Número 1537 | mierc 13 ENERO 2016 | Año XI
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Carta a los compañeros guevaristas
He leído las dos notas de CER comentando el libro "La experiencia tupamara" de Jorge Zabalza presentado el 22 de diciembre, a 49 años de la muerte de Carlos Flores. El tema a discutir es muy amplio y complejo, pero medio siglo es demasiado tiempo como para no señalar la poca cosa que se ha avanzado en esa discusión, las dificultades no son excusa. Solamente quiero tomar un elemento. Zabalza menciona a Jorge Torres, y CER también. Uno de los libros de Torres mencionados es "Cuba y el Che. La ruta mágica". Torres, ya fallecido, fue uno de fundadores del MLN-T, y un protagonista directo y de primera línea en algunos aspectos cruciales de los primeros tiempos. Dejó reflexiones muy serias sobre la experiencia tupamara, y más en general sobre las experiencias guerrillera en el continente, que pueden ser compartidas o no. Pero más allá de menciones puntuales, lo que no veo es, ni que se recupere y continúe su planteo, o que se lo refute. De los temas que él planteó, simplemente no se habla. Digo, por mi parte, que no estoy cien por ciento de acuerdo con lo que dice Torres. Pero es mucho más lo que acuerdo que lo que disiento, y aunque eso es solamente mi opinión, cualquiera que lea a Torres verá que todo es muy digno de tenerse en cuenta, se coincida o no. Si hay algo que no merece es el homenaje nominal y el desconocimiento real. Lo que voy a hacer acá es algo muy simple. Voy a transcribir el primer capítulo de ese libro de Torres, son solamente tres páginas. Y no pienso transcribir el libro entero. Son solo las primeras tres páginas, se pone mucho más polémico a medida que avanza. Lo que quiero acá es preguntar a los compañeros que se identifican como guevaristas -que es en todo caso la categoría que ha perdurado en el tiempo-, qué es lo que piensan de los conceptos de Torres. Si es que quieren contestar ---------------------------- Existe un dato que ha proporcionado la historia del último medio siglo, pero que, sin embargo, no ha merecido, hasta la fecha, la atención que a nuestro juicio debería haber tenido. A partir del triunfo de la revolución cubana el 1° de enero de 1959, dirigida por Fidel Castro, en catorce países de nuestro continente se intentó reproducir o llevar a la práctica el mismo método que condujo al triunfo de la guerrilla en la isla de Cuba. A pesar de ser una cifra impactante, todavía podría incrementarse con dos países más, aunque en ambos casos con procesos y características diferentes (Colombia y Granada) que aclararemos. A este primer dato de la realidad que hemos señalado, hay que agregar algunos más que no son menos importantes. De los catorce países en donde se intentó reproducir el modelo revolucionario cubano que condujo al triunfo, se fracasó en trece; y en el único donde triunfó la guerrilla fue en Nicaragua, donde se ha desarrollado un proceso lleno de luces y sombras que perdura hasta el presente. Pero cuando decimos catorce países, en realidad apenas si estamos señalando una mínima parte de todo este proceso, o de ese fenómeno. Y es así porque también corresponde agregar como otro dato de la realidad, algo que vuelve más preocupante y hasta inexplicable el citado fenómeno, y ese dato es el número de organizaciones que intentaron reproducir lo que creyeron era el método adecuado que aseguraría el triunfo de sus ideas y sus proyectos revolucionarios. Ese número supera largamente las veinte. Otro aspecto de no menor importancia, y que marcó al conjunto de los intentos fracasados, es el número de víctimas que, de hecho, aquellas experiencias produjeron. Si bien es cierto que hasta la fecha no se ha realizado un cálculo global de víctimas, que por otra parte resulta muy difícil, las estimaciones que pueden hacerse a partir de diferentes fuentes superan los cientos de miles, con mayor o menor número según cada país y cada experiencia llevada a cabo. Pero a esa cantidad aterradora hay que agregar todavía al análisis de los aspectos cualitativos que distinguen a una parte de esos cientos de miles de individuos aniquilados por los ejércitos represores. Es que, dentro del total, cayeron definitivamente miles de combatientes que pueden ser calificados, sin cometer exageraciones ni errores, como partes integrantes de las cabezas políticamente más lúcidas en cada uno de los países. Vale decir que estamos señalando el costo en capital social que podría haber resultado decisivo para implementar otro futuro en cada caso y también para orientar a las generaciones siguientes. El cuarto aspecto que merece especial destaque es que, como consecuencia de las experiencias guerrilleras llevadas a cabo, surgieron, y se consolidaron por largos años, sangrientas dictaduras militares que arrasaron con las tradicionales instituciones democráticas, con las organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles, impulsando e imponiendo, de paso, planes económicos neoliberales que tuvieron como resultados el incremento de la pobreza, la marginación de grandes sectores de las sociedades, la inequidad social a todos los niveles, el exilio y el terrorismo de estado como metodología, y finalmente los discursos y las medidas económicas que no eran otra cosa que las que impulsaban las grandes multinacionales y los países centro del poder económico mundial. Como quinto punto de esta enumeración, aparece uno que resulta altamente llamativo porque instaura una nueva modalidad de práctica política a nivel continental; en efecto, las guerrillas no responden a lo que hasta entonces habían sido las vigentes adhesiones ideológicas o partidarias, sino que congregan y se nutren de militantes y combatientes que provienen de ideologías y concepciones que hasta entonces, y a menudo, no solamente eran antagónicas sino que estaban casi siempre enfrentadas. Las experiencias guerrilleras que se instalan no responden a ninguna de las llamadas internacionales, e inclusive manifiestan su oposición y críticas a ellas. El sexto aspecto claramente destacable lo constituye el cuerpo central de las concepciones que justifican, alientan e impulsan estas prácticas guerrilleras. En efecto, aunque en algunos casos con pequeñas variaciones que imponen las realidades nacionales, todas ellas toman como teoría funcional, determinante y decisiva, aquella que elaboraron en Cuba, y promocionaron en todo el continente, Fidel Castro, Regis Debray y Ernesto Guevara y que era conocida como teoría del foco. Estos tres "teóricos", a partir de una especial interpretación del proceso revolucionario cubano, reducen a un único elemento el factor decisivo del triunfo obtenido. Ese reduccionismo, sin embargo, se transforma en el factor teórico e impulsor de carácter decisivo en las diferentes prácticas revolucionarias que se intentan a lo largo y lo ancho del continente. El punto séptimo y último se propone dilucidar una cuestión o interrogante que ha sido eludida hasta el presente: ¿la revolución cubana -y su teoría o teorías en cuanto a la factibilidad de aplicar con éxito en otros países lo que interpretaban como el único y acertado camino- tiene alguna responsabilidad en el fracaso de las experiencias guerrilleras que alentaron y apoyaron; es co-responsable principal de aquellas experiencias que acabaron en derrotas completas, totales? (Jorge Torres. Cuba y el Che. La ruta mágica - Fin de Siglo, 2007)
FERNANDO MOYANO
postaporteñ@ 1537 - 2016-01-13 |
El canto del cisne del foquismo (3)
Los capítulos 3 al 9 forman posiblemente el núcleo más importante de “La experiencia tupamara”. Abarcan casi 7 años de actividad política del viejo MLN-Tupamaros y es un período en el que Jorge Zabalza se mueve con completo conocimiento de causas y efectos. Un periodo en el que fue –actividades y prisiones- protagonista activo. El período forma también parte del terreno y los episodios más conocidos y que se pueden encontrar en la mayoría de los libros, pero a diferencia de los otros narradores-inclusive la visión del más conocido entre los “históricos” (EFH)- la visión de Zabalza presenta singularidades propias, introduce el realismo del análisis, la reflexión, y no pocos pasajes de observación crítica. Lo que hemos querido calificar como la “visión apologética” de la historia de la vieja epopeya tupamara tiene la carencia fundamental de no introducir evaluaciones críticas en el análisis. Ni en la narración casi de “aventuras” de EFH, como en la más realista de Rolando Sasso, que con más trabajo de campo, entrevistas y reportajes, nos brinda a través de la narración elementos críticos o, críticas que se desprenden del mismo relato, de la mera narración. En Zabalza por el contrario –éste es su punto fuerte- la reflexión crítica, la frase, la observación, está presente en todos los capítulos. Enlaza una crítica con las otras para ir configurando su particular aporte. Es por eso que su obra es muy superior a las versiones “oficiales” de “lo que queda” después de las transformaciones del vie jo aparato. Hay también un enriquecimiento notable de datos, de complementaciones necesarias, inclusive información inédita sobre composición de los círculos conservadores, sus alas más reaccionarias y sus actividades. Trabaja en el mismo terreno que otros han trillado, pero de una manera original, con perfil propio. Algunos capítulos son francamente brillantes, Zabalza se mueve entre los datos cronológicos con soltura, firmeza y elegancia. Los ordena –a veces- a voluntad propia, saltándose las cronologías establecidas, pero lo hace para resaltar con más efectividad puntos que considera necesario enfatizar. Su lectura dejará al lector agradablemente sorprendido y le hará surgir más de una sonrisa de aprobación. Es aquí –posiblemente- donde la visión crítica de Jorge Torres “La derrota en la mira” (2002 ya citado) tiene sobre él mayor influencia. Se impondría una lectura comparativa de ambos, para establecer las similitudes y diferencias, pero esa tarea se la dejamos a los lectores curiosos augurándoles que se será una lectura edificante y provechosa. Sin embargo, para nosotros, exige un tiempo del cual no disponemos, después que hemos encarado estas notas de crítica. Empezada esta serie de notas, el reloj y los tiempos apremian. Los tiempos pacíficos que vivimos, el mismo verano, son más que convenientes –para los lectores jóvenes- que quieran paulatinamente introducirse en la buena práctica de las lecturas metódicas, la toma de notas, las pausas de reflexión y, otras necesidades intelectuales válidas. Recomendamos además, que esa tarea se realice colectivamente, entre amigos, preocupados seriamente por el tema. Jorge Zabalza en este conjunto de capítulos pinta, nuevamente, un fresco de gran tamaños: en él se entrelazan los acontecimientos nacionales, las diferentes corrientes políticas en que estaba divida la opinión pública, ciertos acontecimientos políticos que tuvieron su epicentro en Cuba (con influencia en los sucesos uruguayo y particularmente en la nueva izquierda) y la multitud de peripecias que atravesó el viejo MLN-Tupamaros en su etapa fundacional, con sus primeros pininos de violencia, los retrocesos a veces brutales que implicaba la represión y el desmantelamiento casi total del esfuerzo, la recuperación del mismo gracias al esfuerzo de sus militantes y el creciente apoyo popular que lo hacía posible. Fue el periodo en que una nueva izquierda irrumpió en la escena uruguaya, liquidó por la vía de los hechos una serie de diferencias con la izquierda contestataria rival y se afirmó como una posibilidad sería de vanguardia no solo en la conciencia colectiva, sino que también conquistó la sorpresa y la admiración en el resto de América, Cuba incluida. Fue el proceso de nacimiento, primeros pasos y afirmación definitiva del viejo MLN-Tupamaros. Pero Zabalza que conoció demasiado bien el final de la historia (y en carne propia!!!) no se queda en la visión complaciente, autosatisfecha. Por el contrario, minuciosamente va anotando los aspectos negativos, críticos, en una cadencia creciente que culmina en el capítulo 7 “Telaraña o autorganización” , posiblemente el más logrado, de este conjunto de capítulos que analizamos. Allí brillan algunas reflexiones sobre la relación vanguardia revolucionaria en la relación con la masa del pueblo con un vigor y poder de imaginación verdaderamente dignos de felicitación. Se despliega con todas sus galas, su actual visión insurreccional. Es, indudablemente, un horizonte perfectamente vislumbrado, analizado desde diversos ángulos, con riqueza notable de inventiva. Ya hemos señalado que no compartimos lo subyacente (el foquismo) del cual el mismo está impregnado, pero Zabalza no es “un radicaleta”, es un revolucionario en serio, que no se guía por rabietas ocasionales u, estados de ánimo. Sus reflexiones las hace desde “el cuero propio que dejó en la alambrada”, cuestión que una mínima seriedad intelectual obliga a considerar. Hay libros cuya finalidad es convocar a la acción (éste lo es, eminentemente) y como sus destinatarios son hombres y mujeres jóvenes, los destinatarios de “futuras insurgencias” y sabiendo –como lo hemos constatado- que hay jóvenes que -en monografías y trabajos de estudio- han tomado la “historia reciente” como el tema de esos trabajos secundarios y/o universitarios, nos atrevemos a dar estos consejos: los trabajos “de afilamiento” teóricos son hoy más necesarios que nunca, para salir “de los vicios” intelectuales, de las “modas” y de las “ondas”, de todas las novelerías que eran muy comunes en la vieja izquierda y, que en la juventud asaltan a esas nuevas generaciones que sienten “que saben muy poco” de lo que pasó hace ya sus buenos 40 o 50 años. Por enfocar “el pasado reciente” con liviandad, sin seriedad –cuestión que hacen muchos periodistas y escritores de la “prensa seria” (y burguesa) nos llevamos “sorpresitas” como el verdadero “papelón” que hace bastante poco tiempo protagonizó ciertos periodista “estrella” del diario “El Observador” cuando tenía “la primicia” de una entrevista con H. Amodio Pérez y terminó después de una entrevista muy deslucida, confesando el “hastío” que le provocaba “la historia reciente” (por su mal manejo de lecturas y su falta de notas y fechas) para las preguntas, que el entrevistado, le remarcó con sorna (para que se dejara “de cancherear”), es más que suficiente. Seguir, en una publicación “progresista”, el semanario “Brecha” las constantes pifias de algunos de sus reporteros, cuando enfocan estos temas, es también notable para el observador que sabe de lo que se habla. Y la juventud de ahora, que tiene medios muy superiores a los de nuestra generación (la del libro y la máquina de escribir) porque puede aventurarse por las vías cibernéticas es,- como todas las juventudes- curiosa, pero también robusta y maliciosa. “Los chicos crecen” señalaba escuetamente el dirigente sindical Ruben Sassano, cuando cierto joven que alguna vez fuimos se animó a discreparle a la “vaquita sagrada” que fue -en su momento- el difunto militante Cultelli, dejándolo atónito, sorprendido y bastante molesto. Pero… nos vamos del tema… Una cuestión que es básica y central cuando hablamos del “foquismo” es que debemos separar entre sus iniciadores (Fidel Castro, Ernesto Guevara y Regis Debray) algunas cuestiones que son importantes: Guevara que fue la principal víctima de “aquella teoría” era “foquista” pero también era “algo más”. Su grandeza trasciende “su foquismo” y no se agota en el mismo, va –incluso- más allá, como lo atestiguan sus estudios de economía y sus reflexiones sobre “el socialismo real”. Y es una excelente muestra del revolucionario que supo combinar la teoría y la acción, el pensamiento y el compromiso. La “teoría del foco” además era un intento de reflexión teórica sobre un hecho que hoy –después de la “implosión” del “socialismo real”- esta tan vigente como en los primeros debates que se dieron al seno de la “primera revolución obrera victoriosa” en Rusia. La revolución socialista no puede lograrse, desarrollarse y consolidarse a menos que se extienda al mundo entero Hoy este tema ha vuelto a tomar vigencia después de la experiencia histórica –que fue su perversión- del “socialismo en un solo país”, el núcleo central del mito estalinista. Esto –hace sus buenos 55 años- lo tenía muy claro la dirección política cubana y muy especialmente -y con mucha consecuencia- Ernesto “Che” Guevara. Por eso el “foquismo” debe considerarse bajo el prisma de esa cuestión central, como un “subproducto” de la misma. Sirva esta observación, para la tarea de “hilar fino” cuando nos referimos “al foquismo” del Che Guevara. Si lo señalamos entre sus iniciadores no es solamente porque él lo menciona en sus libros reiteradas veces, sino además porque sus observaciones contrarias al inicio de la actividad armada en Uruguay (discurso en el Paraninfo) han sido la coartada perfecta para los argumentos de EFH, -documentados tantas veces!!!- y que Jorge Zabalza sigue (ver págs. 48 a 52 de la citada obra) Finalmente –algo más- el foquismo no es sinónimo de actividad guerrera, militar, de accionar político con las armas en la mano meramente. El foquismouna variable–la cubana- de un accionar que las corrientes socialistas no pueden descartar: la actividad armada El principal expositor de la misma fue un intelectual francés, Regis Debray, pero a nadie se le oculta que “el bombo” que se le daba a sus dos primeras obras (“El Castrismo: la larga marcha de A. Latina” y “Revolución en la Revolución?” 1967), la rápida difusión editorial de las mismas, el repentino papel plenipotenciario que tenían sus viajes y las tareas encomendadas al mismo en América Latina con respecto a la aventura de Bolivia, tenían detrás el respaldo de la más alta jerarquía política en La Habana, Fidel Castro. Jorge Zabalza cuando para justificarla invoca ciertos documentos internos del viejo MLN-Tupamaros, se repite en la misma soberbia inconsistente de su antiguo “patrón” (EFH). Se copian el uno al otro, lo cual demuestra –por más que invoque Zabalza su agradecimiento intelectual a ciertos críticos (Jorge Torres el principal o, Cultelli)- que sigue teniendo la misma visión unilateral que se impuso en aquellos tiempos. Justamente, el aporte crítico de Jorge Torres, fue especificar en su libro “La derrota en la mira” esa particular evolución que tomó en Uruguay aquel foquismo como padre putativo del “aparatismo” y del “militarismo verticalista”. Tomar las armas, usar las armas, evitando el “fetichismo de las armas” que puede –eventualmente- seducir a tantos es, en esto, una cuestión central En China –en condiciones muy especiales- este tema logró plasmarse en una consigna sintética: “el partido manda al fusil” una fórmula –salvando las circunstancias y el tiempo- absolutamente precisa. (Los corchetes tienen la finalidad de que no nos acusen de “maoístas” que nunca lo fuimos). O dicho de otra manera “los ferreteros” para poder ser “ferreteros” primero tienen que entender “de política”. Y eso hay que tenerlo muy claro. Por no estar claro entre los “históricos” el problema, por no intervenir, conducir, y clarificar permanentemente el problema, es que la denominada “desviación” se afianzó y, finalmente, fructificó en una derrota estruendosa. La vida misma, la reflexión personal, llevó a decenas de militantes, apenas salieron de las prisiones y tomaron contacto –en otros países- con la realidad, fue justamente, tomar cursos de ciencias políticas. Tanto en Chile, como en Cuba, como en los países europeos. Y lo hicieron porque esos cursos no se impartían en Punta Carretas, donde existieron más que condiciones propicias para encarar el tema y orientar verdaderas campañas de “educación política” de la militancia. Las discrepancias de ciertas corrientes de compañeros (entre otras la pésimamente denominada “Microfracción”) es una muestra evidente de lo que señalamos. Y el gran fracaso de la dirección “histórica” y de los “históricos” y “vacas sagradas” fue justamente no poder, no saber y no ejercer “la conducci&o acute;n”. Los revolucionarios argentinos del ERP, tenían muy claro el tema de “aprovechar” la estadía en las prisiones, para reforzar la capacidad de estudio y lectura de sus militantes. Y su máximo dirigente Roberto Santucho ejercía casi un rol rectoral en incentivar esos estudios (obligatorios para los cuadros superiores), supervisarlos y planificar el tiempo de estudio entre las actividades físicas y las intelectuales. Las tribulaciones de ese formidable revolucionario que fue “el Pelado” Gorriarán y sus “sudores” y dificultades con cierto texto marxista clásico (y Gorriarán tenía estudios universitarios en economía!!!) hacen de la narrativa de esas peripecias unos de los aportes más simpáticos de su relato Si eso se hubiera aplicado en Punta Carretas, más de una “vaca sagrada” habría mostrado –ya entonces- lo que después han demostrado hasta la nausea: que eran unos “verdaderos troncos patrias” en materia de capacidad para pensar, que tenían carencias y agujeros fenomenales en su formación política básica, todo lo que después mostraron plenamente luego de la liberación de 1985 cuanto tuvieron que encarar una vida política “abierta” sin las penumbras protectoras de la clandestinidad, el secretismo, la “fama” y el aparato. El drama del viejo MLN-tupamaros –lo hemos dicho varias veces a lo largo de ya demasiados artículos anteriores- es no haber sabido discutir con “sus bases” cuando planteaban estas cuestiones críticas. Y la carencia fundamental de la militancia tupamara es su formidable atraso político, su falta de ejercicio en el estudio, el razonamiento, el debate y el tratamiento correcto de diferencias. La “nueva izquierda latinoamericana”- y el viejo MLN-Tupamaros, fue parte de ella, por méritos propios- tenía, cuando surgió, delante de sí una tarea de verdaderos gigantes: no solo la lucha en sí, además la diferenciación concreta con “la otra izquierda” (la parlamentaria, la estalinista, la socialdemocrática, y sus secuelas de reformismos y “etapismos”). En el caso tupamaro hubo prolongados procesos de discusión y los documentos conocidos son síntesis de esas discusiones donde hubo “materiales, observaciones, aportes”, que se dejaron para considerarlos “más adelante” (de ahí “las búsqueda” de ciertas carpetas que perdió en algún balneario EFH, cuando quiso hacer “su historia, de desorejado, que siempre fue). Lo conocido era lo que se aprobaba en función de las circunstancias. El tema de esas “discusiones perdidas” resurge también en Jorge Torres, por eso es importante esta nota de Zabalza con la que cierra (ver capítulo 8 de su libro) pág. 112: “Aquella confianza de los 60 en la potencialidad del pueblo para salir a la calle a hacer su revolución, fue sustituida en los 70 por una confianza desmesurada en la capacidad del aparato armado para derrotar a las fuerzas conjuntas de Policía y Ejército Cada vez más alejados de la idea del “pueblo armado y organizado”, nuestra política con armas fue dejando de ser una traducción de los sentimientos e ideas del pueblo trabajador El concepto de doble poder se restringió a la correlación de aparato contra aparato y condicionamos la emancipación social a los triunfos y derrotas de la fuerza guerrillera La Columna 70 creada para el trabajo de masas, se abocó a tender la telaraña organizativa hasta el pueblo no organizado…ni se nos ocurrió que su tarea era estimular el desarrollo autónomo de las fuerzas populares”.(los subrayados son nuestros). Y con este párrafo que nos parece revelador (y que honra a Jorge Zabalza) queremos cerrar esta tercera entrega…
c.e.r.
postaporteñ@ 1537 - 2016-01-13 |
VHM |
"Devuélvanme el programa y queda todo olvidado"
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Uruguay del 1900: Estancieros y el imperio británico
He leído con atención el último envío a La Posta de C.E.R., y sin haber leído el último libro de Jorge Zabalza, La experiencia tupamara, (pensando en futuras insurgencias) debo decir que estoy de acuerdo en muchos de sus planteamientos. Sea Zabalza o cualquier otr@ que mantenga que un 'un núcleo selecto', o llamado por mí 'las divinidades de un nuevo Olimpo', elegidas por el dios Azar o cualquier otra divinidad, puedan ser las únicas que conducirán al ser humano a su 'eterna salvación'. Ell@s, los correctos, los de las únicas verdades, los mejores conocimientos, los morales, sabios, justos, los soberanos. Ell@s, los que establecerán el destino del universo. Al igual que Zeus en la mitología griega Este núcleo selecto, tiene como propósito, enseñar a los pueblos a alimentarse de teorías irrefutables, sin permitir otras opiniones, ideas. Que parecieran estar recubiertos con la piel impenetrable de la cabra Amaltea, del dios supremo de los griegos, para luchar contra los titanes del orden local y mundial Entonces, preguntaría que armas emplearían, que tácticas, que nuevo tipo de tatuceras? Los tiempos han cambiado tanto, me refiero a lo tecnológico. Solamente en pensar que los sistemas actuales de radares localizan hasta la sombra misma. Cómo se financiaría? Sin ir más lejos, tenemos como ejemplo las FARC de Colombia. Decenios de lucha, en selvas impenetrables, montañas, con un ejército bien preparado, con armamento, muchas veces sofisticado. Y aún así, no han triunfado Las FARC, al igual que muchísimos otros movimientos revolucionarios del siglo pasado, no han llegado a penetrar en lo más importante y necesario. El pueblo colombiano. Con pueblo me refiero no solamente a la población de las ciudades, sino también al campesinado, a las poblaciones afrodescendientes, al movimiento indígena. Y por ende, tampoco se han allegado al obrero, a las bases sindícales, al estudiantado, etc. La derrota de la insurgencia no es solamente militar. Es una derrota política; quizás en parte por la desaparición de sus principales líderes. Si bien se planteó un camino al socialismo por vía armada; no estoy muy segura a que socialismo se refería. Cómo construirlo. Cabe preguntarse: por qué no acompañó el pueblo?. Por qué la insurgencia no tomó fuerza? En un país dominado por presidente relacionados al narcotráfico, en un país con bases militares yanquis, en un país que siembra muerte de dirigentes sindicales, donde la población campesina e indígena ha sido diezmada por asesinatos en masa, y despojados de sus tierras, qué es lo que ha faltado? Una de las respuestas es justamente "el núcleo selecto". Con todo, hay enseñanzas que se pueden tomar de las FARC. En mi opinión, a modo de ejemplo; es la participación de la mujer en alguna medida en los comandos. Otra, es la lucha contra el machismo, que ha tenido su mayor éxito en lo cotidiano. No hay tareas masculinas o femeninas.(cada cual se lava sus calzones) No sé, ni cuándo, ni cómo, ni dónde, o sí nacerán nuevas insurrecciones, de la misma forma que hemos conocido. No sé que sacará del letargo a los pueblos. Cuándo dirán basta! Los dejan sin trabajo, sin casa, jóvenes sin futuro, adultos con magras pensiones, etc. En cuanto a José Batlle y Ordoñez, creo que fue el más auténtico presidente de Uruguay, de su tiempo, y las corrientes políticas dominantes; al menos dejó leyes que transformaron el país y sí puso a Uruguay en el mapa internacional Derechos laborales / Estableció la jornada de 8 horas, ley por indemnización por accidentes de trabajo, indemnización por despido que dependía de los años trabajados. La mujer dispondría de 40 días de descanso en el período de embarazo, el descanso obligatorio era de un día cada siete y un máximo de 48 horas semanales de trabajo. La prohibición del trabajo a menores de 13 años. Pensión a la vejez para todas las personas mayores de 65 años y de cualquier edad en caso de invalidez absoluta, que se encontrara en la indigencia Estatización y nacionalización / Los servicios públicos esenciales deben estar en manos del Estado. La intervención del Estado donde el capital privado fuera indeciso o temiera perder dinero, porque no estaba guiado por el afán de lucro sino de servicio público. El Estado debía sustituir a las empresas extranjeras que se llevan la ganancia fuera de fronteras debilitando el país El Banco de la República del Uruguay, el Banco Hipotecario y la de seguros, pasaron de manos privadas a manos estatales con la creación en 1911 del Banco de Seguros del Estado La ley del divorcio donde se incluía la disolución del matrimonio por la sola voluntad de la mujer En 1915 se creó la Administración de Ferrocarriles del Estado. Estado laico La división entre la iglesia y el Estado. Gran parte de lo que remarcó a Uruguay en el plano internacional el gobierno progresista, de exguerrilleros, está destruyendo Por los tiempos de Batlle y Ordoñez la izquierda se concentraba más en el Partido Socialista fundado en 1910, dirigido por Emilio Frugoni. El Partido Comunista, escisión del partido socialista se fundó en 1921, adherentes a la Revolución Rusa y la Tercera Internacional leninista. El Partido Blanco Radical, escisión del Partido Nacional, creado en 1925 por Lorenzo Carnelli, de tendencias socialistas y progresistas para la época, con similitud al Batllismo. En cuanto al anarquismo la figura más conocida fue Florencio Sánchez Participó en la guerra civil incorporándose a las filas de Aparicio Saravia siguiendo la tradición familiar. Consternado por el clima que rodeaba al alzamiento, desertó y se fue a Brasil. Desencantado por las posturas políticas tradicionales comienza su militancia en el anarquismo. En su primer ensayo dramático inconcluso, Los soplados, editado en La voz del Pueblo, de Minas en agosto de 1891, cuando tenía dieciséis años, denuncia la corrupción y los abusos de poder de los gobiernos municipales.Sánchez condena la guerra, y en su obra El desalojo se refiere a la batalla de Estero Bellaco, ocurrida en Paraguay en mayo de 1866. Se trata de uno de los episodios más sangrientos de la "Guerra de la Triple Alianza". Sánchez incluye como personaje a un viejo combatiente, importa como soterrado manifiesto antimilitarista - de raíz ácrata- contra un Estado que no premia siquiera a los soldados que fueron a servirlo, matando a sus iguales sin otra justificación que los intereses de las élites dominantes. En esta obra, Sánchez muestra el absurdo predominio de los ideologismos del poder (invocaciones a la patria, el ejército, la nación, el deber) en un hombre mutilado, que no puede mantenerse, y que su única gloria consiste en haber adquirido una deformación física. El lisiado representa el fin de una época y - por contraste con los personajes del periodista y el comisario- encarna la derrota de la mentalidad 'bárbara' frente al avance de la sensibilidad burguesa, con sus nuevas y sutiles formas de dominio y exclusión, que ahora marginan a los nietos del soldado. El 'problema obrero', como lo llamaban en los novecientos las clases dirigentes, se manifiesta por primera vez en los parlamentos de las sirvientas Puertas adentro, estrenada a fines de 1898. También en Marta Gruni se alude a las vicisitudes del trabajo obrero y, en la escena IX cuadro II, a las luchas sindicales Puerta adentro, expresa mejor la situación política que se vivía en Uruguay. Allí se debatía la 'ley de las ocho horas', que tuvo un precedente en "Código de Trabajo" redactado en 1905 por los nacionalistas Luis Alberto de Herrera y Carlos Roxlo. Quizás las obras de Florencio Sánchez, su teatro, pudo influir en el ánimo de un público que aguardaba cambios. José Batlle y Ordoñez cuestionó el orden económico y social de Uruguay del novecientos. Ese orden se basaba en el respeto a la propiedad privada, que englobaba el latifundio, la creencia que el progreso del país radicaba en el "crecimiento hacia afuera" mediante la explotación de sus recursos naturales lo que conducía a la ganadería como destino manifiesto y el respeto sacrosanto al imperio británico y la creencia que si el Estado no interviniese para proteger a los 'débiles' frente a los 'fuertes', ya que la debilidad de ciertos grupos sociales sólo era una condición transitoria de sus integrantes. Cada uno de estos supuestos fue puesto en duda por la dirigencia política mencionada. El movimiento obrero organizado por anarquistas y socialistas en Montevideo lanzó un grito de guerra total contra el orden vigente. Las voces de protesta del elenco político eran menos airadas que las obreras, pero las 'clases conservadoras' sabían que tenían otra fuerza ya que partían del gobierno, es decir, de la forma más visible del poder en ese Uruguay todavía decimonónico. Fue el elenco político del novecientos el protagonista de lo que de ahora en adelante denominaremos como 'reformismo', es decir, la tendencia a promover el cambio más o menos radical de los modelos económicos, sociales y mentales dominantes, sin recurrir a la violencia. El término 'reformismo', nos permite ubicar al batllismo como una más de las corrientes políticas europeas y americanas que buscaron en las primeras décadas del siglo XX las aristas más crudas del 'capitalismo salvaje' y resucitar el viejo anhelo de 1789 por una sociedad ideal, sin recurrir a los mismos métodos. En Gran Bretaña, el Partido Liberal rejuvenecido en sus postulados económicos - sociales por Lloyd George (1906-1914); en Francia, la República Radical y su anticlericalismo apasionado (1899.1910); en los Estados Unidos el 'progresismo' de Teodoro Roosevelt (1901-1909) y la misión moral de Woodlawn Wilson (1913-1921), en su lucha por disciplinar a los 'grandes negocios', crearon una atmósfera mundial de renovación y de cambio dentro de la cual se inscribían tanto el radicalismo argentino de Hipólito Yrigoyen como el batllismo nuestro 'reformismo' todos, sin embargo, con sus particularidades y hasta ondas divergencias. (Batlle, los estancieros y el imperio británico, tomo II José P. Barrán - Benjamin Nahum), Capitalismo I El reformismo y sus aliados. Edición Banda Oriental. No creo que podamos inspirarnos en nuevas revoluciones, como lo hemos hecho ante la Revolución Cubana. Un mundo globalizado económicamente, guerras a doquier, deshumanizado, idiotizado por el consumismo, y ecológicamente en peligro de extinción. Quizás, nos toque dar un paso al costado, dejar paso a la juventud, tratar de encontrar en ella inspiración. Por último pienso que ya no nos creen. Que somos pésimos maestros, repitiendo la misma oración y el mismo amén Acaso olvidamos nuestros días rebeldes de juventud?. Nos dejamos influir por l@s viej@s de entonces, que no podían entender nuestras ansias de liberación?, de soñar por un mundo mejor? Escuchamos sus consejos?, y el no te metas? No creo que ningún movimiento armado latinoamericano haya editado tantos libros como los tupamaros. Entendible, durante las décadas primeras de los finales de los '80, hasta la llegada al gobierno del FA, con sus exguerrilleros a cuestas. Pero realmente hay algo nuevo para escribir, que no sea lo que cada uno de la santa cofradía, o alguno de ellos, admitan los errores que se han cometido y que en realidad andaban sin rumbo político claro y definido? . Cuándo algún escritor, sin fines de lucro, escribirá, entrevistará, a los silenciados?, a los olvidados soldadit@s tupamaros?. Antes de que sea demasiado tarde
PELUSA
postaporteñ@ 1537 - 2016-01-13 |
Brasil Impeachment Claustrofóbico
Editorial Correio da Cidadania Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa Brasil llegó al final de 2015, primer año del segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff, en medio de una de las más profundas crisis del país. Política, económica, social, ética, ambiental. Crisis, además, permeada por una lógica perversa, profundizada luego de la llegada del Partido de los Trabajadores al poder: la lógica de “nosotros contra ellos”, tildada por muchos como “Fla-Flu”(1) Escándalos de corrupción, degradación de la política, desaceleración ruidosa de la economía, desempleo asustador, avalanchas ambientales, siguieron encadenándose en el año 2015. El proceso de impeachment que ahora amenaza a la presidenta de la República es la expresión de la profundidad y de la magnitud de esa crisis Desatado por Eduardo Cunha, y apoyado por Michel Temer y Aécio Neves, ese proceso está siendo movido como arma de chantaje político, en un Congreso hundido en escándalos y chicanas y ya desacreditado ante la población. La extrema fragilidad de la economía, con una desaceleración que, a partir de las previsiones más optimistas, debe alcanzar 3,5% del PIB en 2015, y con la pérdida de cerca de un millón de empleos formales solamente en ese año, incentivó la actuación radicalizada y el fisiologismo todavía más descarnado de los partidos de orden. Una presidenta debilitada por los escándalos de corrupción y, principalmente, por una economía moribunda, creó la oportunidad para el empuje de esos partidos y, quién sabe, para su único momento de gloria. Al mismo tiempo, en lo que respecta al gobierno, está claro que la consideración de la actual situación a que está sometido el pueblo brasilero y que le costará años de pesada agonía, nos es de manera alguna fruto de acontecimientos fortuitos. Son muchos los análisis que desde bastante tiempo, vienen denunciando los límites del llamado “desarrollismo” de las gestiones petistas. Montado, entre otros pilares, en el incentivo al consumo, partir de la apertura de numerosas líneas de crédito, creó una fuerte sensación de “empoderamiento” en las clases menos favorecidas. Esas clases vieron que sus padrones de consumo de modernizaban. En tanto, sus oportunidades no fueron expandidas con mejor educación pública o con la mejoría de la atención en salud. La exportación de commodities agrícolas, otro pilar de la era “desarrollista”, al mismo tiempo que se aprovechó de un período de marea alta en la economía internacional, mantuvo el país atado a una posición subalterna en la división internacional del trabajo. Varios sociólogos y economistas llegaron a pronosticar y denunciar esa “reprimarización” de nuestros padrones de comercio. Es innegable que, por primera vez en la historia, avances sociales retiraron a millones de la miseria y de la pobreza absoluta. Mientras tanto, hasta los defensores del ciclo petista y del gobierno, con ojos más críticos, reconocen que eso ocurrió de forma separada de medidas emancipatorias, sin tocar los problemas de la desigualdad social. Las avalanchas de barro y la recesión que toman cuenta del país, amenazan ahora las grandes banderas del lulismo, petismo y asociados, entre ellas, a la propia Bolsa Familia. ¿Y qué decir además de las alianzas reiteradas de los mandatos petistas con sectores de la derecha a lo largo de tantos años? Alianzas que no se limitan con alguien tan descalificado como Eduardo Cunha, con el cual se tentó, hasta última hora, un maridaje que no aceptase, como presidente de la Cámara, el pedido de impeachment. La campaña de 2014 es el ejemplo más revelador del peso de esas alianzas. Cualquiera que se hubiera detenido por algunos segundos en el programa de gobierno de la candidata Dilma, podría verificar que estaba fielmente encuadrado por la agenda conservadora y liberal. Los propios debates entre los candidatos que lideraban las encuestas, dejaban transparente el compromiso con el status quo delante de los grandes grupos económicos nacionales e internacionales. ¿De lo contrario, Dilma hubiera recibido tamaña suma de recursos de constructoras, mineras, del sector financiero, etc.? Las promesas de la actual presidenta, de que no movería los derechos de los trabajadores, fueron, por tanto, desmentidas antes de sus primeros días de gobierno, cuando nombró a Joaquim Levy y Kátia Abreu para las carteras más importantes. Las tan comentadas “pedaleadas fiscales” son nada más que “pedaleadas políticas”, resultantes de ese cuadro de engaños y distorsiones. Los préstamos de bancos públicos al gobierno, considerados ilegales por violar la Ley de la Responsabilidad Fiscal, y que ahora abren camino al impeachment, fueron justificados como forma de no atrasar los traspasos a la Bolsa Familia. Basta ver el porcentual del presupuesto público destinado a la Bolsa Familia, así como a las áreas de salud y educación, en comparación al que sagradamente es destinado al pago de intereses y amortizaciones a los grandes inversores del mercado financiero, los detentadores de la deuda pública. Incontables son los hechos, las situaciones y los ejemplos que pueden ser citados para demostrar que el gobierno Dilma no es, definitivamente, un “gobierno en disputa”. La idea del “mal menor” queda también cada vez más, triturada delante del contexto bien complejo que desmiente esas críticas arraigadas, sean fruto de la ingenuidad o la mala fe. Permanezca o no en el cargo la presidenta Dilma, el hecho es que continuarán asegurados los compromisos con el gran capital. El nuevo ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, no bien asumido, y bajo las amenazas de aumento del dólar y la caída de las Bolsas, reiteró en público su fidelidad al ajuste fiscal Un eventual proceso de impeachment resultará bien apropiado por nuestra “sociedad del espectáculo”. Y los únicos beneficiarios de ese proceso serán los dueños del gran capital, representados por ambas partes en aparente conflicto No será posible a los trabajadores y sectores progresistas seguir un rumbo de verdadera concientización, mientras continúen presos de los maniqueísmos y esquemas binarios de pensamiento. Se trata de esquemas inocuos para dar cuenta de las realidades, esterilizando la capacidad de percibirlas en su complejidad. Y la reiteración constante de esos esquemas en estos últimos años -desde que la izquierda representada por el PT subió al poder y desvirtuó el sentido de actuación de la izquierda y los movimientos sociales- ha sido desastrosa. Destruyendo, cada día, a pasos largos, la posibilidad de avance de un pensamiento y de un movimiento críticos A los trabajadores brasileros interesa huir de la trampa de las versiones pensadas para capturarlos en la conmoción. Sólo la radicalización de la crítica podrá encontrar los instrumentos políticos y de organización necesarios para enfrentar un momento en que se presentan tantas y tamañas contradicciones del desarrollo brasilero Nota de Correspondencia de Prensa 1) Alude a la histórica rivalidad entre Flamengo y Fluminense, equipos de fútbol de Río de Janeiro, de los más populares de Brasil
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postaporteñ@ 1537 -
2016-01-13
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Happy Birthday Guantánamo
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Colombia/La mano de Tony Blairen la venta de Isagén a los canadienses de BrookfieldEl enlace del ex primer ministro británico, cercano a Santos es a través de Guss O’Donnell y Frank Mackenna, influyentes miembros de la junta de Brookfield Por: 2Orillas | enero 12, 2016 Sir Guss O’Donnell entró a formar parte del gobierno británico en el 2005 como secretario de gabinete de Tony Blair, alto cargo en el que permaneció hasta el 2011. Como cabeza de la firma consultora Frontier Economics mantiene estrecha relación con la empresa Tony Blair Asosociates quien ha participado en distintos negocios energéticos en el mundo. El peso de O’Donnell en la junta de Brookfield, la compañía canadiense que terminará quedándose con Isagén como única proponente en la subasta, es a través del canadiense Frank Mackenna. Este preside la junta desde hace varios años con un gran poder e influencia no solo en esta empresa sino en el mundo corporativo canadiense. Ambos están vinculados con el Toronto-Dominion Bank del que Mackenna es vicepresidente ejecutivo y O’Donnell y es asesor estratégico de la presidencia del banco canadie nse para los negocios de TDB en el mundo. Mackenna es también cercano a Tony Blair. Han compartido distintos escenarios en Toronto y Calgary para impulsar negocios energéticos de Canadá en el mundo y en especial en el Oriente Medio donde el ex primer ministro británico se desempeñaba como asesor de paz de la ONU. Recién salido de 10 Downing Street, Blair formalizo su relación con Canadá en un evento de 2000 personas con representantes de la industria petrolera y de gas en Calgary auspiciado por Mackenna y el TDB. Mackenna ha aprovechado su posición en el TDB: como amigo de Bill Clinton logró que el banco le pagara 1.8 millones de dólares por diez conferencias, el precio más alto reconocido al expresidente norteamericano por una intervención suya. Desde que Tony Blair dejó el primer cargo en el Reino Unido en junio de 2007 creó la firma consultora Tony Blair Associates para ofrecerles asesoría a los gobiernos que derivan en grandes negocios. Paso la línea con su rol como enviado especial para la paz en el Oriente Medio y los escándalos por la mezcla indebida de política y negocios ventilados por el Daily Telegraph forzaron su renuncia al prestigioso rol en mayo del 2015. El dúo Donnell-Mckenna es la clave en la compra de Isagén en la que sin duda la sombra de Blair está presente, un hombre de las entrañas del presidente Juan Manuel Santos, quien le abrió las puertas del país desde su llegada al gobierno en el 2010 a través de una relación de asesoría con el Departamento de Planeación Nacional, que le permitió acceder a información estratégica sobre Colombia que pudo haber aprovechado para abrirle el camino a clientes suyos para la inversión en negocios de minería y de hidrocarburos en Colombia
El precio de
la paz
El día que Colombia entraba en vacaciones, el Gobierno y las Farc divulgaron el acuerdo crucial y decisivo para poner fin a su guerra brutal de medio siglo y donde han muerto más de nueve civiles indefensos por cada combatiente uniformado Hernando Gómez Buendía * Línea de Fuego http://lalineadefuego.info/ El acuerdo de la justicia es tan extenso y detallado como un código penal, porque en efecto reemplaza al Código Penal. Dicho en pocas palabras, habrá amnistía para la gran mayoría de los guerrilleros; sólo serán sancionados los autores principales y directos de crímenes de lesa humanidad, y estos no irán a la cárcel si confiesan sus delitos. Se creará un aparato judicial autónomo y distinto del actual para llevar a cabo los procesos. Y esta justicia “restaurativa” se aplicará también a los militares o a cualquier responsable de delitos en desarrollo del conflicto armado. El acuerdo se anuncia como el eje de un “sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición” porque “las víctimas son la prioridad”. Y en efecto tendremos algunas confesiones de grandes criminales, comisión de verdad no judicial, desminado y ubicación de fosas, trabajo comunitario de algunos reos, unos años de cárcel para los remisos y —sobre todo— dejación de las armas. Pero en sustancia se trata de un horror moral o, como tal vez diría el doctor Santos, de un “sapo” muy difícil de tragar. El sapo que su hermano pactó con Timochenko cuando le prometió que no habría cárcel y que unos abogados redactarían el Código por fuera de la mesa, con la sencilla añadidura de perdonar a todos los otros criminales. Fue un pacto entre las partes de esta guerra sucia, y por lo tanto el intercambio de sus impunidades. De esta manera, un Estado siempre incapaz de administrar justicia sale a decirnos que unos jueces escogidos por algún mecanismo “de mutuo acuerdo” harán justicia para los causantes de la tragedia humanitaria que vivimos. Y acá debo notar que el “detalle” pendiente de quién escogerá los jueces será la clave y al mismo tiempo la gota más amarga de este pacto amargo. Y sin embargo hay que tragarse el sapo. El cínico diría que habría tanta o más impunidad si aquellos criminales fueran sujetos a la patética justicia colombiana. El historiador recordaría que hemos tenido ya 25 amnistías, o que el perdón prematuro de Uribe a sus compañeros de viaje fue un horror que seguimos silenciando. Y es porque un acuerdo de paz no refleja ideales sino fuerzas reales, y resulta que aquí la oposición tiene más interés en proteger a sus aliados que en la justicia para los guerrilleros. Por eso el uribismo pide que los militares no tengan ni siquiera que confesar sus crímenes. Por eso —al fin de cuentas— el proceso tenía que desembocar en un acuerdo entre los dos extremos, donde Santos sirvió de intermediario y donde vamos a tener el mínimo castigo para el menor número de criminales poderosos que sean compatibles con la sensibilidad de la opinión nacional y con los vientos del derecho internacional. * Director de la revista digital Razón Pública. Fuente original del artículo: http://www.elespectador.com/opinion/el-precio-de-paz
CorrespondenciadePrensa-EHerrera
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