberte conocido, aunque sea poco, es mucho. ¡Habrá Patria Obrera, Socialista y Libertaria! ¡Y en la puerta de entrada de su Ciudadela, una de las piedras de la muralla que los albañiles levantarán para separarnos de la mentira y las traiciones, llevará tu nombre y el número 245, bien grande y bien visible!!!.
¡Hasta la Victoria, Siempre,
sin más derrota que un corazón
que
pida un poco de descanso, por un rato nomás!.
Gabriel –Saracho- Carbajales, Sta. Catalina, 17 de
marzo de 2013
obituaria
por Ricardo Perdomo
De
pie, murió un militante del pueblo, Ricardo “el mexicano” Perdomo
De repente, cuando estaba
en su país, rodeado de los suyos, en paz en cierta manera, un ataque cardíaco
fulminante, se llevó a Ricardo Perdomo.De la misma manera, falleció su hermano “el Fatiga” Perdomo, pero hace algunos años y, allá, en las lejanas tierras del norte sueco. Para ciertos cultores del heroísmo guerrillero, Ricardo, fue la negación de esa fantasía. Era un hombre sencillo, militante proveniente de las filas del pueblo mismo. Actuó, como actuaron tantos, convencido de sus ideales, y tuvo la tremenda sorpresa de ver, observar y contemplar el derrumbe de todos y cada uno de sus sueños por gracia y obra de los denominados “lideres”, “vacas sagradas” y “grandes mentes” congregados en el batallón Florida. Los vio manipular a los militantes, aún en la prueba más dura, para obtener de ellos datos, certezas, ubicaciones, que la compartimentación obligatoria les negaba. Los otros, las bases, los militantes, una parte del “cascarriaje”, eran simplemente instrumentos de los jefes. Aquella comprobación, no lo abandonaría nunca. En la prueba de fuego, la militancia de base aguantaba y los jefes traicionaban. Marenales, Eleuterio Fernández, Mauricio Rosencof, Wassen Alanís, el actual presidente José “el Pepe” Mujica, su cónyuge Lucía Topolansky, y tantos otros “seguidores” de esos jefes, pequeños engranajes del “aparatito” que después fueron a los cuarteles imbuidos del papel de “negociadores”, plenipotenciarios omnipotentes, que descompartimentaban a otros y que como en las “levas” de antaño los obligaban por “orden superior” a plegarse a las negociaciones, y pasar obligatoriamente y sin poder ni chistar ni protestar, a integrarse a los organismos de la “colaboración sobre los ilícitos” con la cual aquellos jefes creían que convencían a sus vencedores y verdugos, y además,-es lo fundamental- se salvaban de “la biaba”. Tremendos cagones, algunos de los jefes. Solo muy pocos militantes, supieron de esos renunciamientos y agachadas. Ricardo fue uno de ellos y no lo olvidaría nunca, hasta su muerte misma, para denunciarlo. Después en los cuarteles, en Punta de Rieles, en Libertad, volvería a comprobar aspectos menores de ese aparatismo verticalista, como cuando Marenales, designó “por decreto” como responsable del Piso 5º a cierto diputado que acaba de renunciar (Pérez Bilinsky) más conocido en la “interna” por el sobrenombre de “Guadaña”. Las bases, la militancia no tendría nunca derecho a decidir nada, debían ser instrumentos pasivos de los caprichos subjetivos de los jefes, instrumentados a través de los alcahuetes y mandaderos de siempre, que siguiendo el ejemplo de sus mentores no hubo canallada, bajeza, y agachada que no cometieran por “la libre. Eran los que se encargaban de las tareas menores de “verduguear” a los compañeros en el Penal de Libertad, de no conceder libros, ni herramientas para las manualidades, y en hacer circular la calumnia de “cuidado con este o ese” para provocar el aislamiento de los pobres militantes prisioneros. Un día lo dijo un militante “Yo estoy preso DOS VECES, por los MILICOS y por USTEDES”. Toda la inmensa mayoría de los “instrumentos” serviles, ejecutores viles de directivas de arriba, curiosamente debían sus antiguas jerarquías a la “coaptación”, nunca jamás los eligieron las bases militantes, se los hacía bajar por paracaídas para mandar a las bases de las células. Fueron también los que mas “cantaron”, pero tranquilizados después, en las prisiones se dedicaron con ahínco a reividicar sus “galones” y como tenían la cola bien sucia (y de paja) eran los instrumentos más torvos, los verdugos internos más eficaces. Así –ya en Libertad- forjaron “direcciones” fantasmas que no habían podido concretar en Punta de Rieles. Y de esas direcciones salieron las calumnias contra Sendic, la “historia” de que la derrota se debía a un trío y solo un trío, Amodio, Alicia Rey Morales y el “Tino”. Esos debían ser los traidores oficiales, para que los otros traidores pasaran desapercibidos y después pudieran “reciclarse”. Ricardo fue uno de los militantes que se negó a aceptar la patraña, sabía bien que esa era “parte” de la historia, pero que había otra mucho mayor, que esa debía silenciarse a cal y canto. Fue por eso que después de la liberación del 85, era reacio a obedecer órdenes, a someterse a los mandados, órdenes y decretos de los que se refugiaron en la calle Cebollatí, a la que Sendic no concurría, hasta la famosa “noche Triste” en la que rodeado de fieles fue a recriminarles todas y cada una de sus canalladas. Y sin embargo, todo ese proceso no fue lineal, claro, diáfano. Tardaron años algunos militantes en recomponer el rompecabezas. Años para poder conversar con otros, leer los libros que paulatinamente fueron apareciendo, atar cabos, sacar conclusiones, entender ciertos berrodos, que parecían contradicciones en el pensar y la logicidad La inmensa mayoría, y repetimos el concepto, la inmensa mayoría, con ciertos elementos en su poder, y ante la práctica cotidiana después del 85, se apartaron asqueados Para qué revolver en ciertas bicheras y gusaneras humanas!!!! Fue el denominado “goteo” La militancia en silencio y decepcionados se fueron para sus casas o buscaron los retiros necesarios para obtener la tranquilidad de espíritu necesaria. Hasta el día de hoy están en sus silencios doloridos, maltratada la memoria y el alma “Hay golpes en la vida –dice Machado- que abren surcos en los lomos más fieros. Hay golpes en la vida, yo no sé…”. Sabemos muy bien, que Ricardo, hubiera deseado que todo eso que pasó y que él boceteó –en la parte que conoció- en el librito “Yo soy Rufo y no me entrego”(1) fuera patrimonio de las nuevas generaciones. De los hombres y mujeres jóvenes de nuestro Uruguay. Que lo conocieran a cabalidad para que en las luchas que vendrán estén integrados a sangre y fuego en sus mentes, para eludir falsos caminos, dirigentes traidores y también a los instrumentos humanos – tan traidores como esos jefes- que son la comparsa miserable de “responsables”, los cómplices menores, del aparato. Hoy día todo ese “medio pelo” –con honrosas excepciones- están agrupados en la agrupación gastronómica de busecas y vino que se dedica ahora, a tareas “humanitarias” Y somos bien concientes de la polvareda que levantamos. Téngalo todos bien presente. Porque los posibles “ofendidos” tienen la obligación moral, antes, de ver al lado de quién caminan ahora. A Ricardo Perdomo, lo pre-destinaron algunos para la función militar. Una función que conlleva limitaciones. En medio del accionar de los “escuadrones de Caza Tupamaros”, de asesinos con permiso desde las más altas jerarquías políticas del gobierno democráticamente elegido, pero dirigido principalmente por las direcciones del Partido Colorado. El Superior gobierno le ocultó a la ciudadanía, el papel de ciertos “asesores” extranjeros en Tortura como Dan Mitrione, los cursos que éste impartía para policías y militares y las prácticas siniestras que ejercían sobre los vagabundos que se levantaban (hombres y mujeres) para sus mortales y criminales prácticas. Después, ya entrenados, salieron a sembrar el terror criminal entre la periferia militante, o la bomba explosiva, como instrumento ciego del amedrentamiento. Ya en el año 69, cierto capitán, en San Ramón, a mí y a otro detenido nos “informó” al pasar de que “ya tenemos boletas”. El hombre se llamaba Suayer y está consignado en la Primera Comisión de Torturas que instituyó el Parlamento uruguayo, ese mismo año, y ante la cual declaramos. Lo señalamos porque cada afirmación debe ser necesariamente corroborada con hechos que puedan probarse fehacientemente. Al “escuadrón de la Muerte” uruguayo, le puso fin de una manera drástica el viejo MLN-Tupamaros, con “voluntarios” de las células, porque los “jefes” no se involucraban. Daban las órdenes y se lavaban las manos. Los “negritos”, los “fogoneros” debían ejecutar los mandatos. Ejecutar a esos asesinos y a su maestro Dan Mitrione, fue una de las grandes hazañas heroicas de la militancia tupamara. Cortó de un solo tajo la cabeza de lo que en resto de América latina tantos decenas de miles, les costó al movimiento popular, a los movimientos sindicales y a las organizaciones sociales de la asistencia social y de los derechos humanos avasallados. Gloria eterna a esos militantes esforzados, valientes y lúcidos!!!! Ricardo fue uno de ellos. En el “escuadrón” se agrupaban policías jerárquicos en actividad, militares también en actividad y civiles. Disponían del parque de vehículos policiales, de los explosivos necesarios, del acceso a la complicidad con la Jefatura de Policía para que hubiera zonas que no se patrullaban mientras ejecutaban sus fechorías y crímenes. Cuando esa “guerra de baja intensidad” fracasó, entonces y solo entonces salieron los cancerberos mayores a dar la batalla final y definitiva. Todos esos oficiales del Ejército, los actuales “retirados” agrupados en lo que el pueblo denomina “la fauna jurásica” de los centros militares. Fue piedra libre, para la práctica de la tortura, de las violaciones de hombres y mujeres, de las mutilaciones bárbaras con bayoneta a prisioneros inermes, de la muerte de parturientas y del rapto después de los bebés. Esos son “los caballeros y gentleman” del ejército nacional, una “horda de asesinos” sin moral, sin escrúpulos, que pretenden ni siquiera ser sometidos a los tribunales con todas las garantías de “la democracia” para responder ante un juez y un fiscal sobre sus innumerables delitos que han ensuciado por siempre el uniforme de los militares uruguayos. Cuestión que no tiene reparación hasta que reconozcan todos sus crímenes, los asuman y de esa manera limpien el honor de la “institución”. Ricardo Perdomo, luchó con todas sus fuerzas contra estas imposturas. Teniendo a su frente a sus “viejos jefes” que no vacilaron en la carrera de sus ascensos políticos por denigrarlo, ensuciar su reputación y hasta tenderle trampas “en la frontera” que podían haber sido mortales, si a su decisión, no hubiera unido la astucia y la prevención. Sabía bien con los bueyes que araba, con quienes tenía que vérselas. Pero hasta el final, en su último aliento, los denunció. No compartíamos –y hay que decirlo- la deformación militarista que profesaba. El primero en saberlo era él mismo. Pero no vacilamos nunca, en tratar de abrir las posibilidades de que eludiera a sus enemigos. Así en Suecia pudo, encontrar refugio y solidaridad colectiva en la que participaron muchos. Finalmente pudo salir para Canadá, donde vivían sus hijos y rehízo su vida. Después buscó la vuelta, aunque estaba requerido todavía en plena democracia y hasta con gobierno progresista. Tenía secretos, que los mandamases frentistas de la segunda administración sabían que eran peligrosos para sus estabilidades políticas. Era un hombre que sabía perfectamente bien los entretelones políticos de “las dos patas” con la que jugaron un tiempo. Ayer, su pobre corazón, curtido de desazones se negó rotundamente a continuar la lucha. Le falló y nos priva de su lucha y de sus testimonios. Continuará sin embargo, en el recuerdo de los que lo conocieron, compartieron con él desazones y frustraciones y continuaran denunciando las imposturas Es el destino de los luchadores populares, los que no tienen más recompensa que el cumplimiento del deber a los ideales a los que entregaron lo mejor de su juventud y de su vida. Salud, Ricardo, la lucha continúa (1) La primera edición impresa de la obra, vió su origen en Suecia, gracias a la colaboración de militantes chilenos. La segunda (ampliada) con notas muy jugosas hasta ahora solo ha tenido una publicación virtual en Uruguay y fue publicada en capítulos por la prensa alternativa de “Posta Portenia” c.e.r
posta - postaporteñ@ 932 - 2013-03-18
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domingo, 7 de abril de 2013
De pie,murió un militante del pueblo, Ricardo el mexicanoPerdomo,salvas por él
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