| 
   
URU: Hipocresía y Derechos Humanos
 
 INDISCIPLINA PARTIDARIA, la columna de Hoenir Sarthou
 
 
 14 oct. 2015 por Semanario Voces
 
 
 
 En la noche del martes,
  mientras escribo esta nota, en el Parlamento se discute el proyecto de
  Presupuesto Nacional.
 Pese al rechazo público que
  han causado, se someterán a votación los artículos 425, 438 y 439 del
  Proyecto, que limitan seriamente la obligación del sistema de salud de
  suministrar medicamentos y tratamientos terapéuticos de alto costo a quienes
  no puedan pagarlos.
 
 Esos artículos han sido
  objeto de serios cuestionamientos por parte del Sindicato Médico del Uruguay
  y del Consejo de la Facultad de Derecho, así como de muy duras críticas de
  jueces y abogados especializados en derechos humanos.
 Sin embargo, el gobierno parece resuelto a seguir adelante con una política
  que supedita expresamente el suministro de medicamentos y de tratamientos
  médicos a consideraciones financieras y presupuestales.
 
 Desde luego, aunque el
  Parlamento los apruebe, esos artículos son inconstitucionales. Lo son en lo
  sustancial, porque la Constitución le impone al Estado la obligación de
  proporcionar gratuitamente los medios de prevención y tratamiento sanitario a
  los indigentes o carentes de recursos suficientes; y lo son también en lo
  formal, porque la Constitución prohíbe que en las leyes de presupuesto se
  incluyan de contrabando normas no presupuestales. Entonces, incluir en una
  ley de presupuesto disposiciones que recortan derechos fundamentales es
  escandalosa y doblemente inconstitucional.
 Lo paradójico es que esto
  ocurra en una época en que se suele hacer gárgaras con el discurso de “los
  derechos”, en general, y con el de “los Derechos Humanos” en particular.
 
 Nos hemos acostumbrado a
  invocar como derechos, y de ser posible como “Derechos Humanos”, a toda clase
  de intereses, aspiraciones y pretensiones, ya sea individuales o
  corporativos.
 
 Desde hace mucho tiempo,
  figuran en nuestra Constitución el derecho al trabajo y a la vivienda.
 
 Y en los últimos años hemos proclamado como “Derechos Humanos” el derecho a la
  información, a la privacidad y a la protección de los datos personales, los “derechos reproductivos”,
  a la identidad sexual y a la
  “no discriminación”, el carácter de “sujetos de derecho”
  de los “niños, niñas y
  adolescentes”, y últimamente hasta el curioso derecho a “la inclusión financiera”,
  o los expansivos derechos “a
  la propiedad intelectual”
 Basta un somero análisis de
  todos esos derechos para percibir su absoluta inviabilidad e incluso la
  contradicción interna que encierran.
 
 Para empezar, la estructura
  socioeconómica en la que vivimos hace que, en los hechos, nunca hayamos
  garantizado realmente viejos derechos sociales, como el trabajo y la
  vivienda. Las leyes del mercado (porque vivimos en una sociedad sometida a
  las leyes del mercado), unidas a las leyes de la propiedad y de la herencia,
  impidieron siempre que garantizáramos el derecho al trabajo y a la
  vivienda.  Por esa razón, esos “derechos” figuran desde hace décadas
  en nuestra Constitución sin haber sido nunca algo más que letra muerta.
 Por otro lado, si miramos a
  los “derechos” más
  recientes, ¿podemos sostener simultáneamente y en un plano de igual jerarquía
  principios como el derecho a la información y los derechos a la privacidad y
  a la “protección de los datos personales”?
 
 ¿No será necesario decidir cuál de esos valores contradictorios debe
  predominar?
 
 ¿Podemos hablar de unos “derechos humanos reproductivos”  que
  conceden a la mujer la libertad de abortar y, a la vez, mantienen a los
  hombres sujetos a responsabilidad por una decisión que les es negada?
 ¿No debería ser el Estado quien asumiera el costo de la paternidad no deseada
  (pensión alimenticia) si la sociedad quiere que la libertad reproductiva sea
  un “derecho humano”?
 
 ¿Tiene sentido hablar de “no discriminación”
  limitándola a lo sexual y racial, cuando otros factores, como la edad, el
  origen social o el nivel económico y cultural son constantes causas de
  discriminación?
 
 Además, ¿cuántas veces
  el pretendido derecho a la “no discriminación” termina afectando a la
  libertad de expresión?
 
 ¿Proclamar en el papel los “derechos” de los “niños, niñas y adolescentes”
  no esconde que, en realidad, el principal problema de muchos niños no es la
  falta sino el exceso de libertad, fruto de la indiferencia e
  irresponsabilidad de sus padres, del Estado y de todos los que deberían mirar
  por su bienestar y formación? ¿No son derechos vacíos aquellos que declaran a
  los chiquilines
  “sujetos de derecho” pero los dejan librados a su suerte, sin
  protección ni respaldo real del mundo adulto?
 
 Por último, ¿existe cinismo
  mayor que llamar “derecho
  a la inclusión financiera” a la imposición de someterse al
  sistema bancario?
 ¿Puede llamarse “derecho” a
  un mecanismo como la “propiedad intelectual”, que impide cada vez más el
  libre acceso a los bienes de la naturaleza y de la cultura?
 
 En materia de derechos,
  nuestra sociedad adolece de una escandalosa hipocresía. Proclamamos
  constantemente nuevos derechos, mientras que, en realidad, no sólo no los
  hacemos efectivos sino que incumplimos también buena parte de los derechos
  más antiguos, básicos y fundamentales.
 
 Probablemente, en el
  sistema social y económico en el que vivimos, en nuestra actual situación
  material y cultural, sólo estemos en condiciones de garantizar efectivamente
  unos pocos derechos, los llamados
  “derechos de primera generación”, el derecho a la vida (a no
  ser privados de la vida, y a no morir de hambre o de enfermedades curables),
  la seguridad personal, es decir el derecho a no ser torturados ni privados de
  la libertad ambulatoria, la libertad de pensamiento y de expresión, la
  igualdad ante la ley y los derechos políticos (esencialmente el voto, ya que
  ser electo para cargos políticos requiere hoy de medios económicos que pocas
  personas u organizaciones tienen).
 
 Sin embargo, al tiempo que
  en los discursos se proclaman nuevos y sofisticados derechos, esos viejos
  derechos fundamentales son violados.
 
 Un derecho fundamental sólo
  puede ser llamado tal si todas las personas lo tienen asegurado. Pero, en el
  Uruguay, ni aun los derechos más básicos están garantizados para todos. Muy
  frescos están los hechos del INAU, donde los menores de edad son
  sistemáticamente torturados, violados, explotados y sometidos a todo tipo de
  malos tratos.
 
 Así como todos sabemos lo que ocurre en las cárceles y en los
  establecimientos donde se interna a los ancianos y a los enfermos mentales.
 Todos sabemos también lo que ocurre con los niños en tantos hogares, muchos
  de ellos pobres, pero también en hogares ricos.
 
 No lo decimos, lo
  ocultamos, pero la realidad es que los débiles y los pobres no tienen en el
  Uruguay asegurados ni siquiera los derechos básicos.
 En la discusión de este
  presupuesto estamos asistiendo a un nuevo recorte de derechos fundamentales.
 
 La idea –descarnadamente dicha- es que el Estado no está dispuesto a gastar
  dinero en salvar la vida o reducir los sufrimientos de los enfermos graves y
  pobres. Así de cruda es la decisión, si se la depura de palabrería
  economicista y administrativa.
 
 Lo insólito es que esa
  decisión, justificada por motivos de ahorro,  se toma mientras se
  insiste en mantener las exoneraciones tributarias a inversiones extranjeras
  que no las necesitan, mientras se subsidia la producción de cerveza, mientras
  se contratan nuevos asesores de confianza política en los organismos
  públicos, mientras se pierden cientos de millones de dólares en los entes del
  Estado, mientras seguimos pagando las deudas de malos negocios públicos,
  como PLUNA, mientras esperamos a saber cuánto ha perdido el Estado en
  negocios turbios y frustrados, como el de la regasificadora
 
 Ningún
  derecho es absoluto y la realidad suele  imponer límites. Pero,
  limitar derechos esenciales para ahorrar dinero que se derrocha por otro
  lado, es sencillamente obsceno
 
 Seguramente, como sociedad,
  deberíamos hacer una honda reflexión sobre el significado de los derechos.
  Para manosearlos menos y cumplirlos más
 
 
 
 
- postaporteñ@ 1487 - 2015-10-16  
 
 | 
  | 
   
¿Preeminencia De La Política, O Mandato De Los Inversores?
 
 ROLANDO ASTARITA
 
 
 Una de las ideas más
  repetidas por funcionarios y defensores de los gobiernos kirchneristas fue
  que, a partir de 2003, “la
  política” (así, a secas) había pasado a dominar a la “economía” (también
  a secas). Una idea que pareció ser cierta durante la fase de ascenso del
  ciclo económico, y la mejora de los términos de intercambio, ocurrida en la
  primera década de los 2000.
 
 Aunque la “preeminencia
  de la política” mostró sus lagunas-por caso, la inflación no
  pudo ser manejada a voluntad por la política gubernamental- los años de
  crecimiento alimentaron la ilusión de que la política de Estado podía superar
  la restricción de lo económico.
 Sin embargo, el estancamiento que sufre la economía desde hace cuatro años,
  combinado con problemas crecientes –caída de las reservas internacionales y
  endeudamiento a tasas insostenibles, entre otros-, y la propuesta económica
  del mismo candidato del oficialismo, desnudan la vaciedad del discurso que
  anunciaba que, gracias al gobierno Kirchner, la política domina a la economía
 
 El programa del
  oficialismo
 
 Efectivamente, lo que
  adelanta Daniel Scioli en reuniones con empresarios e inversores tiene el
  sello del peso determinante de lo económico: “Vamos a generar un clima
  inmejorable de negocios”, prometió en el coloquio de IDEA. Luego, en un
  encuentro con el fondo Greenmantle, dijo que iba a negociar con los fondos
  buitres, “pero no voy
  a pagar de más”. Declaraciones que están en línea con lo que
  habían manifestado algunos de sus colaboradores, el gobernador Juan Manuel
  Urtubey y los economistas Miguel Beim y Mario Blejer.
 En EEUU Urtubey afirmó que hay que arreglar con los holdouts, que es
  necesario normalizarse el INDEC, y que Argentina tiene que volver al mercado
  de capitales. De regreso en el país, ratificó sus declaraciones, y fue
  amparado por Scioli
 
 Blejer sostuvo algo
  parecido: “hay que buscar la forma de que el problema de los fondos buitre
  desaparezca”; y agregó que sería positivo para la Argentina convenir una
  revisión anual del llamado artículo IV, del FMI. Y Beim planteó que es
  necesario ajustar tarifas, eliminar retenciones, y tomar deuda en el
  exterior, para lo cual habría que “destrabar la agenda externa”.
 Lo que equivale a arreglar con los holdouts
  y normalizar relaciones con los organismos internacionales de crédito.
  Recordemos que los delegados de Scioli viajaron a Lima para participar en la
  Asamblea Anual del FMI. Por otra parte, han prometido quitar las retenciones
  al trigo, el maíz y los productos regionales, y bajar las de la soja, al
  menos para las zonas menos favorecidas.
 
 Nada de esto es muy
  distinto de lo que dicen y prometen los economistas de Massa o Macri. Se
  discuten detalles y formas,
  no la orientación más general.
 Por supuesto, algunos altos funcionarios kirchneristas, como fue el caso del
  Jefe de Gabinete y candidato a gobernador por Buenos Aires, toman distancia y
  protestan.
 
 Pero nadie del oficialismo cuestiona con alguna profundidad la propuesta
  de Scioli.
 
 Es que todos son
  conscientes de que, en los
  marcos del capitalismo argentino, dependiente y atrasado, no
  tienen muchas alternativas.  Kicillof puede posar de “patriota
  antiimperialista heterodoxo”, pero en diálogo con el periodista Morales Solá,
  de La Nación,
  sabe explicarse: “Pagar es una trampa. No pagar es imposible.
 
 Lo entiendo. Estamos trabajando en una negociación, que implica una
  correlación de fuerzas, como pasó con Repsol” (4/08/15). Como era de esperar,
  el progresismo “nacional y popular” no hizo escándalo por estas
  declaraciones.
 Como tampoco dijo palabra cuando se indemnizó a Repsol (¿no era que debía
  dinero a Argentina?) o cuando se pagó sin chistar una exorbitancia al Club de
  París, o cuando se acordaron cláusulas secretas con Chevron. Está todo dentro
  de lo previsible. Aunque no deja de hablarse sobre la “preeminencia de lo
  político”
 
 Más aún, desde el propio
  ministerio de Economía se admite, de hecho, que la realidad no encaja con el
  discurso que se difunde.
 
 Por ejemplo, los propagandistas del “modelo nacional y popular” afirman que
  hay que sostener la demanda mediante el gasto público, aun a costa de un alto
  déficit fiscal. Pero el Presupuesto enviado por Kicillof al Congreso prevé,
  para 2016, una reducción del gasto público de 250.000 millones de pesos a
  96.000 millones.
 
 De la misma manera, se bate el parche del desendeudamiento, pero se toma
  deuda pagando una tasa de más del 9% en dólares (y aun a esa tasa, hay
  problemas para endeudarse). Y el Presupuesto prevé una inflación del 14% para
  2016, pero Economía paga tasas, en pesos, de más del 25%.
 
 Estancamiento
  económico y mandato del capital
 
 La cuestión de fondo, la
  que rige las declaraciones de los Urtubey y Blejer, de los Scioli y Macri, y
  similares, es clara: las
  principales fuerzas burguesas son conscientes de que necesitan intentar
  generar condiciones para que el capital, nacional o extranjero, invierta
 
 Es una constricción que se
  impone con toda su fuerza a partir del agravamiento de las condiciones
  económicas. Pero entonces es
  también la confesión de que la política tiene que subordinarse a la necesidad
  primera y dominante en una sociedad en que decide la propiedad privada de los
  medios de producción.
 Es la admisión de que el Estado tiene que como principal función “crear un
  clima inmejorable de negocios” para que los capitalistas se decidan a
  invertir.
 Pero a esto apuntaba
  Kicillof cuando pagó la indemnización a Repsol por YPF; y cuando pagó al Club
  de París y al CIADI. Por eso en su momento dije desde este blog que se iba
  hacia el arreglo con los holdouts.
  Aunque el arreglo no se produjo, eso no cambia la tendencia de fondo. Se
  alteran las formas y los tiempos, - y en esto entra el cálculo político- pero
  no la sustancia.
 Cualquiera sea el que gane, va a buscar alguna forma de volver al mercado
  internacional de capitales. Es que durante las crisis, o en los períodos en
  que se agudizan los problemas económicos, la determinación de la política por
  las relaciones de producción subyacentes se hace sentir con toda su fuerza.
 
 Los vaivenes de la
  “autonomía del Estado”
 
 Lo planteado en el punto
  anterior se relaciona con la dialéctica que parece existir entre autonomía
  del Estado (o de la política) y el ciclo económico.
 Desde un punto de vista muy general, durante las fases de ascenso del ciclo
  económico, a la par que se profundiza la dependencia mutua de productores y
  consumidores, se desarrollan la independencia e indiferencia mutua, no solo
  de los productores y consumidores, sino también del Estado.
 
 Este último entonces parece
  estar por encima de las restricciones que impone el mercado. Los gobiernos,
  los funcionarios, las instituciones del Estado, parecen independizarse de la
  constricción económica. El Estado dispone de más libertad y autonomía
  relativa; por ejemplo, para disponer de la parte del excedente del que se
  apropia por vía de los impuestos.
 
 Por eso, en esas coyunturas
  de alza se desarrollan las más fantásticas ideas sobre el poder estatal; por
  ejemplo, que puede suprimir las crisis capitalistas, fijar los precios
  adecuados, controlar plenamente a las empresas. En tanto se hace abstracción
  de las condiciones reales de existencia del capital, por doquier se declara
  que “la política domina a la economía”.
 
 Son los tiempos propicios para que los teóricos del “discurso que crea
  realidades” expliquen que se acabó “la tiranía de la economía” y acusen al
  marxismo por su “burdo determinismo mecanicista”.
 
 Pero incluso esa idea de
  independencia de la instancia política, esa abstracción de la idea dominando
  las relaciones sociales, no
  es más que la expresión teórica de las relaciones que dominan a los seres
  humanos (Marx).
 
 Seres humanos y Estado proclaman su autonomía y libertad, cuando en realidad
  son cada vez más dependientes y
  en esencia están más subordinados a la lógica del mercado y de la
  valorización del capital.
 
 Por eso, el idilio con la independencia abstracta es violentamente barrido
  cuando hay crisis, o cuando las dificultades económicas, que los mismos seres
  humanos no manejan, se agravan.
 
 En ese punto se acaban los relatos sobre la construcción discursiva de la
  realidad. La constricción de lo económico se impone con toda su fuerza a
  través de la no inversión. Por eso, los discursos no pueden cambiar el hecho
  de que, por ejemplo, el Gobierno argentino se endeuda pagando una tasa de
  interés que es el doble de la que pagan otros países latinoamericanos.
 Ni que los capitales solo consideren las perspectivas de ganancias a la hora
  de decidir una inversión.
 
 
 Por eso también, los integrantes de Carta Abierta ahora podrían seguir
  publicando sus abstrusas meditaciones sobre la autonomía de lo político, sin
  que ello alterara en lo más mínimo el hecho de que los dueños del capital no
  invierten hasta que no consideran adecuada la cuota en el botín de plusvalía
  que les corresponde.
 
 Como conclusión
  política
 
 Por eso, las propuestas
  electorales de Scioli, Massa o Macri, no se explican por alguna debilidad
  psicológica de los candidatos, sino por una lógica de clase. Que es la lógica
  del capital “en general”.
 
 El ministro Kicillof, o el gobierno de Cristina Kirchner, o el presidente que
  asuma en diciembre, no actúan como lo hacen porque son “traidores del
  pueblo”, o porque “claudiquen frente a las exigencias de los grandes
  capitales”.
 Más en general, es un error pensar que el gobierno de los Kirchner es un
  gobierno “reformista, con vacilaciones”.
 Aquí no se trata de
  características personales, sino de las relaciones de clase y los intereses
  que encarnan.
 
 Al margen de roces y
  tensiones, los gobiernos capitalistas están insertos en relaciones de
  producción capitalistas.
 
 Y lo decisivo para que una economía funcione, y para que el Estado
  capitalista funcione, es que el capital reinvierta la plusvalía. Pero para
  eso desde el Estado hay que garantizar las condiciones de reproducción del
  capital.
 En esto no hay vueltas.
 
 De ahí que este sea el
  “mandato del capital” para estas elecciones, por sobre los
  vanos cacareos sobre la autonomía de la política.
 
 Por supuesto, un gobierno puede intentar, dentro de un régimen capitalista,
  el camino alternativo del capitalismo de Estado. Es lo que trató el chavismo
  en Venezuela, a partir del manejo estatal de la renta petrolera.
 
 Pero ni aun con la gigantesca renta que recibió en los 2000 pudo evitar el
  colapso económico, provocado por la salida de los capitales.
 
 
 Las posibilidades en Argentina son aún más limitadas.
 Y de esto hay conciencia en la clase dominante, y en sus representantes.
 Es
  lo que le aseguran los candidatos del sistema a los inversores.
 
 Aunque algunos lo
  disimulen con melodía nac & pop
 
 
 
 
 
rolando - postaporteñ@ 1487 - 2015-10-16  
 
 | 
  | 
   
Ecuador: Contra el Capital-Estado, sus Defensores y sus
  Falsos Críticos
Análisis y
  posicionamiento comunista-anárquico sobre las protestas de agosto y
  septiembre del 2015 en Ecuador
 Las protestas de agosto y –en menor
  medida- de septiembre del 2015 en este país (cierres de
  carreteras principales, marchas masivas, enfrentamientos con las fuerzas
  represivas, tomas de plazas, motines en cárceles... en Quito, Macas,
  Guayaquil, Portoviejo, Cuenca, Saraguro, Latacunga, etc.) son la respuesta a los ataques del
  Capital-Estado contra la clase trabajadora y la naturaleza durante los
  últimos años y meses, a través del gobierno “socialista del siglo XXI” de
  Correa
 
 Más concretamente,
  son la respuesta al extractivismo (minería, petróleo, hidroeléctricas), la
  desposesión (de tierras, de acceso a servicios y bienes básicos), las medidas
  camufladas de austeridad (ej.: leyes, salvaguardias, tratados, etc. que
  benefician a los capitalistas y perjudican a lxs trabajadorxs), el
  encarecimiento del costo de la vida y la tiranía estatal contra la protesta
  social, perpetrados por este gobierno
 
 Son también el síntoma de que su modelo de
  administración estatal y modernizadora del capitalismo ha fracasado y está
  comenzando a entrar en declive (a “agotarse”, dicen algunos).
  Síntoma, a su vez, de
  la crisis histórica del sistema mundial capitalista, crisis ahora inocultable
  en este país, tal como no se puede tapar el sol con un dedo.
  Y lo que se viene es peor…
 
 Lo que pasa es que ya
  estalló la burbuja-mentira del “milagro ecuatoriano”. Que la mayoría de la
  gente ya está curándose en las calles del chuchaqui de la (contra)“revolución
  ciudadana”. En suma, que ya “regresó” la “vieja” lucha de clases a  
  esta parcela del mundo capitalista llamada Ecuador.
 
 Sin embargo, esta lucha de clases se encuentra
  contenida y camuflada dentro del juego de fuerzas entre los tres enemigos
  actuales del proletariado –que parece empezar a despertar de su letargo-,
  aquí y ahora: el gobierno, la derecha y la izquierda
 
 Por eso parece ser una simple pugna política entre
  ellos, cuando es más que eso, aunque también dicha pugna intercapitalista
  opaca, desvía y debilita la potencia de la lucha de clases misma. (Fuertes
  protestas con debilidades internas las de agosto y septiembre.) Se trata de
  la estrategia de siempre de la burguesía y la socialdemocracia: convertir la
  guerra de clases en guerra interburguesa
 
 ¿Quiénes y cómo hacen
  esto? Veamos
 
 El gobierno, con su
  pequeñoburgués y tecnocrático populismo, llamando a la farsa del “diálogo
  nacional por la equidad y la justicia social” por un lado, y reprimiendo las
  protestas por el otro. La típica política estatal de la zanahoria y el
  garrote, sólo que ahora, como ya no tiene tanta plata debido al bajo precio
  internacional del petróleo –lo que le obliga a hacer ajustes y recortes económicos
  por todos lados-, es más lo segundo que lo primero.
 
 Dizque lo hace contra la “desestabilización”, el “golpe blando” y la
  “restauración conservadora”... blablablá. Por si fuera poco, aprovecha el
  aumento de actividad del volcán Cotopaxi para decretar “estado de excepción”
  a nivel nacional y así dar luz verde a las jaurías policiales –y militares-
  para que repriman las protestas “indígenas” (ej.: Saraguro). [Luego hará lo
  mismo con el fenómeno de “El Niño”.]
 
 En fin, sólo está demostrando, una vez más, que es un gobierno puramente
  capitalista y represivo, además de racista y colonial. Enemigo de primera
  fila aquí y ahora
 
 La derecha (Nebot,
  Lasso, Rodas), con su ambición de recuperar el poder tanto desde arriba (los
  “gobiernos locales”, las próximas elecciones) como desde abajo (las calles),
  buscando de manera oportunista capitalizar políticamente el creciente
  descontento social contra el gobierno, “mimetizándose” y pescando a río
  revuelto en las marchas. No se diga en las instituciones. Todo esto solamente
  para conservar y acrecentar sus privilegios de todo tipo, su condición de
  clase dominante. Demostrando así que el capitalismo es tan viejo y rancio
  como ella. Enemigo de siempre y a muerte del proletariado, con el cual no se
  dialoga ni se discute. Sólo puede haber guerra.
 
 Finalmente la izquierda (FUT,
  CONAIE, MPD), asimismo de manera oportunista –principalmente de sus
  dirigentes-, convocando a marchas pacíficas y asambleas populares (donde, por
  cierto, también se mezclan ciertos personajes de derecha), levantando
  plataformas de puras reformas pero no de cambios radicales o de fondo,
  llamando no a romper y superar el orden capitalista sino a mantenerlo y
  “mejorarlo” “a favor del pueblo”, preparándose también para las próximas
  elecciones; es decir, cumpliendo su sempiterno rol de pastor de masas y
  bombero de la potencial revuelta. Por eso la izquierda siempre ha sido y es
  la izquierda del Capital.
 
 Enemigo camuflado en el seno de nuestra propia clase, y por eso más peligroso
  y nocivo, a corto y largo plazos.
 
 Pero si algo tienen en
  común todos estos “actores” son dos cosas: que han debilitado y desviado la
  potencia de las protestas –ya que se encuentran operando políticamente dentro y
  fuera de las mismas- en
  tanto lucha de clases hacia la pugna política intercapitalista; y, que todos ellos dicen luchar
  por “defender la democracia” y “mantener la paz social”. Y efectivamente así
  es, puesto que la
  democracia en realidad es la dictadura del Capital sobre el proletariado (de
  los ricos sobre los pobres, lo cual se mantiene intacto), y la paz social en
  realidad es la paz de los cementerios inseparable de la esclavitud
  asalariada-ciudadanizada que es vigilada por el Estado y co-gestionada por
  los sindicatos
 
 Por eso tanto el
  gobierno como la derecha y la izquierda se “asustan” y condenan “los
  lamentables e inaceptables hechos de violencia durante las protestas de
  agosto”. Recordemos que hubo enfrentamientos violentos más o menos masivos no
  sólo entre manifestantes y policías (tanto en la ciudad como en el campo),
  sino también entre los mismos manifestantes de izquierdas y de derechas, e
  incluso hubo incidentes aislados de violencia entre encapuchadxs antisistema
  y ciudadanos-policías, por ejemplo, durante y después de esa marcha
  predominantemente democrático-ciudadana o clasemierdera que hubo en Quito el
  13 de agosto.
 
 Por eso ellos son los
  más virulentos enemigos de las aún minoritarias y precarias expresiones de
  combatividad proletaria: de los “infiltrados”, esos “cucos” que, por ejemplo,
  aparecieron en la Plaza Chica, San Francisco y otros puntos esa tarde-noche,
  así como han aparecido en anteriores protestas siquiera hace un año atrás (el
  “17S”… en realidad hace años… “toda la vida”). Esto al menos en Quito, porque
  días después en Macas “los violentos” no llevaban capuchas ni bombas caseras
  pero sí plumas, lanzas y mucho coraje acumulado. Lo que demuestra que, más
  allá de las diferencias “ideológicas” con algunos encapuchados urbanos, y más
  allá de las diferencias “étnicas” con los guerreros amazónicos, en el fondo
  somos lo mismo: proletarixs, explotadxs y oprimidxs que se han at revido a
  enfrentar al Estado-Capital, “cara a cara” con el enemigo
 
 Todos los demócratas
  “anti-violentos” son unos hipócritas, pues todos sus partidos tienen y ponen
  sus grupos de choque en las calles (siendo posible, además, que el gobierno
  vuelva a sacar a sus “pandilleros rehabilitados”, la derecha a sus “cabezas
  –huecas- rapadas” y las izquierdas a sus “combatientes populares” y a sus
  “brigadas antifascistas”…). Mientras que, por otro lado, no sería ninguna
  sorpresa que, conjurados en algún momento el gobierno, la derecha y la
  izquierda contra el “fantasma” del caos y la revuelta sociales, superen sus
  disputas secundarias, negocien y pacten entre sí en nombre de la sacrosanta y
  velada dictadura del Capital llamada democracia.
 De hecho, en este mes
  de septiembre, una vez concluida la “primera fase” de los famosos “diálogos”,
  el gobierno ya está haciendo negocios de inversión y cálculos sobre impuestos
  a las herencias, etc. con la derecha (al fin y al cabo, entre burgueses se
  entienden).
 Mientras que con la izquierda, al parecer, ha negociado –o le ha
  orillado a- “bajarle la tensión” a las protestas e incluso a que unas caras
  visibles de ésta salgan voluntariamente a las calles a “limpiar” los “sucios”
  grafitis dejados en las paredes de Quito el 13 de agosto, como “buenos
  ciudadanos” respetuosos del orden democrático o burgués que son. ¡Qué asco!
  Eso entre otras “peleas” que no superan el marco legalista y reformista,
  igual de repudiables.
 
 
 Así queda claro
  –nuevamente- que gobierno,
  derecha e izquierda son la misma mierda capitalista con diferentes moscas.
  Los tres son nuestros enemigos de clase concretos aquí y ahora, por lo tanto
  lxs proletarixs que vivimos aquí debemos empezar a tratarlos como tales.
  Tanto en las manifestaciones callejeras como en el seno de la propia clase
  (ej.: en organizaciones sociales o “populares”)
 
 Ahora bien, ¿por qué ocurrieron tales hechos de
  violencia en las últimas protestas? A primera vista, porque las
  contradicciones y los conflictos sociales bajo este gobierno se han acumulado
  ya hasta el punto de estallar
 
 En el fondo, porque la
  sociedad capitalista es violenta desde siempre y todos los días; y porque
  –aunque no parezca- estamos
  en guerra entre
  explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos
 Toda guerra, como
  se sabe, es violenta.
 La guerra social no es la excepción.
 
 Partiendo del hecho de que violencia es privarnos a la mayoría
  de seres humanos –los proletarios- de los medios de vida; obligarnos a
  trabajar por un salario, o sea a ser explotados en beneficio de otros -los
  capitalistas-, para adquirir esos medios, cada vez más caros; llegar a fin de
  mes con las justas o no llegar, lo que a su vez obliga a asfixiarse en deudas
  con sus bancos; desemplearnos y subemplearnos, es decir usarnos y desecharnos
  a su antojo como si fuésemos cosas, simples mercancías; matarnos o dejarnos
  morir de hambre, de enfermedad o de locura en sus calles, sus hospitales y
  sus psiquiátricos; tener que elegir a nuestros chupasangre y verdugos de
  cuello y corbata cada cuatro años en sus urnas; vigilarnos, perseguirnos,
  reprimirnos, encarcelarnos, “desaparecernos” o asesinarnos si nos rebelamos
  contra su o rden de cosas.
 Todo lo cual ocurre en democracia. Pero también
  las insultantes desigualdades entre ricos y pobres, las leyes, las cárceles,
  el sistema “educativo”, la moral y las “buenas costumbres”, las religiones,
  el bombardeo diario de noticias, marketing y shows, el consumismo, la miseria
  en las calles, la “crónica roja”, el transporte urbano, la rutina gris,
  monótona y absurda...
 
 
 Toda esta violencia
  sistémica y cotidiana es
  el
  capitalismo; la burguesía nos violenta a lxs proletarixs, todos los días y de
  múltiples formas, para mantener su riqueza y su poder a costa y en contra
  nuestra
 Quien monopoliza y
  ejerce esta violencia, este terror de la clase dominante es el Estado, a
  través de la policía.
 
 Por
  eso ésta protege con
  dientes y colmillos la propiedad privada, los negocios y los edificios
  estatales; es el perro guardián de los ricos y poderosos.
 Que quede bien claro,
  entonces: la única razón
  de existir y, a la vez, la única función de la policía es reprimir –lo que
  incluye tortura y asesinato- la protesta y la rebelión contra el orden
  capitalista, al cual debe mantenerlo o, dado el caso, restablecerlo por la
  fuerza; la policía, entonces, es esencialmente violenta o “brutal”.
 El único terrorista en realidad es
  el Estado capitalista.
 
 De allí que ¡el gobierno y
  los medios de comunicación se pasan de hipócritas al quejarse y llamar a
  compadecerse de los “pobrecitos” chapas heridos! Nada dicen de los cientos de
  manifestantes detenidos y heridos por la policía nazional. ¡Solidaridad y Libertad presxs
  políticxs y amotinadxs! (A pesar y más allá de las diferencias y
  distancias “ideológicas” con ellxs –valga decirlo.) Cae en lo mismo al
  ensalzar sus “diálogos” y, a la vez, condenar la violencia anti-policial, a
  la cual “nada la justifica” sino que incluso “puede destruir la unidad de
  nuestro país”. Después de cómo este gobierno tan socialista y tan cristiano
  reprimió las protestas de agosto, tal discursillo no es otro que el de “tirar
  la piedra y esconder la mano”
 
 El gobierno nos reprime
  y sus medios nos mienten a fin de mantenernos engañados y dominados Por su parte, al terrorismo del Estado burgués los
  ciudadanos de derechas e izquierdas lo llaman y aprueban como “uso legal y
  legítimo de la fuerza”, mientras abogan por la protesta pacífica
 
 En
  realidad, el pacifismo
  ciudadanista es la otra cara del terrorismo estatal; al no reconocerlo ni
  combatirlo, lo justifica y lo complementa. Pero cuando lxs de abajo nos
  atrevemos a responder con nuestra violencia a la violencia que recibimos a
  diario de los de arriba, entonces nos acusan de manera cobarde, cizañosa y
  estúpida de “infiltrados”
 ¿Infiltrados? Lxs
  que no somos dueñxs de nuestras vidas y lo sabemos, lxs que estamos hartxs de
  ser esclavxs asalariadxs y nos rebelamos, lxs que no tenemos nada que perder
  más que esta pseudo-vida miserable de mierda, es decir, lxs proletarixs somos
  capaces de luchar contra el sistema capitalista sin intermediarios ni
  representantes, somos capaces de autoemanciparnos
 
 No mendigando ni
  negociando a los capitalistas y sus políticos, sino recuperando, arrebatando,
  atacando y destruyendo todo lo que sea necesario para conseguirlo. Empezando
  por nuestra propia condición de clase explotada y oprimida, pues no
  constituye ningún orgullo ser proletarixs, sino que es una maldita realidad
  social impuesta de la cual queremos y luchamos por liberarnos.
 
 Por lo tanto, expresamos
  nuestro malestar de clase generado por este sistema afuera y en contra de todas las
  instituciones políticas y sociales del Capital-Estado, en este caso afuera y en contra del gobierno, de
  la derecha y de la izquierda del capital por igual
 
 Con nuestros propios
  objetivos y métodos de lucha de clase (necesidades materiales concretas, la
  acción directa y espontánea), no con los de la burguesía y la
  socialdemocracia: marchas pacíficas, demandas legalistas (“archivo de las
  enmiendas constitucionales”), frentes, elecciones, etc. “Las herramientas del
  amo no pueden desmantelar la casa del amo”
 
 Si usamos la
  violencia, es porque así respondemos a la violencia cotidiana de este sistema
  contra nuestra clase, y porque así reivindicamos nuestra humanidad y dignidad
  contra la propiedad, la mercancía y la policía, o sea contra lo que nos priva
  de los medios de vida, nos mercantiliza y nos reprime.
 
 Si usamos capucha
  no es por cobardía (al contrario), sino por anonimato o seguridad, y porque
  la capucha nos iguala en la lucha, nos hace un solo -aunque múltiple- cuerpo
  emancipado, lanzado a las calles.
 Por lo tanto, ¡no
  somos “infiltrados”, así como tampoco somos ciudadanos! ¡Somos proletarixs
  que hemos asumido en la práctica que estamos en guerra contra todo este
  sistema capitalista, sus defensores (la derecha y el gobierno) y sus falsos
  críticos (la izquierda)!
 Somos ni más ni
  menos que algunxs del montón que un día o una noche decidieron salir del
  rebaño y mostrarle sus colmillos al opresor.
 
 Detrás de las capuchas, no
  estamos sólo “nosotros”, sino una expresión de la rabia social proletaria, la
  de muchxs otrxs proletarixs cabreadxs contra este sistema –aquí y en todas
  partes-. Encarnamos
  la negación y la destrucción de esta sociedad inhumana y asesina que nos
  niega y destruye a diario.
 
 Mas no
  representamos ni queremos representar a nadie. Tampoco luchamos por reformas
  políticas ni por “mejoras” económicas parciales, que no son más que retoques
  cosméticos y migajas de la explotación y dominación capitalista. Luchamos por
  recuperar y cambiar nuestras vidas, así como por contribuir a que lxs otrxs
  proletarixs también lo hagan, a fin de dejar de ser explotadxs y oprimidxs, y
  ser sólo humanxs
 Ni más ni menos.
 Lo
  cual sólo será posible realizarlo como clase mediante la destrucción
  superación revolucionaria del capitalismo, de la sociedad de clases
 
 De manera
  consciente, organizada y mediante la acción directa, luchamos y lucharemos
  por la revuelta, la insurrección y la revolución social mundial. Luchamos y
  lucharemos por el comunismo y la anarquía, que no es más que el “programa
  histórico” de autoemancipación -y autosupresión revolucionaria- de nuestra
  clase; la necesidad y el proyecto histórico –de siempre- de comunidad y de
  vida para la especie humana y todas las demás especies
 
 ¿Infiltrados?
 
 Infiltrados los burgueses
  y derechistas en las altas esferas de este gobierno “socialista del siglo
  XXI”, donde gestionan sus intereses capitalistas comunes mediante grandes
  negocios y secretas alianzas. Infiltrados los correístas y sus agentes
  policiales en las organizaciones sociales, donde hacen “inteligencia” y ni
  así dejan de perder hegemonía –y, por ende, convocatoria. Infiltrados los
  periodistas sapos en las protestas, pues “la prensa apunta, la policía
  dispara”. Y obvio que siempre ha habido y hay policías de civil o “tiras”
  infiltrados, provocadores, etc., en las mismas, pero no es tan difícil
  reconocerlos: el cerdo, aunque se vista de civil, cerdo se queda. A todos
  estos despreciables personajes habrá que identificarlos, denunciarlos y
  ajusticiarlos al calor de la lucha callejera. Los ciudadanos de “clase
  mierda” que actúan como policías, también deben ser tratados como tales...
 
 A pesar de que hoy los
  imbéciles de derecha y de izquierda nos “linchen mediáticamente”, nos
  estigmaticen y nos pretendan aislar como “infiltrados” –cosa que ya hemos
  rechazado-, lxs
  proletarixs en guerra seguiremos existiendo, resistiendo y atacando,
  “destruyendo y sembrando” para ser más fuertes, así como también para llegar
  a ser más (porque estamos segurxs que no somos ni seremos lxs
  únicxs proletarixs cabreadxs con toda esta mierda de sistema que soportamos a
  diario); y entonces le
  asestemos golpes más certeros, contundentes y mortales al Capital-Estado.
 
 Será cuestión de tiempo... y de agudización de la crisis y la lucha de
  clases, de la cual somos una parte y una expresión. Será cuestión de tiempo
  para que les digamos –con las mismas e inmejorables palabras del compañero Di
  Giovanni allá por los 30-:
 “Desde hoy, cara a
  cara, mostrando los dientes al enemigo. Desde hoy, temidos y no humillados.
  Desde hoy, en estado de guerra contra la sociedad burguesa. Todo, en el
  actual mundo capitalista, es indignidad y delito; todo nos da vergüenza, todo
  nos causa náuseas, nos da asco. Se produce, se sufre y se muere como un
  perro. Dejad, al menos, al individuo la libertad de vivir dignamente o de
  morir como hombre, si vosotros queréis agonizar en esclavitud. El destino del
  hombre, se ha dicho, es aquel que él mismo se sabe forjar; y hoy no hay más
  que una alternativa: o
  en rebeldía o en esclavitud.”
 Proletarixs: mientras
  tanto, recordemos y recordémosles a nuestros enemigos los burgueses (que hoy
  están dentro y fuera del gobierno, que son de derecha y de izquierda) que “miles de veces nos han derrotado,
  seducido, engañado, comprado, de todas ellas hemos aprendido... Sí: estamos
  derrotados, estamos disgregadas, estamos desmoralizados, pero aprendemos
  rápido.
 
 Tomamos nota de nuestras
  debilidades pero también de nuestras potencialidades... Lo queremos todo y
  tarde o temprano nos lanzaremos a arrebatárselo, ya que algo tan simple como
  dejar de ser mercancía en sus manos no lo vamos a conseguir con sus reformas
  y democracias, con votos e ilusiones, con [diálogos y] empoderamientos que
  dejan intacto el poder... De momento están tranquilos... pero todo tiene un
  límite.” La mejor manera de recordárselo es/será luchando.
 
 Proletarixs: dejemos de
  agredirnos y destruirnos entre nosotrxs mismxs, entre hermanxs de clase;
  seamos violentxs y destructores solamente contra quienes nos explotan y
  dominan: la burguesía, su Estado y sus reformadores… Respeto, solidaridad,
  unión, complicidad, amor entre nosotrxs. Odio, violencia, terror, muerte al
  enemigo.
 
 Y no es que estemos
  haciendo apología ni mucho menos fetichismo de “la violencia por la
  violencia” ni de los encapuchados como si fuesen anti-héroes lumpen o algo
  así. No, que quede claro. (La lucha proletaria se hace con o sin capucha, y
  la acción directa no es sólo la violenta.) Estamos mostrando y explicando que
  la sociedad de clases es y será violenta por naturaleza y hasta que
  desaparezca. Mientras tanto, estamos en guerra de clases.
 
 Que el capitalismo es violencia y que el Estado es quien la monopoliza y
  ejerce, por eso el Estado es el mayor terrorista de la historia.
 
 Que “mientras exista
  miseria, habrá rebelión.”
 
 Que, en última instancia, sólo mediante la violencia revolucionaria nuestra
  clase proletaria (“ejércitos de amarguras”, “clase insurrecta mil tormentos”)
  podrá derrocar a la clase dominante y salir del espectacular fango en la que
  aquella nos mantiene.
 
 En fin, que “absolutamente
  todo este sistema está organizado en base a la violencia… Por otro lado,
  nosotros queremos un mundo de paz, fraternidad y solidaridad. Entonces, sólo
  nos permitimos el uso de la violencia para defendernos hasta el día en que
  cambie la Historia.”
 
 Por todo lo anterior, llamamos a todxs lxs proletarixs,
  especialmente a lxs
  jóvenes proletarixs que ya están en pie en lucha –así no se
  identifiquen como tales-, de distintas “tendencias ideológicas”, que ya le
  “joden” al sistema todos los días como pueden, con quienes hemos confluido en
  la acción callejera, a
  superar la dispersión, el aislamiento, el gueto, así como los prejuicios,
  confusiones y barreras ideológicas; a estrechar lazos de confianza y afinidad
  en base a la acción pero también en base a la discusión y la reflexión (para
  la acción); a la articulación, al reagrupamiento; a juntar rabias y fuerzas
  (pero también alegrías y goces); a asumir que si tenemos un enemigo común y
  algunas ideas y prácticas comunes en la guerra social –y en lo individual- es
  porque somos
  una misma clase: el proletariado, “el negativo del obrero en la
  sociedad actual”, un sujeto multiforme de naturaleza negativa y destructora, que se afirma en su negación, que se
  asume como tal para negarse y autosuprimirse como clase, para dejar de serlo; es decir, porque a esta sociedad
  burguesa que lo niega y destruye a diario en tanto que humanidad no tiene
  nada que “aportarle” más que su total destrucción; porque para volver a ser
  humanidad y naturaleza, debe abolir su condición de clase explotada y
  oprimida mediante la revolución social, lo que significa la abolición de la
  sociedad de clases misma
 
 Así como también la liberación
  total de todos los tipos de explotación y opresión (incluida
  a la naturaleza)
 
 Pero todo esto sólo será
  posible mediante la guerra
  de clases revolucionaria. Por lo tanto para hacerle la guerra y golpear
  realmente a nuestro enemigo común (el Capital, el Estado y la
  socialdemocracia, quienes nos quieren divididos y debilitados) hasta que
  caiga, debemos reconstituirnos y fortalecernos como clase, ser fuerza; al
  menos, ser una (minoritaria) fuerza dentro de la clase
 
 En este sentido, y por
  el momento, lxs proletarixs en lucha contra el enemigo común podemos “caminar por separado” –como
  los dedos de las manos-, pero es necesario “golpear juntos” –como los puños-.
 Asimismo, llamamos a todos lxs proletarixs, en
  especial a lxs jóvenes y “estudiantes”, a no tragarse las mentiras que
  vomitan todos los medios de comunicación: estatales, privados
  y “alternativos”
 
 En especial, a no
  creerles que ellos son “los buenos” y los “infiltrados” “los malos”. Ellos
  sólo pretenden mantenernos desinformados, engañados, ideologizados, vendados
  y aborregados en función de sus mezquinos intereses políticos capitalistas
 
 Y sobre todo, lxs
  llamamxs, en caso de estar todavía enjaulada y confundida su rabia proleta
  dentro de organizaciones pseudorevolucionarias, reformistas y oportunistas de
  izquierda que sólo los utilizan como carne de cañón (como algunos hermanos de
  clase en Plaza Chica y San Francisco, y con quienes nos hemos encontrado del
  mismo lado de la barricada en las calles); lxs llamamos -decíamos- a desbordar y a romper con
  ellas, a auto-organizarse y luchar de manera directa por sus propios
  intereses, necesidades y deseos humanos
 
 Tanto en la vida diaria como en las protestas callejeras que vengan de aquí
  en adelante. (“La revolución siempre ha sido y será joven.”)
 
 Lo mismo para que las
  “masas” que se encuentran encorraladas en esas organizaciones de izquierda,
  pero que repiten acríticamente las consignas de la derecha (“fuera
  Correa-fuera”), dejen de hacerlo y más bien empiecen a gritar con voz propia:
 “¡Fuera Correa, burgueses y políticos!”,
 “¡Que se vayan todos!”, “¡No
  queremos migajas, lo queremos todo!” (Y si no, “lo quemaremos todo, sí, lo
  quemaremos todo...”); para que se vuelvan incontrolables, indómitas; para que
  dejen, precisamente, de ser “masas” y luchen como clase, esto es como fuerza
  autónoma y antagonista (lo cual nunca es “puro” o “ideal”, pero es).
 
 Solamente una fuerza social de tal naturaleza evitará que el gobierno y la
  derecha sean los grandes beneficiarios políticos de la situación actual (lo que
  desgraciadamente es lo más probable), y que la izquierda siga desviando las
  protestas masivas hacia simples reformas que no afectan sino que refuerzan el
  sistema capitalista (lo que también va a seguir pasando). Ya va siendo hora
  de que nuestra clase salga a luchar “a por todo” (tarde o temprano, la crisis
  la empujará a ello), alterando así el orden capitalista-estatal-ciudadano y
  evitando que vuelva a la normalidad, a la espectacular y violenta normalidad
  del Capital.
 Sea como fuere, a medida
  que en este país se agudice la crisis, las desigualdades y los conflictos
  sociales, la violencia social –y política- también experimentará una
  escalada.
 La lucha de clases no se hace –nunca se ha hecho- con piropos ni
  con flores, menos aún en tiempos de crisis, austeridad, protestas, represión,
  guerra social, como es el presente.
 
 Proletarixs:
  asumamos que estamos en guerra y actuemos en consecuencia
 
 En la guerra, hay que
  estar armadxs y preparadxs. Entonces, armemos nuestras mentes con teoría
  revolucionaria (comunista y anarquista) mediante la autoformación (individual
  y colectiva): el programa revolucionario y la conciencia de clase son armas
  necesarias y prácticas. Y armemos nuestras manos con todos los materiales que
  sean necesarios para enfrentar el terror estatal capitalista: capuchas,
  molotovs, palos, piedras, llantas, gasolina, fuego, latas de espray, puños,
  patadas, panfletos, lienzos, gritos, escupitajos...
 Teniendo presente que en estos momentos nuestros enemigos visibles en las
  calles son –serán-: policías, ciudadanos –de cualquier bandera- que actúen
  como sapos y como policías, políticos de derechas e izquierdas y periodistas
  sapos.
 
 Enemigos no en tanto que personas o grupos más o menos despreciables, sino en
  tanto que agentes todos ellos de las relaciones de explotación y dominación
  capitalista que ya estamos hartxs de soportar y que por eso queremos combatir
  y destruir.
 
 Todo esto, con el arma de la organización autónoma para la lucha frontal y
  multiforme contra este sistema, sus defensores y sus falsos críticos.
 Así pues, proletarixs
  cabreadxs, en lucha y “sin partido”: juntemos
  fuerzas y agitemos por el desborde y la ruptura proletaria dentro y fuera de
  las protestas, de múltiples formas y sobre todo en contenidos, mediante la
  palabra y la acción.
 Agitemos para agudizar el antagonismo de clases en las
  calles y en todos lados. Llevemos gasolina al fuego y fuego a la pólvora de
  la guerra social contra el Estado y el Capital.
 
 (En las calles, además, veremos quiénes estamos del mismo lado de la
  barricada y quiénes están del otro lado de ella.
 
 Allí juntaremos fuegos o separaremos aguas.)
 
 Proletarixs:
  para las próximas protestas callejeras, organicémonos de manera independiente
  y combativa, afuera y más allá de las marchas de los ciudadanos-borregos
  tanto de derecha como de izquierda; en caso de darse, respondamos a sus
  agresiones (verbales y físicas) de la misma manera e incluso con más fuerza;
  y, sobre todo, ataquemos al enemigo donde y cuando no seamos esperadxs…
 
 ¡A romper la paz
  social burguesa y ciudadana! ¡Fuego a la policía y a la mercancía! ¡Fuego al
  Estado y al Capital! Pero hagámoslo de manera inteligente y segura.
  Aprendamos de nuestros propios errores cometidos y de experiencias de
  compañerxs de otras latitudes.
 Preparémonos
  luchando, combatiendo en las calles.
 
 Aprendamos también de lxs hermanxs de
  clase “indígenas” de Macas durante las últimas protestas, quienes usaron una
  vieja táctica de lucha de lxs oprimidxs de estas tierras: el sorpresivo
  asedio a las instituciones estatales, y luego el ataque frontal al aparato
  represivo del Estado de los patrones.
 
 Proletarias
  hormigas urbanas, por nuestra parte: a “morder y huir” al enemigo, desde
  distintos y en inesperados puntos, cada vez más y mejor, procurando hacerlo
  como un solo puño-una sola clase. En primer lugar, entonces, desarrollemos
  autonomía de clase: nuestros propios objetivos y métodos de lucha para
  satisfacer nuestras propias necesidades humanas. Sin representantes ni
  negociaciones ni reformas.
 Rompamos con la
  socialdemocracia, con el reformismo y el oportunismo de izquierdas (y de
  derechas).
 No pidamos migajas, vamos por todo. No luchemos por sus intereses,
  luchemos por nuestras vidas.
 Como parte de esta
  ruptura y autonomía, desarrollemos también capacidad combativa e incluso
  insurreccional (indicios de lo cual hubo precisamente en Plaza Chica y
  Macas), de aquí en adelante, cuando y como sea posible, al calor de la lucha
  callejera.
 
 Encendamos así
  las primeras chispas de un futuro incendio de rebelión generalizada que ni
  burgueses ni políticos ni reformistas ni ciudadanos de mierda puedan
  apagar...
 
 En síntesis: asumamos
  que estamos en guerra y que estamos derrotadxs, es decir débiles y divididxs,
  sin autonomía ni proyecto o “programa” propio, como clase; pero, a la vez,
  asumamos que estamos despertando, reaccionando a los ataques del enemigo de
  clase, alcanzando incluso a darle unos cuantos contragolpes; entonces
  levantémonos, pongámonos de pie, aprendamos de los errores, superemos la
  derrota, confiemos solamente en nuestras propias capacidades como clase,
  luchemos por nuestras necesidades humanas (las cuales tarde o temprano entran
  en abierto antagonismo con las necesidades del Capital o de la economía), sin
  intermediarios ni representantes, autoorganicémonos afuera y en contra de
  todos los partidos, sindicatos e instituciones burguesas, desbordémoslas,
  rompamos con ellas, rearticulémonos y rearmémonos como clase, es decir como
  fuerza autónoma antagonista y destructora del Capital y e l Estado; y, al
  mismo tiempo, como el germen o la portadora de la sociedad sin explotadores
  ni explotados, sin estados ni patrias, de la comunidad humana mundial.
 
 Proletarixs: luchemos de
  esa manera, y en las calles nos encontraremos y sumaremos fuerzas contra
  nuestros enemigos comunes.
 
 Todos ellos no podrán parar la revuelta proletaria entonces, no sólo en
  contra y más allá de este gobierno burgués-policial-ciudadano y su oposición
  de la misma ralea, sino contra todo este sistema de dominación y muerte que
  nos impide vivir una verdadera vida, sin explotación ni opresión de ningún
  tipo; una vida libre y plena en comunidad humana-natural real, donde la
  violencia ya no sea necesaria; una vida que sólo podremos conquistar y
  disfrutar mediante la lucha anticapitalista y antiestatal por la abolición de
  la sociedad de clases y la liberación total.
 
 “Hasta entonces, sólo
  habrá guerra.” “Guerra al Capital hasta
  que caiga”.
 
 
 
 
¡Ni Gobierno ni Derecha ni Izquierda! ¡Que Se Vayan
  Todos! 
 
¡Abajo el Capitalismo y el Estado! ¡Abajo el Reformismo
  y el Pacifismo! 
 
¡Autonomía, Antagonismo y Acción Directa Violenta! 
 
¡Por el Desborde y la Ruptura Proletaria! 
 
¡Por la Revuelta y la Revolución Social! 
 
Proletarixs en Guerra Hasta Dejar de Serlo 
Región ecuatoriana,
  octubre 2015
 
 
 
-
  postaporteñ@ 1487 -
  2015-10-16  
 
 
 | 
  | 
   
Epistemologías de la Libertad:Entrevista con un joven revolucionario kurdo
por Eleanor Finley.
  Fuente: Instituto de Ecología Social
 
 En el último año, la
  pequeña ciudad siria de
  Kobanê y
  su revolución no estatal de liberación de género, ha captado la atención de
  la izquierda de todo el mundo. La siguiente entrevista fue realizada a
  Sherhad Naaima, un joven revolucionario de Kobanê y estudiante del pensamiento de
  Ocalan.
  Ofrece un breve relato de sus experiencias, así como algunas reflexiones
  sobre la Revolución ecológica y social en el Kurdistán sirio, y la reciente
  traición turca al movimiento kurdo de Turquía
 
 
 ¿Cómo fue crecer en el
  oeste de Kurdistán? ¿Qué hace tu familia?
 
 Nací en 1991 en una familia kurda en un pueblo fuera de Kobanê. Kobanê es una
  parte de la Gobernación de Alepo en Siria. Mi padre es un trabajador, pero no
  pudo encontrar un trabajo en Kobanê, así que mi familia viajó a Damasco. Allí
  estudié literatura inglesa en la Universidad de Damasco y mi hermano mayor se
  convirtió en periodista. Pero una vez que la guerra y la violencia surgieron,
  dejamos nuestros estudios y regresamos a nuestra aldea.
 
 En Kobanê, las PYD han
  estado tratando de establecer comunidades autogestionadas a través de
  asambleas directamente democráticos. ¿Puedes describir esto?
 
 En 2011, el pueblo se rebeló contra la dictadura de Assad exigiendo
  libertad. Los kurdos también tomaron parte de la revolución, sin embargo,
  las soluciones propuestas por la oposición para resolver la crisis marginaban
  y negaban cualquier posible solución para los kurdos. Así que el PYD tomó una
  "tercera
  posición" en la revolución, lo que significa no apoyar
  ni al régimen sirio ni la oposición, ya que tienen la misma mentalidad en
  negar los derechos de los kurdos
 
 Para el año 2012 el pueblo kurdo expulsó a las ??fuerzas de seguridad sirias
  de las zonas kurdas. Con el fin de llenar el vacío de su retirada, el PYD
  propuso un modelo de auto-administración. Este es ahora el modelo que opera
  en todo el Kurdistán occidental, en los tres cantones de Cizire, Kobanê y
  Afrin. Este tipo de administración puede ser llamado administración política
  no estatal, porque no gobierna, administra. La toma de decisiones construye
  desde abajo (el pueblo), hacia arriba. Todas las personas pueden expresarse y
  tomar decisiones en las asambleas locales y está abierto a todos los partidos
  políticos y todos los grupos étnicos. La ecología y el feminismo también son
  pilares importantes.
 
 ¿Has participado en
  las asambleas? ¿Qué tan extendidas son?
 
 En primer lugar, la gente construyó las asambleas locales en todos los campos
  - económicas, educativas, culturales, sociales, seguridad y servicios
  públicos. Estas asambleas se establecieron mediante elección directa y la
  democracia cara a cara la democracia como política se convirtió en una parte
  de la vida de todos. He participado en las asambleas y traduje artículos y
  reportajes del inglés al árabe, cuando estaba en Kobanê.
 
 También es importante tener en cuenta que las sociedades sin ningún mecanismo
  de autodefensa pierden su identidad, su capacidad para la toma de decisiones
  democráticas y su naturaleza política.
 Por lo tanto, con el fin de proteger a estas asambleas, se fundaron las
  Unidades de Protección Popular (YPG). Este ejército popular funciona como una
  rosa que se protege con espinas; se compone de hombres y mujeres de la
  localidad y se encuentra bajo el control de las asambleas democráticas. La
  diferencia entre esto y un ejército es que no está compuesto por un partido,
  sino por todos los miembros de la sociedad. Porque si un solo partido
  controla el ejército, es como poner un hígado frente a un gato hambriento.
 
 ¿Cómo te enteraste de
  la ecología social?
 
 En 1999, cuando Ocalan fue secuestrado en Kenia, fue un punto de inflexión en
  mi vida. Al principio, fue una experiencia muy deprimente. Debido a esta
  experiencia me interesé en la política y la conciencia de la cuestión kurda.
 
 Después que Ocalan fue secuestrado y mantenido en confinamiento solitario en
  la isla de Imrali, comenzó a pasar gran parte de su tiempo leyendo libros
  políticos y filosóficos con el fin de encontrar una solución pacífica a la
  cuestión kurda. Allí en la cárcel, fue influenciado por los grandes
  pensadores y filósofos como Murray Bookchin, Immanuel Wallerstein, Vere
  Gordon Childe, Fernand Braudel, Friedrich Nietzsche, Michel Foucault, y la
  Escuela de Frankfurt. Cuando leí los libros de Ocalan que fueron escritos en
  la cárcel, me familiaricé con las ideas de estos pensadores que habían
  influido Ocalan - especialmente Bookchin porque ofreció la solución y
  alternativa que Ocalan estaba buscando. De esta manera, las ideas de Bookchin
  están ganando popularidad en el Medio Oriente a través del PKK en Turquía y
  el PYD en Siria. Sin embargo, no es muy famoso como individuo porque sus
  libros no son traducidos al árabe.
 
 ¿Cuál crees que es la
  principal contribución de la ecología social al movimiento?
 
 En los últimos dos siglos, el nacionalismo y la tendencia de los
  estados-nación se han alentado en las sociedades de Oriente Medio. Esta forma
  de Estado, cuyo objetivo es la monopolización de todos los procesos sociales,
  se impuso sobre el Oriente Medio por la modernidad capitalista. Dado que el
  Estado-nación tiene como objetivo crear una única identidad nacional, una
  sola identidad cultural, y una sola religión unificada, la diversidad y
  pluralidad deben ser destruidas. Este enfoque ha dado lugar a la asimilación
  y genocidio de un tipo  espiritual, intelectual, y de tradiciones
  culturales. Sin embargo, una forma tal de Estado no puede resolver las
  cuestiones y problemas en el Medio Oriente, debido a que el Medio Oriente es
  multiétnico, multicultural y multirreligioso.
 
 En el pasado, el Movimiento Kurdo buscaba un Estado-nación kurdo separado,
  sin embargo, después de leer las ideas de Bookchin esta ideología ha
  cambiado. Los kurdos han tomado conciencia de que el Estado-nación no tiene
  sentido, porque no quieren reemplazar viejas cadenas por otras nuevas e
  incluso, posiblemente, aumentar la represión. La ecología social propone el
  comunalismo [el aspecto político de la filosofía de Bookchin] como una
  alternativa a la nación-estado. Ahora, los kurdos en el Kurdistán
  occidental están poniendo el comunalismo en práctica. Cuanto más fuerte
  se hace el comunalismo, más se reducirá el Estado-nación, y a menos que el
  Medio Oriente supere el Estado-nación, nunca podrá ser una región pacífica.
 
 ¿Por qué ahora Turquía
  ha "traicionando" su acuerdo con los kurdos?
 
 Para entender por qué Turquía, con la ayuda de los EE.UU. y la OTAN, ataca
  ahora al Movimiento Libertad Kurda, debemos repasar la historia del estado
  turco. En los años 1960 y 1970, cuando la izquierda ganó fuerza y ??se
  extendió ampliamente en Turquía, los EE.UU. y la OTAN establecieron y
  respaldaron un nuevo modelo en Turquía, que Ocalan llamado "turquismo
  verde", es un matrimonio entre el nacionalismo autoritario turco y
  el  Islam. Luego tuvieron un hijo monstruo llamado el AKP (Partido de
  Turquía Presidente Erdogan, Justicia y Desarrollo). Su principal objetivo era
  luchar y aplastar a la izquierda en Turquía y Oriente Medio. Así que ahora
  Turquía no sólo toma por blanco a la oposición kurda, sino también la
  ideología de izquierda, sobre todo la izquierda con una teoría coherente que
  pueda ser una alternativa democrática en el Medio Oriente. La izquierda
  internacional debe ser consciente de este hecho
 
 ¿Qué diferencias
  internas hay entre los kurdos, en Kurdistán occidental?
 
 Barzani en Irak y el PDK en Siria tienen un amplio apoyo de los EE.UU. y
  sus aliados internacionales, mientras que el PKK en Turquía es villanizado
  por buscar básicamente el mismo tipo de autonomía.
 
 Las diferencias internas dentro de los kurdos pueden entenderse en dos
  partes. Una parte - el PKK y el PYD - están trabajando contra el capitalismo
  y tratando de lograr un modelo democrático mediante el desmantelamiento de la
  mentalidad estatalista. Este nuevo modelo es alimentado por la herencia de
  pensamientos libres y filosofías a través de la historia. Y la  otra,
  representada por Barzani, acepta el estado y busca la respuesta dentro de los
  límites del capitalismo. Así que la diferencia es ideológica. Sin
  embargo, también es importante mencionar que el PKK y el PYD todavía tienen
  corrientes autoritarias, que deben ser superados por la lectura atenta de la
  obra de Ocalan y otros pensadores anarquistas.
 
 ¿Por qué la izquierda
  en Occidente no ofrece más apoyo a la lucha kurda?
 
 Creo que la izquierda funciona y actúa dentro de los límites de la
  epistemología capitalista (cientificismo, orientalismo, reduccionismo,
  eurocentrismo, positivismo, etc.) Esta epistemología se basa en la
  distinción sujeto-objeto y se refleja en diversas dicotomías tales como
  cuerpo-espíritu, oeste-este en blanco y negro, de norte a sur, etc. Bajo
  tales distinciones, cobran más fuerza sobre la sociedad la jerarquía y la
  explotación de la naturaleza y la ganancia, que en otras épocas de la
  historia.
 Es así que la izquierda se aproxima a la cuestión kurda con una epistemología
  capitalista, y por ello carecen de una comprensión profunda de la cuestión
  kurda.
 Otro resultado es que la izquierda está a menudo fragmentada, no
  sistematizado, y no logra establecer una teoría coherente y racional que
  pueda unificar la lucha y ser una alternativa al sistema capitalista mundial.
 Es muy triste decir
  que la izquierda es izquierda en el corazón, pero capitalista en la mente, ya
  que  carga con concepciones capitalistas.
 
 ¿Puedes dar un ejemplo
  de esto?
 
 Sí. ¿Por qué hubo tantos izquierdistas norteamericanos y europeos
  sorprendidos por las mujeres kurdas combatientes? Esto es porque en sus
  mentes, el Oriente Medio sigue siendo "atrasado", y esta dualidad
  entre el Este y el Oeste es la raíz del orientalismo.
 Para superarlo, hay que ver la sociedad como un desarrollo orgánico. La
  historia es un río, no se puede cortar. No tenemos Oeste o Este, sino más
  bien la historia que se está moviendo y conteniendo toda la cultura humana.
 
 Para romper con la epistemología capitalista, la izquierda tiene que bucear
  más profundamente en la historia oculta y revivir sus propias tradiciones de
  libertad y la idea de una utopía de la libertad. A continuación, debe
  construir una teoría integral proporcionada por la unidad de las ciencias
  naturales y las ciencias sociales.
 Esa nueva teoría que se puede llamar 'epistemología de la libertad",
  que puede servir como un contra-conocimiento para la epistemología
  capitalista.
 
 (Eleanor Finley es una
  investigadora etnográfica que trabaja en antropología y ecología política.
  Actualmente es estudiante de posgrado en la Universidad Amherst de
  Massachusetts, y miembro del consejo del Instituto de Ecología Social)
 
 
 
envióFMoyano 
postaporteñ@ 1487 -
  2015-10-16
 
 
 
 www.postaportenia.com.ar
 
 http://postaportenia.blogspot.com
 
 https://twitter.com/postaportenia
 
 info@postaportenia.com.ar
 
 
 La Posta Porteña
  Garcia
 
 
 https://www.facebook.com/profile.php?id=100009506409176
 
 | 
No hay comentarios:
Publicar un comentario