Ecuador:
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Diferentes escenarios posibles, un solo camino para el
proletariado
La historia de la lucha de clases demuestra que hay situaciones en las que el látigo de la contrarrevolución, en este caso de la contrarrevolución ciudadana -y sus inseparables acompañantes: la derecha y la izquierda del capital-, también puede hacer reaccionar al caballo salvaje de la lucha y la revuelta proletaria. Las medidas de austeridad que el actual gobierno ecuatoriano está comenzando a poner en marcha acaso sean una bomba de tiempo que le estalle en la cara en este sentido, y quizá el primer chispazo real lo tengamos con el alza real de los pasajes... como en Brasil [21] El escenario posible más inmediato y factible es que este gobierno se blinde, agazape, enquiste, “derechice” y “fascistice” aún más. La “radicalización”... de la contrarrevolución ciudadana, de la “restauración conservadora” que hoy lidera Por eso, entre otros factores, es que el gobierno y sus corifeos a sueldo andan haciendo eco de la “reelección” de Correa en las elecciones presidenciales del 2017 –en las que de seguro participarán tanto la oposición de derecha como la de izquierda-, las cuales incluso podrían adelantarse para el efecto, porque ya no es tan seguro que el carismático y showman Correa vuelva a ganar en las urnas (un sueño húmedo que se la va tornando pesadilla a este “rey sol” de la “banana republic” versión “ciudadana” 2.0) Al mismo tiempo, son previsibles la continuidad y el aumento de las protestas y conflictos sociales debido a las medidas de austeridad de este gobierno, acaso el “regreso” de la lucha de clases. Pero aún en ese caso, el gobierno y las oposiciones de derecha y de izquierda por igual harán todo lo posible para desviar y transformar la lucha de clases en pugna intercapitalista, como ha sucedido y sucede en todas partes Otro posible escenario a partir de la situación actual es que la derecha tradicional (hoy reciclada o “tuneada”) se fortalezca y gane terreno, incluso que recupere el poder político de aquí a unos años –ganándole electoralmente a las izquierdas para el efecto-. De hecho, esta sería una de las estrategias del sistema para desviar y transformar la lucha de clases en una nueva pugna interburguesa. Pero no sería novedad ni tendría por qué ser el actor principal. Las protestas y conflictos sociales seguirán y en aumento, acaso el “regreso” de la lucha de clases. Y sobre todo, tenga la máscara o la apariencia que tenga (de izquierda o de derecha, civil o militar, hombre o mujer, blanco o indígena o negro, laico o religioso, etc.), el enemigo de nosotros lxs proletarixs siempre será el mismo: el Capital-Estado. Y ;mientras haya miseria, habrá rebelión” En síntesis, en cualquiera de los escenarios anteriores: pugna intercapitalista entre gobierno y oposición, entre izquierdas y derechas. Pero, al mismo tiempo, continuidad y aumento de las protestas y conflictos sociales espoleadas por las medidas de austeridad, acaso una reemergencia de la lucha de clases propiamente dicha, no obstante amenazada de ser desviada, encuadrada y anulada precisamente por aquella pugna política interburguesa Ahora bien, no es que no hayan existido conflictos bajo este régimen o durante los últimos años; han existido, sí, pero el gobierno los ha sabido gestionar o gobernar: unos los ha apagado, otros los ha cooptado y otros simplemente los ha reprimido. Los sindicatos, partidos y ONGS también han cumplido su rol contrarrevolucionario de intermediarios y bomberos. Además ha habido y hay conflictos (contra las actividades extractivas, laborales, otros) que ni siquiera han salido ni salen en los medios de comunicación, que están ahí latentes, donde obviamente también meten –y meterán- sus sucias manos el gobierno así como las derechas y las izquierdas del capital Sin embargo, también es posible que, como consecuencia de todas las medidas de austeridad que está comenzando a imponer este gobierno, y sobre todo como consecuencia del mismo (sub)desarrollo capitalista en curso en este país, se avecinen nuevos conflictos o luchas de clase que se les empiecen a salir de las manos tanto a los unos como a los otros enemigos del proletariado En ese caso, lxs proletarixs tendremos que luchar con cabeza y mano propias, negando todo tipo de representantes e intermediarios (sindicatos, partidos, frentes, movimientos, ongs, etc.) por más “revolucionarios” o “compañeros” que digan ser -¡mentira!-[22], negando hacer concesiones y negociaciones con el enemigo de clase; sino, por el contrario, buscando imponer nuestras propias reivindicaciones o necesidades a la patronal y su estado. Asimismo, solidarizándonos activamente y articulándonos con los sectores de la clase que entren en lucha, pero siempre de manera autónoma –o independiente- y combativa En otras palabras, no sólo es previsible que continúen y aumenten las protestas, sino que es deseable que se generalicen y se radicalicen con el tiempo. Pero en ellas los proletarios, para reivindicar y satisfacer nuestras necesidades reales de clase, tendremos que hacerlo como clase, es decir conquistando nuestra autonomía en la misma lucha, rompiendo con la pugna interburguesa entre gobierno y oposición tanto de derecha como de izquierda, y avanzando hacia una lucha realmente anticapitalista, revolucionaria. Sólo así el proletariado reemergerá como tal y se reconstituirá como una fuerza real en este país En esa perspectiva, a lxs proletarixs –en especial a los jóvenes proletarios- que hoy en día aún se encuentran encuadrados o atrapados en organizaciones de la izquierda del capital de cualquier tipo (incluidas las dizque “marxistas” y “anarquistas”), no tenemos más que decirles que duden, cuestionen y rompan con sus dirigentes, sus organizaciones y sus ideologías. Que se organicen y luchen por fuera y en contra de ellas, como parte de la lucha proletaria por fuera y en contra de todas las estructuras del capital y el estado. Que levanten sus propias asociaciones proletarias y estructuras autónomas de lucha clasista Por nuestra parte y mientras tanto, los proletarios revolucionarios –de diferentes tendencias y lugares- hemos de reagruparnos, organizarnos, resistir, prepararnos, reapropiarnos de nuestra teoría revolucionaria o nuestro programa histórico, discutir, hacer propaganda y agitar a contracorriente de todo[23]: contra el gobierno, contra la derecha y contra la izquierda del capital por igual... contra el estado y el capital; y, en cambio, por la guerra de clases, la autonomía y la ruptura proletaria, por el comunismo y la anarquía siempre,[24] aquí y en todas partes... por la revuelta y la revolución mundial (porque la revolución social será mundial o no será) No nos interesa “tener la razón” ni mucho menos ser “puros”, en lo absoluto; pero tampoco nos interesa debatir con pseudorevolucionarios o reformistas de ningún ropaje. Nos interesa que esta paz social de cementerio y este espectáculo mercantil-democrático que hoy rigen en este país se comiencen a quebrar y a caer. Nos interesa luchar, junto al resto de nuestra clase proletaria, contra esta inhumana y miserable realidad impuesta hasta lograr imponer nuestras necesidades humanas sobre las necesidades del capital y su estado No nos interesa tampoco “acumular fuerzas” para “conquistar el poder político” y así “redistribuir la riqueza” (el eterno programa socialdemócrata de mierda, en cualquiera de sus variantes). Todo lo contrario: nos interesa generar, mediante una comunidad de lucha real, las condiciones para nuestra autoemancipación, para reapropiarnos de nuestras vidas como una comunidad humana real, libre de explotación y dominación. Lo cual, a su vez, sólo llegará a ser real negando y destruyendo los fundamentos mismos de este sistema o las condiciones que lo hacen posible: la propiedad privada, la mercancía, el trabajo asalariado, el capital, el dinero, el estado, las clases sociales, las patrias, las ideologías, etc. Esto no es ut&o acute;pico o para un futuro inalcanzable: a golpes y tropezones, con limitaciones y contradicciones, pero sobre todo con fuerza y perspectiva, el proletariado internacional ya ha vuelto a abrir este camino histórico con sus luchas actuales. Y nosotros somos y seremos parte de él ¡Abajo el gobierno y la oposición de derecha y de izquierda por igual! ¡Abajo el Estado y el Capital! Proletarixs: ¡A luchar nuevamente como clase… contra clase! ¡Nada de representantes ni intermediarios! ¡Nada de concesiones ni negociaciones! ¡Autonomía, Antagonismo y Ruptura Proletaria! ¡Nada de “derechos” ni reformas! ¡Luchemos por nuestras necesidades humanas, por nuestras vidas! ¡No somos “ciudadanos” ni “pueblo”! ¡Somos el proletariado: lo queremos todo y no podrán pararnos hasta conquistarlo! Proletarios Revolucionarios Quito-Ecuador, septiembre 2014 [1] Sobre Palestina, por ejemplo, puede verse ¡Contra la masacre proletaria en Palestina por parte del Estado de Israel! [2] En realidad lo de Ferguson fue una lucha de clases con una forma racial debido a la colonialidad del poder o racismo histórico-estructural interno de EE. UU. Allí y en todo el mundo el capitalismo siempre ha sido racista. Ver Sobre la revuelta de Ferguson [3] Acaso por eso el actual gobierno ecuatoriano hoy es tan “famoso” y aplaudido internacionalmente, llegando incluso a hablarse del “modelo Correa” y “el milagro ecuatoriano” (¡Patrañas!). De modo que criticarlo radicalmente adquiere también cierta relevancia internacional [4] Recordemos que esto había quedado demostrado ya en el 2008 en Grecia, en ese entonces epicentro de la crisis capitalista y la lucha de clases mundiales, porque su gobierno de turno era un gobierno “socialista”, de izquierda... del capital. Luego, durante el 2011-2013, fue lo mismo en España. Y en el 2013-2014, en Brasil y Venezuela. Ahora, al parecer, le toca el turno a Ecuador (¡por fin!)... así como también a Chile [5] El capital no es una cosa sino una relación social cosificada con base en la propiedad privada y en la alienación, imposición y explotación del trabajo humano, personificado por el proletariado, único productor de valor y plusvalor. Su forma material por excelencia es la mercancía, sobre todo la mercancía-dinero. Y su personificación social es la burguesía. Pero ni siquiera ésta gobierna realmente el mundo, sino que sólo es la principal agente del gobierno in-humano (y antropófago) del capital sobre la humanidad proletarizada y el planeta. El capital es, por tanto, valor valorizándose, un fetiche activo, un autómata global paradójicamente autodestructivo e incluso suicida, jamás controlado por los seres humanos, quienes menos aún somos los verdaderos dueños de nuestras vidas. Seguimos en la “prehistoria humana”, en& nbsp;una sociedad autoalienada donde gobierna el fetiche-capital y no la humanidad. Por su parte, la crisis es inherente o consustancial al capital, a sus contradicciones intrínsecas y de fondo, desde la contradicción entre valor de uso y valor de cambio hasta la contradicción entre el carácter privado (y privativo) de la propiedad y el carácter social de la producción [6] Al respecto se puede leer nuestro artículo Reflexiones críticas y radicales alrededor del problema del petróleo (a propósito del “día anti-Chevrón” y del Yasuní-ITT)(que también se encuentra en “Ellos no pueden parar la revuelta” N° 1). Aquí sólo agregaremos que la industria extractiva, en especial el petróleo, hoy en día es una de las principales puntas de lanza del capitalismo mundial para solventar su crisis sistémica... pero sólo temporalmente, porque esta “cura” a la larga le saldrá “peor que la enfermedad” [7] De Goebbels, ministro de propaganda del régimen fascista alemán en el siglo XX. A través de múltiples medios y estrategias, bombardeaba a la población con propaganda estatal “hasta en la sopa”, y una de sus frases célebres es: “una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en verdad”. Cualquier parecido con el manejo del discurso por parte del actual gobierno ecuatoriano no es pura coincidencia [8] Hace un par de años, el mismo Correa hizo esta ya célebre confesión sobre su gobierno: “Básicamente estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una sociedad más justa y equitativa.” [9] Por enésima vez nos toca aclarar aquí que nosotros no reivindicamos al proletariado desde el punto de vista económico, sociológico, ideológico, etc., es decir desde el punto de vista del capital y sus ciencias sociales. Tampoco desde un punto de vista industrialista, obrerista, eurocentrista y ahistórico, es decir desde el punto de vista de la izquierda del capital. No. El proletariado es la clase social desposeída de medios de producción y que por esa razón tiene que vender su fuerza de trabajo (manual, intelectual, etc.) y ser explotada a cambio de un salario (formal, informal, por tiempo, a destajo, etc.) para poder sobrevivir. Es la personificación del trabajo humano abstracto en esta sociedad, única fuente viva creadora de valor y plusvalor, de capital, por lo que sin trabajo asalariado no existe capital. El proletariado es “la g allina de los huevos de oro” para este sistema. Entonces ¿por qué se lo niega o se dice que “ya no existe”? Porque el proletariado no sólo es una clase explotada sino también y esencialmente una clase revolucionaria, tal como la historia del capitalismo y la lucha de clases lo demuestra. El capital se basa en la producción de mercancías para obtener ganancias y no en la producción de valores de uso para satisfacer las necesidades humanas, para lo cual le niega o aliena éstas al proletariado así como le aliena o niega la propiedad sobre los medios de producción y de vida. Por lo tanto, cuando la humanidad proletarizada lucha como clase por sus necesidades humanas está luchando contra el capital. Es una lucha anticapitalista, revolucionaria. Y para resolver o superar este antagonismo de cl ases, el proletariado sólo puede y debe negar, destruir y superar toda esta sociedad basada en su esclavitud asalariada, es decir que tiene que negarse o abolirse a sí mismo de manera revolucionaria para devenir una comunidad humana real. En síntesis, ya que esta sociedad se basa en la negación del proletariado en tanto humanidad, el proletariado es en sí mismo la negación de esta sociedad, y sólo se afirma en su negación (de sí mismo como clase y de toda esta sociedad): “el proletariado es revolucionario o no es nada” (Marx). Además, al igual que el capital, el proletariado no tiene patria. Es en este sentido que reivindicamos al proletariado, y que, en algunos países como el Ecuador, todavía sigue estando ausente. Pero esto no es eterno, es temporal, más aún en este momento histórico donde el proletariado internacional –e internacionalista- ha reemergido, demostrando con su lucha que está vivo [10] Al respecto puede verse nuestra volante No se trata de cambiar de amo sino de no tenerlo (Sobre los recientes resultados electorales en Ecuador) y, de paso, nuestra otra volante ¡Contra las elecciones, contra la democracia! [11] Para que quede clara la diferencia cualitativa entre reivindicación (proletaria) y reforma (capitalista), recomendamos leer el artículo “Reivindicación y Reforma” en Comunismo N° 60 del Grupo Comunista Internacionalista. Y para una crítica revolucionaria del mito de las libertades y derechos democráticos, la primera parte del libro Contra la Democracia de Miriam Qarmat. [12] Una irónica y humorística consigna contra el “festival” del gobierno decía: “Alerta, alerta, alerta que camina... la bandeja de sánduches y la cola detrás de la tarima”. Otra decía: “La restauración conservadora está de fiesta en Carondelet” [13] Por ejemplo, en estos días el gobierno difundió por varios medios que “el Ecuador tiene la tasa de desempleo más baja del continente”, algo de por sí dudoso y cuestionable. Lo que no dice el gobierno al respecto es que han aumentado los límites de la informalidad, que hay trabajos temporales que son registrados estadísticamente como “pleno empleo”, etc. Mucho menos va a hablar de la crisis del trabajo ni tampoco de que el desempleo es estructuralmente necesario porque sin su existencia el capitalismo simplemente no podría funcionar [14] El eternamente reformista, oportunista y mafioso MPD (estalinista) hace poco fue descalificado del registro electoral, hace mucho que su brazo estudiantil no salía a protestar a las calles como antaño, y de algún modo tenía que vengarse y limpiar su nombre después de haber apoyado en sus inicios a este gobierno contrarrevolucionario, siendo incluso su fuerza de choque -así como también apoyó al gobierno “neoliberal” del coronel Gutiérrez y a otros en el pasado- [15] Es cierto aquello de que Correa se parece más a García Moreno que a Eloy Alfaro (por más que diga ser su continuador y hasta su pariente). No conforme con tratar de imponer su política económica y su discurso ideológico, quiere también imponer su moral de claro corte religioso, como si fuese el obispo o el cardenal de la tecnoburocracia capitalista y de la “ciudadanía” en este país. Ya sabemos cómo terminó García Moreno... [16] Goebbels nuevamente: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.” No, no es coincidencia ni exageración [17] No podemos negar que al ver este irritante y vomitivo show político recordamos y reafirmamos aquella canción que dice “La solución es una cámara de gas con los políticos adentro” (La Polla Records). Con los capitalistas y reformistas adentro [18] Al respecto puede verse nuestra volante 30 de septiembre del 2010: violento episodio de pugna interburguesa. Otra vez la miseria del Estado-Capital, de sus izquierdas y sus derechas. [19] La “ciudadanía” es una categoría ideológica burguesa que cree y pretende hacer creer que no existen las clases sociales con intereses antagónicos, sino que todos son “ciudadanos”: el explotador y el explotado por igual. Lo real es todo lo contrario: las clases sociales y la lucha de clases existen. Por lo tanto, decir “revolución ciudadana” es contradictorio en sí mismo, absurdo, inexistente, como decir “abuelita virgen” o “león vegetariano”. De modo que no es más que uneslogan publicitario o rótulo discursivo de la contrarrevolución capitalista tecnoburocrática en este país [20] Al respecto puede leerse “El mito de la izquierda se cae de maduro” y “Apuntes sobre Venezuela 2014”, ambos en Ellos no pueden parar la revuelta N° 1. [21] Si en estos precisos momentos el gobierno está dudando en hacer esto e incluso diciendo demagógicamente que no lo va a hacer, es ni más ni menos por las protestas del 17S y por lo que esta medida puede desatar. Con más razón, pasa lo mismo con el Nuevo Código de Trabajo aún “inexistente” oficialmente, al menos hasta nuevo anuncio. [22] Aquí nos estamos refiriendo no sólo a los agentes de la contrarrevolución ciudadana, sino también a las diferentes camadas de la izquierda histórica del capital: leninistas, estalinistas, trotskistas, maoístas, guevaristas, etc., a los que ahora se suman ecologistas y “libertarios”. Reformistas de diferentes colores y matices todos ellos. [23] Llamamos a todos lxs individuos e incluso grupos que se sientan o reivindiquen como tales a hacer todo esto y más juntos: para el proletariado revolucionario aquí hay “todo por hacer”... Las “diferencias ideológicas” –y terminológicas- habrá que asumirlas y discutirlas teóricamente pero sobre todo en la práctica, al calor de la lucha conjunta contra el enemigo común: el capital-estado y la socialdemocracia. [24] Por enésima vez también aquí nos toca aclarar dos puntos importantes. El primero es que el comunismo no tiene nada que ver con esa variante estatista, brutal y gris del capitalismo histórico llamada “socialismo real”: URSS, China, Cuba, etc.; ni, por tanto, con esos partidos reformistas-contrarrevolucionarios mal llamados “comunistas”. Tampoco es una sociedad utópica o imposible, como nos han hecho creer los ideólogos burgueses. El comunismo es el movimiento real del proletariado que niega y suprime el orden social capitalista (Marx, “La ideología alemana”), que existe desde que existe el mismo capitalismo y que, por tanto, no desaparecerá como tal sino hasta que se le dé muerte a este sistema; y, al mismo tiempo, es una posible sociedad futura sin propiedad privada ni explotación asalariada ni dinero, sin clases ni estado ni fronteras nacionales, una comunidad humana real mundial, resultante de ese movimiento. En ese sentido –el comunismo entendido como movimiento destructor de esta sociedad y, a la vez, como sociedad sin clases y sin estado-, el segundo punto importante es que comunismo y anarquía son prácticamente sinónimos, por lo cual su separación y su oposición o dicotomía ideológica es falsa y nociva para el movimiento revolucionario, como lo demuestra la historia de las luchas proletarias en todo el mundo. Lxs proletarixs revolucionarios precisamos, pues, criticar, romper y superar esta falsa dicotomía ideológica. De allí que algunos compañeros internacionales hoy prefieran hablar de “comunismo en anarquía”, de comunismo anárq uico, o –como nosotros- de comunismo y anarquía de manera unitaria e indistinta
proles revolu- postaporteñ@ 1274 - 2014-11-03
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miércoles, 5 de noviembre de 2014
1274* La crisis capitalista mundial y los gobiernos del “socialismo del siglo XXI ”
Número
1274 | noviembre 3 de 2014 | Año IX
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