Partidos Políticos, Organizaciones Sociales
y Democracia Socialista
El reciente envió de un artículo del cro Dante (SISTEMAS DE GOBIERNO Y PARTIDOS postaporteñ@ nº678 - 2011-12-10 ) me sirve de ocasión para hacer este aporte sobre un tema (a mi juicio) fundamental: como se construye una democracia socialista que supere y sustituya la democracia burguesa y los mecanismos de representación popular y ejercicio del poder político, propios de la misma
Podemos formularnos para comenzar varias preguntas:
¿Cuál es el rol de las agrupaciones políticas (en particular las revolucionarias de definición socialista) en este proyecto?
¿Son necesarios los agrupamientos (partidos, en un sentido amplio) políticos, para el proceso de cambio hacia la construcción de un poder popular y del socialismo?
¿Y si fueran necesarios, cual es su papel y que funciones deben cumplir, con relación a los movimientos sociales?
¿Cuál es el rol de los movimientos sociales, su potencialidad para ejercer el peso de desarrollar una nueva forma de poder y representación política y cuáles son sus límites actuales?
Más específicamente y acercándonos al núcleo de este articulo:
La función de representación y ejercicio de la soberanía popular: ¿se realiza exclusivamente o totalmente por la vía de la mediación de uno (o varios) agrupamientos políticos?
Este es un tema que exige mucha reflexión y más que alguna de carácter exclusivamente teórico-especulativo, una que se base en el estudio de las experiencias de los distintos procesos revolucionarios del siglo XIX y XX, para ver si las mismas pueden todavía señalarnos enseñanzas de utilidad para este nuevo siglo
Comencemos por la Comuna de Paris:
Es sabido que ya en el seno de los comuneros actuaban varias tendencias: anarquistas proudhonianos, republicanos jacobinos, socialistas moderados, blanquistas (partidarios de Luis Augusto Blanqui), etc.
Sin embargo los delegados de los comités eran electos directamente por los ciudadanos agrupados en sus lugares de trabajo, la milicia municipal, etc.
Ahí el delegado electo no era un diputado en el sentido “moderno” del término, (electo por un sistema de listas que competían entre sí, nominadas por distintos partidos políticos) sino un representante revocable en cualquier momento, que por lo tanto debía actuar ceñido al mandato de las asambleas y cuyo campo de acción, estaba estrictamente delimitado por las decisiones de las mismas
Si observamos el panorama de los soviets rusos, mientras los mismos no declinaron y fueron siendo ( a medida que avanzaban los rigores de la guerra civil con los blancos y los ejércitos contrarrevolucionarios) sustituidos por el Partido, vemos un similar panorama
Existían variadas tendencias ( bolcheviques, mencheviques, bundistas, socialistas- revolucionarios de derecha, SR de izquierda, anarquistas, etc.) representadas en sus militantes, pero los delegados no eran elegidos en función de listas partidarias, como en los comicios “modernos” a los que nos hemos acostumbrado, sino con relación a las posiciones mayoritarias que se iban registrando en sus constantes y tumultuosas asambleas
En el curso del proceso que va de febrero a octubre la representación de numerosos soviets fue cambiando, hasta que en el Congreso de noviembre ( octubre del viejo calendario) las posiciones de los bolcheviques ( aliados a los SR de izquierda) lograron la mayoría
Todo este proceso, se desarrollo en función de un mecanismo democrático asambleario, propio por otra parte de un periodo de extraordinaria efervescencia, de grandes movilizaciones callejeras
Lenin desarrollo las tres condiciones que a su juicio marcan la seguridad de la presencia de un proceso de cambio revolucionario
Nos atrevemos a señalar una más:
la aparición del fenómeno de la incorporación activa a la lucha y el debate político de una enorme cantidad de integrantes de los sectores populares, organizados o no, que hasta ese entonces habían permanecido apáticos, indiferentes, al fenómeno del interés y la participación en lo político
Y si no véase los que sucede en Egipto (mas allá de que por ahora es una revolución democrática la que se está desarrollando, sin una orientación socialista predominante hasta este momento) donde, incluso para los pocos que seguían de cerca la situación cotidiana de ese importante país, hasta hace un tiempo “parecía que no pasaba ni podía pasar nada”
Por eso las revoluciones sorprenden a unos y otros
A las clases dominantes, porque desarrollan un sentimiento, no solo de impunidad sino de confiada seguridad en el carácter eterno de su dominación
Pero también sorprenden a los propios sectores populares y en particular a los propios militantes de las organizaciones más estructuradas e incluso con una inserción popular
La organización de la Comuna de Paris y la creación de los soviets no obedecieron a un proyecto concreto de un partido o tendencia determinada, sino que fueron una creación original de las propias masas insurrectas
Y sin embargo:
¿ no hay acaso una relación sutil, casi invisible, entre esa “espontaneidad creativa” del pueblo trabajador y la predica previa de una multitud de revolucionarios anónimos y incluso el trabajo de dichos agrupamientos políticos revolucionarios, que prepara esa eclosión de creatividad popular?
Siguiendo adelante con la revisión primaria de distintas experiencias de gestión popular directa, tenemos el caso de los Consejos Obreros, a los que se refirió Gramsci en su análisis del papel de los mismos( antes de la Segunda Guerra Mundial), los Consejos Obreros surgidos en la revolución antiburocratica en Alemania Oriental en 1953 y actualmente tenemos el modelo de representación popular cubano, el que se trata de desarrollar ( limitado a lo municipal) en Venezuela y el caso particular de Libia, hasta la deposición y muerte de Gadafi
No debemos olvidar el modelo de representación Artiguista, sobre la base de las asambleas de vecinos de cada paraje o pueblo de la Banda Oriental y con sus diputados-delegados, portadores de las Instrucciones de sus mandantes para llevar adelante en su malograda participación en el Congreso de las Provincias Unidas del Rio de la Plata
El modelo cubano es demasiado conocido, para insistir en sus detalles
Solo basta señalar que el PC Cubano no nomina a ningún candidato como tal y tiene prohibido apoyar a ninguno en particular de los que son nominados por las asambleas de vecinos de circunscripción o por las llamadas Comisiones de candidaturas para los cargos legislativos a nivel provincial y nacional
En todas estas instancias es la votación popular (con mayorías especiales exigibles al ganador o segunda vuelta entre los más votados) la que decide
Se podrá decir (con un cierto margen de razón) que al ser el PCC el único partido legal existente, no necesita nominar directamente, para que en la práctica (como sucede en la Asamblea Nacional del Poder Popular) una amplia mayoría de los diputados electos sean integrantes del mismo
Pero ello no menoscaba el hecho de que en una competencia de candidatos entre un comunista integrante del partido, que tenga una mala imagen entre los vecinos de la circunscripción y otro “independiente” “ no sectorizado” pero con buena imagen, probablemente triunfe este ultimo
Por lo que la condición de integrante del PCC de un candidato, no le asegura al mismo nada, si no cuenta con una trayectoria y virtudes ( medidas por supuesto por el tamiz subjetivo de los electores) que lo valoricen como tal
El especial caso del PCC nos permite irnos aproximando a la especial situación de un partido que cumple una importante función ideológica, organizativa, que realiza como todo partido campañas de cara a los sectores populares, pero no nomina candidatos al parlamento
Por lo tanto, una función anexa a los modernos partidos, sean de derecha, centro o izquierda radical, que es la conformación del Aparato Electoral ( con las tareas anexas de elección interna de candidatos, Congresos y debates encaminados a desarrollar campañas para la disputa de cargos en la institucionalidad, realización de acuerdos electorales nacionales y locales, más o menos complejos, institucionalización de las encuestas de “marketing político” con la aparición de los modernos “asesores,” “politólogos”, que recomiendan la modulación del discurso político, según su particular estudio de las tendencias momentáneas de la opinión pública, etc.)
Luego la tendencia (que ha sido hasta ahora fatal para los partidos que se han sumergido en estos escenarios), a la adaptación progresiva de la organización política a la dependencia cada vez más acentuada de la acción parlamentaria o más cabria decir:
la subordinación de las funciones de movilización y actuación en el seno de los movimientos sociales, desplazados por la acción parlamentaria, que se va volviendo central
Cuando la organización política accede además a cargos ejecutivos a nivel municipal, departamental y con mayor razón, si entra a formar parte del gobierno, se puede operar el segundo condicionamiento negativo, que es la confusión entre el Estado y la organización política Fenómenos de este tipo lo hemos visto en la Unión Soviética y en los países ex socialistas, el propio gobierno cubano lo reconoce como uno de sus problemas fundamentales en el último Congreso del PCC, pero también se materializo en el fenómeno del Partido- Estado con el PRI mexicano ( donde para acceder a la condición de funcionario público a cualquier nivel se exigía la afiliación al PRI ) en los países del mundo árabe con los regímenes baasistas o el PNL de Hosni Mubarak en Egipto, hasta su destitución
Un caso especial es el de Libia, con sus otrora Congresos Populares
La instauración de dichos Congresos, en base al Libro Verde del líder del proceso desarrollado desde 1969, fue seguida de la prohibición y persecución de todos los partidos políticos, incluidos los de izquierda
Miles de sus integrantes terminaron en la cárcel
Por otra parte tampoco el régimen desarrollo ningún partido político “oficial”
La construcción de una suerte de democracia directa ( en la teoría) sin partidos políticos, se rebeló a la larga estéril
Los Congresos populares no fueron capaces de controlar ni revertir los sorprendentes cambios de posición del Líder, ni el giro pro occidental que el mismo desarrollo a partir de la desintegración de la URSS y la caída de los regímenes de Europa del Este ( cambio que le resulto fatal frente a los mismos que lo alentaron en ese camino)
¿ Cómo podían hacerlo si se impedía la posibilidad legal de que los que pudieran pensar igual en determinados tópicos, pudieran agruparse, para hacer pesar sus posiciones? ( ese es el fundamento primario que constituye el embrión de...la organización política)
Lo que debemos discutir no es si las organizaciones políticas deben existir o no, sino cual es su papel en el proceso de la creación de un modelo de verdadera hegemonía obrera y popular, esto es, la democracia socialista en el presente siglo XXI
Aun en condiciones extraordinarias, aun con niveles de educación política y cultura incomparablemente más altas que las actuales
Aun con lo que hoy puede brindar como ayuda el uso adecuado de Internet ( sin la mitología que elaboran los medios sobre esta Red y su capacidad milagrosa de “crear revoluciones” sobre la base de tipos que se pasan el día sentados “ militando” desde su PC), aunque alcancemos niveles todavía no concebibles de movilización popular planetaria:
Aun así, será necesaria la acción de la organización política, siempre y cuando el rol de la misma sea el de “facilitar la politización “ en el sentido de ayudar a elevar a amplios sectores populares de “ lo particular a lo general” “de lo accidental a lo permanente y global”; la capacidad de proponer proyectos políticos y también modelos de organización y participación
En una palabra, un rol de proposición ideológica, política general y organizativa, que facilite-y no sustituya- el gobierno directo del pueblo trabajador y sus organizaciones
Cada día estoy más convencido, de que debemos buscar otra forma de estructuración del sistema de representación popular en la construcción de una democracia socialista
Paralelamente también estoy convencido, de que ello no se puede construir creando un antagonismo demasiado radical y falso, entre organización política y organizaciones sociales
Pasa por cambiar el actual modelo de representación de la soberanía popular que se expresa a través de un modelo “partidocratico”: esto es, que solo a partir de la exclusiva mediación de un partido político ( o varios), es que se puede expresar la voluntad popular en la constitución de un gobierno y un nuevo Estado
Esta idea debe ser cuestionada
Ello implica ir “podando” la función electoral de los partidos para que los mismos se concentren, en las otras tareas de educación política de las masas populares, el enriquecimiento ideológico de las mismas y su preparación para el ejercicio del Poder Popular en todos los terrenos
¿Cuál es el dilema práctico del representante electo por el sistema de mediación político-partidaria?
En teoría, en el actual sistema de representación política, el candidato ( como parte de una lista o colectivo de candidatos nominados por su partido) representa las ideas y plataforma político- electoral de ese partido y se entiende que es votado por los electores, en función tanto de su imagen como candidato, como principalmente por la identificación de los mismos con tal propuesta
Se deduce ( siempre en la teoría del sistema) que el hecho de que ese candidato forma parte de un partido ( con su correspondiente disciplina) promoverá que este no vaya a dejar que su actuación se desvíe de las ideas presentadas a dichos electores
Menos aun, que el mismo partido, una vez alcanzado la cuota de poder a que se aspiraba, vaya a variar su compromiso con los mismos
Esa es la teoría del sistema “representativo”
Como ello no ocurre demasiadas veces en la realidad, esta misma teoría deja al elector la posibilidad de variar el voto a otro partido o no votar a nadie, soportando mientras tanto el desvío de su “representante” (y /o su partido)
Algunos pocos países como Venezuela, permiten el llamado “referéndum revocatorio” (de candidatos electos, tanto a cargos ejecutivos como legislativos)
En Uruguay solo existe y con grandes limitaciones (por el porcentaje alto que se exige de adhesiones al recurso y su no-aplicación a la determinación de salarios, jubilaciones y los temas de iniciativa privativa del Poder Ejecutivo) para las leyes aprobadas por el Parlamento, pero no para la revocación de los cargos parlamentarios o ejecutivos
Por eso, el carácter de representante de la real voluntad popular, solo obra en el mero terreno de la ficción teórica
Es mucho más fuerte la determinación de conducta que se ejerce sobre el mismo por parte de su propio partido que el mero compromiso “coyuntural “ que contrajo con sus electores desde las tribunas electorales
Los propios teóricos burgueses reconociendo las falencias de su sistema “representativo” han planteado el complemento de la “democratización de los partidos políticos” estableciendo algunos requisitos formales para sus Cartas Orgánicas, mecanismos de elecciones internas, controladas por los órganos electorales del propio Estado, etc.
Todo esto se aplica también aquí, pero no ha variado para nada el creciente sentimiento de alienación de los ciudadanos, con relación al funcionamiento del llamado “sistema político” (eufemismo para nombrar aquella parte constituida por los partidos con representación parlamentaria)
No estamos sosteniendo que este sistema este deslegitimado ante las grandes masas de la población
Estamos señalando que una de sus consecuencias es la apatía e indiferencia de la participación política, salvo en los periodos electorales y en muchos países, limitado a porcentajes que no van más allá de la mitad de la población
Estamos hablando de las consecuencias de la mera mecánica del sistema “representativo”
Ello se agrava, si además hacemos entrar en el cuadro, el poder corrosivo del dinero y del Gran Capital en la financiación de las campañas (a favor y en contra de), el poder de los grandes medios en el ensalzamiento o destrucción de un candidato, el cuadro de privilegios de ingresos, inherente a la obtención de cargos, tanto a nivel personal, como del interés de los propios partidos en los mismos. como una vía de su propia financiación y por tanto, en la creación de una nueva forma de dependencia del Estado
El pasaje a una forma de representación popular sobre la base del ejercicio directo de la soberanía popular a través del rol protagónico de sus organizaciones sociales representativas, sin pasar por la mediación necesaria de la necesidad de una organización política para que la misma se exprese.
Pero al mismo tiempo, sin eliminar el papel de la organización política para complementar y fortalecer ese protagonismo.
Expurgando a la organización política del principal elemento deformante de la misma., que es la hipertrofia de su propio aparato electoral- institucional y sus consecuencias:
Burocratización, fusión (confusión) con el aparato estatal, inercia, separación creciente con sus bases y con las organizaciones sociales
Hay que volver de nuevo a aquellas viejas experiencias de los Soviets, los Consejos Obreros, las Coordinadoras de los Cordones Industriales del Chile de la UP, la propia experiencia cubana de soberanía popular directa y muchas otras de idéntico tenor Todas estas experiencias ocurrieron en los momentos en que las revoluciones o procesos dirigidos a ella alcanzaron un “cenit” de protagonismo popular y democrático, que luego se perdió
Hay que crear un sistema donde el representante (diputado) sea realmente tal
Donde haya una Rendición de cuentas obligatoria y periódica en su distrito, establecida por ley, y mandatos imperativos por parte de los colectivos que lo promovieron, que lo obliguen a actuar como portavoz de los mismos
Con la potestad, también debidamente reglamentada en el nuevo ordenamiento jurídico, de poderlo revocar, si no satisface a la mayoría su desempeño
Ello se puede materializar en Asambleas Departamentales de representantes y una Cámara o Asamblea Nacional única, sobre la base de representantes nombrados por esa vía, ya sea en su totalidad o al menos, en su amplia mayoría de los mismos
Los candidatos deberían ser promovidos por las organizaciones sociales, debidamente reconocidas con unos requisitos mínimos de representatividad necesarios para que puedan acreditarse como tales , tanto las de nivel local como nacional
Las organizaciones sociales, así como el conjunto de electores de cada circunscripción, deberán ser el centro motor fundamental, tanto del mandato como del control de sus representantes
Un sistema de este tipo (que por supuesto tampoco es infalible ni exento de la posibilidad de desviaciones) obligaría a las organizaciones políticas revolucionarias a priorizar como tarea fundamental la inserción real en dichas organizaciones sociales y orientara a sus militantes a intervenir en los debates y el desarrollo positivo de la dinámica de las mismas
Soy consciente que este es un planteo que puede chocar a muchos cros, pues hay un punto en que la visión de la derecha y de gran parte de la izquierda (me refiero a la verdadera, no a la falsa) convergen y es esta visión “partidocratica” de la representación popular y la construcción del Poder Político
Creo que tiene que correr en nuestro país y en el mundo mucho agua bajo los puentes, para que se pueda considerar esta posibilidad, que no tiene nada de original, pues ha sido parte de la mejor practica de muchos de los más extraordinarios hechos revolucionarios de los dos últimos siglos
JORGE MAIKI
- postaporteñ@ nº681 - 2011-12-13
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